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PSICOLOGIA DE LA PERSONALIDAD (PSI306)

SECCIÓN 01

Prof. Huberto C. Bogaert

TÍTULO: Las teorías de la personalidad

SUSTENTANTES:

Danile Polanco ID: 1115852

Manuela Guzmán ID: 1116155

Santo Domingo, D. N. República Dominicana

24 de noviembre del 2023


Introducción

Las teorías de la personalidad constituyen un fascinante campo de estudio que se


sumerge en la exploración y comprensión de las características singulares que definen a cada
individuo. Estos enfoques teóricos buscan arrojar luz sobre la complejidad de la naturaleza
humana, analizando la manera en que las personas piensan, sienten y se comportan en
diversos contextos. Desde las teorías psicoanalíticas de figuras como Sigmund Freud, que
destacan la influencia del inconsciente en la formación de la personalidad, hasta las
perspectivas humanistas, como la de Maslow y Rogers, que resaltan el potencial de
crecimiento personal y la autorrealización, el espectro de las teorías de la personalidad abarca
una rica diversidad de enfoques.

Estos marcos conceptuales no solo ofrecen explicaciones sobre por qué las personas
exhiben ciertos patrones de comportamiento, sino que también proporcionan herramientas
para comprender la consistencia y la variabilidad en la experiencia humana. Exploran temas
como las influencias biológicas, las experiencias de la infancia, los factores ambientales y la
interacción entre estos elementos en la configuración de la personalidad. En última instancia,
el estudio de la personalidad busca desentrañar los misterios que rodean lo que nos hace
únicos como individuos, contribuyendo así a una comprensión más profunda de la diversidad
humana y ofreciendo perspectivas valiosas para la psicología y otras disciplinas relacionadas.
I. Perspectiva psicodinámica de Sigmund Freud.

Según Freud, cómo nos comportamos está influenciado por fuerzas psicológicas que trabajan
dentro de nosotros y generalmente están fuera de nuestra conciencia. Esta idea es clave para
entender la personalidad. Según él, tenemos tres partes en nuestra personalidad que aparecen
a medida que crecemos:

La primera es el "ello", que está ahí desde que nacemos y trabaja de manera automática para
satisfacer nuestros deseos y evitar el dolor. Cuando somos críos, solo podemos encontrar
placer a través de acciones reflejas y la fantasía. Luego está el "yo", que está entre lo que
sabemos y lo que no, y busca satisfacer los deseos del "ello" en el mundo real. A diferencia
del "ello", el "yo" no busca la satisfacción inmediata, sino que considera la realidad. Usa el
razonamiento inteligente para retrasar la satisfacción de los deseos del "ello" hasta que sea
seguro. A medida que crecemos o envejecemos, no solo buscamos satisfacer deseos, sino que
también entra en escena el "súper yo", una especie de guardián moral. Su trabajo es vigilar al
"yo" y guiarlo hacia acciones moralmente aceptadas por la sociedad.

Considerando lo mencionado anteriormente, la formación de la personalidad está vinculada a


cómo una persona maneja sus deseos sexuales a lo largo de su vida. En otras palabras, la
personalidad se ve moldeada por la forma en que se enfrentan las diferentes etapas
psicosexuales. Estas etapas son cinco, y las experiencias en cada una contribuyen a
configurar un posible perfil de personalidad. A continuación, se detallan estas etapas:

En la etapa oral, que va desde el nacimiento hasta los 18 meses, los niños encuentran placer
chupando y masticando. Si tienen una buena experiencia, son propensos a ser adultos
optimistas y confiables; si no, podrían volverse pesimistas y hostiles. Luego llegamos a la
etapa anal, de los 18 meses a los 3 años, donde el placer se centra en el ano y la expulsión de
heces. Los niños con padres estrictos en el entrenamiento de control de esfínteres pueden
desarrollar rasgos como la obstinación y la mezquindad.

La etapa fálica, de los 3 a los 6 años, es crucial. Aquí, los niños exploran sus genitales, se
apegan más al progenitor del sexo opuesto y sienten rivalidad con el del mismo sexo. Si la
identificación con los padres no es adecuada, pueden surgir complejos de Edipo o Electra, y
en la edad adulta, podrían manifestarse como egoísmo o baja autoestima. La etapa de
latencia, de los 6 a los 12 o 13 años, según Freud, ve una disminución del interés sexual.
Finalmente, a partir de los 13 años, llegamos a la etapa genital, donde los impulsos sexuales
se despiertan. Aquí, quienes manejan bien esta etapa pueden desarrollar un sentido sólido de
responsabilidad y empatía hacia los demás. Este recorrido por las etapas de desarrollo según
Freud nos ofrece una visión única sobre cómo las experiencias tempranas pueden dejar una
marca duradera en la personalidad.

II. Perspectiva humanista de Abraham Maslow y Carl Rogers.

La perspectiva humanista en la personalidad, desarrollada en la década de 1950, resalta el


desarrollo psicológico, la libertad de elección y la conciencia personal. Adopta una visión
optimista de la naturaleza humana, centrada en el potencial individual de cada persona. La
teoría humanista destaca la capacidad innata de las personas para tomar decisiones y
controlar sus destinos, centrándose en el estudio del crecimiento personal y la
autorrealización. Su objetivo es comprender cómo las personas perciben e interpretan su
entorno. Dentro de la perspectiva humanista, destacan dos teóricos relevantes:

Carl Rogers enfatizó la bondad innata de las personas y la importancia del libre albedrío y el
crecimiento psicológico. Según él, la fuerza motivadora detrás del comportamiento humano
es la tendencia de actualización. Abraham Maslow, por otro lado, propuso una jerarquía de
necesidades que impulsa a las personas. Comienza con necesidades básicas para la vida,
como alimentación y agua, pero evoluciona hacia aspectos más complejos como la estima y
la autorrealización a medida que las personas avanzan en la jerarquía.

El objetivo principal de Maslow es impulsar el desarrollo de las habilidades, la capacidad de


tomar decisiones y la creatividad en las personas. Maslow sostiene que la naturaleza humana
es inherentemente buena y que las reacciones violentas no son parte de nuestra esencia, sino
respuestas a la frustración de nuestras necesidades básicas.

Abraham Maslow propuso una pirámide de necesidades que abarcan aspectos físicos y
emocionales que todos debemos satisfacer para sentirnos satisfechos. La teoría plantea que
cada individuo tiene una necesidad natural de crecimiento y alcanzar su máximo potencial,
conocido como autorrealización. Para lograrlo, es necesario satisfacer primero necesidades
básicas como alimentación, refugio y seguridad, antes de abordar necesidades más elevadas
como la autoestima, la realización personal y el desarrollo espiritual.

Por otro lado, Rogers elaboró su teoría centrándose en sí mismo, Siempre abogó por un
enfoque positivo, viendo la terapia como un proceso de crecimiento para que el cliente
mejore y se conozca mejor, en lugar de buscar solo la cura para problemas o enfermedades.
Para Rogers, los seres humanos son intrínsecamente buenos y saludables, y la enfermedad
mental es una excepción a esa tendencia natural. Rogers describe una motivación innata que
impulsa a las personas a desarrollar su potencial de manera natural. Todos quieren dar lo
mejor de sí mismos para crecer y evolucionar al máximo, y para Rogers, las personas son
funcionales cuando siguen esa tendencia. Esto requiere una congruencia entre el "yo ideal"
que la persona aspira a ser y su comportamiento real en el presente.

Según Rogers, la personalidad se forma en base al autoconcepto, y las personas buscan


equilibrio en tres áreas clave: la autoestima, la autoimagen y el yo ideal. Solo algunas
personas, según él, logran ser plenamente funcionales al alcanzar sus objetivos vitales. Para
llegar a este punto, deben conectarse con sus experiencias personales y el momento presente,
ya que el desarrollo implica un proceso continuo de cambio.

III. Perspectiva disposicional (modelo de rasgos y tipos) de Hans Eysenck

Estas teorías sostienen que las personas son diferentes en función de ciertos rasgos de
personalidad que podemos deducir de su comportamiento, como la dependencia, ansiedad,
agresividad y sociabilidad.

Los rasgos son características que definen a cada individuo y tienden a ser estables y
generales. En otras palabras, un rasgo es una tendencia a comportarse de cierta manera de
manera consistente en diferentes situaciones. La medida en que un rasgo está presente en una
persona se ubica en un espectro que va desde una manifestación completa en un extremo
hasta la ausencia total en el otro. Eysenck, a pesar de ser un conductista y considerar que los
hábitos aprendidos eran esenciales, propuso una tipología que ha tenido gran influencia. Su
modelo simplifica la personalidad en tres dimensiones heredables y con base fisiológica.
Busca identificar las causas biológicas de estas dimensiones y confirmarlas mediante
experimentos. Estas tres dimensiones son:

1) Estabilidad emocional - Inestabilidad o Neuroticismo: Se trata de cómo una persona


controla sus emociones y la estabilidad emocional que muestra con el tiempo.
Aquellos en el extremo de Estabilidad Emocional son estables emocionalmente, no se
excitan fácilmente y son calmados y despreocupados. En el extremo opuesto, los
rasgos predominantes son baja tolerancia al estrés, sugestionabilidad, falta de
persistencia, lentitud en pensamiento y acción, poca sociabilidad y tendencia a
reprimir hechos desagradables.
2) Introversión - Extroversión: Refleja el grado en que una persona es sociable y
participativa en sus relaciones con los demás.
3) Psicoticismo: Este factor fue añadido más tarde. Las personas con puntuaciones altas
en psicoticismo tienden a ser solitarias, inseguras, problemáticas y buscan
constantemente sensaciones. Las puntuaciones altas en psicoticismo se relacionan
positivamente con rasgos como inmadurez, irresponsabilidad, oposición a la autoridad
e independencia. Tienden a ser poco cooperativas y tienen dificultades para mantener
la atención. Las puntuaciones altas en este factor pueden llevar a trastornos del
pensamiento, emocionales o de conducta, e incluso a alucinaciones o delirios.

Las dos dimensiones principales, extroversión-introversión y estabilidad-inestabilidad


emocional, dividen a las personas en cuatro grupos específicos. Aquí están estos grupos y
cómo se describen:

1) Extrovertido Estable (Sanguíneo): Son comunicativos, responsables, sociables,


vivaces, despreocupados y líderes.
2) Extrovertido Inestable (Colérico): Muestran sensibilidad, inquietud, excitabilidad,
volubilidad, impulsividad e irresponsabilidad.
3) Introvertido Estable (Flemático): Se caracterizan por ser calmados, ecuánimes,
confiables, controlados, pacíficos, pensativos, cuidadosos y pasivos.
4) Introvertido Inestable (Melancólico): Suelen ser tranquilos, reservados, pesimistas,
sobrios, rígidos, ansiosos y temperamentales.

Recientemente, las investigaciones sugieren que los tres aspectos de Eysenck no son
suficientes, y ahora se centran en cinco rasgos clave. Estos cinco grandes rasgos son
extroversión, afabilidad, escrupulosidad, estabilidad emocional y apertura a la experiencia. Se
cree que estos rasgos son comunes en diferentes culturas, y algunos estudios sugieren que su
origen podría tener una base fisiológica.

IV. Perspectiva Biológica

La perspectiva biológica de la personalidad se centra en la compleja interacción entre los


procesos fisiológicos internos y los factores genéticos que moldean las características
individuales. Enfatiza la relación fundamental entre la arquitectura neuronal y los procesos
psicológicos y conductuales y tiene sus raíces en el campo de la neuropsicología. Una mejor
comprensión de este punto de vista ha producido hallazgos polémicos, particularmente en
relación con las diferencias de personalidad entre géneros.

Algunos estudios revelan que aunque estas diferencias pueden ser consideradas "pequeñas" a
"moderadas", son más pronunciadas en las dimensiones de amabilidad y neuroticismo.
Además, las variaciones de intereses entre géneros muestran una significativa inclinación de
las mujeres hacia las relaciones interpersonales, contrastando con la orientación más hacia
objetos de los hombres. Sin embargo, es importante reconocer que los modelos teóricos
evolucionan, y perspectivas como la biológica no están exentas de cuestionamientos. La
noción determinista que podría surgir de llevar la perspectiva biológica a su conclusión lógica
plantea desafíos conceptuales.

Según esta perspectiva, las personas son sólo máquinas limitadas por su entorno social y
cultural. Comprender los fundamentos biológicos del comportamiento humano,
particularmente de la personalidad, en un contexto clínico facilita una evaluación imparcial
del paciente. Cuando se trabaja con personas de diversos orígenes, es imperativo evitar
prejuicios y garantizar un enfoque terapéutico que no patologice los comportamientos
naturales. Especialmente en el caso de pacientes psiquiátricos, este enfoque sin prejuicios
facilita la recopilación de antecedentes, la evaluación y el tratamiento de manera más
eficiente.

V. Perspectiva Evolutiva de la personalidad

La perspectiva evolutiva de la personalidad, desarrollada principalmente por Charles Darwin,


se fundamenta en el proceso de selección natural para explicar las variaciones en la
personalidad humana e individualidad. Utilizando este método, la evolución trajo varias
variaciones a la mente humana, y la selección natural favoreció aquellas que eran más
ventajosas y adaptativas. Debido a la complejidad de los seres humanos, cualidades de
personalidad aparentemente incompatibles pueden resultar ventajosas en varios contextos.

Esta visión evolutiva rastrea el origen de la personalidad desde los primeros humanos que
comenzaron a funcionar en grupos sociales complejos. Los expertos coinciden en que los
primeros humanos no establecieron personalidades individuales distintas en ese momento;
más bien, se consideraban miembros esenciales del colectivo. Convertirse en miembro del
grupo significaba que eras responsable ante la tribu, no ante ti mismo. La división del trabajo
creó una pequeña divergencia adaptativa que mejoró la funcionalidad del grupo y marcó el
comienzo de la evolución hacia la personalidad y el individualismo. El individualismo y la
personalidad resultaron principalmente de las interacciones sociales y la existencia colectiva,
lo que supuso un cambio importante en la evolución humana.

VI. Perspectiva Conductista de Frederick Skinner

Según esta teoría, la personalidad se manifiesta a través de la conducta, la cual está


influenciada por el entorno. El comportamiento, que se limita a actos visibles, es aprendido y
moldeado por factores ambientales. Se rige por las reglas del aprendizaje. Los conductistas
sostienen que buscar razones en el interior (estados mentales o características) es incorrecto y
que los factores ambientales son más importantes para explicar el comportamiento.
Seguidamente, los conductistas creen que la distinta historia de refuerzo de una persona, que
forma hábitos confiables que producen reacciones confiables a estímulos particulares, es la
base de su personalidad.

Esta teoría sostiene que la personalidad es flexible y puede cambiarse implementando


refuerzos y cambiando el entorno. Según el comportamiento que se expresa, se asignan
etiquetas de personalidad o hábitos. Los conductistas reconocen que la personalidad es
cambiante, pero también reconocen que la personalidad es pasiva porque está moldeada por
su entorno. Este punto de vista sostiene que la persona todavía está formada en gran medida
por factores que escapan a su control. Pero con el surgimiento del aprendizaje cognitivo
social, que enfatiza el papel activo del individuo en la elección y alteración de su entorno,
este método cambia y capacita a la persona para convertirse en un agente causal en su propia
vida.

VII. Perspectiva de la teoría del Aprendizaje de Bandura

La teoría del aprendizaje de la personalidad se fundamenta en la idea de que la personalidad


se forma y se modifica a través de procesos de aprendizaje a lo largo de la vida. Este método
evita explicaciones que se basan en variables intrínsecas o inconscientes y destaca las formas
en que las experiencias y las interacciones con el entorno dan forma a la adquisición de
cualidades y comportamientos distintivos. Desde el punto de vista del aprendizaje, los
hábitos, los patrones de respuesta y las correlaciones entre estímulos y respuestas son los que
moldean la personalidad de una persona.
Uno de los aspectos clave de la teoría del aprendizaje de la personalidad es la influencia del
condicionamiento, que implica la asociación de estímulos con respuestas. Los procesos de
recompensa y castigo son esenciales para el desarrollo y alteración de la conducta. Por
ejemplo, es más probable que ciertos comportamientos se repitan en el futuro cuando dan
lugar a resultados favorables. Por otro lado, los resultados desfavorables pueden hacer que
sea menos probable que se repita un comportamiento particular.

Esta teoría también enfatiza cuán cruciales son la imitación y la observación para el
desarrollo de la personalidad. Al observar a los demás y realizar las acciones que consideran
placenteras o exitosas, las personas pueden adoptar nuevos comportamientos.

Conclusión

En conclusión, el estudio de la personalidad ha sido un campo de bastante complejidad que


ha generado diversas teorías con el objetivo de entender la formación y desarrollo de esta
característica humana única. Las perspectivas psicodinámica, humanista, disposicional,
biológica, evolutiva, conductista y de aprendizaje ofrecen enfoques diferentes, cada uno
aportando su visión única sobre cómo se configura y modifica la personalidad.

las teorías de la personalidad conforman un intrigante campo de estudio que ha


proporcionado diversas perspectivas para entender la complejidad de la naturaleza humana.
Desde las raíces psicoanalíticas hasta las visiones humanistas, estas teorías han ofrecido
marcos conceptuales valiosos para explorar cómo las personas piensan, sienten y se
comportan.

Estos enfoques teóricos no solo han ayudado a explicar patrones de comportamiento, sino que
también han enriquecido nuestra comprensión de la consistencia y variabilidad en la
experiencia humana. Al abordar factores como las influencias biológicas, las experiencias
infantiles y los entornos, estas teorías han arrojado luz sobre la formación y evolución de la
personalidad. En conjunto, estas perspectivas proporcionan una visión completa y diversa de
la personalidad, revelando la complejidad de su formación y desarrollo. Una explicación más
completa y profunda de este complejo fenómeno que caracteriza la individualidad humana, es
posible gracias a las distintas contribuciones hechas por cada teoría al enigma.
En última instancia, el estudio de la personalidad no solo ha dejado su huella en el ámbito de
la psicología, sino que también ha proporcionado perspectivas valiosas con implicaciones que
trascienden a otras disciplinas. Al explorar estas teorías, hemos adquirido una apreciación
más profunda de la diversidad humana y herramientas valiosas para comprender la
complejidad única de cada individuo.

Referencias bibliográficas

Aléxandros, Roiel Von. “Teorías de La Personalidad: La Perspectiva Disposicional: Modelo

de Rasgos Y Tipos.” Teorías de La Personalidad, 9 May 2010, psicologiapersonalidad-

roiel.blogspot.com/2010/05/la-perspectiva-disposicional-modelo-de.html.

Ezequiel. “Perspectiva Humanista de La Personalidad.” Pura Mente, 5 Dec. 2022,

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Díaz, Laura. ▷ Descubre La Teoría Humanista de La Personalidad: Guía Completa ★ Teoría

Online. 15 Mar. 2023, teoriaonline.com/teoria-humanista-de-la-personalidad/?

teoria_online=1.

De San, Universidad, et al. Psychologia. Avances de La Disciplina.

https://www.redalyc.org/pdf/2972/297225531007.pdf

Torres, Arturo. “La Teoría de La Personalidad Que Propuso Carl Rogers.”

Psicologiaymente.com, Psicología y Mente, 26 June 2016,

psicologiaymente.com/psicologia/teoria-personalidad-carl-rogers.

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