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Libro de consulta
DIRECTORIO
LEOPOLDO AYALA
ISBN: 970-36-0247-9
EL AUTOR
7
Blanca
1. EL LENGUAJE
Ulises atado oye el canto de las sirenas
Odisea Homero
FUNCIÓN DEL LENGUAJE
11
12 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
Las ciencias exactas como las matemáticas, la física o la química que em-
plean símbolos y signos particulares, siempre están precedidos por la palabra.
En concreto diremos que todos los conocimientos científicos y los descubri-
mientos y aportaciones de la ciencia se transmiten por medio del lenguaje.
El más alto grado del lenguaje es el arte, la literatura. Los creadores literarios
son aquellos que han logrado adaptar o ajustar la palabra escrita al profundo
acentodelhombre.Lacreaciónliterariaesunasíntesiscompletadelartegestado,
unido y manifiesto de los pueblos. El material literario toma forma en la expre-
sión del arte colectivo; recupera tanto los factores estéticos (fonéticos, rítmi-
cos, simbólicos, morfológicos), como la propia realidad vivencial de los
integrantes del grupo social. Quien escapa estética o realísticamente se
desvinculará de los demás; hará una literatura individualista y menor, frágil
para subsistir largo tiempo, porque ha nacido del alejamiento de un espíritu
egoísta y no del espíritu del pueblo. La literatura se apoya en la colectividad; en
sus luchas y en su razón de ser. “Sin el arte, sin la poesía, los hombres se hastia-
rían de la monotonía de la naturaleza. La idea que ellos tienen del universo se
desplomaría rápidamente. El orden natural no es sino un efecto del arte. Se de-
sataría el caos. No habría civilizaciones ni pensamiento ni humanidad ni liber-
tad, tampoco vida. La oscuridad (la negación) reinaría para siempre”, nos dice
Apollinaire.
Por eso, la literatura y el arte deben ser consecuentes con la época, aunque
desgraciadamente en algunas civilizaciones no haya existido relación entre el
florecimiento artístico y el desarrollo social. Si el desarrollo social decrece,
el arte debe convertirse en un arma crítica, concientizante y propiciadora del
desarrollo. Debe ser el esqueleto de la organización.
Es evidente que en un sistema capitalista no puede haber renacimiento del
arte,yaqueelartesereduceaun sustitutivoplacenteroounaevocaciónmágicade
la realidad por hombres y para hombres que no pueden controlarla. Ese arte es
pasivo, toma el ensueño por acción y la negación por existencia. En el futuro,
otro sistema deberá constituirse en la fuerza productiva de un arte diferente,
efectivamente al servicio de los hombres. Un arte real con una actitud clara que
implicará constantemente la crítica de la realidad social circundante. Los obje-
tivos del artista y del escritor serán fundamentalmente los objetivos populares.
14 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
Eneida Virgilio
EL LENGUAJE COMO MEDIO DE COMUNICACIÓN
Las especies humana y animal se diferencian por el tipo de lenguaje que em-
plean. En este capítulo abordaremos el lenguaje humano.
Las abejas, las hormigas y todas las especies animales tienen un lenguaje.
Mediante él se comunican. Por eso es un lenguaje-comunicación. El lengua-
je del hombre es infinitamente superior, cuenta con progresos como la electró-
nica, la cibernética, la psicología, etc., que le permiten descifrar los mecanis-
mos más profundos del lenguaje. El lenguaje articulado y organizado constituye
la lengua. Cuando la lengua es reconocida por los pueblos del mundo se llama
idioma. Hoy el idioma cuenta con amplios medios de conocimiento, traduc-
ción, información y comunicación.
Pero hay otra clase de lenguaje, el lenguaje-expresión. Por él se manifiesta el
espíritu humano. Por él se conecta con otro espíritu humano y con los demás,
de esta forma se enriquecen todos. Este lenguaje se caracteriza por su gratuidad
y su riqueza de conciencia
19
20 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
Lenguaje mímico
Lenguajeconbaseenseñales
Lenguajefonético
Valorfonológico
Fonológico viene del griego phoné, que quiere decir sonido. El signo lingüísti-
co está compuesto de fonemas, lo que simplemente llamamos sonidos. Los ór-
ganos encargados de producir sonidos son capaces de elaborarlos en gran número;
sin embargo, cada lengua elige un número determinado. Las letras son símbolos
gráficosdesonidos.
En la lengua española existe semejanza entre su escritura y su pronuncia-
ción. Por regla general, en nuestro alfabeto cada letra corresponde a un fonema;
sin embargo, esto no es siempre, entre otras razones, porque la pronunciación
de los fonemas es diferente en México, en España, en Argentina, etc. Los fonemas
tienen su representación gráfica con algunas variantes en diferentes luga-
res. Los fonemas que representan a las distintas grafías de nuestro idioma son
los que aparecen en el cuadro de la siguiente página. La letra h tiene sólo un
valor ortográfico y no representa sonido alguno. La w, aunque no pertenece a
nuestro idioma, se utiliza en palabras prestadas de otros idiomas.
El valor fonológico puede cambiar también con el transcurso del tiempo. La
f inicial se transformó en h, por ejemplo: farina = harina; En vez de fermosa =
hermosa; fundu = hondo. La u en algunos casos se cambió por o, por ejemplo en
manu = mano, etcétera.
22 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
Alfabetográfico FonemasdelespañolenMéxico
a,d,e,f,l,m,n,ñ,o,p, a,d,e,f,l,m,n,ñ,o,p,
t,u,ch t,u,ch.
b,v,w b
s,c (suave),z,x (Xochimilco) s
g(suave) g
g(fuerte),j,x(México) j
i,y (rey) i
c(fuerte),k,q k
r(suave) r
r(fuerte),rr r
y,ll y
x (examen)
x(Xola)
Valorsemántico
amoroso por una madre que acaricia a su hijo. El transcurso del tiempo influye
decisivamente en el significado de las palabras. Asimismo, las influencias psico-
lógicas, las transformaciones sociales, económicas y políticas, también cam-
bianestesignificado.
Valormorfológico
Gráfico
los aztecas, nahuas y mayas. El fonograma requería figuras cuyo sonido combi-
nado produjera el nombre. En un fonograma que representaba la ciudad de
Coatepec, los aztecas dibujaron una serpiente (cóatl) sobre una colina (tepec).
Cuando los babilonios tomaron los signos sumerios se llegó al final del proceso
evolutivo, o sea, a la escritura alfabética. El primer alfabeto de 22 letras es
creado por el pueblo fenicio. El alfabeto fenicio fue llevado a Grecia por los
etruscos. Los griegos lo adaptaron agregándole las vocales. Al ser conquista-
dos los griegos por los romanos, éstos tomaron el alfabeto e incluyeron las ma-
yúsculas, formando así su propio abecedario. El imperio romano se encargó de
difundir el alfabeto a través de todos los pueblos conquistados, incluyendo los
ingleses, los franceses y España. De España pasó a nuestro continente.
En sus orígenes, la escritura servía solamente a castas sacerdotales y gober-
nantes, sin beneficiar al pueblo. En la actualidad, gran parte de la población no
está alfabetizada. En los países africanos, principalmente en la Sudáfrica de los
años ochenta, existía un 90% de analfabetas. En la India, en la época anterior a
Mandela, vergonzosamente había un 73%. En México de igual manera hay aproxi-
madamente 30%. El analfabetismo señala el atraso de los pueblos.
Valoretimológico
ron20milpalabrasenelcastellano,comoarroz,azafrán,azahar,tabaco,borceguí,
etcétera.
Al ser descubierta y conquistada América, las lenguas indígenas aportaron
nuevas palabras al idioma. Del Caribe: canoa, maní. Del quechua: alpaca, papa,
llanta.Delguaraní:llama,cóndor.Delmaya,náhuatlytarasco:chocolate,chapopote,
tianguis,tamal,comal.
Las perniciosas influencias siguientes son del invasor periodo napoleónico:
restaurante,hotel,chofer,etc.,ydeinfluenciaestadunidense:checar,lonch,manager,
junior,etcétera.
Además, existen voces llamadas históricas, como nicotina (de Juan Nicot, su
descubridor), o palabras onomatopéyicas, como bisbisear (hablar entre dientes).
Si ignoramos la etimología de una palabra no es posible que conozcamos su
significado auténtico, menos aún el significado del enorme conjunto de deno-
minaciones técnicas o tecnicismos puestos a objetos que, a pesar de que la
civilización helénica nunca los tuvo, sus elementos han sido tomados de la len-
gua griega para denominarlos. Por ejemplo: El electrómetro es un aparato que
sirve para medir la cantidad de electricidad de un cuerpo. Esta palabra se com-
ponededosgriegas:electrón,nombregriegodelámbar,unaresinafósilelectriza-
ble por frotación, y metron, medida metro.
Otro ejemplo: pulso, nombre con que se denomina al latido intermitente de
las arterias. Esta palabra viene del verbo latino péllere (pulsum) que significa
batir, arrojar. Etimológicamente, el pulso es la sangre que el corazón arroja a las
arterias.
Valorsintáctico
Sintaxisvienedelgriegoysignificaconorden.Estapartedelagramáticaestu-
dia la construcción ordenada de las palabras y la función que desempeñan en
un pensamiento, es decir, la palabra como parte integrante de un enunciado.
Cuando un vocablo tiene una función lógica dentro de un enunciado, adquie-
re entonces un valor sintáctico. Ejemplo:
“La técnica se puede usar para domesticar a los pueblos, o poner al servicio
de los pueblos para liberarlos”, Che Guevara.
Según el oficio que desempeñan las palabras en un enunciado, están integra-
das en elementos: sujeto y predicado. Dentro del sujeto: el núcleo y sus modifi-
cadores. Dentro del predicado: el núcleo y sus modificadores. Como ejemplo
26 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
Elteatroexperimental: sujeto
teatro: núcleo del sujeto
el,experimental: modificadores
hajugadounpapelconcienti- predicado
zanteenlaeducaciónteatral: núcleo del predicado (siempre será
ha jugado: un verbo)
un papel concientizante: objetodirecto
en laeducaciónteatral: circunstancial
palabras adecuadas y bien conectadas con nuestras ideas para poder expresarlas.
La falta de conexión entre la palabra y la idea demuestra anormalidad.
EL SIGNO LINGÜÍSTICO
a
) Elcarácterarbitrariodesusrelaciones.Previamentesehaestablecidoporconve-
niencia de los hablantes de un idioma un acuerdo en la expresión que se va a
dar a cada contenido.
b
) Elcarácterlinealdelsignificante.Comoprincipionopuedenaparecerenunmis-
mo mensaje dos significantes. Necesariamente uno tiene que seguir al otro.
Ejemplo: árbol + verde. Este principio del signo lingüístico se amplía en la
misma teoría, al concebir la lengua como un conjunto de signos mutuamente
relacionados y recíprocamente unidos.
)c El signo lingüístico es articulado. Se compone de partes más pequeñas y puede
descomponerse. También se puede unir a otros para formar signos lingüísticos
más complejos. Ejemplo:
flor
floramarilla
unafloramarilla
tenemos una flor amarilla
tenemos para adornar una flor amarilla
d
) Ladoblearticulacióndelsignolingüístico.Elsignolingüísticoesarticulado;su
articulaciónesdoble.Sedescomponeendosniveles:superioreinferior.
A NTÓNIMOS Y SINÓNIMOS
El uso que hacemos de las palabras en forma aislada, o bien, relacionadas con
otras dentro de un enunciado, aumenta la extensión de su significado, lo limita
y lo modifica. En nuestro vocabulario existen voces cuya relación es muy preci-
sa, el conocerlas y utilizarlas facilita la expresión y enriquece el vocabulario
tanto oral como escrito. Estas voces que caen dentro del campo de la semántica
son los sinónimos y los antónimos.
Son sinónimos las palabras que se escriben y pronuncian distinto, pero que
tienen semejanza de significado. Aunque los sinónimos perfectos no existen,
estas voces se emplean como si fueran iguales, sin establecer diferencias de
significadoentreellas.
Los sinónimos se utilizan en una relación o una conversación, para no repetir
la misma palabra o expresar la misma idea con otra serie de vocablos. Un sus-
tantivo se sustituye por otro sustantivo, un verbo por otro verbo semejante, un
adjetivo por otro adjetivo, etc. Al sustituir la palabra es indispensable que no se
pierda el sentido de lo que se quiere decir. En el ejemplo de la siguiente página,
el primer párrafo está totalmente sustituido por sinónimos, en el segundo ejem-
plo páginas adelante sólo las palabras en cursivas han sido cambiadas.
Son voces antónimas aquellas que tienen significado opuesto, además de que
se escriben de diferente manera. Al emplearlas damos una idea contraria. En el
siguiente ejemplo las palabras subrayadas están sustituidas por antónimos, así
como en el ejemplo anterior se hizo por sinónimos. Podemos notar cómo cam-
bia por completo la idea del autor.
Primera Epístola de San Pablo a los corintios, en la que recrimina a éstos por
haber llegado a una sociedad depravada hasta la homosexualidad. En ella habla
de la caridad como camino a la libertad.
LIBRO DE CONSULTA 29
Los deberes de la justicia han de respe- Las obligaciones del derecho deben
tarse no solamente en la distribución considerarse no únicamente en el
de los bienes que el trabajo produce, reparto de la riqueza que toda labor
sino también en cuanto afecta a las con- genera, sino además en lo que atañe al
dicionesgeneralesenquesedesenvuelve caráctertotalenquesedesarrollanlos
la actividad laboral. Porque en la natu- trabajos ocupacionales. Ya que en la
raleza humana está arraigada la exigen- humanidad se encuentra la necesidad
ciadeque,enelejerciciodelaactividad de que, en la praxis del desenvolvi-
económica, le sea posible al hombre asu- miento económico, puedan los hom-
mir la responsabilidad de lo que hace y brestenerconcienciadeloquerealizan
perfeccionarse a sí mismo. y lograr su superación.
LENGUA ORAL
Hay dos formas de expresión de la lengua del hombre. La lengua oral y la lengua
escrita. La primera es la lengua hablada, verbal. Social y genéticamente la len-
gua es antes hablada que escrita. Los niños y todo ser social aprenden a hablar
primero que a escribir. En muchas ocasiones la injusticia de los gobiernos pro-
voca que los hombres hablen sin enseñarlos a escribir. Cuando los pueblos es-
criben, son capaces de producir las grandes obras de la literatura. Es de gran
30 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
Aunque hablara las lenguas de los hom- Aunque hablara las lenguas de los hom-
bresydelosángeles,sinotengoliber- bresydelosángeles,sinotengoliber-
tad, soy como bronce que suena o tad, soy como bronce que suena o
címbalo que retiñe. Aunque tuviera el címbalo que retiñe. Aunque tuviera el
don de profecía, y conociera todos los don de profecía, y conociera todos los
misterios y toda la ciencia; aunque tu- misterios y toda la ciencia; aunque tu-
vieraplenituddefecomoparatrasladar vieraplenituddefecomoparatrasladar
montañas, si no tengo libertad, nada montañas, si no tengo libertad, nada
soy. Aunque repartiera todos mis bie- soy. Aunque repartiera todos mis bie-
nes,yentregaramicuerpoalasllamas, nes,yentregaramicuerpoalasllamas,
sinotengolibertad,nadameaprovecha. sinotengolibertad,nadameaprovecha.
Lalibertadespaciente,esservicial; Lalibertadesimpaciente,esdescor-
la libertad no es envidiosa, no es jac- tés;lalibertadesenvidiosanoeshumilde
tanciosanoseengríeesdecorosa;nobusca nosemortificaessoberbia; buscasuin-
su interés; no se irrita; no toma en terés; no se contenta; no toma en cuen-
cuentaelmal;nosealegradelainjusti- taelbien;nosealegradelajusticia,se
cia,sealegraconlaverdad.Todoloex- entristece con la verdad. Nada excusa.
cusa.Todolocree.Todoloespera.Todo De todo desconfía. Todo lo abando-
losoporta. na. Todoloataca.
importanciadesarrollarprimeroeltrabajooral,unidoalaexpresión,elritmo,la
mímica y la dramatización. Ser pasivo, no hablar, ocasiona graves problemas
para la adaptación en la sociedad. Psicológicamente la posibilidad de expresión
oral es mayor que la escrita. La lengua oral se compone principalmente de soni-
dos articulados. También la entonación y el acento tienen un papel importan-
tísimo. En nuestra sociedad actual el desarrollo de la expresión oral es
fundamental, ya que la necesidad de superación de los pueblos exige cada día
más que los hombres hablen y unifiquen sus ideales. Su finalidad es la comuni-
cación inmediata.
LENGUA ESCRITA
lenguaje y las palabras, en la misma forma en que un pintor necesita conocer los
colores, los volúmenes y las formas. Se ha llegado a considerar tema de discu-
sión si fue el lenguaje el que nació de la sociedad o fue la sociedad la que nació
del lenguaje. Lograrán mejor comunicación todos aquellos que sean más preci-
sos en hacerse entender mejor. Se abrirán mejor paso quienes tengan mayores
recursos de lenguaje porque lograrán mejor trato con sus semejantes. Hablar y
escribir es convencer. Las ideas y los sentimientos pueden ser vagos, incon-
cretos si no se traducen en las palabras correctas. En la actualidad, los psicólo-
gos consideran el lenguaje como el índice más seguro para determinar la
capacidad del desarrollo mental del individuo. Hablar y escribir correctamente
no es fácil. Hay que rechazar todo lo que perjudique la comunicación y la ex-
presión y aceptar todo lo que las beneficie. Hay que romper la barrera que
impide poder decir lo que queremos. Hay que adquirir las justas armas lingüísticas
parautilizarlas.Sufinalidadesmediataygarantizalaconservaciónylatransmi-
sión del pensamiento.
El empleo de la lengua está no sólo de acuerdo con lo que queremos decir sino
también con la forma y el modo de decirlo. Aun las personas que hablan un
mismo idioma, no lo hablan de la misma manera. Podemos decir que hablan
“diferentes lenguas”. De acuerdo con la actividad o el trabajo que se realice,
con el grado de cultura, con el lugar o la situación, empleamos una determinada
lengua. Las más importantes formas que adquiere la lengua son: coloquial o
familiar,técnicaocientífica,literaria.
Lenguacoloquial
MiqueridaÁngela,
Mis pensamientos y mi corazón han estado contigo desde aquella triste noche.
Te echamos de menos, la melancolía se ha abatido sobre la cárcel, porque tu luz
ytuinspiraciónsehanido.
Si te parecíamos hermosas, es porque tú nos hiciste así. Simpatizamos contigo y
con tu lucha de tantas maneras.
Lo poco que pude hacer por darte un poquitín de comodidad y consuelo, nada
fue comparado con lo que nos diste a nosotras.
Te echo de menos, y echo de menos mis preocupaciones por las cositas que por
tipodíahacer.
Oigo y leo todo lo que me llega acerca de ti y de tu lucha. Conocerte a ti es uno
de los mayores placeres que una persona puede experimentar. Eres hermosa. Con-
moviste muchos de nuestros corazones y vidas.
Cuando me siento enojada o impaciente con mis hermanos y mis hermanas, me
acuerdo de todo lo que me enseñaste y mis ojos se llenan de lágrimas por las luchas
en que te debates.
Lleva la frente levantada y recuerda que te llevo siempre en mis pensamientos y
mi corazón. Todo el poder para ti, Ángela...
Siempre te querré.
26 de diciembre de 1970.
Lenguatécnica
XVIII. Las huelgas serán lícitas cuando tengan por objeto conseguir el equilibrio entre
los diversos factores de la producción, armonizando los derechos del trabajo con los
delcapital.Enlosserviciospúblicosseráobligatorioparalostrabajadoresdaraviso,
con diez días de anticipación, a la Junta de Conciliación y Arbitraje, de la fecha
LIBRO DE CONSULTA 33
señalada para la suspensión del trabajo. Las huelgas serán consideradas como ilícitas
únicamente cuando la mayoría de los huelguistas ejerciere actos violentos contra las
personas o las propiedades, o en caso de guerra, cuando aquéllos pertenezcan a los
establecimientos y servicios que dependan del gobierno. Los obreros de los estable-
cimientos fabriles militares del Gobierno de la República, no estarán comprendidos
en las disposiciones de esta fracción, por ser asimilados al Ejército Nacional.
Lenguacientífica,fragmentodelManifiesto“Sexpol”,incluidoenellibroSexua-
lidad: libertad o represión, del psicoanalista ucraniano Wilhelm Reich. (Conver-
gentérminoscientíficos,sociológicosypolíticos.)
Lengualiteraria
Cada autor va configurando su propia lengua literaria que, más tarde, puede ser
reconocida. Todas las obras que constituyen la literatura, como es lógico supo-
ner,estánescritasenunalengualiteraria.
Ejemplo: fragmento del relato secuencia por secuencia de la película El Aco-
razado Potiomkin de Sergéi M. Eisenstein, escrito por Georges Sadoul.
S ENTIDO RECTO
Asushijos:
QueridosHildita,Aleidita,Camilo,CeliayErnesto:
Si alguna vez tienen que leer esta carta, será porque yo no esté entre Uds.
Casi no se acordarán de mí y los más chiquitos no recordarán nada.
Su padre ha sido un hombre que actúa como piensa y, seguro, ha sido leal a sus
convicciones.
Crezcan como buenos revolucionarios. Estudien mucho para poder dominar la
técnica que permite dominar la naturaleza. Acuérdense que la Revolución es lo im-
portante y que cada uno de nosotros, solo, no vale nada.
Sobre todo, sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia
cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda
de un revolucionario.
Hasta siempre hijitos, espero verlos todavía. Un beso grandote y un abrazo de
PAPÁ
S ENTIDO FIGURADO
pasado, murmurando: “Es hoy cuando vendrá”, volvía a ceñirse la corona y el velo
y a sonreír en espera del prometido.
Es así como, no bien la eficacia de un ideal ha muerto, la humanidad viste otra vez
sus galas nupciales para esperar la realidad del ideal soñada con nueva fe, con tenaz
y conmovedora locura. Provocar esa renovación, inalterable como un ritmo de la
naturaleza, es como en todos los tiempos la función y obra de la juventud. De las
almas de cada primavera humana está tejido aquel tocado de novia. Cuando se trata
de sofocar esta sublime terquedad de la esperanza, que brote alada del seno de
la decepción, todos los pesimismos son vanos. Lo mismo los que se fundan en la
razón, que los que brotan de la experiencia, han de reconocerse inútiles para contras-
tar el altanero, “no importa”, que surge del fondo de la vida. Hay veces en que, por
una aparente alteración del ritmo triunfal, cruzan la historia humana generaciones
destinadasapersonificardesdelacuna,lavacilaciónyeldesaliento.Peroellaspasan
—no sin haber tenido quizás su ideal como las otras en forma negativa y con amor
inconsciente—, y de nuevo se ilumina en el espíritu de la humanidad, la esperanza en
el esposo anhelado, cuya imagen, dulce y radiosa como en los versos de marfil de los
místicos, basta para mantener la animación y el contento de la vida, aun cuando
nunca hayan de encarnarse en la realidad.
La juventud que así significa en el alma de los individuos y la de las generaciones
luz, amor, energía, existe y lo significa también en el proceso evolutivo de las socie-
dades. De los pueblos que sienten y consideran la vida como vosotros, serán siem-
pre la fecundidad, la fuerza, el dominio del porvenir.
VARIANTES DE LA LENGUA
Jerga
Futbol: Tremenda goliza de las chivas a las águilas del América 5-1. El goleador
invadiócanchaycolóuncañonazo.
Toros:Destellóenelquinto,peroelastadosevolviómásquedado,salióconunremo-
queteyempitonó.
Caló
Modismos
Se llaman modismo a la “manera de decir tan propia de una lengua, que suele
traspasar las leyes comunes de la gramática o de la diaria construcción”. For-
mas análogas del modismo son el refrán, el adagio y el proverbio.
Los modismos son términos peculiares que son empleados en una deter-
minada región. Los regionalismos son modismos. Ejemplos:
Eselbenjamíndelafamilia,por:eselmenordeloshijos.Tengoseischilpayates,por:
tengoseishijos.
Enelnortedelpaíssonejemplos:esebatoyanovino,oesehuercoyanovino,por:
esemuchachooeseniñoyanovinieron.
Otros ejemplos:
• Aquí hay gato encerrado.
• A tontas y a locas.
• Apiejuntillas.
• A ojo de buen cubero.
• Cerrar a piedra y lodo.
DIALECTO
Dellatíndialectus:hablar. Sellamadialectoacadaunadelasvariedadesdeun
idioma, que tiene cierto número de accidentes propios, y frecuentemente se
usan en determinados territorios de una nación, a diferencia de la lengua gene-
ralyliteraria.
El dialecto es un habla integrante de un idioma común, ya que de acuerdo
con ciertas definiciones geográficas, económicas y políticas se determina el uso
de una norma. Esto quiere decir que todo hombre habla al mismo tiempo un
idioma y un dialecto.
Ejemplo: el dialecto madrileño, el burgalés o el bonaerense se diferencian
entre sí, pero son parte del mismo español.
Blanca
3. LECTURA
Dante y Virgilio en el Infierno
APTITUDES DE LA LECTURA
Para leer bien deben adquirirse y hacer uso de algunas aptitudes. Las más im-
portantes son: dicción, modulación y puntuación.
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46 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
Dicción
Modulación
Una vez que hemos logrado una buena dicción, necesitamos dominar nuestra
voz, moldearla, timbrarla, hacer que responda efectivamente al estado de áni-
mo o al sentido de las ideas que estamos expresando. Algunos han llamado
a esto, cultivar la voz. Debemos semejar el tono de la voz a los conceptos que
expresamos:dolor,tristeza,ira,alegría,sutileza,odio,violencia,sinceridad,burla,
etcétera. Es importante pronunciar las mismas palabras en el tono de diferen-
tes estados de ánimo hasta dominarlos. Ejemplo:
Puntuación
DEFECTOS DE LA LECTURA
Así como debemos observar las cualidades de la lectura, debemos evitar los
defectos de la misma, pues la perjudican seriamente. Los defectos más frecuen-
tes son: la ininteligibilidad, monotonía, lentitud y apresuramiento.
Ininteligibilidad
Monotonía
Monos quiere decir uno. Monotonía es por tanto un solo tono. No tener modula-
ción es lo que vulgarmente se denomina “sonsonete”. Lo monótono cansa,
aburre, hace que se pierda el interés. Leer en forma monótona es leer parejo, sin
altibajos, impropia e inadecuadamente. Los oyentes de un lector con este de-
fecto se distraen, olvidan la lectura y acaban por quedar al margen de ella.
Lentitudyapresuramiento
Leer lentamente es tan grave defecto como leer apresuradamente. Leer bien no
significa leer rápido ni leer despacio. Leer bien es adoptar una velocidad normal
que puede aumentarse o disminuirse de acuerdo con las emociones, tanto del
autor de la obra como del lector de la misma. La lentitud excesiva es conse-
LIBRO DE CONSULTA 49
cuenciadelafaltadeejercicioenlalectura,enotraspalabras,pornosaberleer.
El apresuramiento es nerviosismo del lector por encontrarse en un estado de
ánimo incontrolable. Ninguno de los dos, ni la lentitud ni el apresuramiento
deben manifestarse, pues perjudican la comprensión de lo leído.
R AZONAMIENTO DE LA LECTURA
Cuando se lee es para que el que oye entienda lo que se ha escrito. Y para
entenderlo es necesario haber captado las ideas y haberlas comprendido. Quien
ha percibido la lectura habrá podido distinguir lo más importante o principal de
ésta, y lo que pasa a segundo término o accesorio. También cuando se habla es
indispensable proyectar en la exposición de los propios pensamientos lo funda-
mental y lo transitorio. La buena forma de expresar la lectura permite la com-
prensiónylainterpretación.
Interpretar un texto después de haberlo leído o escuchado es explicarlo en
forma personal, lo que podríamos decir en otras palabras, entender lo que nos
quiso decir el autor, lo que nos transmite, lo que nos comunica. La interpre-
tación siempre se realiza de acuerdo con las ideas y la forma de expresarse de
cada uno.
Como ejemplo transcribimos el cuento de Franz Kafka, Ante la Ley, y un
poema del poeta negro Langston Hughes, El negro, así como la interpretación de
ellos.
ANTE LA LEY
Franz Kafka
Interpretación
lencia. Hay ambiciosos que son capaces de engañarnos, quitarnos lo que nos
pertenece y humillarnos con tal de no permitir que seamos libres. Se nos plan-
tean dos caminos: el esperar a que gratuitamente nos ofrezcan la ley y la liber-
tad y pasarnos toda una vida sin gozar de ellas, para morir viejos y esclavizados;
otenerelcorajesuficientedepelearparalograrlo.Laposibilidadexiste.Esreal.
Podemos lograrlo. Somos nosotros quienes debemos decidir.
EL NEGRO
Langston Hughes
Yo soy un negro:
Negro como la noche negra,
negro como las profundidades de mi África.
Yo he sido un esclavo:
César me ordenó tener limpia la escalinata de su casa.
Yo limpié las botas de Washington.
Yo he sido un obrero:
De mi mano surgieron las pirámides.
Yo hice mezcla para el edificio Woolworth.
Yo he sido un cantante:
Desde el África hasta Georgia
llevé mis canciones de tristeza.
Yohiceelrag.
Yo he sido una víctima:
Los belgas me cortaron las manos en el Congo.
Ahora me linchan en Texas.
Yo soy un negro:
Negro como la noche negra,
negro como las profundidades de mi África.
Interpretación
Todos los hombres son iguales. Todos los hombres deben ser libres y tener los
mismos derechos. No hay diferencia entre ellos. Pero hay hombres cuya defor-
52 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
El leer bien nos permite interpretar a los demás por medio de su lengua escrita.
Es tiempo ahora de intepretarnos a nosotros mismos, de decir las ideas y senti-
mientos que producimos. Hablar a los demás, públicamente, se llama expresión
oral. Para expresarnos en forma oral son necesarias algunas condiciones que
dividiremos en dos grupos: subjetivas y objetivas.
SUBJETIVAS
Autodominio
55
56 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
Conocimientoyorganizacióndelasideas
Proyeccióndelasemociones
Lo que causa interés facilita las emociones. Quien se expresa oralmente en pú-
blico nunca debe olvidar que por el hecho de participar con su presencia los
reunidos están dispuestos a captar y recibir las emociones que les ofrezcan.
Participar, proyectar las emociones significa compartir un determinado estado
de ánimo con los demás. Es cierto que hay muchas personas con disposición
natural para impresionar, convencer, sugestionar y emocionar, pero también es
cierto que el conocimiento y buen empleo de estas condiciones de la expresión
oral permitirán al orador, que sus palabras causen efecto en quienes escuchan.
La práctica puede desarrollar las cualidades oratorias en mayor o menor grado.
La expresión oral, llamada elocuencia, tiene el poder de hacernos sentir lo que
quiere el hablante. Es capaz de provocar en nosotros el dejar de hacer algo o el
realizar determinada acción. Los antiguos galos representaban a la elocuencia
con la figura de Hércules, de cuyas manos colgaban cadenas de oro que llega-
ban hasta los oídos de los demás; pero las cadenas no eran tirantes, sino flojas,
señalando la suavidad del dominio de la elocuencia. Los auténticos líderes de la
humanidad han sabido hacer uso de la palabra para transformar la propia histo-
riadelospueblos.
O BJETIVAS
Conocimientodelauditorio
El orador que sabe proyectar sus emociones, que sabe controlarlas dentro de él
mismo y que evita cualquier situación personal emotiva que le ocasione omi-
siones o tropiezos, nunca debe olvidar que le es fundamental tomar en cuenta
el tipo de público al que se va a dirigir, esto es, conocer al auditorio. El orador
responsable nunca podrá dirigirse –si quiere ser certero– en igual forma a todos
los grupos, porque no todos los grupos piensan, sienten y asimilan en forma
directa de idéntica manera. No es posible hablar igual a un grupo de médicos,
de amas de casa, de campesinos, de estudiantes, de sacerdotes, etc. Sus propias
58 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
brasdebenserauténticas,propias,precisas,concisas,claras,armoniosasyenér-
gicas. Jamás deben utilizarse palabras que han caído en desuso, menos aún pa-
labrasincorrectas.Lafaltadeclaridadproduceconfusión,ylafaltadenaturalidad
ocasionarisa.
Si conocemos lo que vamos a decir (puesto que hablar de lo que no se cono-
ce es hacer el ridículo) de igual forma debemos emplear las palabras usadas y
conocidas por todos. Quienes intentan utilizar palabras difíciles porque les pa-
rezcan “elegantes”, harán difícil tanto el usarlas como el que las entiendan. La
falta de armonía hará de nuestra lengua una amalgama de ásperos sonidos, lo
que se llama cacofonía y que distorsiona al oído. Finalmente, es indispensable
dar vigor a las expresiones, delinearlas, presentarlas con determinación y ener-
gía. La energía y la seguridad son los mejores aliados de la elocuencia.
La expresión oral tiene como objetivo exponer todo lo que somos capaces de
percibir, desde los más íntimos sentimientos y pensamientos hasta nuestra ex-
plicación y forma de contemplar el universo. La expresión oral, además de esto,
nos permite corregir, pulir y acrecentar nuestra lengua, nos relaciona con los
principales aspectos de la comunicación, nos sociabiliza al darnos a conocer e
identificarnos con los demás, enriquece nuestras imágenes, nos obliga a apren-
der de los otros, vincularnos con todos, en una palabra: tener un claro conoci-
miento de los hombres y del mundo que nos rodea.
Hay muchas formas de expresión oral, las que sobresalen son: la conversa-
ción,laentrevista,ladisertaciónyeldiscurso.
Conversación
—Sí.
—A mí también. Verás, luego que nos juntemos con otros haremos muchas co-
sas, ¿estás preocupado?
—Sí.
—¿Por qué?
—No conozco a nadie; si no me aceptan nos lleva el diablo a todos.
—No te preocupes, te van a aceptar.
—¿Tú crees?
—Estoy segura. De mi secundaria se van a inscribir muchos, y juntos no nos
vamos a dejar. Me canso, ya verás. ¿Eres dejado?
—¿Qué es eso?
—Miedoso, que le saques a las cosas.
—¿A las cosas?
—A los problemas.
—No, a mí nada me da miedo. El que me friegue no lo hace dos veces. Soy
decidido.
—Así se habla; entonces verás cómo vamos a lograr todo lo que queremos hacer.
Vente, nos toca en aquel salón.
—Vamos.
Entrevista
…Sí, la historia tendrá que contar con los pobres de América, con los explotados
y vilipendiados, que han decidido empezar a escribir ellos mismos, para siempre, su
historia. Una huelga como Dios manda… Una ojeada aun rápida sobre la lar-
ga huelga que los obreros de la carne llevaron a cabo, parece mostrar aspectos,
matices nuevos que la diferencian de otras. Sobre esta experiencia fueron preguntados
al azar, sin elegir, obreros, mujeres de obreros, hijos de obreros.
B.C.,38años,obrero.
—¿Le parece que esta huelga ha tenido características que pueden diferenciarla de
otras?
LIBRO DE CONSULTA 63
—Para nosotros, los del Frigorífico Artigas, no hubo nunca huelgas, así que no
había de qué diferenciarla. Teníamos un sindicato que era para la risa. Nunca solida-
rizábamos con nadie. Los dirigentes que ni sé cómo se elegían, siempre defendían al
patrón. Imagínese que el sindicato estaba dentro del establecimiento. Hacía diez años
que no entrábamos en una huelga.
— Para hacer diez años les tocó una buena…
— Sí, de primera.
— ¿Cuál es para usted la enseñanza que dejó esta huelga, si es que dejó alguna?
— En primer término una idea clara de lo que vale la unidad.
— ¿La de todos los obreros que participaban en la huelga?
— No, de esa unidad ni se habla. Si no existe no hay huelga.
— No lo entiendo bien.
—Yo le estoy hablando de la unidad de la gente del cerro, y de la gente del centro
que nunca le vio la cara a uno. Cuántas veces, en otras huelgas, uno salía a vender
bonos y se daba cuenta de que la gente pensaba: ¿por qué no vas a trabajar en lugar
de andar mangueando? Ahora, todos los que salíamos por ahí a vender bonos o a
cualquier otra tarea, sentíamos que la gente estaba con nosotros.
— ¿A eso le llama usted la unidad?
— Sí, esa unidad fue lo más grande que tuvo esta huelga, cuando un gremio
consigue que todo el pueblo entienda, consiguió lo más grande.
B.C.,40años,obrera.
—¿Qué le pareció esta huelga?
—Una huelga como Dios manda.
—¿Será que Dios manda en esto de las huelgas?
—En algunas manda el diablo, pero en ésta no se metió.
—¿En qué se notó que no se metía?
—En la forma como se organizó todo, como funcionaron los campamentos.
Los que tenían problemas para comer sabían que allí había para ellos y para sus hijos.
—¿Cómo se llegó a esta solución?
—Por la colaboración de la población en general y especialmente de los estu-
diantes.
—¿La colaboración económica de los estudiantes?
—No solamente económica, intervinieron en nuestras reuniones, discutieron con
nosotros nuestros problemas.
—Aquello de unidad obrero-estudiantil dejó entonces de ser una frase para los
primeros de mayo…
—Tal vez no sea ésta la primera vez que se dio, pero es la primera vez que se dio
de esa manera. Eran como otros de los nuestros y cuando había que enfrentar a la
policía o hacer barricadas, fueron los primeros.
64 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
—¿En ese sentido no considera que hubo una diferencia importante con huelgas
anteriores?
—¿En qué sentido?
—En el de la violencia.
—Es posible; hubo otras huelgas muy violentas; sin embargo, hay algo en que
podríaestarladiferencia.
—Sí…
—Yo creo que esta vez uno no sabía a dónde podía llegar.
—¿En qué sentido?
—En el sentido de que… No sé, hubo momentos en que se tenía la sensación de
que el cerro entero iba a arder. La gente no tenía miedo, nada de miedo… no sabe
cuántos mocosos de 12, 14 años hubo que sacar de entre las patas de los caballos.
R.Z.10años,hijodeunobrerodelFrigonal.Vendíabonosalasalidadelpuentedelrío
pantanoso.
—Contame todo lo que sepas de la huelga.
—Yo no sé nada. Yo vendo bonos.
—¿Te divierte vender bonos?
—Sí.
—¿Entonces vendés bonos para divertirte?
—No… vendo bonos porque todos tienen que colaborar.
—¿Por qué todos tienen que colaborar?
—Porque si no la huelga se pierde.
—¿Y si todos colaboran?
—Si todos colaboran se gana.
—¿Siempre es así?
—Sí.
—¿Además de vender bonos qué otras cosas se pueden hacer para colaborar?
—¿Usted quiere colaborar?
—¿Yo? Bueno.
—Puede comprar bonos.
Disertación
pre una sola idea como núcleo de la disertación. La conferencia la lleva a cabo
el conferencista o disertante ante el público o auditorio reunido. Quien discurra
no deberá olvidar nunca las condiciones de la expresión oral.
La conferencia o disertación puede sostenerse con la sola palabra, o bien,
con la ayuda de imágenes cinematográficas, diapositivas, discos, pasajes de li-
bros, testimonios, participación presencial de otras personas, etc. Todo esto
recibe el nombre de “ilustración de la conferencia”.
El disertante debe considerar que no puede ser breve ni tampoco extenderse
demasiado. No será repetitivo, sino todo lo contrario, conciso y directo. La du-
ración de una conferencia puede variar de una a dos horas.
La reunión de varias personalidades con el fin de discutir sobre alguna mate-
ria, tema o suceso, se llama mesa redonda. En ella se discuten y se manifiestan
los diferentes puntos de vista, coincidentes u opuestos de los participantes. La
disertación también se lleva a cabo en el congreso y el simposium.
Ejemplo: José Martí diserta acerca de la pregunta ¿a quién tememos?
juraba y votaba porque no quería el criollo huir con sus vestidos, al malagueño que
saca en sus espaldas del hospital al cubano impotente, al gallego que muere en la
nieve extranjera, al volver de dejar el pan del mes en la casa del general en jefe de
la guerra cubana? ¡Por la libertad del hombre se pelea en Cuba, y hay muchos espa-
ñoles que aman la libertad! ¡A estos españoles los atacarán otros: yo los ampararé
toda mi vida! A los que no saben que esos españoles son otros tantos cubanos, les
decimos: “¡Mienten!”
¿Y temeremos a la nieve extranjera? Los que no saben bregar con sus manos en la
vida, o miden el corazón de los demás por su corazón espantadizo, o creen que los
pueblos son meros tableros de ajedrez, o están tan criados en la esclavitud que
necesitan quién les sujete el estribo para salir de ella, ésos buscarán en un pueblo
de componentes extraños y hostiles la república que sólo asegura el bienestar cuando
se le administra en acuerdo con el carácter propio, y de modo que se acendre y
realce. A quien crea que falta a los cubanos coraje y capacidad para vivir por sí en la
tierra creada por su valor, le decimos: “Mienten”.
Y a los lindoros que desdeñan hoy esta revolución santa, cuyos guías y mártires
primero fueron hombres nacidos en el mármol y seda de la fortuna, esta santa
revolución que en el espacio más breve hermanó, por la virtud redentora de las
guerras justas, al primogénito heroico y al campesino sin heredad, al dueño de hom-
bres y a sus esclavos; a los olimpos de pisapapel, que bajan de la trípode calumniosa
para preguntar aterrados, y ya con ánimos de sumisión, si ha puesto el pie en tierra
este peleador o el otro, a fin de poner en paz el alma con quien puede mañana
distribuir el poder; a los alzacolas que fomentan, a sabiendas, el engaño de los que
creen que este magnífico movimiento de almas, esta idea encendida de la redención
decorosa, este deseo triste y firme de la guerra inevitable, no es más que el tesón de
un rezagado indómito, a la correría de un general sin empleo o la algazara de los que
no gozan de una riqueza que sólo se puede mantener por la complicidad con el
deshonor o la amenaza de una turba obrera, con odio por corazón y papeluchos
por sesos, que irá, como del cabestro, por donde la quiera llevar el primer ambicioso
que la adule o el primer déspota encubierto que le pase por los ojos la bandera –a
lindoros o a olimpos, y a alzacolas–, les diremos:
— Mienten. ¡Esta es la turba obrera, el arca de nuestra alianza, el tahalí, bordado
de mano de mujer, donde se ha guardado la espada de Cuba, el arenal redentor
donde se edifica y se perdona, y se prevé y se ama!
¡Basta, basta de meras palabras!
Discurso
Nada hay en mi juicio más excelente —nos cuenta Cicerón que dijo Craso— que
poder, con la palabra, gobernar las sociedades humanas, atraer los entendimientos,
mover las voluntades y traerlas o llevarlas a donde se debe.
68 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
No hay materia ajena del orador, siempre que éste sepa tratarla con gravedad y
responsabilidad. A él pertenece el dar la prudente sugerencia a los problemas, a él,
levantar al pueblo de su apatía o refrenar sus ímpetus mal encauzados. La elocuencia
sirvealavezparacastigarelfraudeysalvaralinocente.
Así como el orador en ocasiones puede hablar con acierto de todas las materias
aunque superficialmente las conozca, así los cultivadores de otras artes pueden ha-
blar con elegancia si han aprendido algo de retórica, pero no porque el labrador use
un estilo elegante en las cosas rústicas, o el médico al tratar las enfermedades, o el
pintor de pinturas, hemos de creer que la elocuencia entra en sus respectivos cono-
cimientos, porque es tal la fuerza del ingenio humano, que muchos sin especial cultu-
ra,consiguenadivinaralgodetodaslasartesyciencias.
curso debe saber que la fuerza emotiva de sus palabras y sus ideas pueden
romper o forjar cadenas.
Para el discurso hay que utilizar todos los conocimientos que hemos estudia-
do anteriormente en la expresión oral. Con mayor afirmación el conocer el au-
ditorio y saber con precisión lo que se va a decir, cómo se va a decir, por qué se
va a decir y qué acción deberá resultar. En su forma, el discurso tiene tres
partes: introducción, cuerpo, conclusiones.
Introducción
Cuerpo
Conclusiones
necesarias; esto es, aclarará lo que cada uno debe hacer. Finalmente, y como
segundo y último punto de las conclusiones, se marcará la acción a seguir.
Acción a seguir. Si un discurso solamente emocionó o “enardeció”, no es efec-
tivo. Todo discurso debe producir una acción. Los discursos que producen pa-
sividad o indiferencia, más aún, desprecio, no han sido discursos sino comedias
en las que solamente creen los invertebrados oradores que los han dicho. Des-
pués del discurso se cree, se aclara, se sabe, se tiene conciencia, se vive y se
acciona. Las palabras son hechos, somos por nuestros hechos. En ese momento
se marca la trayectoria general. El conocimiento del que ha hablado, su vigor,
su análisis, sus palabras comprometedoras, dejan de ser subjetivos porque ya
son de todos, porque realmente fueron impulsados por todos y consecuente-
mente ha llegado el momento de convertirlos en hechos, quien no es conse-
cuente con sus ideas no debía siquiera haber concebido ideas. Todos sabrán,
porque así deberá hacérselo sentir el orador, lo que deben hacer.
El discurso cumple sólo con esta forma su verdadera función. Su función
masiva, su función de liberación.
Consideramos que para ejemplificar debidamente el discurso es necesario
transcribir los siguientes pasajes de discurso de tres guías populares.
Nuestro primer ejemplo es el discurso de Ricardo Flores Magón “La patria
burguesa y la patria de los trabajadores”, pronunciado el 19 de septiembre de
1915.
I NTRODUCCIÓN
CUERPO
esa lucha de fieras (Primera Guerra Mundial), el bolsillo de cada quien; son lobos
hambrientos que tratan de arrebatarse una presa. No se trata del honor nacional
herido ni de la bandera ultrajada, sino de una lucha por la posesión del dinero, del
dinero que primero hizo sudar al pueblo en los campos, en las fábricas, en las minas,
en todos los lugares de explotación y que ahora se quiere que ese mismo pueblo
explotado lo guarde con su vida en los bolsillos de los que lo robaron.
¡Qué sarcasmo! ¡Qué ironía sangrienta! Se hace trabajar al pueblo por un mendru-
go, quedándose los amos con la ganancia, y después se hace que los pueblos se
destrocen unos a otros para que esa ganancia no sea arrancada de las uñas de sus
verdugos. Protegernos los pobres, está bien; ése es nuestro deber, ésa es la obliga-
ción que nos impone la solidaridad. Protegernos los unos a los otros, ayudarnos,
defendernos mutuamente, es una necesidad que debemos satisfacer si no quere-
mos ser aniquilados por nuestros señores; pero armarnos y echarnos unos sobre
otros para defender el bolsillo de nuestros amos, es un crimen de esa clase; es una
felonía que debemos rechazar indignados. A las armas, está bien; pero contra los
enemigos de nuestra clase, contra los burgueses, y si nuestro brazo ha de tronchar
alguna cabeza, que sea la del rico; si nuestro puñal ha de alcanzar algún corazón, que
sea el del burgués. Pero no nos destrocemos los pobres unos a los otros.
En los campos de Europa los pobres se destrozan unos a los otros en beneficio
de los ricos, quienes los hacen creer que luchan en beneficio de la patria. Y bien, ¿qué
patria tiene el pobre? Él no cuenta más que con sus brazos para ganarse el sustento,
sustento del que carece si al amo maldito no se le antoja explotarlo. ¿Qué patria
tiene? Porque la patria debe ser algo así como una buena madre que ampara por
igual a todos sus hijos. ¿Qué amparo tienen los pobres en sus respectivas patrias?
¡Ninguno! El pobre es un esclavo en todos los países, es desgraciado en todas las
patrias, es un mártir bajo todos los gobiernos. Las patrias no dan pan al hambriento,
no consuelan al triste, no enjugan el sudor de la frente del trabajador rendido de
fatiga, no se interponen entre el débil y el fuerte para que éste no abuse del primero,
pero cuando los intereses del rico están en peligro, entonces se llama al pobre para
que exponga su vida por la patria, por la patria de los ricos, por una patria que no es
nuestra, sino de nuestros verdugos.
ARENGA
Abramos los ojos, hermanos de cadena y de explotación; abramos los ojos a la luz
de la razón. La patria es de los que poseen, y los pobres nada poseen. La patria es la
madre cariñosa del rico y la madrastra del pobre. La patria es el polizonte armado
de un garrote que nos arroja a puntapiés al fondo de un calabozo o nos pone el
cordel en el pescuezo cuando no queremos obedecer las leyes escritas por los ricos
enbeneficiodelosmismosricos.Lapatria(sistemacapitalista)noesnuestramadre,¡es
nuestro verdugo!
LIBRO DE CONSULTA 73
C LÍMAX
Y bien, horrible como es la carnicería insensata que convierte en matadero el territo-
rio del viejo mundo, ella tiene que producir inmensos bienes a la humanidad, y en
lugar de entregarnos a tristes reflexiones considerando tan solo el dolor, las lágrimas
y la sangre, alegrémonos, regocijémonos de que tal hecatombe haya tenido lugar. La
catástrofe mundial que contemplamos es un mal necesario. Los pueblos, envilecidos
por la civilización burguesa ya no se acordaban de que tenían derechos, y se hacía
indispensable una sacudida formidable para despertarlos a la realidad de las cosas.
Hay muchos que necesitan del dolor para abrir sus cerebros a la razón. El maltrato
envilece al apocado y al tímido, pero en el pecho del hombre de vergüenza despierta
sentimientos de dignidad y de noble orgullo que lo hacen rebelarse. El hambre
doblega al cobarde y lo entrega de rodillas al burgués; pero es al mismo tiempo un
acicate que hace encabritar a los pueblos. El sufrimiento puede conducir a la resigna-
ción y a la paciencia; pero también puede poner en las manos del hombre valiente el
puñal, la bomba y el revólver. Y esto será lo que suceda cuando termine esta guerra
infame, o lo que hará terminar. Las grandes batallas campales terminarán con la
barricada y el motín de los pueblos rebelados, y las banderas nacionales se desvane-
cerán en el espacio, para dar lugar a la bandera roja de los desheredados del mundo.
74 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
Entonces la revolución que nació en México, y que vive aún como azote y un
castigo para los que explotan, los que embaucan y los que oprimen a la humanidad,
extenderá sus flamas bienhechoras por toda la Tierra y en lugar de cabezas de pro-
letarios rodarán por el suelo las cabezas de los ricos, de los gobernantes y de los
sacerdotes, y un solo grito subirá al espacio, escapado del pecho de millones y millo-
nes de seres humanos: ¡Viva Tierra y Libertad!
Y por primera vez el sol no se avergonzará de enviar sus rayos gloriosos a esta
mustia tierra, dignificada por la rebelión, y una humanidad nueva, más justa, más
sabia, convertirá a todas las patrias en una sola patria, grande, hermosa, buena: la
patria de los seres humanos; la patria del hombre y de la mujer, con una sola bande-
ra,ladelafraternidaduniversal.
Saludemos, compañeros de fatigas y de ideales, a la Revolución Mexicana. Salu-
demos esa epopeya sublime del peón convertido en hombre libre por la rebeldía, y
pongamos todo lo que esté de nuestra parte, nuestro dinero, nuestro talento, nuestra
energía, nuestra buena voluntad, y si es necesario sacrifiquemos nuestro bienestar,
nuestra libertad y aun nuestra vida para que esa Revolución no termine con el en-
cumbramiento de ningún hombre al poder, sino que, siguiendo su curso reivindicador,
termine con la abolición del derecho de propiedad privada y la muerte del principio
de autoridad; porque mientras haya hombres que poseen y hombres que nada tie-
nen, el bienestar y la libertad serán un sueño, continuarán existiendo tan solo como
unabellailusiónjamásrealizada.
La Revolución no debe ser el medio de que se valgan los malvados para encum-
brarse, sino el movimiento justiciero que dé muerte a la miseria y a la tiranía, cosas
que no mueren eligiendo gobernador sino acabando con el llamado derecho de
propiedad privada. Este derecho es la causa de todos los males que sufre la huma-
nidad. No hay que buscar el origen de nuestros males en otra cosa, pues por el
derecho de propiedad hay gobierno y hay sacerdotes. El gobierno es el encargado
de ver que los ricos no sean despojados por los pobres, los sacerdotes no tienen otra
misión que infundir en los pechos proletarios la paciencia, la resignación y el temor
de Dios, para que no piensen jamás en rebelarse contra sus tiranos y explotadores.
El Partido Liberal Mexicano –unión obrera revolucionaria– comprende que la
libertad y el bienestar son imposibles mientras existan el capital, la autoridad y el
clero, y a la muerte de estos tres monstruos o de ese monstruo de tres cabezas
tienden todos sus esfuerzos, y a la propaganda y a la acción de los miembros de este
partido se debe el hecho que no hay un gobierno estable en México, esto es, que no
se fortalezca una nueva tiranía. No queremos ricos, no queremos gobernantes ni
sacerdotes, no queremos bribones que exploten las fuerzas de los trabajadores; no
queremos bandidos que sostengan con la ley a esos bribones, ni malvados que en
nombre de cualquier religión hagan del pobre un cordero que se deje devorar de los
lobossinresistenciaysinprotesta.
LIBRO DE CONSULTA 75
Aquellos de vosotros que queráis conocer a fondo por qué lucha el Partido Libe-
ral Mexicano, no tenéis que hacer otra cosa que leer el manifiesto de 23 de septiem-
bre de 1911, promulgado por la junta organizadora del partido.
Así como la guerra europea es un mal necesario, la Revolución Mexicana es un
bien. Hay sangre, hay lágrimas, hay sacrificios, es cierto; pero ¿qué grande conquista
ha sido obtenida entre fiestas y placeres? La libertad es la conquista más grande que
puede apetecer un pecho digno, y la libertad sólo se obtiene arrostrando la muerte,
lamiseriayelcalabozo.
Pensar que de otra manera se puede conquistar la libertad, es equivocarse lamen-
tablemente.
Nuestra libertad está en las manos de nuestros opresores; de ahí que no podemos
adquirirlasinluchaysinsacrificio.
¡Adelante! Si en Europa se combate todavía por la patria, esto es, por los ricos, en
México se lucha por: ¡Tierra y Libertad! ¡Adelante! El momento es solemne. En
México el sistema capitalista se derrumba a los golpes de la plebe dignificada, y los
clamores de los ricos y los clérigos llegan a Washington a trastornar el seso de ese
pobre juguete de la burguesía que se llama Woodrow Wilson, el presidente enano, el
funcionario de sainete que, por ironía del destino, le ha tocado ser actor en una
tragedia en la que solamente deberían tomar parte personajes de hierro.
¡Adelante! El remedio está a nuestro alcance. Para acabar con el sistema capitalista
no tenemos otra cosa que hacer que poner nuestras manos sobre los bienes que se
encuentran en las garras de los ricos y declararlos propiedad de todos, hombres y
mujeres. El hombre arriesga su vida por encumbrar a un gobernante, que por más
amigo del pobre que se diga ser, nunca lo será más que lo es del rico, ya que su
misión es velar porque la ley sea respetada, y la ley ordena que se respete el derecho
de propiedad privada o individual.
C ONCLUSIONES
La expropiación, éste es el remedio; pero debe ser la expropiación para beneficio de
todos y no de unos cuantos. La expropiación es la llave de oro que abre las puertas
de la libertad, porque la posesión de la riqueza da la independencia económica. El
quenonecesitaalquilarsusbrazosparavivir,eseeslibre.
¡Adelante! No es posible detenerse y ser simples espectadores del drama formi-
dable. Que cada cual se una a los de su clase: el pobre con el pobre, el rico con el
rico, para que cada quien se encuentre con los suyos y en su puesto en la batalla final,
la de los pobres contra los ricos; la de los oprimidos contra los opresores; la de los
hambrientos contra los hartos, y cuando el humo del último disparo se haya disipa-
do y del edificio burgués no quede piedra sobre piedra, que el sol alumbre nuestras
frentes ennoblecidas y a la Tierra le quepa el orgullo de sentirse pisada por hombres
y no por rebaños.
76 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
Con mano robusta se han hecho pedazos las rejas de los presidios y con los
barrotes han hundido el cráneo de jueces y cagatintas. Al burgués le han acariciado el
pescuezo con la cuerda de los ahorcados, y con gesto heroico, jamás presenciado
por los siglos, han puesto la mano sobre la tierra que palpita emocionada al sentirse
poseída por hombres libres...
¡Adelante! Que en este momento solemne cada quien cumpla con su deber.
¡Viva el Partido Liberal Mexicano! ¡Viva Tierra y Libertad!
Pasemos ahora a otro discurso, el del libertador de China, Mao Tse Tung, al
que tituló “El viejo tonto que removió las montañas”, pronunciado el 11 de
junio de 1945 ante el VII Congreso Nacional del Partido Comunista de China.
Camaradas:
Hemos celebrado un Congreso muy fructífero. Hemos hecho tres cosas. Primera,
determinamos la línea de nuestro Partido, que consiste en movilizar audazmente a
las masas y robustecer las fuerzas populares a fin de que, bajo la dirección del Parti-
do, derroten a los agresores japoneses, consigan la liberación de todo el pueblo y
construyan una China de nueva democracia. Segunda, aprobamos los nuevos Esta-
tutos del Partido. Tercera, elegimos el organismo dirigente del Partido: el Comité
Central. De ahora en adelante nuestra tarea es dirigir a todo el Partido en la aplica-
ción de su línea. El nuestro ha sido un congreso de victoria, un congreso de unidad.
Los delegados han formulado excelentes observaciones sobre los tres informes.
Muchos camaradas se han hecho autocrítica; partiendo del afán de unidad, se ha
logrado la unidad mediante la autocrítica. Este Congreso ha sido un modelo de
unidad, de autocrítica y de democracia interna del Partido.
Clausurado el Congreso, muchos camaradas regresarán a sus puestos de trabajo
opartiránparalosdiversosfrentesdebatalla.
Adonde quiera que vayan, camaradas, deben divulgar la línea del Congreso y, por
intermedio de los militantes del Partido, explicarla a las grandes masas populares.
Al divulgar la línea del Congreso, nos proponemos infundir a todo el Partido y a
todo el pueblo la convicción que la revolución triunfará. Ante todo, debemos elevar
la conciencia política de la vanguardia, de modo que sea resuelta, no tema ningún
sacrificio y supere todas las dificultades para conquistar la victoria. Pero esto no
basta; también debemos despertar la conciencia política de las grandes masas popu-
lares de todo el país para que, voluntariamente y de buen grado, luchen junto con
nosotros por la victoria. Debemos inflamar a todo el pueblo con la convicción de
que China pertenece al pueblo chino y no a los reaccionarios. Hay una antigua fábula
china llamada “El viejo tonto que removió las montañas”. Cuenta que hace mucho
tiempo vivía en el norte de China un anciano conocido como el Viejo Tonto de las
LIBRO DE CONSULTA 77
Montañas del Norte. Su casa miraba al sur, y frente a ella, obstruyendo el paso, se
alzaban dos grandes montañas: Taijang y Wangwu. El Viejo Tonto decidió llevar a
sus hijos a remover con azadones las dos montañas. Otro anciano, conocido como
el Viejo Sabio, los vio y, riéndose, les dijo: “¡Que tontería! Es absolutamente impo-
sible que vosotros, siendo tan pocos, logréis remover montañas tan grandes.” El
Viejo Tonto respondió: “Después que yo muera, seguirán mis hijos; cuando ellos
mueran, quedarán mis nietos, y luego sus hijos y los hijos de sus hijos, y así indefini-
damente. Aunque son muy altas, estas montañas no crecen y con cada pedazo
que les sacamos se hacen más pequeñas. ¿Por qué no vamos a poder removerlas?”
Después de refutar la errónea idea del Viejo Sabio, siguió cavando día tras día, sin
cejar en su decisión. Dios, conmovido ante esto, envió a la Tierra dos ángeles que se
llevaron a cuestas ambas montañas. Hoy, sobre el pueblo chino pesan también dos
grandes montañas, una se llama imperialismo y, la otra feudalismo. El Partido Co-
munista de China hace tiempo que decidió eliminarlas. Debemos perseverar en nuestra
decisión y trabajar sin cesar; también conmoveremos a Dios. Nuestro Dios no es
otro que las masas populares de China. Si ellas se alzan y cavan junto con nosotros,
¿por qué no vamos a poder eliminar esas montañas?
Ayer, durante una conversación con dos norteamericanos que regresaban a su
país, dije que el gobierno de los Estados Unidos trata de socavar nuestra causa y que
eso no lo toleraremos. Nos oponemos a la política de ese gobierno de apoyar a
Chiang Kai-shek contra los comunistas. Pero debemos establecer una distinción,
primero, entre el pueblo y el gobierno de los Estados Unidos y, segundo, dentro de
ese gobierno, entre los que deciden la política y los funcionarios en general. Dije a
estos dos norteamericanos: “Comuniquen a los fabricantes de la política de su go-
bierno que nosotros les prohibimos entrar en las regiones liberadas, porque su polí-
tica es apoyar a Chiang Kai-shek contra los comunistas, y no les tenemos confianza.
Pueden venir a las regiones liberadas si su propósito es combatir al Japón, pero antes
hay que llegar a un acuerdo. No les permitiremos andar husmeando por donde se
les antoje. Dado que Patrick J. Hurley declaró públicamente que no habría coopera-
ción con el Partido Comunista de China, ¿para qué desean ustedes venir a merodear
en nuestras regiones liberadas?”
La política del gobierno yanqui de apoyar a Chiang Kai-shek contra los comunis-
tas revela lo desenfrenada que es la reacción norteamericana. Pero está condenado al
fracaso todo intento de los reaccionarios, chinos o extranjeros, para impedir la vic-
toria de nuestro pueblo. La democracia constituye la corriente principal en el mundo
actual, mientras que la reacción antidemocrática es sólo una contracorriente. Esta
contracorriente reaccionaria intenta predominar sobre la corriente principal de inde-
pendencia nacional y democracia popular, pero jamás pasará a ser corriente princi-
pal. Actualmente existen aún en el viejo mundo tres grandes contradicciones, que
hace ya tiempo señaló Stalin: la primera, entre el proletariado y la burguesía dentro
78 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
delospaísesimperialistas;lasegunda,entrelasdiversaspotenciasimperialistas,yla
tercera, entre los países coloniales y semicoloniales y las metrópolis imperialistas.
Estas contradicciones no sólo siguen existiendo, sino que se desarrollan tornándose
más agudas y amplias. Y a consecuencia de su existencia y desarrollo, llegará el día en
que sea barrida la contracorriente reaccionaria antisoviética, anticomunista y
antidemocrática, que hoy todavía existe.
En estos momentos se celebran dos congresos en China, el VI Congreso del
Kuomintang y el VII Congreso del Partido Comunista. Tienen objetivos diame-
tralmente opuestos: uno pretende aniquilar al Partido Comunista y demás fuerzas
democráticas de China y así sumergir a nuestro país en las tinieblas; el otro aspira
a derrocaralimperialismojaponésysuslacayos,lasfuerzasfeudaleschinas,construir
una China de nueva democracia y, de esta manera, conducir a nuestro país hacia la
luz. Estas dos líneas luchan entre sí. Tenemos la firme convicción de que, dirigido
por el Partido Comunista de China y guiado por la línea de su VII Congreso, el
pueblo chino alcanzará la victoria total, mientras que la línea contrarrevolucionaria
del Kuomintang fracasará.
historia…Esaeraunadesuscaracterísticasesenciales:ladisposicióninmediata,ins-
tantánea, a ofrecerse para realizar la misión más peligrosa. Y aquello, naturalmente,
suscitaba la admiración y la doble admiración hacia aquel compañero que luchaba
junto a nosotros, que no había nacido en esta tierra, que era un hombre de ideas
profundas, que era un hombre en cuya mente bullían sueños de luchas en otra parte
delcontinente.Ysinembargo,aquelaltruismo,aqueldesinterés,aquelladisposicióna
hacer siempre lo más difícil, a arriesgar su vida constantemente. Fue así como se
ganó los grados de Comandante y de Jefe de la Segunda Columna que se organiza-
ba en la Sierra Maestra. Fue así como comenzó a crecer en su prestigio, como
comenzó a adquirir su fama de magnífico combatiente que hubo de llevar a los
grados más altos en el transcurso de la guerra. Che, era un insuperable soldado. Che,
era un insuperable jefe. Che, era, desde el punto militar, un hombre extraordinaria-
mente capaz, extraordinariamente valeroso, extraordinariamente agresivo. Si como
guerrilleroteníaun“talóndeAquiles”,estetalóndeAquileserasuexcesivaagresivi-
dad, era su absoluto desprecio al peligro. Los enemigos pretenden sacar conclusio-
nes de su muerte. Che, era un maestro de la guerra. Che, era un artista de la lucha
guerrillera. Y lo demostró infinidad de veces…
Lo demostró sobre todo en su audaz ataque a la ciudad de Santa Clara, penetran-
do con una columna de apenas 300 hombres en una ciudad defendida por tanques,
artillería, y varios miles de soldados de infantería. Por haberse influido profunda-
mente en su conducta la idea de que los hombres tienen un valor relativo en la
historia, la idea de que las causas no son derrotadas cuando los hombres caen. Y
la incontenible marcha de la historia no se detiene ni se detendrá ante la caída de los
pobres.
Nuevos jefes surgirán. Y los hombres, los oídos receptivos, y las manos que se
extiendan, necesitarán jefes que surgirán de las filas del pueblo, como han surgido los
jefes en todas las revoluciones. Y es en ese campo, en el campo de las ideas, en el
campo de los sentimientos, en el campo de las juventudes revolucionarias, en el cam-
podelainteligencia,es,apartedesusvirtudesmilitares,enquenosotrossentimosla
tremenda pérdida que para el movimiento revolucionario ha significado su muerte.
Porque Che unía en su extraordinaria personalidad virtudes que rara vez aparecen
juntas. Él descolló como hombre de acción insuperable, pero Che no fue sólo un
hombre de acción insuperable. Che era un hombre de pensamiento profundo e
inteligencia visionaria; un hombre de profunda cultura: es decir, que reunía en su
persona al hombre de ideas y al hombre de acción.
Por eso le ha legado a las generaciones futuras no sólo su experiencia, sus conoci-
mientos como soldado del pasado, sino, y a la vez, las obras de su inteligencia. Sus
escritos, no dudamos de que pasarán a la posteridad como monumentos clásicos
del pensamiento revolucionario… Los días reglamentarios de descanso, los dedica-
ba al trabajo voluntario… Como revolucionario comunista, verdaderamente comu-
80 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
nista,teníaunainfinitafeenlosvaloresmorales.Teníaunainfinitafeenlaconciencia
de los hombres…
¿Cómo debemos mirar nosotros el ejemplo del Che? Acaso pensamos que lo
hemos perdido. Cierto es que no volveremos a ver nuevos escritos. Cierto es que no
volveremos a escuchar de nuevo su voz. Pero el Che le ha dejado al mundo un
patrimonio, un gran patrimonio. Y de este patrimonio, nosotros que lo conocimos
tan de cerca, seremos, debemos ser, en grados considerables, herederos suyos. Y
éste fue: su pensamiento revolucionario. Y éste fue: sus virtudes revolucionarias.
Y éste fue: su carácter, su voluntad, su tenacidad, su espíritu de trabajo. En una
palabra, nos dejó su ejemplo. Y el ejemplo del Che debe ser un modelo para nues-
tro pueblo. El ejemplo del Che debe ser modelo ideal para nuestro pueblo. Si que-
remos expresar cómo aspiramos que sean nuestros combatientes revolucionarios,
nuestros militantes, nuestros hombres; debemos decir sin vacilación de ninguna ín-
dole: ¡Que sean como el Che! Si queremos expresar cómo queremos que sean los
hombres de las futuras generaciones, debemos decir: ¡Que sean como el Che! Si
queremos decir cómo deseamos que se eduquen nuestros niños, debemos decir sin
vacilación: ¡Queremos que se eduquen en el espíritu del Che! Si queremos un modelo
de hombre, un modelo de hombre que no pertenece a este tiempo, un modelo de
hombre que pertenece a los tiempos futuros, de corazón digo que ese modelo, sin
una sola mancha en su conducta, sin una sola mancha en su actitud, sin una sola
mancha en su actuación: ¡Ese modelo es el Che! Si queremos saber cómo deseamos
que sean nuestros hijos, debemos decir con todo el corazón de vehementes revolu-
cionarios: ¡Queremos que sean como el Che!
Che se ha convertido en un modelo de hombre no sólo para nuestro pueblo, sino
paracualquierpueblodeAméricaLatina.Chellevóasumásaltaexpresiónelestoicista
revolucionario, el espíritu de sacrificio revolucionario, la combatividad del revolu-
cionario, el espíritu de trabajo del revolucionario. Y Che llevó las ideas del marxis-
mo-leninismo a su expresión más fresca, más pura, más revolucionaria. Ningún
hombre como él en estos tiempos ha llevado a su nivel más alto el espíritu interna-
cionalista proletario. Y cuando se hable de internacionalista proletario, y cuando se
busque un ejemplo de internacionalista proletario, ese ejemplo, por encima de cual-
quier otro ejemplo, es el ejemplo del Che. En su mente y en su corazón habían
desaparecido las banderas, los prejuicios, los chovinismos, los egoísmos. Y su sangre
generosa estaba dispuesto a vertirla por la suerte de cualquier pueblo, por la causa de
cualquier pueblo, y dispuesto a vertirla espontáneamente, y dispuesto a vertirla ins-
tantáneamente. Y así, sangre suya fue vertida en esta tierra cuando lo hirieron en
diversos combates. Sangre suya por la redención de los explotados y los oprimidos,
de los humildes y los pobres, se derramó en Bolivia.
Esa sangre se derramó por todos los explotados, por todos los oprimidos. Esa
sangre se derramó por todos los pueblos de América y se derramó por Vietnam.
LIBRO DE CONSULTA 81
Porque él, allá, combatiendo contra las oligarquías, combatiendo contra el imperia-
lismo, sabía que brindaba a Vietnam la más alta expresión de su solidaridad.
Es por eso, compañeros y compañeras de la Revolución, que nosotros debemos
mirar con firmeza el porvenir, y con decisión. Es por eso que debemos mirar con
optimismo el porvenir, y buscaremos siempre en el ejemplo del Che la inspiración.
Lainspiraciónenlaluz,lainspiraciónenlatenacidad,lainspiraciónenlaintransigen-
cia frente al enemigo y la inspiración en el sentimiento internacionalista. Es por eso
que nosotros en la noche de hoy, después de este impresionante acto, después de
esta increíble –por su magnitud, por su disciplina y por su devoción– muestra
multitudinaria de reconocimiento que demuestra cómo éste es un pueblo sensible,
que demuestra cómo éste es un pueblo agradecido, que demuestra cómo este pue-
blo sabe honrar la memoria de los valientes que caen en el combate, que demuestra
cómo este pueblo sabe reconocer a los que le sirven, que demuestra cómo este
pueblo se solidariza con la lucha revolucionaria, cómo este pueblo levanta y tendrá
siempre en alto y cada vez más en alto las banderas revolucionarias y los principios
revolucionarios.
Hoy, en estos instantes de recuerdo debemos elevar nuestro pensamiento y con
optimismo del futuro, con optimismo absoluto en la victoria definitiva de los pue-
blos, le digamos al Che, y con él a los héroes que combatieron y cayeron junto a él:
¡Hasta la victoria, siempre! ¡Patria o muerte: Venceremos!
Blanca
5. EXPRESIÓN ESCRITA
Esta Calavera tenía lengua y podía hablar
Hamlet Shakespeare
FORMAS LITERARIAS
Ladescripción
85
86 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
personajes, los lugares, los hechos, etc., que se describen. Son precisamente los
adjetivos los que dan el detalle de lo descrito. La descripción es el fondo de la
literatura.
Siempre debe evitarse la vulgaridad o la exageración, ya que dañan seriamen-
te una buena descripción.
Hay dos tipos de descripción: la objetiva y la subjetiva. La descripción es
objetiva cuando el que escribe es simplemente espectador y muestra lo que ve,
sin incluir en la descripción apreciaciones personales.
La descripción es subjetiva cuando el que escribe incluye en la descripción,
sentimientos que experimenta al estar frente a la persona, lugar u objeto que
describe.
Para la descripción es indispensable desarrollar varios sentidos:
Sentido de observación. Una vez elegido el objeto a describir, y para lograr que
el lector “vea” lo que se quiere describir, es necesario primero que hayamos
visto profundamente y observado con detenimiento y precisión las personas,
lugares o hechos que queremos describir. Si una descripción es mala, puede ser
porque el que la escribió no supo observar suficientemente. El sentido de ob-
servación se logra fijando toda la atención, concentrándose y poniendo los cin-
cosentidos,lavista,eloído,elgusto,elolfatoyeltacto,enloquevaadescribirse.
Cualquier distracción perjudica. Entre mayor profundidad de observación se
tenga, más fielmente se reflejará la condición de lo que se describe.
Sentidodereflexión.Noessuficienteobservar.Físicamenteesnecesariollegar
siempre hasta el fondo de las cosas. Reflexionar es analizar, valorar. Nunca
debemos quedarnos en la superficie, siempre hay que intentar llegar al fondo,
bien sea de una persona, un lugar o un hecho. Hay que penetrar en toda su
autenticidad y toda su belleza. Un personaje puede interesar a varios pintores
de manera diferente. A los más superficiales podrá interesarles su porte, su
forma de vestir, su manera de posar. A los más profundos no les bastará con
esto, sino investigarán y profundizarán su expresión, lo que su interior proyecta,
la finalidad que tiene dentro de la sociedad, lo que representa, lo que vive. En
una palabra, lo que es. El primer retrato será un retrato fiel como lo puede ser
una fotografía. El segundo retrato será realmente una obra maestra.
Entre más sentido de reflexión desarrollemos, mayor calidad literaria adqui-
riránuestradescripción.
Sentido crítico. Después de observar y reflexionar se abrirá paso nuestro punto
de vista. El punto de vista es cómo nosotros –quien escribe–, apreciamos y
valoramos el objetivo a describir. Nuestro sentido crítico es lo más importante
LIBRO DE CONSULTA 87
para los demás, ya que es posible que un mismo hecho pueda ser descrito de
maneras muy distintas, de acuerdo con la agudeza del sentido crítico y puntos
de vista. Nuestro modo de ver las cosas, nuestra forma de percibirlas, de acuer-
do con la educación, trabajo, sensibilidad y emotividad de que somos capaces
será lo que dé el tono humano a la descripción.
Es condición fundamental ser verdaderamente sinceros con nosotros mis-
mos y con los demás al desarrollar el sentido crítico. Él mismo nos dirá lo que
debemos destacar y lo que debemos abandonar. Pero lo fundamental será nues-
tro punto de vista singular y personal.
Sentido de organización. Habiendo desarrollado los sentidos anteriores tene-
mos ya la esencia para comenzar la descripción. El paso siguiente será llevarla
a cabo, realizarla. Como toda iniciativa humana será preciso primero organizar
un plan de trabajo, ordenando todo el material de datos, testimonios y sobre
todo ver cuáles son nuestras ideas más importantes y cuáles las que pueden
pasar a segundo término, esto es, seguir el orden lógico que creamos conve-
niente. No debemos perder de vista en este momento realzar los datos que
provoquen mayor interés para que desde la primera línea de nuestra descripción
captemos la atención del lector. También es fundamental tener muy en cuen-
ta la intención que estamos persiguiendo: decir la realidad, la vida oral de lo
descrito.
Una vez que se ha observado y organizado la descripción, conviene advertir
que debemos seleccionar las palabras precisas de acuerdo con el vocabulario
que responda a lo que hemos decidido describir. En muchas ocasiones no es
preciso decir todo lo que vemos, pero sí todos los detalles característicos que
definen lo que escribimos. La lengua que utilizamos debe ser:
Viva. Esto es una lengua ágil, rápida, clara, palpitante y plástica. Los párra-
fos deben ser cortos, bien estructurados, para mantener latente la descripción.
Los párrafos largos, lentos y repetitivos cansan y acaban por aburrir al lector.
Actual. Nuestro estilo debe corresponder definitivamente a la época que es-
tamos viviendo. Más aún, debe contener una gran carga de realidad. Debe estar
plenamente al servicio de nuestros contemporáneos. Debe ser entendido por
todos sin desvirtuar el hecho y llegar a lo tendencioso. Escribir como lo hacían
en el pasado es anacrónico. La lengua, como la realidad y los hombres, vive su
época.
Directa. El estilo debe ser conciso. Las palabras deben tener una función pre-
cisa, específica. No es necesario –salvo intención expresa–, que se repita lo que
ya se ha dicho. Cada palabra debe aportar; si no es así, debe quedar fuera. Pala-
88 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
bra que no agrega, quita. Los párrafos deben tener limpidez; nada de pérdidas,
vueltas y rodeos inútiles que no conducen sino al tedio. Cada párrafo debe ser
consecuente al anterior y cada palabra descendiente de la que la precede.
Atrayente. Si desde el principio hemos captado la atención del lector y si cui-
damos, alimentamos y hacemos que esa atención se mantenga, de ninguna ma-
nera convendrá cometer errores que provoquen que se pierda. Debemos renovar
continuamente el interés del lector. Favorecer y estimular sus emociones en un
juego leal y respetuoso. Llevarlo de una situación a otra sin brusquedades, sino
cautivada, sugestivamente.
Además de la descripción literaria existen las descripciones de las demás
artes: descripción pictórica, cinematográfica, musical, de danza o coreografía,
teatral,etcétera.
Ejemplo: Relato que Baltasar Dromundo hace del asesinato oficial del gene-
ral Emiliano Zapata en la hacienda de Chinameca, Morelos, el 10 de abril de
1919.
Narración
Polonio ya no pudo soportar por más tiempo con la cabeza incrustada en el postigo,
y decidió ceder el puesto de vigía para que Albino lo ocupara, pero al mirar de
soslayo muy forzadamente hacia el interior de la celda, le pareció advertir movi-
mientos extraños, a la vez que se daba cuenta de que El Carajo había cesado de
gemir después de haberlo hecho sin parar desde que recibiera el puñetazo en el
estómago. Con gran cuidado y lentitud, atento, precavido, se dobló la oreja que
sobresalía del marco, para retirar hacia atrás la cabeza, con la preocupación de si,
entretanto, Albino no habría terminado ya de estrangular al tullido. En realidad
–pensó– no le faltaban razones para hacerlo, pero que esperara un poco, lo matarían
entre los dos en circunstancias más propicias y cuando la droga ya estuviera segura
en sus manos, no antes ni aquí dentro de la celda, pues el plan podría venirse a tierra
y, lo quisieran o no, la madre de El Carajo contaba de modo principal en todo
aquello. Era cuestión de pensar bien dónde y cuándo matarlo después (o despue-
sito si así lo quería Albino), pero todas las cosas en su punto. En efecto, se había
LIBRO DE CONSULTA 91
puesto a gemir sin detenerse, desde que Polonio le propinara el puñetazo y el punta-
pié, en una forma irritante, repetida, monótona, artificiosa, con la que expresaba sin
embozo alguno, en todos los detalles, la monstruosa condición de su alma perversa,
ruin, infame, abyecta. Los golpes no habían sido para tanto y a más y mayores y más
brutales estaba acostumbrado su cuerpo miserable, así que esta impostura del dolor,
hecha tan solo para apiadar y para rebajarse, obtenía los resultados opuestos, una
especie de asco y de odio crecientes, una cólera ciega, que desataba desde el fondo
del corazón los más vivos deseos de que sufriera a extremos increíbles y se le infligie-
ra algún dolor más real, más auténtico, capaz de hacerlo pedazos (y aquí un recuerdo
de su infancia), igual a una tarántula maligna, con la misma sensación que invade los
sentidos cuando la araña, bajo el efecto de un ácido, se encrespa, se encoge sobre sí
misma –produce, por otra parte, un ruido furioso e impotente–, se enreda entre sus
propias patas, enloquecida, y sin embargo no muere, no muere, y uno quisiera aplas-
tarlaperotampocotienefuerzasparaello,noseatreve,leresultaimposiblehastacasi
soltarseallorar.
Diálogo
La maestra María Elena Peniche Léger dice que cuando en la obra literaria una
o varias personas exponen sus puntos de vista en forma de conversación, el
procedimiento empleado es el diálogo. El autor desaparece entonces y queda
tras los personajes que expresan sus ideas y afectos por sí mismos.
El diálogo se construye anteponiendo un guión (—) a la palabra inicial de lo
que dice cada uno los personajes.
El diálogo se utiliza en todas las obras literarias, pero en las obras de teatro
se emplea mayormente.
En el diálogo, tanto los verbos como los adjetivos y los sustantivos abstrac-
tos pueden jugar un papel fundamental de acuerdo con el sentido del diálogo
mismo, puesto que el personaje que habla puede narrar, describir o exponer.
Aquí lo fundamental es que lo haga por sí mismo y no a partir del autor.
Ejemplo:
MigueldeCervantes
aforados gigantes, con quien pienso hacer batalla y quitarles a todos las vidas, con
cuyos despojos comenzaremos a enriquecer, que ésta es buena guerra y es gran
servicio de Dios quitar tan mala simiente de sobre la faz de la Tierra.
—¿Qué gigantes? —dijo Sancho Panza.
—Aquellos que allí ves —respondió su amo— de los brazos largos, que los
suelen tener algunos de casi dos leguas.
—Mire vuestra merced —respondió Sancho— que aquellos que allí se parecen
no son gigantes, sino molinos de viento, hacen andar la piedra del molino.
—Bien parece —respondió Don Quijote— que no estás cursado en esto de las
aventuras;ellossongigantes,ysitienesmiedo,quítatedeahíyponteenoraciónenel
espacio que yo voy a entrar con ellos en fiera y desigual batalla.”
Exposición
Los medios que empleó Cervantes para realizar esta obra maestra del ingenio
humano fueron de admirable y sublime sencillez. El motivo ocasional, el punto de
partida de la concepción primaria, pudo ser una anécdota corriente. La afición a los
libros de caballerías se había manifestado en algunos lectores con verdaderos rasgos
de alucinación y aun de locura.
El desarrollo de la fábula primitiva estaba en algún modo determinado por la
parodia continua y directa de los libros de caballerías, de la cual poco a poco se fue
emancipando Cervantes, a medida que penetraba más y más en su espíritu la esencia
poética indestructible que esos libros contenían, y que lograba albergarse, por fin, en
un templo digno de ella.
LIBRO DE CONSULTA 93
Periodismo
Periodismo es la disciplina literaria que informa los hechos. Todo hecho que
ataña a la colectividad es importante. Todo hecho importante es noticia. El
periodismo se basa en la noticia, que es todo cuanto el lector debe y necesita
saber. Es aquello de lo que el público quiere hablar. La mejor noticia es la que
provoca mayores comentarios y polémicas, la que interesa a mayor cantidad de
personas. El periodismo va dirigido a toda la colectividad, y quien haga perio-
dismo debe tomar en cuenta su compromiso auténtico y real con la comunidad.
Informar un hecho dentro de la más estricta verdad es el trabajo del periodista.
El periodista debe ser consciente de que su opinión influirá en el pensamiento
94 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
del lector y por ello debe ser leal y digno al informarle y orientarlo. La noticia
debe ser actual, puesto que informa de los hechos que acontecen momentos
antes de que se redacte el artículo. La noticia debe tener dos condiciones funda-
mentales: debe ser breve y completa.
Breve. La redacción de la noticia requiere brevedad, por economía de tiempo,
de papel y por redundar en la mayor atención del lector. Una noticia, un artículo
árido y extenso se hace cansado. No se lee. Toda noticia debe ir precedida de un
resumen inicial que deberá contener lo esencial de la información. Después, el
desarrollo en detalle de dicha información. Los titulares y los encabezados son
precisamente resúmenes de la noticia en una línea.
Completa. La noticia, aunque breve, debe contener toda la información que
permita el conocimiento del suceso para formarse un criterio. Es importante
señalar que todos los principios de expresión escrita y del estilo deberán apli-
carse a fin de lograr una redacción correcta, ágil y directa. El único contacto
entre el hecho y el lector es la información que proporciona el periodista. Es
importante plantearse varias cuestiones antes de redactar una información, bien
sea en materia periodística o simplemente informativa de cualquier otra activi-
dad. Martín Vivaldi plantea las siguientes preguntas a las que debe responder la
información:
• ¿Quién? – Sujeto de la información.
• ¿Qué? – El hecho, lo que ha sucedido.
• ¿Cómo? – El método, la manera de producirse el hecho.
• ¿Dónde? – El sitio, el lugar o donde se produjo el acontecimiento.
• ¿Cuándo? – Factor tiempo. Año, día, hora, minuto. La precisión de la fecha
depende del hecho.
• ¿Por qué? – La causa fundamental que nos da razón de lo que ha pasado.
Y más adelante ejemplifica estos elementos:
• Elsujeto(quién). “ElfamosotoreroMorenitodeHuelva.”
• El hecho (qué). “Un terremoto de escasa duración fue advertido en la torre de
control.”
• El modo (cómo). “Vestido de chino, pretendió entrar en el palacio.”
• El lugar (dónde). “En un taxi, dio a luz un niño”. (Se refiere a la madre.)
• El tiempo (cuándo). “A las 11 de la noche, tras seis horas de deliberación,
terminó el Consejo de Guerra.”
• La causa (por qué). “Un cigarrillo encendido arrojado a un cubo de gasolina.”
LIBRO DE CONSULTA 95
Condicionesdelanoticia
Partesprincipalesdeunperiódico
• Editorial
• Información política y económica internacional
• Información política y económica nacional
• Artículos de fondo (culturales)
• Sección deportiva
• Sección de espectáculos
• Sección policiaca
• Sección de sociales
• Sección de avisos
• Sección humorística
• Cuerpo directivo
• Cuerpo de redacción
96 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
• Reporteros y corresponsales
• Críticos y comentaristas
• Fotógrafos
• Otros colaboradores
Deformacióndelperiodismo
Comentario
GÉNEROS LITERARIOS
Diferenciasentreversoyprosa
Verso y prosa son los dos tipos de expresión con los que el escritor utiliza la
lengua literaria. Verso es la lengua sometida a un ritmo determinado que se
repite con regularidad. También se llaman versos cada una de las líneas en que
se dispone una composición.
Prosa es la forma natural de la lengua no sujeta a medida o cadencia. Es el
modo habitual de expresión.
Ejemplo de prosa es la Cartilla del campesino del escritor brasileño Francisco
Juliao. Transcribimos dos fragmentos.
Después de la Guía, del ABC y del Mensaje, te mando, campesino, esta Cartilla.
Tengo una buena noticia para darte. Tu enemigo cruel –el latifundio– no anda bien
de salud. Y te garantizo que la enfermedad es grave. No tiene remedio. Morirá
echando espuma por la boca, como un perro rabioso. O como un león viejo que
perdió las garras. Morirá como murió en China, un país muy parecido a nuestro
Brasil. Morirá como fue muerto en Cuba donde el gran Fidel Castro entregó a cada
campesino un fusil y dijo: “Democracia es el gobierno que arma al pueblo”. Yo
estuve allá y lo vi todo, campesino. En Cuba no hay más “cambao” ni “media” ni
“tercio” ni “vale del barrancón” ni capangas. En aquella isla liberada nadie arranca
más los plantíos. Ni derriba las casas. Ni echa el ganado en los cultivos. Ni cobra por
un cuadro de tierra 150 kilos de algodón. No hay más “engaño de vara” ni “engaño
LIBRO DE CONSULTA 99
de lápiz”, como aquí. Yo estuve allá y vi todo clarito. La tierra, ahora, es de quien la
trabaja y no de quien hace uso de ella para esclavizar. Como todavía sucede aquí.
Allá el campo que era viejo y triste se está volviendo nuevo y alegre. Todo, ahora,
se transformó en cooperativa. Cada campesino tiene una casa de ladrillo y teja. Con
el mobiliario nuevo en hoja. Hasta las imágenes de los santos son nuevas. La mujer
no da más a luz en una estera o en un canasto de varas, sino en la maternidad. El
médico vive en el campo. Y no faltan remedios. Ni escuelas. Ni semillas. ¿Sabes,
campesino, cómo ocurrió ese milagro?
Este milagro se hizo a causa de la “unión” de los campesinos. Se unieron todos
a Fidel Castro para acabar con la tiranía, con el capanga, con la media, con el tercio,
con la sardina podrida, con la emigración, con el atraso, con la miseria. El hambre
no lleva más al niño al cementerio ni a la moza a la perdición ni al hombre a la
esclavitudnialviejoalapuertadelaiglesiaoalaestacióndelferrocarrilconlamano
tendida para pedir limosna por el amor de Dios. Fue la unión lo que terminó con
todo eso en Cuba. Y así también fue en China. Y será aquí en el Brasil. Te digo y te
repito, campesino, como te dije en la Guía: separado, serás una gota de agua; unido,
serás una catarata. Mientras marchas solo, tu enemigo se burla de tu debilidad, au-
menta la renta que pagas, echa el ganado en los sembrados, arranca tus cultivos,
derriba tu choza, te obliga a dar “cambao” o te expulsa de la tierra, aplasta tu
derecho y mata tu libertad.
No se puede esperar mucho de la justicia cuando ella dice que no hay otro cami-
no sino cumplir con la ley. Es que el juez acepta siempre lo que está escrito. No se
rebela. Descansa su conciencia sobre la ley. Y de eso vive. ¿Cuál es el camino? Cam-
biar la ley. ¿Y cómo cambiar la ley? Con la unión de todos. Con el movimiento de la
masa. Con la presión. Para eso existe la Liga. Para eso debe haber unión. Si
la violencia del capanga y la opresión de la policía no te vencen, ya que tienes una
gota de luz en tu conciencia y estás pronto a morir por tu libertad, el latifundio se
vale del nombre de Dios. ¿Cómo? Te explico. El latifundio dice así: “Dios castiga a
aquel que se rebela contra él. Si uno es rico y otro es pobre, si uno tiene tierra y otro
no, si uno debe trabajar con la azada para dar el ‘cambao’ y el otro se mantiene y se
enriquece con el fruto de ese ‘cambao’, si uno vive en un palacio y el otro en una
choza, es porque Dios quiere. Quien se rebela contra eso se rebela contra Dios.
Sufre los castigos del cielo: peste, guerra, hambre. Y cuando muere va al infierno. El
pobre debe ser pobre para que el rico sea rico. El mundo siempre fue así. Y ha de
ser siempre así. Es Dios quien lo quiere.”
Así habla el latifundista, campesino. Usa el nombre de Dios para asustarte. Por-
que tú crees en Dios. Pero ese Dios del latifundista no es tu Dios. Tu Dios es manso
como un cordero. Se llama Jesús Cristo. Nació en un establo. Vivió entre los pobres.
Se rodeó de pescadores, campesinos, obreros y mendigos. Quería la liberación de
todos ellos. Decía que la tierra debía ser de quien la trabaja. Y que el fruto era
100 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
común. Suyas son estas palabras: “Es más fácil para un camello pasar por el ojo de
una aguja que para un rico salvarse.” Porque dijo éstas y otras cosas fue crucificado
por los latifundistas de su tiempo; hoy sería fusilado. Si no lo encerraran en un asilo
delocos.
O preso como comunista. Escucha bien lo que te digo, campesino. Si un cura o
un pastor te habla en nombre de un Dios que amenaza al pueblo con peste, guerra
y hambre, rayos y centellas y aun con el fuego del infierno, sabe que ese cura o ese
pastor son títeres del latifundio. No es un ministro de Dios. Ese cura es falso.
Ese pastor no sirve. El padre verdadero o el pastor bueno es aquel que se levanta
para decir: “Dios hizo la tierra para todos pero los más audaces se apoderaron de
ella. Ganarás el pan con el sudor tu frente y no con el sudor de la frente ajena. Nadie
debe ser esclavo de nadie. Ni un pueblo de otro pueblo. Ni un hombre de otro
hombre. Porque todos son iguales delante de la ley. Y delante de la naturaleza. Y
delante de Dios. Si esto es comunismo, entonces Dios es comunista. Porque eso es lo
que dice la Sagrada Escritura. Y Cristo. Y todos sus apóstoles.”
Verso rimado
El verso rimado está sometido a una serie de reglas que combinan la lengua
en periodos rítmicos fijos, la repetición de determinados elementos: acentos,
pausas, sonidos y su conjugación para lograr determinada métrica. Todo esto
señalará el tipo de poema: décima, soneto, lira, romance, etcétera.
El verso rimado puede tener rima tradicional o ser moderno y revolucionario
como el Romance de la guardia civil, del poeta español Federico García Lorca,
poema que le costó la vida al ser asesinado por los fascistas de la falange fran-
quista en 1936.
*
Avanzan de dos en fondo
alaciudaddelafiesta.
Un rumor de siemprevivas
invadelascartucheras.
LIBRO DE CONSULTA 103
la imaginación se quema.
Rosa la de los Camborios,
gime sentada en su puerta
con sus dos pechos cortados
puestos en una bandeja.
Y otras muchachas corrían
perseguidas por sus trenzas,
en un aire donde estallan
rosas de pólvora negra.
Cuando todos los tejados
eransurcosenlatierra,
el alba meció sus hombros
enlargoperfildepiedra.
Versolibre
BERTOLT BRECHT
Poesía
Edgar Allan Poe decía: “La música combinada con una idea, es poesía, la músi-
ca sin la idea es simplemente música, la idea sin la música, es prosa.” Poesía es
el género literario donde el autor participa ideas, sentimientos, sensibilidad y
sentidos entendidos en un poema. El poema es un extracto de la realidad del
hombre. Detrás de las formas externas siempre existe otra cosa, a veces miste-
riosa,difícildeexpresar,difícildeveropercibirporlosdemás.Lapoesíaesla
concisión del propio ser, la precisión del vivir, la relación del hombre con todo
lo conocido y desconocido.
Lo que constituye la poesía es la expresión de la realidad y la belleza, sus
creaciones, sus imágenes, pero ante todo su entrega. Lo que ha existido y lo que
puede existir es contemplado por la poesía.
Algunos llaman poesía a toda composición escrita en verso. Su nombre co-
rrecto es poema. La poesía, por la forma de su elocución, se divide en tres
géneros:épica,líricaydramática(teatro).
Épica
A todos,
los que marchan por las calles,
ydetienenlasmáquinasytalleres.
A todos,
deseososdellegaranuestrafiesta,
con las espaldas cargadas de trabajo.
¡Salid el 1° de mayo
al primero de los mayos!
Recibámoslo, camaradas,
con las voces entrelazadas de canciones.
¡Primavera mía,
derritelasnieves!
¡Yo soy obrero,
este Mayo es mío!
¡Yo soy campesino,
este Mayo es mío!
A todos,
tendidosenlastrincheras,
esperando a la muerte infinita:
atodos,
los que desde un blindado,
apuntan contra sus hermanos,
hoy es primero de Mayo.
Vayamos al encuentro,
del primero de los Mayos nuestros,
enlazando las manos proletarias.
¡Callad vuestro ladrido, morteros!
¡Silencio,ametralladora!
¡Yo soy soldado,
este Mayo es mío!
A todos,
alascasas,
alasplazas,
110 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
alascalles,
encogidasporelhieloinvernal.
A todos,
hambrientos de hambre,
estepas,
bosques,
campos.
¡Salid en este primero de Mayo!
¡Gloria, al hombre fecundo!
¡Desbordaos en esta primavera!
¡Verdes campos, cantad!
¡Sonadsirenasypitos!
¡Yo soy de hierro,
este Mayo es mío!
¡Yosoylatierra,
este Mayo es mío!
Otro poema épico, es el que fue cantado por las Fuerzas de la Resistencia
Italiana en los años de 1943 a 1945, en que los patriotas italianos lucharon
heroicamente contra el fascismo. Conocemos este Poema anónimo, por el coman-
dante de la Brigada Partisana Pablo Castagnino, quien hizo la recolección.
Lírica
El poema lírico expresa los sentimientos más íntimos del autor. El contacto
de su personalidad con la realidad del medio que lo rodea. La lírica se revela
con amor, con fuerza y con vitalidad.
La lírica nace con los griegos, quienes acompañaban musicalmente sus poe-
mas líricos con una lira, de ahí su nombre, aunque desde los cantos de David
encontramos la esencia de este género. Después, los españoles añadieron una
cuerda más a la lira: la rima. En la poesía lírica se canta al amor, la naturaleza,
la belleza o la angustia, la tragedia, en una palabra, a todo lo que es capaz el
poeta de vivir como hombre. Cuanto lo atrae, lo oprime y lo amordaza. Desde
las más simples ideas en una forma imaginativa y llena de sonido, hasta el dra-
matismo, el ansia y la responsabilidad de sentir profundamente la libertad de su
siglo. Todo vibra porque todo se dice en la poesía lírica.
Ejemplo de poema lírico, con un puro sentido del amor de nuestro tiempo, es
Te quiero, de Mario Benedetti.
te quiero en mi paraíso
es decir que en mi país
lagentevivafeliz
aunque no tenga permiso
.............
entodaspartes:
en las zonas pequeñas,
yenlasgrandes,
entre los negros
ylosblancos,
para darse a todos
y para recibir a todos?
iránarepartirlas.
Lallevaránalvientoporlosvalles
entodaslasAntillas.
MILICIANO MUERTO
Camarada miliciano:
la bala que te mató
se fue cantando la gloria
116 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
CAPITÁN XIMENO
y tu caballo nervioso
serántusoloequipaje.
Y tu silencio y tu afán
desolados…
Capitán
de bandidos y soldados.
Y a mí qué
si yo siempre te veré
con la muerte terca enfrente
y tu mirada inocente
mirándola fijamente.
¡Ay, Ximeno, Capitán
del Batallón de Garcés;
Capitán
delacabezaalospies!
Ejemplo de lírica profunda son los siguientes poemas que nos obligan a sen-
tir la angustia humana y todo el dramatismo del ansia de libertad. En ellos vibra
nuestro siglo. Su autor es León Felipe (1884-1968), republicano español; aban-
donó su patria al ser derrotada por el fascismo, asilándose en México. A él se le
ha llamado como dos de sus libros El poeta maldito y El poeta prometeico.
XXIV
Ahora a mí me sucede
lo contrario que al hidalgo manchego:
que tomo por rebaños
losejércitos.
XXV
¡NO!
C ANCIÓN
TESTAMENTO
Franco,tuyaeslahacienda,
lacasa
elcaballo
ylapistola.
Mía es la voz antigua de la tierra.
Tú te quedas con todo y me dejas desnudo y errante por el mundo…
O TRO RELINCHO
Lagentesueledecir,
los americanos,
los norteamericanos suelen decir:
León-Felipe es un “Don Quijote”.
Notantogentlemen,notanto.
Sostengo al héroe nada más.
Y sí, puedo decir
y me gusta decir:
que yo soy Rocinante.
No soy el héroe
pero le llevo sobre el magro espinazo de mis huesos…
y le oigo respirar…
y he aprendido a respirar como él…
120 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
yarelinchar,
y a blasfemar
yainjuriar
y a maldecir…
¡Oh, hi de putas!
¿Cómo es aquel relincho, americanos?
Aquél que empieza:
¡¡Justiiiiii…cia!!
Aquí el acento cae sobre la i…
muy agudo y sostenido
como un vibrante y estridente cornetín.
¡¡Justiiiiii…cia!!
¡¡Québonitorelincho!!
Vamos a relinchar ahora todos juntos americanos…
desde el Capitolio de Washington,¡fuerte, fuerte, fuerte!
Hasta que el relincho llegue a Vietnam
ylooiganlosvietnamitas.
como el cornetín de la Victoria…
hasta que lo oigan todos los hombres
como el cese de todas las hostilidades del planeta
¡¡Justiiiiii…cia!!
¡Oh, qué hermoso relincho!
Themostbeautifulneighoftheworld.
El poeta las sustancia y las obliga a representar todo lo que puedan dar de sí.
Pero en ninguno de los dos casos las palabras son objetos. La palabra pasa a
través de la mirada como la limpidez de la luz. “Toda la luz del mundo cabe en
un solo ojo”, escribió Lope de Vega. Ese es el ojo del poeta a diferencia de la
mirada observadora y analítica de los dos ojos del novelista.
La prosa es también una forma de expresión de la lírica. Esto lo podemos
comprobar en dos de los más grandes exponentes de la lírica en prosa de nues-
tro siglo: el hindú Rabindranath Tagore (1861-1940), y el español Juan Ramón
Jiménez (1881-1957). El siguiente ejemplo es del libro Gintajali, de Tagore.
Teatro(poesíadramática)
EL CABO. ¿Me quieres tomar el pelo? Ya te callaré yo tus desplantes. Lo primero, que
necesitasllevarpatente.
ANA. ¡A ver si sabe portarse! ¡Qué es eso de decirme, delante de mis hijos que le
quiero yo tomar nada! Yo no me he insinuado con usted. Ni siquiera le conozco.
En el Segundo Finlandés, para patente, me basta con mi cara de persona decente.
Y si no sabe leer en ella, lo siento por usted. No la voy a cambiar por eso.
EL ENGANCHADOR. Cabo, se me hace que esta señora tiene inclinaciones subversi-
vas.Yenelejército,nosgustaelorden.
ANA. Lo que os gusta, es comer.
EL CABO. ¿Tu nombre?
ANA. Ana Fierling. Sí. Con mi carreta, he dado la vuelta al mundo.
EL CABO. Vamos a apuntar todo esto.
EL ENGANCHADOR. (A los dos hijos.) Nombres de bestias son los que debíais llevar,
pues no parece sino que lo sois. Mucho me extrañaría que algún día os
desengancharan del carricoche.
EILIF. Madre, ¿me permites que le aplaste el hocico de un puñetazo? De veras que
megustaría.
ANA. Te lo prohíbo. ¡A estarse quieto! Bien, y pasando a otra cosa, de casualidad,
señoresoficiales,¿nonecesitaríanunabuenapistolaounahebillaparaelcinturón?
(Alcabo.)Lasuya,yaestádesgastada.
EL CABO. No es una hebilla lo que me hace falta. Aquí tenemos a dos mozarrones,
más derechos que un huso, anchos de espaldas, con pantorrillas que parecen de
acero...Noséaquéesperanparaalistarse...
ANA. (Rápida.) ¡Ni soñarlo, cabo! Mis hijos no están hechos para empuñar armas.
LIBRO DE CONSULTA 123
Una de las obras actuales que revelan hasta qué punto la opresión psicológi-
ca ha distorsionado la vida del negro estadounidense es “El metro”, del comba-
tiente de color LeRoi Jones. De la primera Escena, el siguiente fragmento:
CLAY. ¿Estás molesta por algo? ¿Dije algo que no debía decir?
LULA. Todo lo que dices está mal. (Simula una sonrisa.) Eso es lo que te hace tan
atractivo. ¡Ja! ¡Con esa chaqueta de muñequitos con todos esos botones! (Más
animada,sujetándolelachaqueta.)¿Paraquéteponesesachaquetayesacorbataconel
calor que hace? ¿Y por qué te pones una chaqueta y una corbata como ésas?
¿Acaso tu gente alguna vez quemó brujas o inició una revolución protestando por
el precio del té? ¡Muchacho! ¡Esa ropa de hombros estrechos proviene de una
tradición por la que debías sentirte oprimido! Una chaqueta de tres botones. ¿Qué
derecho tienes para ponerte un traje de tres botones y una corbata a rayas? Tu
abuelo fue un esclavo, no fue alumno de Harvard.
CLAY. Mi abuelo fue sereno nocturno.
LULA. Y tú fuiste a una escuela para niños de color donde todo mundo creía que
eras Averell Harriman.
CLAY. Todos, excepto yo.
LULA. ¿Y quién creías tú que eras? ¿Qué piensas, que eres ahora?
CLAY.(Ríecomoparadarligerezaalsesgodelaconversación.)Bien,enelcolegioyopensaba
que era Baudelaire. Pero desde entonces he reducido mi aspiración.
LULA. Apuesto a que nunca pensaste que eras un negro bien negro. (Simula seriedad,
luegogritayríeacarcajadas.CLAYestáabrumado,perodespuésdelareaccióninicialtratade
tomarlo a broma. LULA casi grita.) ¡Un Baudelaire negro!
CLAY. Efectivamente.
LULA. Muchacho, eres cursi. Retiro lo que dije antes. Todo lo que dices no está mal.
Es perfecto. Deberías estar en un programa de televisión.
CLAY. Tú actúas como si ya estuvieses en la televisión.
LULA. Es porque soy una actriz.
CLAY. Ya me parecía.
LIBRO DE CONSULTA 125
LULA. Pues bien, estás equivocado. No soy actriz. Ya te dije que miento siempre. No
soy nada, querido, y no olvides eso nunca. (Con tono más ligero.) Aunque mi madre
fue una comunista. La única persona en mi familia que valía algo.
CLAY. Mi madre era republicana.
LULA. Y tu padre prefería votar por el candidato y no por el partido.
Clay.¡Exacto!
LULA. ¡Bien, hace muy bien, pero muy bien!
CLAY. ¡Y bien!
LULA. ¡Y bien por Estados Unidos, donde uno es libre de votar por la mediocridad
de su propia elección! ¡Muy bien!
CLAY. ¡Muy bien!
LULA. Y muy bien por tus padres que aunque diferían sobre un asunto tan decisivo
como la estructura política, aun así forjaron una unión de amor y sacrificio que
estaba destinada a florecer con el nacimiento del noble Clay… ¿cuál es tu segun-
do nombre?
CLAY. Williams.
LULA. Una unión de amor y sacrificio que estaba destinada a florecer con el naci-
miento del noble Clay, Clay Williams. ¡Bien! ¡Y más que bien todo muy bien por
ti,Clay,Clay!¡ElBaudelairenegro!¡Sí,señor!(Yconcinismocortante.) MiCristo.Mi
Cristo.
CLAY. Gracias, señora.
LULA. Ojalá el pueblo te acepte como un fantasma del porvenir. Y te ame, para que
no intentes matarlos cuando puedas matarlos.
CLAY. ¿Cómo?
LULA. Eres un asesino, Clay, y tú lo sabes. (Su voz se ensombrece y se carga de sentido.)
Sabes perfectamente bien lo que quiero decir.
CLAY. ¿Qué lo sé?
LULA. Así es que simulemos que el aire es ligero y está lleno de perfume.
CLAY.(OlisqueandolablusadeLula.)Asíes.
LULA. Y simulemos que la gente no puede verte. Es decir, los ciudadanos. Y que
eres libre de tu propia historia. Y yo estoy libre de mi historia. Simularemos
que somos bellezas anónimas destrozándolo todo mientras atravesamos las en-
trañasdelaciudad.
Cuento
Para Ky, Dé era una muchachita mayor. Tal vez tuviera diez años, quizá once, pudie-
ra ser que nueve. Para Ky era simplemente una muchachita mayor.
Para Ky todas las muchachitas, mayores o menores, eran iguales: sencillamente un
mundo aparte y sin interés. Por lo tanto, él no tenía por qué ocuparse de ellas.
Pero con Dé ocurría algo especial que había hecho que Ky se interesara por ella.
Ky oyó decir muchas veces y a diferentes personas mayores: “¡Esta Dé parece que
se hubiera caído de la luna!” Y esto, naturalmente, le había llamado la atención.
¿Cómo habría podido Dé subirse a la luna que estaba tan alta? Que se cayera era
fácil de comprender, porque al fin y al cabo, Dé era una muchachita.
Lo que ocurría realmente era que Dé estaba siempre un poco distraída, un poco
como en otra parte y no donde efectivamente estaba. Y por eso a veces contestaba
una cosa cuando le estaban hablando de otra. Y a veces preguntaba muy asombrada
por cosas que todo el mundo sabía.
Pero lo peor era que Dé tenía como la enfermedad de hablar. Era como si estar
callada le doliera y para no sentir dolor, hablaba siempre.
Contaba todo lo que veía, todo lo que oía, todo lo que sentía. Contaba lo que
pasaba en su casa y lo que había presenciado en la calle o en la orilla del arroyo
mientras lavaba la ropa.
Por ser Dé como era, con aquella manía de hablar siempre, y aquel estar distraída
y como pensando en otra cosa, fue que todos en la aldea se espantaron cuando una
patrulladesoldadostíteresselallevódetenida.
LIBRO DE CONSULTA 127
Y en verdad que había muchas razones para que se espantaran. Dos hermanos de
Dé eran guerrilleros y ella sabía dónde estaba el campamento de su grupo, por
haber ido muchas noches con otras muchachitas a llevarles víveres o municiones.
Además, Dé había trabajado como todos los de la aldea excavando los túneles
secretos, los refugios, los depósitos de armas.
Sin la voluntad de hacer mal, dijeron muchos. Dé puede hacerlo. Esos diablos de
las tropas títeres le preguntarán mil cosas. Y ella, con su espíritu simple, caerá en la
trampa. Se pondrá a hablar y hablar, como siempre. Hay que advertir a los guerrille-
ros para que tomen sus medidas y estén alertas.
Así se hizo y además, rápida y sigilosamente se vaciaron los depósitos de armas y
municiones, se cegaron las entradas de algunos túneles, se trató de disimular aún más
elaccesoalosrefugios.
Pero todo aquello fue pena perdida, trabajo inútil. Los grupos de soldados títeres
que todos esperaban ver llegar de un momento a otro, no llegaron. Los hombres
más comprometidos de la aldea que se habían escondido pensando que vendrían a
arrestarlos, salieron de sus escondites. ¿Qué había pasado?
Fue Dé quien trajo la respuesta cuatro días después. Había adelgazado y estaba
hambrienta y tan agotada, que no tenía ganas de hablar. Todos los vecinos de la aldea
la rodearon y ella no hacía más que sonreír.
—¿Quisieron hacerte hablar? —le preguntó uno.
—¿Te torturaron? —le preguntó otro.
—Las dos cosas —respondió Dé sonriendo. Luego les mostró los verdugones y
las desgarraduras que tenía por todas partes.
—Pero tú no hablaste —dijo otro—. Aquí no vinieron.
—Oh, ¡sí! —contestó Dé—. Hablé mucho, mucho, pero no de lo que ellos que-
rían que hablara. Casi los vuelvo locos con tanto hablar. Pero ellos me preguntaban
una cosa y yo les contestaba otra. Y luego seguía hablando, hablando. Se enfurecían
y me pegaban y volvían a preguntarme. Y yo les hablaba de otra cosa, como si todo
lo entendiera al revés. Al fin se cansaron y me dijeron que volviera aquí.
Después de aquel día, ya nadie en la aldea, diga lo que diga Dé, ha vuelto a decir:
¡Esta muchachita! ¡Parece que se hubiera caído de la luna!
Un notable ejemplo de cuento que reúne todas las características que hemos
anotado es La tristeza, del ruso Antón Chéjov (1860-1904).
Una hora después Yona está en su casa, es decir, en una vasta y sucia habitación,
donde, acostados en el suelo en bancos, duermen docenas de cocheros. La atmósfe-
ra es pesada, irrespirable. Suenan ronquidos.
Yona se arrepiente de haber vuelto tan pronto. Además, no ha ganado casi nada.
Quizá por eso –piensa– se siente uno tan desgraciado.
En un rincón, un joven cochero se incorpora. Se rasca el pecho y la cabeza y
busca algo con la mirada.
—¿Quieres beber? —le pregunta Yona.
—Sí.
—Aquí tienes agua… He perdido a mi hijo… ¿Lo sabías?… La semana pasada,
en el hospital… ¡Qué desgracia!
Pero sus palabras no han producido efecto alguno. El cochero no le ha hecho
caso, se ha vuelto a acostar, se ha tapado la cabeza con la colcha y momentos des-
pués se le oye roncar.
Yona exhala un suspiro. Experimenta una necesidad imperiosa, irresistible, de
hablar de su desgracia. Casi ha transcurrido una semana desde la muerte de su hijo;
pero no ha tenido aún ocasión de hablar de ella con una persona de corazón. Quisie-
ra hablar de ella largamente, contarla con todos sus detalles. Necesita referir cómo
enfermó su hijo, lo que ha sufrido, las palabras que ha pronunciado al morir. Quisie-
ra también referir cómo ha sido el entierro… Su difunto hijo ha dejado en la aldea
una niña, de la que también quisiera hablar. ¡Tiene tantas cosas que contar! ¡Qué no
daría él por encontrar alguien que se prestase a escucharle sacudiendo compasiva-
mente la cabeza, suspirando, compadeciéndole! Lo mejor sería contárselo todo a
cualquier mujer de su aldea; a las mujeres, aunque sean tontas, les gusta eso, y basta
decirles dos palabras para que viertan torrentes de lágrimas.
Yona decide ir a ver a su caballo.
Sevisteysalealacuadra.
El caballo, inmóvil, come heno.
—¿Comes? —le dice Yona, dándole palmaditas en el lomo—. ¡Qué se le va a
hacer, muchacho! Como no hemos ganado para comprar avena, hay que contentar-
se con heno… A decir verdad, yo no debía ya trabajar; mi hijo me hubiera reempla-
zado. Era un verdadero, un soberbio cochero; conocía su oficio como pocos.
Desgraciadamente, ha muerto…
Tras una corta pausa, Yona continúa:
—Sí, amigo…, ha muerto… ¿Comprendes? Es como si tú tuvieras un hijo y se
muriera… Naturalmente, sufrirías, ¿verdad?
El caballo sigue comiendo heno, escucha a su viejo amo y exhala un aliento hú-
medo y cálido.
Yona, escuchado al cabo por un ser viviente, desahoga su corazón contándoselo
todo.
132 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
Novela
Sielhechoépicofalta,semultiplicaenotroslugares.Silostemasdelasnovelasfaltan
aquí, los hay y muy abundantes en Vietnam, en el Oriente Medio, en China, en las
guerrillas de América Latina. Yo pertenezco a un país pequeño: Cuba, donde, en el
momento más recio de la ascensión del socialismo, Fidel Castro, reunido con los
escritores y artistas de su país, les ha dicho, acaso con otras palabras: “Hagan lo que
quieran, exprésense como quieran, trabajen como quieran, pero no trabajen contra
la Revolución. Con la Revolución, con el pueblo, todo. Contra la Revolución, contra
el pueblo, nada.” Luego, elegid vuestras herramientas, vuestras formas, vuestras téc-
nicas, pero no perdáis el sentido real de la épica viviente que os circunda y que se ha
desarrollado.
—Dígales que ahorita llegan las autoridades y los vecinos; que tras de las autorida-
des van a entrar ellos a la plaza. No los amenace. Dígales a buenas.
El teniente se empinó junto al sargento, y gritó:
—¡Cumunkuna! (Comunero.)
Les habló largo, explicándoles que tuvieran paciencia, que ya iban a llegar las
autoridades; que, en cuanto se presentaran en la esquina, abrieran calle para que
pasaran.
—¡Estábin,taytay(padre)teniente!¡Estábin!–contestóelvarayok’(alcaldeindio)
alcalde de K’ayau.
El sargento mandó al mismo teniente para que avisara al subprefecto, al alcalde, al
torero y a los vecinos, que se apuraran, que los guardias estaban en peligro.
El teniente se abrió campo entre la indiada, rogando y anunciando que iba por el
alcalde, para que de una vez empezara la corrida.
Cuando el teniente estaba en media plaza, abriéndose paso y suplicando, los
corneteros de los cuatro ayllus (comunidad indígena) empezaron a tocar el turupukllay
(corrida de toros), el verdadero, el del yawar punchay, día de sangre. Los comuneros
se movieron, sus ojos se redondearon y miraron derecho, sin moverse, la entrada de
la plaza. El teniente se paró un rato; el turupukllay sonaba fuerte en la plaza, parecía
golpear el pecho; como una desesperación crecía dentro de la conciencia.
—¡Campu, taytay! ¡Campu! (Deje pasar, padre.)
El teniente empujó más fuerte a los indios, y se abrió campo con los codos;
como si se estuviera escapando de la plaza.
— ¡Otra vez esta música! ¡Cómo podrán tocar tan triste! Y en un día así, de tanto
sol,tancaliente.
El sargento miraba nervioso a la indiada, su corazón latía apurado.
—¡Mi sargento! Si tardan nos van a fregar —decía un guardia.
—Ya no deben tardar.
................
de los palos. El Misitu (apodo) caminaba a pasos con el pecho destrozado; parecía
ciego. El “Honrao” Rojas corrió hacia él.
— ¡Muere, pues, muérete, sallk’a! (salvaje) —le gritaba, abriendo los brazos.
—¿Ve usted, señor subprefecto? Éstas son nuestras corridas. ¡El yawar punchay
verdadero! —decía el alcalde al oído de la autoridad.
Repetía y volvía a repetir estos versos que me regresaban a jirones desde la llega-
da, y por fin se habían reconstruido en mi memoria, cuando se oyó nuevamente,
con más fuerza, el tableteo de las ametralladoras. Un niño pasó a todo correr, segui-
do de una mujer despavorida, descalza, que llevaba una batea de ropas mojadas en
brazos, y parecía huir de un gran peligro. Una voz gritó en alguna parte, detrás de las
tapias: “¡Ya empezó! ¡Ya empezó!” Algo inquieto salí del cementerio y regresé hacia
la parte moderna de la ciudad.
Pronto pude darme cuenta de que las calles estaban vacías de transeúntes y los
comercios habían cerrado sus puertas y cortinas metálicas con una prisa que nada
bueno anunciaba. Saqué mi pasaporte, como si los cuños estampados entre sus
tapas tuvieran alguna eficacia protectora, cuando un grito me hizo detener, realmen-
te asustado, al amparo de una columna. Una multitud vociferante, hostigada por el
miedo, desembocó de una avenida, derribándolo todo por huir de una recia fusilería.
Llovían cristales rotos. Las balas topaban con el metal de los postes del alumbrado,
dejándolos vibrantes como tubos de órgano que hubieran recibido una pedrada. El
136 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
latigazo de un cable de alta tensión acabó de despejar la calle, cuyo asfalto se encen-
dió a trechos. Cerca de mí, un vendedor de naranjas se desplomó de bruces, echan-
do a rodar las frutas que se desviaban y saltaban al ser alcanzadas por un plomo a ras
del suelo. Corrí a la esquina más próxima, para guarecerme en un soportal de cuyas
pilastras colgaban billetes de lotería dejados en la fuga. Sólo un mercado de pájaros
me separaba ya del fondo del hotel. Decidido por el zumbar de una bala que, luego
de pasar sobre mi hombro, había agujereado la vitrina de una farmacia, emprendí la
carrera. Saltando por encima de las jaulas, atropellando canarios, pateando colibríes,
derribando posaderos de cotorras empavorecidas, acabé por llegar a una de las
puertas de servicio que había permanecido abierta. Un tucán, que arrastraba un ala
rota, venía saltando detrás de mí, como queriendo acogerse a mi protección. Detrás,
erguido sobre el manubrio de un velocípedo abandonado, un soberbio guacamayo
permanecía en medio de la plaza desierta, solo, calentándose al sol. Subí a nuestra
habitación.
Mouche seguía durmiendo, abrazada a una almohada, con la camisa por las cade-
ras y los pies enredados entre sábanas. Tranquilizado en cuanto a ella respectaba, bajé
alhallenbuscadeexplicaciones.
Se hablaba de una revolución. Pero esto poco significaba para quien, como yo,
ignoraba la historia de aquel país en todo lo que fuera ajeno al Descubrimiento, la
Conquista y los viajes de algunos frailes que hubieran hablado de los instrumentos
musicales de sus primitivos pobladores. Me puse, pues, a interrogar a cuantos, por
mucho comentar y acalorarse, parecían tener una buena información. Pero pronto
observé que cada cual daba una versión particular de los acontecimientos, citando
los nombres de personalidades que, desde luego, eran letra muerta para mí. Traté
entonces de conocer las tendencias, los anhelos de los bandos en pugna, sin hallar
más claridad.
Ensayo
políticos,sociológicos,filosóficos,psicológicos,etc.Porejemplo:investigación
sobre la vida de las abejas, análisis sobre los problemas de la juventud,
profundización sobre la conquista de la Nueva España, ensayo crítico sobre
determinado libro o pintura.
En el ensayo, lo fundamental es el punto de vista, la valoración y la opinión
del que redacta. El ensayo requiere una amplia labor de investigación, de reco-
pilación de datos, de conjunción de opiniones.
Nuestra ilustración son fragmentos del ensayo de Adolfo Gurrieri y Edelberto
Torres-Rivas,SituacióndelajuventuddeAméricaLatina,delostextosdelInstituto
Mexicano de Planificación Económica y Social, publicados conjuntamente por
la editorial Siglo XXI, Editores de México y la Editorial Universitaria de Santia-
go de Chile.
Lo cierto es que los jóvenes en general, forman, desde cierto punto de vista, un
grupo psicológicamente muy dependiente, y para completar su proceso de “identi-
ficación” necesitan la internalización de símbolos, valores y normas proporcionadas
cada vez más por los medios de comunicación modernos, muchos de ellos contro-
lados comercialmente y que se dedican a estimular, en función de propósitos que
nada tienen que ver con la formación cultural y espiritual del adolescente, la adhesión
a una cultura simbólica que “distorsiona” la socialización juvenil respecto a un mo-
delo o patrón ideal.
Es prudente agregar que estos problemas de la socialización juvenil en un mundo
cambiante se expresan de diversa manera y tienen consecuencias distintas a medida
que son mayores los desniveles sociales en cada sociedad nacional. Algunos grupos
de la nueva generación encuentran dificultades de adaptación cuando intentan inno-
var hábitos y comportamientos sociales reconocidos por el mundo adulto; las for-
mas de conducta excéntrica o desordenada, las manifestaciones de rebeldía
aparentemente sin causa, un cierto abandono por los valores oficiales y, en general,
nuevas formas de expresión de la energía vital en este periodo, corresponden al
desajuste que se produce por el tipo de cambio que afecta a la sociedad contempo-
ránea,incluidalasociedadlatinoamericanacontodossusdesequilibriosestructurales.
Otros sectores, en cambio, encuentran límites para sus deseos de incorporación
por la forma como funciona la estructura institucional, expresada en las dificultades
para estudiar y/o trabajar, en un momento en que estas aspiraciones constituyen
necesidades reales a partir de la situación socioeconómica de la que procede el joven.
Tal es, por ejemplo, el drama del muchacho o la muchacha de origen obrero que no
puede estudiar por sus escasos recursos familiares, pero que tampoco puede traba-
jar porque la demanda ocupacional disminuye constantemente en términos relativos.
.........................
EL SECTOR ESTUDIANTIL
………………………….………
Los jóvenes pobres de las ciudades tienen, por decirlo de alguna manera, una juven-
tud breve; el lapso entre la infancia y la vida adulta es tan estrecho que, por fuertes
que sean las actitudes surgidas en esta etapa, no pueden cristalizar socialmente en
comportamientos significativos. La incorporación prematura al trabajo y la forma-
ción temprana del hogar los liga precozmente al núcleo de sus mayores y les impide
vivir con profundidad su periodo juvenil. De aquí que no existan en estos sectores
una “cultura juvenil” ni una normatividad que, por serles propia, signifique una po-
sición frente a la sociedad global, por lo cual la actitud de rechazo no suele producir
rebeldes sino perplejos. Con los años esa perplejidad se transformará unas veces en
LIBRO DE CONSULTA 141
145
146 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
lo que no pasa con la lengua común. Coincidimos en que el habla común es una
corriente continua en la que no hay comienzo ni fin, y que la lengua literaria,
como la empleada por Pável, por ejemplo, es de una conciencia incuestionable.
Otra diferencia que podemos señalar entre la lengua literaria y la lengua común
es que la literaria, para su expresión, debe estar organizada y la lengua co-
mún no siempre lo está sintácticamente. Pensar que la lengua literaria debe ser
la que obedezca ciegamente los principios gramaticales lógicos y perspectivos
de siglos, además de ser un estorbo, es el más grave de los errores. La libertad ha
sido y será siempre lo fundamental para la creación y la expresión.
FIGURAS LITERARIAS
Prosopopeya
ALTAMIRANO
Comparación
Metáfora
El invierno de la vida.
“Boina gris, voz de pájaro y corazón de casa.”
“Mispalabrasllovieronsobreti,acariciándote,”
“Tusilencioesdeestrellas.”
Epíteto
El epíteto es un adjetivo o frase adjetivada que marca una cualidad esencial del
sustantivo. El epíteto se añade al sustantivo para darle mayor realce; sin embar-
LIBRO DE CONSULTA 149
Lablancanievecaíasobrelaciudad.
Los feroces lobos perseguían al hombre herido.
Lanegranochelaatemorizaba.
Lafloridaprimaveratrajoconsigolaalegría.
Alegoría
Vio por casualidad la zorra una Máscara de Farsa, y dijo luego: “¡Oh, qué bella
cabeza, pero sin seso!”
Esto se ha dicho por aquellos a quienes la fortuna colmó de honor y gloria,
perolesnegóeljuicio.
(Los honores no honran a los necios.)
FEDRO
Paradoja
Tradicionalmente las cualidades del estilo fueron señaladas por Azorín, y por
válidas se tomaron durante el siglo XX.
Azorín considera cuatro cualidades primordiales del estilo, agregaremos una
más. Las cualidades son normas que deben seguirse para redactar correctamen-
te. Son reglas o requisitos que debe contener un buen texto. Éstas son: claridad,
concisión,sencillez,naturalidadyoriginalidad.
Claridad
Concisión
Concisión es la cualidad que obliga a emplear únicamente las palabras que sean
absolutamente precisas y necesarias para expresar lo que queremos. Formular
nuestros pensamientos con el menor número de palabras, sin restar por ello lo
principal al texto. La concisión hace que cada línea, cada frase y cada párrafo,
estén plenos de sentido.
El no considerar esta cualidad hace un texto vago, impreciso, cargado de
palabras,retórico.
Ejemplos de concisión son los textos que copiamos a continuación:
PABLO NERUDA
LIBRO DE CONSULTA 153
BELTRÁN RÍOS
Sencillez
Lasencillezesutilizarpalabrasofrasesdefácilcomprensión.Todoloartificio-
so, falso o complicado es contrario a la sencillez. La sencillez es también auten-
ticidad, buena fe. Un texto sencillo inspira confianza por su sinceridad, jamás
es exagerado. Un texto sencillo es creíble. Así como una de las grandes virtudes
humanas es la sencillez, ya que el verdaderamente culto o valiente no necesita
demostrarlo a cada momento; así también el estilo debe ser verdadero. La sen-
cillezeslagarantíadelaverdad.
Ejemplo de sencillez es el fragmento del poema Tal vez mi última carta a Memet,
del poeta turco Nazim Hikmet.
Naturalidad
Esta cualidad se refiere al tono, o sea a emplear la lengua más usual, más habi-
tual. Quien escribe sirviéndose de su propio vocabulario es natural. Lo contra-
rio de naturalidad es rebuscamiento, es utilizar palabras que no se emplean, casi
desconocidas o muy difíciles de entender. El tono afectado no tiene natu-
ralidad.
El riesgo de la falta de naturalidad es que el lector se vaya frenando a cada
momento, distrayendo, aburriendo hasta que rechace el texto por ostentoso y
ridículo.
Ejemplo de naturalidad es el poema Muchacha de Vietnam del poeta cubano
Roberto Fernández Retamar (1930-).
Originalidad
América,
no puedo escribir tu nombre sin morirme.
Aunque aprendí de niño,
no me salen derechos los renglones;
a cada sílaba tropiezo con cadáveres,
detrás de cada letra encuentro un hombre ardiendo
y no puedo ni cerrar la A
porque alguien grita como si se quedara adentro.
......
¡Pobre América!
En vano los poetas
deshojanruiseñores.
No verán tu rostro mientras no se atrevan
a llamarte por tu nombre ¡América mendiga!
América de los encarcelados,
América de los perseguidos,
América de los parientes pobres.
¡Nadie te verá si no deshacen
este nudo que tengo en la garganta!
Los lingüistas modernos, además de las cualidades del estilo consideran cua-
lidades de la palabra. En la lengua literaria, las palabras varían, modifican y
multiplican sus funciones. La palabra es la herramienta del trabajador literario.
Nosotros coincidimos en este aspecto con el maestro Arturo Souto y anotamos
las cualidades de la palabra: musicalidad, afectividad, evocatividad, concep-
tualidad,simbolicidad.
156 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
Musicalidad
SENSEMAYÁ
CANTO PARA MATAR UNA CULEBRA
¡Mayombe-bombe-mayombé!
¡Mayombe-bombe-mayombé!
¡Mayombe-bombe-mayombé!
Sensemayá, la culebra,
sensemayá.
Sensemayá, con sus ojos,
LIBRO DE CONSULTA 157
sensemayá.
Sensemayá, con su lengua,
sensemayá.
Sensemayá, con su boca,
sensemayá.
¡Mayombe-bombe-mayombé!
Sensemayá,laculebra…
¡Mayombe-bombe-mayombé!
Sensemayá, no se mueve…
¡Mayombe-bombe-mayombé!
Sensemayá,laculebra…
¡Mayombe-bombe-mayombé!
¡Sensemayá,semurió!
Afectividad
Evocatividad
Las palabras pueden ser a veces elementos mágicos que nos traigan recuerdos y
que por momentos simbolicen las cosas que hemos visto o que hemos sentido.
Las palabras, la lengua, además de sentimientos y momentos vividos pueden
evocarnos luz, color, olor, textura, etc. De igual manera que la psicología nos
dice de lugares y aun momentos que reconocemos como si hubiéramos vivido,
las palabras tienen el poder de traernos hechos pasados o sucesos que ni siquie-
ra nos han ocurrido.
Ejemplo de evocatividad es el poema Salmo 16 del poeta nicaragüense Er-
nesto Cardenal (1925).
Conceptualidad
Ella concluyó:
—… bien interpretaríais… de las 36 situaciones dramáticas… el perseguidor, el
infortunado, el culpable, el fugitivo, el desastroso, el desdichado, el conspirador,
elosado,elraptor,elenigmático,eladversario,elrival,eladúltero,elfiel,elfatal,el
loco,elimprudente,elrevelador,elapasionado,elsacrificador,eldevoto,elcompli-
cado, el simple, el imposible, el primer amante, el primer amigo, el último amante, el
últimoamigo,elindiferente,elirreflexivo,elinmortal,elperdidoso,elencontrado,
elespectador,elpacienzudo,eldesesperado,elvencedor,elinfringible,elsoñador,el
culbutador, el desdeñoso, el ausente…
Viendo que permanecía alejado, concluyó:
— … parecéis de piedra…
—… te sobraron algunos… —repuse— …pero te faltó el principal… el albo-
rozado por ti…
Consternada, se echó sobre las sábanas; envolviéndose después en forma de cuerpo
extraño, convulsiva por sus deseos.
Sus ojos iluminados se entrecerraron, sus labios entreabiertos se secaron como
los surcos de las tierras fragosas…
Ahora, su desnudez y postura, eran clásicas, en sus partes… aunque conservaba
en el todo de sus formas, un no sé qué más acá… de lo antiguo… identificada con
una mujer del pueblo en su actitud ruborosa, como si hubiera perdido la serenidad
lineal o indiferencia… y se propusiera así, tal cual era…
Permaneció algún tiempo pensando; luego dijo:
—Por vuestra maldad… seréis castigados…
—… Dios se sirve de los malvados para hacer sus favores… repuse, estrechán-
dola en mis brazos.
—… iréis al infierno… –balbuceó, zalamera.
—… qué le hace… soy de tierra caliente.
Entonces, ella se me quedó mirando extasiada, y en seguida me abrazó, diciendo:
—… me voy contigo…
—… al infierno…
Simbolicidad
Como ejemplo, el siguiente fragmento del poema Declaración de odio, del poeta
mexicano Efraín Huerta (1914-1982).
Para tener un buen estilo en redacción no basta con observar las cualidades,
sino evitar los vicios y defectos. Los vicios del estilo son frases incorrectas,
tanto en la estructura de las palabras como en la sintaxis. Los vicios del estilo
echan por tierra cualquier redacción. Son vicios del estilo la cacofonía, la repe-
ticiónylaanfibología.
Cacofonía
Repetición
Salvador fue a la excursión, fue conmigo, fue con “el tiórico”, fue con sus hijos,
fue con toda su sabiduría, fue sin dinero y fue con su traje de baño de bolitas.
Anfibología
Hablando en los terrenos del sentido figurado, la vida radica en lo que el hom-
bre es capaz de respirar. Decimos esto tanto física como intelectualmente. Siem-
pre el ser humano ha querido respirar el conocimiento de todo lo que le ha sido
dado entender. Desde que respiró el día de la creación según como lo interpreta
el Génesis, ha intentado explicarse el tiempo, la naturaleza, la vida y artística-
mente las formas, los colores, los sonidos. Esta ansia de respirar y descubrir
todo lo que llega a percibirse no sólo forma y desarrolla al hombre, sino lo
realiza como tal. Esto es investigar.
Investigar es conocer, saber. El hombre cumple el conocimiento y lo aplica
para beneficio de su colectividad. La investigación es método y organiza-
ción, puede definirse como el ir hasta las fuentes originales de lo que trata de
descubrir; lo nuevo, hasta haberlo indagado y superar así lo ya conocido por el
hombre. Ejemplo de investigación antropológica fue el ir hasta los orígenes
más recónditos históricos y sociológicos que tuvo que realizar la antropóloga
Eulalia Guzmán, hasta localizar los restos del más digno de los combatientes
prehispánicos: Cuauhtémoc. Después de la investigación difícil y envidiada,
logra poner en claro y recuperar para el conocimiento y la historia, el paradero
del cuerpo mortal del héroe.
Fichabibliográfica
167
168 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
los libros, lo que equivale también al ordenamiento de los propios libros, re-
quiere representaciones escritas que nos permitan localizar rápidamente y co-
nocer el contenido y todos los datos relacionados con una determinada obra. El
auxiliar en la investigación a este respecto recibe el nombre de ficha biblio-
gráfica.
La ficha bibliográfica es una pequeña tarjeta de 12.5cm × 7.5cm, donde se
asientan los datos más importantes de las obras. Por lo general contiene los
siguientesdatos:
•autor
•título
•editorial
• país y año
• temática
Aplicación:
FICHA BIBLIOGRÁFICA
La ficha bibliográfica puede utilizarse no sólo para esta finalidad, sino para
cualquier labor de estudio o monografía. Su aplicación y manejo se estudia y
practica a fondo en la Técnica de Investigación, aunque en forma particular
también es muy usual.
Fichadetrabajo
• autor
• tema que se investiga
• títulodellibro
• editorial,lugaryfecha
• página del libro que se transcribe
• referenciatextualentrecomillas
• comentario o juicio personal.
FICHA DE TRABAJO
1.– “La propiedad de la tierra será del que la esté trabajando directamente.
2.– Todos los habitantes de casas en las ciudades y pueblos serán propietarios
de la casa en donde habiten.
3.– Se hará un plan de carácter obligatorio, tendente a sustituir importaciones,
aumentarlasexportacioneseindustrializarelpaís.
4.– Se cobrará un impuesto progresivo a los que reciban rentas superiores a las
requeridas para vivir decorosamente.
5.– Los bancos, compañías de seguros, hospitales, clínicas, centros de fabrica-
ción y distribución de drogas, los transportes públicos, la radio y televisión y la
explotación de los recursos naturales, serán del Estado.
6.– El Estado dará gratuitamente educación a todos los colombianos.
7.– La educación será obligatoria hasta finalizar la educación secundaria o téc-
nica. Habrá sanciones penales para los padres que no cumplan con la obligación
de hacer educar a sus hijos.
8.– La propiedad del subsuelo será del Estado.
9.– Colombia tendrá relaciones con todos los países del mundo e intercambios
de comercio y de cultura en condiciones de equidad y de mutuo beneficio.
10.–El Estado implantará un plan integral y progresivo de seguridad social que
garantice gratuitamente a la población el derecho a la salud y a la atención médi-
ca.”
Bibliografía
Se llama bibliografía a la relación de todas las obras consultadas para hacer una
investigación,untrabajo,unlibro,etcétera.
LIBRO DE CONSULTA 171
Utilizacióndelasfuentesdeinformación
Para poder realizar el trabajo de la investigación hay que recurrir a las fuentes
de información. Las fuentes de información son receptáculos que tienen, en
forma especializada, gran cantidad de elementos que proporcionan los datos
necesarios para facilitar el trabajo de investigación. Es lógico suponer que todo
trabajo de investigación necesita fuentes de información de calidad, pues al
basarse en fuentes erróneas traería como consecuencia una investigación equi-
vocada.
Consideramos esencialmente una buena bibliografía, así como libros de con-
sulta y referencia, como primera fuente de información. Otras fuentes de infor-
mación indispensables son: la biblioteca, la hemeroteca y los centros de
información.
Biblioteca
Hemeroteca
Centrosdeinformación
a)Actividadesculturales.
b) Centros de estudio.
c)Sitiosdeinterésartísticoyantropológico.
d) Obtención de becas.
c)Centrosdeinterésartísticoyantropológico.Artístico:Museosdearte,clásico
y moderno, galerías. Antropológico: Ruinas y vestigios prehispánicos o colo-
niales, como Teotihuacán, Chichén-Itzá, Mitla, Palenque, etc., y palacios y
templos coloniales.
Los Centros de Información con los que cuenta nuestro país se encuentran
dispersos y dependen principalmente de las siguientes instituciones: Universi-
dad Nacional Autónoma de México, Facultad de Filosofía y Letras, El Colegio
de México, Museo Nacional de Antropología, etcétera.
En algunos diarios y suplementos culturales del país se proporciona parte de
esta información. Desgraciadamente no contamos con una institución oficial al
servicio del pueblo, capacitada para reunir centralizadamente todas las fuentes
de los centros de información, necesidad indispensable para nuestra cultura.
174 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
ANÁLISIS LITERARIO
a) Trama o argumento.
b) Condiciones sociales.
c)Personajesprincipales.
1) Físicamente.
2) Psicológicamente.
d) Personajes secundarios e incidentales.
e) Proyección emotiva de la obra.
f)Ideasprincipales.
g)Cualidadesestilísticasdelaobra.
h) Enseñanza obtenida.
i) Opinión personal.
LIBRO DE CONSULTA 175
Trama o argumento
Personajesprincipales
Los personajes principales son las personas que tienen mayor importancia, alre-
dedor de los que gira la historia. Son quienes intervienen en primer plano. Tam-
bién se les llama personajes centrales.
Ellos permiten en sus diálogos y en sus parlamentos oír la opinión, las dudas,
la controversia del autor. El autor se refleja y habla en boca de sus personajes
principales. Por ellos lo conocemos y sabemos cómo es, siente y piensa.
Los personajes principales deben ser objeto de un estudio más detenido, puesto
que son el eje de la obra. Hay que dilucidar no sólo cómo son exterior o física-
mente, sino también cómo son interior o psicológicamente.
176 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
Físicamente. No cabe duda de que una persona se manifiesta como es, tanto
en sus rasgos físicos como en sus actitudes y costumbres. Es importante anotar
la descripción física de los personajes, su complexión, su apariencia, la expre-
sión de su cara, sus ojos, su boca, sus manos, el tamaño de su cabeza, así como
sus señas particulares. Algunos piensan que el físico o “parecido” relativo a los
animales (caracterología) nos da un indicio de la personalidad de la gente. La
forma de vestir, su ocupación, su profesión, sus gustos, su forma de caminar,
hablar, contar, deberán ser tomadas en cuenta en el análisis.
Psicológicamente. El hombre no es sólo lo que manifiesta conscientemente,
como se presenta. Hay un mundo, podemos decir, formado por hechos vividos,
recuerdos de la infancia, la adolescencia, costumbres adquiridas por su educa-
ción familiar, escolar, el condicionamiento de su medio social, su país, etc., que
forman la parte mayor y la más desconocida de su ser. La psicología la llama:
inconsciente. El inconsciente se manifiesta tanto en los sueños como en los
actos fallidos, y en los hechos de toda nuestra vida. El inconsciente determina
nuestra forma de ser. Analizar psicológicamente a los personajes es observarlos
en sus reacciones, sus palabras, sus hechos, sus emociones, sus ideas, todo lo
que puede mostrar lo que se llama su “yo”. Intuir la psicología de los personajes
es descifrarlos y descubrirlos poniendo en claro cómo son en realidad. El análi-
sis psicológico de los personajes principales es mayormente favorecido por el
género de la novela, quien los describe en toda su compleja particularidad.
Personajessecundarioseincidentales
Proyecciónemotivadelaobra
Ideasprincipales
una palabra, a quién ama y por qué, y a quién odia y por qué. Y ese por qué es
el que resume todas las ideas que quiere que nosotros comprendamos.
Cualidadesestilísticasdelaobra
Enseñanza obtenida
Opinión personal
Después de tantas horas de caminar sin encontrar ni una sombra de árbol ni una
semilla de árbol ni una raíz de nada, se oye el ladrar de los perros.
Uno ha creído a veces, en medio de este camino sin orillas, que nada habría
después; que no se podría encontrar nada al otro lado, al final de esta llanura rajada
de grietas y de arroyos secos. Pero sí, hay algo. Hay un pueblo. Se oye que ladran los
perros y se siente en el aire el olor del humo, y se saborea ese olor de la gente como
sifueraunaesperanza.
Pero el pueblo está todavía muy allá. Es el viento el que lo acerca.
Hemos venido caminando desde el amanecer. Ahorita son algo así como las
cuatro de la tarde. Alguien se asoma al cielo, estira los ojos hacia donde está colgado
elsolydice:
— Son como las cuatro de la tarde.
Ese alguien es Melitón. Junto con él vamos Faustino, Esteban y yo. Somos cuatro.
Yo los cuento: dos adelante, otros dos atrás. Miro más atrás y no veo a nadie.
Entonces me digo: “Somos cuatro.” Hace rato, como a eso de las once, éramos
180 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
veintitantos; pero puñito a puñito se han ido desperdigando hasta quedar nada más
este nudo que somos nosotros.
Faustinodice:
— Puede que llueva.
Todos levantamos la cara y miramos una nube negra y pesada que pasa por
encima de nuestras cabezas. Y pensamos: “Puede que sí.”
No decimos lo que pensamos. Hace ya tiempo que se nos acabaron las ganas de
hablar. Se nos acabaron con el calor. Uno platicaría muy a gusto en otra parte, pero
aquícuestatrabajo.Unoplaticaaquíylaspalabrassecalientanenlabocaconelcalor
de afuera, y se le resecan a uno en la lengua hasta que acaban con el resuello. Aquí así
son las cosas. Por eso a nadie le da por platicar.
Cae una gota de agua, grande, gorda, haciendo un agujero en la tierra y dejando
una plasta como la de un salivazo. Cae sola. Nosotros esperamos a que sigan cayen-
do más y las buscamos con los ojos. Pero no hay ninguna más. No llueve. Ahora si
se mira el cielo se ve la nube aguacera corriéndose muy lejos, a toda prisa. El viento
que viene del pueblo se le arrima empujándola contra las sombras azules de los
cerros. Y la gota caída por equivocación se la come la tierra y la desaparece en su sed.
¿Quién diablos haría este llano tan grande? ¿Para qué sirve, eh?
Hemos vuelto a caminar, nos habíamos detenido para ver llover. No llovió. Aho-
ra volvemos a caminar. Y a mí se me ocurre que hemos caminado más de lo que
llevamos andado. Se me ocurre eso. De haber llovido quizás se me ocurrieran otras
cosas. Con todo, yo sé que desde que yo era muchacho, no vi llover nunca sobre el
llano,loquesellamallover.
No, el llano no es cosa que sirva. No hay ni conejos ni pájaros. No hay nada. A no
ser unos cuantos huizaches trespeleques y una que otra manchita de zacate con las
hojas enroscadas; a no ser eso, no hay nada.
Y por aquí vamos nosotros. Los cuatro a pie. Antes andábamos a caballo y
traíamos terciada una carabina. Ahora no traemos ni siquiera la carabina.
Yo siempre he pensado que en eso de quitarnos la carabina hicieron bien. Por acá
resulta peligroso andar armado. Lo matan a uno sin avisarle, viéndolo a toda
hora con “la 30” amarrada a las correas. Pero los caballos son otro asunto. De
venir a caballo ya hubiéramos probado el agua verde del río, y paseado nuestros
estómagos por las calles del pueblo para que se les bajara la comida. Ya lo hubiéra-
mos hecho de tener todos aquellos caballos que teníamos. Pero también nos quita-
ron los caballos junto con la carabina.
Vuelvo hacia todos lados y miro el llano.Tanta y tamaña tierra para nada. Se le
resbalan a uno los ojos al no encontrar cosa que los detenga. Sólo unas cuantas
lagartijas salen a asomar la cabeza por encima de sus agujeros, y luego que sienten la
tatema del sol corren a esconderse en la sombrita de una piedra. Pero nosotros,
cuando tengamos que trabajar aquí, ¿qué haremos para enfriarnos del sol, eh? Por-
que a nosotros nos dieron esta costra de tepetate para que la sembráramos.
LIBRO DE CONSULTA 181
Nos dijeron:
— Del pueblo para acá es de ustedes.
Nosotros preguntamos:
— ¿El llano?
— Sí, el llano. Todo el Llano Grande.
Nosotros paramos la jeta para decir que el llano no lo queríamos. Que queríamos
lo que estaba junto al río. Del río para allá, por las vegas, donde están esos árboles
llamados casuarinas y las paraneras y la tierra buena. No este duro pellejo de vaca
que se llama el Llano.
Pero no nos dejaron decir nuestras cosas. El delegado no venía a conversar con
nosotros. Nos puso los papeles en la mano y nos dijo:
— No se vayan a asustar por tener tanto terreno para ustedes solos.
— Es que el llano, señor delegado...
— Son miles y miles de yuntas.
— Pero no hay agua. Ni siquiera para hacer un buche hay agua.
— ¿Y el temporal? Nadie les dijo que se les iba a dotar con tierras de riego. En
cuantoallíllueva,selevantaráelmaízcomosiloestiraran.
– Pero, señor delegado, la tierra está deslavada, dura. No creemos que el arado se
entierre en esa como cantera que es la tierra del llano. Habría que hacer agujeros con
el azadón para sembrar la semilla y ni aún así es positivo que nazca nada; ni maíz ni
nada nacerá.
—Eso manifiéstenlo por escrito. Y ahora váyanse. Es al latifundio al que tienen
que atacar, no al gobierno que les da la tierra.
—Espérenos usted, señor delegado. Nosotros no hemos dicho nada contra el
Centro. Todo es contra el Llano… No se puede contra lo que no se puede. Eso es
lo que hemos dicho… Espérenos usted para explicarle. Mire, vamos a comenzar
por donde íbamos…
Pero él no nos quiso oír.
Así nos han dado esta tierra. Y en este comal acalorado quieren que sembremos
semillas de algo, para ver si algo retoña y se levanta. Pero nada se levantará de aquí.
Ni zopilotes. Uno los ve allá cada y cuando, muy arriba, volando a la carrera; tratan-
do de salir lo más pronto posible de este blanco terregal endurecido, donde nada se
mueve y por donde uno camina como reculando.
Melitóndice:
— Esta es la tierra que nos han dado.
Faustinodice:
— ¿Qué?
Yo no digo nada. Yo pienso: “Melitón no tiene la cabeza en su lugar. Ha de ser el
calor el que lo hace hablar así. El calor que le ha traspasado el sombrero y le ha
calentado la cabeza. Y si no, ¿por qué dice lo que dice? ¿Cuál tierra nos han dado,
182 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
Melitón? Aquí no hay ni la tantita que necesitaría el viento para jugar a los remoli-
nos.”
Melitón vuelve a decir:
— Servirá de algo. Servirá aunque sea para correr yeguas.
— ¿Cuáles yeguas? —le pregunta Esteban.
Yo no me había fijado bien a bien en Esteban. Ahora que habla, me fijo en él.
Lleva puesto un gabán que le llega al ombligo, y debajo del gabán saca la cabeza algo
así como una gallina.
Sí, es una gallina colorada la que lleva Esteban debajo del gabán. Se le ven los ojos
dormidos y un pico abierto como si bostezara. Yo le pregunto:
— Oye, Teban, ¿de dónde pepenaste esa gallina?
— ¡Es la mía! —dice él.
— No la traías antes. ¿Dónde la mercaste, eh?
— No la merqué, es la gallina de mi corral.
— Entonces te la trajiste de bastimento, ¿no?
—No, la traigo para cuidarla. Mi casa se quedó sola y sin nadie para que le diera
de comer; por eso me la traje. Siempre que salgo lejos cargo con ella.
— Allí escondida se te va a ahogar. Mejor sácala al aire.
Él se la acomoda debajo del brazo y le sopla el aire caliente de su boca. Luego
dice:
— Estamos llegando al derrumbadero.
Yo ya no oigo lo que sigue diciendo Esteban. Nos hemos puesto en fila para
bajar a la barranca y él va mero adelante. Se ve que ha agarrado a la gallina por las
patas y la zangolotea a cada rato, para no golpearle la cabeza contra las piedras.
Conforme bajamos, la tierra se hace buena. Sube polvo desde nosotros, como si
fuera un atajo de mulas lo que bajara por allí; pero nos gusta llenarnos de polvo. Nos
gusta. Después de venir durante once horas pisando la dureza del llano, nos senti-
mos muy a gusto envueltos en aquella cosa que brinca sobre nosotros y sabe a tierra.
Por encima del río, sobre las copas verdes de las casuarinas, vuelan parvadas de
chachalacas verdes. Eso también es lo que nos gusta.
Ahora los ladridos de los perros se oyen aquí, junto a nosotros, y es que el viento
que viene del pueblo retacha en la barranca y la llena de todos sus ruidos.
Esteban ha vuelto a abrazar su gallina cuando nos acercamos a las primeras casas.
Le desata las patas para desentumecerla, y luego él y su gallina desaparecen detrás de
unos tepemezquites.
— ¡Por aquí arriendo yo! —nos dice Esteban.
Nosotros seguimos adelante, más adentro del pueblo.
La tierra que nos han dado está allá arriba.
LIBRO DE CONSULTA 183
Trama: Cuatro campesinos caminan desde el amanecer a través del llano. Van
hacia un pueblo. Al principio eran muchos. Ahora sólo quedan ellos. A cada
momento la necesidad de llegar al pueblo hace que lo vean más cerca y que
perciban su ruido y su olor. Creen que va a llover, pero saben que nunca, desde
que eran niños, ha llovido en el llano. Antes también caminaban por ese llano,
pero lo hicieron armados. Se habían unido al movimiento revolucionario.
Cuando el movimiento armado terminó, los que triunfaron les quitaron las
carabinas y los caballos. Ahora por todas partes había soldados que dispararían
siellostrajeranarmas.Elllanoeslatierraquelesrepartióelgobierno.Unllano
árido, donde a unos cuantos centímetros hay piedra y donde no puede sembrar-
se nada, porque nada se da. Una extensión árida donde no hay agua. Mientras el
narrador va pensando, y mientras hablan poco, porque el mismo calor les tiene
reseca la boca y la garganta, llegan al derrumbadero.
Han atravesado durante once horas un extenso territorio que no sirve para
nada. Es la tierra que les dieron. Finalmente, llegan al pueblo. Uno de éstos,
Esteban, se va por otro camino. Dejan el llano que es suyo y se internan en la
tierra buena, la tierra donde está el pueblo, la tierra que no es de ellos.
Condiciones sociales: El tiempo en que el autor sitúa la obra es inmediatamente
después del movimiento armado de 1910. A la sombra de la Revolución se han
hecho repartos de tierra a los campesinos. Tierra que para nada cuenta porque
no tienen agua ni herramientas agrícolas ni forma de cultivarla o hacerla produ-
cir. Su miseria es igual o peor que antes. La única diferencia es que han abando-
nado sus armas y otros se encuentran en el poder, pero la realidad para ellos no
cambió. Mientras en el país se organizan los gobiernos triunfantes, los hombres
del campo, después de haber muerto un millón de veces, siguen padeciendo las
mismas condiciones sociales.
Personajes principales: Los personajes principales son el narrador, Melitón,
Faustino y Esteban. Físicamente son hombres del campo, rudos, morenos, tos-
cos, con su ropa de manta blanca, sus sombreros de paja, sus manos callosas
poreltrabajo,surostrotristeysucaminarrítmico.Psicológicamente,elnarradorse
ha dado cuenta de todo, sabe del engaño de que han sido objeto, razona, analiza
y nos cuenta lo que les ha sucedido. Melitón es todavía confiado. Cree que
podrá hacer algo. Tiene esperanzas de que en alguna forma cambiará su situa-
ción. Faustino no se da cuenta de nada. No habla. Su silencio lo mantiene al
margen; o tal vez de tanto vivir aquello, ya no tenga nada que decir. Esteban es
184 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
189
190 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
• Época Antigua
• Época Clásica
• Edad Media
• Renacimiento
• Neoclásico
• Romanticismo
• Realismo
• Modernismo
• Época Contemporánea
• Época Actual
ÉPOCA A NTIGUA
Las más antiguas literaturas son las llamadas orientales: egipcia, hebrea, hindú,
persa y china. Su característica principal es que son simbólicas y religiosas.
LIBRO DE CONSULTA 191
Literaturahebrea
a
) Histórica. Salomón vive un amor con una pastora conocida como la sulamita.
Salomón es “el esposo” y la sulamita es “la esposa”.
b
) Popular. Tanto el esposo como la esposa son pastores que fingen encontrarse
después de un tiempo de separación.
)c Religiosa. El esposo es Dios y la esposa la Iglesia. Esta interpretación y la
traducción se deben a fray Luis de León en el Siglo de Oro, quien le da
implicación mística en notables versos en octava rima. Pero el poema rebasa
estaapreciación.
Elcantardeloscantares
El cantar de los cantares es la manifestación lírica del sentido del amor por
excelencia, con toda la sensualidad y la hermosura del hecho amoroso. Las
metáforas y las imágenes del poema son fuertemente eróticas, pero al mismo
tiempo, sutilmente descritas. Transcribimos algunos fragmentos traducidos de
acuerdo con la forma poética del original.
EL ESPOSO
LA ESPOSA
EL ESPOSO
LA ESPOSA
EL ESPOSO
LA ESPOSA
ÉPOCA CLÁSICA
La Época Clásica comprende dos culturas: la cultura griega que alcanza su es-
plendor hacia el siglo IX a. C., y la cultura latina hacia el sigloIa. C.
Culturagriega
Homero
Al más grande de los poetas griegos, Homero, responde una asombrosa uni-
dad artística en su obra; recupera los hechos de varios siglos antes, Homero es
situado entre los siglosIX a VII a. C. Inicialmentefueun aedo,es decir, recitante
196 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
de poesía que se hacía acompañar por una cítara. “Homero vivió en una época
en la que cada hombre era un soldado y cada ciudad una fortaleza, por lo que en
sus poemas describe la existencia como un gran campo de batalla, sin olvidar
por ello mencionar las cualidades más apreciadas por el pueblo griego como
eran el valor, la hospitalidad y el respeto a los ancianos” (Torri). Tradicional-
mente la escultura y las imágenes históricas representan a Homero como a un
juglar ciego, un viejo errante por las ciudades. Las dos obras más importantes
que se le atribuyen son La Ilíada y La Odisea.
LaIlíada
Las crónicas históricas nos dicen que más tarde los griegos construyen un
gran caballo de madera, dentro del cual se esconden, y mientras los troyanos
aceptan la ofrenda y celebran su victoria, los griegos salen del caballo a media-
noche y los vencen por sorpresa. Troya es tomada, incendiada y destruida, y
Helena es devuelta a Menelao.
Los principales personajes son: Agamemnón que representa la ambición, el
poder, la tiranía; Aquiles: el héroe indispensable; Héctor: el patriota defensor
de su ciudad; Paris: la debilidad y la cobardía; Helena: la hermosura y la volu-
bilidad; Andrómaca: la fidelidad de la esposa; Príamo: el amor del padre;
Menelao: el pretexto.
El texto completo de La Ilíada costa de 15 693 versos griegos. Transcribimos
el preludio, versos uno al cinco, y los versos 320 al 425 de la primera rapsodia:
Aquiles agraviado, en traslado (1949) del escritor mexicano Alfonso Reyes (1889-
1960).
P RELUDIO
Aquiles ofendido
La Odisea
HazañaconelgigantePolifemo
En una isla aparentemente inhabitada donde van a dar los marinos con Ulises
al mando, desembarcan para abastecerse de las provisiones naturales que le
brinda la exuberancia del lugar. Ulises llevaba un pellejo de cabra lleno de un
extracto de vino negro. Están entregados a su tarea cuando son atrapados por
un hombre gigantesco llamado Polifemo que posee un solo ojo. El cíclope los
encierra en una cueva y les da de comer. Diariamente la mano gigantesca pene-
tra por la puerta capturando varios marineros. Ulises y los demás se dan cuenta
con horror que están siendo alimentados para ser devorados más tarde por el
monstruo. Ulises, por su sagacidad, descubre que en el piso de la cueva, entre el
estiércol, se encuentra una gran clava de olivo verde, de la cual cortan un enor-
me madero, lo afilan como una lanza y le queman después la punta. A la si-
guiente visita del gigante antropófago Ulises, con gran valor, le ofrece vino. La
curiosidad de Polifemo lo lleva a probar el vino le gusta y exige más. El gigante
ebrio se duerme, momento que aprovechan Ulises y los marineros para levantar
el enorme madero y con coraje hundirlo violentamente en el único ojo de
Polifemo, dándole vueltas a la estaca hasta hacerla girar. El gigante lanza un
espantoso alarido y sale de la cueva quitando la gran roca que la mantiene
cerrada. Ulises y los marineros salen a la mañana siguiente ocultos bajo las
ovejas que van a pastar, pues el gigante tiene las manos abiertas frente a la
cueva para impedirles el paso. Cuando descubre el engaño trata de perseguirlos,
pero como está ciego no les da alcance y finalmente Ulises y los marineros
logran escapar en su barco mientras Polifemo, desde la costa, les arroja peñas-
cos e invoca el nombre de su padre Poseidón pidiendo venganza.
FRAGMENTO DE LA RAPSODIA IX
¡Cíclope! Ya que comiste carne humana, toma y bebe este vino, y sabrás qué licor
encerraba nuestro bajel. Para ti lo traía, deseoso de ofrecértelo, si, apiadándote de
mí, disponías mi regreso a la patria. Mas, ¡a nadie te igualas en la cólera! ¡Insensato!
¿Cómo se acercará a ti ningún nacido, en adelante, si careces de compasión?
202 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
Así le hablé. Tomó el vino y bebióselo. Y gustóle tanto el dulce licor que me pidió
más:
Dadme de buen grado más vino y hazme saber inmediatamente tu nombre para
que te ofrezca un don hospitalario con el cual te huelgues. Pues también a los cíclopes
la fértil tierra les proporciona vino en gruesos racimos, que crecen con la lluvia
enviada por Zeus; pero éste está hecho con ambrosía y néctar.
Detalsuertehabló,yvolvíaservirleelnegrovino:tresvecesselopresentéytres
veces bebió incautamente. Y cuando los vapores del vino envolvieron la mente del
cíclope,díjeleconlisonjeraspalabras:
¡Cíclope! Preguntas cuál es mi nombre ilustre, y voy a decírtelo; pero dame el
presente de hospitalidad que me has prometido. Mi nombre es Outis (Nadie), y
Outis me llaman mi padre, mi madre y mis compañeros todos.
Así le hablé, y en seguida me respondió, con cruel talante:
A Outis me lo comeré al último, después de sus compañeros, y a todos los demás
antesqueaél:talseráeldonhospitalarioqueteofrezca.
Dijo, tiróse hacia atrás y cayó de espaldas. Así echado dobló la gruesa cerviz y
rindióle el sueño, domador de todo. Harto de bebida, eructaba de modo horrible, a
par que de su garganta fluía el vino, revuelto con carne humana. Entonces metí
la estaca debajo del abundante rescoldo, para calentarla, y animé con mis palabras a
todos los compañeros, temeroso de que me abandonasen aterrorizados. Mas cuan-
do la estaca de olivo, con ser verde, estaba a punto de arder y relumbraba intensa-
mente, fui y la saqué del fuego; rodeáronme mis compañeros, y una deidad nos
infundió gran audacia. Ellos, tomando la estaca de olivo, hincáronla por la aguzada
punta en el ojo del cíclope y yo, alzándome, hacíala girar por arriba. De la suerte que
cuando un hombre taladra con el barreno el mástil de un navío, otros lo mueven por
debajo con una correa, que asen por ambas extremidades, y aquel da vueltas conti-
nuamente: así nosotros, asiendo la estaca de ígnea punta, la hacíamos girar en el ojo
del cíclope y la sangre brotaba alrededor del caliente palo. Quemóle el ardoroso
vapor párpados y cejas, en cuanto la pupila estaba ardiendo y sus raíces crepitaban
por la acción del fuego. Así como el broncista, para dar el temple que es la fuerza del
hierro, sumerge en agua fría una gran segur o un hacha que rechina grandemente: de
igual manera rechinaba el ojo del cíclope en torno de la estaca de olivo. Dio el
cíclope un fuerte y horrendo gemido, retumbó la roca, y nosotros, amedrentados,
huimos prestamente.
EstanciaconladiosaCirce
Ulises y sus marineros llegan hasta los dominios de Circe, poderosa deidad.
Ponen pie en tierra donde descansan y contemplan el palacio de Circe de piedra
LIBRO DE CONSULTA 203
¿Por qué, Odiseo, permaneces así, como un mudo, y consumes tu ánimo, sin tocar la
comida ni la bebida? Sospechas que haya algún engaño, y has de desechar todo
temor, pues ya te presté solemne juramento.
Así se expresó, y le repuse diciendo: ¡Oh, Circe! ¿Cuál varón, que fuese razonable,
osara probar la comida y la bebida antes de libertar a los compañeros y contemplar-
los con sus propios ojos? Si me invitas de buen grado a beber y a comer, suelta a mis
fieles amigos, para que con mis ojos pueda verlos.
Detalsuertehablé.Circesaliódelpalacioconlavaraenlamano,abriólaspuertas
de la pocilga y sacó a mis compañeros en figura de puercos de nueve años.
Colocáronse delante, y ella anduvo por entre los mismos, untándolos con una nueva
droga: en el acto cayeron de los miembros las cerdas que antes les hizo crecer la
perniciosa droga suministrada por la venerada Circe, y mis amigos tornaron a ser
hombres, pero más jóvenes aún y mucho más hermosos y más altos. Conociéronme,
y uno por uno me estrecharon la mano. Alzóse entre todos un dulce llanto, la casa
resonaba fuertemente, y la misma deidad hubo de apiadarse. Y deteniéndose junto
amí,dijodeestasuerteladivinaentrelasdiosas:
¡Laertíada, de linaje divino! ¡Odiseo, fecundo en recursos! Ve ahora a donde tienes
laveleranaveenlaorilladelmar,yantetodosacadlaatierrafirme;llevadalasgru-
tas las riquezas y los aparejos todos, y trae en seguida tus fieles compañeros…
… … … … … … … … … … … … …
204 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
Así, pues, se han llevado a cumplimiento todas estas cosas. Oye ahora lo que voy
a decir y un dios en persona te lo recordará más tarde. Llegarás primero a las sirenas,
que encantan a cuantos hombres van a encontrarlas. Aquel que imprudentemente se
acercaaellasyescuchasuvoz,yanovuelveaverasuesposaniasushijospequeñuelos
rodeándole, llenos de júbilo, cuando torna a su hogar: sino que le hechizan las sirenas
con su canto, sentadas en una pradera y teniendo a su alrededor enorme montón de
huesos de hombres putrefactos cuya piel se va consumiendo. Pasa de largo y tapa las
orejas a tus compañeros con cera blanda, previamente adelgazada, a fin que ninguno
las oiga; mas si tú deseares oírlas, haz que te aten en la velera embarcación de pies y
manos, derecho y arrimado a la parte inferior del mástil y que las cuerdas se liguen al
mismo, y así podrás deleitarte escuchando a las sirenas. Y en el caso de que supliques
o mandes que te suelten, átenle con más lazos todavía.
Elmardelassirenas
Mientras hablaba, declarando estas cosas a mis compañeros, la nave bien construida
llegó muy presto a la isla de las sirenas, pues la empujaba favorable viento. Desde
aquel instante, echóse el viento, reinó sosegada calma y algún numen adormeció las
olas. Levantáronse mis compañeros, amainaron las velas, y pusiéronlas en la cóncava
nave, y, habiéndose sentado nuevamente en los bancos, emblanquecían el agua, agi-
tándola con los remos de pulimentado abeto. Tomé al instante un gran pan de cera
y lo partí con el agudo bronce en pedacitos que me puse luego a apretar con mis
robustas manos. Pronto se calentó la cera, porque hubo de ceder a la gran fuerza y
LIBRO DE CONSULTA 205
a los rayos del soberano Helios Hiperionida, y fui tapando con ella los oídos de
todos los compañeros. Atáronme éstos en la nave, de pies y manos, derecho y
arrimado a la parte inferior del mástil; ligaron las cuerdas al mismo, y, sentándose en
los bancos, tornaron a herir con los remos el espumoso mar. Hicimos andar la nave
muy rápidamente, y, al hallarnos tan cerca de la orilla que allá hubiesen llegado nues-
tras voces, no se les encubrió a las sirenas que la ligera embarcación navegaba a poca
distancia y empezaron un sonoro canto:
¡Ea, célebre Odiseo, gloria insigne de los aqueos! Acércate y detén la nave, para
que oigas nuestra voz. Nadie ha pasado en su negro bajel, sin que oyera la suave
voz que fluye de nuestra boca, sino que se van todos después de recrearse con ella y
de aprender mucho; pues sabemos cuántas fatigas padecieron en la vasta Troya
argivos y teucros, por la voluntad de los dioses, y conocemos también todo cuanto
ocurreenlafértiltierra.
Esto dijeron con su hermosa voz. Sintióse mi corazón con ganas de oírlas, y
moví las cejas, mandando a los compañeros que me desatasen, pero todos se incli-
naron y se pusieron a remar. Y, levantándose al punto Perimedes y Euríloco, atáronme
con nuevos lazos, que me sujetaban más reciamente. Cuando dejamos atrás las sire-
nas y ni su voz ni su canto se oían ya, quitáronse mis fieles compañeros la cera con
que tapara sus oídos y me soltaron las ligaduras.
Después de ser retenido largo tiempo por la ninfa Calipso que deseaba hacer-
lo su esposo, Ulises regresa finalmente a Ítaca, solo y casi desnudo, en donde los
nobles ambiciosos habían obligado a su mujer, Penélope, a elegir nuevo marido.
Penélope es forzada a aceptar, según la ley, y pone como plazo cuando termine
el manto de boda, que ella hila por la mañana y deshila por la noche. Al darse
cuenta, los pretendientes fijan una fecha exacta y Penélope acepta casarse con
aquel que logre tensar el arco de Ulises y hacer pasar una flecha a través del ojo
de doce hachas. Ulises llega vestido de mendigo y se queda en el palacio poco
antesdelfestíndelospretendientes.
Cuando los nobles compiten fracasan todos en el intento de tensar el arco. El
mendigo, o sea Ulises, pide permiso para participar también, a lo que Penélope
accede.Ulisestensaelarcoyhacepasarlaflechaanteelterrordelospresentes.
Ulises es reconocido, se deshace de sus harapos y comienza a flechar a los
pretendientes. A la matanza se une Telémaco, el hijo de Ulises, y entre los dos
matan a todos los nobles pretendientes. Ulises y Penélope se reencuentran. Ulises
es perdonado por los dioses con la influencia de Atenea.
Es imposible hablar de cultura griega sin hacer referencia a tres aspectos
vinculados con la literatura y altamente desarrollados por los griegos: la filoso-
fía,laelocuenciauoratoriayelteatro.LafilosofíaestárepresentadaporSócrates
206 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
Teatrogriego
El teatro griego es ejemplo no solamente por su calidad literaria, sino por dar
origen al teatro de todos los tiempos. El teatro griego florece durante el gobier-
no de Pericles y cuando Atenas alcanza su máximo esplendor. Los dos géneros
fundamentales son la tragedia y la comedia. De ahí la representación de las másca-
ras que lloran y ríen respectivamente. La comedia se originó en las fiestas que
hacían los campesinos después de la vendimia cuando regresaban a sus aldeas.
El mayor representante de la comedia griega es Aristófanes (445-386 a.C.).
La tragedia griega se originó en el Ditirambo —culto a Dioniso—. Un coro
cantaba las proezas del dios y danzaba alrededor del altar. Después se narraron
escenas de algunos héroes. En el siglo VI apareció un personaje que hacía pre-
guntas al coro, el cual respondía. En esta forma se creó el diálogo.
Esquilo
Entre los autores de tragedias griegas debemos citar a Esquilo (525-456 a.C.),
quien combatió en las Guerras Médicas. Triunfó innumerables veces y fue coro-
nado por sus obras. Entre las más importantes están Prometeo encadenado, héroe,
que tras haber entregado al hombre la conciencia y el fuego, fue castigado por
Zeus que lo condenó a sufrir encadenado el tormento de un buitre que diaria-
mente le devoraba las entrañas, mismas que se le regeneraban durante la noche
(Hércules lo liberó posteriormente); la Orestiada, formada por: Agamenón (asesi-
nato de Agamenón por Clitemnestra), Las Coéforas (venganza de Orestes, hijo
de Agamenón, quien mata a Clitemnestra y a Egisto, amante de ésta), y Las
Euménides (persecución de Orestes por las Furias y las Erinias y finalmente su
juicioyperdón).
Fragmento de Prometeo de Esquilo. Prometeo se rebela contra la tiranía de
Zeus. Dialoga con Océano.
LIBRO DE CONSULTA 207
OCÉANO. A ti vengo, Prometeo, haciendo una larga jornada en este alado monstruo,
que rijo sin otro freno que mi voluntad. Porque ten entendido que me duelo de
tusdesgracias.Aellomeobligalasangre;asílojuzgo: pero, fueradelparentesco,
no hay quien tenga en mi amistad más parte que tú. Ya verás tú cómo es verdad
esto que te digo, y que no está en mi genio hablar vano y lisonjero de favores.
Conque anda; dime en qué se te puede favorecer. Jamás podrás decir que hubo
para ti un amigo más firme que el Océano.
PROMETEO. ¡Bah! ¿qué es esto? ¿También tú vienes de espectador de mis males?
¿Cómo te has atrevido a dejar la corriente de tu nombre y tus nativos y roqueros
antros para venir a la tierra madre del hierro? ¿Llegaste a mí curioso de mi suceso,
o compasivo de mis desdichas? ¡Contempla, pues, un espectáculo! ¡Mira a este
amigo de Zeus, que le ayudó a afirmar su tiranía, de qué rigones se ve oprimido!
OCÉANO. Viéndote estoy, Prometeo, y aunque seas tan avisado, todavía quiero acon-
sejarte lo que estará mejor. Reconócete, y pues que hay nuevo tirano entre los
dioses, muda tú también de procederes. Porque si así lanzas ásperos y punzantes
dicterios, con estar Zeus sentado tan alto y lejos de ti, pudiera oírte de modo que
el rigor del presente mal le tuvieras por juego. Conque deja esa arrogancia, desdi-
chado, y aplícate al remedio de tu miseria. Quizá te parezca que esto que digo son
vejeces; pero estos premios vienen, Prometeo, de una lengua demasiado jactanciosa.
Tú no eres nada humilde ni cedes a los males; antes quieres sobre los presentes
traerte otros. Mas si te aprovechas de mis lecciones, no obrarás en tu propio mal,
considerando que reina un monarca duro y nada sujeto a dar razón de sus obras.
Y ahora parto, y probaré si puedo librarte de estos males. Tú, aquiétate y no seas
demasiado atrevido de lengua; pues, ¿no sabes, discreto por extremo como sin
disputa eres, que el castigo marca la lengua temeraria?
PROMETEO. Dígote que eres feliz, porque después de haber osado tomar parte
conmigo en mis penas, aún estás sin que Zeus te culpe. Mas déjalo ya; no te dé
cuidado. En manera alguna le persuadirías; que no es blando de persuadir. Y tú
ándate con tiento, mirando bien no te acarree algún daño esta jornada.
OCÉANO. Mejor consejero eres de los demás, con mucho, que no de ti propio; con
hechos, no con palabras, lo atestiguo. Pero no me estorbes que corra solícito. Me
precio, me precio, sí, de que Zeus me otorgará la gracia de alzarte esta pena.
Sófocles
Sófocles (495-406 a.C.), 70 años fue el poeta favorito del pueblo. Escribió
más de 100 tragedias, pero sólo se conservan siete. Sus tragedias más importan-
tes son: Electra (Electra venga a su padre Agamenón asesinado, al conducir la
208 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
EDIPO. ¡Ay, ay! Ya está todo aclarado. ¡Oh, luz!, sea éste el último día que te vea quien
vino al mundo engendrado por quienes no debían haberle dado el ser, contrajo
relaciones con quienes le estaban prohibidas y mató a quien no debía.
CORO. ¡Oh generaciones humanas! Cómo en mi cálculo, aunque reboséis de vida,
sois lo mismo que la nada. ¿Qué hombre, pues, qué hombre goza de felicidad
más que el momento en que se lo cree, para en seguida declinar? Con tu ejemplo
a la vista y con tu sino, ¡oh, infortunado Edipo!, no creo ya que ningún mortal sea
feliz. Quien dirigiendo sus deseos a lo más alto llegó a ser dueño de la más
suprema dicha, ¡ay, Júpiter!, y después de haber aniquilado a la virgen de corvas
uñas, cantora de oráculos, se levantó en medio de nosotros como valla contra la
muerte, por lo que fue proclamado nuestro rey y recibió los mayores honores,
LIBRO DE CONSULTA 209
los broches de oro con que se había sujetado el manto, se hirió los ojos diciendo
que así no verían más ni los sufrimientos que padecía ni los crímenes que había
cometido, sino que, envueltos en la oscuridad, ni verían en adelante a quienes no
debían haber visto, ni conocerían a los que nunca debieron haber conocido. Y
mientras así se lamentaba, no cesaba de darse golpes y desgarrarse los ojos. Al
mismo tiempo, sus ensangrentadas pupilas le teñían la barba, pues no echaban la
sangre a gotas, sino que, como negra lluvia y rojizo granizo, se la bañaban. Estalló
la desesperación de ambos, no de uno solo, confundiendo en la desgracia al
marido y a la mujer. La felicidad de que antes disfrutaban y nos parecía verdadera
felicidad, convertida queda hoy en gemidos, desesperación, muerte y oprobio, sin
que falte ninguno de los nombres que sirven para designar toda suerte de des-
gracias.
CORO. ¿Y qué hace ahora el desdichado, en medio de su infortunio?
El mensajero. Pide a gritos que abran las puertas y expongan ante todos los tebanos
al parricida, al de madre…, diciendo blasfemias que yo no debo decir, y añadien-
do que va a alejarse de esta tierra y que no debe permanecer en ella sujeto a las
maldiciones que contra sí mismo él lanzó. Necesita, sin embargo, de quien le
sostenga y le guíe, pues su desgracia es demasiada para que pueda sobrellevarla; lo
vas a ver, pues las puertas se abren; pronto verás un espectáculo capaz de mover
a compasión al más cruel enemigo.
CORO. ¡Oh, desgracia, que a los hombres horroriza el verla! ¡Oh, la más horrible de
cuántas he visto yo! ¡Infeliz! ¿Qué furia te dominó? ¿Cuál es la furia que, abalan-
zándose sobre ti, el más infortunado de los hombres, te subyugó en tu
desdichadísima suerte? Porque no tengo valor para mirarte, a pesar de que deseo
preguntarte muchas cosas, saberlas de ti y contemplarte. Tal es el horror que me
infundes.
EDIPO. ¡Ay, ay! ¡Ay, ay! ¡lnfeliz de mí! ¿Dónde estoy con mi desdicha? ¿Adónde vuela
mi vibrante voz? ¡Oh, demonio! ¿Dónde me has precipitado?
CORO. En desgracia horrible, inaudita, espantable.
EDIPO. ¡Oh, nube tenebrosa y abominable que como monstruo te has lanzado so-
bre mí, indomable e irremediable! ¡Ay de mí! ¡Ay de mí! ¡Cómo me penetran las
punzadas del dolor y el recuerdo de mis crímenes!
CORO. Y no es de admirar que en medio de tan grandes sufrimientos llores y te
aflijas por la doble desgracia que te oprime.
EDIPO. ¡Al amigo! Tú sigues siendo mi compañero fiel, ya que tienes cuidado de
este ciego, ¡Ay, ay! No se me oculta quién eres, pues aunque ciego, conozco muy
bientuvoz.
CORO. ¡Qué atrocidad has cometido! ¿Cómo tuviste valor para arrancarte así los
ojos? ¿Qué demonio te incitó?
LIBRO DE CONSULTA 211
Eurípides
Culturalatina
Virgilio
La Eneida
La Eneida es el poema épico más grande de los poemas latinos. Todos los
demás poemas de este género se inspiran en ella y hasta la imitan. La Eneida
sigue la métrica de los exámetros. “El corazón y el afecto van detrás de la obra
de Virgilio”, se ha dicho. El nombre de La Eneida viene de Eneas, héroe troyano
que combatió contra los griegos. El poema es el extraordinario símbolo de un
pueblo condenado por el destino a la guerra. Hay pasajes en la obra plenos de
imágenes en las que éstas toman vida haciendo participar al lector no de una
lectura sino de una experiencia propia. Entre ellas podemos citar la muerte de
Laoconte, el sueño de Eneas, la tragedia de la muerte de Príamo, etc. La Eneida
está formada por XII libros. Los primeros tratan de la conjura de la diosa Juno
contra el héroe troyano que se dirige a Italia después de la derrota de Troya. En
el mar surge una violenta tempestad enviada por Eolo, que obliga al barco de
Eneas a refugiarse en la isla de Cartago, donde la reina Dido ofrece un ban-
quete en su palacio al príncipe extranjero. En el banquete Eneas relata cómo
LIBRO DE CONSULTA 213
fue vencida su patria, Troya, y sus viajes. Dido se prenda de Eneas y se enamora
perdidamente de él. Sobre La Eneida, dice en su libro El Virgilio mexicano, estu-
dio latinista, el maestro Leopoldo Ayala (1886-1949): “El Libro IV de esta
epopeya es el más bello de todos, sencillamente porque es en él donde Virgilio
se revela maestro inimitable, al pintar en todo su palpitante frenesí aquel afecto
que encierra casi siempre la clave de toda humana tragedia: el ciego e invenci-
ble amor, el mismo a través de todas las edades y en todos los individuos: ¡amor
omnibus ídem! Eneas rechaza el ofrecimiento de Dido de quedarse y gobernar
Cartago, y una noche abandona la alcoba de Dido y escapa en su barco seguido
por sus marineros. Dido encolerizada lanza en su célebre monólogo gran canti-
dad de maldiciones invocando a los dioses y haciéndoles partícipes a ellos, a los
hombres y a sí misma del dolor que le produce el abandono del héroe troyano.
En el monólogo se conjuntan la fuerza del amor, el despecho del abandono y la
persistencia del mismo amor. Finalmente, Dido asciende a la pira “donde con
siniestros fines mandara colocar las armas de Eneas y el antes dulce tálamo”, y
así se quita la vida. Eneas continúa su viaje y desciende al infierno en una
pavorosa visitación a esas mansiones ultraterrenales. Ahí encuentra a su padre
Anquises, quien le narra detalladamente cómo fue la derrota troyana, y hace
desfilar ante los ojos de Eneas a todos los héroes y grandes hombres de Troya.
Más tarde los troyanos combaten valerosamente para conquistar un territorio y
poder fundar una nueva ciudad. Eneas en el imperio de Lacio, gobernado por el
rey Latino, pretende, con el derecho de todos los grandes combatientes, la mano
de su hija Lavinia. Turno, jefe de los rútulos, aspira también a la mano de la
bella princesa. Su rivalidad origina una guerra en la que los troyanos se alían al
rey Evandro. Venus entrega a Eneas el escudo en que se representan todos los
grandes hechos de la historia de Roma. Eneas combate en forma definitiva con
Turno para decidir la mano de Lavinia. Eneas triunfa derrotando a Turno; ob-
tiene la mano de Lavinia y el imperio de Lacio.
Los pasajes que transcribimos son los considerados por el maestro Ayala; la
traducción es de Clearco Meonio (Joaquín Arcadio Pagaza, mexicano) y perte-
necen al Libro IV.
LA ENEIDA
yque,sinintentarlo,eldurohierro
en la herida cruel dejó prendido
mientras el pobre animal trepando el cerro
huye a todo correr, despavorido;
no se para a probar la linfa o berro,
niquiereversielcazadoresido;
baja y sube sin tregua el monte alzado
con la flecha clavada en el costado.
… … … …
… … … …
Y después que el troyano a su aposento
se retiraba, y tras el monte erguido
hundíase la luna, el firmamento
en tinieblas dejando sumergido,
ylasestrellasdesuregioasiento
descendían a sueño apetecido
convidando a los míseros mortales,
¡qué horas pasaba, qué horas tan fatales!
ensortijaydesapareceelaurafría
del más alegre y luminoso día.
……………………..
……………………..
Aquese aciago, tormentoso día
enlostiriosanalesmaldecido,
origen fue de tanta felonía
y muerte acerba de la triste Dido.
Ya desde entonces sin rubor oía
lo que de ella se hablaba, ni escondido
guardaba aquel amor, y llama esposo
al que era sólo amante desastroso.
……………………..
……………………..
Yalencontrarallílasvestiduras
y el conocido tálamo, tesoro
antes, opresa por memorias duras
el semblante regó con breve lloro;
alreclinarseenél,susdesventuras,
cuántas eran, preséntansele en coro;
y puesta en pie, magnífica, severa,
de este modo habla por la vez postrera:
E DAD M EDIA
CantaresdegestaenFrancia
DanteAlighieri
Divinacomedia
bolo de la razón del hombre, y se ofrece como guía. Descubren una entrada con
un letrero que se advierte que se trata de la puerta del Infierno.
Infierno. Dante no duda y penetra con Virgilio al Infierno, donde son vistos
por Carón y llevados por el mar de los muertos. Encuentran a las harpías y
después a Minos que tiene una gran cola y que señala, de acuerdo con la falta
cometida, el círculo del Infierno al que será destinado el condenado. Atraviesan
el Limbo, donde se encuentran los grandes personajes de las obras griegas y
latinas, así como grandes hombres de su época. Entre ellos: Electra, Héctor,
Eneas, Lavinia, Sócrates, Platón, Hipócrates, etc. Llegan hasta el Infierno don-
de son aplicados castigos terribles a las almas de los condenados en las más
espantosas escenas. Cada quien es castigado aterradora, pavorosamente, de
acuerdo con su falta. El Infierno está dividido en dos partes: El Alto Infierno y
elBajoInfierno.
El Alto Infierno, compuesto por cinco círculos: I) Limbo. II) Los lujuriosos.
III) Los glotones. IV) Los usureros y explotadores. V) Los coléricos. Forman
parte también del Infierno la Ciudad de Dite (herejía), el pantano de La Estigia
y los no bautizados.
El Bajo Infierno se encuentra después de las puertas de Dite; ahí están las
Furias, el Minotauro y los Centauros. Tiene cuatro círculos: VI) El Bosque de
los Suicidas. VII) La Gran Barrera. VII) Los alcahuetes, aduladores, hipócritas,
ladrones, falsificadores, etc. IX) Los asesinos y los traidores a los demás y a su
patria. El Infierno tiene la forma de un cono invertido, desde la superficie de la
tierra donde está la entrada o parte más ancha, hasta el centro o vértice donde
se encuentran Judas, Casio y Bruto, y el Demonio.
Mientras más abajo está el círculo, más infernales son los castigos. Entre
otros grandes episodios están: Paolo y Francesca (lujuriosos) Cleopatra y Helena,
el Conde Hugolino condenado a devorar a sus propios hijos, los ladrones comi-
dosporlasserpientes,etcétera.
La crítica a la realidad de su tiempo la expresa enérgicamente Dante en su
obra: el sistema social de los señores feudales, mercenarios de las tierras y la
vida del hombre, época en que la barbarie de unos cuantos sojuzga por medio
de la violencia a todos los demás. Dante se rebela contra un sistema como éste.
Utiliza hábilmente los preceptos y dogmas religiosos para condenar un mundo
basado en la explotación y la injusticia. El Infierno no está en un lugar apartado
y desconocido. El Infierno de Dante es desde la corteza terrestre hasta el centro
del planeta. Dicho sea en otra forma, el Infierno radica en la propia Tierra, y
son los hombres los verdaderos demonios y son sus ambiciones y su ansia de
LIBRO DE CONSULTA 221
poder los que provocan las más espantosas torturas a los otros hombres. Es
frecuente en esta obra encontrar a obispos, príncipes y nobles, gobernantes y
directores de la política medieval, aparecer con su verdadera imagen: la de dés-
potas, tiranos y opresores de la humanidad. También a los hipócritas, oportu-
nistas y serviles exhibe el autor mostrando su verdadero rostro. Para Dante el
acto más condenable que puede realizar el hombre, la falta imperdonable ma-
yormente castigada, es la de la traición, la traición a los suyos, la traición a su
propio pueblo. Quien traiciona a su pueblo no sólo es merecedor del más tre-
mendo de los castigos, sino que se ha colocado muy por debajo de lo que el
hombre es y representa.
Copiaremos en excelente traducción los siguientes pasajes:
22 Aquísuspiros,llantosyaltosayes
resonabanporelairesinestrellas,
por lo que al comenzar me conmoví.
25 Diversas lenguas, idiomas horribles,
palabras de dolor, acentos de ira,
voces altas y roncas y sonidos de manos
28 formaban un tumulto, que giraba
siempre en aquella aura sin tiempo,
como la arena en la espiral del torbellino.
31 Y yo, con la cabeza ceñida por el horror
222 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
CARÓN
LOS LUJURIOSOS
LOS LADRONES
L UCIFER
RENACIMIENTO
William Shakespeare
RomeoyJulieta
espectáculo y se niega. fray Lorenzo huye. Julieta abraza a Romeo, le habla con
hermosísimas palabras y decide morir junto a él por su propia mano. Desenfunda
el cuchillo de Romeo y se lo hunde en el pecho. Julieta muere abrazando a
Romeo. Los guardias descubren todo y dan aviso a los Montesco y a los Capuleto,
quienes llegan y obligan a fray Lorenzo a explicar la causa de la tragedia. El
amor de Romeo y Julieta sella definitivamente la paz entre las dos familias que
nunca volvieron a ser rivales. Transcribimos el diálogo de amor, la muerte de
Romeo y la muerte de Julieta.
ACTO II
ESCENA II
JARDÍN DE CAPULETO
ROMEO. ¡Se burla de las llagas el que nunca recibió una herida! (Julieta,aparecearri-
ba,enunaventana.) Pero ¡silencio!, ¿qué resplandor se abre paso a través de aque-
lla ventana? ¡Es el oriente, y Julieta, el sol! ¡Surge, esplendente sol, y mata a la
envidiosa luna, lánguida y pálida de sentimiento porque tú, su doncella, la has
aventajado en hermosura! ¡No la sirvas, que es envidiosa! Su tocado de vestal es
enfermizo y amarillento, y no son sino bufones los que lo usan. ¡Deséchalo! ¡Es
mi dueña! ¡Oh, es mi amor! ¡Oh, si ella lo supiera!... Habla…; mas nada se escucha;
pero ¿qué importa? ¡Hablan sus ojos; les responderé!… Soy demasiado atrevido.
No es a mí a quien habla. Dos de las más resplandecientes estrellas de todo el
cielo, teniendoalgúnquehacer,ruegana sus ojos que brillenen sus esferashasta su
retorno.¿Ysilosojosdeellaestuvieranenelfirmamentoylasestrellasensuros-
tro? ¡El fulgor de sus mejillas avergonzaría a esos astros, como la luz del día a la
de una lámpara! ¡Sus ojos lanzarían desde la bóveda celeste unos rayos tan claros
a través de la región etérea, que cantarían las aves creyendo llegada la aurora!…
¡Mirad cómo apoya en su mano la mejilla! ¡Oh! ¡Quién fuera guante de esa mano
para poder tocar esa mejilla!
JULIETA. ¡Ay de mí!
ROMEO. Habla. ¡Oh! ¡Habla otra vez, ángel resplandeciente!…
Porque esta noche apareces tan esplendorosa sobre mi cabeza como un alado men-
sajerocelesteantelosojosestáticosymaravilladosdelosmortales,queseinclinan
hacia atrás para verle, cuando él cabalga sobre las tardas perezosas nubes y navega
enelsenodelaire.
JULIETA. ¡Oh, Romeo, Romeo! ¿Por qué eres tú Romeo? Niega a tu padre y rehúsa
tu nombre; o, si no quieres, júrame tan sólo que me amas, y dejaré yo de ser una
Capuleto.
LIBRO DE CONSULTA 229
¡adiós cumplimientos! ¿Me amas? Sé que dirás: sí, yo te creeré bajo tu palabra.
Con todo, si lo jurases, podría resultar falso, y de los perjurios de los amantes
dicen que se ríe Júpiter. ¡Oh, gentil Romeo! Si de veras me quieres, decláralo con
sinceridad; o, si piensas que soy demasiado ligera, me pondré desdeñosa y esqui-
va, y tanto mayor será tu empeño en galantearme; pero, de otro modo, ni por
todo el mundo. En verdad, arrogante Montesco, soy demasiado apasionada, y
por ello tal vez tildes de liviana mi conducta; pero, créeme, hidalgo, daré pruebas
de ser más sincera que las que tienen más destreza en disimular. Yo hubiera sido
más reservada, lo confieso, de no haber tú sorprendido, sin que yo me apercibie-
se, mi verdadera pasión amorosa. ¡Perdóname, por tanto, y no atribuyas a liviano
amor esta flaqueza mía, que de tal modo ha descubierto la oscura noche!
A CTO V
ESCENA III
MAUSOLEO DE LOS CAPULETO
ROMEO. ¡Lo haré, por mi fe!… Veamos de cerca esa cara. ¡El pariente de Mercucio!
¡El noble conde Paris!… ¿Qué me decía mi criado durante el viaje, cuando mi
alma, en medio de sus tempestades, no le atendía? Creo que me contaba que Paris
se iba a casar con Julieta… ¿No era eso lo que dijo, o lo he soñado? ¿O es que
estoy tan loco que, oyéndote hablar de Julieta, imaginé tal cosa?… ¡Oh! ¡Dame la
mano, tú que, como yo, has sido inscrito en el libro funesto de la desgracia! ¡Yo te
enterraré en una tumba triunfal! ¿Una tumba? ¡Oh, no! ¡Una linterna, joven vícti-
ma! Por que aquí descansa Julieta, y su hermosura transforma esta cripta en un
regio salón de fiesta, radiante de luz. (Colocando a Paris en el mausoleo.) ¡Muerte,
un muerto te entierra!… ¡Cuántas veces, cuando los hombres están a punto de
expirar, experimentan un instante de alegría, a la que llaman sus enfermeros el
relámpago precursor de la muerte! ¡Oh! ¿Cómo puedo llamar a esto un relámpa-
go? ¡Oh! ¡Amor mío! ¡Esposa mía! ¡La muerte, que ha saboreado el néctar de tu
aliento, ningún poder ha tenido aún sobre tu belleza! ¡Tú no has sido vencida! ¡La
enseña de la hermosura ostenta todavía su carmín en tus labios y mejillas, y el
pálido estandarte de la muerte no ha sido enarbolado aquí!… Teobaldo, ¿eres tú
quien yace en esa sangrienta mortaja? ¡Oh! ¿Qué mayor favor puedo hacer por ti
que, con la mano que segó en flor tu juventud, tronchar la del que fue tu adversa-
rio? ¡Perdóname, primo mío! ¡Ah! ¡Julieta querida! ¿Por qué eres aún tan bella?
¿Habré de creer que el fantasma incorpóreo de la muerte se ha prendado de ti y
que ese aborrecido monstruo descarnado te guarda en esas tinieblas, reservándo-
te para manceba suya? ¡Así lo temo, y por ello permaneceré siempre a tu lado, sin
LIBRO DE CONSULTA 231
salir jamás de este palacio de noche sombría! ¡Aquí, aquí quiero quedarme con los
gusanos, doncellas de tu servidumbre! ¡Oh! ¡Aquí fijaré mi eterna morada, para
librar a esta carne, hastiada del mundo, del yugo del mal influjo de las estrellas!…
¡Ojos míos, lanzad vuestra última mirada! ¡Brazo, dad vuestro último abrazo! Y
vosotros, ¡oh labios!, puertas del aliento, sellad con un legítimo beso el pacto sin
finconlaacaparadoramuerte.(Cogiendoelfrascodeveneno.)¡Ven,amargoconductor!
¡Ven, guía fatal! ¡Tú, desesperado piloto, lanza ahora de golpe, para que vaya a
estrellarsecontralasdurasrocas,tumaltrechobajel,hartodenavegar!(Bebiendo.)
¡Brindo por mi amada! ¡Oh, sincero boticario! ¡Tus drogas son activas!… Así
muero… ¡con un beso!… (Muere.)
… … … … … … … … … … … … …
FRAY LORENZO. ¡Oigo cierto rumor! ¡Señora, abandonemos este antro de muerte,
contagio y sueño contranatural! ¡Un poder superior a nuestras fuerzas ha frustra-
do nuestros planes! Vámonos, vámonos de aquí. Tu esposo yace ahí muerto, en tu
seno, y Paris también. Ven; yo te haré ingresar en una comunidad de santas religio-
sas. ¡No me interrogues, pues la ronda se acerca! ¡Vamos, ven, buena Julieta! ¡No
me atrevo a permanecer más tiempo!
JULIETA. ¡Vete, márchate de aquí, pues yo no me moveré! (Sale fray Lorenzo). ¿Qué
veo? ¿Una copa apretada en la mano de mi fiel amor? ¡El veneno, por lo visto, ha
sido la causa de su prematuro fin!… ¡Oh, ingrato! ¿Todo lo apuraste, sin dejar una
gota amiga que me ayude a seguirte? ¡Besaré tus labios!… ¡Quizá quede en ellos
un resto de ponzoña para hacerme morir con un reconfortante! (Besándole.) ¡Tus
labiosestáncalientestodavía!
GUARDIA l°. (Dentro.) ¡Guíanos, muchacho! ¿Por dónde?
JULIETA. ¿Qué? ¿Rumor? ¡Seamos breves entonces! (Cogiendo la daga de Romeo.) ¡Oh,
dagabienhechora!¡Estaestuvaina!(Hiriéndose.)¡Enmohéceteaquíydamelamuerte!
(CaesobreelcadáverdeRomeoymuere.)
JulioCésar
ACTO II
ESCENA I
R OMA. JARDÍN DE BRUTO
antepasados fueron los que arrojaron de las calles de Roma a Tarquino cuando
erallamadorey.“¡Habla,hiere,hazjusticia!”¿Semeincitaaquehableyhiera?¡Oh,
Roma! Te lo prometo. ¡Si ha de ser para recobrar tu libertad, obtendrás de la
mano de Bruto cuanto le pides!
Segundo fragmento: Porcia habla de lo que como mujer quiere ser para su
esposo Marco Bruto.
PORCIA. ¡No lo necesitaría si fuerais vos el gentil Bruto! En el contrato del matrimo-
nio, decidme, Bruto, ¿se exceptuó que ignorase yo secretos que os conciernen?
¿Soy yo vos mismo, pero con ciertas restricciones, como acompañaros a la mesa,
deleitar vuestro tálamo y hablaros tal cual vez? ¿No hay lugar para mí sino en los
arrabales de vuestra buena condescendencia? Si no soy más que eso, Porcia es la
manceba de Bruto, no su mujer.
BRUTO. ¡Tú eres mi leal y honrada esposa, tan amada por mí como las gotas berme-
jas de sangre que afluyen a mi afligido corazón!
PORCIA. ¡Si así fuera, conocería entonces ese secreto! Que no soy más que una mujer,
lo admito; pero, al mismo tiempo, una mujer que Bruto eligió por esposa. Acepto
que no soy más que una mujer, pero a la vez una mujer bien reputada, ¡la hija de
Catón! ¿Pensáis que no soy superior a mi sexo teniendo tal padre y tal esposo?
Confiadme vuestros proyectos; no los divulgaré. Para daros una prueba de mi
firme constancia me herí voluntariamente aquí, en el muslo ¿Puedo llevar esto
con paciencia y no los secretos de mi esposo?
BRUTO. ¡Oh, dioses! ¡Hacedme digno de esta noble esposa!
Hamlet
Hamlet es hijo del rey de Dinamarca del mismo nombre, quien ha muerto
envenenado por su propio hermano Claudio, en el jardín del palacio de Elsingor.
Mientras duerme le ha vaciado veneno por un oído. A la muerte del monarca,
Claudio no sólo se convierte en el rey de Dinamarca, sino que toma por esposa
a la reina Gertrudis, viuda de su víctima. La obra comienza cuando los solda-
dos hacen su guardia en el palacio y hablan de una sombra que se aparece por la
noche. Esta versión llega a oídos del príncipe Hamlet, quien desde la muerte de
su padre se encuentra entristecido y taciturno.
En compañía de sus amigos, entre ellos Marcelo y Horacio, a quien más
quiere, se decide a ver la sombra espectral. En una parte remota cerca del mar
(Escena XII, Primer Acto), Hamlet llega hasta la sombra, quien se identifica
como el alma de su padre, e informa a Hamlet del crimen cometido por su tío,
y de la infidelidad de su esposa, madre de Hamlet. La sombra exige a Hamlet la
acción y la venganza: “¡Ay!, atiende. Si tuviste amor a tu tierno padre… Acuér-
date de mí.”
A Hamlet se le plantean dos caminos diferentes: Cumplir la voluntad de su
padre,vengarloyajusticiaralosculpables,ocallar.HamletamaalabellaOfelia,
hija de Polonio, consejero de los monarcas; y Ofelia ama a Hamlet. Sin embar-
go, después de haber visto el espectro de su padre, Hamlet cambia completa-
mente su actitud, y propicia que se corra la voz de que ha perdido la razón. A
menudo se le mira hablar solo, leer libros en voz alta al deambular por los pasi-
llos. Ofelia es reiteradamente insultada por Hamlet, quien inconscientemente
hace la relación entre su amada y la veleidad de su madre Gertrudis que se ha
entregado en muy corto tiempo en el lecho de su criminal tío. En cierta ocasión
llegan los actores o cómicos a representar en palacio. Hamlet decide que la obra
sea “La Muerte de Gonzaga”, en la que ha incluido escenas y versos propios. A
larepresentaciónasistenlosreyesylosnobles;enellaseescenificaelasesinato
del padre de Hamlet con toda exactitud.
El rey soporta la obra pero se descubre y Hamlet comprueba su criminalidad.
Hamlet sostiene con su madre una violenta conversación, en la que recrimina a
la reina. Momentos antes de reunirse con ella (Escena XXV, Acto III), Polonio,
aparentando proteger a la reina, se ha escondido tras una cortina para escuchar
la conversación de Hamlet. Éste descubre a alguien tras la cortina, y creyendo
que se trata de Claudio, saca su espada y la hunde en la tela. Polonio cae inme-
diatamente, muerto. Hamlet lo califica de “ratón”. La reina horrorizada escu-
cha además la comparación que hace Hamlet de los retratos de su padre, justo
y digno, y del ambicioso Claudio.
LIBRO DE CONSULTA 237
ACTO III
ESCENA I
SALA EN EL CASTILLO
… … … … … … … … … … … …
(Entra Hamlet)
HAMLET. ¡Ser o no ser: he aquí el problema! ¿Qué es más levantado para el espíritu:
sufrir los golpes y dardos de la insultante fortuna, o tomar las armas contra un
piélago de calamidades y, haciéndoles frente, acabar con ellas? ¡Morir…, dormir:
no más! ¡Y pensar que con un sueño damos fin al pesar del corazón y a los mil
naturales conflictos que constituyen la herencia de la carne! ¡He aquí un término
devotamente apetecible! ¡Morir…, dormir! ¡Dormir!… ¡Tal vez soñar! ¡Sí, ahí
está el obstáculo! ¡Porque es forzoso que nos detenga el considerar qué sueños
pueden sobrevenir en aquel sueño de la muerte, cuando nos hayamos librado del
torbellinodelavida!¡Heaquílareflexiónquedaexistenciatanlargaalinfortunio!
Porque ¿quién aguantaría los ultrajes y desdenes del mundo, la injuria del opresor,
la afrenta del soberbio, las congojas del amor desairado, las tardanzas de la justi-
cia, las insolencias del poder y las vejaciones que el paciente mérito recibe del
hombre indigno, cuando uno mismo podría procurar su reposo con un simple
estilete? ¿Quién querría llevar tan duras cargas, gemir y sudar bajo el peso de una
vida afanosa, si no fuera por el temor de un algo después de la muerte –esa
ignorada región cuyos confines no vuelve a traspasar viajero alguno–, temor que
confunde nuestra voluntad y nos impulsa a soportar aquellos males que nos afli-
gen, antes que lanzarnos a otros que desconocemos? Así la conciencia hace de
todos nosotros unos cobardes;| y así los primitivos matices de la resolución
desmayan bajo los pálidos toques del pensamiento, y las empresas de mayores
alientos e importancia, por esta consideración, tuercen su curso y dejan de tener
nombre de acción… Pero ¡silencio!… ¡La hermosa Ofelia! Ninfa, en tus plegarias
acuérdate de mis pecados.
A CTO V
ESCENA I
UN CEMENTERIO
(Saleelsepulturero2°Elsepulturero1°seponeacavarycanta.)
HAMLET. ¿No tendrá ese hombre conciencia de su oficio, que canta mientras abre
una fosa?
HORACIO. La costumbre le ha familiarizado con la tarea.
HAMLET. Así es, justamente; la mano que menos trabaja es la que tiene el tacto más
suave.
SEPULTURERO. (Canta.)
HAMLET. Esa calavera tenía lengua y podía en otro tiempo cantar. ¡Cómo la tira
contra el suelo ese bribón, como si fuera la quijada con que Caín cometió el
primer asesinato!… Y la que está manoseando ahora ese bruto acaso sea la cholla
de un político, de un intrigante que pretendía engañar al mismo Dios. ¿No es
posible?
HORACIO. Bien podría ser, señor.
HAMLET. O tal vez la de un cortesano, que sabía decir: “¡Felices días, amable señor!”
“¿Cómo estáis, mi querido señor?” Éste podría ser el señor de Tal, que hacía
elogios del caballo del señor de Cual, para pedírselo prestado después. ¿No es
verdad?
HORACIO. Sí, señor.
HAMLET. ¡Vaya si lo es! Y ahora está en poder del señor Gusano, descarnada la boca
y aporreados los cascos por el azadón de un sepulturero. ¡He aquí una linda
mudanza, si tuviéramos penetración bastante para verla! ¿Tan poco costó la for-
mación de estos huesos, que no sirven sino para jugar a los bolos? Los míos me
duelen de sólo pensarlo.
SEPULTURERO. (Canta.)
Un pico y un azadón,
un azadón y una sábana;
¡oh!, y un hoyo cavado en tierra
a tal huésped bien le cuadra.
(Sacaotracalavera.)
240 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
HAMLET. He aquí otra. ¿Por qué no podría ser la calavera de un abogado? ¿Dónde
estánahorasussutilezasydistingos,susargucias,subterfugiosyartimañas?¿Cómo
sufre ahora que ese grosero ganapán le dé con su pala inmunda en la mollera, sin
atreverse a lanzar contra él una querella por lesiones? ¡Hum! Este sería en su tiem-
po un gran comprador de tierras, con sus hipotecas, sus resguardos, sus fines, sus
dobles garantías y sus cobranzas. ¿Será acaso el fin de sus fines y el cobro de
sus cobranzas el tener su fino testuz relleno de lodo fino? ¿Por ventura todas sus
garantías, por dobles que sean, le garantizarán de sus compras algo más que lo
largo y lo ancho de un par de escrituras? Los solos títulos de propiedad de sus
tierras cabrían apenas en esta caja. ¿Y el heredero mismo no debe tener más, eh?
HORACIO. Ni un ápice más, señor.
HAMLET. ¿No se hace de piel de carnero el pergamino?
HORACIO. Ciertamente, señor, y también de piel de ternero.
HAMLET. Pues solemnes carneros y terneros son los que fundan su felicidad en
semejante cosa. Voy a hablar a ese individuo. (Al sepulturero.) ¿De quién es esa
hoya, compadre?
SEPULTURERO. Mía, señor (Canta.)
HAMLET. Sí, ya me figuro que es tuya, puesto que estás dentro de ella.
SEPULTURERO. Vos estáis fuera de ella, señor, y, por consiguiente, no es vuestra. En
cuanto a mí, no estoy tendido en ella, y, sin embargo, es mía.
HAMLET. Mientes, por ello, al decir que esa fosa es tuya por estar en ella. Es para los
muertos, no para los vivos; por tanto, mientes.
SEPULTURERO. Como es mentira viviente, señor, os la devuelvo.
HAMLET. ¿Para qué hombre cavas esa fosa?
SEPULTURERO. Para ningún hombre, señor.
HAMLET. Bueno, ¿para qué mujer?
SEPULTURERO. Para ninguna, tampoco.
HAMLET. ¿Pues quién ha de ser enterrado en ella?
SEPULTURERO. Una que fue mujer, señor; pero que en paz descanse, pues ya ha
muerto.
HAMLET. (A Horacio.) ¡Qué categórico es el truhán! Hay que hablarle con la carta en
la mano; de lo contrario, os aplasta con un equívoco. ¡Por Dios! Horacio, de tres
años acá lo he venido observando: nuestro siglo se refina de tal modo, que la
puntadelpiedelrústicollegatancercadeltalóndelcortesano,queledesuellalos
sabañones. (Al sepulturero.) ¿Cuánto tiempo ha que eres sepulturero?
LIBRO DE CONSULTA 241
SEPULTURERO. De todos los día del año, entré en este oficio el día en que nuestro
último rey Hamlet venció a Fortinbrás.
HAMLET. ¿Cuánto tiempo hará de eso?
SEPULTURERO. ¿No lo sabéis? ¡Si no hay patán que no lo sepa! Fue el día mismo que
nació el joven Hamlet, el que está loco y le enviaron a Inglaterra.
HAMLET. Sí, tienes razón. Y ¿por qué le enviaron a Inglaterra?
SEPULTURERO. Pues porque estaba loco; allí recobrará el juicio, y si no lo recobra,
no importará ello gran cosa en aquel país.
HAMLET. ¿Y eso?
SEPULTURERO. Porque nadie lo notará; allí todos son tan locos como él.
HAMLET. Y ¿cómo se volvió loco?
SEPULTURERO. De un modo muy extraño, según dicen.
HAMLET. ¿De un modo muy extraño?
SEPULTURERO. ¡Toma! Perdiendo el seso.
HAMLET. ¿Pero qué dio lugar?
SEPULTURERO. ¿Lugar? Aquí, en Dinamarca. Por cierto, que he sido enterrador aquí,
de chico y grande, 30 años.
HAMLET. ¿Cuánto tiempo puede estar un hombre enterrado sin descomponerse?
SEPULTURERO. A decir verdad, si no está podrido antes de morir –puesto que hoy
día nos vienen muchos cadáveres galicosos, que no hay modo de cogerlos para
enterrarlos–, os vendrá a durar ocho o nueve años; un curtidor os durará nueve
años.
HAMLET. Y ¿por qué él más que el otro?
SEPULTURERO ¡Toma! Porque su pellejo está tan curtido por razón de su oficio, que
resiste mucho tiempo el agua, y el agua señor mío, es un terrible destructor de
todo hideputa cuerpo muerto. Aquí tenéis una calavera. (Cogiéndola del suelo.) Esta
calavera ha estado metida en tierra 23 años.
HAMLET. ¿De quién era?
SEPULTURERO. De un mentecato hideputa. ¿De quién diríais?
HAMLET. ¡Qué sé yo!
SEPULTURERO. ¡Mala peste le confunda! ¡Loco tunante! Un día me tiró por la cabe-
za una botella de vino del Rin. Pues señor, esta misma calavera que aquí veis es de
Yorick, el bufón del rey.
HAMLET. ¿Esa?
SEPULTURERO. Esta misma.
HAMLET. Deja que la vea (coge la calavera.) ¡Ah, pobre Yorick! Yo le conocí, Horacio:
era un hombre de una gracia infinita y de una fantasía portentosa. Mil veces me
llevó a cuestas y ahora, ¡qué horror siento al recordarlo!, a su vista se me revuelve
el estómago. Aquí pendían aquellos labios que yo he besado no sé cuántas veces.
242 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
¿Qué se hicieron de tus chanzas, tus piruetas, tus canciones, tus rasgos de buen
humor, que hacían prorrumpir en una carcajada a toda la mesa? ¿Nada, ni un solo
chiste siquiera para burlarte de tu propia mueca? ¿Qué haces ahí con la boca
abierta? Vete ahora al tocador de mi alma, y dile que, aunque se ponga el grueso
de un dedo de afeite, ha de venir forzosamente a esta linda figura. Prueba a
hacerla reír con eso. (A Horacio.) Dime una cosa, por favor, Horacio.
HORACIO. ¿Cuál es, señor?
HAMLET. ¿Crees tú que Alejandro tendría este aspecto bajo tierra?
HORACIO. El mismo, justamente.
HAMLET. ¿Y olería de este modo? ¡Puaf! (Tira la calavera.)
HORACIO. Del mismo modo, señor.
HAMLET. ¡A qué viles usos podemos descender, Horacio! ¿Por qué no podría la
imaginación seguir las nobles cenizas de Alejandro, hasta encontrarlas tapando la
boca de un tonel?
HORACIO. Sería considerarlo con excesiva minucia el considerarlo así.
HAMLET. No, a fe; ni pizca. Basta seguirle hasta aquel punto, con toda moderación y
verosimilitud en el proceso; es decir, de esta suerte: Alejandro murió, Alejandro
fuesepultado.Alejandrohízosepolvo;elpolvoestierra;delatierrasehacebarro,
y ¿por qué con ese barro en que se convirtió no podría taparse un barril de
cerveza?
Pero¡silencio!,¡silencio!Apartémonos;ahíllegaelrey…
(Entranenprocesiónsacerdotes,etc.,precediendoalcadá-
verdeOfelia,y,siguiéndolos,Laertesylosdelduelo,el
reyylareina,consusrespectivosséquitos.)
(Continuandomientrasdesfilalaprocesión.)
… y la reina, y la corte. ¿A quién sigue este duelo? ¡Y con ceremonial tan deficiente!
Esto es claro de que el difunto al cual siguen dio fin a su vida con mano desespe-
rada. Y era persona de calidad. Agachémonos un rato y observemos. (Retírase con
Horacio.)
LIBRO DE CONSULTA 243
NEOCLASICISMO
Molière
Elavaro
Esta obra está inspirada en la Aulularia de Plauto (siglo III a.C.). En El avaro,
la avaricia es una enfermedad de nacimiento. El personaje central es Harpagón,
quien tiene dos hijos, Elisa y Cleanto, para quienes desea dos ricos matrimo-
nios. A Elisa le destina un hacendado viejo con la ventaja de que la acepta sin
dote, y a Cleanto una viuda rica. Los dos jóvenes son ajenos a los enfermizos
deseos del padre y ambos se encuentran enamorados de otros; Elisa de Valerio,
joven que para estar cerca de ella ha aceptado el empleo de mayordomo en la
propia casa de Harpagón. Y Cleanto de Mariana, vecina bella y dulce pero po-
bre, con quien, por supuesto, su padre no lo dejará nunca casar.
Harpagón también está enamorado de Mariana y cuando descubre el amor
que existe entre la joven y su hijo, le anuncia a éste que no le cederá a Mariana
si no es por la fuerza. Bruscamente, un acontecimiento terrible para el avaro
distrae su cólera. Le han robado un cofrecillo que guardaba en el jardín y en el
cual había mil francos. Valerio es acusado del robo. Sin embargo, el ladrón es
Flecha, un criado de Harpagón y fiel servidor de Cleanto. Valerio, para probar
que no es el ladrón, no tiene otro remedio que descubrir quién es, y ahí radica la
sorpresa de la obra. Mariana descubre en Valerio a su hermano, y el viejo Anselmo,
el hacendado con quien el avaro pretendía casar a su hija, descubre en Mariana
y Valerio a sus dos hijos que en otro tiempo, debido a un naufragio, había perdi-
do. Entonces, Cleanto propone un trueque a su padre. Se le devolverá el dinero
si hace que se case con Mariana y Elisa con Valerio. Harpagón acepta con la
condición de que las bodas que se celebren no le cuesten nada y que le paguen
untrajenuevoparaasistiraellas.
El siguiente fragmento corresponde a la Escena 7 del Acto IV, en el que
Harpagón descubre el robo del cofrecillo y entra dando voces desesperadas por
la desaparición de su preciado tesoro.
HARPAGÓN. (Dando voces desde el jardín, y entra sin sombrero.) ¡Al ladrón, al ladrón, al
asesino, al homicida! ¡Justicia! Justo cielo. Perdido soy, asesinado soy, la
LIBRO DE CONSULTA 245
ROMANTICISMO
La libertad y el amor forman toda una corriente literaria. Todo lo que participa,
rodea, comparte y exalta la liberación y el sentido amoroso se vuelve románti-
co. Los elementos característicos que originaron el Romanticismo son princi-
palmente el arte al borde de la Revolución, los movimientos libertarios en Europa
e Iberoamérica, los levantamientos contra los gobiernos autocráticos y la revo-
lución industrial. Fue una nueva manera de pensar y enfrentar la vida. El Neo-
clasicismo anterior era fino y racional; en el Romanticismo no era vergüenza
tener corazón o imaginación. En esta época, a fines del siglo XVIII, la burguesía
se autonombraba el Tercer Estado. Sentenciaban: “¿Qué era la burguesía?: nada;
¿qué es la burguesía?: algo; ¿qué será la burguesía?: Todo.” En el Romanticismo
predominan los sentimientos. En el Neoclasicismo (como hemos visto) predo-
mina la razón.
246 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
Fausto
EL GABINETE DE ESTUDIO
Víctor Hugo
Losmiserables
Hay en la cómoda un billete de 500 francos. No los he tocado. Eso es para los
pobres. Coseta, ¿ves tu trajecito ahí, sobre la cama? ¿Lo reconoces?, y sin embar-
go no hace sino diez años de eso. ¡Cómo pasa el tiempo! Hemos sido muy felices.
Todo ha terminado. Hijos míos, no lloréis, no me voy muy lejos. Desde allí os veré.
No tendréis sino que mirar cuando sea de noche, y me veréis sonreír. Coseta, ¿te
acuerdas de Montfermeil? Estabas en el bosque y tenías mucho miedo: ¿te acuerdas
cuando agarré el asa de tu cubo de agua? Es la primera vez que tocaba tu pobre
manita, ¡qué fría estaba! ¡Ah! Usted tenía en ese tiempo las manos rojas, señorita, y
ahora las tiene bien blancas. ¡Y la muñeca grande! ¿Te acuerdas de ella? La llamabas
Catalina. ¡Cuánto sentiste no haberla llevado contigo al convento! ¡Cuánto me has
hecho reír algunas veces, angelito mío! Cuando había llovido te gustaba embarcar
sobre los arroyos briznas de paja, y las mirabas partir. Un día te traje una raqueta de
256 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
mimbre y un volante con plumas amarillas, azules, verdes. Tú has olvidado todo
esto, ¡qué viva eras de pequeñita! Jugabas. Te ponías cerezas en las orejas…
Todas esas cosas pertenecen al pasado. Las selvas por donde se ha pasado con
vuestra niña, los árboles bajo los cuales nos hemos paseado, los conventos en los que
nos hemos escondido, los juegos, las alegres risas de la infancia, todo eso es ya
sombra. Yo me había imaginado que todo eso me pertenecía. Esa fue mi tontería.
Los Thénardier han sido malos. Es preciso perdonarlos. Coseta, ha llegado el mo-
mento de decirte el nombre de tu madre. Se llamaba Fantina. Retén ese nombre:
Fantina. Ponte de rodillas cuantas veces lo pronuncies. Sufrió mucho. Te ha amado
mucho. Ella tuvo en desgracia todo lo que tú tienes en felicidad. Así son los repartos
deDios.Ellaestáalláarriba,nosveatodos,yenmediodesusgrandesestrellas, sabe
loquehace.
Voy a partir, hijos míos. Amaos siempre. No hay cosa mejor que esa en el mun-
do: amarse. De vez en cuando pensaréis en el pobre viejo que ha muerto aquí. ¡Oh,
Coseta mía! No ha sido por mi culpa si no te he visto durante todo este tiempo
pasado. Eso me desgarraba el corazón: yo iba hasta la esquina de tu calle, y debía
causar un efecto curioso a la gente que me veía pasar, estaba como loco, una vez
he salido hasta sin sombrero. Hijos míos, ya no veo claro, tenía aún algunas cosas que
deciros, pero es lo mismo. Pensad un poco en mí, sois seres benditos. No sé lo
que tengo, veo una luz. Acercaos más. Me muero dichoso. Dadme vuestras queridas
cabezas, para que ponga sobre ellas mis manos.
EL CUERVO
REALISMO
FedorDostoievski
… … … … … … … … … … … … … … …
De la abyección de su alma
podrá levantarse el hombre,
conlaviejamadretierra,
como tierna alianza forme.
Pero he aquí de lo que se trata: ¿cómo puedo yo formar con la tierra eterna
alianza? Yo, no beso la tierra, no le desgarro el seno, ¿voy a convertirme yo en
labriego o en pastor? Voy y no sé: ¿he ido a parar a la vergüenza y al oprobio o a la
luz y a la alegría? ¡Porque en todas partes está la desdicha, porque todo el mundo es
un enigma! Y cuando a mí me ha sucedido encenagarme en la más honda, en la más
profunda ignominia de la corrupción (y a mí sólo eso me ha ocurrido), siempre me
he puesto a releer esos versos de Ceres y el hombre. ¿Qué si me corrigieron? ¡Nun-
ca! Porque yo soy un Karamazov. Porque si me despeño en el abismo, ha de ser
derechamente, de cabeza y los pies para arriba, y hasta contento de caer en tan
humillante postura y teniéndolo a gala. Y he aquí que, en medio de esta ignominia, de
pronto salgo entonando un himno. Bueno que sea yo un maldito, un ruin y un villano,
pero también sé besar la orla de ese manto en que se envuelve mi Dios; yo iré al
mismo tiempo a la zaga del diablo, pero, a pesar de todo, yo soy tu hijo, Señor, y te
amo, y siento alegría, sin la que el mundo no podría subsistir y ser.
… … … … … … … … … … … … …
268 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
¡Pero basta de versos! He derramado lágrimas, y tú, déjame llorar. Será una san-
dez, de la que todos se burlan, pero no te rías. Porque a ti también te arden los ojos,
te arden. ¡Basta de versos! Quiero decirte ahora algo de los insectos, de esos a los
cuales dio Dios la sensualidad.
Alinsecto…lalujuria.
Yo, hermanito, soy ese mismo insecto, y por mí he dicho eso especialmente. Y
todos nosotros, los Karamazov, somos así, y también dentro de ti, que eres un ángel,
vive el insecto y en tu sangre se engendran tempestades. La belleza... es una tremenda
y espantable cosa. Tremenda, porque es infinita y no se la puede definir, ya que Dios
no nos ha propuesto sino enigmas. Ahí las orillas se juntan, ahí todas las antítesis
viven revueltas. Yo, hermanito, soy muy inculto; pero en esto he pensado mucho.
Tremendamente hay muchos misterios. Demasiados enigmas surgen en la Tierra del
hombre. Adivina, si sabes, y sal enjuto del agua. ¡La belleza! Por eso, no puedo sufrir
que algunos hombres, hasta de corazón superior y de gran talento, empiecen por el
ideal de la Madona y terminen por el ideal de Sodoma. Todavía es más tremendo
aquél, que ya con el ideal de Sodoma en el alma, no reniega también del ideal de la
Madona y su corazón arde por él y de veras, de veras arde, igual que en la niñez, en
los años inmaculados. No; amplio es el hombre, hasta demasiado amplio; yo lo
habría hecho más angosto. El diablo sabe lo que en el fondo es. Lo que a la inteligen-
cia parece ignominia, al corazón se le antoja belleza. En Sodoma, ¿hay belleza? Creo
que también en Sodoma la hay para la inmensa mayoría de la gente… ¿Conocías tú
o no ese secreto? Pavoroso es eso de que la belleza no sólo sea terrible, sino también
algo misterioso. Ahí el diablo lucha con Dios, y el campo de batalla es… el corazón
del hombre. Aunque, por lo demás, aquél a quien le duele es que de ello habla.
Ahora, al grano; oye.
—Yo allí me entregué al desenfreno. Antes decía mi padre que yo, con algunos
miles de rublos, pagaba la seducción de las jóvenes. Esa es una puerca calumnia, y
jamás hubo tal cosa, y en lo que hubo no era menester para eso dinero. Tenía dine-
ro…, lo secundario, fuera del alma, el escenario. Hoy, una dama mía; mañana, una
chica del arroyo. Y con la una y la otra, tan contento, gasté el dinero a manos llenas,
en música, en fiestas, en gitanos. Cuando hacía falta, también a ellas se lo daba,
porque lo toman, lo toman con ansia, preciso es confesarlo, y contentas y agradeci-
das. Me amaron señoritas, no todas, aunque las hubo que sí; pero yo siempre amé las
callejuelas,lassilenciosasyoscurascallejuelas,pordetrásdelasplazas;allísedala
aventura, allí lo inesperado, allí la perla en el fango. Yo, hermanito, alegóricamente
hablo. Aquí, en el pueblo, no existen verdaderas callejas, aun cuando sí las hay mora-
les. Mas si tú fueses como yo, comprenderías lo que esto quiere decir. Me gustaba la
corrupción, y me gustaba también el bochorno de la corrupción. Me gustaba
la crueldad. ¿Es que no soy una chinche, un insecto dañino? Dicho está…, Karamazov.
Una vez un pic-nick de todo el pueblo; fueron allá de siete troikas; en la oscuridad, en
LIBRO DE CONSULTA 269
Máximo Gorki
La madre
Lenin hace el juicio más certero de La madre: “Es un libro necesario, muchos
obreros participaban en el movimiento revolucionario de modo no consciente,
espontáneo, y ahora el leer La madre les reportará gran provecho.” La madre sólo
es publicada en Rusia hasta el triunfo de la Revolución; pues antes apareció
mutilada, además de entablarse contra Gorki acción judicial. Ya para 1908, 14
países habían traducido y editado la obra. Gorki estuvo infinidad de veces en
prisión por considerar el gobierno de la tiranía “peligroso” su trabajo literario.
En Kiev, Rostov, Don, Saratov, Odesa, y en muchas otras ciudades, las repre-
sentaciones de sus obras se convertían en mítines que invariablemente exigían
lalibertaddeGorki.
La madre no es únicamente una descripción de la lucha revolucionaria, sino
la narración del proceso de esa lucha, y la depuración y transformación interior
que se da en el hombre, en las masas, haciéndolo nacer (conscientemente) por
segunda vez. Es el testimonio de la lucha de un pueblo en representación de
todos los pueblos contra las fuerzas que oprimen al hombre hasta lograr su
liberación. Esta obra ejemplar despierta y fija los tres más elevados sentimien-
tos humanos: la maternidad, la fraternidad y la lucha. Por ello, el carácter de La
LIBRO DE CONSULTA 271
tarde en otros países, hasta que llegó a convertirse en el libro predilecto de los
proletarios del mundo. Pero la gran importancia de La madre es la influencia
que con fuerza decisiva tuvo, tiene y tendrá en los destinos de millares de
hombres.
Máximo Gorki señala y establece con su propia obra la verdadera finalidad
de la literatura del siglo XX: hablar la palabra del pueblo y devolvérsela en la
forma de toma de conciencia.
La trama de La madre es la siguiente: Pável es un niño cuyo padre robusto y
pendenciero es obrero. Éste golpea constantemente a la madre, Nílovna. Cuan-
do Pável tiene 14 años su padre trata de golpearlo, pero Pável se defiende amena-
zadoramente empuñando un martillo. El padre arguye que en adelante no dará
para comer, que lo haga Pável. Un año después muere. Un día Pável regresa
ebrio y golpea la mesa para pedir a su madre que le sirva de cenar. Ésta se
acerca mirándolo tristemente, le besa la frente y le pide que nunca beba más.
“Tu padre ya bebió suficiente por los dos”, le dice. Pável no vuelve a hacerlo.
Después, se vuelve serio y reservado; siempre trae libros que lee hasta altas
horas de la noche. Aunque Nílovna “había olvidado como leer”, le pregunta
qué contienen esos libros. Pável responde: “son libros prohibidos”.
A instancias de Nílovna, Pável le explica su ideología y le descubre todo lo
que ella había sufrido y por qué. Nílovna entristece. Después Pável tiene com-
pañeros que leen y estudian con él. Nílovna tiene miedo de esos seres extraños.
Llega el primer día en que Pável lleva a casa a sus compañeros, todos obreros,
y una maestra, Natasha Vasílievna, Nílovna pierde el miedo al ver sus caras
inocentes y llenas de fe en una nueva vida. Andrei, “el pequeño ruso”, mucha-
cho alto, delgado y alegre, llama su atención. Un hermoso personaje que se
destaca es Sachenka, heroica y decidida joven que más adelante se convertirá
en el símbolo del amor nuevo: mujer, compañera y combatiente. Las reuniones
se hacen frecuentes y se interrumpen hasta que un soplón de la fábrica los
denuncia. Los policías registran la casa sin encontrar nada y secuestran a varios
compañeros. Pável redacta volantes revolucionarios y los lleva a la fábrica. Él
también es detenido.
Los militantes de la ciudad se ponen en contacto con la madre, quien conti-
núa la tarea de su hijo. Nílovna pide trabajo a una señora que lleva comida a la
fábrica, burla la vigilancia y en el momento de vender los comestibles, distribu-
ye secretamente los volantes. Andrei sale de la cárcel y se va a vivir con la
madre. Andrei le enseña otra vez las letras para que Nílovna pueda leer. Pável
sale de la cárcel por falta de pruebas, y con los demás organiza una manifesta-
LIBRO DE CONSULTA 273
ción y un día de huelga para el primero de mayo. A la hora señalada los obreros
se reúnen y cantan un himno. Pável marcha a la cabeza de la manifestación con
una bandera roja, pero los soldados cierran el paso y reprimen a los manifestan-
tes, quienes, atemorizados, se desbandan. Pável y los demás activistas se man-
tienen firmes, pero los soldados les rodean y los hacen prisioneros. Otro
compañero, Nikolái Ivánovich, lleva a Nílovna a la ciudad a vivir con él. Ella
establece contacto con los campesinos y les lleva volantes, diarios y libros y los
organiza alrededor de un periódico editado por Nikolái, en el que escribe el
líder campesino, Ribin.
Nílovna visita a Pável en la cárcel y ambos se sienten orgullosos de su mutua
lucha. El líder Ribin cae prisionero y la madre ve cómo es salvajemente golpea-
do y torturado en la plaza del pueblo. Ella le llevaba todo el material revolucio-
nario en una maleta; no se acerca, y hace un nuevo contacto con otro campesino.
Los revolucionarios deciden liberar a Pável antes de que sea enjuiciado, pero él
se niega. Suponen que es por pronunciar su discurso frente al jurado, pero Pável
cede su lugar al líder campesino Ribin. La fuga de Ribin se lleva a cabo y Nílovna
la presencia desde una esquina, pero un agente se fija en ella cuando regresa a
su casa. Llega el juicio. Ahí se encuentran todos los soldados que dispararon y
todos los ricos poderosos.
La madre los mira como una masa informe, sin creer en los falsos recursos
que ellos mismos utilizan para justificar la represión. Nílovna percibe la rabia
de los jueces provocada por los fuertes y valerosos jóvenes. Les duele compren-
der que el tiempo de vivir a costa del sudor y de la sangre toca a su fin. Pável
toma la palabra y dice uno de sus mejores discursos. Los demás presos políticos
hablan también, uno a uno. El jurado los condena a prisión en un campo de
concentración en Siberia. En el juicio, el mismo agente observa nuevamente a
la madre. Nikolái le entrega a la madre el discurso de Pável y lo imprimen
para difundirlo. Esa noche caen prisioneros Nikolái y dos compañeros más. A
la mañana siguiente Nílovna lleva el discurso de su hijo en una maleta a la
estacióndelferrocarrilenesperadelcontactoencargadodedistribuirlo.Elagente
la reconoce y, junto con otros policías, trata de prenderla. Al darse cuenta del
peligro, la madre vence la impresión y se dirige a la gente de la estación denun-
ciando el intento de apresarla. Los policías no pueden justificar su acto indigno
y vociferan que es una ladrona. La madre los desmiente y arroja los volantes
que lleva en la maleta gritando que su hijo va a prisión por luchar para acabar
con las miserias de los pobres. La gente de la estación se pone del lado de la
madre. Eso se convierte en un mitin y se arrojan contra los policías gritando
274 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
creamos todo con nuestro trabajo, desde las máquinas gigantescas hasta los juguetes
para los niños, y, sin embargo, nos vemos privados del derecho a luchar por nuestra
dignidad humana; cada cual se esfuerza y puede convertirnos en instrumentos para
la consecución de sus fines; nosotros ahora queremos tener una libertad que nos
permita conquistar, con el tiempo, todo el poder. Nuestras consignas son sencillas:
¡Abajo la propiedad privada!, ¡todos los medios de producción para el pueblo, todo
el poder para el pueblo, el trabajo es obligatorio para todos! Como veis, ¡no somos
unos motineros!
Pável sonrió y pasóse lentamente la mano por los cabellos; el fuego de sus ojos
azules adquirió de pronto mayor resplandor.
—¡Le ruego que se ciña al asunto! —dijo el presidente con voz neta y fuerte. Se
volvió hacia Pável con todo el pecho y le miró; parecióle a la madre que en su
empañado ojo izquierdo encendíase un fulgor ávido y malévolo. Todos los jueces
miraban a su hijo de tal modo, que parecía que sus ojos se pegaban a la cara del
joven, adheríanse a sus músculos, ávidos de chuparle la sangre para reanimar con ella
sus agotados cuerpos. Y Pável, erguido, de elevada estatura, se alzaba fuerte y firme,
tendía hacia ellos su brazo, diciendo con voz no alta, pero distinta:
—Somos revolucionarios y lo seguiremos siendo mientras unos solamente man-
den y otros sólo trabajen. Estamos contra la sociedad cuyos intereses tenéis
orden de defender. Somos enemigos irreconciliables de ella y de vosotros, y no
habrá reconciliación posible mientras no venzamos. ¡Venceremos nosotros, los obre-
ros! Vuestros mandantes no son, en absoluto, tan fuertes como ellos se figuran. Esa
propiedad que amontonan y guardan, sacrificando para ello a millones de seres
esclavizados, esa misma fuerza que les da poder sobre nosotros hace surgir entre
ellos conflictos hostiles y los arruina física y moralmente. La propiedad exige un
esfuerzo excesivo para su conservación, y, en realidad, todos vosotros, nuestros
amos, sois más esclavos que nosotros mismos; vosotros estáis esclavizados en espí-
ritu, mientras que nosotros lo estamos sólo físicamente. Vosotros no podéis libertaros
del yugo de los prejuicios y de los hábitos que os han matado ya moralmente, mien-
tras que a nosotros nada nos impide ser interiormente libres. El veneno que nos dais
es más débil que el antídoto que vosotros —sin querer— vertéis en nuestra concien-
cia. Ésta crece y se desarrolla sin cesar, se enciende cada vez más rápidamente y
arrastra consigo a lo mejor, a todo lo moralmente sano, incluso de vuestro medio.
Advertid que ya no tenéis a nadie que pueda luchar con ideas en defensa de vuestro
poderío; habéis agotado ya todos los argumentos capaces de protegeros contra el
empuje de la justicia histórica, no podéis crear ya nada nuevo en el dominio de las
ideas,soisestérilesdeespíritu.Encambio,nuestrasideassedesarrollan,seencienden
con resplandor cada vez mayor, abarcan a las masas populares, organizándolas para
la lucha por la libertad. La conciencia del grandioso papel de los obreros aúna a
todos los proletarios del mundo en una sola alma, y a vosotros os será imposible
276 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
MODERNISMO
Rubén Darío
Prosas profanas. Este último libro asienta el Modernismo que se extiende por
todo el mundo de habla española.
Disentimos de quienes culpan a Darío y lo acusan de que influyó a gran
cantidad de poetas hispanoamericanos de fines del siglo XIX y principios del
XX, particularmente en México, con excepción de Díaz Mirón, Manuel José
Othón y Ramón López Velarde. Fueron aquellos vates, entre los que podemos
mencionar a Gutiérrez Nájera y Amado Nervo, los que muchas veces malenten-
dieron la poesía de Darío y la utilizaron como una forma de escape a su vida
seudorromántica, ególatra y exquisita; llevando al Modernismo a su más negati-
va manifestación. Por eso, afirmamos que el Modernismo en la poesía nació
con Darío y murió con él.
De Azul, incluimos La canción del oro, y de Cantos de vida y esperanza, su poema
A Roosevelt, que sobresale de todos los demás.
Aquel día, un harapiento, por las trazas un mendigo, tal vez un peregrino, quizás un
poeta, llegó, bajo la sombra de los altos álamos, a la gran calle de los palacios, donde
hay desafíos de soberbia entre el ónix y el pórfido, el ágata y el mármol; donde las
altas columnas, los hermosos frisos, las cúpulas doradas, reciben la caricia pálida del
sol moribundo.
Había traslos vidriosde las ventanas,en los vastos edificiosde las riquezas,ros-
tros de mujeres gallardas y de niños encantadores. Tras las rejas se adivinaban exten-
sos jardines, grandes vertedores salpicados de rosas y ramas que se balanceaban
acompasada y blandamente como bajo la ley de un ritmo. Y allá en los grandes
salones, debía de estar el tapiz purpurado y lleno de oro, la blanca estatua, el bronce
chino, el tibor cubierto de campos azules y de arrozales tupidos, la gran cortina
recogida como una falda, ornada de flores opulentas, donde el ocre oriental hace
vibrarlaluzenlasedaqueresplandece.Luego,laslunasvenecianas,lospalisandrosy
los cedros, los nácares y los ébanos, y el piano negro y abierto, que ríe mostrando sus
teclascomounalindadentadura,ylasarañascristalinas,dondealzalasvelasprofusas
la aristocracia de blanca cera. ¡Oh, y más allá! Más allá el cuadro valioso, dorado por
el tiempo, el retrato que firma Durand o Bounat y las preciosas acuarelas en que el
tono rosado parece que emerge de un cielo puro y envuelve en una onda dulce
desde el lejano horizonte hasta la hierba trémula y humilde. Y más allá…
***
LIBRO DE CONSULTA 279
(Muere la tarde.
Llega a las puertas del palacio un carruaje flamante y charolado. Baja una pareja y
entra con tal soberbia en la mansión, que el mendigo piensa: decididamente, el agui-
lucho y su hembra van al nido. El tronco, ruidoso y azogado, a un golpe de látigo,
arrastra el carruaje haciendo relampaguear las piedras. Noche.)
***
Entonces en aquel cerebro de loco, que ocultaba un sombrero raído, brotó como el
germen de una idea que pasó al pecho, y fue opresión, y llegó a la boca hecho himno
que le encendía la lengua y hacía entrechocar los dientes. Fue la visión de todos los
mendigos, de todos los suicidas, de todos los borrachos, del harapo y de la llaga, de
todos los que viven, ¡Dios mío!, en perpetua noche, tanteando la sombra, cayendo al
abismo, por no tener un mendrugo para llenar el estómago. Y después la turba feliz,
el lecho blando, la trufa y el áureo vino que hierve, el raso y el moiré que con su roce
ríen; el novio rubio y la novia morena cubierta de pedrería y blonda, y el gran reloj
que la suerte tiene para medir la vida de los felices opulentos, que en vez de granos
de arena, deja caer escudos de oro.
***
Aquella especie de poeta sonrió; pero su faz tenía aire dantesco. Sacó de su bolsillo
un pan moreno, comió y dio al viento su himno. Nada más cruel que aquel canto tras
el mordisco.
¡Cantemos el oro!
Cantemos el oro, rey del mundo, que lleva dicha y luz por donde va, como los
fragmentos de un sol despedazado.
Cantemos el oro, que nace del vientre fecundo de la madre tierra; inmenso tesoro,
leche rubia de esa ubre gigantesca.
Cantemos el oro, río caudaloso, fuente de la vida, que hace jóvenes y bellos a los
que se bañan en sus corrientes maravillosas, y envejece a aquéllos que no gozan de
susraudales.
Cantemos el oro, porque de él se hacen las tiaras de los pontífices, las coronas de
los reyes y los cetros imperiales, y porque se derrama por los mantos como un
fuego sólido e inunda las capas de los arzobispos, y refulge en los altares y sostiene
alDioseternoenlascustodiasradiantes.
Cantemos el oro, porque podemos ser unos perdidos, y él nos pone mamparas
paracubrirlaslocurasabyectasdelatabernaylasvergüenzasdelasalcobasadúlteras.
Cantemos el oro, porque al saltar del cuño lleva en su disco el perfil soberbio de
los césares y va a repletar las cajas de sus vastos templos, los bancos, y mueve las
máquinas, y da la vida, y hace engordar los tocinos privilegiados.
280 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
Cantemos el oro, porque él da los palacios y los carruajes, los vestidos a la moda
y los frescos senos de las mujeres garridas; y las genuflexiones de espinazos adulado-
res, y las muecas de los labios eternamente sonrientes.
Cantemos el oro, padre del pan.
Cantemos el oro, porque es, en las orejas de las lindas damas, sostenedor del
rocío del diamante, al extremo de tan sonrosado y bello caracol; porque en los
pechos siente el latido de los corazones y en las manos a veces es símbolo de amor
y de santa promesa.
Cantemos el oro, porque tapa las bocas que nos insultan; detiene las manos que
nos amenazan y pone vendas a los pillos que nos sirven.
Cantemos el oro, porque su voz es música encantada; porque es heroico y luce en
las corazas de los héroes homéricos y en las sandalias de las diosas y en los coturnos
trágicos y en las manzanas del Jardín de las Hespérides.
Cantemos el oro, porque de él son las cuerdas de las grandes liras, las cabelleras
de las más tiernas amadas, los granos de espigas y el peplo que al levantarse viste la
olímpica aurora.
Cantemos el oro, premio y gloria del trabajador y pasto del bandido.
Cantemos el oro, que cruza por el carnaval del mundo, disfrazado de papel, de
plata, de cobre y hasta de plomo.
Cantemos el oro, amarillo como la muerte.
Cantemos el oro, calificado de vil por los hambrientos, hermano del carbón, oro
negro que incuba el diamante; rey de las minas, donde el hombre lucha y la roca se
desgarra; poderoso en el poniente, donde se tiñe en sangre; carne de ídolo, tela de
que Fidias hace el traje de Minerva.
Cantemos el oro, en el arnés del caballo, en el carro de guerra, en el puño de la
espada, en el lauro que ciñe sus cabezas luminosas, en la copa del festín dionisiaco, en
el alfiler que hiere el seno de la esclava, en el rayo del astro y el champaña que
burbujea como una disolución de topacios hirvientes.
Cantemos el oro, porque nos hace gentiles, educados y pulcros.
Cantemos el oro, porque es la piedra de toque de toda amistad.
Cantemos el oro, purificado por el fuego, como el hombre por el sufrimiento;
mordido por la lima como el hombre por envidia; golpeado por el martillo, como
el hombre por la necesidad; realzado por el estuche de seda como el hombre por el
palacio de mármol.
Cantemos el oro, esclavo, despreciado por Jerónimo, arrojado por Antonio, vili-
pendiado por Macario, humillado por Hilarión, maldecido por Pablo el Ermitaño,
quien tenía por alcázar una cueva bronca, y por amigos, las estrellas de la noche, los
pájarosdelalbaylasfierashirsutasysalvajesdelyermo.
Cantemos el oro, dios becerro, tuétano de roca misterioso y callado en su entraña,
y bullicioso cuando brota a pleno sol y a toda vida, sonante como un coro de
tímpanos; feto de astros, residuo de luz, encarnación de éter.
LIBRO DE CONSULTA 281
***
A ROOSEVELT
ÉPOCA CONTEMPORÁNEA
Mariano Azuela
Losdeabajo
Los de abajo es una novela del movimiento armado de 1910 que culmina con
la toma de Zacatecas por el general Francisco Villa. Él y el pueblo son los
personajes. Un campesino de nombre Demetrio Macías —quien simpatiza con
los revolucionarios que se han alzado contra el gobierno—, y su esposa, oyen
ruido afuera de su jacal. Los ladridos del perro han denunciado la presencia de
las tropas del gobierno. A sugerencia de su mujer, Demetrio se esconde. Los
soldados penetran a la casa y encuentran a la esposa y al hijo de Demetrio.
Como es su costumbre, los soldados tratan de abusar de la mujer campesina y
cuando la humillan aparece súbitamente Demetrio empuñando un rifle. Los
soldados echan a correr huyendo. La familia se ve precisada a abandonar el
jacal. Ella se refuga con su hijo en un mísero caserío y Demetrio se incorpora a
la revolución en las filas del general Francisco Villa. En un combate lo hieren,
pero cerca se encuentra un estudiante de medicina que dice estar de acuerdo
con la Revolución, y se encarga de curarle las heridas. Al pasar por un pueblo,
LIBRO DE CONSULTA 285
Demetrio conoce a una joven bella e ingenua de nombre Camila. Luis Cervantes
la enamora y la rapta para entregarla a Demetrio. Otro personaje que se incor-
pora es el Güero Margarito, que utiliza a la Revolución para satisfacer sus instin-
tos sanguinarios. Al final se suicida. Demetrio Macías se dirige a Zacatecas con
las fuerzas revolucionarias y participa en la toma de la ciudad junto con el
general Pánfilo Natera. Demetrio conoce más tarde a una prostituta llamada
“La Pintada”; la hace su amante pero la abandona más tarde para continuar
luchando. Demetrio se vuelve cada día más hábil, más valeroso y más decidido
para la guerra. En la época en que Villa cree en Carranza, aquel une sus fuer-
zas para formar un solo ejército. El estado villista le concede a Demetrio el
grado de general en premio a sus méritos en campaña. Luis Cervantes, el opor-
tunista, deserta y huye a los Estados Unidos. “La Pintada” mata a Camila, quien
representa lo contrario de lo que ella es. Demetrio, que sostiene el ideal revo-
lucionario, ansia volver a ver a su esposa y a su hijo, y junto con sus amigos
Venancio, Anastasio y El Meco, se separa de las fuerzas villistas para verles.
Cuando Demetrio intenta reunirse nuevamente con las tropas del general Villa,
cae en la emboscada de una patrulla federal. Tanto Demetrio Macías como sus
amigos son acribillados y muertos instantáneamente. La forma de morir de
Demetrio Macías es descrita bellamente por Azuela en la ella imagen siguiente:
“Cae muerto al pie de una resquebrajadura enorme y suntuosa como pórtico de
vieja catedral, con los ojos fijos para siempre y apuntando con el cañón de su
fusil.” Regresando la palabra popular, la obra termina con los versos completos
de La Adelita.
Copiamos cuatro fragmentos de la obra. El primero nos presenta la injusticia
del gobierno de Díaz.
Otro día Demetrio se quejó mucho de la herida. Ya no pudo montar su caballo. Fue
preciso conducirlo desde allí en una camilla improvisada con ramas de roble y haces
deyerbas.
—Sigue desangrándose mucho, compadre Demetrio —dijo Anastasio Monta-
ñés. Y de un tirón arrancóse una manga de la camisa y la anudó fuertemente al
muslo,arribadelbalazo.
—Bueno –dijo Venancio—; eso le para la sangre y le quita la dolencia.
Venancio era barbero; en su pueblo sacaba muelas y ponía cáusticos y sanguijuelas.
Gozaba de cierto ascendiente porque había leído El judío errante y El sol de mayo. Le
llamaban el dotor, y él, muy pagado de su sabiduría, era hombre de pocas palabras.
Turnándose de cuatro en cuatro, condujeron la camilla por mesetas calvas y pe-
dregosas, por cuestas empinadísimas.
286 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
—Afigúrense… tenía güevos, gallinas y hasta una chiva parida; pero estos malditos
federales me limpiaron.
Luego, puestas las manos en bocina, se acercó al oído de Anastasio y le dijo:
—¡Afigúrense…, cargaron hasta con la muchachilla de señá Nieves!…
XXI
El tercer fragmento nos habla del desprecio de los revolucionarios por los
carrancistas.
II
—Yo lo conozco a usted. Cuando tomamos Torreón, usted andaba con mi ge-
neral Urbina. En Zacatecas venía ya con Natera y allí se juntó con los de Jalisco…
¿Miento?
El efecto fue brusco y definitivo. Los prisioneros pudieron entonces dar una
detallada relación de la tremenda derrota de Villa en Celaya.
Se les escuchó en un silencio de estupefacción.
—¡Ah, los airoplanos! Abajo, así de cerquita, no sabe usted qué son; parecen
canoas, parecen chalupas; pero que comienzan a subir, amigo, y es un ruidazo que lo
aturde. Luego algo como un automóvil que va muy recio. Y haga usté de cuenta un
pájaro grande, muy grande, que parece de repente que ni se bulle siquiera. Y aquí
va lo mero bueno: adentro de ese pájaro, un gringo lleva miles de granadas. ¡Afigúrese
loqueseráeso! Llegalahoradepelear,ycomoquienlesriegamaízalasgallinas,allí
van puños y puños de plomo pa’l enemigo… Y aquello se vuelve un camposanto:
muertos por aquí, muertos por allí, y ¡muertos por todas partes!
É POCA ACTUAL
ción es inmensa, todos los autores auténticos señalan un interés por la crítica
social. La novela resurge extraordinariamente. En un principio, en la primera
mitad del siglo XX, las novelas tenían sólo una variedad local: Los de abajo, un
fragmentodelprocesorevolucionario;Elindio,ladenunciaylacausaindigenista;
La vorágine, el hombre frente a la naturaleza tratando de dominarla; Doña Bárba-
ra, el despotismo político en la época independiente.
Después de 1950 la novela hispanoamericana se hace universal y se convier-
te en representativa en el contexto de la literatura mundial. Las obras son críti-
cas a las oligarquías políticas o económicas de los países de América. La crítica
social urbana y rural aparece vigorosamente. Se levanta la voz contra las condi-
ciones y la explotación indígena, obrera, campesina.
A pesar de todo, la poesía es el género que más ha evolucionado. Los poemas
posteriores a 1950 asombran por su poder de transmitir experiencias de un len-
guaje asimilado popularmente. Combaten y devalúan la realidad actual en rela-
ciónconotramásjustaenlaque,confían,estáenvíasderealizarse.Estacerteza
se manifiesta al simple paso del tiempo mediante una conducta modelo a se-
guir. Muchos poetas no únicamente se interesan en los problemas sociales sino
que comienzan a delinear la imagen y la estatura de un hombre diferente, por el
cual combaten desde la trinchera de la palabra. Parten de la denuncia social y su
poesía se vuelve indigenista, afroamericana, latinoamericana, militante y com-
batiente.
Por lo que respecta a la época actual en nuestro país, la literatura, como todo
el arte posterior al movimiento armado de 1910 y hasta la fecha, se nutre de
muy diversos materiales. Algunos escriben siguiendo de cerca la trayectoria de
su pueblo. Otros prefieren regresar al seudorromanticismo del porfiriato y hasta
añoran ese tiempo. Otros escriben desde el punto de vista del intelectual espec-
tador el drama de México, su origen y su realidad. Otros son voceros o se pier-
den en los paraísos artificiales y regiones transparentes. Algunos van hacia un
Realismo habilidoso o contradictorio, pero sin contenido político. “No hay arte
sin ideología”, dijo el músico Dimitri Shostakovich. Un gran número deambula
haciendo antesalas a la gloria y se debate en ínfimas reyertas entre la innovadora
oreguladaestilísticayellograrseroriginal.Perolosbienorientadossonlosque
participan de la realidad mexicana como contexto de América, son actores de
sus luchas, orientan y dan testimonio de ellas. No tienen tiempo para perderlo
en modernidades y exquisiteces formales, no escriben para el grupito minorita-
rio y culturanizante, sino para la inmensa mayoría de mexicanos. Son los auto-
res comprometidos con su pueblo y con su tiempo. De los autores de hoy y
LIBRO DE CONSULTA 291
JuanRulfo
A mediados del siglo XX, sobresalen dos narradores mexicanos: Juan Rulfo (1918-
1986), y Juan José Arreola (1918-2001). Rulfo ha captado como ninguno la
imagen del mexicano del campo, recio, vigoroso, solitario, desheredado y olvi-
dado; pero alerta al momento en que sobrevendrá su tiempo. Las obras de Rulfo
son El llano en llamas, libro de cuentos de páginas intensas donde denuncia “el
fondo del deshilado drama y la alarmante desesperación de un sector de los
habitantes del país”. Estilo directo, abierto, espontáneo, a veces descarnado
como el rostro campesino. Pedro Páramo, novela en que el típico cacique mexi-
cano, poseedor de enormes extensiones de tierra, domina y oprime a un pueblo
entero. Caciques cuyos atracos, fechorías y crímenes se justifican con la desen-
frenada carrera por el poder y el dinero. Hasta el amor tiene que vender primero
y comprar después. “Me cruzaré de brazos y Comala se morirá de hambre”,
dice, y lo hace, y el pueblo desaparece y sus habitantes son forzados a abando-
narlo.
Sólo Pedro Páramo se queda amo y señor de las ruinas, hasta que un hijo
desconocido lo apuñala.
Es Juan Rulfo quien inició el juego y la transposición del tiempo. De El llano
en llamas, transcribimos uno de los cuentos más hermosos que se han escrito en
laliteraturamexicana:Luvina.
L UVINA
De los cerros altos del sur, el de Luvina es el más alto y el más pedregoso. Está
plagado de esa piedra gris con la que hacen la cal, pero en Luvina no hacen cal con
ella ni le sacan ningún provecho. Allí la llaman piedra cruda, y la loma que sube hacia
Luvina la nombran cuesta de la Piedra Cruda. El aire y el sol se han encargado de
desmenuzarla, de modo que la tierra de por allí es blanca y brillante como si estuvie-
ra rociada siempre por el rocío del amanecer; aunque esto es un puro decir, porque
292 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
en Luvina los días son tan fríos como las noches y el rocío se cuaja en el cielo antes
quellegueacaersobrelatierra.
…Y la tierra es empinada. Se desgaja por todos lados en barrancas hondas, de un
fondo que se pierde de tan lejano. Dicen los de Luvina que de aquellas barrancas
suben los sueños; pero yo lo único que vi subir fue el viento, en tremolina, como si
allá abajo lo tuvieran encañonado en tubos de carrizo. Un viento que no deja crecer
ni a las dulcamaras: esas plantitas tristes que apenas si pueden vivir un poco untadas
a la tierra, agarradas con todas sus manos al despeñadero de los montes. Sólo a
veces, allí donde hay un poco de sombra, escondido entre las piedras, florece el
chicalote con sus amapolas blancas. Pero el chicalote pronto se marchita. Entonces
uno lo oye rasguñando el aire con sus ramas espinosas, haciendo un ruido como el
de un cuchillo sobre una piedra de afilar.
—Ya mirará usted ese viento que sopla sobre Luvina. Es pardo. Dicen que por-
que arrastra arena de volcán; pero lo cierto es que es un aire negro. Ya lo verá usted.
Se planta en Luvina prendiéndose de las cosas como si las mordiera. Y sobran días
en que se lleva el techo de las casas como si se llevara un sombrero de petate,
dejando los paredones lisos, descobijados. Luego rasca como si tuviera uñas: uno lo
oye a mañana y tarde, hora tras hora, sin descanso, raspando las paredes, arrancando
tecatas de tierra, escarbando con su pala picuda por debajo de las puertas, hasta
sentirlo bullir dentro de uno como si se pusiera a remover los goznes de nuestros
mismos huesos. Ya lo verá usted.
El hombre aquel que hablaba se quedó callado un rato, mirando hacia afuera.
Hasta ellos llegaban el sonido del río pasando sus crecidas aguas por las ramas de
los camichines; el rumor del aire moviendo suavemente las hojas de los almendros,
y los gritos de los niños jugando en el pequeño espacio iluminado por la luz que salía
delatienda.
Los comejenes entraban y rebotaban contra la lámpara de petróleo, cayendo al
suelo con las alas chamuscadas. Y afuera seguía avanzando la noche.
—¡Oye, Camilo, mándanos otras dos cervezas más! –volvió a decir el hombre.
Después añadió:
—Otra cosa, señor. Nunca verá usted un cielo azul en Luvina. Allí todo el hori-
zonte está desteñido; nublado siempre por una mancha caliginosa que no se borra
nunca. Todo el lomerío pelón, sin un árbol, sin una cosa verde para descansar los
ojos; todo envuelto en el calín ceniciento. Usted verá eso: aquellos cerros apagados
como si estuvieran muertos y a Luvina en el más alto, coronándolo con su blanco
caserío como si fuera una corona de muerto...
Los gritos de los niños se acercaron hasta meterse dentro de la tienda. Eso hizo
que el hombre se levantara, fuera hacia la puerta y les dijera: “¡Váyanse más lejos! ¡No
interrumpan! Sigan jugando, pero sin armar alboroto.”
Luego, dirigiéndose otra vez a la mesa, se sentó y dijo:
LIBRO DE CONSULTA 293
—Pues sí, como le estaba diciendo. Allá llueve poco. A mediados de año llegan
unas cuantas tormentas que azotan la tierra y la desgarran, dejando nada más el
pedregal flotando encima del tepetate. Es bueno ver entonces cómo se arrastran las
nubes, cómo andan de un cerro a otro dando tumbos como si fueran vejigas infla-
das; rebotando y pegando de truenos igual que si se quebraran en el filo de las
barrancas. Pero después de 10 o 12 días se van y no regresan sino al año siguiente, y
a veces se da el caso de que no regresen en varios años.
“… sí, llueve poco. Tan poco o casi nada, tanto que la tierra, además de estar
reseca y achicada como cuero viejo, se ha llenado de rajaduras y de esa cosa que allí
llaman ‘pasojos de agua’, que no son sino terrones endurecidos como piedras filosas,
que se clavan en los pies de uno al caminar, como si allí hasta a la tierra le hubieran
crecido espinas. Como si así fuera.”
Bebió la cerveza hasta dejar sólo burbujas de espuma en la botella y siguió
diciendo:
— Por cualquier lado que se le mire, Luvina es un lugar muy triste. Usted que va
para allá se dará cuenta. Yo diría que es el lugar donde anida la tristeza. Donde no se
conoce la sonrisa, como si a toda la gente le hubieran entablado la cara. Y usted, si
quiere, puede ver esa tristeza a la hora que quiera. El aire que allí sopla la revuelve,
pero no se la lleva nunca. Está allí como si allí hubiera nacido. Y hasta se pue-
de probar y sentir, porque está siempre encima de uno, apretada contra de uno, y
porque es oprimente como una gran cataplasma sobre la viva carne del corazón.
“… Dicen los de allí que cuando llena la luna, ven de bulto la figura del viento
recorriendo las calles de Luvina, llevando a rastras una cobija negra; pero yo siempre
lo que llegué a ver, cuando había luna en Luvina, fue la imagen del desconsuelo…
siempre.”
“Pero tómese su cerveza. Veo que no le ha dado ni siquiera una probadita. Tó-
mesela. O tal vez no le guste así tibia como está. Y es que aquí no hay de otra. Yo sé
que así sabe mal. Aquí uno se acostumbra. A fe que allá ni siquiera esto se consigue.
Cuando vaya a Luvina la extrañará. Allí no podrá probar sino un mezcal que ellos
hacen con una yerba llamada hojasé, y que a los primeros tragos estará usted dando
de volteretas como si lo chacamotearan. Mejor tómese su cerveza. Yo sé lo que le
digo.”
Allá afuera seguía oyéndose el batallar del río. El rumor del aire. Los niños jugan-
do. Parecía ser aún temprano, en la noche.
El hombre se había ido a asomar una vez más a la puerta y había vuelto. Ahora
veníadiciendo:
—Resulta fácil ver las cosas desde aquí, meramente traídas por el recuerdo, don-
de no tienen parecido ninguno. Pero a mí no me cuesta ningún trabajo seguir hablán-
dole de lo que sé, tratándose de Luvina. Allá viví. Allá dejé la vida… Fui a ese lugar
con mis ilusiones cabales y volví viejo y acabado. Y ahora usted va para allá… Está
294 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
bien. Me parece recordar el principio. Me pongo en su lugar y pienso… Mire usted, cuan-
do yo llegué por primera vez a Luvina… ¿Pero me permite antes que tome su cerve-
za? Veo que usted no le hace caso. Y a mí me sirve de mucho. Me alivia. Siento como
si me enjuagaran la cabeza con aceite alcanforado… Bueno, le contaba que cuando
llegué por primera vez a Luvina, el arriero que nos llevó no quiso dejar ni siquiera
que descansaran las bestias. En cuanto nos puso en el suelo, se dio media vuelta:
—“Yo me vuelvo –nos dijo.
—“Espera, ¿no vas a dejar sestear tus animales? Están muy aporreados.
—“Aquí se fregarían más —nos dijo–. Mejor me vuelvo.
“Y se fue, dejándose caer por la cuesta de la Piedra Cruda, espoleando sus caba-
llos como si se alejara de algún lugar endemoniado.
“Nosotros, mi mujer y mis tres hijos, nos quedamos allí, parados en mitad de la
plaza, con todos nuestros ajuares en los brazos. En medio de aquel lugar donde sólo
se oía el viento…
“Una plaza sola, sin una sola yerba para detener el aire. Allí nos quedamos.
“Entonces yo le pregunté a mi mujer:
—“¿En qué país estamos, Agripina?
“Y ella se alzó de hombros.
—“Bueno, si no te importa, ve a buscar dónde comer y dónde pasar la noche.
Aquí te aguardamos —le dije.
“Ella agarró al más pequeño de sus hijos y se fue. Pero no regresó.
“Al atardecer, cuando el sol alumbraba sólo las puntas de los cerros, fuimos a
buscarla. Anduvimos por los callejones de Luvina, hasta que la encontramos metida
en la iglesia: sentada mero en medio de aquella iglesia solitaria, con el niño dormido
entresuspiernas.
—“¿Qué haces aquí, Agripina?
—“Entré a rezar —nos dijo.
—“¿Para qué? —le pregunté yo.
“Y ella se alzó de hombros.
“Allí no había a quién rezarle. Era un jacalón vacío, sin puertas, nada más con unos
socavones abiertos y un techo resquebrajado por donde se colaba el aire como por
un cedazo.
—“¿Dónde está la fonda?
—“No hay ninguna fonda.
—“¿Y el mesón?
—“No hay ningún mesón.
—“Viste a alguien? ¿Vive alguien aquí? —le pregunté.
—“Sí, allí enfrente… Unas mujeres… Las sigo viendo. Mira, allí tras las rendijas
de esa puerta veo brillar los ojos que nos miran… Han estado asomándose para
acá… Míralas. Veo las bolas brillantes de sus ojos… Pero no tienen qué darnos de
LIBRO DE CONSULTA 295
comer. Me dijeron sin sacar la cabeza que en este pueblo no había de comer…
Entonces entré aquí a rezar, a pedirle a Dios por nosotros.
—“Por qué no regresaste allí? Te estuvimos esperando…
—“Entré aquí a rezar. No he terminado todavía.
—“¿Qué país es éste, Agripina?
“Y ella volvió a alzarse de hombros.
“Aquella noche nos acomodamos para dormir en un rincón de la iglesia, detrás
del altar desmantelado. Hasta allí llegaba el viento, aunque un poco menos fuerte. Lo
estuvimos oyendo pasar por encima de nosotros, con sus largos aullidos; lo estuvi-
mos oyendo entrar y salir por los huecos socavones de las puertas; golpeando con
sus manos de aire las cruces del viacrucis: unas cruces grandes y duras hechas
con palo de mezquite que colgaban de las paredes a todo lo largo de la iglesia,
amarradas con alambres que rechinaban a cada sacudida del viento como si fuera
unrechinardedientes.
“Los niños lloraban porque no los dejaba dormir el miedo Y mi mujer, tratando
de retenerlos a todos entre sus brazos. Abrazando su manojo de hijos. Y yo allí, sin
saber qué hacer.
“Poco antes del amanecer se calmó el viento. Después regresó. Pero hubo un
momento en esa madrugada en que todo se quedó tranquilo, como si el cielo se
hubiera juntado con la tierra, aplastando los ruidos con su peso… Se oía la respira-
ción de los niños ya descansada. Oía el resuello de mi mujer ahí a mi lado:
—“¿Qué es? —me dijo.
—“¿Qué es qué? —le pregunté.
—“Eso, el ruido ese.
—“Es el silencio. Duérmete. Descansa, aunque sea un poquito que ya va a amanecer.
“Pero al rato oí yo también. Era como un aletear de murciélagos en la oscuridad,
muy cerca de nosotros. De murciélagos de grandes alas que rozaban el suelo. Me
levanté y se oyó el aletear más fuerte, como si la parvada de murciélagos se hubiera
espantado y volara hacia los agujeros de las puertas. Entonces caminé de puntitas
hacia allá, sintiendo delante de mí aquel murmullo sordo. Me detuve en la puerta y
las vi. Vi a todas las mujeres de Luvina con su cántaro al hombro, con el rebozo
colgado de su cabeza y sus figuras negras sobre el negro fondo de la noche.
—“¿Qué quieren? —les pregunté—. ¿Qué buscan a estas horas?
“Una de ellas respondió:
—“Vamos por agua.
“Las vi paradas frente a mí, mirándome. Luego, como si fueran sombras, echa-
ron a caminar calle abajo con sus negros cántaros.
“No, no se me olvidará jamás esa primera noche que pasé en Luvina.
“… ¿No cree usted que esto se merece otro trago? Aunque sea nomás para que se
me quite el mal sabor del recuerdo.
296 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
—“Me parece que usted me preguntó cuántos años estuve en Luvina, ¿verdad…?
La verdad es que no lo sé. Perdí la noción del tiempo desde que las fiebres me lo
enrevesaron; pero debió haber sido una eternidad… Y es que allá el tiempo es muy
largo. Nadie lleva la cuenta de las horas ni a nadie le preocupa cómo van amonto-
nándose los años. Los días comienzan y se acaban. Luego viene la noche. Solamente
el día y la noche hasta el día de la muerte, que para ellos es una esperanza.
“Usted ha de pensar que le estoy dando vueltas a una misma idea. Y así es, sí
señor… Estar sentado en el umbral de la puerta mirando la salida y la puesta del sol,
subiendo y bajando la cabeza, hasta que acaban aflojándose los resortes y entonces
todo se queda quieto, sin tiempo, como si se viviera siempre en la eternidad. Eso
hacenallílosviejos.
“Porque en Luvina sólo viven los puros viejos y los que todavía no han nacido,
como quien dice… Y mujeres sin fuerzas, casi trabadas de tan flacas. Los niños que
han nacido allí se han ido. Apenas les clarea el alba y ya son hombres. Como quien
dice, pegan el brinco del pecho de la madre al azadón y desaparecen de Luvina. Así
esallílacosa.
“Sólo quedan los puros viejos y las mujeres solas, o con un marido que anda
donde sólo Dios sabe dónde… Vienen de vez en cuando como las tormentas de
que le hablaba; se oye un murmullo en todo el pueblo cuando regresan y uno como
gruñido cuando se van… Dejan el costal del bastimento para los viejos y plantan
otro hijo en el vientre de sus mujeres, y ya nadie vuelve a saber de ellos sino al año
siguiente, y a veces nunca… Es la costumbre. Allí le dicen la ley, pero es lo mismo.
Los hijos se pasan la vida trabajando para los padres como ellos trabajaron para los
suyos y como quién sabe cuántos atrás de ellos cumplieron con su ley…
“Mientras tanto, los viejos aguardan por ellos y por el día de la muerte, sentados
en sus puertas, con los brazos caídos, movidos sólo por esa gracia que es la gratitud
del hijo… Solos, en aquella soledad de Luvina.
“Un día traté de convencerlos de que se fueran a otro lugar, donde la tierra fuera
buena. ‘¡Vámonos de aquí! —les dije— No faltará modo de acomodarnos en algu-
na parte. El gobierno nos ayudará.”
“Ellos me oyeron, sin parpadear, mirándome desde el fondo de sus ojos de los
que sólo se asomaba una lucecita allá muy adentro.
—“¿Dices que el gobierno nos ayudará, profesor? ¿Tú conoces al gobierno?
“Lesdijequesí.
—“También nosotros lo conocemos. Da esa casualidad. De lo que no sabemos
nada es de la madre del gobierno.
“Yo les dije que era la patria. Ellos movieron la cabeza diciendo que no. Y se
rieron. Fue la única vez que he visto reír a la gente de Luvina. Pelaron sus dientes
molenques y me dijeron que no, que el gobierno no tenía madre.
LIBRO DE CONSULTA 297
“Y tienen razón, ¿sabe usted? El señor ése sólo se acuerda de ellos cuando alguno
de sus muchachos ha hecho alguna fechoría acá abajo. Entonces manda por él hasta
Luvina y se lo matan. De hay en más no saben si existen.
—“Tú nos quieres decir que dejemos Luvina porque, según tú, ya estuvo bueno
de aguantar hambres sin necesidad —me dijeron—. Pero si nosotros nos vamos,
¿quién se llevará a nuestros muertos? Ellos viven aquí y no podemos dejarlos solos.
“Y allá siguen. Usted los verá ahora que vaya. Mascando bagazos de mezquite
seco y tragándose su propia saliva para engañar el hambre. Los mirará pasar como
sombras, repegados al muro de las casas, casi arrastrados por el viento.
—“¿No oyen ese viento? —les acabé por decir— Él acabará con ustedes.
—“Dura lo que debe de durar. Es el mandato de Dios —me contestaron—.
Malo cuando deja de hacer aire. Cuando eso sucede, el sol se arrima mucho a Luvina
y nos chupa la sangre y la poca agua que tenemos en el pellejo. El aire hace que el sol
seestéalláarriba.Asíesmejor.
“Ya no les volví a decir nada. Me salí de Luvina y no he vuelto ni pienso regresar.
“… Pero mire las maromas que da el mundo. Usted va para allá ahora, dentro de
pocas horas. Tal vez ya se cumplieron 15 años que me dijeron a mí lo mismo: ‘Usted
va a ir a San Juan Luvina.’
“En esa época tenía yo mis fuerzas. Estaba cargado de ideas… Usted sabe que a
todos nosotros nos infunden ideas. Y uno va con esa plasta encima para plasmarla
en todas partes. Pero en Luvina no cuajó eso. Hice el experimento y se deshizo…
“San Juan Luvina. Me sonaba a nombre de cielo aquel nombre. Pero aquello es el
purgatorio. Un lugar moribundo donde se han muerto hasta los perros y ya no hay
ni quien le ladre al silencio; pues en cuanto uno se acostumbra al vendaval que allí
sopla, no se oye sino el silencio que hay en todas las soledades. Y eso acaba con uno.
Míreme a mí. Conmigo acabó. Usted que va para allá comprenderá pronto lo que le
digo…
“¿Qué opina usted si le pedimos a este señor que nos matice unos mezcalitos?
Con la cerveza se levanta uno a cada rato y eso interrumpe mucho la plática. ¡Oye,
Camilo, mándanos ahora unos mezcales!
“Pues sí, como le estaba yo diciendo…”
Pero no dijo nada. Se quedó mirando un punto fijo sobre la mesa donde los
comejenes, ya sin sus alas, rondaban como gusanitos desnudos.
Afuera seguía oyéndose cómo avanzaba la noche. El chapoteo del río contra los
troncos de los camichines. El griterío ya muy lejano de los niños. Por el pequeño
cielodelapuertaseasomabanlasestrellas.
El hombre que miraba a los comejenes se recostó sobre la mesa y se quedó
dormido.
298 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
JuanJoséArreola
EN VERDAD OS DIGO
Todas las personas interesadas en que el camello pase por el ojo de la aguja, deben
inscribir su nombre en la lista de patrocinadores del experimento Niklaus.
Desprendido de un grupo de sabios mortíferos, de ésos que manipulan el uranio,
el cobalto y el hidrógeno. Arpad Niklaus deriva sus investigaciones actuales a un fin
caritativo y radicalmente humanitario: la salvación del alma de los ricos.
Propone un plan científico para desintegrar un camello y hacerlo que pase en
chorro de electrones por el ojo de una aguja. Un aparato receptor (muy semejante
en principio a la pantalla de televisión) organizará los electrones en átomos, los áto-
mos en moléculas y las moléculas en células, reconstruyendo inmediatamente el ca-
mello según su esquema primitivo. La posibilidad del experimento está garantizada
por los adelantos de la física moderna. Basta pensar, por ejemplo, en que la reacción
en cadena se ha cumplido hasta ahora como una ley fatal. Niklaus ya logró cambiar
de sitio, sin tocarla, una gota de agua pesada. También ha podido evaluar, hasta
donde lo permite la discreción de la materia, la energía cuántica que dispara una
pezuña de camello. Nos parece inútil abrumar aquí al lector con esa cifra astronómica.
La única dificultad seria en que tropieza el profesor Niklaus es la carencia de una
planta atómica propia. Tales instalaciones, extensas como ciudades, son increíble-
mente caras. Pero un comité especial se ocupa ya en solventar el problema económi-
co mediante una colecta universal. Las primeras aportaciones, todavía un poco tímidas,
sirven para costear la edición de millares de folletos, bonos y prospectos explicati-
vos, así como para asegurar al profesor Niklaus el modesto salario que le permite
LIBRO DE CONSULTA 299
HeinrichBöll
Opinionesdeunpayaso
“Opinionesdeunpayasofueunodelosmásnotablesbest-sellersliterariosalema-
nes de la década de los sesenta. En la novela, Böll, uno de los escritores católi-
cos más polémicos de los últimos años, asume a través de la figura del clown y de
su irónica y conmovedora historia el papel de crítico de un catolicismo que
prefiere la dimensión de las conveniencias a las raíces de su espiritualidad y a
sus profundas consecuencias morales.
Transcribimos el pasaje donde Hans Schnier, el payaso, narra su desilusión
de Marie y anota la opinión que tiene del arte. Marie lo ha abandonado para
casarse con otro.
Creo que no hay nadie en el mundo que entienda a un payaso, ni siquiera otro
payaso; en estos casos siempre están en juego la envidia y las rivalidades. Marie
estuvo a punto de entenderme, pero completamente no me entendió jamás. Siem-
pre decía que como “persona creadora” tenía que sentir un “ardiente interés” por
recibir la mayor cantidad de cultura posible. Un error. Naturalmente, si cuando
tuviera una tarde libre me enterara, que en alguna parte se representa a Beckett,
tomaría en seguida un taxi; de vez en cuando también voy al cine, si lo pienso bien,
incluso a menudo, y siempre películas autorizadas para niños de seis años. Marie no
pudo entenderlo jamás. Gran parte de su educación católica consistía precisamente
en informaciones psicológicas y en un racionalismo adornado con mística dentro
del marco de “que jueguen al futbol para que no piensen en chicas”. Entonces me
gustaba mucho pensar en chicas; luego sólo en Marie. A veces me daba la impresión
de ser un monstruo. Me gusta ir a ver películas para niños de seis años porque en
ellas no aparece ninguna de las cursilerías de los adultos, con sus adulterios y divor-
cios. En las películas de adulterios y divorcios desempeña siempre un papel impor-
tante la felicidad de alguien. “Hazme feliz, cariño” o “¿Acaso quieres poner trabas a
mi felicicidad?” No puedo imaginar una felicidad que dure más de un segundo, tal
302 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
vez dos o tres. También me gusta ver películas de prostitutas de verdad, pero hay
muy pocas. En su mayoría son tan pretenciosas que uno no se da cuenta de que en
realidad son películas de prostitutas. Existe otra categoría de mujeres que no son ni
prostitutas ni esposas; las mujeres compasivas, pero en las películas están muy olvi-
dadas. Generalmente, en las películas para niños de seis años hay prostitutas a baru-
llo. Jamás he comprendido en qué piensan los comités que califican las películas
cuando toleran que los niños las vean. En ellas las mujeres o son prostitutas por
naturaleza o sólo en sentido sociológico. Compasivas no lo son casi nunca.
… … …
que tarda en fumar medio cigarrillo, lo que es tener tiempo libre. El llamado permi-
so es mortal.
Al parecer los demás saben lo que es durante tres, cuatro o seis semanas. Marie
intentó un par de veces proporcionarme esta sensación, nos fuimos al mar, al inte-
rior, a los baños, a la montaña; al segundo día ya estaba enfermo, lleno de arriba a
abajo de pústulas y mi alma repleta de ideas asesinas. Creo que estaba muerto de
envidia. Luego tuvo la terrible ocurrencia de pasar conmigo las vacaciones en un
lugar donde descansan muchos artistas. Como es natural, no eran más que aficiona-
dos al arte y la primera tarde me pelee ya con un demente muy importante de la
industria cinematográfica y me enredé en una conversación sobre Grock, Chaplin y
el bufón en los dramas de Shakespeare. No sólo me dieron una buena paliza (es que
esos aficionados que consiguen vivir bien de profesiones seudoartísticas, no trabajan
y rebosan fuerza), sino que contraje una grave ictericia. Tan pronto como nos encon-
tramos fuera de este horrible nido me sané en seguida.
JulioCortázar
… … … … … … … … … … … … … … … …
Hayquegritarunapolíticacrítica,hayquecriticargritando
cada vez que
se lo cree justo: sólo así podremos acabar un día con los chacales
y las hienas.
Es, México City, Río,
diariamente, diariamente, en mi mesa, los recortes de prensa:
París, Londres
(en poco tiempo, apenas dos semanas), la máquina montada,
LIBRO DE CONSULTA 305
… … … … … … … … … … … … … … … … … …
Laautopistadelsur
Estanarración,incluidaenellibroTodoslosfuegoselfuego,deJulioCortázar,es
una certera crítica a la despersonalización, la neurosis y la negación encubierta,
de los elementos de una sociedad en vía de deshumanización.
LIBRO DE CONSULTA 307
En una sociedad donde vale más quien tiene más dinero, quien circule mos-
trando mejor posición económica será el triunfador. Antiguamente este indicio
lo daban las joyas. Hoy, acorde a la mecanización y el egoísmo, lo represen-
tan los automóviles. La despersonalización se obliga en función del vehículo.
El hombre o la mujer dejan de serlo para convertirse en Mondeo, Mercedes
Benz, etc., como si éste fuera su nombre verdadero, y 2003, 2004 o último
modelo, su apellido. El segundo apellido vendría a ser la matrícula o placa que
se ostenta por delante y por detrás.
Este breve relato toma como pretexto un incidente frecuente: el embotella-
miento de gran número de vehículos en una carretera, la autopista del sur que
conduce de Fontainebleau a París. Cortázar lo aprovecha para relatar todas las
experiencias que viven los tripulantes de los vehículos durante el tiempo que
dura el embotellamiento el coqueteo sin sentido, casi automático y común, de
la joven del Dauphine y el ingeniero del Peugeot 404, el histerismo de una
religiosa, el absurdo suicidio del tripulante del Caravelle, la muerte real que
sobreviene a una anciana muerta en vida, la desesperación por la carencia de
víveres, etc. Los personajes son los vehículos. Se reconocen como la máquina
automotriz. En la propia narración el nombre para identificarlos es el de
los automóviles. La chica del Dauphine y el ingeniero del Peugeot tienen la
posibilidad del auténtico sentido amoroso, pero lo echan a perder en el flirteo y
la sensualidad “de paso”.
La obra termina cuando los vehículos se confunden y sus conductores se
pierden entre el tumulto, ya que la carretera queda libre de obstáculos y todos
se lanzan aglomeradamente, en una desenfrenada velocidad por recuperar el
tiempo y llegar lo más rápidamente posible a ningún lado.
Para ejemplificar la narrativa de Cortázar, copiamos un fragmento de su cuento
La autopista del sur, poco después de comenzar el embotellamiento.
A la cuarta vez de encontrarse con todo eso, de hacer todo eso, el ingeniero había
decidido no salir más de su coche, a la espera de que la policía disolviese de alguna
manera el embotellamiento. El calor de agosto se sumaba a ese tiempo a ras de
neumáticos para que la inmovilidad fuese cada vez más enervante. Todo era olor a
gasolina, gritos destemplados de los jovencitos del Simca, brillo del sol rebotando
en los cristales y en los bordes cromados, y para colmo la sensación contradictoria
del encierro en plena selva de máquinas pensadas para correr. El 404 del ingeniero
ocupaba el segundo lugar de la pista de la derecha contando desde la franja divisoria
de las dos pistas, con lo cual tenía otros cuatro autos a su derecha y siete a su
izquierda, aunque de hecho sólo pudiera ver distintamente los ocho coches que lo
308 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
rodeaban y sus ocupantes que ya había detallado hasta cansarse. Había charlado con
todos, salvo con los muchachos del Simca que le caían antipáticos; entre trecho y
trecho se había discutido la situación en sus menores detalles, y la impresión general
era que hasta Corbeil-Essonnes se avanzaría al paso o poco menos, pero que entre
Corbeil y Juvisy el ritmo iría acelerándose una vez que los helicópteros y los moto-
ciclistas lograran quebrar lo peor del embotellamiento. A nadie le cabía duda de que
algún accidente muy grave debía haberse producido en la zona, única explicación de
una lentitud increíble. Y con eso el gobierno, el calor, los impuestos, la vialidad, un
tópico tras otro, tres metros, otro lugar común, cinco metros, una frase sentenciosa
o una maldición contenida.
A las dos monjitas del 2HP les hubiera convenido tanto llegar a Milly-la-Fôret
antes de las ocho, pues llevaban una cesta de hortalizas para la cocinera. Al matrimo-
nio del Peugeot 203 le importaba sobre todo no perder los juegos televisados de las
nueve y media; la muchacha del Dauphine le había dicho al ingeniero que le daba lo
mismo llegar más tarde a París, pero que se quejaba por principio, porque le parecía
un atropello someter a millares de personas a un régimen de caravana de camellos.
En esas últimas horas (debían ser casi las cinco pero el calor los hostigaba insopor-
tablemente), habían avanzado unos 50 metros a juicio del ingeniero, aunque uno de
los hombres del Taunus que se había acercado a charlar llevando de la mano al niño
con su autito, mostró irónicamente la copa de un plátano solitario y la muchacha del
Dauphine recordó que ese plátano (si no era un castaño) había estado en la misma
línea que su auto durante tanto tiempo que ya ni valía la pena mirar el reloj pulsera
paraperderseencálculosinútiles.
No atardecíanunca, la vibracióndel sol sobre la pista y las carroceríasdilatabael
vértigo hasta la náusea. Los anteojos negros, los pañuelos con agua de colonia en la
cabeza, los recursos improvisados para defenderse, para evitar un reflejo chirriante
o las bocanadas de los caños de escape a cada avance, se organizaban y perfecciona-
ban, eran objeto de comunicación y comentario. El ingeniero bajó otra vez para
estirar las piernas, cambió unas palabras con la pareja de aire campesino del Ariane
que precedía al 2HP de las monjas. Detrás del 2HP había un Volkswagen con un
soldado y una muchacha que parecían recién casados. La tercera fila hacia el exterior
dejaba de interesarlo porque hubiera tenido que alejarse peligrosamente del 404; veía
colores, formas, Mercedes Benz, ID, 4R, Lancia, Skoda, Morris Minor, el catálogo
completo. A la izquierda, sobre la pista opuesta, se tendía otra maleza inalcanzable
de Renault, Anglia, Peugeot, Porsche, Volvo; era tan monótono que al final, des-
pués de charlar con los dos hombres del Taunus y de intentar sin éxito un cambio
de impresiones con el solitario conductor del Caravelle, no quedaba nada mejor que
volver al 404 y reanudar la misma conversación sobre la hora, las distancias y el cine
con la muchacha del Dauphine.
LIBRO DE CONSULTA 309
Cienañosdesoledad
Los dos hermanos Buendía tienen relaciones con Pilar Ternera, y de éstas
nacen José Aureliano, que es educado por Amaranta y José Arcadio. Al crecer.
José Arcadio se une en matrimonio con Santa Sofía de la Piedad y finalmente es
fusilado por los conservadores.
Los hijos de José Arcadio y Santa Sofía de la Piedad son Aureliano Segundo
y José Arcadio Segundo, hermanos gemelos, y una hija a quien llaman Reme-
dios. La tradición se continúa. Aureliano Segundo se une con otra joven, Fernanda
de Carpio, pero sostiene relaciones con Petra Cotes, bella mulata a quien él
considera como su suerte y supersticiosamente le atribuye la reproducción del
ganado.
Por ese tiempo en Macondo hay sucesos importantes para la población, como
el paso del ferrocarril. Pero también sufren la invasión imperialista de las com-
pañías bananeras estadunidenses. El coronel Aureliano Buendía capitula ver-
gonzosamente con los conservadores y traiciona sus ideales firmando los tratados
de Neerlandia. Acabado, regresa al lado de su madre Úrsula donde fallece en
forma oscura, amargado por la muerte de sus hijos ilegítimos, que suman dieci-
siete y son asesinados misteriosamente.
Las hijas de Fernanda del Carpio y Aureliano Segundo son las que rompen la
tradición. Remedios (Meme) se rebela y termina siendo madre de un hijo natu-
ral, a quien también nombra Aureliano, que crece lejos de la familia. La otra hija
es Amaranta Úrsula, que se casa con Gastón y que más tarde se enamora de
Aureliano y se convierte en su amante. Ellos son el último eslabón de la familia
Buendía. Cuando Amaranta Úrsula muere, él descubre en pergaminos antiguos
que no es su hermano como lo había supuesto, sino sobrino de Amaranta Úrsula.
Macondo es destruido por un huracán y la familia Buendía se extingue “por-
que las estirpes condenadas a cien años de soledad no tenían una segunda opor-
tunidad sobre la Tierra”.
De esta excelente novela que revive y da término a un mundo tradicional
que se derrumba, y apunta la grandeza de un mundo diferente, transcribimos
trespasajes:
En el primero, el amor se simboliza en la casa. Aureliano quien está enamo-
rado de Remedios, piensa:
La vio un mediodía ardiente, cosiendo con ella en el corredor, poco después que
Meme se fue al colegio. La reconoció en el acto, y no había nada pavoroso en la
muerte, porque era una mujer vestida de azul con el cabello largo, de aspecto un
poco anticuado, y con un cierto parecido a Pilar Ternera en la época en que las
ayudaba en los oficios de cocina. Varias veces Fernanda estuvo presente y no la vio,
a pesar que era tan real, tan humana, que en alguna ocasión le pidió a Amaranta el
favor de que le ensartara una aguja. La muerte no le dijo cuándo se iba a morir ni si
su hora estaba señalada antes que la de Rebeca, sino que le ordenó empezar a tejer su
propia mortaja el próximo seis de abril. La autorizó para que la hiciera tan compli-
cada y primorosa como ella quisiera, pero tan honradamente como hizo la de Re-
beca, y le advirtió que había de morir sin dolor, ni miedo, ni amargura, al anochecer
del día en que la terminara. Tratando de perder la mayor cantidad posible de tiem-
po, Amaranta encargó las hilazas de lino bayal y ella misma fabricó el lienzo. Lo hizo
con tanto cuidado que solamente esa labor le llevó cuatro años. Luego inició el
bordado. A medida que se aproximaba el término ineludible, iba comprendiendo
que sólo un milagro permitiría prolongar el trabajo más allá de la muerte de Rebeca,
pero la misma concentración le proporcionó la calma que le hacía falta para aceptar
la idea de una frustración. Fue entonces cuando entendió el círculo vicioso de los
pescaditos de oro del coronel Aureliano Buendía. El mundo se redujo a la superficie
de su piel, y el interior quedó a salvo de toda amargura.
LIBRO DE CONSULTA 313
sin que nadie se lo creyera, que había visto al teniente leyendo con una bocina de
gramófono el Decreto Número 4 del Jefe Civil y Militar de la provincia. Estaba
firmado por el general Carlos Cortés Vargas, y por su secretario, el mayor Enrique
GarcíaIsaza,yen tres artículos de 80 palabras declaraba a los huelguistas cuadrilla
de malhechores y facultabaalejércitoparamatarlosabala.
CésarVallejo
MASA
Alfindelabatalla,
y muerto el combatiente, vino hacia él un hombre
y le dijo: “¡No mueras; te amo tanto!”
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Acudieronaélveinte,cien,mil,quinientosmil,
clamando: “¡Tanto amor, y no poder nada contra la muerte!”
Pero el cadáver ¡ay!, siguió muriendo.
Niños,
hijosdelosguerreros,entretanto,
bajad la voz, que España está ahora mismo repartiendo
laenergíaentreelreinoanimal,
lasflorecillas,loscometasyloshombres.
¡Bajad la voz, que está
con su rigor, que es grande, sin saber
que hacer, y está en su mano
la calavera, hablando y habla y habla,
lacalavera,aquélladelatrenza,
lacalavera,aquélladelavida!
¡Bajad la voz, os digo;
bajadlavoz,elcantodelassílabas,elllanto
de la materia y el rumor menor de las pirámides, y aun
el de las sienes que andan con dos piedras!
¡Bajadelaliento,ysi
elantebrazobaja,
silasférulassuenan,sieslanoche,
sielcielocabeendoslimbosterrestres,
si hay ruido en el sonido de las puertas,
318 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
sitardo,
sinoveisanadie,siosasustan
loslápicessinpunta,silamadre
España cae –digo, es un decir–
salid, niños del mundo; id a buscarla!…
III
Miguel Hernández
Miguel Hernández nació en 1910 en una casa de la calle de San Juan en Orihuela,
Alicante, en una época en que España estaba azotada por la monarquía de Al-
fonso XIII, de la dinastía de los Borbones, en esa España atrasada culturalmente
y dividida en una minoría de nobles y aristócratas –poseedores de casi toda la
península ibérica– y una inmensa mayoría de españoles desposeídos, converti-
dos en siervos de “su majestad”. Durante su infancia fue pastor de cabras,
analfabeta. Su familia, como todas las familias tiranizadas, estaba formada por
un padre déspota, una madre sufriente y tres hermanas destinadas a las tareas
domésticas. El retrato físico de Miguel lo hace él mismo cuando se define: “cara
de surco articulado”, “con una armazón de huesos fieramente desarrollados”,
“como es el hombre de nuestra tierra, seca y castellanamente”. Como todos los
hombres del campo, el primer gran amor de Miguel es la tierra que lo vio nacer,
que palpita entre sus dedos cuando él le hunde las manos, que le produce el
sustento, y donde están enterrados los suyos. Miguel es de barro, “me llamo
320 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
barro aunque Miguel me llame”, dice. Del carácter de Miguel Hernández habla
Pablo Neruda en su libro Confieso que he vivido.
*****
NANAS DE LA CEBOLLA
La cebolla es escarcha
cerrada y pobre.
Escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla,
hielo negro y escarcha
grande y redonda.
relampaguea.
Es tu risa la espada
más victoriosa,
vencedor de las flores
ylasalondras.
Rivaldelsol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor.
La carne aleteante,
súbito el párpado,
el vivir como nunca
coloreado.
¡Cuánto jilguero
se remonta, aletea,
desde tu cuerpo!
Despiértate.
Levántate.
Esgrímete.
Desencadénate.
Yérguete.
Víbrate.
Truénate.
Abalánzate.
Revuélvete.
Atorbellínate.
Sálvate.
Sálvate
330 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
Pablo Neruda
“Bajo los volcanes, junto a los ventisqueros, entre los grandes lagos, el fragan-
te, el silencioso, el enmarañado bosque chileno… Es un monte vertical: una
nación de pájaros, una muchedumbre de ojos… En la altura, como nudos
arteriales de la selva mágica, se cimbran los copihues rojos… El universo vege-
tal susurra apenas hasta que una tempestad ponga en acción toda la música
terrestre. Quien no conoce el bosque chileno, no conoce este planeta. De aque-
llastierras,deaquelbarro,deaquelsilencio,hesalidoyoaandar,yacantarpor
el mundo.” Es la voz de Pablo Neruda, el poeta del pueblo chileno.
Hijo de un obrero ferrocarrilero, Neruda nace en Parral, Chile, el 12 de julio
de 1904. Su infancia transcurre en Temuco, su adolescencia y juventud en San-
tiago. Lo nombran cónsul en Asia y llega hasta Barcelona y Madrid, donde vive
entre 1934 y 1938, época decisiva para España. “Ya había caminado bastante
por el terreno de lo irracional y de lo negativo. Debía detenerme, y buscar el
camino del humanismo, desterrado de la literatura contemporánea, pero
enraizado profundamente a las aspiraciones del ser humano. Comencé a traba-
jar en mi Canto general”, que simboliza el canto de la humanidad representado
por un millón de españoles muertos.
Neruda apoya solidariamente la Guerra Civil Española; él organizó e hizo
posible el traslado de exilados a Chile. “Es la más noble misión que he ejercido
en mi vida”, dice. Más tarde, fue embajador en México. Su ideología comunista
y su acción literaria se manifiestan enemigas del eco del fascismo europeo que
ya resuena en Chile (1946). El gobierno chileno lo persigue, lo fuerza a la vida
clandestina y al exilio. Neruda va a los países europeos, a la Unión Soviética y
a China. El poeta canta a América en su totalidad, va de las raíces hasta la rea-
lidad actual y convierte en sustancia poética y testimonial, como cronista de su
época, la presencia del continente americano. El pueblo chileno y los pueblos
de otros países lo comienzan a sentir y querer desde que publica su hermoso
libro 20 Poemas de amor y una canción desesperada en 1924, libro que mayor tiraje
ha tenido. En 1970 el Partido Comunista chileno lo postula para la presidencia
de la República, pero Neruda renuncia en favor de Salvador Allende y se soli-
dariza con la Unidad Popular que logra el triunfo electoral. Durante el golpe de
Estado que llevan a cabo los militares en Chile, muere asesinado Salvador Allende,
muchos otros intelectuales y artistas, y a 30 mil chilenos más. Neruda muere el
23 de septiembre de 1973, 12 días después del golpe fascista. En sus memorias,
Pablo Neruda define como un hecho, la esencia y razón de ser de su poesía:
LIBRO DE CONSULTA 331
20
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yanolaquiero,escierto,perotalvezlaquiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Ellossedeclararonpatriotas.
En los clubs se condecoraron
yfueronescribiendolahistoria.
Los Parlamentos se llenaron
de pompa, se repartieron
despuéslatierra,laley,
lasmejorescalles,elaire,
laUniversidad,loszapatos.
Suextraordinariainiciativa
fue el Estado erigido en esa
forma, la rígida impostura.
Lo debatieron, como siempre,
con solemnidad y banquetes,
primeroencírculosagrícolas,
con militares y abogados.
Y al fin llevaron al Congreso
la Ley suprema, la famosa,
larespetada,laintocable
Ley del Embudo.
Fue aprobada.
Eldineroparalosricos.
Paralosricoslacasagrande.
París,Parísparalosseñoritos.
El pobre a la mina, al desierto.
El señor Rodríguez de la Crota
habló en el Senado con voz
melifluayelegante.
“Estaley,alfin,establece
lajerarquíaobligatoria
y sobre todo los principios
delacristiandad.
ERA
Estallaronlosaplausos
delosbancosaristocráticos:
¡quéelocuencia,quéespiritual,
qué filósofo, qué lumbrera!
LIBRO DE CONSULTA 335
Viejosterratenientesincrustados
en la tierra cumo huesos
de pavorosos animales,
supersticiosos herederos
de la encomienda, emperadores
de una tierra oscura, cerrada
con odio y cercados de púa.
TU LUCHARÁS
NicolásGuillén
Cuba, la mayor de las islas situadas en el Caribe está separada por el Golfo de
México unos cuantos kilómetros de nuestro país. Sus puntos importantes más
cercanos son Veracruz en México y la Florida en Estados Unidos. Cuba padeció
el colonialismo español al igual que nosotros y otras naciones de América. La
Independencia de América se logra por la lucha del pueblo y el valor de hom-
bres de la talla de Antonio Maceo, Carlos Manuel de Céspedes y José Martí. Al
rompimiento de las cadenas españolas el imperio de Estados Unidos penetró de
inmediato. La isla fue saqueada en sus principales productos (azúcar, café, ta-
baco, etc.), y convertida en un apéndice de Estados Unidos. La prostitución, el
vicio y la drogadicción fueron introducidos como medio de enajenación. El
atraso del pueblo cubano se hizo alarmante. Los Estados Unidos fueron piratas
implantando un gobierno anticonstitucional, dictatorial y bárbaro a través de
Batista.
Una gran parte de la población cubana es negra y tuvo su origen en los escla-
vos traídos de África a las plantaciones norteamericanas en los mercenarios
barcos holandeses. Al negro, al mulato en general y al cubano pobre les era
negadotodo:lastierras,laescuela,lacultura,eltrabajohonrado,etc.,yseles
destinaba a los más humillantes trabajos. La unificación y el respaldo del pue-
bloalosguerrillerosdeSierraMaestraylacerteraorganizaciónyvalordeéstos,
provocó la caída de la dictadura instaurando un sistema socialista basado en la
igualdadylajusticia.
La Revolución Cubana, a pesar del bloqueo de los países de Latinoamérica
ordenado por Estados Unidos, logró planear y llevar a cabo íntegramente sus
principios. Es verdad que para la realización revolucionaria se necesita del es-
LIBRO DE CONSULTA 339
¡Ah,tierrainsular!
¡Ah,tierraestrecha!
¿No es cierto que parece hecha
sólo para poner un palmar?
Tierra en la ruta del “Orinoco”,
o de otro barco excursionista,
repletodegentesinunartista
ysinunloco;
puertos donde el que regresa de Tahití,
de Afganistán o de Seúl,
viene a comerse el cielo azul,
LIBRO DE CONSULTA 341
Meríodeti,nobledelasAntillas,
mono que andas saltando de mata en mata,
payaso que sudas por no meter la pata,
ysiemprelameteshastalasrodillas.
Me río de ti, blanco de verdes venas
–¡bien se te ven aunque ocultarlas procuras!–,
me río de ti porque hablas de aristocracias puras,
deingeniosflorecientesyarcasllenas.
¡Me río de ti, negro imitamicos,
que abres los ojos ante el auto de los ricos,
y que te avergüenzas de mirarte el pellejo oscuro,
cuando tienes el puño tan duro!
Me río de todos: del policía y del borracho,
del padre y de su muchacho,
del Presidente y del bombero.
Me río de todos; me río del mundo entero.
Del mundo entero que se emociona frente a cuatro peludos
erguidos muy orondos detrás de sus chillones escudos
como cuatro salvajes al pie de un cocotero.
Cincominutosdeinterrupción.
La charanga de Juan el Barbero
tocaunson.
—Coroneles de terracota,
políticos de quita y pon;
café con pan y mantequilla…
¡Que siga el son!
Losviejoslíderessonríen
y hablan después desde un balcón.
¡Lazafra!¡Lazafra!¡Lazafra!
¡Que siga el son!
—Cortarcabezascomocañas,
¡chas,chas,chas!
Arder las cañas y cabezas,
subir el humo hasta las nubes,
¡cuándo será, cuándo será!
Está mi mocha con su filo,
¡chas,chas,chas!
Está mi mano con su mocha,
¡chas,chas,chas!
Y el mayoral está conmigo,
¡chas,chas,chas!
Cortar cabezas como cañas,
LIBRO DE CONSULTA 343
Ylacanciónelástica,enlatarde
de zafra y agonía,
tiembla,fulgurayarde,
pegada al techo cóncavo del día.
paravivir.
Furor de los piratas de levita
que como en Sores y “El Olonés”,
frentealamiseriaseirrita
yseresuelveenpuntapiés.
¡Dramática ceguedad de la tropa,
quesiempretienelistoelrifle
para disparar contra el que proteste o chifle,
porque el pan está duro o está clara la sopa!
Cincominutosdeinterrupción.
La charanga de Juan el Barbero
tocaunson.
tienenquellevarcuchillo:
¡yofuihombre,lollevé,
y se me quedó en presidio!
¡Ay,yotedaré,tedaré,
tedaré,tedaré,
ay,yotedaré
lalibertad!
6
¡WestIndies!¡WestIndies!¡WestIndies!
Éste es el pueblo hirsuto,
de cobre, multicéfalo, donde la vida repta
con el lodo seco cuarteado en la piel.
Esteeselpresidio
donde cada hombre tiene atados los pies.
Éstaeslagrotescasededecompaniesytrusts.
Aquí están el lago de asfalto, las minas de hierro,
lasplantacionesdecafé,
losportsdocks,losferryboats,lostencents…
Éste es el pueblo del All Right,
donde todo se encuentra muy mal;
ésteeselpueblodelverywell,
donde nadie está bien.
Cincominutosdeinterrupción.
La charanga de Juan el Barbero
tocaunson.
Me matan, si no trabajo,
y si trabajo, me matan:
siempre me matan, me matan,
¡siempre me matan!
L ÁPIDA
TALLER DE CREACIÓN
351
352 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
Impulso
Formación
Realización
Una vez que se tenga la estructura de la obra, el trabajo será llevarla a cabo. Los
dos puntos anteriores han sido esencialmente interiores y subjetivos. La realiza-
ción se lleva a cabo de acuerdo con los conocimientos que tenemos del estilo
literario, las cualidades del estilo, las cualidades de la palabra, y ponerlas en
práctica; en una palabra: redactar. Evitaremos los vicios del estilo y todo lo que
consideremos que afecta nuestro trabajo. Esta es la parte del Taller de Creación
y Redacción donde vamos a trabajar junto con los demás. Aquí seleccionare-
mos las piezas del engranaje, o sea, las palabras, el modo y la forma en que nos
expresaremos en el lenguaje escrito. En otras palabras, y para repetir lo dicho;
aplicaremos adecuadamente la precisión, la concisión, la sencillez, la naturali-
dad, la originalidad y las cualidades musical, afectiva, evocativa, conceptual y
simbólica de la palabra y evitaremos la cacofonía, la repetición y la anfibología.
Participación
Muchos escritores piensan que una vez terminada la obra destinada a conver-
tirse en libro, concluye con su labor. Olvidan que su trabajo no es impersonal
sino colectivo; que no está en función de un elemento que puede ser ajeno para
muchos como es un ejemplar, sino que requiere la comunicación directa con los
lectores. El autor, podemos decir, ha dado vida a un libro pero tiene la obliga-
ción de cuidar su crecimiento. El desvincularse de él significa olvidar su res-
ponsabilidad o rehuirla. En la misma forma en que el músico, una vez terminada
su obra de composición, toma la partitura y dirige la orquesta frente a su públi-
354 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
Un poeta debe decir aquellas cosas que jamás se dirían sin él.
El escritor debe tener la posibilidad de ganarse la vida para poder existir y escri-
bir, pero en modo alguno debe existir y escribir para ganarse la vida.
El poeta deja de serlo cuando la poesía se convierte para él en un medio. El
escritor no considera en modo alguno su trabajo como un medio. Es un fin en sí;
hasta tal punto no es medio para él ni para los demás, que el escritor ofrenda en
sacrificio la ofrenda del trabajo, y cuando hace falta, su propia existencia personal.
La principalísimalibertadde la prensa consisteen no ser un oficio.El escritorque
degrada a la prensa al nivel de un simple medio material, como castigo por esta no
libertadinterna,merecelanolibertadexterna:lacensura;porlodemás,suexistencia
misma ya es para él un castigo.
LeopoldoAyala
TALLER DE REDACCIÓN
Alonso, Martín, Ciencia del lenguaje y arte del estilo, 10a. Ed., Madrid, Aguilar,
1973.
Ávila Martínez, S., Literatura española, México, Porrúa, 1973.
Ayala, Leopoldo. El Virgilio mexicano, México, 1930.
Díaz-Plaja, Guillermo. Introducción al estudio del romanticismo español, Madrid,
Espasa-Calpe, Austral núm. 1147, 1967.
Fischer, Ernst, La necesidad del arte, Barcelona, Península, 1973.
Herrera,Gali,Didácticadellenguaje,Barcelona,Teide,1971.
Lacau-Roseti, Antología, Buenos Aires, Kapelusz, 1973.
Marx, Carlos, El capital, Biblioteca del Pensamiento Socialista, México, Siglo
XXI Editores, 1975.
Mateos,Agustín,Etimologías,grecolatinasdelespañol,México,Esfinge,1970.
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Pleyan, Carmen & García L. José, Teoría literaria, 10a, Ed., Barcelona, Teide,
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Sánchez Vázquez, Adolfo, Antología. Textos de estética y teoría del arte, México,
UNAM, Lecturas Universitarias núm. 14, 1972.
357
358 TALLER DE LECTURA Y REDACCIÓN
* He transcrito los poemas de Pedro Garfias, León Felipe, Ernesto Cardenal, Efraín Huerta y
Pablo Neruda tal y como me los dijeron, cuando juntos me enseñaron a andar el camino de la
poesía.Estoenlaortografíanosenota,perosuspresenciasylasdetodoslosautoresíntegros,que
hemos citado, bastan para dar sentido a las páginas de este libro.
ÍNDICE
1. El lenguaje .......................................9
3. Lectura ........................................ 43
359
Impreso en los Talleres Gráficos de la
DireccióndePublicacionesdel
InstitutoPolitécnicoNacional
Tresguerras 27, Centro Histórico, México, DF
Junio de 2005. Edición: 1 000 ejemplares.