Está en la página 1de 4

2° Luna llena en Acuario (Luna Azul)

Rosh Levy

Para eliminar las energías negativas y atraer la fortuna.


La Luna influye sobremanera en el hombre por ser el astro más cercano a la tierra. En este sentido,
cada Luna llena representa el cierre de un ciclo, lo que la convierte en el momento ideal para
reflexionar qué metas logramos alcanzar y desechar lo que no deseamos en nuestra vida.
Esta Luna llena en Acuario, la única Luna Azul del 2021, es una Luna que, como el signo que la
rige, promueve la intuición y la independencia.
Acuario es un signo que trae originalidad, desapego, extravagancia, rebeldía e imprevisibilidad.
En esta oportunidad, la Luna llena se produce con el Sol en conjunción con la estrella más brillante
de la constelación de Leo.
Esto indica poder y éxito cuando está junto al Sol, al Ascendente o al Medio cielo de una Carta
Natal.
Esta luna es rara, además, porque es la segunda en Acuario en un ciclo lunar consecutivo.
Una energía que nos invita a romper las normas y lo establecido, a buscar la libertad y corrernos de
nuestra zona de confort.
Entonces, qué mejor que aprovechar estas tres noches del 22 al 24 de agosto, para sacar ventaja de
todo el poder de esta Luna llena para sacarnos de encima las energías negativas y atraer la
abundancia y la buena fortuna.
(No se confundan ni piensen mal, está información es parte de la Astrología Kabbalística)

https://www.youtube.com/watch?v=u21yjqMA5aw&ab_channel=MashiajEmet

Kidush Levaná, bienvenida a la Shejiná


Selección extraída del libro Nosotros y el tiempo del Rab Eliahu Kitov

El Talmud (Sanhedrín 42a) declara: «Quienquiera recita la bendición sobre la Luna Nueva en su tiempo
apropiado, da la bienvenida, como si fuera, a la Shejiná (Presencia Divina)». ¿Cuál es la relación
entre Kidush Levaná (la santificación de la Luna Nueva) y el recibimiento de la Shejiná? Nuestros Sabios
han ofrecido varias explicaciones al respecto:
Maharshá explica que actualmente, en el exilio, no podemos ascender a Jerusalén para estar en presencia
de la Shejiná como lo hacíamos en la época de las Festividades de peregrinación cuando el Gran Templo
estaba en pie. Sin embargo, nunca hemos dejado de añorarlo, y siempre que observamos la luna en su
renovación recordamos la promesa de Di-s de que también nosotros seremos renovados y volveremos a
tener el privilegio de ascender y ser vistos en presencia de la Shejiná. Como dijeron nuestros Sabios:
«Quien tenía intenciones de realizar una mitzvá pero no pudo llevarla a cabo debido a circunstancias de
fuerza mayor, se considera como si la hubiera cumplido». De esta forma, cuando salimos para ver la
renovación de la luna y recitar la bendición sobre ella, nuestros pensamientos internos se concentran en
nuestra propia renovación y el regreso al servicio en el Beit HaMikdash  -donde reposa la Shejiná-. Por lo
tanto, se considera como si hubiéramos dado la bienvenida a la Shejiná.
Levush escribe: «Puesto que en [el ciclo mensual de] la luna observamos el poder de Di-s en un grado
mucho mayor que en cualquiera de los demás cuerpos celestes [cuyos movimientos no evidenciamos], el
hecho mismo de salir a observar las acciones de Di-s y la grandeza de Sus actos es dar la bienvenida a
la Shejiná una vez al mes».
Los comentaristas posteriores agregaron otras explicaciones esotéricas. El término Shejiná alude a la
presencia del espíritu de Di-s y a la manifestación de Su gloria dentro del accionar humano y las leyes de la
naturaleza. A ello hace alusión el versículo (Exodo 25:8) que expresa: Y moraré entre ellos -o sea, dentro de
sus acciones-. Aunque el judío coma y beba, are en el período de arado de la tierra, siembre en la época de
siembra, y coseche en la de la cosecha, la Shejiná mora dentro de todas sus acciones pese a no parecer
distintas a las del resto de los hombres. ¿Cuándo ocurre esto? Cuando la persona confía y sabe en su
interior que todo proviene de Di s.
Pero si piensa -Di-s no lo permita- que sus posesiones son el resultado del esfuerzo propio, y que todo
proviene de la naturaleza y la influencia de las estrellas, ocasiona que la Shejiná se aleje. Así, cuando el
pueblo de Israel sale a bendecir a Di-s por la renovación de la luna que reaparece gracias a Su mandato,
ofrece testimonio, sobre sí mismo y sobre el mundo entero, de que toda la naturaleza y las obras del
hombre provienen solamente de Di-s y nada existe fuera de El. Y por eso es digno de merecer que
la Shejiná more en todas sus acciones.
La bendición que recitamos por la renovación de la luna recibe el nombre de Kidush Levaná -literalmente,
«santificación de la luna»-(Sidur, pág. 238). Aunque el texto de esta berajá habla de la renovación de la luna
por parte de Di-s y no de la santificación, nos referimos no obstante a ella con este término, santificación –
kidush-, en conmemoración a la consagración de los meses llevada a cabo por el beit dinen la antigüedad.
En las comunidades sefardíes, sin embargo, esta berajáse denomina Birkat HaLevaná -la Bendición de la
Luna-.
Dando la bienvenida a la Shejiná
Puesto que el Kidush Levaná se considera un acto de bienvenida a la Shejiná -a diferencia de otras berajot–
requiere ser recitado de pie, en momento de júbilo, en público, y vistiendo ropas finas, como si la persona
saliera al encuentro de un rey.
No se recita Kidush Levaná antes de haber pasado tres noches y tres días completos desde
el molad («nacimiento de la luna»). Algunas autoridades sostienen que la luna no debe santificarse sino
después de transcurridas siete noches y siete días completos. Esta berajá puede decirse hasta mediados
del mes, es decir, hasta el momento intermedio entre ese molad y el siguiente, pues en ese período la luna
está en proceso de renovación, alcanzando su plenitud.
El Talmud (Sofrím 20) expresa: La bendición sobre la Luna Nueva debe recitarse en motzaéi
Shabat (sábado a la noche), cuando la persona se encuentra de buen ánimo y elegantemente vestida.
Entonces alza su mirada hacia la luna, junta sus pies, y recita la bendición.
Muchos siguen la costumbre de recitar Kidush Levaná en cualquier noche de la semana en lugar de esperar
hasta motzaéi Shabat, en cumplimiento del principio: «Las personas diligentes realizan las mitzvot en la
primera oportunidad que se les presenta». Otros aguardan hasta motzaéi Shabat, a no ser que esta ocasión
sea recién después del décimo día del mes. Durante los meses de invierno, se recomienda no esperar
hasta motzaéi Shabat  para recitar Kidush Levaná, pues el cielo puede nublarse y ello impedirá recitar la
bendición.
En el mes de Siván, Kidush Levaná se recita en motzaéi Shavuot  (al terminar Shavuot) para unir de ese
modo la bendición con la alegría de la Festividad.
Incluso si se recita la bendición en un día regular de la semana y no en motzaéi Shabat, es apropiado vestir
ropas finas en honor a esta mitzvá y purificar su espíritu y corazón antes de dar la bienvenida a la Shejiná.
Durante el mes de Av, debido al espíritu de duelo predominante, no se recita Kidush Levaná antes del día 9
del mes (Tishá beAv). La costumbre es decirlo al finalizar el ayuno del 9 de Av, luego de haber comido algo.
Análogamente, en razón de la angustia que sentimos por nuestros pecados antes de que sean perdonados,
en el mes de Tishrei no decimos Kidush Levaná antes de Iom Kipur. Esperamos a que finalice el ayuno y lo
recitamos al salir de la sinagoga, antes de comer [aunque algunos acostumbran comer antes de decir
esta berajá]. Sin embargo, en muchas comunidades, la costumbre es recitar Kidush Levaná antes de Iom
Kipur para que la persona sume más méritos antes de su juicio.
De acuerdo a la opinión del Gaón de Vilna, no se debe esperar hasta después de Tishá BeAv o Iom Kipur
para recitar Kidush Levaná, sino que se hace no bien es posible, en consonancia con el principio: «Las
personas diligentes cumplen las mitzvot en la primera oportunidad que se les presenta»; y ésta es la
costumbre que siguen muchas sinagogas de Jerusalén.
Se debe procurar recitar Kidush Levaná en presencia de un minián (quórum de diez hombres), en
cumplimiento del versículo (Proverbios 14:28): La gloria del Rey se encuentra entre las multitudes.
Al recitar Kidush Levaná, la persona no debe permanecer debajo de un techo ni observar la luna a través de
una ventana o una puerta abierta. Por el contrario, debe salir, como si fuera a recibir a un rey. Sin embargo,
si le resulta difícil abandonar su casa, puede recitar la berajá adentro, siempre que la puerta o la ventana
permanezca abierta y nada se interponga entre sus ojos y la luna. Si el vidrio está limpio y se puede ver a
través de él claramente, está permitido recitar la bendición sin abrir la ventana en caso de no poder hacerlo
debido al frío u otras causas.
Aunque no se debe decir Kidush Levaná en Shabat [viernes por la noche] ni en las Festividades, si la
persona no podrá recitarlo en la noche siguiente [por ejemplo, si Shabat o la Festividad es la última noche
del mes en que se puede decir], lo puede hacer en ese momento.
Las mujeres no recitan Kidush Levaná.
Antes de recitar la berajá deben juntarse los pies y mirarse una vez la luna. Luego no se la debe volver a
observar, pues no es a ella que estamos rezando, sino a Quien la creó.
En algunas comunidades es costumbre cantar y bailar luego de Kidush Levaná.
 

Rab Eliahu Kitov


Bircat HaLevaná - Bendición de la
Luna
http://www.shalomhaverim.org/bircat_halevana.htm

También podría gustarte