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Asignatura: Administración
Trabajo en grupo
N°1
Integrantes:
Yurian Reyes 8-1013-841
Claudia Flores 8-1003-82
Mayelis Gracia 8-1005-2386
Vladimir Flores 8-1007-913
Darío Bonilla 1-752-2213
Grupo: 9II121
En este enfoque, se considera que los trabajadores son recursos que deben ser
utilizados de manera eficiente y que la gestión de la empresa debe estar enfocada
en la maximización de la producción y la eficiencia en lugar de en la satisfacción
de los empleados.
CONCEPTO DE LA ADMINISTRACIÓN
La administración científica es una corriente del conocimiento, también llamada
taylorismo, que une al sector empresarial con la investigación científica. Surgió a
raíz de una monografía publicada en 1911 por Frederick Winslow Taylor, que
estableció los principios de la organización para las empresas industriales.
También podemos definirla como una metodología que tiene su base en métodos
y leyes científicas que permiten aprovechar, de una mejor forma, la jornada laboral
evitando pérdidas de tiempo y dinero en el proceso de producción.
El nombre de administración científica se debe a la aplicación de métodos de la
ciencia a los problemas de la administración empresarial, con el objetivo de
alcanzar una mayor eficiencia en la producción industrial. Los principales métodos
científicos aplicables a los problemas de la administración son la observación y la
medición de resultados.
IMPORTANCIA DE LA ADMINISTRACIÓN
La administración científica es importante porque
con el empleo de sus métodos de dirección por
medio de sus principios y técnicas, se logra que
muchas empresas alcancen su finalidad económica y otras organizaciones
alcancen sus objetivos
Según José Antonio Fernández arenas la administración es importante porque es
una ciencia social que persigue la satisfacción de objetivos institucionales por
medio de un mecanismo de operación y a través del esfuerzo humano.
La administración científica ayuda a que la productividad de las empresas sea
eficiente.
Objetivo
Su objetivo fundamental es alcanzar los niveles máximos de productividad y, por lo
tanto, de prosperidad. Para ello se enfoca, entre otros puntos, en potenciar la
preparación y entrenamiento de los trabajadores, de forma que cada cual se
vuelva más eficiente y competitivo.
Este esquema no promueve que los empleadores o empresarios alcancen sus
cuotas de producción a corto plazo, sino que presupone que, mediante la
implementación de esta teoría, logrará el desarrollo de todas las áreas y
componentes de su empresa. Esto permitirá alcanzar sólidos niveles de
prosperidad en el futuro.
Para el empleado, la implementación de este método no significa alcanzar salarios
elevados en un corto período de tiempo, pero sí promueve e incentiva al
trabajador a ser mejor en su profesión. A ser más productivo, a formarse y
superarse cada día y a aprovechar al máximo su tiempo de producción. Todo ello
manteniendo altos estándares de calidad y eficiencia.
Taylor argumentó que el objetivo principal de la administración debía ser el
asegurar la máxima prosperidad para el empleador, aunado a una máxima
prosperidad para cada empleado.
Tuvo que abandonar la carrera de derecho, porque presentó problemas visuales que le
impedían realizar bien sus labores en ese campo. En el año 1875, decidió comenzar a
trabajar como obrero en una fábrica siderúrgica de Filadelfia, donde aprendió de cada uno
de los procesos siderúrgicos. Su excelente desempeño y aprendizaje, hicieron que
Frederick Taylor diera un paso hacia adelante en sus labores, ya que tiempo después
empezó a dirigir un taller de máquinas. En su nueva labor, comenzó a realizar
observaciones detalladas en las labores realizadas por los trabajadores encargados de
cortar metales. En base a sus observaciones, surgió la idea de analizar el trabajo,
dividiendo cada proceso en pequeñas tareas más simples, las cuales tenían un
determinado tiempo de ejecución, con el que se les exigía a los trabajadores realizar cada
tarea en el tiempo establecido.
“Siempre existe un método mejor para hacer cualquier cosa”. Frederick Taylor
El análisis del trabajo hecho por Taylor permitió disminuir en gran cantidad los tiempos
muertos en los movimientos hechos por los obreros, y en los cambios de procesos que
involucraban además cambios de herramientas. También estableció, un salario por pieza
fabricada, en relación con el tiempo estimado empleado, el cual era una motivación para
mejorar el ritmo de trabajo. Esta estrategia ayudó a ir acabando poco a poco con la
disputa entre trabajadores y jefes, por los estándares de productividad.
Taylor pudo haber disfrutado de una brillante carrera como inventor en Midvale (tenía más
de 40 patentes en su haber), pero su interés por la administración científica lo llevó a
renunciar. De 1890 a 1893 fue gerente general de la Manufacturing Investment Company.
En el año 1893, Taylor abrió su propio consultorio independiente en Filadelfia.
Frederick Taylor se formó como ingeniero estudiando de noche, ya que en el día trabajó
en la conocida empresa siderúrgica de Pennsylvania Bethlehem Steel Company, donde
buscó potencializar su método de análisis del trabajo entre los años 1898 y 1901, para
aplicarlo en su taller. Formó un equipo de trabajo con el que planteó y desarrolló sus
métodos, complemento sus ideas innovadoras con otros inventos y publicó en el año
1911, su libro más destacado titulado “The Principles of Scientific Management”
(Principios y métodos de gestión científica), donde se enfocó en la defensa de la
organización científica del trabajo.
Para finales del siglo XX, en la segunda etapa de la revolución industrial, el taylorismo y la
organización científica del trabajo lograron una amplia expansión por Estados Unidos, la
cual estaba respaldada por varios empresarios industriales, los cuales esperaban una
posibilidad de que ese método, hiciera crecer los controles de sus procesos de los
trabajos que desempeñaban; y simultáneamente aumentaban la productividad empleando
obreros no calificados, para procesos manuales más simplificados y repetitivos.
Taylor se jubiló a los 45 años de edad, pero siguió dedicando su tiempo y dinero a
promover los principios de la administración científica a través de conferencias, libros y
sociedades profesionales. En el año 1906 la American Society of Mechanical Engineers
nombró su presidente. Más tarde, ese año, la Universidad de Pensilvania le otorgó un
doctorado honoris causa.