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Toxicología General

Elizabeth Hidalgo Filipavichi Ph.D.


Dr. Javier López Hidalgo

TRATAMIENTO DE LAS INTOXICACIONES

1. INTRODUCCIÓN
Una de las competencias que se pretende lograr en el estudiante de la Carrera de Bioquímica en particular
y en todos los del área de la salud en general es el tratamiento de las intoxicaciones agudas, crónicas y
recidivantes; evidentemente, el aspecto de la prevención de las mismas es la máxima competencia
deseada.

En capítulos anteriores se había remarcado que las vías de contacto y de absorción de los tóxicos pueden
categorizarse desde una de las perspectivas de la especialidad en dos: la oral y la parenteral; la última
incluye inclusive la rectal. Las intoxicaciones más frecuentes se encuentran relacionadas con la vía oral,
ello condicionado por los accidentes, las contaminaciones de alimentos o la ingesta voluntaria de
medicamentos y de otros xenobióticos.

2.TRATAMIENTO INTOXICACIONES AGUDAS POR VÍA PARENTERAL

Santa Cruz al igual que varias regiones agrícolas de Bolivia se encuentra inmersa en el aspecto de las
intoxicaciones con plaguicidas y otros productos agroquímicos como los fertilizantes y abonos; los
mencionados agentes, mayoritariamente, de forma involuntaria, accidental y por razones de ignorancia e
incumplimiento de las diversas normas y recomendaciones de las instituciones normalizadoras e inclusive
importadoras y comercializadoras de dichos productos, se provoca una gama diversa de intoxicaciones
por vía parenteral. Uno de los fenómenos que muy a menudo se observa en el Hospital Viedma de
Cochabamba, en el de Villa Tunari, en el Hospital Universitaria Japonés de Santa Cruz y en otros de éste
último departamento se encuentra relacionado con las intoxicaciones con plaguicidas en obreros o
“fumigadores” o jornaleros o peones que esparcen o dosifican o aplican el agente agroquímico como los
plaguicidas desde una “mochila casera” muchas veces de recipiente de arcilla o de plástico que no cuenta
con un cierre hermético y va directamente en contacto con el dorso descubierto del individuo; por
consiguiente a través de la piel y de las vías áreas se irá produciendo el fenómeno de la absorción con su
posterior distribución e interacción con el sistema o células o molécula diana del tóxico. El intoxicado
muchas veces, en su ingenuidad e ignorancia acepta que su malestar fisiológico se debe al cansancio o al
calor de estas zonas agrícolas, por lo que junto a sus compañeros o familiares decide dormir y muchas
veces frente a dosis letales, el paciente morirá o será trasladado en condiciones terminales a un centro
médico, que dicho de paso, rara vez cuenta con un equipo de antídotos y antagonistas específicos.

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En consecuencia, el tratamiento o la prevención de este tipo de intoxicaciones se consigue, en principio


con el uso del equipo correspondiente de protección personal para evitar el contacto directo con los
plaguicidas. Básicamente, para evitar absorciones posteriores al contacto, debe quitarse la vestimenta
impregnada con el tóxico y procederse al baño o lavado del cuerpo con abundante agua y jabón normal;
ello en virtud a que muchos de los plaguicidas empleados en la actualidad en nuestra región pertenecen al
grupo de los ésteres de fosfato, por consiguiente lábiles frente a los agentes alcalinos.

En relación a las contaminaciones o contactos con ácidos o bases a nivel de la piel, por ejemplo en los
laboratorios académicos o en la industria, se insiste en primer lugar, adsorber con un papel o franela el
agente, seguidamente, debía buscarse la neutralización con sustancia alcalina si el tóxico es un ácido,
para finalizar con el lavado abundante con agua.

Se insiste que las personas en contacto con sustancias químicas como en los laboratorios universitarios,
de la industria y de los hospitales deben contar con un servicio de ducha en los pasillos que puedan ser
accionados con una simple palanca de una simple apertura. Se aprovecha la oportunidad para remarcar
que los reactivos y otros agentes semejantes, particularmente los líquidos no deben ser almacenados en
vitrinas, estantes o mesones en alturas diferentes a la del piso.

3.TRATAMIENTO INTOXICACIONES AGUDAS POR VÍA ORAL

Este tipo de intoxicaciones son observadas con mayor frecuencia en niños o en personas que cuentan con
personalidades psicopatológicas o con alguna enfermedad psiquiátrica o en ancianas que confunden los
xenobióticos. En estas circunstancias, debe seguirse con el protocolo famoso del “ABC” de gran
aplicación en otras especialidades también; es decir mantener constantes los parámetros vitales antes que
eliminar el tóxico.

3.1.PARÁMETROS VITALES CONSTANTES

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En principio, debe verificarse la permeabilidad de las vías áreas (A), muchas veces, los niños y los
ancianos presentaban dificultad en la respiración por esta situación y no por la acción de tóxico. Los niños
por ejemplo a través de la manipulación de objetos extraños como juguetes, canicas, semillas, frutos
vegetales y los ancianos mayoritariamente, por su piezas dentarias protésicas. Con la finalidad de
favorecer la respiración (B), se procede a la aireación, respiración de boca a boca o en el centro médico a
la oxigenoterapia, que en determinados casos supondrá que sea hiperbárico, esto es que vaya
acompañado con CO2 al 10%; es de vital importancia, dominar las situaciones excepcionales donde no
debe aplicarse la oxigenoterapia por el riesgo de edema agudo de pulmón que conlleva dichas situaciones
vinculadas con productos clorados por ejemplo.

La frecuencia cardíaca (C) es otro de los parámetros a observa r, conservar o recuperar, en determinadas
situaciones deberá recurrirse al masaje cardíaco o inclusive el uso de aminas vasoactivas.

3.2.ELIMINACIÓN DEL TÓXICO

Una vez que se haya estabilizado al intoxicado, se puede proceder a eliminar o extraer el tóxico del interior
del individuo. Para ello debe distinguirse dos fracciones del tóxico, el que aún se encuentra en el
estómago o intestino u otro compartimento del tubo digestivo y el que ya haya llegado al torrente
sanguíneo (absorbido).

3.2.1.FRACCIÓN NO ABSORBIDA

Esta porción es la que teóricamente se encuentra en el estómago u otro sector del tubo digestivo, en este
contexto, debe distinguirse dos protocolos: cuando el paciente se encuentre conciente y en el otro no lo
esté.

3.2.1.1. INDIVIDUO CONSCIENTE

En este caso puede procederse a la inducción del vómito por medios mecánicos como el dedo o un baja-
lenguas; por otra parte, se emplea agentes químicos por vía oral o parenteral; en el primer caso el jarabe
de ipecacuana obtenido del extracto del vegetal Cephaelis ipeca en una dosis de 30 ml o en niños
mayores de 6 meses 15 ml. Por vía parenteral suele aplicarse apomorfina.
3.2.1.2. INDIVIDUO NO CONSCIENTE

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Cuando el intoxicado no se encuentra consciente, evidentemente, no debe practicarse la inducción al


vómito por el riesgo del broncoaspirado con su consiguiente riesgo de neumonía química y probable
muerte. En este caso, se recurre al lavado gástrico con sonda nasogástrica. En primera instancia se
retira el tóxico, para posteriormente, llevarse a cabo una dilución y posterior remoción o retirada de la
disolución fisiológico empleada para dicho cometido.

En los dos últimos subtítulos suele emplearse carbón activo con la finalidad de conseguir un fenómeno de
superficie, es decir que el tóxico se adhiere al carbón activo o este al tóxico, siempre con la finalidad de
reducir la absorción del tóxico. También, se puede emplear agentes laxantes de naturaleza oleosa como
el aceite de ricino siempre y cuando se trata de tóxicos de naturaleza hidrofílica. Los de naturaleza
mineral como el sulfato de magnesio son administrados cuando se sospecha de tóxicos liposolubles.

3.2.2.FRACCIÓN ABSORBIDA

Cuando pasaron más de 60 minutos tras la ingestión, para la mayoría de tóxicos, puede sospecharse que
una fracción de la dosis administrada se encuentra en torrente sanguíneo, evidentemente, cada minuto
distribuyéndose por todo el cuerpo, en mayor proporción en la biofase con la que guarda gran afinidad
química. Para eliminar esta fracción suele recurrirse a los siguientes procedimientos:

3.2.2.1.DIURESIS FORZADA

Suele obtenerse a través de la administración de disoluciones fisiológicas por vía intravenosa disolviendo
sustancias ácidas como el ácido ascórbico cuando el tóxico en cuestión es de pH básico, mientras que se
administrará bicarbonato cuando el tóxico sea de pH ácido.

3.2.2.2.HEMODIÁLISIS

Esta metodología con seguridad al igual que las siguientes serán practicadas en hospitales o centros que
gozan de un presupuesto acorde y por supuesto que cuenten con el personal capacitado en número
suficiente.

3.2.2.3.HEMOTRANSFUSIÓN
3.2.2.4.DIÁLISIS PERITONEAL

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4.TRATAMIENTO PROPIAMENTE DICHO


4.1.FARMACOTERAPIA

En este apartado se distinguen cuatro grupos: los antídotos, antagonistas, sintomáticos y de reemplazo o
sustitución. En toxicología especializada tratamos con detalle cada uno de estos grupos.

4.2.DIETOTERAPIA
4.3.FISIOTERAPIA
4.4.PSICOTERAPIA

5.PREVENCIÓN

La prevención es una de las competencias generales e inclusive cumbre del profesional de salud. En
concordancia con este punto, cada uno de los miembros del equipo de salud, es capacitado
convenientemente, en el capítulo de la bioseguridad, del manejo de residuos de diferentes centros o
puntos de generación de los mismos. El uso racional de todo producto con diferentes formas de
presentación será practicado solamente con la difusión y socialización de información específica, siendo el
profesional e inclusive el estudiante de Bioquímica el que debe constituirse en el agente activo de
propagación y cambio de actitud frente a las posibles fuentes etiológicas de intoxicaciones y
contaminaciones.

Por la importancia que adquiere cada vez más la especialidad de la toxicología, en otros países como los
de la Unión Europea, desde finales de los años 90 han acordado en incluir la asignatura de toxicología en
todos los planes de estudio de todas las carreras universitarias, en algunas por el perfil profesional como
asignatura fundamental, en otras, complementaria y en otras en categoría de opcional.

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