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Protocolo de Sentencias
Nº Resolución: 354
Año: 2021 Tomo: 12 Folio: 3495-3507
EXPEDIENTE SAC: 1818045 - - VALLE DE ZAZU, MARIA ALEJANDRA - CAUSA CON IMPUTADOS
En la ciudad de Córdoba, a los veintitrés días del mes agosto de dos mil veintiuno, se
constituyó en audiencia pública la Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia, presidida por
la señora Vocal doctora Aída Tarditti, con asistencia de los señores Vocales doctores
Sebastián Cruz López Peña y María Marta Cáceres de Bollati, a los fines de dictar sentencia
en los autos “VALLE DE ZAZU, María Alejandra p.s.a. estafa procesal en grado de
tentativa –Recurso de Casación-” (SAC 1818045), con motivo del recurso de casación
interpuesto por los doctores Claudia Oddone y Luis Alberto Quiroga Amuchástegui, en
representación del querellante particular y actor civil Enrique Guillermo Reimers, en contra
de la Sentencia número noventa y dos, dictada en fecha primero de octubre de dos mil
Seguidamente la señora Presidente informa que las cuestiones a resolver son las siguientes:
3) ¿Se han impuesto indebidamente las costas en un cincuenta por ciento al actor civil en
A LA PRIMERA CUESTION
ciudad de Villa Dolores, en lo que aquí interesa, resolvió: “…II. Absolver parcialmente a
María Alejandra Valle De Zazú, ya filiada, por el hecho nominado primero, calificado como
tentativa de estafa procesal que como autora se le atribuía (arts. 45, 172 y 42 del CP), con
costas a cargo del querellante particular (arts. 550 y 551 del CPP)… IV. Hacer lugar
Alejandra Valle De Zazú, a pagar, en concepto de daño moral, en el término de quince días
de quedar firme la presente resolución, la suma de ciento cincuenta mil pesos ($ 150.000),
suma que devengará un interés, a partir del día de la fecha y hasta su efectivo pago,
equivalente a la tasa pasiva promedio mensual que publica el Banco Central de la República
Argentina más el dos por ciento (2%) nominal mensual, imponiendo las costas, atento el
resultado obtenido, en un porcentaje del cincuenta por ciento a cargo del actor civil y en
igual proporción a la demandada civil (arts. 130 y 132 del CPCC)…”(f. 779 y vta.).
II.Contra dicha resolución interponen recurso de casación los doctores Claudia Oddone y
Luis Alberto Quiroga Amuchástegui, en representación del querellante particular y actor civil
Señalan que la impugnación se dirige con relación al hecho nominado primero, calificado
como tentativa de estafa procesal, con relación al cual se dispuso la absolución parcial de
María Alejandra Valle de Zazú, como asimismo, en relación a lo resuelto respecto del daño
A continuación, exponen argumentos para sostener que se encuentran dadas las condiciones
a) Como primer agravio, afirman que en la resolución se han aplicado incorrectamente los
arts. 94, 550 y 551 del CPP, en relación al art. 130 CPC, al imponerse las costas al
Encuadran dicho planteo en el motivo sustancial de casación, señalando que así corresponde
de acuerdo a la doctrina de esta Sala sentada, entre otros precedentes, en “López”, S. nº 395
Exponen que el tribunal ha efectuado una indebida aplicación de las costas al querellante, en
cuanto no ha valorado que han existido motivos para litigar, sin realizar al respecto una
correcta aplicación de las normas citadas al caso concreto (f. 787 vta.).
Indican que tales motivos quedan evidenciados cuando el Ministerio Público imputó a la
acusada por el primer hecho, y se elevó la causa a juicio por ese hecho, habiendo el fiscal de
cámara mantenido esa acusación en sus alegatos, entendiendo suficientes las pruebas en
En ese sentido, destaca que incluso el querellante particular realizó una acusación menor que
el Ministerio Público, en tanto lo hizo por un solo delito continuado y no por dos hechos en
Asimismo, resalta que el querellante no generó costas de modo independiente a las generadas
hecho no es razón suficiente para imponerle las costas, siendo que se terminó condenando a la
imputada por una parte de esa trama delictiva que el fiscal acusó por separado y que el
En esa dirección, resaltan que habiendo sido la imputada condenada por una parte de esa
trama delictiva, resulta innegable que el querellante tuvo razones para litigar, en cuanto el
plan de la encartada de hacerse ilícitamente del loteo de lago azul, quedó comprobado tal
el momento en que se terminó acreditando que comenzó a ejecutarse ese plan delictivo (f. 788
vta.).
En orden a ello, exponen que no puede hacerse responsable a la querellante particular de una
división de la trama delictiva que dicha parte no efectuó, aplicándosele costas, en base a la
división que efectuó el Ministerio Público Fiscal, por un primer tramo del hecho en que se
A ello añade, que no puede obviarse que la absolución por ese primer tramo del mismo hecho
por el que formuló acusación la querellante, fue dictada por el beneficio de la duda, lo cual se
agrega como otra razón más que sustenta que dicha parte tuvo razones para litigar (f. 789).
Sostienen al respecto que no cabe imponer las costas al querellante particular, cuando el
imputado es absuelto por aplicación del principio in dubio pro reo, recordando los recurrentes
que, en este sentido, en el caso el tribunal ha afirmado que los elementos probatorios
incorporados no son suficientes para superar el estado de duda y generar la certeza positiva
sobre la existencia de uno de los extremos requeridos por el tipo penal, cual es el dolo en su
Exponen que no puede obviarse así que quedó acreditado que el hecho existió (interposición
efecto por ser simulado) y fue cometido por la imputada (quien interpuso la demanda y
realizó todos los actos jurídicos a tal fin), absolviéndosela solo por la posibilidad de ausencia
de dolo, dado que existe duda sobre que pudo haber creído, como ella expresó en su defensa,
Sostienen que en ese escenario resulta totalmente razonable la convicción del querellante
Afirman así que en la presenta causa y con relación al hecho primero –según acusación fiscal-
CPC), que debieron conducir a la aplicación de la excepción al principio del art. 94 del CPP y,
Al respecto, señalan que el tribunal aplica indebidamente la norma precitada, en cuanto ésta,
al expresar que “en caso de sobreseimiento o absolución podrá ser condenado por las costas
que su intervención hubiere causado”, presenta un evidente carácter potencial, al disponer que
el querellante “podrá” y no que “deberá” ser condenado en costas en esos casos (ff. 790
vta./791).
A su vez, recuerdan que el art. 551 del CPP dispone que el tribunal podrá ordenar la
eximición total o parcial de costas cuando hubieren existido razones plausibles para litigar (f.
791).
A ello añaden, que no se ha observado a lo largo del proceso ningún tipo de conducta de
abuso procesal por parte del querellante particular, como tampoco signos de algún interés de
su parte por perjudicar indebidamente a la imputada Valle de Zazú, ni menos aun que esta
Ministerio Público Fiscal también formuló acusación sobre la misma base fáctica, haciéndolo
incluso por dos hechos en concurso real, y no por un solo delito continuado como lo hizo el
A su vez, ponen de relieve que la presente causa se ha caracterizado por una complejidad
fáctica y jurídica evidente, que permite observar, una vez más, que el querellante tuvo razones
plausibles para litigar, por cuanto tenía serias expectativas para considerar que tenía derecho a
Citan jurisprudencia de la Sala que entienden que avala la posición antes sostenida (“López”,
S. nº 395, del 2/8/2017; “Allasia” S. nº 32, del 12/3/2014; “Marcantonio”, S. n° 214, del
específicas circunstancias del caso, que ameritaban imponerlas por su orden, con relación al
previsto en el inc. 2º del art. 468 del CPP, los recurrentes plantean que en la sentencia se han
violado también los principios de razón suficiente al imponerse las costas al querellante
En este sentido, afirman, en primer lugar, que es contrario al principio de razón suficiente y
consideración del evento –tanto por el fiscal como por el tribunal, como si se tratara de dos
hechos separados en concurso real, cuando dicha parte no denunció esa separación sino un
único delito continuado que formó parte de un mismo y único plan delictivo. Afirman que, de
ese modo, se está cargando al querellante con una actividad jurisdiccional que no solicitó y,
En ese sentido, destacan que no es lógico, ni legal, hacer cargar al querellante por las costas
ocasionadas por la actividad procesal del fiscal, al dividir el hecho denunciado como un solo
A ello agregan, que se ha omitido considerar que el querellante, en ese contexto, ha tenido
evidentes motivos fundados para litigar, tal como lo demuestra la condena dictada con
Resaltan, además, que no se han valorado integralmente las actuaciones, señalando que esa es
la única manera de realizar una justa calificación legal de la parte vencida en el conflicto,
afirmando que en el caso se han impuesto las costas al querellante particular sin una
las excepciones de falta de legitimación en contra del querellante y actor civil, también
rechazadas), que no han sido tenidas en cuenta al momento de calificar la parte vencida en el
proceso, atribuyéndose esa calidad al querellante particular de manera automática, por el solo
dictado de la absolución parcial con relación al hecho nominado primero (ff. 795 vta./796).
Citan jurisprudencia de esta Sala (“Querella presentada por Zambrana”, S. nº 453, del
10/10/2017) que afirman que avala lo previamente expuesto, al indicar que la condición de
vencido no sólo se relaciona con el resultado final del pleito, sino también con las diversas
En suma, afirman que un análisis del derrotero integral del presente juicio muestra claramente
a la imputada como la parte vencida, análisis que afirman que ha sido omitido por el tribunal a
la hora de imponer automáticamente las costas a la parte querellante por el hecho primero (f.
796 y vta.).
III. Por dictamen “P” n° 486, de fecha 9 de septiembre de 2020, el Fiscal Adjunto de la
Provincia de Córdoba, doctor Pablo Bustos Fierro, se notifica del recurso de casación
impetrado por los apoderados del querellante particular y actor civil, Enrique Reimers,
resultan de aplicación al caso las normas que imponen al Ministerio Público mantener o no el
recurso deducido –arts. 464 y 471 del CPP- desde que las agravios casatorios giran
IV.1.Esta Sala tiene dicho que la potestad de distribuir las costas configura en principio una
facultad privativa del tribunal de juicio, que solo puede ser controlada por el tribunal de
nº 26, 18/10/1995, “Mercado”; S. nº 59, 18/12/1996, “Frioni”, entre otros). Ahora bien, para
En ese orden, se ha señalado que integran el marco normativo las siguientes reglas:
a) La disposición que define el contenido de las costas (art. 553, CPP), incluyendo la
reposición del papel sellado o reintegro del empleado, impuestos, honorarios y otros gastos
que se hubieren originado durante la tramitación del proceso. En la medida que la regla citada
b) Las disposiciones que regulan la imposición y exención de costas (arts. 551 y 552, CPP), en
la medida que individualizan obligados y exentos al pago de las costas, también deben ser
c) Las disposiciones que establecen el modo de actuación del tribunal, tal como la que
prescribe que la eximición de costas deberá ser fundada (art. 130, in fine, y al que remite el
art. 551, CPP) y las que establecen la obligación de motivar lógicamente las sentencias (art.
142 y c.c., CPP), que constituyen normas procesales (TSJ, Sala Penal, S. n° 44, 20/4/1999,
“Cover”).
Se ha explicado al respecto, que a los fines del encuadre casatorio del agravio traído en
materia de costas, por ley sustantiva no sólo se debe entender la ley penal o civil, por
de una ley sustantiva o de una ley procesal, sino que depende del efecto sustancial o de fondo
Penal” -Anotado- ed. Córdoba, 1986, 464, nota 2 al art. 490 del C.P.P., Ley 5.154 idem CPP,
Ley 8.123, art. 468; TSJ, Sala Penal, S. n° 66, 7/11/1997, “Garrido”; S. n° 3, 13/2/1998,
En tal inteligencia, el artículo 130 del CPC -aplicable por remisión del artículo 551, segundo
párrafo, del CPP- en tanto define al sujeto obligado al pago de las costas, en base al principio
través de la vía del primer inciso del artículo 468 del rito penal.
Del mismo modo, el artículo 94 del CPP, al regular en forma especial la materia cuando
interviene un acusador privado, también debe ser considerada una norma sustantiva y por ello,
bajo dicho motivo (art. 468 inc. 1°, CPP) será analizado el reproche traído por los quejosos,
IV.2.Esta Sala ha sostenido que el principio general que emana de los artículos 551 del CPP y
130 del CPCC, es que las costas se imponen al vencido, esto es, a quien obtiene un
tribunal a eximir total o parcialmente de las costas al condenado a su pago, debiendo, en ese
supuesto, motivar su decisión para apartarse del principio objetivo de la derrota, en criterios
debe ser admitida restrictivamente (arts. 551, 1° párrafo, in fine del CPP; 130, in fine del
CPCC).
En tal sentido, de modo mayoritario la doctrina ha interpretado que tal eximición no significa
imponer las costas al vencedor, ni que el vencido quede totalmente exento del pago de la
totalidad de las costas, sino sólo que éste no debe hacerse cargo de las que correspondan al
vencedor. En este punto, se ha dicho que “resultan expresiones equivalentes 'costas por su
orden', 'costas en el orden causado' o 'sin costas' y que todas ellas llevan idénticos efectos” (
Loutayf, Ranea Roberto, “Condena en costas en el proceso civil”, Astrea, Bs. As., 1998, pp.
74/77; Fassi, Yañez y Maurino, “Código Procesal Civil y Comercial”, t. I, pág. 416; Zavala de
González, Matilde, “Doctrina Judicial- pág. 76, Cafferata Nores, José I. y Tarditti, Aída,
la mitad de las comunes que son aquellas ocasionadas por la actividad conjunta de las partes o
por la oficiosa del órgano jurisdiccional (TSJ, Sala Penal, “Adamo”, S. n° 128, 7/12/2004;
“Tamaín”, supra cit.; y “Querella Torres c/ García”, S. n° 13, 28/2/2007, “Meza”, S. n° 38,
IV.3.En el caso, el tribunal a quo resolvió que las costas deben ser impuestas de la siguiente
legitimación para actuar como querellante particular (arts. 550 y 551 del CPP); y al
declarársela autora penalmente responsable del delito de tentativa de estafa procesal (arts. 172
y 42 del CP), hecho nominado segundo (arts. 5, 9, 26, 27 bis, 29 inc. 3°, 40 y 41 del CP; 412,
550, 551 y cc. del CPP). Al querellante particular Enrique Guillermo Reimers, al absolverse
parcialmente a la imputada María Alejandra Valle De Zazú del hecho nominado primero (arts.
550 y 551 del CPP). En este punto, destacó que si bien es cierto que la letrada patrocinante del
es que sostuvo acreditada la “porción del hecho” (según su criterio) por la que fue absuelta la
IV.4.Si bien la cuestión traída a estudio de la Sala ha sido vehiculizada a través de ambos
motivos de casación (art. 468 incisos 1º y 2º del CPP) surge claro a partir de los fundamentos
esgrimidos -como se anticipó- que en realidad se recurre por el motivo sustancial de dicha vía
El art. 94 in fine del CPP establece que: “En caso de sobreseimiento o absolución (el
querellante particular) podrá ser condenado por las costas que su intervención hubiere
cargar con las costas de su intervención pero solo en los casos de sobreseimiento o absolución
(Cafferata Nores, José I.; Tarditti, Aída, “Código Procesal Penal de la Provincia de
general del art. 551 del CPP que autoriza a eximir a la parte, total o parcialmente de las
costas, cuando hubiera tenido razón plausible para litigar. Es decir que en materia de
imposición de costas al querellante particular -en este caso también actor civil-, el legislador
respecto.
En efecto, en caso de absolución del acusado -como ha ocurrido en autos con relación al
querellante particular; sino que deberá analizar si tuvo razones plausibles para litigar y
solución en caso de apartarse del principio general (TSJ, Sala Penal, S. n° 214, de 13/8/2013,
Pues se observa que el Ministerio Público imputó y requirió la elevación de la causa a juicio
en contra de la acusada por toda la trama fáctica denunciada por el querellante, incluyendo
aquel tramo al que nominó primer hecho, habiendo también el fiscal de cámara mantenido esa
acusación en sus alegatos, por entender suficientes las pruebas en contra de la imputada, tal
Al respecto, tras el desarrollo del debate, el tribunal entendió que aquel tramo de la denuncia
que luego fuera nominado como primer hecho existió (interposición de demanda de
escrituración presentando al efecto un boleto de compraventa dejado sin efecto por ser
simulado) y fue cometido por la imputada (quien interpuso la demanda y realizó todos los
actos jurídicos a tal fin). No obstante ello, concluyó que los elementos probatorios
incorporados no eran suficientes para superar el estado de duda y generar la certeza positiva
sobre la existencia de uno de los extremos requeridos por el tipo penal cual es el dolo en su
existencia de evidentes y razonables motivos para que la parte querellante (acusadora privada)
actuara del modo en que lo hizo, intentando acreditar toda la trama fáctica denunciada y la
En ese sentido, si bien es cierto que se terminó absolviendo a Valle de Zazú por el primer
dolo, sino meramente a la subsistencia de dudas acerca de este último extremo, que se
Este resultado del proceso muestra claramente que existieron razones objetivas que generaron
razonables expectativas al querellante particular para creerse con derecho a buscar y reclamar
la condena de Valle de Zazú por toda la maniobra denunciada con relación al mismo
fáctica y jurídica, y que puntualmente el aspecto subjetivo respecto del cual subsistieron
dudas y por el cual se absolvió a la acusada por ese primer tramo de la maniobra suele ser uno
de los extremos más difíciles de demostrar en todo delito y particularmente con relación al
delito de estafa.
En efecto, si bien la absolución de la imputada por la primera parte de la maniobra, que fuera
querellante particular en parte vencida al respecto; y como tal, por regla, debería cargar con
las costas del proceso, ello no permite obviar que de las constancias de autos surge
indudablemente que esta parte tuvo razones plausibles para litigar con relación a toda la
maniobra, comprensiva tanto de ese primer hecho como de aquel otro por el que resultó
condenada la imputada.
rajatablas e imponer las costas al querellante particular por ese hecho primero como vencida,
En función de lo expuesto, se estima justo y prudente imponer las costas por el hecho primero
Así, voto.
La señora Vocal preopinante, da, a mi juicio, las razones necesarias que deciden
correctamente la presente cuestión. Por ello adhiero a su voto, expidiéndome en igual sentido.
Estimo correcta la solución que da la señora Vocal doctora Aída Tarditti, por lo que, adhiero a
A LA SEGUNDA CUESTIÓN
I. Por su parte, el doctor Luis Alberto Quiroga Amuchástegui interpone recurso de casación
en su carácter de apoderado del actor civil, Enrique Guillermo Reimers (ff. 796 vta. y ss.).
Al respecto, invocando tanto el motivo formal como sustancial de casación (incs. 1º y 2º del
art. 468 del CPP), afirma que se ha resuelto incorrectamente la procedencia parcial de la
demanda por el daño moral causado por el accionar delictivo de la acusada María Alejandra
Valle de Zazú investigado en este proceso (ff. 786 vta., 796 vta.).
orden al daño moral y su acreditación, señalando que de ello se deriva que la denegatoria
parcial de la demanda por ese rubro en el caso ha sido arbitraria (ff. 796 vta./797).
Al respecto, cuestiona que el tribunal hizo lugar solo parcialmente a la acción civil
interpuesta, en atención a la falta de acreditación del daño psicológico, siendo que jamás se
reclamó ese rubro, sino que solo se demandó daño moral (f. 797 vta.).
donde se desprende una descripción y afirmación de típicos daños morales (f. 797 vta.).
Asimismo, destaca que del acta de audiencia, pág. 2, punto 2, surge que se promovió acción
civil demandado daños y perjuicios de tipo moral, extrapatrimonial, que surgen de las
concretarse la demanda, sino que se ha descripto solo el contenido del daño moral reclamado.
En efecto, cuestiona que la demanda se haya rechazado parcialmente por falta de acreditación
En ese sentido, aclara que el tribunal ha destacado la ausencia de prueba pericial, en atención
a un daño psicológico que no fue reclamado, cuando el daño moral, que es lo reclamado, de
acuerdo a la jurisprudencia de esta Sala (cita al respecto “Ledesma”, S. nº 493, del 5/11/2015,
acreditado con la sola producción del ilícito, pudiendo ser inferido in re ipsa de una
legítimas de la víctima, mientras que, respecto del quantum, debe tenerse en cuenta que
constituye una pauta objetiva básica atender a lo que es habitual en circunstancias análogas a
En efecto, expone que requerir una pericia psicológica no se compadece con la naturaleza y
esencia de los daños morales descriptos y reclamados, ni aparece como una exigencia para su
acreditación, reiterando que a pesar que puede existir alguna vinculación entre un rubro y el
otro, solo se peticionó la reparación del daño moral (f. 798 vta.).
Señala que se presenta así un error de hecho por parte del juzgador en su apreciación de las
posibilidad de revisar este tipo de vicios en casación (TSJ, Sala Penal, A. nº 299, del
Por ello, solicita que este tribunal anule la sentencia en este punto, y ordene la reparación del
daño moral en forma integral, de acuerdo lo prescripto en el art. 1078 del CC, como se
solicitara, en la suma de pesos trescientos mil, con más intereses, desde el dictado de la
II. Al resolver la cuestión civil, el tribunal ha destacado que el nominado segundo hecho tuvo
su extensión temporal, pues se inició allá por el año 2001 (26/12/2001), y se extendió por casi
dieciocho años hasta el dictado de la resolución impugnada, lapso en el cual reconoce que,
cualquier proceso judicial puede ocasionar y donde corre riesgo de perder gran parte del
acervo hereditario al cual tiene derecho; más aún si su domicilio es en una ciudad alejada,
donde puede creerse desamparado en sus derechos. No obstante ello, señala que Reimers, si
bien es un ignoto en el derecho como lo refirió en su testimonio, tomó los recaudos para
asistirse jurídicamente al contar con abogados locales; entre ellos al doctor Oscar Ernesto
Reimers (ff. 12/14). También por el doctor Enrique Gragera, doctora Claudia Oddone y
El a quo resalta, a su vez, que la circunstancia de tener que viajar desde su domicilio en
Buenos Aires a la localidad de Villa Cura Brochero y a la ciudad de Villa Dolores por algún
trámite procesal personal (recuerda que al momento del hecho no existían los avances
centro de vida, su familia, trabajo, etc., destinando recursos económicos y tiempo para atender
incertidumbre al no saber la suerte del mismo, ni si las resoluciones que se dictan son
favorables o no. Más aun en el caso, destaca, teniendo en cuenta que la imputada guardaba
cierta relación de amistad y profesional con la que posteriormente fue juez del Juzgado Civil
de Villa Cura Brochero, donde solicitó las medidas preparatorias para la usucapión, extremo
Guiñazú de Nagle a través del proveído de fecha 27/12/2001, que ordenó la cautelar de no
innovar sobre los inmuebles pretendidos por la imputada, lo que reconoce que también lo
afectó moralmente: “…es algo que tiene 30 años de sufrimiento (…) la imputada debe estar
conforme que si su objetivo era arruinarle la vida a alguien, lo logró (…) No puedo vender,
porque la Sra. lo tiene anotado como cautelar…”, dijo el denunciante Reimers (f. 776 vta.).
Habiendo tenido así por acreditados todos los diferentes padecimientos invocados por la
actora, luego, no obstante, el juzgador interpreta que al decirse que Guillermo Reimers sintió
depresión a causa del hecho y el derrotero judicial por el que atravesó, ello ha significado
necesariamente la invocación de una enfermedad o trastorno mental, derivando ante ello que
III. Tal como se desprende de la reseña previamente efectuada, el tribunal ha interpretado que
el actor civil Guillermo Reimers concretó su demanda por dos rubros diferentes, daño moral,
En ese marco, el tribunal, con exclusivo basamento en la ausencia de una pericia psicológica
que determine a ciencia cierta ese estado patológico que ha entendido que integraba el
reclamo resarcitorio de la actora, dispuso hacer lugar solo parcialmente a la acción civil
Sin embargo, tal como se advierte de la reseña del recurso bajo análisis, la parte actora niega
Lo dirimente para resolver esta cuestión reposa así, centralmente, en delimitar cuál es la
naturaleza, contenido y alcance del reclamo civil efectuado por la actora, y –por ende- bajo la
En orden a lo primero, cabe recordar que esta Sala tiene dicho que en la instancia de
constitución en actor civil se debe individualizar el corpus del daño, bajo pena de
demanda, debiendo especificarse allí concretamente los rubros y montos que se reclaman, a
16/4/2003).
Analizadas al respecto las constancias de la causa, se aprecia que el actor civil, en todo
momento, esto es, tanto al instar la acción civil como al concretar la demanda (ff. 119/121;
731/732 vta.), hizo referencia expresa y exclusiva al rubro “daño moral”, no surgiendo -ni
explícita, ni implícitamente- que a ello haya añadido otro reclamo autónomo por “daño
psicológico”.
En ese sentido, se observa que expresamente aludiendo a estados subjetivos -f. 119 vta.- y
médicamente) se ocupó de detallar diferentes sentimientos sufridos a causa de este litigio, con
Es con ese claro propósito que se advierten efectuadas sus referencias a sensaciones de
habiendo desatendido a su familia a causa de todo este litigio (ff. 119 y vta.; 731 y vta. y 775).
permite notar que con todas esas referencias antes citadas, incluida la depresión, el actor solo
transitar por este litigio, no surgiendo de ninguna de las constancias de la causa que ello haya
En ese sentido, aun cuando fuere posible establecer en esa esfera (médicamente) alguna
conexión entre los sentimientos invocados y un daño psicológico, lo cierto es que la parte
actora no ha incluido este tipo de daño en su pretensión resarcitoria, siendo claro que los
aquel otro daño que categóricamente ha nominado como “moral” y –por ende-
extrapatrimonial, siendo sólo por éste rubro que debió, entonces, analizarse si procedía o no la
Una evidencia de que es esa la interpretación razonable de los alcances del reclamo efectuado,
un tratamiento psicológico del cual derive erogaciones concretas por las que pretenda ser
tampoco ha especificado que ello se componga de dos rubros, ni mucho menos se ha ocupado,
por ende, de explicitar los porcentajes calculados al respecto de manera diferenciada, como
psicológica como una exigencia para tener por acreditado el daño moral, cobra relevancia
considerar que en orden a este rubro el juzgador ha reconocido su derivación natural de todas
aquellas circunstancias que fueron descriptas al respecto por el actor y que se encuentran
acreditadas en esta causa, no debiendo variar esa conclusión por la falta de determinación
En consecuencia, cabe concluir que al disponer el rechazo parcial de la demanda civil por el
Siendo ello así, cabe tener en cuenta, además, que al momento de efectuar la cuantificación
del resarcimiento civil, el juzgador asumió que el monto total reclamado por el actor luce
cual, arbitrariamente adjudicó la mitad de ese monto al supuesto reclamo por daño
psicológico, y, con base en ello, ante la ausencia de una pericia psicológica, redujo sin más la
En efecto, considerando la desvalorización del dinero por el transcurso del tiempo, el tribunal
se ocupó, en primer lugar, de actualizar la suma total de veinticinco mil pesos ($ 25.000) por
la que se instó originariamente la acción civil (f. 120 vta.), en la suma de trescientos mil pesos
($ 300.000), tal como lo solicitara la parte actora al concretar la demanda (f. 732 vta.), para
luego, ante la errada consideración de que ese monto abarcaba un reclamo por daño
psicológico no probado, deducir automáticamente de ese monto un cincuenta por ciento (50
%), mandando a pagar por el rubro daño moral solo la suma de pesos ciento cincuenta mil -$
Así las cosas, no caben dudas que asiste interés al actor civil en orden a la cuestión planteada,
en cuanto el tribunal, no obstante entender procedente plenamente el reclamo por daño moral,
respecto permiten apreciar razonable la suma reclamada por la parte actora, luego redujo
arbitrariamente del monto respectivo un cincuenta por ciento (50 %), no en función de
ponderaciones discrecionales, por las que haya fundamentado que corresponda en el caso
morigerar la suma pretendida por la parte actora, sino exclusivamente a raíz del indebido
rechazo de un rubro adicional que no formaba parte del reclamo, como ya se explicó.
Ante ello, corresponde anular la resolución dictada, en cuanto solo admitió parcialmente la
totalidad, por el único rubro reclamado en ella, que es el daño moral, sin que quepa deducir
porcentaje alguno del monto por el que se concretó esta pretensión, en cuanto el mismo se
Así voto.
La señora Vocal preopinante, da, a mi juicio, las razones necesarias que deciden
correctamente la presente cuestión. Por ello adhiero a su voto, expidiéndome en igual sentido.
Estimo correcta la solución que da la señora Vocal doctora Aída Tarditti, por lo que, adhiero a
A LA TERCERA CUESTION
I.Por su parte, invocando tanto el motivo formal como sustancial de casación, los recurrentes
plantean que en la sentencia se han impuesto indebidamente las costas en un cincuenta por
ciento (50 %) al actor civil con relación a la indemnización por daño moral, por aplicación del
Señalan que, con ello, se ha desvirtuado la institución de “costas al vencido” del art. 130 del
CPC, en tanto no ha existido ningún vencimiento recíproco en torno al resarcimiento del daño
alguna que prosperara por parte de la demandada, sino que, por el contrario, las mismas
Afirman que el reparto de costas que efectúa el tribunal aparece como una consecuencia
directa de aquel error denunciado en la cuestión anterior, por el que se entendió que el actor
reclamó reparación de daño psicológico, que luego no acreditó mediante una pericia de esa
En ese sentido, resaltan que debe tenerse en cuenta que la imputada Valle de Zazú ha sido
no sólo prosperó la condena penal sino también el resarcimiento civil por daño moral
Afirman así que se ha aplicado erróneamente el derecho, más concretamente del art. 132 del
CPC, dado que en el caso no se verifican vencimientos recíprocos, al tiempo que tampoco se
recíprocos que, a criterio del tribunal, hacen procedente la aplicación de dicha excepción a la
regla general que sienta el art. 130 del mismo cuerpo legal (f. 800).
En mérito de lo antes expuesto, los recurrentes afirman que la sentencia impugnada presenta
un doble vicio en la cuestión que se discute, por cuanto el tribunal no solo omite aplicar la
norma correspondiente al caso, que es el art. 130 del CPC, sino que, al mismo tiempo, soslaya
exponer la fundamentación que resulta necesaria para la procedencia de la aplicación del art.
“Querella Zambrana”, S. nº 453, del 10/10/2017) por la que se indica que es necesario que el
tribunal fundamente la decisión de apartarse de la regla general de costas al vencido del art.
130 del CPC, con base a pautas objetivas suficientemente explicitadas, por cuanto la
excepción prevista en el art. 132 del mismo cuerpo normativo debe ser admitida
En suma, solicitan la nulidad de la resolución en cuanto impone erróneamente las costas por
su orden con relación a la acción civil, por aplicación del art. 132 del CPC, como si existieran
que es la norma que se sostiene que se adecua al caso (ff. 800 vta./801 vta.).
las garantías constitucionales del debido proceso, fundado en ley, y la defensa en juicode
Enrique Reimers, tanto en su calidad de querellante particular como de actor civil (f. 802).
Hacen reserva del caso federal respecto de todas las cuestiones planteadas en el recurso (f.
803).
II. El tribunal a quo, tras hacer lugar sólo parcialmente a la acción civil interpuesta, impuso
las costas en un porcentaje del cincuenta por ciento a cargo del actor civil y en igual
proporción a la demandada civil, en virtud de lo dispuesto por los arts. 130 y 132 del CPCC
(f. 777).
demanda civil se entabló por un solo rubro resarcitorio, por el que resultó totalmente exitosa
un porcentaje del cincuenta por ciento a cargo del actor civil y en igual proporción a la
demandada civil (arts. 130 y 132 del C.P.C.C.)”, debiendo éstas quedar completamente a
cargo de la demanda, como parte vencida (arts. 550 y 551 del CPP).
Así voto.
La señora Vocal preopinante, da, a mi juicio, las razones necesarias que deciden
correctamente la presente cuestión. Por ello adhiero a su voto, expidiéndome en igual sentido.
Estimo correcta la solución que da la señora Vocal doctora Aída Tarditti, por lo que, adhiero a
A LA CUARTA CUESTION
I.1. Hacer lugar al recurso de casación deducido por los doctores Claudia Oddone y Luis
dos, dictada en fecha primero de octubre de dos mil diecinueve por la Cámara en lo Criminal
y Correccional de la ciudad de Villa Dolores, en cuanto dispuso imponer las costas procesales
2. En su lugar, imponer las costas derivadas del ejercicio de la acción penal con relación al
hecho nominado primero por el orden causado (arts. 550, 551 y 94 CPP).
3. Sin costas por lo actuado en esta sede (arts. 550 y 551 CPP).
II.1. Hacer lugar al recurso de casación deducido por el doctor Luis Alberto Quiroga
Amuchástegui, a favor del actor civil Enrique Guillermo Reimers, y, en consecuencia, anular
la Sentencia número noventa y dos, dictada en fecha primero de octubre de dos mil
daño moral, en el término de quince días de quedar firme la presente resolución, la suma de
ciento cincuenta mil pesos ($ 150.000), suma que devengará un interés, a partir del día de la
fecha y hasta su efectivo pago, equivalente a la tasa pasiva promedio mensual que publica el
Banco Central de la República Argentina más el dos por ciento (2%) nominal mensual,
imponiendo las costas, atento el resultado obtenido, en un porcentaje del cincuenta por
ciento a cargo del actor civil y en igual proporción a la demandada civil (arts. 130 y 132 del
C.P.C.C.)…”.
presente resolución, la suma de trescientos mil pesos ($ 300.000), a la que cabe adicionar un
interés equivalente a la tasa pasiva promedio mensual que publica el Banco Central de la
República Argentina más el dos por ciento (2 %) nominal mensual desde el día 1/10/2019 y
hasta su efectivo pago, imponiendo las costas derivadas del ejercicio de la acción civil a la
3. Sin costas por lo actuado en esta sede (arts. 550 y 551, CPP).
Así voto.
La señora Vocal preopinante, da, a mi juicio, las razones necesarias que deciden
correctamente la presente cuestión. Por ello adhiero a su voto, expidiéndome en igual sentido.
Estimo correcta la solución que da la señora Vocal del primer voto, por lo que, adhiero a la
RESUELVE:
I.1.Hacer lugar al recurso de casación deducido por los doctores Claudia Oddone y Luis
dos, dictada en fecha primero de octubre de dos mil diecinueve por la Cámara en lo Criminal
y Correccional de la ciudad de Villa Dolores, en cuanto dispuso imponer las costas procesales
2. En su lugar, imponer las costas derivadas del ejercicio de la acción penal con relación al
hecho nominado primero por el orden causado (arts. 550, 551 y 94 CPP).
3. Sin costas por lo actuado en esta sede (arts. 550 y 551 CPP).
II.1. Hacer lugar al recurso de casación deducido por el doctor Luis Alberto Quiroga
la sentencia número noventa y dos, dictada en fecha primero de octubre de dos mil diecinueve
condenar a la señora María Alejandra Valle De Zazú, a pagar, en concepto de daño moral,
cincuenta mil pesos ($ 150.000), suma que devengará un interés, a partir del día de la fecha y
hasta su efectivo pago, equivalente a la tasa pasiva promedio mensual que publica el Banco
Central de la República Argentina más el dos por ciento (2 %) nominal mensual, imponiendo
las costas, atento el resultado obtenido, en un porcentaje del cincuenta por ciento a cargo del
actor civil y en igual proporción a la demandada civil (arts. 130 y 132 del C.P.C.C.)…”.
2. En su lugar, corresponde, sin reenvío, por razones de economía procesal, hacer lugar
Alejandra Valle De Zazú, a pagar, en concepto de daño moral, en el término de quince días de
quedar firme la presente resolución, la suma de trescientos mil pesos ($ 300.000), a la que
cabe adicionar un interés equivalente a la tasa pasiva promedio mensual que publica el Banco
Central de la República Argentina más el dos por ciento (2 %) nominal mensual desde el día
1/10/2019 y hasta su efectivo pago, imponiendo las costas derivadas del ejercicio de la acción
civil a la demandada, como parte vencida (arts. 550 y 551 del CPP).
3. Sin costas por lo actuado en esta sede (arts. 550 y 551 CPP).
Fecha: 2021.08.23
Fecha: 2021.08.23
Fecha: 2021.08.23
Fecha: 2021.08.23