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TÍTULO: LA INTELIGENCIA, SU NATURALEZA Y SU CULTURA

AUTOR: GEORDE D. STODDARD

EDITORIAL LOSADA, S.A. BUENOS AIRES. IMPRESO EL DÍA 27 DE AGOSTO DE

1946 EN ARTES GRÁFICAS BARTOLOMÉ U. CHIESINO, AMEGHINO 838,

AVELLANEDA – BUENOS AIRES.

Pags. 18-23

Orgánico (p 18)

Socia (p20)

Behaviorista (p22)

El autor señaló tres conceptos sobre inteligencia que pueden denominarse el concepto

“orgánico” el concepto “social” y el concepto “psicológico” o “behaviorista”. A su vez, el

concepto psicológico incluye un número de variedades. Estos tres tipos de conceptos no

deben necesariamente juzgarse correctos o falsos. Cada uno de ellos es útil para un

determinado propósito. Cada uno puede servir de base para la investigación científica y

como término de la generalización científica. Sin embargo, nacerá la confusión cuando

cualquiera de ellos sea sustituido por uno de los demás, en el caso de que el otro sea el

concepto apropiado. Los tres, cada uno en su situación apropiada, son probablemente

necesarios para llegar a un completo entendimiento de la conducta humana. Sería más

conveniente usar un término diferente para cada uno de los tres conceptos, pero en la

actualidad usamos el mismo en los tres sentidos y es por ello necesario describirlos.

Concepto Orgánico: Como concepto orgánico, la palabra inteligencia significa la

potencialidad de un tipo dado de conducta inherente a la constitución corporal del

individuo. La clase de conducta que la constitución o estructura orgánica hace posible y que

llamamos “inteligencia-orgánica”, necesita, naturalmente ser definida. La potencialidad


orgánica para volar, por ejemplo, o para caminar, no se llamaría inteligencia. Por el

momento sólo podríamos decir que el tipo de conducta que tenemos en cuenta cuando nos

ocupamos de la inteligencia como concepto orgánico es el mismo del que nos ocupamos

cuando lo consideramos como concepto psicológico o behaviorista.

Dentro de este concepto no se establece que lo que denominaríamos por inteligencia sea

producto o esté determinado solamente por la constitución orgánica, sino que está agrupada

tanto por dicha constitución y además por el medio ambiente. Hay una interacción entre

ambos.

Concepto Social: El concepto social de inteligencia se refiere a cierto grupo de factores que

son el resultado del intercambio y de las organizaciones sociales. A veces se les llama

“instituciones sociales” y en conjunto forman lo que denominamos “cultura”. Como

ejemplo se puede dar que en una determinada comunidad puede ser costumbre perforarse

las orejas, la nariz, los labios, etc y en otras no porque resultan antiestético o masoquista,

pero en ninguna de estas dos costumbres, como muchas otras costumbres que varían por

determinados factores, contribuyen a la inteligencia social.

Pero muchos elementos de cultura, sin embargo, tienen un sostén evidente en la conducta

que llamamos inteligente. Ellos incluyen grupos de símbolos como el lenguaje y el número;

conceptos como el de materia, espacio, justicia y deber; y generalizaciones como las

expresadas en la ley de la conservación de la energía o en la de la gravedad.

La inteligencia efectiva del individuo, es decir, su habilidad para tratar en forma eficiente

los problemas que se le presentan, está enormemente afectada por factores sociales como

éstos.

Por lo tanto se puede señalar a partir de este concepto social sobre la inteligencia que

determinados miembros de una sociedad que posea una enorme cultura o civilización es
mucho más inteligente que el perteneciente a una sociedad primitiva, aunque dicho

concepto social discrepará en mucho con el concepto orgánico.

Pero como se señaló en el anterior concepto orgánico de inteligencia, también dentro del

concepto social, no operan todas las instituciones sociales ni todos los elementos de cultura

se incluyen en el concepto de inteligencia social.

Encontramos una enorme diferencia tanto entre el concepto orgánico como el social, pero a

lo que se puede llegar es que los dos formas de concepto de la inteligencia son

perfectamente legítimas dentro de las investigaciones científicas que se realizan. Además

no se puede establecer con certeza que las diferencias individuales de la conducta

inteligente se deben a factores orgánicos y cultuales a la vez.

Concepto Psicológico o Behaviorista: Los psicólogos, han usado corrientemente en un

tercer sentido el término “inteligencia” para significar particularmente el tipo de conducta

que se define por un tipo dado de test. La inteligencia se define en realidad, pero no en

términos de sus factores fundamentales, sino más bien, sólo por sus manifestaciones.

Tanto los conceptos orgánicos y social son antagónicos al concepto psicológico o

behaviorista, debido a que los dos primeros designan factores, en cambio el último se

refiere a un tipo de conducta. Mientras aquellos son explicativos, el concepto psicológico

de inteligencia es descriptivo.

El autor propone que se defina la inteligencia en el sentido behaviorista y que se designe lo

que se llama inteligencia “orgánica” y “social” bajo el nombre de factores de la

inteligencia, en vez de inteligencia en sí.


Se pueden distinguir tres tipos amplios de conceptos. En primer lugar, hay quien considera

que la inteligencia general o la competencia intelectual plural es el compuesto de un gran

número de habilidades firmemente particularizadas.

En segundo lugar, se puede pensar que la habilidad está compuesta de un número limitado

de habilidades primarias, cada una de las cuales es relativamente independiente de las

demás.

La tercera concepción considera que la habilidad está constituida por un gran número de

factores muy especializados, por un número limitado de factores de grupos que intervienen

en un cierto número de operaciones y por un factor que es general.

BUSCAR DEFINICIÓN DE AMBIENTE Y CULTURA PARA EL PRIMERO:

CONCEPTO ORGÁNICO Y SOCIAL DE INTELIGENCIA

Se debe tener en cuenta a los factores que influyen dentro de la inteligencia, como son los

factores hereditarios, el medio. Dichos factores vienen dándose desde los primeros días de

ser humano

Una inteligencia muy superior a la normal tiende a aislar psicológicamente al individuo,

aunque éste típicamente se mantenga situado dentro de la sociedad.

TÍTULO: PSICOLOGÍA DE LA INTELIGENCIA

AUTOR: JEAN PIAGET

EDITORIAL PSIQUE IMPRESO EL DÍA 27 DE NOVIEMBRE DE 1967 EN LOS

TALLERES “EL GRÁFICO/IMPRESORES”, NICARAUA 4462. BUENOS AIRES.

Pags. 77-81
Piaget señaló la relación entre la percepción y la inteligencia. Definiendo a la percepción

como el conocimiento que tomamos de los objetos o de sus movimientos, por contacto

directo y actual, en tanto que la inteligencia es un conocimiento que subsiste cuando

intervienen las sutilezas y aumentan las distancias espacio-temporales entre el sujeto y los

objetos. Estableciendo esta como una hipótesis que sostienen algunos autores y que

rechazan otros. (p77)

La teoría de la forma y su interpretación de la inteligencia (p 81), Piaget toma esta teoría y

señaló que se formuló una teoría completa dela inteligencia, que seguirá siendo, incluso

para sus adversarios, un modelo de interpretación psicológica coherente.

La idea central de la teoría de la forma reside en que los sistemas mentales no están

constituidos nunca por la síntesis o la asociación de elementos dados en estado aislado

antes de su unión, sino que consisten siempre en totalidades organizadas desde el

comienzo, bajo una “forma” o estructura de conjunto.

Este teoría muestra que al momento de que son percibidos los elementos, estos se perciben

de forma conjunta y no por separado o aisladamente

El medio ambiente y la sociedad también serán factores sociales que modifiquen o

transformen al ser humano, le aportaran un sistema de signos mediante la cultura, los cuales

a su vez modificarán su pensamiento, su forma de interactuar con otros seres humanos, con

su entorno y ser parte en conjunto. Transformarán su inteligencia a través del lenguaje u

otras formas de comunicación. Esta forma de desarrollo del individuo será

progresivamente, paso a paso, en donde el ser humano irá adecuándose y aprendiendo las

formas de socialización, haciéndolas parte de sí mismo.


TÍTULO: La Inteligencia, El interés y la Actitud

AUTOR: L. M. Terman y otros

EDITORIAL PAIDOS IMPRESO EL DÍA 5 DE JULIO DE 1965 EN ARTES GRÁFICAS

BODONI S.A.I.C. calle Herrera 527, BUENOS AIRES(PRIMERA EDICIÓN 1965)

Pags. 45-46

Conclusiones del Autor. El autor señala que los psicólogos en general han sostenido que los

test de inteligencia miden la educabilidad innata y eliminan las diferencias debidas a la

variable eficiencia de las diferentes escuelas.

Se puede hacer énfasis que los test de inteligencia miden el nivel de inteligencia o el

coeficiente de inteligencia CI que una persona tiene, en este apreciación establecida por el

autor acerca de la opinión que tienen los psicólogos sobre los test que se utilizan en los

colegiales. El además remarca que el aleccionamiento para los tests no tiene una función

educacional amplia. Casi con seguridad no mejora la inteligencia tal como se en el aula o

en la vida diaria. Una cosa de la que estamos bien seguros es que la genuina estimulación

del desarrollo intelectual no podrá llevarse a cabo mediante la práctica mecánica o el

aleccionamiento con respecto a específicos tipos de ítems de tests de inteligencia. Es que

todos los examinados no tiene oportunidad para familiarizarse con el empleo de los tests.

TÍTULO: MODERNOS PUNTOS DE VISTA ACERCA DE LA INTELIGENCIA

AUTOR: PHILIP E. VERNON

IMPRESO EN LA UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS.

FACULTAD DE EDUCACIÓN. INSTITUTO PSICOPEDAGÓGICO NACIONAL.

SERIE: ESTUDIOS PSICOPEDAGÓGICOS. LIMA 1966

Pags. -
Por medio del coeficiente de inteligencia se podría predecir desde muy temprana edad qué

nivel de educación y carrera podría seguir un niño. Comparando su aprovechamiento

escolar con su inteligencia se podría decir si estaba trabajando bien en la escuela. Los

pioneros de las pruebas mentales de los años 1910 a 1930 son Terman en los Estados

Unidos y Burt en Inglaterra, quienes toman el concepto popular sobre inteligencia.

En la planificación educativa se llegó a usar bastante los exámenes colectivos para obtener

cocientes de inteligencia.

(Pág. 11). En los últimos años nuestras ideas se han visto ocupadas por los estudios del

neurólogo canadiense D.O. Hebb, quién distingue entro lo que llama inteligencia “A” e

inteligencia “B”. La inteligencia A, o capacidad genética, es la potencialidad del cerebro

humano para aprender y elaborar ideas, hábitos, percepciones y conceptos. De otro lado, la

inteligencia B está representada por el nivel actual de habilidad; a ella nos referimos cuando

decimos que tal persona es brillante, poco inteligente, etc. La inteligencia A es simplemente

la potencialidad innata para adquirir la inteligencia B, la cual observamos en la vida diaria,

en la casa, en la escuela o en el trabajo, y que medimos con nuestros tests.

Respecto de la ineligencia es posible que los niños desarrollen más su inteligencia al

proyectar robar un huerto con sus amigos o al hacer un modelo de aeroplano, que con los

ejercicios en clases de lectura, escritura, aritmética, etc. Aún así ya he aludido a que la

enseñanza deficiente, que es aburrida o que reprime la curiosidad natural intelectual de los

niños, puede retrasar más que alentar el crecimiento de la inteligencia.

La inteligencia que una persona demuestra en la escuela, en su trabajo o en la vida diaria, se

desarrolla por la interacción entre su potencial genético y los estímulos provocados por su

ambiente. Además, esta inteligencia no es una facultad o poder unitario de la mente, pues
madura a medida que el niño crece, cualesquiera hayan sido los métodos de crianza, la

compresión de conceptos abstractos, las habilidades de razonamiento que se han construido

a través de la experiencia.

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