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Tipos de posturas
Se sostiene que, en la dimensión dialógica de la razón, podemos asumir distintas posturas
comunicativas haciendo uso de la razón. Según el filósofo argentino Ricardo Maliandi, dentro
de la razón dialógica hay dos funciones básicas:
Fundamentación: conocida como la capacidad de dar razones,
Crítica: se podría considerar como una guía dentro del diálogo, esta es la conciencia de los
límites de las propias razones y apertura hacia otras razones.
Siguiendo la misma línea argumentativa de que como dijo el maestro Ricardo Maliandi :
dialogar es razones. Existen diferentes posturas que se pueden tener dentro de la
conversación, dependiendo del contexto argumentativo:
Postura estratégica:
se sostiene una perspectiva egocéntrica consciente, no consciente o semiconsciente, ya que
quien argumenta (el enunciador) no conceptualiza al destinatario como un interlocutor que
también puede tener un punto de vista válido y distinto de un tema. De esto modo la
argumentación es persuasiva, retórica y apunta a forzar la opinión del destinatario, imponer
su propio punto de vista o refutar el contrario.
Postura comunicativa divergente:
Con subsistencia del egocentrismo, la argumentación tiende a la resolución del desacuerdo,
pero con el presupuesto, no declarado, de que el acuerdo beneficiará a la opinión propia y no
la del oponente. Es decir, en esta postura ya se conceptualiza al interlocutor como un
oponente con un punto de vista diferente al propio pero la argumentación sigue subordinada a
quien defiende cada punto de vista, con la idea de que alguien debe ganar y alguien debe
perder.
Postura comunicativa convergente:
En esta postura el interlocutor ya no aparece como oponente sino como co-operador en la
tarea de enfrentar un problema; es decir que las partes ya no se enfrentan, sino que se
establece una alianza para confrontar y llegar a la resolución de un problema. Cada
argumentante solicita y espera los contraargumentos del interlocutor para lograr un progreso
dialéctico, pero con la presuposición compartida de la disponibilidad para rectificar las
propias opiniones. Es decir, en este caso ya no se prioriza quién gana o quién pierde, sino que
está vigente una actitud táctica de pensar de pensar que ambos pueden ganar con la
resolución de un conflicto.