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PATRICIO OLIVOS
SCHIZOPHRENIA
COMENTARIO DE LIBROS
LA ESQUIZOFRENIA CLÁSICA
Autor: César Ojeda
Segunda edición ampliada
C&C Ediciones, Santiago de Chile, 2006
Patricio Olivos
copatológico, y, por lo tanto, no es aún un diagnóstico su contexto histórico: porque la registra un observador
médico. situado en su tiempo, en ese mismo contexto histórico,
De ahí la importancia de la psicopatología en la es- que describe los hechos, les otorga significado e inten-
quizofrenia, y de este libro. Para quienes están apren- ta conceptualizarlos.
diendo psiquiatría, la psicopatología es la ciencia base Así ocurrió con E. Bleuler a partir de la descripción
y, por lo mismo, es necesario desarrollar una conciencia de un amplísimo número de pacientes, pero inaugu-
metodológica como el fundamento de un saber orde- rando una exigencia esencial al estudio psicopatológi-
nado, comunicable y de validez general. Y, para quienes co: la comprensión, en la que las teorías freudianas y
llevamos un buen tiempo en la especialidad, cada vez su trabajo con C. G. Jung tuvieron gran influencia. Fue
que nos relacionamos con un paciente esquizofrénico así como pudo desarrollar el concepto de esquizofre-
volvemos a encontrarnos con un misterio que nos su- nia y sus alteraciones fundamentales, que el Dr. Ojeda
pera, y nuestra ayuda entonces es la psicopatología. nos presenta en la Primera Parte de su libro con una
Aunque todo objeto es particular y toda ciencia gene- síntesis de lo esencial, y aportando breves comentarios
ral, y aunque la psicopatología diste de tener resuelto suyos a pie de página que enriquecen o actualizan los
el problema de la esquizofrenia, como advierte Gérard conceptos. Bleuler concibe la esquizofrenia del siguien-
Genette, “lo general está en el núcleo de lo singular te modo general: “Con el término demencia precoz o
y, por tanto, lo cognoscible en el núcleo del misterio”. esquizofrenia designamos a un grupo de psicosis cuyo
Podemos apoyarnos en lo que conocemos y en nues- curso es a veces crónico y a veces está marcado por ata-
tro pensar psicopatológico para intentar avanzar en el ques intermitentes, que puede detenerse o retroceder
misterio de ese paciente y de lo que desconocemos de en cualquier etapa, pero que no permite una completa
su enfermedad. “restitutio ad integrum”. La enfermedad se caracteriza
Jaspers definió la psicopatología como una ciencia por un tipo específico de alteración del pensamiento,
empírica que no estudia solamente cómo se relacionan los sentimientos y la relación con el mundo exterior,
los hechos psíquicos sino, también, las bases del acon- que en ninguna otra parte aparece bajo esta forma par-
tecer psíquico, tales como la explicación de las causas ticular”. Dentro de ella es posible distinguir síntomas
neurofisiológicas o psicosociales de esos hechos. Para fundamentales –aquellos que están presentes en todos
ello, la psicopatología tiene que ser explicativa (con los casos y en todos los periodos de la enfermedad, y
métodos propios de las ciencias naturales), y a la vez son, por lo tanto, síntomas específicos permanentes– y
comprensiva (con métodos de las ciencias del hom- síntomas accesorios, que son aquellos que pueden fal-
bre)(2). Dice Jaspers: “En realidad, en la psicopatología tar durante ciertos periodos, e inclusive durante todo el
se reúnen los métodos de casi todas las ciencias: biolo- curso de la enfermedad, aunque otras veces ellos solos
gía y morfología, medición, estadística y matemática, suelen dar la fisonomía permanente al cuadro clínico.
ciencias del espíritu comprensivas y métodos socioló- Estos últimos pueden también aparecer en otros tipos
gicos, todas [esas disciplinas] encuentran su aplicación de enfermedad, por lo que son síntomas inespecíficos
en ella. Esta dependencia de la psicopatología de las ocasionales.
otras ciencias, cuyos métodos y conceptos se le aplican, Bleuler estudió también los síndromes agudos que
es constitutiva para ella. Tiene que ver con el ser huma- pueden interrumpir el curso de la enfermedad esqui-
no entero y, ciertamente, con el ser humano enfermo”. zofrénica, tales como estados melancólicos, maniacos,
Esta pluralidad de aspectos a estudiar obliga en- catatónicos, crepusculares o delirantes, y los subtipos
tonces a un pluralismo metodológico. Y entre estos esquizofrénicos basados en los síntomas accesorios: pa-
métodos siempre está, y diría que en primer lugar, la ranoide, catatónico, hebefrénico y simple. El Dr. Ojeda
historia de los conceptos psicopatológicos. Porque el cierra esta primera parte con el concepto de esquizofre-
objeto de estudio de la psicopatología no son los he- nia de Bleuler: “Postulamos la presencia de un proceso
chos u objetos naturales, que estén ahí, constantes que produce directamente los síntomas primarios; los
para nuestra observación, sino las producciones de síntomas accesorios son en parte funciones psíquicas
una mente que se vierten en un espacio que el sujeto que operan en condiciones alteradas, y en parte los re-
participa en crear, interactuando con la realidad que sultados de los intentos de adaptación, más o menos
tiene enfrente tal como logra captarla, por lo que sín- exitosos, a las perturbaciones primarias”.
tomas o incluso enfermedades, son hijos de su época, En la Segunda Parte Ojeda nos presenta La Esquizo-
de las formas de subjetividad, de las concepciones y/o frenia, de Minkowski, discípulo de Bleuler, quien sigue a
creencias culturales predominantes. Es por esto que la éste y a Kretschmer en la distinción fundamental entre
psicopatología resulta estrechamente relacionada con esquizoidismo y sintonía, y que corresponden a la acti-
tud y a la relación con el ambiente. El maniaco y el de- la actitud interrogativa, el racionalismo y el geometris-
presivo jamás se desentienden totalmente del ambien- mo mórbidos.
te y esto hace que podamos penetrar en su psiquismo En la Tercera Parte Ojeda nos presenta la sistemá-
por muy acelerado o empobrecido que esté. Al esquizo- tica clínica de Kurt Schneider, quien busca situar a la
frénico, en cambio, el ambiente parece no conmoverlo, esquizofrenia como una verdadera enfermedad desde
y nos hace sentir frente a algo impenetrable. Kretsch- un concepto estrictamente médico. Sin embargo, esta
mer lleva esta polaridad a la distinción entre caracteres idea choca –justamente– con el hecho de que los pro-
anormales cicloides, que funcionan entre la alegría y la cesos “orgánicos” que están en su base son desconoci-
tristeza, vibrando con la realidad circundante, confun- dos. Esta situación lo hace plantear a la esquizofrenia
diéndose su personalidad en ella, y los esquizoides, que como una anormalidad psicótica sin fundamento so-
funcionan entre la hiperestesia y la anestesia afectiva, mático, como psicosis endógena, lo que para él es “sim-
viviendo la antítesis entre el yo y el mundo hasta límites plemente detenerse en un misterio antropológico”. Esta
extremos. Estas dos dimensiones son principios vitales constatación, de que el diagnóstico de la esquizofrenia
que coexisten en el individuo normal, y mantienen el sea (aún hoy) psicopatológico y no médico, es el punto
equilibrio del individuo con el ambiente: el esquizoidis- de partida desde el cual Schneider desarrolla su psico-
mo ayuda a que la personalidad logre afirmarse en sí patología.
misma y no se confunda con el ambiente; la sintonía Destaca este autor, en esta estructuración psico-
permite la relación con el ambiente y las necesarias in- patológica, los síntomas para él más importantes en la
fluencias de éste sobre el individuo. esquizofrenia, tales como las alucinaciones auditivas
Minkowski sigue a Bergson en la necesidad de la (sonorización del pensamiento, voces que dialogan en-
intuición como instrumento de conocimiento para cap- tre sí o que comentan los actos del paciente) y corpora-
tar la vida y su cualidad para el hombre. En la intuición les, y el robo, intervención o difusión del pensamiento.
se constituye identidad entre el cognoscente y el cono- También destaca el delirio que aparece en la modali-
cido, y permite situarse al interior mismo del objeto del dad de la percepción delirante, y de todo lo vivido por
conocimiento y, en una especie de simpatía, coincidir los pacientes como hecho e influenciado por otros, en
con él, y de ese modo captar lo que es auténticamen- el sector del sentir, de las tendencias y de la voluntad.
te. Minkowski considera que el único instrumento para Schneider jerarquiza estos síntomas como de “primer
medir la sintonía o el esquizoidismo es nuestra propia orden”, por su valor, tanto para el diagnóstico de esqui-
esfera afectiva, nuestra totalidad personal. De modo zofrenia como por el hecho de ser decisivos sobre todo
que al lado de un diagnóstico por razón se avanzará a para el diagnóstico diferencial con los cuadros ciclotí-
un diagnóstico por sentimiento, por penetración, que micos.
trata de llegar al “alma” del enfermo, dejando de lado Los síntomas de segundo orden, como los restan-
los conocimientos, tratando de “vivir” al otro y buscan- tes errores sensoriales no incluidos en los de primer
do lo esencial. orden, las ocurrencias delirantes, la perplejidad, las dis-
Para Minkowski la variedad de síntomas y formas timias y la vivencia de empobrecimiento afectivo, si son
clínicas de la esquizofrenia son expresión de la pertur- abundantes y claros, pueden también permitir realizar
bación esencial que la caracteriza como entidad: la au- el diagnóstico de esquizofrenia, aunque puedan apare-
sencia del contacto vital con la realidad. Esto se expresa cer también en otros cuadros clínicos como los estados
como una pérdida de la sintonía y sus componentes de ciclotímicos.
sentido común, de adecuación y concordancia, es decir, César Ojeda plantea que, desde un punto de vista
de aquellos factores instintivos –no de la inteligencia– psicopatológico, las últimas décadas no han aportado
que permiten captar la duración inherente a lo vivo, lo nada sustancial a lo ya descrito en este libro. Los con-
fluyente y dinámico de la existencia. Esta pérdida se ceptos actuales sobre la esquizofrenia, liderados por la
manifiesta en el racionalismo mórbido y en el autismo, psiquiatra Nancy Andreasen y acatados casi sin resis-
que Bleuler caracterizó como “la desvinculación de la tencia por la serie DSM, no hacen otra cosa que repetir,
realidad, acompañada de un predominio relativo o ab- con otros nombres, y podados de toda riqueza psico-
soluto de la vida interior”, y que Minkowski desarrolla patológica, las descripciones más tradicionales. Sin em-
siguiendo a su maestro. El autismo se expresa también bargo, en este periodo el conocimiento biológico sobre
en las “actitudes esquizofrénicas”, que para Minkowski la esquizofrenia ha tenido un desarrollo creciente, y en
son verdaderas estereotipias psíquicas, mecanismos el capítulo final Ojeda nos invita a un fascinante tour
compensadores de la desintegración esquizofrénica: el por aquellos modelos que presentan un mayor apo-
ensueño, el malhumor y el arrepentimiento mórbidos; yo empírico y una mejor adecuación a los fenómenos
psicopatológicos básicos de la esquizofrenia. Con gran las respuestas frente a ellas. Estas habilidades incluyen
versación y dominio, y una escritura depurada que fa- desde la percepción de las expresiones faciales y otras
cilita la comprensión de hipótesis complejas, nos va señales, hasta el procesamiento emocional, la “teoría
ilustrando sobre la genómica y las explicaciones evo- de la mente”, la auto-referencia y la memoria. El “cere-
lucionarias, sobre las explicaciones basadas en altera- bro social“, debido a su lenta maduración, está expues-
ciones neurobiológicas que provocan deficiencias en la to a anomalías en la expresión génica, a noxas ambien-
transmisión sináptica, sobre los cambios morfológicos tales, y a los cambios hormonales y del neurodesarrollo
estructurales en el cerebro de pacientes esquizofréni- que ocurren en la adolescencia (sinaptogénesis, mieli-
cos que llevaron a T. Crow a plantear una alteración del nización y “poda” tardías). Esta situación permite que
desarrollo de la normal asimetría cerebral. Este evento, la vulnerabilidad aumente y, en algunos casos, que la
que surge en la especiación del homo sapiens, es el mis- enfermedad se exprese.
mo que da origen al lenguaje. Participé hace casi treinta años en el Seminario de
Ojeda discute la teoría de Crow, y “apuesta” más postgrado que dictó César en la Escuela de Psicología
bien por la incipiente hipótesis de perturbaciones en el UC sobre “La esquizofrenia clásica”, y que dio origen a
cerebro social de los esquizofrénicos, basado en que la este libro. Leer y reseñar esta reedición, con su amplia-
psicopatología clásica apuntó a que toda la conducta ción acerca de los conceptos biológicos actuales, me
esquizofrénica presenta un carácter, una cualidad, que han permitido ser testigo y dar testimonio de la capaci-
la hace inconfundible, a través de conceptos como “au- dad intelectual, dedicación y persistencia de César Oje-
tismo” (Bleuler), “pérdida del contacto vital” (Minkows- da en el apasionante y complejo tema de la esquizofre-
ki) “falta de propositividad vital” (Roa), y que orientan a nia, puestas al servicio de la Psiquiatría y de nosotros,
un déficit en la creación de la inter-personalidad. sus afortunados colegas.
Brothers describe el “cerebro social” como siste-
mas cognitivos y afectivos que han evolucionado como
resultado de las presiones progresivas de los sistemas REFERENCIAS
sociales con altos niveles de organización. Este sistema
1. Silva H. La Esquizofrenia: de Kraepelin al DSM-IV. Ediciones Uni-
cerebral subyace a las habilidades de la conducta so-
versidad Católica de Chile, Santiago, 1993
cial, tanto en el sentido de la captación de las disposi- 2. Vidal M. Para leer a Jaspers. Invitación a la Psicopatología Gene-
ciones e intenciones de los otros individuos, como de ral. Editorial Universitaria, Santiago, 2003