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Situación de la psicopatología

R oberto M azzuca

¿Q ué es la psicopatología?

En una definición abstracta, la psicopatología es una de las


disciplinas que forman parte de la psicología como ciencia. Tiene
como objeto el estudio de los procesos y fenómenos psíquicos
patológicos, ya sea en las enfermedades mentales, sea en las per-
turbaciones de los sujetos considerados sanos. Es por lo tanto
una disciplina teórica autónoma que elabora sus conocimientos a
partir de la observación de hechos, y no se vincula, en principio,
con ningún campo particular de aplicación de la psicología, con-
tribuyendo con sus aportes en cualquiera de ellos. Sin embargo,
tanto en el momento de su surgimiento como en las primeras
décadas de su desarrollo, ha generado una estrecha interdepen-
dencia con la práctica clínica de la psiquiatría y del psicoanálisis,
que constituyeron sus principales fuentes de recolección de da-
tos empíricos así como los campos de aplicación que proporcio-
naron la extensión de sus conceptos. Todo esto en momentos en
que no existía la psicología como carrera universitaria ni como
profesión. Posteriormente, se agregó la clínica psicológica y las
prácticas psicoterapéuticas.
Su método fue entonces, aunque no de manera exclusiva,
lundamentalmente clínico. Solo recientemente se ha ampliado
su fuente experimental a partir de nuevos enfoques y teorías
psicológicos. Por otra parte, su situación actual, tanto en la psi-
quiatría como en el psicoanálisis, que por décadas alimentaron y
sostuvieron su desarrollo, se ha vuelto problemática. La mayor
parte de los sistemas diagnósticos actuales en psiquiatría se pre-
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sentan como ateóricos. Por una confusión entre la psicopatología desvían se puede observar con mayor precisión procesos o me-
general y especial, muchas veces se reduce su enseñanza a los canismos que intervienen en el desarrollo del psiquismo normal.
tipos, clases o categorías diagnósticos. D e este modo, ocurre que Esta idea supone una hipótesis que ya había sido formulada por
algunos programas de psicopatología tienen como contenido las C.Bernard en relación con la fisiología y la fisiopatología, que es
categorías del DSM, ignorando a la vez que la psicopatología es la de una continuidad entre lo normal y lo patológico. El influjo
una disciplina teórica y que tiene un desarrollo general, no sólo de Ribot se prolonga en sus numerosos discípulos, entre ellos
especial. En cuanto al psicoanálisis, muchas de sus orientaciones l’ierre Janet que lo sucede en su cátedra de Psicología patológica
actuales recusan o simplemente se apartan de consideraciones y Georges Dumas, primer director del laboratorio de Psicología
psicopatológicas. Algunas de ellas rechazan con vigor la práctica patológica de la Sorbona, quienes, a diferencia de su maestro y
del diagnóstico por considerarla incompatible con los principios empujados por él, que siempre lamentó no poder ocuparse de
del tratamiento psicoanalítico. una manera directa de la enfermedad mental por no ser médico,
Es conveniente entonces plantear, aunque sea someramente, emprendieron estudios de medicina que agregaron a su previa
las circunstancias del surgimiento de la psicopatología y los ava- formación filosófica, lo que les permitió integrarse en los ám bi-
tares que la han conducido hasta la situación actual. tos de la psiquiatría. Vemos entonces que esta primera rama de
la psicopatología tiene un origen universitario, desprendiéndose
de la filosofía, y permanece desarrollándose en ese mismo ám-
Una breve historia bito, pero sin embargo no puede sostenerse de manera indepen-
diente y se integra con la práctica de la psiquiatría.
La psicopatología surge hacia fines del siglo xix y comienzos Mientras tanto, en la misma época, Sigmund Freud, después
del xx formando parte de la tendencia de la psicología a consti- de su estada en París estudiando con Charcot e incentivado por
tuirse como ciencia. No tiene una fuente única sino que pueden él, ha comenzado a trascender su actividad de neurólogo inven-
reconocerse varias ramas principales en lo que podemos deno- tando una psicopatología que explica los síntomas de sus pacien-
minar movimiento hacia la psicopatología: la psicología univer- tes neuróticos. Se trata de la misma idea y supuesto de Ribot,
sitaria francesa, el psicoanálisis y la psiquiatría, especialmente la aunque formulados de una manera inversa. Tal como lo escribe
alemana. en su inédito Proyecto de psicología para neurólogos, en 1895, "se-
En Francia es Théodule Ribot quien funda esta disciplina, ría imposible obtener una concepción global satisfactoria de los
primero con el nombre de psicología patológica -alg o más tarde trastornos neuropsicóticos si no se pudiese vincularla con claras
pasará a utilizarse el de psicopatología-, que se diferencia de la hipótesis acerca de los procesos psíquicos norm ales". Este su-
psicología experimental porque se basa en el llamado método puesto sostiene toda la elaboración freudiana hasta el final de
patológico que consiste en estudiar los hechos patológicos para su obra. En su 31" Conferencia de introducción al psicoanálisis, de
comprender la psicología normal. Retomando ideas de Darwin 1932, sigue sosteniendo "la patología mediante sus aumentos y
sobre el valor de la observación de hechos raros o excepcionales, engrasamientos puede llamarnos la atención sobre constelacio-
sostiene en su trabajo De la méthode dans les Sciences, de 1905, que nes normales que de otro modo se nos escaparían". El supuesto
la enfermedad es una experim entación instituida por la natura- de la continuidad entre los procesos psíquicos normales y enfer-
leza misma por medio de circunstancias y procedimientos que mos alcanza en Freud una formulación más avanzada va que,
no se podrían reproducir artificialmente. Esta es la idea nuclear más que de continuidad, se trata de identidad: intervienen los
presente en todas las variantes de la psicopatología: utilizar la mismos mecanismos; la diferencia, como lo denuncian los térm i-
observación de los hechos patológicos para conocer mejor la nos usados: aumentos, engrasamientos, no es sino cuantitativa.
psicología normal; allí donde las facultades se desorganizan o La ambición freudiana es construir una psicología del hombre
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normal, de allí la producción de su trilogía del inconsciente, los nes psiquiátricas de la primera década del siglo. En Francia, P.
sueños, el chiste y los fenómenos psicopatológicos de la vida co- Sérieux y J. Capgras renuevan la categoría kraepeliniana de la
tidiana, es decir, del hombre común; por eso sus construcciones paranoia al reconsiderarla en 1909 en un registro psicopatológico
se prolongan en una metapsicología. Sin embargo, esto no lo con el nombre de locuras razonantes, dando cuenta de sus carac-
aparta de la tarea de continuar elaborando una psicopatología, terísticas justam ente por los mecanismos de construcción del de-
en el sentido de estudiar los procesos psíquicos de las enferme- lirio paranoico. Este soporte en los mecanismos generadores del
dades mentales. Esta psicopatología asume en Freud una m oda- delirio les permite introducir en el seno de esta categoría clínica
lidad muy específica que es la delim itación de los m ecanismos nna distinción fundamental, ausente en la elaboración de Krae-
psíquicos que intervienen en la formación de los síntomas. En el pelin, entre delirios reivindicativos e interpretativos, los cuales,
momento inicial de su trabajo, hacia 1893, se trata del mecanis- examinados desde esa perspectiva presentan diferencias decisi-
mo de defensa que da cuenta de las neuropsicosis. Posteriormen- vas en su conformación, evolución, pronóstico, peligrosidad del
te, de la represión. Más tarde, del mecanismo paranoico y del pasaje al acto, etc., no reconocidas por el gran psiquiatra clásico,
melancólico, etc. La psicopatología asume entonces en su obra la lista genial distinción es retomada por G. de Cléram bault quien
modalidad de describir los mecanismos responsables del surgi- agrega a las paranoias reivindicativas, los delirios erotomaníacos
miento, formación, mantenimiento y evolución de los diferentes v los de celos para form ar el grupo de las psicosis pasionales.
tipos de síntomas. Poco tiempo antes, en 1909, había reexaminado la psicosis aluci-
Poco tiempo después, esta modalidad se extiende en el cam- natoria crónica a la luz de la propuesta de un nuevo mecanismo,
po de la psiquiatría. Asociado de manera directa con la produc- el del automatismo mental, innovando de esta manera sobre el
ción de Freud, debe mencionarse las innovaciones que introduce automatismo psicológico propuesto por Janet en 1889. Algo más
el psiquiatra suizo, Eugene Bleuler, creador del grupo de las es- tarde, en 1918, E. Kretschm er reconoce un tercer grupo en las
quizofrenias, quien, en 1906, publica el artículo Los mecanismos paranoias al conformar el delirio de relación de los sensitivos.
freudianos en la sintomatología de las psicosis. Esquizofrenia no es A este movimiento psicopatológico que surge en el interior
simplemente una distinta denom inación para la categoría de la del psicoanálisis y de la psiquiatría viene a agregarse en la se-
demencia precoz delimitada previamente por Kraepelin, sino gunda década del siglo el influjo de la filosofía fenomenológi-
que implica una metodologia diferente para su delimitación y ca y existencial que conduce a la elaboración de una psicología
fundamentación, basadas justam ente en la postulación de los v psicopatología en esa perspectiva. K. Jaspers publica en 1913
mecanismos psíquicos que la constituyen, entre ellos, el fun- su Psicopatología general. Muchos psiquiatras se inscriben en esa
damental y que da origen a su denominación: la disociación, la corriente, como L. Binswanger y E. Minkowski, la cual alcanza
esquizia, es decir, el mecanismo freudiano de la Spaltnng. No una amplia difusión, en especial la obra de Jaspers continuada
im porta en esta breve síntesis si la elaboración de Bleuler es fiel por K. Schneider quien se hace cargo de sucesivas reediciones
a los conceptos freudianos o si, por el contrario, los deforma. ampliadas de la Psicopatología general, y extiende su vigencia no
Lo que resulta decisivo señalar es que Beuler se autoriza en los sólo en Europa sino en América tanto en el norte como en el sur
mecanismos fdos y que corresponde a un nuevo mom ento en la hasta ya avanzado el siglo. En nuestro país llega a asumir una
psiquiatría, distinto del de Kraepelin y la llamada psiquiatría clá- gran importancia.
sica, momento que se caracteriza justam ente por tomar como eje G. Lantéri-Laura, perspicaz historiador de la psiquiatría,
la psicopatología, especialmente en la modalidad de identificar distingue tres períodos en su desarrollo: el de la psiquiatría na-
los mecanismos psíquicos en juego en las diferentes formas de ciente, iniciada por P. Pinel y caracterizada por el paradigma de
las enfermedades mentales. la alienación mental; el de la psiquiatría clásica con su culmina-
Esta modalidad caracteriza las más innovadoras produccio- ción en E. Kraepelin, organizada en torno al paradigma de las
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enferm edades mentales; y luego el predominio en la psiquiatría to psicopatológico, se ha diversificado después de Freud en mul-
del paradigma de las estructuras psicopatológicas, el cual, con titud de escuelas y orientaciones. Todas ellas m antienen en ge-
ciertas diferencias, coincide con el que sucintamente acabamos neral los principios establecidos por su fundador en cuanto a las
de describir y que comienza con las innovaciones freudianas. De relaciones entre normalidad y patología, lo cual implica que en
este período afirma que marca el pasaje de la psicopatología al mayor o menor grado construyen una psicopatología. Sin em-
primer plano, ubicándose la psiquiatría de manera dependiente bargo, el lugar e im portancia que le otorgan en su cuerpo teórico
como su aplicación médica, la cual "se encontrará mirada desde es muy disímil y tam bién entonces su incidencia en la práctica
lo alto por una psicopatología que la trasciende, da cuenta de clínica. Algunas, las menos, mantienen en prim er plano la distin-
ella de una manera totalizante y la hace servir de este modo a ción entre categorías clínicas, especialmente la decisiva diferen-
un conocimiento general del hom bre..."1. La psicopatología ad- cia entre neurosis y psicosis establecida por Freud para la clínica
quiere tal prevalencia, sobre todo por el influjo de la perspectiva psicoanalítica. Para otras, esta distinción es relativam ente secun-
de Jaspers, por una parte, y de la llamada psiquiatría dinámica daria y, finalmente, hay algunas que la ignoran por completo. La
que utiliza en gran proporción nociones psicoanalíticas, por otra, enseñanza de Lacan, por el contrario, no solo ha tenido en cuenta
que los servicios hospitalarios dedicados a la atención de las en- la clínica psiquiátrica clásica y la clínica freudiana sino que ha
fermedades mentales en nuestro país, por ejemplo, llegan a ser fortalecido con una nueva savia la psicopatología2.
denominados servicios de psicopatología, y sólo recientemente han A este panorama hay que agregar el del surgimiento de la
com enzado a llamarse servicios de salud mental. profesión del psicólogo y la enseñanza universitaria de la psico-
Sin embargo, este paradigma psicopatológico entra en decli- logía a partir de la posguerra, el desarrollo de la psicología clíni-
nación después de la década del setenta y en la actualidad ha ca y la diversificación de las psicoterapias, muchas de ellas con
llegado a su fin en la psiquiatría empujado por circunstancias de una muy débil referencia a las grandes teorías psicológicas, es
diferente índole. En prim er lugar, fue por efecto del movimiento decir, no fundadas en una psicopatología. Y entre las teorías psi-
antipsiquiátrico. Pero después, el golpe de gracia provino de la cológicas predominantes, son pocas las que le otorgan un lugar o
extensión del uso de psicofármacos que trajo como consecuen- contribuyen al desarrollo de una psicopatología. El conductismo,
cia que la psiquiatría se transformara profundamente y se esté por ejemplo, se basó inicialmente en experiencias de laborato-
convirtiendo plenamente en una disciplina médica. El diagnósti- rio y, cuando más tarde se orientó hacia cuestiones patológicas
co de estructuras psicopatológicas no sirve a esta modalidad de consideró las neurosis fundamentalmente como aprendizajes no
la psiquiatría y es reemplazado por el diagnóstico de trastornos adecuadamente adaptados, es decir, estableció relaciones más
(diferencia de la que nos ocuparemos más adelante) en sistemas con una psicología del aprendizaje que con una psicopatología.
cuya construcción se propone prescindir de consideraciones teó- Sólo algunas orientaciones en psicología clínica m antienen en
ricas, es decir, psicopatológicas. De este modo, si la psiquiatría su seno cierto registro psicopatológico, especialmente las que se
fue durante décadas uno de los pilares fuertes para el desarrollo consideran psicologías dinámicas y conservan cierta influencia
de la psicopatología, sirviendo su clínica simultáneamente, como del psicoanálisis. El surgimiento de las psicoterapias llamadas
dijimos, tanto de fuente de datos como de campo de aplicación, cognitivas no se funda, a pesar de su nombre, en el desarrollo de
esa interrelación ha comenzado a menguar y, en muchos ámbi- la psicología cognitiva, y muchas veces se refiere a teorías exte-
tos, ha terminado por desaparecer. riores al campo de la psicología como la teoría de la información
En cuanto al psicoanálisis, el otro pilar inicial del movimien- v comunicación.

1 Lantén-Laura, G. (1998) Essai sur les paradigmes de la psychiatrie moderne, 2 Remito en este punto al texto de Fabián Schejtman "Lacan: resistencia
París, Éditions du temps, 1998, p. 180. de la psicopatología", en este mismo volumen.
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Como se ve, la historia y situación actual de la psicopatolo-


gía son complejas y problemáticas. Su campo se ha constituido
La psicopatología:
como resultado de diferentes prácticas con referencias teóricas
muy diversas. De ello se ha derivado una pluralidad de "psico- de la psiquiatría al psicoanálisis1
patologías", cada una con su fundamentación propia y un or-
denamiento interno que le es específico, lo cual se traduce en C lau d io G odoy
sistemas de categorías clínicas y nomenclaturas no sólo disímiles
sino difícilmente comparables entre sí al estar construidas en re-
gistros y con criterios dispares. Por último, debe agregarse que
estas psicopatologías no siempre se suceden unas a otras sino
que coexisten y se superponen muchas veces de manera desor-
denada, configurando una situación actual no sólo de amplia
variedad sino de cierta confusión. Ello obliga a asumir ciertas La historia no es el pasado, afirmaba una vez Jacques Lacan
decisiones para delimitar la orientación y contenido de la ense- en su Seminario 1. En efecto, el pasado, conglom erado de hechos,
ñanza de la psicopatología, especialmente haciendo explícitas las lechas y nombres propios se distingue de la historia en tanto ésta
posiciones teóricas desde las que se la aborda. es la lectura que a posteriori, desde el presente, ordena y da su
razón de ese pasado. El pasado no cambia pero la historia que se
cuenta de él siempre puede renovarse. Está abierta al hallazgo,
a la sorpresa. Eso lo demuestra la experiencia m ism a de un psi-
coanálisis.
En este caso lo que nos ocupa es la historia de la psiquiatría
v la psicopatología. No nos abocaremos a ella con un afán de
erudición historicista. Nuestro interés, por el contrario, es ubicar
el surgimiento y el despliegue de ciertos conceptos, de algunas
entidades clínicas cuya vigencia prosigue en nuestros días, como
así también de ciertas problemáticas y obstáculos que continúan
interrogando a nuestro presente. Nos interesa tam bién la ten-
sión, los cruces, entre la psiquiatría, la psicopatología y el psi-
coanálisis. Lacan destacaba que hay una clínica desde que hay
tipos clínicos. Esa clínica es anterior al psicoanálisis, es la que
construyeron los clásicos de la psiquiatría identificando y nomi-
nando una serie de tipos clínicos. Freud y Lacan los han usado:
paranoia, demencia precoz, histeria, amentia, etc. son términos
que provenían de la psiquiatría. Ahora bien, ese uso no ha sido
sin consecuencias. Al ser retomados desde la clínica psicoanalí-
tica no solo encuentran una elucidación nueva sino también una

1 Una primera versión de este trabajo fue publicada en Psicoanálisis y psi-


quiatría: encuentros y desencueyitros, Berggasse 19, Buenos Aires, 2002.

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