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Derecho Político I – Universidad Santo Tomás – Hugo Tórtora Aravena – 2010

I UNIDAD
SOCIEDAD, DERECHO Y POLÍTICA

SUMARIO: I. Teoría de la Sociedad; II. Mando y Obediencia; III. El Derecho Político

I. Teoría de la Sociedad
(El Hombre – La Sociedad – La Política)

 El Hombre

El Derecho en general, y el Derecho Político en particular, son disciplinas cuyo


foco principal es, naturalmente, el Hombre o Ser Humano. Sin embargo, y según iremos
analizando en el presente curso, el rol del ser humano en el Derecho Político y Teoría
Política ha ido cambiando con el tiempo: mientras en un comienzo, la cuestión
fundamental era la definición de los rasgos más importantes del Hombre para poder
gobernarlo mejor, hoy en día la mayor preocupación es cómo protegerlo mejor.
En este contexto, tradicionalmente se identifican tres dimensiones o condiciones
del ser humano, y que le son fundamentales, como son la mundanidad, la sociabilidad y
la politicidad. A ellas, agregaremos una cuarta condición, como es su dignidad.

a) La mundanidad se refiere a que el Hombre es un ser que tiene existencia real, en el


Mundo físico. El ser humano existe “acá”, en este Mundo, es una realidad, no es un dios
ni un espíritu, y su vida se desarrolla dentro del contexto de la materialidad, de las
cosas.
A partir de esta característica, debemos destacar dos importantes
consecuencias. La primera, es que al tratarse de un ser que proviene de la naturaleza,
interactúa directamente con ella, nutriéndose de los recursos que ella le proporciona,
pero a su vez, generando efectos en el ambiente mediante sus propias conductas. El
medio natural aparece, por tanto, como el contorno dentro del cual se desenvuelve la
existencia humana, produciéndose una permanente interacción entre ambos.
Una segunda importante consecuencia es que el ser humano tiene necesidades
mundanas que deben ser satisfechas. Por este motivo, no es posible aspirar a que el
Ser Humano, por decisión estatal o de cualquier otra autoridad, se comporte como un
ser divino, ya que su esencia es imperfecta. Tampoco es aceptable olvidar que las
personas presentan necesidades reales y concretas que deben ser cubiertas, sin que
sea razonable sostener que los sujetos deban conformarse sólo con meras aspiraciones
teóricas, o con modelos económicos y políticos que olviden que hablamos de seres
finitos y vulnerables, cuyas necesidades básicas deben ser lo primero que se deben
satisfacer, para luego continuar con las demás.

b) La sociabilidad es la condición que tiene el ser humano por la cual vive


necesariamente dentro de una sociedad.
En palabras de Mario Verdugo, “el hombre no existe, sino que coexiste; no vive,
sino que convive”, en evidente alusión de que forma parte de la naturaleza humana, la
vida en sociedad.
Así las cosas, la sociedad no aparece como algo creado artificialmente por el
Hombre, sino que es la única forma como él es capaz de vivir. Ello, principalmente por
la comunicabilidad que posee el ser humano, capaz de utilizar la herramienta de la
palabra para interactuar con los demás congéneres. 1
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Por lo demás, dentro de todas las necesidades humanas, muchas de ellas


requieren del grupo humano para satisfacerlas (como las necesidades de trabajo, de
educación, de formar una familia), por lo que le sería imposible vivir sin su inclusión
dentro de un entorno social.

c) La politicidad, en tanto, se refiere a que el Hombre no solo va a vivir en sociedad,


sino que además, requiere de que ésta sea una sociedad organizada.
O sea, que se trate de una sociedad que cuente con cierto orden, regulación y
dotada de un poder político a través del cual, se tomen las grandes decisiones.
En palabras de Aristóteles (“La Política”), el Hombre es un “animal político”, lo
que implica que en forma natural, él busca organizar su convivencia social mediante
normas y procedimientos, como parte de su propia forma de ser.
Esta característica, sin embargo, no es compartida por todos los autores. Existe
una importante línea de pensamiento, como es el contractualismo, que entiende que el
ser humano vive originalmente en lo que se denomina “Estado de Naturaleza”, y que
sólo en virtud de un acuerdo o pacto, las personas por su propia conveniencia, prefieren
salir de esa situación original, para dar paso a una comunidad organizada jurídica y
políticamente, que es el Estado. De esta forma, para los contractualistas, el Hombre no
es esencialmente político, sino más bien, es un ser que, gracias a su racionalidad, logra
descubrir la conveniencia de la vida política.

d) La dignidad humana. El ser Humano es un ser digno por naturaleza. Como tal, es un
ser que merece respeto y consideración. Nuestra Constitución o Carta Fundamental
recoge este principio en el artículo primero cuando indica que “Las personas nacen
libres e iguales en dignidad y derechos”. Vale decir, los seres humanos, que son por
esencia diferentes unos de otros, hay algo que los une y los hace idénticos: ello es su
Dignidad. No sólo todas las personas son dignas, sino que además, todas son
igualmente dignas.
Como consecuencia de esta dignidad, todos los seres humanos, son además
personas, o sea, Sujetos de Derecho, individuos capaces de que sus conductas sean
reguladas por el Ordenamiento Jurídico, y capaces de ser titulares de derechos.
De esta misma dignidad nacerá un plexo de derechos de principal relevancia,
como son los Derechos Humanos o Derechos Fundamentales, y conjuntamente con
ellos, nace el deber de respetarlos.

 La Sociedad

Podemos entender por sociedad “Un gran número de personas que obran
conjuntamente para satisfacer sus necesidades colectivas, y que comparten una
cultura común”.

Las grandes características de la sociedad son:

1. La sociedad está compuesta por un número significativo (amplio) de personas,


que actúan colectivamente, no se forma una sociedad con pocas personas.
2. La sociedad es una unidad diversa de sus miembros, o sea, distinta de los
individuos que la componen.
3. Persiguen un objetivo común, el bien común. 2
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Hay dos grandes concepciones en torno a la sociedad:

a. Concepción Mecanicista: La sociedad no es otra cosa que la suma, uno por uno, de
todos los individuos que la conforman. Los individuos son las únicas realidades, los
individuos son sustancia y, en cambio, los grupos sociales no son más que una
ficción. Todos los grupos humanos carecen, entonces, de realidad por ser únicamente
ficciones o abstracciones. La sociedad no es sujeto de vida propia, como es el
hombre, porque no hay vida de la sociedad equivalente a la vida de los individuos.
Las únicas realidades humanas sustentables y las únicas que viven en el sentido
genuino de la palabra vivir, son las personas individuales. La Sociedad no existe sin
los hombres y por ello, sin hombres no hay sociedad. No existen las realidades
sociales, ni los fines sociales, ni las necesidades sociales, sólo existe la realidad, los
fines y las necesidades individuales.

b. Concepción Organicista La sociedad es un ente nuevo, independiente de los sujetos


que la forman. Además de la realidad individual, también existe una realidad social o
grupal. Si bien la sociedad requiere de seres humanos para que se origine, no es
menos cierto que una vez que éstos se reúnen, son capaces de dar origen a una
figura nueva como es la sociedad. En esta concepción, hay una realidad social,
existen fines sociales, existen necesidades sociales, condiciones cada una que son
diferentes a las realidades individuales.

Finalmente, diremos que parte de la doctrina suele hacer diferentes clasificaciones


de las sociedades, utilizando diferentes criterios. Sin embargo, nosotros no compartimos
dicha tesis, por cuanto en rigor, nos parece que en cada territorio existe una sola
sociedad. Distinto es que dentro de dicha sociedad única, se desarrollen diferentes
“agrupaciones” humanas, con realidades propias que las distinguen. En este contexto,
podríamos señalar que las agrupaciones humanas (no las sociedades), se pueden
clasificar:

1.- Desde el punto de vista de su naturaleza, en agrupaciones necesarias y voluntarias.


Las primeras son aquellas que el hombre inevitablemente tiende a formar, como son la
familia, la aldea y el Estado. Las segundas, en tanto, son aquellas que no constituyen una
exigencia de la naturaleza humana y que el hombre las va creando con mayor o menor
intensidad de acuerdo a su desarrollo evolutivo, como serían un partido político, un club
deportivo, una empresa comercial.

2.- Desde el punto de vista de su eficacia, en agrupaciones perfectas e imperfectas.


Las agrupaciones perfectas son aquellas que poseen los elementos necesarios
para satisfacer de una mejor medida las necesidades colectivas y personales de sus
miembros. Se dice que la agrupación perfecta por excelencia es el Estado. Sin embargo,
el Estado no es perfecto en el sentido que carezca de defectos, sino en el entendido de
que de entre las diversas formas sociales que el hombre puede concebir el Estado es la
agrupación que con mayor grado de eficacia puede satisfacer las necesidades de sus
miembros.
Las demás agrupaciones, serían imperfectas.
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Finalmente, respecto de la Sociedad, diremos que desde un punto de vista político,


normalmente se encuentra compuesta por tres grandes niveles:

(1) El primer nivel: El nivel individual. La sociedad está constituida


fundamentalmente por individuos, por personas naturales que significan el sustrato
básico a partir del cual se construye la comunidad.

(2) El segundo nivel: El nivel asociativo. Además de los sujetos individuales, las
sociedades se encuentran compuestas por diferentes conjuntos de personas que
deciden voluntariamente unirse en torno a un fin. En atención a que estas
asociaciones se ubican entre el nivel individual y el estatal, se habla de ellas como
“grupos intermedios” o “cuerpos intermedios”. Dentro de estos grupos intermedios,
encontramos a las sociedades comerciales, los clubes deportivos, las Iglesias, las
corporaciones de beneficencia, las juntas de vecinos, etc. Estos grupos forman, en
su conjunto, lo que se denomina “la sociedad civil”, que le da vida y dinamismo a
la sociedad.

(3) El tercer nivel: El nivel estatal. Las sociedades más evolucionadas logran
organizarse políticamente, y generar un cuerpo más extenso y poderoso, con
potestades o facultades para dictar normas obligatorias y para ejecutarlas incluso
mediante el uso de la fuerza, y que se denomina Estado. No todas las sociedades
están organizadas como Estados, por lo que no resulta un elemento de la esencia
de toda sociedad.

Ahora, ¿cómo se relacionan estos tres niveles?

- El nivel individual con el asociativo: Los individuos forman los grupos intermedios
mediante el ejercicio de un derecho fundamental como es la libertad de asociación
(art. 19 N° 15 de la Constitución). A su vez, los grupos intermedios tienen como
objetivo, lograr el mayo bien posible para las personas. De esta forma se produce
una relación de mutua necesidad, donde los grupos existen gracias a la decisión
de los individuos, y donde estos últimos necesitan de los grupos para satisfacer
varias de sus necesidades.

- El nivel individual con el estatal. Las personas también son quienes, junto con los
grupos intermedios, las que forman al Estado. Por su parte, el Estado se vinculará
con los individuos por dos vías: primero, estableciendo normas que regularán el
comportamiento de las personas, pero fundamentalmente, el Estado será una
organización que estará al servicio de las personas, constituyéndose como un ente
protector de las mismas, facilitándoles su máxima realización personal (ver art. 1°
inciso cuarto de la Constitución).

- El nivel asociativo con el estatal. En este nivel, el principio rector será el de


Subsidiariedad. Éste consiste fundamentalmente, en que los cuerpos intermedios
deben contar con la suficiente autonomía para que puedan desarrollar plenamente
todas sus actividades, correspondiéndole al Estado actuar en todos aquellos casos
en que estos grupos intermedios no sean capaces (porque no pueden o porque no
quieren) de satisfacer las necesidades de las personas. Así, se dirá que la
subsidiariedad aparece representada en una doble4dimensión: negativa y
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positivamente. La subsidiariedad negativa es una prohibición que consiste en que


el Estado no puede intervenir en aquellas actividades que los particulares y los
grupos intermedios pueden actuar, mientras que la subsidiariedad positiva está
representado por el deber del Estado, quien deberá actuar en todas aquellas
actividades que tengan por objeto satisfacer necesidades sociales que los
particulares no puedan o no quieran satisfacer. Por lo mismo, el Estado no podrá
instalarse con un supermercado, ni deberá intervenir en la autonomía de las
Iglesias, porque allí los sujetos privados deben actuar con absoluta libertad, pero
sí deberá preocuparse de financiar instituciones dirigidas a proporcionar educación
pública o salud pública, en aquellas zonas que, para los privados, no sea rentable
explotar económicamente.

 La Política
La Política es, en primer término, una actividad que se desarrolla bajo el contexto
de una pluralidad de sujetos, que por su amplitud y complejidades que aparecen por las
diferentes características que poseen los individuos. Si todas las personas fueran iguales,
con los mismos ideales y convicciones, entonces, la política no tendría sentido. La política
tiene su razón de ser por el hecho de que se desenvuelve entre sujetos esencialmente
diferentes, con sus propias características y realidades que los distinguen.
Sin embargo, a pesar de ser un vocablo tan empleado, no es fácil definirlo, por
cuanto existen muchas concepciones en torno a ella.

Por lo mismo, diremos que se pueden entregar diferentes conceptos de


“Política”:
a) Política en sentido amplio (Max Weber).Se refiere a cualquier actividad de
dirección o conducción de toma de decisiones en un grupo, para alcanzar
cualquier fin.

b) Política en sentido estricto. Se refiere a la toma de las grandes decisiones en


relación con El Estado. Desde este punto de vista, la política se relaciona con la
actividad encaminada a la búsqueda y al ejercicio del poder político. Cuando
hablemos de política en este curso, le daremos este perfil.

La política en sentido estricto, se desarrolla en dos grandes fases1 o períodos:

1. FASE AGONAL: Es aquella etapa en que las distintas fuerzas políticas


presentes en la sociedad luchan para alcanzar el poder. Así se desarrolla la
búsqueda del poder por los partidos políticos y los grupos de poder. La fase
agonal se desarrolla en la propaganda y las campañas políticas, en la
elaboración de programas de gobierno, etc. Esta actividad se encuentra
regulada en los ordenamientos jurídicos de cada Estado, para permitir la
lucha en igualdad de condiciones entre los diferentes postulantes.

1 Dejamos constancia que algunos autores hablan de “faces” y no de “fases”, esto es, hablan de “caras de la política” (faces
como plural de faz), y no de etapas (fases como plural de fase). Sin embargo, preferimos esta segunda concepción, puesto
5 temporales que se suceden.
que entendemos que la actividad política se da consecuencialmente en diferentes estadios
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2. FASE ARQUITECTONICA: Se refiere al desarrollo y ejercicio del poder,


cuando éste fue alcanzado mediante las actividades desarrolladas en la
fase agonal. Una vez alcanzado el poder, empezamos a construir el
modelo social a seguir o por el cual creemos, hay mas libertades a los
particulares. Esta actividad también está regulada por los ordenamientos
jurídicos, ya que quienes ejercen el poder deben comportarse de acuerdo
al marco jurídico objetivo, previamente establecido en la Constitución y las
leyes.

II. Mando y Obediencia


(La obediencia al poder - ¿Por qué se obedece?)

 La obediencia al poder

Hemos visto cómo la actividad política tiene su centro en la lucha por el poder, y
que es básicamente eso (el poder) lo que se busca cuando aquélla (la actividad política)
se desarrolla.
Sin embargo, esta lucha no tendría sentido si no hubiese un conjunto de personas
que estuviesen dispuestas a obedecer al Poder que se ha logrado mediante la natural
lucha política que se desenvuelve en una sociedad organizada.
Respecto del contenido del Poder, éste involucra tanto el poder de mandar, como
el de tomar decisiones trascendentes que pueden afectar la vida de los demás.
La relación que se produce entre el sujeto que detenta este poder y los miembros
de la comunidad, es una relación bilateral, de mando y obediencia.
En relación con el Mando, diremos que siempre supone alteridad, esto es, supone
que se ejerce respecto de otro. O sea, el mando no se basta a sí mismo, sino siempre en
relación con otro sujeto, que es el mandado.
El concepto de Mando, debe diferenciarse de otras ideas que suelen confundirse,
como ocurre con el de autoridad y mandato.
Sobre la autoridad (auctoritas), debemos decir que ella implica la existencia de una
ascendencia moral de un sujeto sobre otro. En este caso, las indicaciones que emanan de
quien detenta la autoridad no se obedecen sólo por el hecho que aquél asume una
posición de jerarquía o de mando. A quien ejerce autoridad, se le sigue porque se le cree,
se le respeta, y no porque se le tema. La autoridad, en definitiva, no nace del Poder, pero
es deseable que quien detente el Poder dentro de un grupo organizado, goce también de
autoridad.
Mando y mandato tampoco son sinónimos. Mientras el primero se relaciona con el
poder que ejerce un sujeto sobre otro, el mandato es un vínculo contractual mediante el
cual una persona encarga a otra, la gestión de una determinada actividad o negocio.
Desde ese punto de vista, quien detente el poder será quien ejerce el mando porque tiene
el poder, pero simultáneamente –al menos, en un sistema democrático-, ha recibido el
mandato del pueblo para dirigir a un país. De aquí que a un Jefe de Estado se le
denomine “Primer Mandatario”: esto, no porque sea quien “manda más”, sino porque es el
primer servidor del Pueblo, el que le ha encargado que administre correctamente a un
Estado.
Por otra parte, la Obediencia está representada por el sujeto que es el
destinatario del mando. Éste último, ante el Mando, podrá asumir dos actitudes: obedecer
o desobedecer. En el primer caso, la relación mando-obediencia se da normalmente, y
permite que esta subsista y se mantenga en el tiempo. En el6segundo caso, en
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cambio, no se perfecciona esta relación, pudiendo por lo tanto el que manda, asumir dos
posturas: o insiste, reprimiendo la desobediencia; o bien, se desiste, en cuyo caso la
relación de mando fracasa, ya sea porque no se configuró esta relación, o bien porque
esa relación se extinguió.
También puede darse una situación intermedia entre acatamiento y desobediencia,
en cuyo caso, vamos a decir que el sujeto reconoce el poder de quien lo detenta, pero
trata de evadirlo y de infringir la orden recibida.
 ¿Por qué se obedece?
Reconocidos estos asuntos, bien vale preguntarse el motivo por el cual, las
personas obedecemos las órdenes emanadas de quien detenta el poder.
Bertnard de Jouvenel ya decía que era necesario conocer por qué se producía “la
obediencia milagrosa de los agregados humanos, de miles o millones de hombres que se
doblegan ante las reglas y las órdenes de unos pocos”.
Este asunto puede ser analizado desde diferentes puntos de vista:

- Angela Vivanco postula que la obediencia se puede explicar “por adhesión


íntima” o “por razones externas”.
La adhesión íntima consiste en que el sujeto obedece con el íntimo
convencimiento que lo mandado debe ser cumplido de esa manera, existiendo por
lo tanto, plena concordancia entre el que manda y el que, siendo mandado,
obedece; dándose por lo tanto una relación de mando “perfecta”.
También puede obedecerse por razones externas, como la de quien obedece
para evitar el caos o la anarquía, o bien porque se le impone mediante fuerza o
violencia el mando, o bien porque teme que se le aplique fuerza o violencia en su
contra. El mando basado exclusivamente en la fuerza o en la violencia es
esencialmente más débil que el que se ejerce por la íntima convicción del
destinatario del poder. Es perfectamente sustentable opinar que a mayor fuerza,
menos poder.
- Francisco Cumplido y Humberto Nogueira, en tanto, analizan la situación desde
otro punto de vista, y nos señalan que la obediencia se puede justificar desde un
por qué, o desde un para qué (ellos dicen, desde un “en vista de”).
Así, siguiendo a Jouvenel, la causa eficiente de la obediencia reside en un
derecho ejercido por el poder, que viene de una Majestad que él posee(o, como
dijimos, de una auctoritas), encarna o representa. El poder se detenta, pues, en la
condición de ser legítimo, es decir, en razón de su origen. A su vez, la causa final
consiste en un objetivo o fin perseguido o que busca concretar el poder, el cual es
el bien común. De este modo, los ciudadanos obedecerán al poder en la medida
que éste busque y procure realizar el bien común.
Diremos que la primera de las dos versiones (la de la profesora Vivanco)
propuestas nos parece más real que la segunda, ya que no debe de perderse de vista que
en verdad el fenómeno del poder y la obediencia no es tan ideal como lo postulan
Cumplido y Nogueira. Indudablemente la visión de estos últimos autores es útil para que
quienes detenten el poder puedan justificarlo, pero bien sabemos que muchas veces éste
sólo va a ampararse en razones de miedo y fuerza, lo cual no encuentra cabida en lo
propuesto por su teoría.
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III. Derecho Político y Disciplinas afines


(El Derecho Político – Relación con otras disciplinas)

 El Derecho Político
Una vez que ya hemos revisado algunos conceptos básicos introductorios,
podemos revisar un concepto de Derecho Político, así como su conexión con otras
disciplinas del conocimiento humano.
Tal como lo veremos más adelante, se ha discutido si aquello que se estudia bajo
el nombre de Derecho Político, debe realmente llevar ese nombre.
Sin embargo, más allá de aquello, es necesario indagar qué es aquello a lo cual se
le llama, por muchos, como Derecho Político. Más adelante, revisaremos si ésta es la
denominación más adecuada.
Lo primero que debe considerarse para poder elaborar un concepto de Derecho
Político, es identificar cuál es el objeto de estudio de esta rama del Derecho, tema
respecto del cual, se ha discutido desde antiguo.
Así, el español Adolfo Posada era de la opinión que esta disciplina estudiaba dos
nociones y cómo se relacionaban entre sí, y éstas eran el Estado y el Derecho. Por lo
tanto, como conocimiento previo al Derecho Político, debía estudiarse una correcta Teoría
del Estado.
Para Jellineck, en tanto, el Derecho Político no es una disciplina que continúe
después de la Teoría del Estado, sino que es parte de ésta. Vale decir, la Teoría del
Estado estaría compuesta por el Derecho Político (elemento jurídico), y los aspectos
sociológicos del Estado.
Hans Kelsen, en tanto sostiene que la teoría del Derecho Político se identifica con
la Teoría General del Estado, y que una y otra, son básicamente la misma cosa.
Lo que es claro, independientemente de cuál sea la doctrina a la que pretendamos
adscribirnos, es que el centro de atención del Derecho Político es el Estado, y que lo
estudia como un ente de naturaleza más bien jurídica que sociológica (aun cuando
no se debe desatender del todo este último aspecto), así como también sus
relaciones más básicas y esenciales con los sujetos que lo componen.
De esta manera, podemos citar válidamente el concepto que nos entrega Pablo
Lucas Verdú, quien nos dice que es “aquella rama del Derecho interno que estudia las
normas e instituciones reguladoras de los poderes estatales y de las libertades
fundamentales en el contexto histórico y sociopolítico”.
Este mismo autor nos reseña cuál es la real importancia del Derecho Político,
cuando nos indica que éste cumple tres misiones básicas:
- Misión didáctica: suministra conocimiento real de la organización y funcionamiento
de las instituciones políticas. Este conocimiento es imprescindible tanto para los
juristas y abogados, como para los ciudadanos. Para el jurista, por cuanto le
permite enterarse de cómo se organiza y ejerce el poder político, estructura social
que interesa y afecta a todas las áreas del Derecho. Para el ciudadano, en tanto,
porque lo hace más consciente y responsable de su participación en la comunidad
política, y porque le entrega herramientas que le permitirá formarse en una
correcta madurez cívica.
- Misión ideológica: por medio de esta disciplina se intenta demostrar que un
determinado modelo político es el más conveniente para el desarrollo integral de
las personas y de los pueblos. Bajo nuestra cultura, el modelo que se intenta
defender es el democrático.
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- Misión ética: lo que busca finalmente esta disciplina es lograr el mejor desarrollo
de la persona humana en sociedad, y la búsqueda de todos los individuos, del bien
común.

Otros autores, como Vicente Santamaría de Paredes ha llegado a decir, incluso, que
es la rama más importante del Derecho, por cuanto se identifica como los cimientos sobre
los cuales se “va a levantar el edificio de la ciencia”.
Conforme a todo lo señalado, podemos indicar que podemos entender que el Derecho
Político es aquella disciplina del conocimiento humano encargada de estudiar al Estado
como ente jurídico y político, así como las relaciones básicas que genera éste con los
individuos que lo conforman.

 Relación del Derecho Político con otras disciplinas

Esta rama se vincula íntimamente con varias otras, generándose relaciones de


especial interés.
Al respecto revisemos la relación del Derecho Político:

(a) Con el Derecho Público. El Derecho, por esencia, siempre va a regular las
relaciones existentes entre dos o más sujetos, ya que está compuesto por normas
bilaterales, pero estas relaciones pueden ser de diversas clases. Según el tipo de
relaciones que se generen, el Derecho se divide en dos grandes ámbitos: el
Derecho Público y el Privado. El Derecho Público regula las relaciones jurídicas
que se originan entre el Estado y los individuos, o entre Estados (dando origen al
Derecho Público interno y al Derecho Internacional Público). El Derecho Privado
interno, en cambio, regula las relaciones jurídicas que se dan entre sujetos
privados, ya sea que éstos se ubiquen dentro del mismo Estado, o en Estados
diversos (según lo cual, hablaremos de Derecho Privado Interno o Derecho
Internacional Privado).
El caso es que, en lo que nos incumbe, el Derecho Político vendría siendo
una rama del Derecho Público, por lo que aquél forma parte de éste, en una
relación de género a especie.

(b) Con el Derecho Constitucional. El Derecho Político entrega las bases sobre las
cuales se estructurará más tarde el Derecho Constitucional. Así, mientras el
primero aborda conceptos básicos y elementales sobre el Estado, el Poder, la
Soberanía, etc., lo que hace el Derecho Constitucional es estudiar la regulación
normativa de cada uno de estos elementos. Vale decir, mientras el Derecho
Político nos enseña qué es –por ejemplo- el Estado, el Gobierno y la Democracia,
el Derecho Constitucional (mediante la Constitución) regula cada uno de estos
aspectos, desde un punto de vista de Derecho Positivo, esto es, con normas
obligatorias.

(c) Con la Economía Política. La economía política utiliza para su estudio,


elementos propios tanto de la economía misma como de la Política, por lo que la
forma como se puede entender esta última, es especialmente a través del
Derecho Político. Las entidades que fijan las políticas públicas en materia
económica son precisamente aquellas que son estudiadas y reguladas por esta
disciplina, por lo que la información que proporciona el9Derecho Político, es clave
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para una correcta implementación de la economía política.

(d) Con la Filosofía Política. Ésta se preocupa por definir la esencia misma de los
conceptos con los cuales trabajará más tarde el Derecho Político. Las reflexiones,
preguntas y cuestionamientos acerca de lo político, lo social y el Hombre, son
elementos básicos para el objeto de estudio del Derecho Político. La filosofía
política también aporta ideas fundamentales en torno a la ética, fundamento y
rectitud en lo que al gobierno y el ejercicio del poder se refiere.

(e) Ciencia Política. Al igual que el Derecho Político, la Ciencia Política también
estudia el fenómeno “Estado”, así como también se preocupa de la Política. Sin
embargo, la forma como se estudian estos elementos, por ambas disciplinas, son
diferentes. En efecto, mientras el Derecho Político estudia a la política en el marco
jurídico que la regula, la Ciencia Jurídica la analiza principalmente como fenómeno
social. Así, la Ciencia Política analizará las causas, principios, y proyecciones de
la Política en la comunidad, elementos que no se revisan –al menos no con la
misma profundidad – en lo que a Derecho Político se refiere.

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