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Problemas y errores de comunicación

que afectan a la familia, pareja y


trabajo
Psicóloga Emma de las Heras

Los problemas de comunicación son mucho más frecuentes de lo que se


puede creer. A muchos de nosotros nos cuesta expresar nuestros
sentimientos, decir nuestras opiniones de forma abierta y natural, mostrar
enfado o desacuerdo, pedir ayuda o colaboración, etc. Esto nos lleva a una
falta de entendimiento con las personas que nos rodean y por lo tanto a
mantener relaciones que no son satisfactorias, en los distintos ámbitos
de nuestra vida: familia, pareja, trabajo, etc. Por lo tanto dotarse de unas
buenas habilidades sociales va a mejorar enormemente nuestras
relaciones y en consecuencia nuestra vida diaria.

Vamos a ver algunos de los errores más frecuentes en la comunicación


familiar, de pareja y en el trabajo, y cómo mejorar la comunicación
potenciando nuestras habilidades sociales:

1. a) Errores de comunicación en la familia


2. b) Errores de comunicación en la pareja
3. c) Errores de comunicación en el trabajo

1. a) ERRORES DE COMUNICACIÓN EN LA FAMILIA

Una comunicación ineficaz se encuentra en la base de muchos de los


conflictos que surgen en nuestras familias. A menudo, cometemos errores a
la hora de comunicarnos, que se van manteniendo a lo largo del tiempo sin
que ni siquiera ser conscientes de ellos.

Hay una serie de obstáculos que ocurren durante el proceso comunicativo


que impiden que fluya de manera efectiva. Otras veces, podemos pensar
que el problema es la falta de comunicación, pero incluso los silencios
forman parte del proceso comunicativo.

Vamos a analizar cuáles son los errores más frecuentes que aparecen en
la comunicación entre los miembros de la familia. ¿Por qué discutimos por
cualquier cosa? ¿Por qué sentimos que nos falta conexión? ¿Cómo
conseguir que la relación con nuestros hijos sea más positiva?

Principales errores de comunicación en familia:

– Interferencias que entorpecen la fluidez: cualquier elemento que


dificulta que la comunicación sea clara, directa y entendible se convierte en
una interferencia que perjudica el buen entendimiento. Por ejemplo los
ruidos, hacer varias cosas a la vez, usar el móvil.

– Interpretaciones, suposiciones, prejuicios: cuando en lugar de


escuchar de forma plena al otro, creemos que ya sabemos lo que nos quiere
decir, pensamos que en realidad está diciendo otra cosa, en realidad nos
estamos escuchando a nosotros mismos y no dejamos que nos llegue el
mensaje de la otra persona. Por ejemplo con expresiones del tipo “no hace
falta que sigas que ya te veo venir”, “ahora vas a empezar a decir lo mismo
de siempre”.

– Complejidad del mensaje: que nuestro mensaje no sea comprensible


para la otra persona es un error que podemos cometer fácilmente cuando
hablamos con nuestros hijos, sobretodo con los más pequeños.

– Pensar que mi opinión es la única válida: es también un error frecuente


en cualquier tipo de relación, pero cuando los roles están jerarquizados
como pasa con los padres/madres-hijos, puede llevar a un abuso de poder
que no siempre está justificado.

– No respetar las normas de cortesía: el exceso de confianza que se da


entre los miembros de una familia puede nos puede llevar a descuidar
normas tan básicas como dar las gracias, decir lo siento, pedir las cosas por
favor, decir buenos días, buenas noches, despedirnos de forma correcta. Y
aunque estas faltas pueden no generar un conflicto evidente, descuidarlas
es un error que empeora la relación.

– Uso de reproches, acusaciones o la falta de respeto: muchas veces se


convierten en un hábito en la comunicación familiar, también facilitado por el
exceso de confianza, con expresiones del tipo: “¡y tu qué sabes!”, “¡a mi qué
me importa!”, “seguro que has vuelto a ser tu”, etc.

– No decir aquello que nos molesta: aunque los silencios son necesarios y
a veces imprescindibles para no agravar un conflicto, si nos callamos
siempre que algo nos molesta ya sea para evitar discusiones o por creer que
no vale la pena decir nada, se van acumulando problemas no resueltos,
además de ira y frustración.

– Amenazas, órdenes, sermones: su uso no favorece la comunicación


sana, a menudo es un síntoma de que ya no sabemos cómo decir o pedir las
cosas de una forma positiva, y su uso acaba acarreando un tipo de relación
tóxica. Es también frecuente entre padres/madres-hijos, con expresiones del
tipo “si no haces tal cosa te quedas sin poder jugar”, “tienes que hacer esto
porqué lo digo yo y punto”.

– Comparaciones: su uso inadecuado puede generar mucho malestar entre


los miembros de una familia, sobretodo entre hermanos, generando
frustración y falta de autoestima. Es por ello que debemos ser muy
conscientes de su uso.

¿Como podemos mejorar la comunicación entre los miembros de


nuestra familia? Existen una serie de habilidades sociales que
permiten que nuestra comunicación sea positiva y satisfactoria, y todas
estas habilidades pueden ser entrenadas y puestas en práctica en
nuestro día a día:
1- Empatía: ponernos en en lugar del otro. El vínculo entre padre/madre-
hijo facilita la oportunidad de desarrollar la capacidad de empatía desde la
infancia. Podemos enseñar a nuestros hijos a escuchar a los demás, a
entender qué sienten o piensan los otros. Si hablamos y compartimos con
nuestros hijos nuestros propios sentimientos y emociones, de forma natural,
desde el cariño, facilitamos que puedan ir entendiendo a los demás y se
puedan poner en lugar de las otras personas. Para ello es fundamental
practicar una escucha activa, ver al otro de forma plena y consciente.

2- Asertividad: este tipo de comunicación se caracteriza por ser


respetuosa, honesta, directa, permitiendo expresar nuestros pensamientos,
sentimientos, deseos de forma clara, teniendo en cuenta a los demás. En la
relación con nuestros hijos es importante que usemos este tipos de
comunicación, ya que además somos un modelo para que ellos la puedan
aprender. De esta forma fomentamos un espacio de comunicación libre,
claro y honesto basado tanto en el respeto a uno mismo como a los demás.

3- Solución de conflictos: en lugar de dejarnos llevar por un problema y


hundirnos con él, debemos ser capaces de tomar las riendas de la situación
y hacer esfuerzos para resolverlos. Cualquier conflicto es una oportunidad
para poner en práctica lo mejor de nosotros mismos y enseñar estrategias
positivas para que nuestros hijos superen sus problemas. Saber manejar
conflictos familiares es una habilidad, una herramienta que proporcionamos
a nuestros hijos para que les permita crecer y ser autónomos.

1. b) ERRORES DE COMUNICACIÓN EN LA PAREJA

Una comunicación sana y positiva es una de las claves para que nuestra
relación de pareja sea satisfactoria. Todas las parejas podemos cometer
errores en nuestra comunicación y no por eso significa que nuestra relación
tenga que ir mal. Aunque en una relación de pareja que no funciona, los
problemas de comunicación suelen estar en la base de muchos conflictos.

La comunicación entre los miembros de una pareja no siempre indica


bienestar y entendimiento si no es una comunicación sana y positiva. En una
relación es imposible no comunicar, ya que incluso el silencio nos está
diciendo algo.

Veamos primero las tres formas de expresión o estilos relacionales


que podemos encontrar en una relación:

1- Estilo pasivo: la persona no defiende sus derechos, se niega a sí


misma. El mensaje que da es “los otros son más importantes que yo”, “yo no
cuento”, “tengo que cuidar de los otros, no de mi”. Este estilo se mantiene
que ya conlleva una serie de beneficios: la persona es valorada por los
demás ya que siempre está disponible. Pero el problema es que los otros
pueden aprovecharse, y esto acaba generando resentimiento.

2- Estilo agresivo: la persona utiliza amenazas, acusaciones, reproches,


y no tiene en cuenta los derechos de los demás. Este estilo de comunicación
se mantiene por los beneficios que conlleva: sensación de control, conseguir
lo que uno quiere. Pero el problema es que genera miedo, tensión y
resentimiento a su alrededor.

3- Estilo asertivo: la persona expresa su opinión, sin intentar imponerse


al criterio de los demás. Permite un mejor control de las relaciones con el
otro.

Además de los errores que hemos mencionado anteriormente al hablar


de las familias, los principales errores de la comunicación que se dan
en la pareja son:

– Creer que cuanta más comunicación mejor irá la relación. El problema


en la comunicación no está en la cantidad sino en la calidad. Si la
comunicación es tóxica comunicarse mucho no va a resolver el problema.

– Esperar que el otro adivine nuestras necesidades. Es un error frecuente


pensar que el otro ya debe saber lo que yo quiero, deseo o pienso. Esperar
que nuestra pareja lea nuestra mente o interprete de forma correcta nuestro
lenguaje no verbal nos conduce inevitablemente a la frustración. Del mismo
modo, creer que sabemos todo lo que quier o piensa nuestra pareja, también
es un error.

– Evitar comunicarnos de forma clara para no caer en conflictos, o


ceder constantemente. Si no afrontamos un conflicto o no somos capaces
de expresar nuestras necesidades de forma clara, vamos acumulando
problemas no resueltos, que acabaran generando rencor, frustración y
desconexión.

¿Cómo mejorar la comunicación con nuestra pareja? Igual que


hemos explicado al hablar de la familia un buen manejo de las
habilidades sociales será imprescindible para que la relación sea
satisfactoria. Será imprescindible la la escucha activa, la empatía, la
asertividad y la correcta gestión de los conflictos.

Vamos a centrarnos en la comunicación asertiva. Algunas de las claves


para el comportamiento asertivo son:

– saber adaptarnos a la situación en la que estamos. Debemos ser


pacientes y buscar el momento y el sitio adecuado cuando queremos
comunicar algo. Por ejemplo, si queremos decir algo a nuestra pareja, pero
ésta ha llegado muy cansada del trabajo y justo empieza su serie favorita, es
muy probable que no esté receptiva.

– expresar ideas, sentimientos, opiniones de forma clara, tranquila,


directa, siempre en primera persona y sin hacer reproches. No es lo
mismo decir “todos los maridos regalan algo a sus mujeres por su
cumpleaños menos tu”, que decir “para mi es importante recibir regalos el
día de mi cumpleaños”.

– cuando queremos pedir algo, debemos valorar si esta petición es


deseable para la otra persona. Y es mejor pedir las cosas de una en una.
Estos son algunos ejemplos, pero existen muchas técnicas para trabajar
nuestras habilidades sociales mejorando así la comunicación con nuestra
pareja y en consecuencia nuestra relación.

1. c) ERRORES DE COMUNICACIÓN EN EL TRABAJO

Una de las claves para tener éxito en nuestro entorno laboral es la


correcta comunicación con los demás. Una comunicación eficaz es
imprescindible para tener éxito en el trabajo y que nuestras relaciones
laborales sean productivas y satisfactorias.

Si ocupamos puestos de responsabilidad, nuestros resultados van a


depender de los resultados de nuestro equipo y una buena comunicación
será imprescindible. Si trabajamos en equipo o colaboramos en
proyectos con otras personas, las relaciones que mantengamos entre
nosotros van a influir directamente en nuestros resultados. Lo mismo ocurre
si trabajamos de cara al público. Y si somos emprendedores una relación
óptima con nuestra red de contactos será fundamental.

Pero existen errores en la comunicación que se dan en el entorno


laboral que son comunes y que debemos evitar. Vamos a ver algunos
de ellos:

– No escuchar. En el trabajo, la escucha pobre o inexistente es señal de


falta de interés o despiste, además nos puede llevar a cometer errores que
acarrean consecuencias tanto para nosotros como para el resto del equipo o
la empresa. Interrumpir constantemente o estar pensando en otras cosas
mientras nos comunican algo es fuente de malentendidos e irritabilidad.

– Acusar y/o señalar en público. Señalar a los otros cuando hay un


problema  genera agresividad y sentimientos de culpa y genera actitudes
tóxicas en las relaciones laborales. Cuando estas acusaciones se producen
en público todavía empeoran más la situación.
– Exceso de ego: querer ser siempre el centro de atención cuando no es el
momento, preocuparnos sólo de nosotros mismos, e incluso atribuirnos
méritos que o son nuestros, implica no tener en cuenta a los demás y por lo
tanto empobrece la relación.

– Pensamiento polarizado: cuando pensamos y nos expresamos en


términos extremos: “nunca conseguiremos nada”, “siempre se equivoca”,
etc.

– Maximizar y minimizar: tendencia a evaluar los acontecimientos dando


mayor importancia a los negativos y minimizando los positivos: “no le da
importancia a lo que hago”, “es un exagerado”.

– Etiquetar: tanto a las personas como a los sucesos: “las mujeres hablan
demasiado”, “los hombres deben ocupar los puestos de poder”.

¿Como mejorar nuestras habilidades sociales en el trabajo?

Manteniendo una escucha activa, atendiendo a lo que mes están diciendo,


a lo obvio, poniendo en duda nuestras interpretaciones o prejuicios e
intentar contrastarlos con la información objetiva que tenemos.

Fomentando la empatía: interesándonos por la opinión de los demás,


escuchando aquello que nos dicen, dando muestras de que les entendemos
y comprendemos.

Empleando una comunicación asertiva, defendiendo nuestros derechos


respetando los de los demás. Dando nuestra opinión de forma clara, sincera
y respetuosa. A la hora de proporcionar feedbak a alguien buscaremos el
momento y el lugar adecuado. Tanto si lo que tenemos que decir es negativo
como positivo, convertir nuestras observaciones en algo constructivo.

Gestionando correctamente la toma de decisiones y la resolución de


conflictos. Buscar el momento adecuado, sin precipitarnos, pero tampoco
demorando el momento ya que podemos dejar pasar oportunidades únicas.
Analizar todas las opciones posibles, los distintos caminos, para encontrar el
adecuado, pero sabiendo lo que podemos controlar y lo que no, y en
consecuencia debemos ser flexibles para adaptarnos a las circunstancias,
sin perder el objetivo.

En el Centro de Psicología Canvis, de Barcelona, nuestro equipo de


psicológos/as, te pueden ayudar a mejorar la comunicación con las
personas que te rodean, en distintos ámbitos, como la pareja, las
amistades, la familia y el trabajo. Ya sea a través de nuestros talleres, o
con terapia individual o grupal, ajustándonos a tus necesidades
personales.

“Siendo más conscientes de nosotros mismos, del tipo de comunicación


que establecemos con los demás, detectando nuestros errores y
trabajando para mejorar nuestras habilidades sociales, vamos a conseguir
una vida mucho más plena y satisfactoria en todos los ámbitos de nuestra
vida.”

Psicóloga Emma de las Heras Mayor

Licenciada en Psicologia por la Universidad de Barcelona

Formada en Terapia Gestalt (Institut Gestalt)

Máster en Psicología General Sanitaria (Universidad Internacional de la Rioja)


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