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BARRIOS – La inflación

. Inflación: proceso por el cual se verifica un crecimiento generalizado, continuo y sostenido en el


tiempo de la mayoría de los precios de los bienes y servicios que se intercambian en una economía.
Asociada a periodos de crecimiento económico, de subas en la demanda agregada.

- Proceso inflacionario: situación de aumento de precios

- Inflación producto de una determinada coyuntura, no continuo.

. Deflación: caída de los precios. Asociada a caídas en la demanda agregada.

. Teorías sobre las causas de la inflación:

1) Inflación de demanda: si la dinámica de la demanda interna (consumo, inversión y gasto


publico), y su crecimiento, no son acompañados por la oferta interna (producción o PBI), ya
que ésta última es más rígida, o tiene un crecimiento menor, entonces se producirán
presiones inflacionarias. Dos vertientes.

 Monetarista: teoría cuantitativa del dinero. Si el aumento en la cantidad de dinero


disponible es mayor que el aumento en la producción de bienes y servicios, se
producirá un aumento en los precios de la economía. Relación automática entre
cantidad de dinero y nivel general de precios.

Políticas públicas: al haber un aumento de precios, se intenta pararlo reduciendo la


demanda. Para ello hay que reducir la oferta monetaria y/o aumentar la tasa de
interés. Bajará así la demanda agregada, el ritmo de crecimiento del consumo y de la
inversión. También se frena la demanda reduciendo el gasto público.

 Keynesiana: sólo si la demanda agregada excede la producción de pleno empleo,


tendrá lugar un aumento del nivel de precios. Puede suceder, por ejemplo, que por
expectativas favorables aumente el consumo y la inversión, y eso haga aumentar la
demanda agregada, que en un contexto de pleno empleo, con una oferta
relativamente rígida, provoque presiones inflacionarias.

Críticas a los monetaristas: el dinero no sólo se demanda para transacciones, por lo


que un aumento en la cantidad de dinero no necesariamente implica mayor demanda
de bienes y servicios. Además, en el caso que se produjera una mayor demanda de
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bienes y servicios, la economía rara vez esta en el pleno empleo de factores
productivos; es esperable que en esa situación, la oferta reacción y el aumento de la
demanda no se traslade todo a precios.

Políticas públicas: se reduce la demanda agregada, frenando el crecimiento del gasto


público.

2) Inflación por aumento de costos: los oferentes de bienes y servicios (empresarios)


trasladaran a los precios de sus productos todos los aumentos de costos que enfrenten en su
producción. De todos los costos que participan en el precio final de una mercancía, se
focaliza en el costo laboral. Se acusa a los sindicatos de trabajadores de presionar por
aumentos salariales por encima del aumento de la productividad marginal del trabajo, lo que
implica un incremento de costos y un aumento de precios. La solución para que no haya
inflación es igualar el crecimiento de ambas variables, deben darse aumentos salariales en
función de la productividad del trabajo.

- Espiral precios-salarios: precios estables, sindicatos intentan apropiarse de un porcentaje


mayor a través de aumentos salariales, empresarios pierden ese porcentaje conseguido
por los trabajadores, reaccionando y aumentando los precios para recuperar lo perdido,
los sindicatos responden pidiendo nuevos aumentos, etc.

- Espiral salarios-precios: asalariados en sectores de mayor productividad consiguen


aumentos, ese aumento es pretendido por el resto de los trabajadores, se generaliza el
aumento a sectores de baja productividad, provocando aumento de precios en esos
sectores. Los trabajadores se preocupan más por el nivel relativo de sus salarios que por
el nivel absoluto.

Políticas públicas: se frena el aumento de los precios, frenando los aumentos salariales y, en
menor medida, otros costos empresarios. El estado genera las condiciones para que las
recomposiciones salariales no excedan el aumento de la productividad marginal del trabajo.

3) Inflación estructural: la inflación es propia de países subdesarrollados. Sus causas están en


el sistema productivo y social, y los elementos monetarios son solo propagadores de la
inflación, pero no su causa. Tanto la oferta de productos intermedios, como la de bienes de

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capital y la de productos alimenticios es rígida, por lo que al incrementarse su demanda con
el desarrollo general de la economía, los precios aumentan. Hay que alcanzar el desarrollo
continuado, aun a costa de la estabilidad de los precios de corto plazo, ya que solo con el
desarrollo se conseguirán corregir las diferencias estructurales, y con ello, a largo plazo, se
evitarán las presiones inflacionarias.

Políticas públicas: encontrar las formas de expandir la oferta local, y políticas que frenen la
demanda. Lo apropiado es conjugar políticas contractivas de la demanda con políticas
expansivas de la oferta, para provocar transformaciones estructurales necesarias para
alcanzar un mayor grado de desarrollo económico. Mayor industrialización y salir del
subdesarrollo.

4) Enfoque sociológico: la inflación es la consecuencia monetaria del comportamiento de los


distintos grupos sociales de forma conflictiva, ya que tienen distintas concepciones sobre la
distribución de la riqueza generada por ellos en la producción. Alcanzado el consenso, no se
deberían verificar fuertes presiones inflacionarias. Por el contrario, en una sociedad
conflictiva y con fuerte puja distributiva, hay presiones inflacionarias.

Políticas públicas: acordar en una mesa de negociación entre los principales actores de la
economía, los formadores de precios, conductas de precios que conduzcan a la estabilidad.

. Índice de precios: indicador que mide las variaciones, a través del tiempo, en los precios de un
conjunto definido (canasta) de bienes y servicios. Serán de consumo en la última etapa de
comercialización para el Índice de Precios al Consumidor (IPC), de bienes en la etapa mayorista
para el Índice de Precios Internos al Por Mayor (IPIM), de bienes del sector de la construcción y sus
costos para el Índice del Costo de la Construcción (ICC), de bienes exportados e importados para
los Índices de Precios del Comercio Exterior (IPCE).

Muchas veces se toma al IPC como indicador de inflación, pero éste no lo es. La inflación
contempla además de los bienes y servicios que están en la canasta del IPC, los bienes intermedios,
los bienes de capital y de comercialización internacional. Tampoco es un índice de costo de vida.

. Criterios para construir los indicadores de precios:

- Canasta de bienes representativa del universo económico que se quiere dar cuenta

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- Periodo base para los precios de los bienes

- Índice de precios que los agregue, de manera que las variaciones de su nivel, refleje lo
mejor posible las variaciones de los precios de todos los bienes y servicios que lo
componen.

Una vez constituida la canasta, se estima la participación relativa de cada rubro en el total de la
canasta. Para el caso del IPC será cuánto pesa en el gasto total del hogar los destinados a alimentos,
cuánto los destinados a servicios, etc.

. Ponderaciones: participaciones porcentuales de los diferentes agregados en el gasto que representa


la canasta elegida para la construcción del índice. Se mantienen fijas o no, dependiendo del índice
que se elija utilizar; sólo cambian cuando cambia la base del mismo.

. La elección del año base para la construcción de un índice de precios debe cumplir con los
siguientes requisitos: ser un año de estabilidad de precios y precios relativos, de crecimiento
económico y con información disponible (posterior a un censo). En el año base se llevan todos los
precios a un nivel de índice igual a 100. De ahí se estiman las variaciones del índice general de
precios, a partir de las variaciones de cada índice de los rubros, ponderados por su participación
relativa en el total, y a su vez estos reflejarán las variaciones de los precios de los productos que los
componen.

Para agregar la información por producto y construir un índice por rubro, y con esos niveles
construir un índice general, se utilizan dos alternativas:

1) Índice de Precios Laspeyres: con ponderaciones fijas y con base fija, utilizado a nivel
internacional para el seguimiento de los precios internos.

2) Índice de Precios Paasche: con ponderaciones móviles y base fija, utilizado para dar cuenta
de las variaciones de precios del intercambio comercial.

Una vez que se tiene la canasta, las ponderaciones de cada rubro en la canasta y el indicador que
permite determinada agregación de las variaciones de todos los precios en un nivel general de
precios, se procede al seguimiento de los precios de los bienes y servicios. Para ello, en INDEC, a
través de encuestas a los principales centros de venta de los productos, construye la información
primaria, precios unitarios y sus variaciones, que luego permitirán estimar la variación de precios de
cada rubro, y con ello la variación del índice general de precios.

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Las variaciones en el nivel general del IPC no necesariamente reflejan las variaciones en los precios
de la canasta de un determinado hogar, que tiene una estructura de gastos diferentes a la tomada
como referencia. Por ello, cuando se publican las variaciones de los precios, muchas personas no
perciben que se esté reflejando los aumentos de precios de su consumo cotidiano.

KICILOFF y NAHON – Restricciones coyunturales y/o límites estructurales

. Inflación de demanda:

- Monetarista: supone que todo incremento en la masa monetaria se traduce en un aumento


proporcional en el nivel general de precios. La causa de la inflación de los precios está en el
aumento desmedido de la cantidad de dinero. El estado es el responsable de controlar la
emisión y regular el crédito en el sistema bancario. Recortar el gasto público, controlar la
emisión monetaria, enfriar la demanda a través del crecimiento del crédito (elevando las tasas
de interés).

- Keynesiana: la inflación se produce cuando los componentes de la demanda agregada (el


consumo, la inversión, el gasto público o las exportaciones) crecen de forma acelerada, y no
son compensados por incrementos en la producción. Hay que enfriar la demanda. La
responsabilidad es del tesoro (por gastar tanto y no gravar lo suficiente) y del banco central
(por mantener la tasa de interés baja y crear un nivel de reservas grande, que permite a los
bancos expandir su crédito). Hay que aplacar la demanda restringiendo el gasto público,
elevando la tasa de interés y limitando el crecimiento de la masa monetaria.

. Inflación por aumento de costos: para que un incremento de costos se refleje en los precios de los
productos, el insumo cuyo costo se incrementa debe ser alguno muy difundido. Inflación de costos
es sinónimo de inflación salarial: los sindicatos exigen demasiado, los empresarios son débiles y
ceden, el gobierno no se ocupa de persuadirlos sobre la conveniencia de moderar sus reclamos. Hay
que frenar el incremento salarial, y evitar una convalidación de los aumentos sosteniendo firme la
política monetaria y fiscal, restringiendo el gasto y el crédito.

. Inflación estructural: la inflación es por la rigidez que se genera por la baja de un precio. Si algún
precio se niega a caer, todo cambio en los precios relativos se convierte en un incremento del nivel
general de precios. Esta rigidez es típica de la estructura productiva de países subdesarrollados.

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. 2002: devaluación. El precio en pesos de todos los productos importados y exportables se
multiplicó. Ante toda depreciación nominal de la moneda, hay un incremento de los precios. Esta
devaluación fue producto de una crisis económica, que desde 1998 ya se manifestaba como
recesión. Fue acompañada por la deflación, ya que la restricción de la demanda para muchos
productos provocó un enfriamiento de sus precios.

. 2003: los precios dejaron de crecer a tasas tan elevadas. Reacomodamiento de precios relativos
debido al shock cambiario.

. No hubo una inflación monetarista, porque no hay déficit fiscal producido por la proporcionalidad
entre los aumentos de la oferta monetaria y los incrementos de los precios. No hay relación
directamente proporcional entre el aumento de los precios y el incremento del shock del dinero. La
masa de circulante efectivamente creció, pero se observó una fuerte recomposición de las tenencias
luego de la crisis de liquidez previa a la devaluación. Las tasas de interés no han dado lugar a un
boom del crédito que se encuentre detrás del aumento del consumo y la inversión. La oferta
monetaria crece pero lo hace acompañando al crecimiento de la producción, de modo que los
incrementos en la cantidad de dinero no se trasladan mecánicamente al nivel de precios.

. No hubo inflación por aumento de costos: la fuerte devaluación, seguida por el incremento de los
precios de los bienes salariales, convirtió a los trabajadores en grandes perdedores. Los salarios en
dólares eran sustancialmente menores a los niveles previos a la devaluación, lo que se convirtió en
una de las claves de la competitividad de la industria nacional (fundada en los bajos salarios a nivel
internacional).

. No hubo inflación estructural: explican la inflación por un recalentamiento de la demanda en


relación con la oferta de bienes disponibles. Esto no parece amoldarse a Argentina. Si bien el
crecimiento económico ha sido sostenido, la economía se encuentra lejos del pleno empleo, en
donde se podría registrar un caso puro de inflación por demanda. Se mantiene capacidad ociosa en
la mayor parte de los sectores industriales, no hay indicios de recuperación económica.
Recomposición de la tasa de inversión, cuyo efecto debería ser el de amplia la oferta. No hay
crecimiento desmedido de ningún componente de la demanda.

. No se trata de un crecimiento ni general ni sostenido de los precios ya que los aumentos se


concentran en unos pocos rubros, en especial del sector no transable de la economía. Por lo tanto,
no hay ningún proceso inflacionario.

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. Sector transable:

El aumento se debe al reacomodamiento de los precios relativos: los precios de los bienes transables
se encuentran por debajo del nivel internacional. Desde la devaluación, esos precios crecieron. En la
medida en que exista demanda en el mercado local, los precios tenderán a aumentar hasta alcanzar
su nivel de equilibrio (el precio internacional). En el caso de los exportadores, si el precio local no
se equipara, conviene desabastecer el mercado interno para colocar su producción fuera del país. En
cuanto a los bienes para el mercado local, los precios pueden crecer hasta ubicarse por debajo del
precio internacional, ya que si lo superan, la protección cambiaria deja de operar y el mercado pasa
a ser inundado de bienes importados. Si la única política intervencionista del estado es la de
sostener el tipo de cambio alto, los precios de los bienes transables tienden a aumentar y sigue la
presión inflacionaria. El precio internacional es el límite superior de los precios de los bienes
transables ya que, por encima de ese, no se puede competir ni en el mercado mundial, ni
internamente con las importaciones.

La devaluación también modificó la estructura de costos relativos (abaratamiento de fuerza de


trabajo en términos reales y dólares). Los productores de bienes transables gozan de costos
reducidos en pesos, permitiéndoles aumentar su producción y recomponer sus ganancias. El precio
interno normal como límite inferior al que pueden producir localmente los bienes transables.
Suponiendo estables los salarios y el tipo de cambio, todo aumento del nivel de precios por encima
de este precio interno se traduce en ganancias extraordinarias para los productores.

. Sector no transable:

Lidera las alzas de los precios (educación, medicina prepaga, etc.). Desde la salida de la
convertibilidad, fue el sector que más dificultad encontró para incrementar sus precios. No existe un
precio internacional que actúe como límite superior. La devaluación no se tradujo en un incremento
inmediato de los precios. Pero sus costos aumentaron. Los bienes no transables no cuentan con
competencia de productos importados, por lo que la reacción a sus precios ante el incremento de la
demanda depende de la elasticidad-precio de la demanda y de la estructura de cada rama. La
sobrevaluación coloco a los precios en los niveles más altos del mundo. El esquema de precios
relativos era producto de una intervención sostenida del gobierno en el mercado de cambios,
asegurando un tipo de cambio bajo a fuerza de un endeudamiento externo.

. Cuanto mayor sea el poder monopólico tanto en la producción de bienes como de servicios, mayor
será su capacidad para incrementar los precios por encima de los costos, apropiándose de una
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ganancia extraordinaria. En cuanto a los productos transables, la estructura productiva ofrece una
fisonomía oligopólica bien marcada. Esta estructura aumenta la presión para que el precio de venta
en el mercado interno alcance rápidamente su límite superior: las firmas más grandes tienen
mayores facilidades para exportar y además pueden incrementar el precio interno y sus ganancias
protegidas de la competencia. En el caso de los no transables, las firmas tienen un margen adicional
para presionar el alza de precios a medida que se dinamiza la demanda, aun cuando hayan
recompuesto a su nivel normal de ganancias.

. En un país con la estructura productiva fuertemente concentrada y un tipo de cambio real alto, los
precios relativos no tienen un nivel natural de equilibrio al que llegan por si solos. A medida que
crece la demanda, las empresas tienen mayor capacidad para apropiar excedentes vía precios, aun
cuando sus costos no se incrementan en la misma proporción. El sector transable pretende empujar
los precios al límite superior, consolidando las ganancias extraordinarias y apropiando para si todos
los beneficios del esquema cambiario. El sector no transable espera retornar al esquema de precios
que le asegure la rentabilidad en dólares, a fuerza de renovadas ganancias extraordinarias.

Cuando el tipo de cambio se sostiene a un nivel determinado, el equilibrio es un espejismo. Lo que


existe es una brecha dentro de la cual los precios pueden fluctuar. La presión inflacionaria es la
ofensiva para acrecentar los beneficios extraordinarios mientras los salarios permanecen
planchados.

En el caso de los transables, la brecha entre el límite inferior y superior obliga a la intervención,
consolidando las ganancias extraordinarias.

La política cambiaria requiere instrumentos adicionales que impidan que el valor caro del dólar se
traslade a los precios de los bienes transables en el mercado local, dando una ganancia
extraordinaria, y reduciendo aun más los salarios y erosionando la competitividad. Debe combinarse
con retenciones a las exportaciones y el acuerdo de precios en las ramas mas concentradas. Estos
reducirán el límite superior de los precios transables y acotarán las ganancias de los productos no
transables.

IDEA: el incremento de los precios responde a una situación estructural: el gobierno sostiene un
tipo de cambio alto con el objetivo de fomentar la producción domestica, aumentar el empleo y
elevar los niveles de vida de la población. Pero a medida que se despierta la demanda, los precios
internos de los productos, tanto transables como no transables, encuentra espacio para elevarse. En
las industrias oligopólicas, con los salarios estables, el aumento de los precios se traduce en una
rentabilidad extraordinaria.
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