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Características del cáncer: la próxima generación

Introducción.
Los Hallmarks del cáncer son las características distintivas utilizadas para conocer
al cáncer como el ente complejo e integral que es. Para esto es de suma importancia
conocer los rasgos en común que tienen todos los tipos de cáncer y sus
características distintivas en comparación del resto de las neoplasias. En el primer
postulado de los Hallmarks en el 2000 se incluyeron 6 características, sin embargo,
con el paso del tiempo y el avance de las investigaciones fueron uniendo más
características a este esquema, por lo que actualmente es aceptado decir que
existen y capacidades biológicas adquiridas por las células cancerosas que
cumplen cada una de ellas durante el desarrollo tumoral. Estas características
distintivas son: mantener la señalización proliferativa, evadir los supresores de
crecimiento, resistencia a muerte celular, inmortalidad, angiogénesis, activación de
invasión y metástasis, reprogramación del metabolismo energético y la evasión del
sistema inmune. Tambien es importante destacar que estas características no son
exclusivas de las células tumorales, si no de las células sanas que forman parte del
ambiente del tumor que perpetúan el comportamiento maligno.
Desarrollo.
Mantener la señalización proliferativa. Implica su capacidad para mantener la
proliferación crónica. En tejidos normales controlan la producción de liberación de
señales de crecimiento. Al desregularse estas señales se dice que la célula se
vuelve la dueña de su propio destino, ya que no dependen de las señales que
promueve la proliferación que se origina en otras partes de los tejidos. Las señales
habilitadoras son transmitidas en gran parte por factores de crecimiento que se unen
a los receptores de la superficie celular que típicamente contienen distintos
dominios, incluso, estas células tienen la capacidad de no necesitar estos estímulos
y reproducirse por factores intracelulares, en otras palabras, auto estimular la
producción excesiva.
Evadir los supresores de crecimiento. Para asegurar su proliferación también es
necesario evadir a los supresores de crecimiento que normalmente funcionan para
suprimir la proliferación celular. Muchos de estos programas dependen de las
acciones de los denominados “genes supresores de tumores”, los cuales codifican
las proteínas P53, el cual detiene la producción, o bien envía a apoptosis a la célula
ya que detecta anormalidades genómicas a nivel intracelular.
Resistencia a la muerte celular. Las células malignas en proliferación inactivan las
vías normales de apoptosis para evitar ser eliminadas de manera “natural”. Existen
dos vías que llevan a cabo la activación de las caspasas, la “intrínseca” y la
“extrínseca”; la primera ejerce la función de barrera para el desarrollo de las células
malignas. El Bcl2 evita la apoptosis inhibiendo a las proteínas proapoptoticas Bax y
Bak, mientras que la P53 pierde su integridad en células malignas, lo que conlleva
a una inhibición de estas vías en caso de daño, perpetuando la carcinogénesis.
Inmortalidad. Para generar tumores macroscópicos, las células cancerosas
requieren un potencial replicativo ilimitado, esta limitación se ha asociado con dos
barreras distintas a la proliferación que es la senescencia replicativa y la crisis. La
perdida de p53 en la célula maligna ocasiona la imposibilidad de inducir crisis o
senectud, lo que lleva a la célula a múltiples divisiones con DNA dañado, lo que
perpetua la producción anómala.
angiogénesis. Al igual que en los tejidos saludables, las células cancerosas
necesitan de oxigeno y nutrientes para su desarrollo y proliferación, así como una
vía para eliminar a los desechos metabólicos que producen. Es por esto que estas
células neoplásicas producen mucho VEGF-A, consiguiendo con esto la
angiogénesis que les permitirá seguir con vida. Los vasos desarrollados a partir de
esta angiogénesis aberrante son débiles en su estructura y frecuentemente se
encuentran dañados.
Cascada de invalidación de metástasis. Esta cascada esta compuesta por una
invasión local, seguida de una extravasación de células a vasos circundantes,
después de un viaje de estas células por dichos vasos, posteriormente de darle
extravasación de estas células a los tejidos distantes provocando una micro
metástasis y por último una colonización. Durante este proceso la mencionada
célula maligna sufre transformaciones morfológicas que ayudan a llevar a cabo
dichos pasos. Cabe destacar que es necesaria la interacción de las células sanas
del estroma para que aquellas malignas tengan la capacidad de migrar.
Reprogramación del metabolismo energético. La proliferación desmedida implica
(además del control desregulado de división celular) los ajustes correspondientes
del metabolismo energético para abastecer los anormales requerimientos. Esto lo
realiza a través de la glucolisis aerobia utilizado múltiples canales Glut-1 permitiendo
la absorción de más glucosa dentro de la célula. Algunas células malignas también
aprovechan el lactato producido por la vía anteriormente mencionada para producir
aún más ATP por el ciclo del ácido cítrico.
evasión del sistema inmune. El sistema inmune es un antagonista en la formación
y la progresión de los tumores malignos monitoreando constantemente a las células
y tejidos en general, ya que es el encargado de identificar y eliminar aquellas
anomalías potencialmente neoplásicas, sin embargo, estos esfuerzos no son
suficientes para contener a todas las células malignas, lo que desencadena una
neoplasia maligna.
Conclusión.
Considero que es de suma importancia no solo el conocimiento, si no el análisis de
cada una de estas características distintivas de las neoplasias malignas, ya que se
trata de una afección cada vez más frecuente que en conjunto nos permiten darle
una sencilla explicación a la mayoría de los procesos que se llevan a cabo dentro
de la proliferación no regulada de células cuyo material genético se encuentra
dañado. De la misma forma, identificar estas características nos permite pensar en
un posible pronostico o conocer el tiempo aproximado de desarrollo neoplásico en
el que un paciente pudiera encontrarse, al igual que dar una explicación a los
síntomas encontrados en la exploración clínica. Por último es de mi interés destacar
que con base en esta investigación y estos postulados también es posible encontrar
posibles tratamientos (no solo farmacológicos) para mejorar el pronostico de la
enfermedad, así como mejorar la calidad de vida del paciente que se encuentra en
continua decadencia.

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