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PORTUGAL
ECONÓMICA
Portugal inició un período de gran desarrollo económico que tuvo su apogeo en los siglos XV y XVI, época de
las grandes expediciones marítimas y conquista de vastos territorios de América, África y Oriente.
El predominio marítimo en esta etapa le permitió desarrollar un comercio sumamente activo a escala mundial y
alcanzar una situación económica privilegiada dentro de Europa. Debió transcurrir mucho tiempo para que otros
países como Holanda e Inglaterra fueran capaces de disputarle a Portugal la supremacía alcanzada en los mares.
Como consecuencia de una serie de contiendas dinásticas, el país quedó sometido en 1581 a la autoridad de
Felipe II, rey de España. La unidad con España hizo declinar el poderío de Portugal y gran parte de su imperio
marítimo se desmoronó ante el asedio constante de ingleses y holandeses, que pasaron a controlar la mayor
parte de las rutas y regiones comerciales de la época.
POLÍTICA
Inmediatamente después de ocurrida la muerte del rey Sebastián, las Cortes portuguesas reconocieron como rey
a Enrique el Cardenal, quien había sido regente del rey entre 1557 y 1568. A la muerte de éste, acaecida en
1580, la regencia del reino fue asumida por el Consejo de gobernadores del Reino de Portugal, constituida por
cinco gobernadores.
A partir de aquel momento, la corona portuguesa fue disputada por varios descendientes de la Dinastía de Avis.
De esta forma, Portugal pasó a formar parte de la Monarquía Hispánica (1580-1640) en una unión dinástica
aeque principaliter.6 Esta unión no supuso ningún cambio significativo, pues los reinos de Felipe II, tenían el
mismo monarca, y seguían manteniendo sus ordenamientos jurídicos e instituciones propias. Con esta unión,
bajo la figura de Felipe II se mantendría el mayor imperio colonial de la historia, pues a las ya vastas posesiones
españolas habría que unir las importantes plazas portuguesas en Brasil, África y Asia..
RELIGIOSA
El milagro de Ourique fue surgiendo y construyéndose a lo largo de los siglos xiv, xv y xvi como el momento
legitimador de la fundación de Portugal como un reino independiente, ligado a la mitificación de Alfonso
Enríquez, su primer rey. En el siglo xvi se asiste a la afirmación y la consolidación de este proceso de
construcción de una identidad colectiva, en el cual reyes, clérigos, poetas y humanistas desempeñaron un
importante papel3. Una identidad que era, desde luego, católica. Ser portugués era ser católico, pertenecer a una
comunidad extraterritorial con sede en Roma y encabezada por el papa. La legitimidad del reino dependía de su
fidelidad a la Iglesia católica. Incluso porque se consideraba que, desde sus orígenes, había sido un reino
favorecido por la providencia divina y que a él le estaba reservada la misión de combatir a los infieles y de
extender la fe de Cristo4. Eso implicaba un rechazo de todos aquellos que no compartiesen esa pertenencia: los
infieles, los judíos y los herejes. Estos no solo «no formaban parte de la nación portuguesa [eran “hombres de
(otra) nación (judaica)”], sino que, al hallarse fuera del gremio de la fe, estaban también fuera del gremio civil y
político. En el siglo xvi, a la par que al proceso de control de la jerarquía eclesiástica, se asistió a una
reconfiguración del territorio de los obispados, paralela a la reforma administrativa del reino
CULTURAL
Entre las diferentes manifestaciones culturales que podemos encontrar en Portugal, una de las más famosas es
el Fado, todo un símbolo musical del país. Son canciones melancólicas que, según se cree, tienen su origen en
las penas de amor, la nostalgia por quien ha marchado y los suspiros de los marineros del siglo XVI, pero es una
corriente que se ha ido adaptando a los nuevos tiempos y sigue cantando a la melancolía, la nostalgia o las
pequeñas historias cotidianas con un toque de fatalismo o frustración.La producción artesanal más relevante en
Portugal es el azulejo, una de las contribuciones portuguesas más importantes al patrimonio artístico mundial.
Los artesanos aprendieron la técnica del azulejo de los árabes y la aprovecharon para divulgar la cultura
portuguesa. Producidos en Portugal desde finales del siglo XV, La arquitectura portuguesa tiene en el
estilo Manuelino su mayor y más original expresión. También se conoce como estilo Gótico Portugués antiguo.
Surgió en el siglo XVI, durante el reinado de Don Manuel I (1495-1521), y presenta un estilo de ornamentación
arquitectónica suntuosa, con elementos marítimos y representaciones de la Edad de los Descubrimientos, que
aportaron gran riqueza y saber a Portugal, con un encuentro entre distintos artistas y culturas que tuvo como
resultado el arte manuelino.Durante los siglos XVI y XVII, la corte portuguesa se convirtió en un espacio
bilingüe y algunos autores portugueses, como el propio Camões o Gil Vicente, alternaban la lengua castellana y
la portuguesa en sus creaciones literarias. Tras la restauración de la independencia de Portugal en 1640, sus
autores dejaron de usar el castellano, dando así más fuerza al portugués como lengua literaria.