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360º

MANEJO DE LAS COMPLICACIONES


ANESTÉSICAS MÁS COMUNES
Anestesi
360º

APNEAS
Las apneas son producto de la acción depresora de drogas anestésicas
en el sistema respiratorio, y hay algunas que poseen antídoto.
Los efectos depresores respiratorios de los analgésicos opiáceos
μ-agonistas son antagonizados de forma rápida y eficaz con naloxona.
No obstante, se debe vigilar al animal tras esta reversión, ya que la
naloxona presenta una vida media corta y podría producirse de nuevo una
apnea, transcurridos pocos minutos.
Los agonistas α-2-adrenérgicos son antagonizados de manera efectiva
por el atipamezol o yohimbina, dependiendo del α-2-adrenérgico utilizado.
En cualquier caso, hay que considerar que estos antídotos, revierten
los efectos analgésicos, por lo que se deberá aportar analgesia, si ésta
resulta necesaria, con otros medicamentos.
En casos, donde no existe antídoto específico es posible estimular el
centro respiratorio mediantedoxapram, aunque éste produce efectos
estimulantes del SNC, que pueden aumentar los requerimientos
cerebrales de oxígeno, por lo que sólo se recomienda en casos de extrema
necesidad.
Tras la inducción anestésica con tiopental, propofol y ketamina es
frecuente la aparición de una apnea refleja, consecuencia de una depresión
transitoria del centro respiratorio o de planos de anestesia superficial. Por
lo que se recomienda sea aplicado de forma lenta e ir evaluando el efecto en
el paciente para detener la administración, antes de que sea generada la
apnea.
En este caso es posible dar ventilación asistida o mecánica al paciente.

BRADICARDIA
Es la disminución de la frecuencia cardiaca por debajo de
65 u 80 latidos/minuto en perros y gatos respectivamente.
Se asocia a procedimientos y a fármacos que producen un incremento
en el tono vagal. Así, las intubaciones orotraqueales dificultosas, las cirugías
torácicas, abdominales profundas o intraoculares, y el empleo de fármacos
opiáceos o agonistas a -2 adrenérgicos son con frecuencia el origen del
problema.
En ocasiones, pueden desarrollarse bradicardias de origen no vagal,
consecuencia de un plano anestésico profundo, hiperkalemia, hipoxia, o
hipotermia.
El empleo de fármacos anticolinérgicos como la atropina (0.04 mg/kg)
o el glicopirrolato (0.02 mg/kg) es de elección es estos casos, siempre y cuando
la bradicardia se acompaña de hipotensión.
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HIPOTENSIÓN
Se genera cuando la presión arterial sistólica está por debajo de 90 mmHg, los signos clínicos característicos
son el pulso débil, miembros y orejas frías, mucosas pálidas e incluso relajación de esfínteres.
Las primeras medidas a tomar ante la aparición de un cuadro hipotensivo son sencillas, e incluyen el
aumento del ritmo de la fluidoterapia de mantenimiento y la disminución de la profundidad anestésica.
En muchas ocasiones la simple adopción de estas medidas resulta suficiente para resolver el problema.
En los restantes casos, puede considerarse el empleo de fármacos con actividad inotrópica positiva.

La etilefrina es la primera opción para utilizarse en casos de hipotensión


(0.1 mg/kg), la dopamina y la dobutamina resultan de elección a ritmos
de 1-10 ug/kg/minuto por vía endovenosa.
Cuando se emplean estos agentes es preciso monitorizar el ECG y la
presión arterial ya que a altas dosis pueden aparecer hipertensión
severa, taquicardia y arritmias ventriculares.

HIPOTERMIA
La hipotermia es común durante la anestesia de pacientes de pequeño tamaño, siendo sus consecuencias
una recuperación lenta de la anestesia debida a hipofunción enzimática con enlentecimiento metabólico
subsiguiente, así como la reducción de la oxigenación tisular.
Debe prevenirse aplicando sobre el animal materiales aislantes y colocándolo sobre mantas y mesas
quirúrgicas dotadas de calefacción, mientras se administran soluciones de fluidoterapia atemperadas.
Las zonas de recuperación deben ser zonas cálidas para favorecer la temperatura en la recuperación del
paciente.

La hipotermia puede perpetuarse al retroalimentarse


durante la recuperación anestésica por lo que es
importante mantener al animal en un ambiente
confortable y caliente.
Si se presentan temblores durante la recuperación
hay que administrar oxígeno ya que éstos aumentan
el consumo de oxígeno lo que puede
desencadenar hipoxia tisular.

Fuente: Accidentes y Complicaciones en Anestesia de Pequeños Animales (I). Laredo Alvarez, F.G., Belda Mellado, E. Murcia
Accidentes y Complicaciones en Anestesia de Pequeños Animales (II). Laredo Alvarez, F.G., Belda Mellado, E., Escobar Gil de Montes, M. Murcia
Material revisado por: CAROLINA ÁLVAREZ - MV, MSc CIENCIAS VETERINARIAS Línea de Anestesia y Manejo del Dolor
y M.V,MSc Paula Isaza.
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