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1 Sandra Buechler

Rich C. t1!. (1966). t1h sister's marriage. In J. Moffett & K. R


Co1111>re11rlie11rlo }' trala11rlo a parientes en Psico
1' ª11ª•1.·1s1s. Cl1111co.
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b
¡ 1orton

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stories (pp. 201-221). New York: Bantam D ell.
CONTROL OBSESIVO

El fre nte de bataJJa se define rápida mente en el relato breve de


Flan n e r y O ' Co n nor, "Every thi n g That Rises lllu st
Converge" [Todo lo que asciende debe converger] (2002). Se nos
prese nta a Julián acompañando a su madre a un curso para bajar de
peso. J ulián es el hijo desempleado y rese ntido de una mujer
orgullosa, into lerante y absurdamente va nid osa. La madre de Julián
siente que el q ue su hijo te nga qu e acompai'íarla a clase una vez a la
semana es lo menos que puede hacer, teniendo en cuenta todo lo
que ella ha h ec ho por él y q ue probablemente tendrá que segui r
1
haciendo por esta proge nie m al preparada y desagradable. Esto
parece ser el úni co pu n to en el que ambos están de acuerd o.
Desde un p ri ncip io, Julián ve estos paseos como nna serie ele
obstáculos q ue lo sep aran de lo que des ea con más ansia; al fi nal
del trayecto, pode r alejarse de su madre. Intenta en un primer
mo ni ento controlar su temperamento mientras ella parlotea
incesa nte mente. La conversació n de la mad re tiende a denvar en
insultos racistas h acia los negros, quienes, según su pu nto ele viSla,
no pertenecen al mi smo universo que las delicadas damas_ (_ü 11 ;º
ella. J uli án es tá indio-nado )' se siente h umillad o por la exhibicton
1 ica d e su m adreº de sus prejuicios éll e1 auro bus.
l.)tbl , Al sublf' ella.
1ns¡)e · d . al 110 cncontra t
. cciona el autobús en busca e negro s . ' 1 ,, (p
111110-L111
o 0, a.nuncta· . ,
'Veo que tenemos e1auto 1)U•S para
' '
nosotros ·
543). ¡\ partir el e. ese momento se despliega un a "e rcladera gnerra

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1 Sandra 13ucchkr

entre Julián y su madre, donde ella aprovecha cualquier


Comprr11dienrlo y /miando a pacientes e,¡ PsicotmálisU C!iniro.

]\[adre e hijo han puesto su _punto de vista por encima de

1 oportunidad para "vincularse a los que son de su condición"


afirmar que está por encima de las clases más bajas y la gente d:
color, mientras que Julián procurará burlarse de sus airadas
pretensiones. Cuando sube un hombre negro, J:1liá:; se levanta del
cualquier otra cosa. Cada u~o rntenta por todos los medios
convencer aJ otro que ttene razon. Se abaten el uno aJ Otro con sus
respectivas ideas. Nmguno de los ..dos es capaz· ele ver ¡0 que esta•
en juego en Sll feroz pelea. Juhan sabe que está enfurecido y
lado de su madre y va a sentarse ¡unto a el: Como en ese completamente dectcLido a ganar. Lo que no sabe es que esci
momento llevaba ventaja, deseaba desesperadamente conservarla, y dispuesto y es realmente capaz de matarla. Lo que ella no sabe es
continuar hasta el final. Le hubiese gustado darle una lección a su que, si pierde la guerra, perderá su vida por completo. Como en
madre que no pudiese olvidar durante mucho tiempo, pero no veía todas las batallas obsesivas, eJ odio se despliega a través de la
el modo de prolongar la siruación" (p. 546) Julián quería que su ferocidad de Ja lucha. Es una pasión que va mucho más allá del
punto de vista atravesara el corazón de su n1adre como una estaca. contenido. Es voluntad pura y absoluta; La determinación total y
despiadada de Lievar el propio punto de vista hasra las últimas
Por unos momentos, Julián se repliega en sus fantasías de
consecuencias.
horror máximo'': lievar a una 1nujer negra a casa para
11

presentársela a Madre. Sería por fin, una jugada ganadora. No La rigidez o bsesiva puede ser en otros casos, divertida.
habría nada que ella pudiera hacer. Pero la vida real le da una Tendemos a reírnos del tirano que insiste en que sigamos sus
,~etaria más inmediata. Una mujer negra entra en el autobús con el riruaJes al pie de la letra porque sabemos que él mismo se
mismo sombrero que su madre. Julián sonríe, pensando: "Tu encuentra atrapado por Jas garras de sus propias reglas. Resulta tan
castigo se ajusta exactamente a tu mezquindad. Esto deberla
enseñarte una lección para siempre" (p. 549).
Ese es el profundo deseo de Julián: ensci'íarle a su madre una
lección duradera que penetre su fachada pretenciosa y así poder
ridículo como patético. Por ejemplo, el personaje de Samuel
Beckett (1955), J\lolJoy, saborea chupar piedras jumo al mar. Pero,
para 1!olloy, es absolutamente esencia] estar seguro de que riene
solamente una piedra en cada uno de sus bolsillos. Debe tener, por
1
lo tanto, una regla infalible que permita evitar el horror de chupar
llegar a ella. Finabnente, obtiene su deseo de una manera que no
la misma piedra dos veces seguidas. Se decide por un plan. Cada
podría haber imaginado. Su madre intenta darle un ccnravo a un
rez _que chupe una piedra, la pondrá en el otro bolsillo en el
niño negro, pero la madre del niño se lo deYuelve a la cara Yla sen~do de las agujas del reloj. Pero esroy segura de que puedes
golpea. La madre se derrumba en la acera. Sintiéndose con razon,
adivinar que esto no logrará satisfacerle totalmente. No es capaz de
JuLián le dice con cierta satisfacción de triunfo: "Obruv15te
di51par la duda de haber cometido un error y haber chupado dos
exactamente lo que merecías''. Julján extrae una lección: ºE:a fue
veces seguidas la misma piedra. Le salió el tiro por la culata. Al
toda la raza de color que ya no aceptará rus condescendientes tratar de controlar la vida, queda completamente controlado por
centavos... Ya no eres la que crees ser" (p. 552). La madre cambia sus propios esc¡uemas mentales. Es como si aJ preparar una trampa
d e. rumbo en silencio, roma la calle hacia su casa en lugJa~Li~~ para Otra persona tenninara por atrnparse a sí 111.isrno, dando un:1
e1mgirse hacia el gimnasio. De repente, cae al pavimento. ' nnagen ridícula y lamentable de sí.
. . ~la
intenta que le ayuden, pero nadie responde a sus gntos. . .
manern _mas- tnste
. ·1 1e, Ju I"
pos1) 1an gano, 1a 1Jata Ua, pcro 1,erd10
. la .. Algunas características similares (como el perfeccionismo, la
guerra. El ciertamente la ha atravesado, y ella cambia para siempre. ngidez )' la atenció n a los detalles) desempeñan un papel
tniponante en Ja historia de Ring Lardner "!Jberty Hall" (Sala

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1 Sandra 13ucchlcr

Libertad) (1954). Pero, ademá s, en "Liberty HaU", el uso del ~ B~


CoJ11pre11die11do_y tmtc111do a pacientes en Psicoanálisis Clínico.

rdi para Ben. .Sucumbiendo a la presión de aceptarlo, Ben


so rbo y Jo clc¡a.

1 len aje obsesivo, o tro factor a _tener muy en cuenta, está


amp guli amente ilu ,su·ado.
.
esta tratan
e1ecoon·, ew·dodosa
,..
' Cuando algu ien usa un lengua¡e .obsesivo,
do de controlar la respues ta del oyente a traves de una

' de las palabra s (vease
.
S lli 19"
. u van, J6, para una
roma un
Este es un p erfecto microc_osmos de una guerra obsesiva, con
1as palabras corno 1pnmera tacuca. E l r. Thayer parece estar
·· d 1 ·
ofreciendo a B en a opc1on e e egir,_ pero realmente ¡0 está
discusión extensa). Por ejemplo, SI te digo que estoy molesta manipulando para demostrarle lo pnv1Jegiado que es. Por supuesto,
conngo· cu,ando lo que estoy es realm . ente enfadada,
. estoy tratando Ben se siente controlado y se resiente, pero elige no hacer una
de comunicar mis sentimientos sm correr el nesgo de provocar ru escena. Parece someterse, pero se auto-afirma no bebiendo la
ira. El lenguaje obsesivo se comuruca adecuadamente, ya _gue el bebida que se Je ofrece, lo que indica, sin palabras, que no se ha
oyente ge neralmen
, te entiende su esencia.
, Pero . falla
. con frecuencia, dejado impresionar. A unque parece que Ben se rinde, lo cieno es
la comunicación clara y completa en el amb1to de las emociones. gue evita acceder a la demanda de admiración del Sr. Thayer.
En "Liberty Hall ", Ben Drake ha alcanzado la fama escribiendo Las palabras que el Sr. Thayer elige parecen ser inocuas, pero
partituras para musicales. Su su frida esposa ª ~menudo se ocupa de en realidad so n controladoras y hasta en cierto sentido,
protegerlo de discracciones no d_eseadas. El se _puede mostrar intimidantes. L o que está realmente comunicando es que no
especialmente irritable cuando al v1s1tar a otras pare¡as y habiendo importa Jo que Ben quiera, tomará todo lo que se le dé, y, además,
desarrollado todo un minucioso plan para, con suerte, poder le gustará. Sin pronunciar ni una palabra, Ben gana, pero, claro
escapar rápidamente, fraca sa_ en el inten to. En una . de sus está, no hay verdaderos vencedores aquí. AJ día siguiente, los
actuaciones, una ardiente adnuradora, la Sra. Thayer, 111s1ste a la
Sra. D rake, para que se queden. La Sra. Drake intenta, en vano,
varias maniobras evasivas. Los D rake, en cle fuut1va, deben visuar ª
los Thayers y quedarse con ellos por una semana. La Sra. Tharer
Drake se van a su casa, recurriendo a uno de sus pretextos más
frec uentes para escapar de estas situaciones Oa oficina de Ben
"necesita" urgentemente su presencia de inmediato, o coda la
producción fraca sará). La batalla obsesiva llega a su fin, con todos
1
los atrae co~ la promesa de que t endrán absoluta Libertad, soledad molestos, unos con los ou·os, pero también con el.los mismos ya
y relajación. gue nadie en realidad ha podido satisfacer sus necesidades.
Queda claro lo poco que esa promesa s1giu· ·fi1ca el es de el mismo
. En cierto sentido, la s palabra s son las verdaderas protagonistas
momento en que los Drake l.legan al lugar. La Sra. Thayer tle~e de la historia de I. B. Singer, "GirnpeJ el tonto" (2006). Pienso en
unas ideas muy concretas sobre la di sposición de los lugares e~ da Gunpel como un tonto, d e la misma fo rma que el prorngorusrn de
limusina, así como la forma en que Ben debería tomar su ca!e e Do stoievski, "El Idiota" (1935) es un idiota. Es decir, aungue
bienvenida, qué cigarrillos debería fum ar, qué debe leer Y otros Gimpel está muy lejos de ser un tonto, puede ser visto como tal.
. _ .
detaUes. AJ igual que su es posa, el Sr. fhayer nene a g '
¡ unas ideas
Gimpel parece ser alguien de qui en es fácil aprovecharse Y los
1
bastame caras sobre cómo Ben debería " re 1a¡arse
. " • Le ofreced'un
de mas
· 111tentan
· • cosa que ¡a gen te le dice
• 1y 1e pregunta s1· lo prefiere de grnebra
· hacerlo. Cree cualqrner
cocte o d e B aca i·di · Ben ice
d
para burlarse de él. Es aquí donde la racionalización, como u_na
gue no 1e gusta el Bacarcli. en absoluto. Pero e 1S r. TI,ayei. respon
· de
que apuesta a que el que él tiene sí que le va a gu star, Y proce, e~
defensa' 0 b ses1va,
• .
¡uega .
un 1rnporrante pape.¡ c 1·m1Jel intenta de¡ar
. cocte pasar¡as cosas. ¿Pero no sera, acaso que re,almente teine enfrentarse
exp li car cuan especial es esta botella. El Sr. Thayer sirve u11
y exponerse a sus torturadores, con el convencimiento de que no

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1 Sandrn Buechler

sería prudente enfrentarse a ellos? J\ l soportar silencios


Co/J//Jt<'lldimdo )' lmlr111do a pacientes en p · , .
s1coa11a/ws Clímro.

- arn.cntc bene fi ciosa. Está escrito c..¡ue un buen hombre vi,·e


burlas, ¿es, tal vez, realmente moralmente supenor a ello s;, G· sns
· · a1 ra 1)1110,
se dmgc · · 1e e¡·ice: ""fu" no eres un to nto PU
qrnen · 1n1pe1 75 3) . E n su lecho
1 ·-
ele muerte, Elka termin su fe" (p.
a conres;i.ndoi
I'º:
- auno de sus 11¡os es suyo. De forma fuga e· e que
los ro~tos. Porque el que hace sentir ve rg ü cn7,a a s~i ~ ~s_son nin,:,- , -1 • . ' • z, impel pie
· · " (p . 746) - I gente e¡e 1a c tud I0 I _ ngarse, pero rnp1c amente cambia de o¡Jinión E~ _nsa en
pierde e1 Paraiso -:ª P 1n10'
· acl convence ,e . . n un sueno
Fl ka sufriendo en el rnfierno por to<los sus d , ve a
Gimpel para _que se case co n blka, una mujer_ co_ja, mal hablada ~ ~ ' . - . h . .. . peca os. Gimpel
Iecicle abandonar su oga1, 11 al m un<lo )' co lt
de trato hosal, que tiene ya la carga de un h1¡0 ilegítimo. Elk ) e .~ - . •~ t ar cuentos a los
! . ta y noaesse nmos. V ive e n sus suenos, donde es consolado Elk
rotal111enre 1o opuesto a. G 1rnpe.I E•s _cura, direc
regu nta por· que; d e b ena
· · im · portar
- - s1· algo realmente por d., a. Se
ayerguenza en mostrarse abie rtam ente eg01sta. P . d. t . 1 ;, C l "h. . " .
¿Que I erenc!a 1ay. aL a _ Js t~ n a oenamenre "sucedió" en su
suce o no.'º
Cuando pocos m eses d espués el e la boda, nace el primer hi° mente y qu1zas e n su s s uenos. fados nos encami namos hacia la
ele la pareja, Gimpel ti ene suficie ntes razones para cues tionarse 1 i° muerte, y lo 1mportant~ es lo que creamos mientras vivimos. El
paternidad d el nii'ío. E lka jura que e l niñ o es <le él, aun que uno: próximo mu ndo: e l umco que realmente cuenta, será "sin
meses prematuro. Segun las propias palabras d e G impel, cuando complicaciones, Sl11 burlas, S111 e mbu stes". Gracias a Dios; :t.llí no se
continuó po niend o en tela d e ju icio la situ ación Elka otros "me puede engat'íar 111 s1qu1 cra a Gimpel" (p. 755).
ll amaron lerd o " así qu e "decidió" aceptar esa historia y muchas Gimpel es capaz d e encontrar palabras que doran de cieno
otras. ¿Pero es realmente tan tomo como para eso? Gimpel olvida halo ele sa ntidad a su ac titud aquiescente. En mis palabras, creo
sus pen as y se enamora p rofundamente d e E lka y del bebé. Ame que él acepta la situación p ara pod er continuar hacia adelante. Se
los abusos d e su mu jer, Gimpel dice: "Yo soy la clase de persona autocon vence d e qu e él es tá por encima de la fo rma en que le
que lo aguanta todo y no dice nada. ¿Qué se pued e hacer? Si Dios
da los hombros, también <la las cargas" (p . 749).
Com o era de es perar, E lk a va dema siado lejos, y lleva a otro
hombre a su cam a. Gimpel los d escu b re juntos y se jura: "Basta ya
traten lo s demás. Pe rmite q ue se burlen de él v justi fica dichas
burl as co n ta l d e p o der ig norarlas. ¿Es eso sabi o o insensato) Esto\'
de acu erd o con el a uto r, l. B. Singer, quien , cuando fue
entrevistado, se re fir ió a Gimpcl como un pensador, un hombre de
1
ca rácter, qu e sufrió mu ch o.
de ser u n asn o -me d ecía a mí m ism o-. G imp el no va a ser un
perdedor tocia su vida. H ay un lírnite Incluso para la to ntería de un G impcl se enfren ta a sí m ismo con una pregunta que creo que
tonto como Gimpe l" (p. 750). Cuand o le cue nta al rabi no lo que afecta a la mayo ría d e las personas con una tendencia obsesiva a
ha sucedido, éste le o rd en a abandonar a El ka. Pero Gimpel, la usa r las palabras con sufici ente habilidad como para e,·icar la
extraña profundamente y dec ide re tractarse y reg resar coi:
Elka co nfrontación: ¿es esto cobardía, masoquismo, debilidad) ¿O es
resolviend o que "sie m p re c reería lo qu e se me dijese.¿ De que sirve sabiduría, fibra moral, fuerza ? Qui zás cada uno tenga que ¡uzgar
no cree r? Hoy no crees en tu esposa y mai'iana no creerás lll en el est0 por sí mi sm o . Pero, en los casos en que Gimpel tom~ una
propio Dios" (p. 75 1). decisión conscie nte veo mérito en su argumenro. En ulnma
in stancia, acep ta su' situa ció n porc¡ue aceptarla mej ora su propia
Por lo tanto Gimpel se convence d e tragar co n cnda cuento de vida. Él no es tá "consintiendo" por mansedumbre O eStllp idez.
· 1a con
~ ·a. E·vita
Elk ' f-rontac1on · d a ¡o a to d a cos ta
· · y el escan - l1aciendo
. dla ESta· e11g1end
· · o lo q ue ben e ficia . a su propia· I.-Je¡ª · J\ menudo, la
0
vista a un lado ante las d es lealtad es <le Elka. Se sien te reforza . dac1 es un a cues ti ó n de perspect11·a.
'er . Q wzas
·., El b· fue fi el en
~ -•
por la at1rmac1on ·
d el rab1110 de que: "La- ·
creen c ia en sí misma e, al guno s se ntidos,
. aunq ue no en otros. a , ez ¡0 que sucede en un
T ¡ .

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Coi!lf>relldic11do y tmft1//{IO ti /Jacientes e11 Psicoancilisis Chi//co.
Sandra Uu echler

. . "Porque considero que es una especie de cobard , .¡


_ , ¡ ser tan real como lo qu e sucede en la versión d I ¡uego , . . . e ague
sueno pucc e · ' , e os en t r a n qu il amente p e1m1te a s u asalariado que le dé
· . · nto s diarios de un aldeano. 1 al vez las [)aiab
acontcc1n11c ~ ' . . ., ' , ras1 que " (¡J148).
inherentemente resbaladizas, son construcm_as cuando nos ayudan ord enes
a Ue,·ar la \'ida con dignidad y re:pet:>. propio. Y, tal vez, la fu erza ¡\l prin ci pi o, parece que B_artleby estm·iese trastornado. ¿Por
interior de Gimpel es más real, mas soLida, que el chisme di fun dido . . di s¡JUesto a poner en nesgo su forma de vicia en Jugar d
ue
g esta . , ·P . e
. c.¡ue se le pide!" é ero acaso no cabe preguntarse también
por los tontos. hacer 1o a si. es razonable 1a actJruc. 1 el
el abogado'¿ Por que. de¡a
. que
Bartleb)', el perso naje de la maravillosa h istoria ele J\ felville respecto . . al . - '
es te emplead o obs tin_ado y rec, cm: nte s~ aduene de su oficina, de
"Bartlebi· che Scri,•ener" [Bartleby el escnb1c ntej (1994), también
su men te, s u corazo n y s u alma. ¿Que es lo que le da a sus
sufre las. ópicas frus traciones que generan los co n flic tos o bsesivos.
in te racciones co n B artleby_ un efecto ta n poderoso sob re la ,·isión
No puede querer hacer, lo que sabe que debe hace r. D esde que
ue ti ene d e s u propia valí a;, Esto me recuerda a CordeLia, Ja hija
accedemos a la escuela (y m ás allá), tocios nos hemos en fren tado
en algún momento, aJ conflicto entre lo que tenemos q ue hacer i ~, eno r d e L ea r en la obra de Sbea kespeare (Rey Lear, 1608, 1972).
;\mbos es tán obs ti nad amente ligados a u na visió n concreta de la
lo que queremos hacer. Corno c uando tenernos una ta rea asignada
,·crcl ad , a un qu e esto resu lte e n su propio detrim ento. Co rdelia se
frente a nosotros y sin em bargo nos dedicamos a fantasear
nieaa a adular a su pad r e, a pesar de saber que él ansiaba que lo
jugando Libremente con n uestros pe n sa mi e ntos. O com o cuando
hicie ra. Ella in siste e n dec irle que lo honra de acuerdo a sus lazos,
sabemos que debem os apagar las luces e ir a dor mir, pero
que remos \'er un programa de te levisió n más, o juga r un
ni más ni menos. Es la verdad , p ero un a \'erdad fóa, que aleja
videojuego más, o leer una p ági n a más. O como cua ndo nos temporalm e nte a padr e e hij a. A p esa r el e qu e ambas histo rias son
subimos a la báscula jura ndo hacer dieta basta q ue, enfrentados a di ferentes e n casi todos los as pectos, Ba rtleby tiene una cosa en
un trozo de tarta de queso, cedemos ante la tentación qu e sabemos co mú n co n Cord e Li a : se m anti e ne en u na p erspectiva concreta de la
"verdad". É l, r ea lme n te, p referir ía no co piar documentos legales y
"deberíamos" resistir.
no cede rá a la presió n p a ra h ace rlo. Al igual que CordeLi a, Bartleb\'
Pero Bartleby lleva el co nfl ic to mu ch o m ás lejos de lo que la ta mpoco va a ced e r tan solo p o r evitar el co nflicto, como haríamos
mayoría de nosotros lo haría. Cuand o s u jefe le pide que lleve a la mayoría d e n osotr os e n algun os m o m entos de nuestra vida.
cabo una tarea, él dice; "Prefe riría no h acerlo " (p. 142) Su jefe, un
abogado, se queda asombrado, sin palabras. Rec uperánd ose, le AJ igu al qu e el A h a b d e M eh -ille (en J\Ioby-Dick, o La ballena,
pregu nta a Bar tleby la razó n d e su n ega ti va, a lo que éste 18.5 1, 2000), B artl e b y se mues tra dete rminad o a p rocurar vivir una
simplemente repite: "Preferiría no h ace rlo ". E l ab ogado intenta vid a q ue es té e n ab solu ta conso nancia co n sus verdaderos
razonar con él, explicá ndole el po r q u é d eber ía estar dispu es to a sentimi ento s o, c orno di ríamos e n la acrualidad, con su "sel f
realizar la tarea. Pero Bar tl e by n o se in mu ta . E l jefe co nsulca a sus verdad e ro ". Por el co ntrari o, s u jefe cae en la confusión v el
otros empleados. ¿T iene de recho a pedirle es to a Bartleby? ¿Hay confli cto. U n a vez qu e se h a sum ergid o en el dil ema ele Bardeby, ya
alguna manera de en te nder la negativa del escribiente? Los tres no es capa;,, d e p e n sar con claridad. Se debate entre mcen rar
nd
confirman el p unto de vista del jefe al respec to. As í com ienza, negocia r un acu e rd o co n él o emiti r edictos fir mes. Cua º
entre Bartleby Y su exasp erado je fe, un a serie de d uelos verba les. Bartle by comie n za a rech aza r las ó rd ene s, el abogado reconoce ;t'.e
Gradualmen te, la batall a va ad quiri e nd o un m a\'or sign ificado haSra si algui e n m ás se hubi era co m porraclo de ese modo 10. ha na
que el abogad U · ·
' 0 ega a senbr c¡ ue es su p ro pi a hombría lo qu e eS ª
t· despedid o, "Pe m h a bía algo e n Bartleby q ue no so lo me

178 179
Coillj)l"flldir11do )' tm!tJ11do a parie11tes en Psicoa11cí/isis Clínico.
Sandrn 13ucch ler

el abogado abandona 1~ oficina, deján~olo atrás. Por


desarmaba singularmente, sino que d e manera maravi llosa rne
sano,,sto la co sa no tcrrnma aht. B_artleb) continua deambuland o
cornnrwía r desconcertaba. i\fc puse a ra zonar con el" (p. 143).
supue ' ·na ha sta que otro de lo, ¡efes intenta razonar con él por
O 6JCt ''
,\[ientras que intentar razonar con l3artlelw no lle\·a a ninguna Porla
. , , \' termina· echa, n d o Ie. L e o f·1ece
- · d.1sa
· ·ntas opciones
· de
·t ,,¡ abo<rado decide ser rndulgcntc par:1 poder pensar rne¡·or d• , 10111a 'cz .
u .
1b 1
oda, ]as cua les l:3art e :, rec 1aza. En un momento de
pat e. - ' '"' . . e
1raba1o, t . · · B · 1 ,b · · . · B Ib
, 1 mismo: "puedo a mm· ba¡o precio obtener una gozosa sensación auténtica bondad, _1m·1ta a arte ) a su propia casa, pero arte y
de aurocomplacencia" (p. 145). Ah ora el ahogado c¡ueda atrapado. el ofrecmucnto. Po r fin, el abogado siente que ha hecho
De alcruna mam:ra, con el objeti\·o de ser razonable ante el no acepta ~ • .d.d 1 . el
roda lo que pudo. Esta dcct t o a e e¡ar e pemar en Barrleby.
comp~~rnmicnto irracional_ de l3arcle~y ha ll egado a cuestionarse a Deambula por ahí, sm pod_e r atender a sus asuntos 1· claro esta,_sm
sí mismo. Pensa r en la triste rvac ta \' tela d e l3arcle!)I' se vueh-e oder ok idar a 13artleby. Cuando regresa nue,·_amcnte a la oficina,
insoportable. P u·a una n ota que dice que 13artl ehv ha sido encarcelado por
encuen , ' ' , · _
Como a menudo sucede, en estas batallas obsesivas, cada ,do r\1 ir a ,·isitarlo a la caree!, el abogado paga a alguien
vaga b ur · . . . _" )
persona siente que es absolutamente necesario ga nar a toda costa. ara mejora r la cena d e Barcleb), solo para c¡ue diga. l refiero _no
En el transcurso de esta triste h istoria, el precio para cada uno de ~enar hm·" (pág. 165). La próxima vez q ue el abogado lo mua,
los co mbat.ientes asciende progresivamente. E l abogado se re encuenu·; a Barcleb\· tendido en el suelo, muerto.
inmerso en una m elancolía mo rtifican te mi entra s que Bartleby se i\fch·ille ha captado maravillosamente la naturaleza contagiosa
encierra en restricciones autoirnpucstas cada ,·ez más 1· mis de los conflictos obsesivos. Es casi imposible e,·itar enredarse en
estrechas. El jefe adopta diferente s actitudes, tratando de encontrar ellos. De alguna manera, incluso cuando intentamos ale¡arnos de
una manera de resok er 1a situación. Decide ser cariiaci,·o, ellos, nos arrastran. Y una , ·ez que el juego ha comenzado, ganar
compadecer a 13artleby y tratar de cuidarlo. Pero pronto se cansa puede parecer com·erLirse e n una cuestión de ,·ida o muerte. En la
e.le este enfoque, m ientras sus colegas le reprochan por permitir historia de J\[clvi llc, aunque n o hay ganadores, Bankbv parece ser
que un empleac.lo lo c.lesafíe ab icrramente. AJ encontrar la simación quien pierde más. El abogado se mantiene con vida, pero
insoportabl e, decide deshacerse de l3arcleby, que se ha co nvertido totalmente sumido en el dolor.
en un "intolerable fantasma " (p. 159). Si n e mbargo, el abogado no
es capa, de soportar en lo c1ue se c01wertiría si echara a Bardebr. N inguna de las características de las batallas obsesi\·as ha
Reflexiona: ".: Echarás a ese pob re, pálido, pa sivo morral) ¿Dónde escapado a la atención d e ,\ [e h·iUe. Pl antea la lucha de poder (en
arrojarás a esa criatura inde fensa) ¿Te de shonrarás con semejante ocasiones feroz), la resistencia pas iYo-agrcsi\·a ª. cumplir_ las
crueldad) No, no quiero, no puedo hacerlo" (p. 160). órdenes, el orgullo herido, ]os sentimientos de unpoteneta l
castración V al 1~1enos para el abogado, la res tricción autoimpueSra
_\sí, el enemigo de 13anleby (el o rgullo d el abogado) también es por temor ·a volverse c r uel. Hay una descripción mara\·il losamenrc
su principal aliado. El jeft, está herido en su \·anidad por las eleta 11 ac1a e¡e la 1ndcc1s1on
· · · , c1 ue engen d ra 1a st· tuac ión. .en el abogado.
." .
afrentas ele 13artkby, pero es tamb ién la preocupac ión por su S1. se rtn. el . 1 ,, 1 , cr1b1cnre' es decir,
e a Harcleby, ¿está "auton n m o a es · ; .
propia imagen lo que no le permite echarle. El propio potencial 1 , · . . el cción (o mas bien,
e e esta exnrncndo d e las co nsecuencias e su ª ' " .
obsestrn del abogado ha sido reclutad o para esta batalla. 1\hor~ d 1 · · . · · . J ¡ ,bilida,P ¿bra e1
e a 111acc1ó n)? ¿ 1·'.s eso compasivo o signo e ,e ·. · .d J
procura encontrar las palabras adecuadas para convencer Y ast ab 1 . . f -s, a su mcapac1 a
superar a Bartleb). Al declarar que el "aire" e n la oficina no es ogac o racionalizando para cn tar en r~ntaL:; de 1a compasión
11ara confrontar aserttvarnente? ¿O es la cxp resio,

180 181
Sandra Bu cchkr Co!llprendiendo_)' tratando a parientes e11 Psicoanálisis Clínico.

por la terrible
. J es,·entaja de . Bartleby?
· -¿Podernos
. sabe. .
,tcuando en \Xíarburton como un snob,_ que disfruta mirando por encima del
estamos siendo cobardes, ced1en<lo ante las exigencias irra · hombro a hombres como el. Cooper no había vivido mucho
. . ~~
del obsesivo, o cuando estamos siendo humanitarios, reconociendo ciempo en Inglaterra
., antes . ltraba¡ar para Warburton , y alb erga
l de
y honrando, una forma grave ele sufnnuento humano;, una u1tensa avers1011 por os mg eses:
~n- momentos, Bartleby parece ser víctima ele una especie de 'jl.cn,gc1ba de la esmela ptÍb/ica J'ª q11e sie111pre temió ser tratado con
paralis1s, 1111entras
. que. en otro momento parece torturar
' a su~~·, condescendencia. Temía tanto que los demás le desairaran que, por así decirlo, se
Su comportamiento tiene el -~fecto de mortificar al abogado, per~ adelantó a ellos, promrando q11e todos tuvieran la impresión de que era nn
¿es esa la ver?adern _1ntenc1on subyacente? Rara vez alguno de engreído imoportable. (p. 289)
nosotros podra salir indemne de la batalla obsesiva. Eso requiere
sumo autoconoet1111ento y confianza en uno mismo. Uno tendría
Como Maugham sugiere perspicazmente, Cooper está lleno de
que estar ~ompletamente seguro de que su intervención está libre
contradicciones: "Un hombre sensible que era extrañamente
de toda mfl ueneta y que lo único que la guía es el esur
verdaderamente al servicio de la vida. insensible a los sentimien tos de los demás" (p. 290).
Warburton encarna cada uno de los temores de Cooper,
Una lucha de poder sorprendentemen te si milar se encuentra en
1 el núde~, del relato d e W. Somerset Maugham, "The
poniéndolo en evidencia frente a todos los demás: "A Mr.
Warburton le divertía amargamente observar que este hombre, al
Outstat1on (La estación remota) (1954). El Sr. Warburton es el
que consideraba vulgar, como un hombre cualquiera, pudiera ver a
Regente a_ cargo _de un territorio en el extranj ero que forma parte
tantos otros como inferiores" (p. 291 ). Finalmente, se enfrentan en
del tmpeno Bntaruco. Cooper es su asisten te tan necesario como
público, cuando Cooper se atreve a abrir los periódicos de
poco fiable. Los primeros momentos de Coopcr bajo el mando de
\Xlarburton, estropeando el orden en el gue éste esperaba
Warbu rton no auspician nada bueno. A diferencia de su
encontrarlos. D esolado, con su tesoro echado a perder, Warburton
comandante, que siemp re viste impecab lemente para la cena,
"dobló los papeles tan pulcramente como pudo, colocó un
procurn~do evitar cualqu ier cosa que le recuerde ]a bancarrota que
envoltorio alrededor de cada uno y los enumeró. Pero fue una
le obligo a abandonar su amada Inglaterra, Cooper viste de manera
tarea melancólica" (p. 293). Se ha cruzado una línea en la arena.
informal. Este es un grave error. El Sr. \'(/arburton espera que todo
Para Warburton, arrui nar el o rden ele sus periódicos es un crimen
se haga "correctamente", que es otra manera de decir que roda
impensable. Jurando venganza, afirma: ''Nunca lo perdonaré .. ·
debe hacerse a su manera . Se mu estra relativamente amable Y
cortés, pero exige obediencia absoluta. Nunca" (p. 293).
Mientras tanto Cooper por su parte tiene la "incapacidad
Cooper tiene la tentación de burlarse de las fo rmas imperiosas
propia del hombre con ~scasa formación para expresar su
de Warbunon. Siente q_ue \'\larburton Jo ve com o alguien inferior,
~rre~entirniento " (p. 294) hacia Warburron, pero también hacia las
no solo por las diferencias en sus roles, sino tam bién porque cieo<le
a relacionarse con ¡)ers onas el e categona, ,nas · ntra.5 que
, a1ta, 1111e emas personas que le sirven Los hombres se ruegan ª traba¡ar
Coo er . . " con Cooper, a menos qu e \'{l;rburton les ordene hacerlo. ESta es
P piovrene de un entorno mucho más pobre v ha asisado"
escuelas . de m enor prest1g10.
. .
una
. , ··
'ergL1enza para Cooper: "Se tragó su hwnill aoon,
· · pero el
Cada uno busca · y encuen tI1I· ~ll. iosmcra 0~~
. que había sentido por la t"d". 1
oponumdades J) . mostrarse ante el otro. Cooper llega a pen'sar aciente desprecio .' ·
ª'ª Warburton se convirtió en un odio hosco" (p. 29 4)- ASI, vemos

182 183
~andrn l3ucchkr Co,JJprrndN.wdo J /1r1/a11d(J a pacientes en Ps,coanálisu CliJJim.

cómo el pcrfrccionis mo obses1, o ,. las necesidades narcisistas ti .\,: !radJ11rlrm /01/10 fll Ti~11u J' c~r~d aadadosammte el tmbal.ye. l..1
lknn a ambos ho mbres a 1otcnsas luchas por el control. ~fiemras i1mt11!(dM desplr)!.{lf las j}t'.l"adas 1· r111rlosa.r /Ja.wnas. J_,.,, mmitJIJ(I, tan Ft'sra Y/na,
la batalla se libra entre ellos_, con los hombres :1 su sen·icio como esl11hd dr1iriosa. )' por 1111 11~0111_mlo S~/J o/OS Nl,_~{1ron por s11je1rdí,1 ton una ,m-.,.ad11
peones, luchan por su propio orgullo hendo. Como en el caso de a!!Jabk. Lr11 ,e,rt111 peso htlÍJ/a .mio qmtado dt su 111rn1t:. (JJ. 308)
Bartkby , el abogado (, ·éas e antes) , podríamos centrarnos de
manera útil en el aspecto narcisi s ta del conflicto. Pero, en el
Cooper, que de spués d e todo era un ser humano, , e había
corazón de cada historia, hay una feroz lucha por el poder ~ue se
con\'ertido en un pe so, un obstáculo en medio de su tranguila ,·ida.
apodera de los personajes. Es como si ta n so lo uno d e cada par
de sus rituales, su autoridad \' su orgull o. Eso fue todo lo gue
pudiera sobrc,·ivir.
Cooper significa b a. , \1 ser clirninado, roda se reduce a eso. Se
\\ 'arbunon planea despedir a su némcsis a l informa r sobre los convirtió en una cosa donde, una ,-cz, hubo una persona. Cooper
errores de Cooper. En palabras del autor, "El odio, a menudo, hace no es un personaje simp~tico, pero el grado de odio que ernca en
que un hombre sea claro" (p. 297). \X:arburton in for m a sobre las \\'arburto n es estremecedor. Una ,·ez más, se nos muestra que
forma s en que Cooper está haciendo un mal uso d e su poder. puede ser extremadamente peligroso interponerse en el camino de
Cooper, por su parte, ac usa a \'ífarburton: " No me gustó desde el alguien orgu lloso e inflexible en sus ruunas.
p rimer momento en que vi ne aquí. H a hech o todo lo posible para
¿Exis te alg ui en más exasperante que un perfeccio nista
que el lugar se torne imposible para mí p o rq ue no le he
obsesirn:> ¿ f-l av alguien más absurdo~ Y, sin embargo, a menudo
adulaJo" (pág. 298). Y, un p oco más tarde, Cooper realmente
evoca nuestro afecto junto con nuestro desprecio y desdén. ~le
apunta a la yugular: "S nob. i\íaldito snob. J\!e creíste in ferior
porque no había ido a Eton . Oh , m e dijeron e n 1(. S. q ué debía
esperar!! ¿ Por c1ué;, ¿Acaso no sabes c1ue e res objeto de mofa en
todo el país:> " (p. 298). Casi llega n a las manos y cua ndo Cooper
pregunto si eso será porque es tan fácil de carica turizar. Tornemos,
por ejemplo, d hilarante retrato del padre de Clarence Dar en "El
padre despierta la aldea" ( 1952). El padre de Clarence, un c,1roso
1
hombre d e negocios, espera que le entreguen el pedido de_ hielo en
finalmente abando na la habitación, \Varb urton se c¡u eda pensando
su casa en perfecw estado, en un bloque sólido. De otra torma no
que Cooper, al ser m ás joven podría ve ncerlo en una pelea:
sería ad misible. Por otro lado, su forma d e consumir liquidas es la
"Lágrimas de mortificación corría n por su oro ndo y enrojecido
única form a "correcta " de hacerlo, por lo que deben seguirse
rostro. Se sentó alü un p ar d e horas, fumando un cigarrillo tras
esrricra111ente sus pautas. La madre piensa que el padre_, es
otro, )' deseó estar muerto" (pág. 300) . Al mism o tiempo, Cooper
\¡uisc¡uilloso\ pero el, sin1plen1ente se YC a sí mismo como un
se tira sobre su propia cama v llora. J\lás rardc esa misma noche,
hom bre civilizado " .
Cooper es encontrado muert~, asesinado p or uno el e los hombres
b~JO su mando. Cuando ,·e p or primera vez a Coope r muerto,
T0 e! o ,·a bien
· hasta que suced e una ca ¡amll· ¡ad 1 el hombre • •
del•
~Varbunon se sobresa lta, no porque esté conmociomclo, smo hielo no llcga. l •,sto
- es v 1.v1do,
. • m cc¡·1arnmcnte, como um'. cnSJs. Pº'
1n
tod a [a fami·1·ta. ]-'. 11\·ta
, n a d os hqos.. 1
porgue stnttó en si mismo un repentino resplan dor de exal'.~clO!l- a 11a bl ar con ' 111 func to nano edee
la con1 pa111- ·a d e 11clo
. . e , ., debe hacer a1go
Lna gran carga le había sido quitada ck sus hombros Úll'· 1 para 1n,orrnar 1e· que se . . la
fon11 · • · ¡, duro cita en ·
J06-307J. Para mí, e l último párrafo de la historia es el mas ª ll////ed1atr1. r\l llegar a casa clcspucs ' e '111 . ¡,
ofi -· •' ' · 1 .· ión. Dice c¡ue e
escalufnantc: _ctna, el padre está al ta m o de la tern b e situac r 1 , meaa
9uttará la m ald ita cabeza al hombre del hielo si no rea iza a e, ~

184 18.'i
1 Sandrn 13uechlcr

de inmediato. Para asegurarse por todos los medios de ,·


CollJprmrlimrlo )' lmlm1do ,, paci, ntes en l'sirormrilisis Uínico.

. . f. d . . e\ llar u r . , ble pa ra rodas sus adinerados amigos. Su m . .


catástrofe, el Padre pide un re ngera or ad1c1ona l lleno de • na comOI t,i . .1 . ª\ or acavo en
fu erzo es su ma) ore o rno, qui en se asegu ra d,
para que lo entreguen en su casa, por supuesto, tanibi,: 111 do ¡[icho es . ¡, .· ¡ , . . e que cada
1
11 ce social en ,1 resic enc1a de ()fforcl se d . ll .
inmediato. erento . . . - esan o e s1n
roblemas. [3roobm1th es clescnro co~10 una "eniura y acti\·a
Como era de espe rar, una gran cantidad d e hi elo Li ega a . P
pe1.so na, , con. su un penetrable
. rostro paLido y. con sus ca be·ll os.
· . . , , t1e1n
Para. la cena del Padre,, ·\" su propio delene. Se restablece St P0 e,arao rdi nanamente cu'.dados, _c1ue hab laban de responsabilidad,
_ 1 ru~na
habitual_ de cena, cafe y conac: u'.1 raro_ momento de absoluia pareCI•encl_o
· que mantenia_. n el 1111smo alto .rn,·el que la', plata" (p. )• .
Brooksmith es un _artista'. capaz _e1e crear e] salon ideal 1, 1
'_ ,
tranquiLidad en la \·1da de un pcrtcccw111,rn. El padre utiliza lo de
suc_~J1do como una . experiencia de
aprencl 1za¡c para sus hijos, mantenerlo en funoonam1ento m1emras su maestro recupe~a la
Jic1endoles c1ue, SI piensan que tlenen c¡ue hacer algo, lo deben salud. Dedica su \'lela a mante1:er b~JO c'.mtrol cada detalle, para
l!e\·ar a cabo de cualquier manera posible. C1enamente él sigue su, que los inntaclo s se s_1entan aun mas comodos de lo que ellos
propias reglas. mismos hubiesen podido imagrnar, hasta c¡ue los problemas de
salud abr uman al Sr. Offorcl. Como dice el \·iejo caballero, "c'cst la
En esta liistoria, _siento que la exasperación de los hijos
fin ele rout" (p. 59). Ciertamente es el fin de todo para Brooksmith.
coincide con el aprecw e incluso la admiración por su padre. Es
El dilema de Brooksmith es en gué medida inrentar "Ue,·ar" el
único en su estilo. Es siempre, indiscutiblemente, él mismo.
salón adelante a pesar de la enfermedad y la incapacidad del Sr.
Genuino, es predecible \º fácilmente ca ricanirizable. Hay algo
0 fford para participar plenamente. D ecide permitirse sustituir a su
admirable en su absoluta perseverancia en que las cosas se hagan
maestro porc¡ue se encontraba \·a "saturado por la religión del
de la manera "correcta" . Es muy difícil ,·ivir con alguien así
(especialmente para la Sra. D ay) pero tam bién es muy difícil de
okiclar. Quienes hayan vivido a su alrededor estarán unidos para
siempre a tra\·és de los recuerdos compa.rtidos, "¿reco rd áis cuando
Padre hizo tal cosa .. . ?". Tal vez, junto con la irritación por lo
hábiw" (p. 60). l ncluso se permite a sí mismo seguir su propia
incli nación a ser más exigente respecto a quién puede asistir, ,·a que
en la mente de Brooksmith, su maestro se ha vuelto demasiado
laxo en este tema durante los últimos tiempos. 1\ medida '-JLIC el Sr.
1
Offord se dcs\·anecc en la mue rte. la pregunta más imponanre en
difícil que liace la vida a los demás )' el re sentimiento por lo poco la mente de algu nos amigos es: ¿Qué será de Brooksmicl1'
gue parece importarle eso, la familia lo ama porque los une. Lo
ha\·an elegido o no, los que es tán cerca del Padre sa ben que cs1án Si bien Offorcl y Brooksmith son representativos Je una
en el mismo barco. Todos recuerdan algún momento de rebeldía determinada época y lugar, el dilema está mucho más ext:nd_ido_ de
conrra las reglas del Padre, yue son seguidos rápida mente por la lo que se podría pensar. ¿Qué sucede con el perreccro1:isra
comprensión de que la vida es mucho más fácil si le dan al Padre obsesivo a medida que lo, tiempos y las modas Yan cambiando- El
exactamente lo que él gui ere. enve jecimiento a mc.cnudo implica repLiegues forzosos de un
upo u
Otro. Si pasamos nuc.cstras vicias sacrific:índonos al dios de la
Pero se r p<crfeccioni sta p uede llevar de lo trágico a la comedia. perfrcció n, es posi ble c¡ue algún día nos despertemos Y \·eamos
En su relato "Brooksmi th" (1952), H enry James proporciona un que hemos siclo reemplazados por algu ien más jown Y menos
ejemplo de ello. Brooksmith es el mayordomo de un caballero mu\ e·''"1·g,,ente. 1\J igual
· que los \·aqueros ele¡ Samy,
, • ()•si-
, , de los
. · E,rndos.
sociable y apreciado, cuvo nombre es Olive r O ffo rd, un CíllC· ¡os c¡ue sobrevivieron
' · ·t-1ca ba su csalo
a la era que ¡usa . de , vi .cia,
. 1omanco
d ip . . ret1ra. d o, c¡ue destaca
. por crear u na almos . fera social muc¡ios el e los que ocupan profesiones . de ser ,·ioo domesuco

186 187


. 1 )'
Co111prl'II d1CJ/a,0
tralrmdo a paáenlcs en Psiwanálisis Clínico.
:iandrn Bucchlcr

ue se concentre en lo ljUe sienten mientras escuchan


· ,lis carreras
tcrm111 a11 - , '
con . cicrla sensación de _obsoles, cenci:i :1lu1nnaclo q llevado a la extre ma desesper_actón, en su esfuerzo
11 1
, 1 , ·t a fecha de caducidad ha pasado. Creo ljU . •. · 110 111b e, 1 1 el
,ues r. . ·. . f:. . . e los :1 este 11 - con1p ¡eta~ mente se<ruro '-"e <-¡ue as p_ te ras en sus bolsillo,
pcrfccoornstas son 111as propensos a' su n1 C~te dcsnno Por u' or
r.
csr: . . 1 s "corn:ctamentc , y g arantizar de ese moJ o, "Ue
defienden fcn icntellll'nlc su perspccll\ a a !Ta\ es de sus accion~ '. P ¿·15 rnbuJ( a. . . . . . . _ .7
están ará la mt sm a piedra dos veces seguidas. 1:s una sene Je
. br·ºs Clarcncc Dm· sos nen e que solo hay una for 111 a co . i
Pª l·1 "" • • • ttecta nunca chup, ' si ·ibsurdos c¡uc describen el m ovimiento de las
. ialcs ca. ' - . '-
de Ue,·ar el hielo a ,u puerta; el sabe cual es, y es la !llanera en
1 P:1s0S titl .
de 1zqu1
·erda a derecha, del bolsillo de la cha(¡ueta al bolsillo
• '
qlle • siem¡xe se
. ha l'tltregado
, . en el pasado. . _
P ara él, la "adecu a<la'. el
entrq;a de hielo ,. su pro¡;'.º ego son ,!º
mtsmo. Lntregar el hielo
iedras
P 01 alon , '.
Je 1 Pª .
, , de la mano
.
a la boca, todo
¡
.0 de sus bolsillos como '- e su mente.
en pos de mantener

de cualquier otro modo imperfecto es. equivalente a negar la equilibrto, tan t . . .


existencia de Clarcncc Day. No hay smo para los inevitables e nos haga gracia, pero, al rrusmo tiempo nos
cambios en la forma de hacer las cosas. Puede qu · ' T l' · '
. sosegados \' molestos. ¡ anto to, co_ 1110 st hacerlo de
1ci111os d esa. - . - N
encuentro exlJ-cmadamente triste el final de la \'ida <le sei 11odo tan perfecto importara .tanto! . t os sentimos exasperados
1
J3rooksmith. Cuando üfford mucre, Rrooksmith explica que "es la un ticulosidad, la exqutstta (auto) tortura y por nuestra
or rnnta me . 1
pérdida de algo que lo era todo" (p. 64). Brooksinith no puede Prapta . .1111p,aci encia nucntras anhe amos que por fin se sienta
adaptarse a servir en la casa de otra persona _porque, como dice Psaos. fec I10. y ' sin
-
embargo,
,
algo en nuestros corazones se rompe .
un
James, había estado en 1\rcad1a. , Intenta traba¡ar como ca 111 arero, poco por él , porc¡ue e s un esclaYo . de sus necesidades
pero 110 soporta sen·1r en nrngu n lugar <-¡ue sea menos perfecto auroimpuesras. T ambién_ :cconoccmos en el, un poco de nosotros
que la casa del Sr. Offorcl. Se va hund iendo cada vez más en mismos. Nosotros rambten obedecemos nuestras p'.optas rut111as ~
circunstancias lamentables. Finalmen te "desaparece", tal ,·ez (implicitam ente) las dotamos de eterto senado magtco. ¿Por que
habiéndose: suicidado. L: na amiga concluye: ",\hora confío que, tiene que ser ast)
con ,u característica deliberación, estará cambiando los platos a los
Lo que me gusta llamar territorio obsesivo es una tierra llena
dioses inmorta les " (p. 70) . Tal puede ser el desti no del
de dudas donde reina la magia. La realidad está forjada por
perfeccionista. Ca,i por definición, es incapaz ele asimilar la
palabras y controlada por reglas. Los castigos no están bien
conmocir',n a la que todos nos enfrentamos en la med ida que
definidos v son muy severos, pero sr uno hace todo bten se
cambia nuestro mundo. Si la adh es ión a nuestros modos
encontrará, en armonía con un mundo de paz y seguridad. Excepto,
" perfectos" son sagrados, podemos sencirnos anulados y negados
por la senciUa razón, ele 9ue ese reino mágico y seguro nunca llega
en el mi smo grado que la s costumbres )' las modas van cambiando
amaterializarse.
) el resto del mu ndo avanza.
En aras de la claridad, resumo breYcmente algunas de las
características de la vida obsesiva, tal como la entiendo. La marnría ya
Tra tami e nto fueron ilusti·adas por los relatos e n la sección antetior de este capítulo.

Cuando abordo el tratamie nto del trastorno obsesivo, con • CI lenguaje o b sesiYo es lo suficientem ente indirecto como
frecuencia leo a los estudiantes un pasaje el e "i\lo Uoy" de Samuel para e,·itar problemas interpersonales graves (la mayoría de las
Bcckctt (1955), el cua l mencioné al principio d e este capítulo. Pido veces) pero es lo suficienteme nte claro como para que suene

188
189
1 Sandra Bucchler

comunicati\"CJ. i\!e gusta descri?irb como un áng-uln de


Co!llprendimdo_y lmla11do a pacientes e11 Psicoanálúis Clini.ri.

ersona siente algo corno "Debería hacer mi tarea r


45
grados ale¡ado de una d cclarac1on directa v s1n1plc. [ stá cerca
p . _ . .I . " , ero
realm ente c1u 1ero Jugar a 1os 1·1c eo¡uegos . Tan pronto como
de ser preciso, pero en su mtcnto _de evitar cuak¡uicr posible alguien o bses1,·o comienza a mclinarse en una de estas dos
contlic to, d ebe oscurecer el men~a¡e. Por_e/~mplo, la persona direcciones, la otrn lla117a a su puerta. Por ejemplo, en el
que es tá cno¡ada conmigo d1_ce que esta molesta ", porc¡ue tratam iento, si la discus1on G)1111enza a favorecer a uno de los
teme que s1 usa la palabra cno¡ada \'O responda co n mi propio lados, Jo siguien te es que surp una discusión más acalorada en
enfado. Lo má s probable es c1ue eUa no sea consciente de el sentido contrario.
sustin1i r una palabra por la otra. lis un mecanismo sutil, mur
• Jrónicamente, con frecuencia, la persona obsesin es capaz de
practicado desde que ella e ntra por primera vez en ~
despacho. generar exactamente lo qu e procura e1'.itar. Deseando
desesperadam en te caer bien, puede en su estuerzo, exasperar
, La vida obsesi,·a es un intento por controlar los a los demás e n lugar d e agraciarles.
aconteci mientos importantes, en gran medida manteniendo
, Corno ocurre con rod as las pe rso nas, en mayor o menor
un férre o comrol sobre los pequeños detalles. Tal vez lo que
grado, la p e rsona_o b sesiva d esea ,-i,·ir una 1·ida rnei?r y más
se está de ses p erada mente inten tando contro lar es el
libre, pero n o esta dispuesta realm ente a cambiar la fo rma en
mantenerse o no con vici a a lo largo del día de hoy. No puedo
que ,-i,·e. En o tra s palabras, q uiere que cambie n las cosas sin
estar completamente segura de poder consegu irl o, pero si
renunciar a su es tilo de fe nsivo. 1lace años, un paciente 1-ino a
puedo asegurarme de segui r las reglas que mágicamente he
,·erme po rqu e c¡uería sentirse menos agorado, ¡pero de

1
dorado con el poder de mantenerme a sa lYo. Por ejemplo,
ningu na manera estaba dispu es to a cambiar su horario de
pu edo con sumir exactamente 1500 calo rías )' 12 pastillas de
trabaio de 16 horas al díal
vitaminas, u na cada hora, y así succs ivarneme. En el lengua1c
de Sullivan (1956), la preocupación por ciertos deiallcs
Cuando se trata a pacientes obsesirns, los analistas en
sustituye el control sobre tem as más imporranrcs. J\fe gusta
ocasiones caen en sus propios mecanismos obsesirns. Pueden
llamar a es to el síndrom e d e "mirar p ara allá ". D el mismo
quedar atrapad os en la elaboración de teorías inrclecrualiza<l~s
modo c1ue un m ago di strae a la audiencia para q ue no se <len
sob re el paciente, en lugar d e participar en un intercambio mas
cuema de cómo funciona el truco, la s defensas obses ivas nos ,·ivo (pero m eno s pred ecible y controlado). ,\11160s paruci pantcs
ale jan ele una parte d e la realidad y nos d irigen a orra parre pueden verse implicados en conjeturar sobre los senam1e111os ,-
que parece estar bajo nuestro control. motivos "reales" del paciente, d edicar años a perfeccionar las
121 esfue rzo po r el comrol conduce al pe rfoccionisrno, a la teorías explicati,·as, mientras c¡u e la Yida real pasa.
procras tinación 1· a la dificultad e n la torna de dec1s10nes) .
De1 nusmo modo que la construcoon · • con¡·1111 ta· de la teoría
as unción de c~ rnpromi sos. A menudo, Larnbién puede pue de ser contagiosa en el tratami.ento, tam b'ien · ¡0 es _el uso de
o ri entar hacia la intelcctuali zac ió n (una traducción de lo ,•ivo lenguaje obses iv~ e indirecto. Como sei'ialó Sulli,·an (IYJ-l), pue,e 1
e impred eci ble en algo regulado )' esrndiado co n seguridad). ser difícil ro11trolar el ru,·cl de ansiedad del paciente si n rwe;
.
• Una dificultad subyacente es la prc senoa . e1e, ui1 conflic10 1 . 1o crndaclo
eemasiac . para en. tar e!e,·arlo. lºl• el ar·se cuenta de en que
.•¡
. , que hacer y 1o qu e se, c¡u1'e1·e hacer. 1a:l momentos aumenta la ansiedad del paciente . es fundw1enral
' par,1 e
entre lo que sc uene

190 191
1 S:mdr:1 Bucchlcr

enfm¡ue de Sulli,·an, pero esto puede dcri, :tr facilinc , k"ando es nuestra hosul1d_ad. Por supuesJo, los ana~sias nn
1 1 nte tn
ob..,en_:u obsc..,
1 \·;1111cntc c:1e. ,1_un,t (._ e nt~c~tra.s palabra\ y Ctn<.;urar Jcsp .~ solos c·n _el cdo
.;r:ti110' - _
cxccsn o en intent,tr encubrir
. _ _
.'..
nueq¡ ;-i..,
cualquier cosa 9ue pueda prm ocar conllJCto. , , c•ts n1<Hl1.1C10ncs. D1ckem, en su obra maes1r,1 l lard T1n ,
n1tcnt1 , . . ,...º) 1 . d . , ir~
Incluso si no hemos participado en un trataniicn¡ · .
¡T1enlpos DiCícdcsl , (19::io
. ¡ nos . Jnn a un e1emplo ¡nrucuhrm
' • c·ntc
csric1erindn ¡,or frccuen1cs luch :1s de poder cnirc un P' .·
0 . · do. Thornas (,raJgnnc, maestro de escuela, esta ab,olut:tmcrnc
' ' . . ., <tCll'ntt 1111
nbsesin, 1 un a~alisJa tamb1cn obscsno, todos hemos oído hablar decKK 1. 10 ,•1 hacer c"plotar la mente de lo, jó\tnc, '1 ,u
-
car<>o cr
:--. JO
de ello. Por c1empl?, un analista puede , olYu-se altanien1t conoCÍITUtOlO.

con1 robdor, l'n ~u est~1cr:.rn por l~wr.1~· lllll' d p:1c1ente sea n1<:no\ "f_.íl nrdflrl tS q11r, al mi,wios mn scl7rd(ld frllfcl/4,111/t disdt /21.r t'/1/t,m,:r
obsc..,in). Podemo,;,;, incluso, oh,;,;c.:;1onarno~. por decirlo a~í drl J·ófrll!O al qm 111tí.r d_rnba no~ / t'/JIO:f rtj~ ndo, d11/w11 ,,! si ,fo,- C.r.,r(::..m,d t,
1

1ra1ando de luchar co111ra las defensas del p:1C1c111e hasta su raiz. ,,,tprmón d1' !llhl t'_1J1im· dt üll/OJJ t1!1ho,-,-ddo hd.rld la hora d, rtt1!id,1dr.r J
t_.: 11 esencia, puede ser mucho mús di f1cil analizar la tendencia deÍ dispitfsfo ti bt11Tt"'. dt' mu: deHlll',~'-' a lodos los prquolo:r ly_r1s r/1 J, 15 l"tf.!/Ollc.i & la
paciente h ,1cia [.15 luchas de poder si nosotros mismos llllir~. /)aba /.;1 1111prt'.rtO~I ta111h1111 rl1' 1m apt1r(I/O -~alr,11n:;,adnr, tlir:;,adr; (o,:""
contribu1rnos a dlo en la sesión (aunqu<: puede luccrse luego, de horfr'JJdo susti/11/o mtt,ímro. d~-1 que hah1;, qut: pm,ú r 11 las fitmas im.1~i,1i,i11J!lu
forma 1-ctrospecLi,·a) . JIJl'flliles que iban II srr ,miqmladasrr. (p. i) ·

Podemos llegar a interpretar de forma agresi,·a la hostilidad


subyacente del paciente y generar a.:;í que ,e repliegue sobre su El lenguaje de Dicken s difícilmente podría ser má, e,plicito.
n1lnerabilidad, ya c¡ue nos encontramos a1rapadm en nuestra Los alumnos 1·an a ser penetrados a la fueoa, por supuesto, "por
propia exasperación con él. De hecho, esta .1uscncia de sensibilidad su propio bien". Los niños son de Limas más facilcs de confunr.lir
hacia la ansiedad del paciente es hosLil en sí misma. :sJos rnl,emos que los adu lros. 1\ccptan nuestra afirmacion de que <:stamns
agrcsi\·os en la for111a en L]Ué intcrprct:1111os, tratando ck- dcfimr d actuando en su beneficio, en lugar Je atender a lo que sienten, lo
rol del paciente y obligarlo a ,·er "la ,crdad ". lcsta es una respuesta cual les daría una medida más precisa de la manera en la c¡ue están
contratrnnsfcrencia l mu1· habitu:tl, una que puede tornar formas lu s1emlo tratados.
suficienten1entc sutiles con10 para l¡uc escapen a nuesrr.1
conciencia. Si el paciente teme entrar en conflicto, podernos estar , \demás de la cxccsi,·a rigidC?, de Lts luchas de poder, <le lo
n.JorzanJo e-.e tcn1or si n s:1.berlo con nuest rn 111anera de actuar a construcción de teorías intdccruali?ad,1s \. del uso de un lenguaje
indirecto, el tratamiento de los pacientes. obsesirns alberga ~Lro,
niYcl cornra1ransfcrencial. Es posible que no seamos capaces dt
reconocerlo de 1nmedia10, especialmente si el paciente debido a su
riesgos. Poclc1nos inclu~n ser ,~istos con10 .si rerurié,;;emo'.'- algo de
información 1· tal ,·cz ésta sea una descripción ajustada de lo c¡uc
tcmt,r hacia nosotros parece mejorar en un intemo desesperado
es1á sucediendo. Por ejemplo, cuando sentimus c¡uc el paciente esr.í
por aplacarnm.
tratando de "for7a.rnos" a 1on1ar decisiones por el, L'~ posible
l •,l miedo a nuestro propio sadismo 1· hosLi Lidad puede reaccionar sil'.ndo jnusualn1L:ntc reacios :1 c-,prcsar opiniones c.k
llcYarnos a gc.:ner:1r confusión en nuc~tros pacientes ya L¡ue pueden cualc1uicr tipo
haber sido desconcertados del mismo modo en sus e,perienw,
Finalmente, la propia dificultad de nuesrro rol (combinada, ,t su
t<:mpranas. Poderno s dar a cnte n,b· c¡ue lo c¡ue estarnos haciendo 7
" con nuestros problemas de ca r:ícrer propios) puede generar

es por el bien del propio paciente cuando realmente lo c1ue se eStl
una C'\Cc~1,·a ca ntidad ch: dud,1s en noso tros mi,;;mo~. PoJl'mos

192 191
1 Sandrn Bucchlcr Co!11pre11rlic11rlo )' tmta11rlo a parimtes m Psicoa11,íliS1s Clímco.

muruas;, Por cjempl~,. a ,·eces un "_non sequitur"r. es útil, ra


vokernos indecisos o excesivamente am biguos, ta l ve7. e
- . . 1 • n un que c,·ide nc1a, tm plic1t~mente, la libertad que una perso~a
estuerzo por 111ten rnr compensar impu sos autori tari os p
ejemplo, un paciente puede pedir ayuda para com )re 1 d .. ºr preserva ¡un to .ª. otra. El humo r puede resulta r en ocasiones
. . . . 1 i Ci 1OS
ob¡em·os del trntanuento, pero es posible que no podamos di fíciles un auxil io salvacloL I os permite hacer un paréntesis,
contnbmr a ello puesto _q ue es tamos perd idos en un es fu erzo mientras se reestablece la al ianza.
exagerado por tener_ m uluples persp ecuvas abiertas. Aunque 3. Intento "echar 1111 nstazo" sobre el 111ate1ial, desplazando eljoco desde lo
innum·a mente, percibimos ele q ue manera , es ta persona, poclri¡ que e.rtrí pasando e11tre 11osotros hacia a!gá11 aspecto de los s,wTos
vivir mas plenamente, no somos capaces ele u sar esas impresiones. recientes del paciente, o haaa algo de s11 húto1ia per.ro11al, 0 a 1111
Si nos quedarnos comp leta i;1ente absortos rec op ila nd o sen/iJJ1ie11to r¡11e t///'e a11tes de r¡11e entrara, y así s11cesil'a111111 te. Las
obsesivamente toda la 111 for mac10n, es posibl e q ue perdamos los pe rs o n as o b sesiYas a menudo está n te rr iblemente
rastros más claros que indiq uen la dirección a seguir. preocupadas por q u e tocio vaya bien, desde el p1illler 1110111wto.
En resum en, hay m uchas formas el e o bses io narse con un Tenemos qu e ser respernosos co n esta preocupación, sin
pac iente obsesi,·o. Para concluir es te ca pítul o, mencio naré, desde atascarnos tratand o ele hacer que suceda algo determinado.
mi punto de vista, alg unos asp ectos a te ne r en cu enta cuando Centra rse desd e un p rincipio en los síntomas es una de las
trabajamos co n estos tem as ; fo rmas en c1ue esto p odría suceder. Cua ndo nos obcecamos
excesivame nte e n "curar" inmediatamente al paciente de sus
l. Estqy a faror de 1111 uso fllfl)' directo del le11glia;e, que ahorre síntom as, p uede qu e terminemos desviándonos hacia
palabras. Intento "llamar a una pala, una pala" lo más discusio nes y no sepa m os reconocer que estamos arrapados
suc i ntamen t e p os ibl e. Si m e pi e r d o e n te o rí as en una prolo ngada lu cha de poder, propiciando nosotros
intelectua li zadas, expl icaciones ex tensas, detal les excesirns, mismos que se ge ne ren intera ccio nes o bsesiYas.
expresiones indi rectas de hos tilidad o interpretaciones
demasiado \'erbales, lo primero que tra to de hacer es dejar de 4. Si 1111estro propio .re11tido de co111pete11cia estrí e11 juego debido a la /orilla

hablar. No hacerlo pued e, sim p lemen te, interrumpir el en q11e el parie11te res¡,011de a 1111estras i11te1prdacio11es, es probable r¡11e
proceso. Una re\'isión rápida el e lo qu e acaba de suceder 110s lomel/los cada 1·ez 111á.r cerrados)' co11troladores ohsesi1•,1111mte.
puede aclarar alg unos fa cto res desencade nan tes de mi propia S. A llle1111do es !Ítil seg11ir a Sullin111 (1956) al e,ifatiZflr la f,111rió11
actitud defensiva obsesiva y d e qu é m anera eso refl eja el 111terpoJ011al a la que estrí .rin-ie11do 1111a co11ducta. Por ejemplo, si la
proceso que se está ci a ndo em re el pacie nte )' yo. confu sió n de una p erso na está generando que se aplacen
2. l-"'1 1'Ím c111iosidad, la alegría)' el h11111or so11 especial111e11te i111po111111/i.r decisiones, ta l vez (in co nscientemente) es que hay decisiones
m este trabajo. Si sienro c1ue el proceso es tá desvira liz{1ndo5e, 9ue esa perso na n o c¡uiere to mar.
me pregunto po r qué . ¿M e sie n to coacc io nada;, Cuando el G. Promro adve1tir cua11do los pacie11tes se hallan atrapados m e11contr{//: el
paciente hace u na pregu n ta, ¿s ien to q ue tengo la opció~ de l'all!tl/o "corrfCto ". i'vle g usta decir que las opciones no c 5 lan
responde r o siento q ue estoy obljgada a responder? ¿Como entre lo correc to o lo incor recto, sino que se ría como tener
podríamos esta r co ntri b uyendo cad a un o de nosotros ª
reducir las o pcio nes disp o ni b les para nu estras respueSWS 6
íN.de T· U_n brcve comcnrn no
. 11-rek
. . d <l cómico c1ue es
dich ,·a 1ue, mtrasccn ente _
0
a parti r de algo t¡ ue d ice el paciente o ante un te ma derc:nrnnadol

194 195
1 Sandra 13uechlcr

que elegir entre vainilla o chocolate. Se I rata de dife .


(olliprrlldlflJdo ¡, /m/{111do a pmientes en Psicoa11dli.rts C.hiticn.

. k incluso voh·erse más indirecto al hablar, <.:n luga, r d e


\' pucc
elecciones que lle\·an a expcnencias distintas. rentes Ío contrario. Creo que e1e 1o que se trata es de desarrollar b
confia nza su ficiente en el paciente como para qu<.: 110 sienta
- E11 ,st,. ro1110 t II todos mis otros tra/J,yos rlínicos tratar· d,
. . 'Z J , e centrar el que se k csrá hum1llando, smo que e:te enfoquL es <.:s<.:ncial
Jom .111m ª"'' ae ,o (f{I( e paawle · )'ll sabe an
/ • ' ,
·
1 ramtcmc,
111 parad trnba10.
Ob\·iamcme, expresar lo que el paciente ya sabe ·
• no aporta
1
mue110, pero, por otro ad o, tampoco resonará en él 111 e1/o 'Óflltlllar 1111 a111bie11/c de rolahoraáo11, dond1 wda 11110 d.
·d · fi · ¡ l f podrá 1l. rnl i .I' /, ,, • . ' . e
1 e nn 1carse con a go comp eta m ente uera de su co ncienci nosotros "pm¡~a en la caz¡,e a cosas 11/i/es. No importa a quien se le
Es entre estos dos extremos do nde es p osi b lt; a¡)o. . ª· ocu rran prim e ro las ~osas. La alianza terapéutica, siempre es
. . . ' 1ta1 algo
que pe r mna avanzar a 1 paciente hacia un a m avo r comp ., .. crucial en el Lraram 1e nto, pero creo c¡uc <:s especialmrnte
de sí mism o. · tension important e en el te rri to ri o o b ses ivo. Es posible c¡ u<: tengamos
que atravesa r bata llas por el contro l, poder experimenta rlas \'
8. Partimlamm1/e t~II los plllie11les obscsi1·os, preg1111l0 r¡11é otra cnsa podría
bu sca r sus sig n ificados s in q uedar arrapados en ella~
ser 1·mlad "de111as de lo r¡11e ya se sabe. A veces, algu ien que u,a
permane ntem e n te. Pero si cenemos u n com pañero de \'taje ¡0
defensas obsCSl\'~S- no es capaz de ver q ue eJ cnmpon anuen10
suficientem ente bueno, seguramente podr<:mos sobrevhir a
puede tene r mu lnp les m oavac1o nes, y los hechos pueden
las dificultades inelud ib le que el tratamiento plantea.
tene r muchas exphcac1ones q ue sea n \·e rdaderas, a pesar de
contradecirse e ntre sí. 12. Co1110 e11 todo traha¡o clínico, el lrata111iento de pr1rie11les o/Jsesil'os 110
9. En tsle, ro1110 m todos los lrala111ientos, !mio de s1•r ¡i/;11a111mt, omrre solo en la co11s11/t" del analista. L' na \·ez que la paciente ya e,
consriente de la intensidad de los senti111ientos en cad" 11110 de nosolros.
Te ngo curios idad po r lo qu e prm·o ca cambi os en la intensidad
a medida q ue avanza la sesió n. Adem ás, o b sc n ·o si nuesrra
a nsied ad, ve rgüe n za, cu lp a, t r is tez a, soleda d y otros
una \·ercladera co labo radora, una vez q ue la has arudado a
detec tar sus pro¡ ias esLrategias o b sesi\·as, puede ob~ervarse a
sí misma usánd o las y re flexionar sobre la ansiedad, la
vergüenza, la c ulpa o la tri steza q ue in te nta C\' itar. Co mo
1
sentimi e nt os p e rm a nece n d e n t ro de ni\·c les ro·lcra bb . sabemos, Su lli va n (1954) desarro ll ó la noció n del anal ista
Su llivan (1954) enfa ti zó el m o nitoreo de las fl uctuacio nes de como o bservador participan te, p ero creo q ue igual <le
la an siedad en el paciente, pero creo qu e pu ed e se r i'.1ti l hacer importante es c¡ue el p acie nte también se com·icrra en un
un seguimiento de los cambios e n el nivel de intensidad de observado r particip a n te. Con el matc rial o bses irn, esro puede
todas las emociones e n ambos parti cipantes. reducir la \·e rg üe n za del auto- reconocim iento a ni\·eles
tolerables. Pero, e n gen eral, creo q ue gra n parre del
10. He t1IL'o11lrado qm, a 1•eces en el trala111iwto, Jora/izamos tratamiento se rea liza fuera de nues tras consulta . . La \·ida
le111pra11af/1en/¡, en el lm~11a¡e obsesiro facilita r¡11e el traha¡o re.rlflle 11111s misma mo tiva po d e rosamente y faci lita el cambio duradero.
sip,11ij7catiro. El le ng uaje o b sesivo oscurece el materia l. Si d Esto se da, de la mi sm a for m a·, para todos nosotros, lo que
paciente y yo e nten dem os q ue es una defe nsa desencadenada
nos su cede e n nuestra s relacio n es significa tivas fuera del
por la am ied ad , ésta, rápidam ente, p uede \·olve rsc menos
tratamiento, as í com o d e ntro del tratam ie nto, nos moLI\'a Y
necesaria. Por su pues to c¡ue el ri esgo d e es te proceder es que
puede 111mi1·a r nues tros es fu e rzos para p robar nucrns for mas
puede ser co ntraprodu ce nte. El p acie nte puede senci_rse
de estar en el mundo . H e co n ocido a mu chos pacientes que
m·ergonzad o cuan do le se ñalamos el uso del le ng uaj e obsesivo
han cs rado dis pu estos a reali zar e nor mes esfuerzo, para

196
1 Sandrn Buechlcr
Compn11dif'11do l' lrt1/rmdo a pacientes 1n P.rirnanci/isis Chíuro.

crecer y con\'enirse en mejores padres. 1i n el tratainient


. momentos gratificantes. La , ida es más satisfactrnu con
proporcionamns anida para _superar los obstáculos o, otros . - d .d b
a¡1 rcnder de la nue,-;1 experiencia interpersonal, pero p;r para n,enos defensas obscst,·as. 1·,s emasrn o uma para pcrdérsda.
. ' . . , a 9ue
el tratamienro sea mas etectffo, este traba10 debe continua¡
fuera Je las sesiones.
Referen cias
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vivir la vicia ele u na fo rma mucho más directa. 1\ I vi,·ir 111eno5 1rdi-n i-diflOll of 1hr "orks q
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111
ª) ores oportunidades para la curiosidad, la alegría, el amor '

i 99
198

L
1 Sandrn IJuechlcr

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Comprendirndo_ y tratando a pariwlcs en Pr,romhilisu Climrn.

Smgu. . ,_¡_r 6) ',J . . y ·k· 1, · ·1


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Sulliv,m. 11. S. (1954). n,, ¡,..-¡·dH;,11;,. m///"1'1<'11'. ~cw ', ork: \'í". \'í: i\c,n,m.
Sulh,·an. ! l. S. (1956). (./i111<",¡( .rt11di,.< i11 p.r¡-r!,1ahT. "1c11 Yc,rk: \\. \\
~orton

7 1\
DUELO ANGUSTIOSO

mi parecer, U11a 11111e,1e en lajaJJJi!ú,, el relato de James ,\ gcc


(2009) , sigue siendo una de las historias más conrnm·edoras jamás
escritas. De carácter autobiográfico, iue ganadora del prenuo
PuLitzer de literatura. D esde el momento en que !\Jan- sufre la
repentina pérdida de su amado esposo, pre,·alccc el duelo ) el

1
shock de guerra. 1\J principio, 1\ lary se encuentrn atu rdida _,
descolocada por la paralizante noticia del fatal acciJenrc. Pero
gradualmente, comienza a com prender de que forma la ,·ida nunca
1·01'-erá a ser la misma.
•~\lientras lanto, .\lruy se JJJcda siknriosammle han{/ alra.í)' haau addt1n!t,
}' de lado a lado, <w1111mdo: romo 11na t'sperie de Jwplro. dtsdr lo 111rís prq/111uln d1
su mcrpv, no 1"01110 11nr1 01~1/mtz humana sino como uu i1mi11t1/ hnulo de 111mrlt
. ) ' 111iml!t1s se meda)· g1111ía, el hecho dt darst mm/a hada q111' /lltrrJ pcrdiwdo
JI/ m11re11tmáó11 111ár plena_y e11tan1tHÍa: tomaban así_for111a, dtJ·d1· /4, ú.rctmdad
ahso/11/11, mmo la lr:11/a apantión drl pt1úryé ba¡o los ¡n1111cTo.r fll)I1S de /11,;;., lodr,
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