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Buechler, Sandra - Control Obsesivo PDF
Buechler, Sandra - Control Obsesivo PDF
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CONTROL OBSESIVO
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1 Sandra 13ucchkr
presentársela a Madre. Sería por fin, una jugada ganadora. No La rigidez o bsesiva puede ser en otros casos, divertida.
habría nada que ella pudiera hacer. Pero la vida real le da una Tendemos a reírnos del tirano que insiste en que sigamos sus
,~etaria más inmediata. Una mujer negra entra en el autobús con el riruaJes al pie de la letra porque sabemos que él mismo se
mismo sombrero que su madre. Julián sonríe, pensando: "Tu encuentra atrapado por Jas garras de sus propias reglas. Resulta tan
castigo se ajusta exactamente a tu mezquindad. Esto deberla
enseñarte una lección para siempre" (p. 549).
Ese es el profundo deseo de Julián: ensci'íarle a su madre una
lección duradera que penetre su fachada pretenciosa y así poder
ridículo como patético. Por ejemplo, el personaje de Samuel
Beckett (1955), J\lolJoy, saborea chupar piedras jumo al mar. Pero,
para 1!olloy, es absolutamente esencia] estar seguro de que riene
solamente una piedra en cada uno de sus bolsillos. Debe tener, por
1
lo tanto, una regla infalible que permita evitar el horror de chupar
llegar a ella. Finabnente, obtiene su deseo de una manera que no
la misma piedra dos veces seguidas. Se decide por un plan. Cada
podría haber imaginado. Su madre intenta darle un ccnravo a un
rez _que chupe una piedra, la pondrá en el otro bolsillo en el
niño negro, pero la madre del niño se lo deYuelve a la cara Yla sen~do de las agujas del reloj. Pero esroy segura de que puedes
golpea. La madre se derrumba en la acera. Sintiéndose con razon,
adivinar que esto no logrará satisfacerle totalmente. No es capaz de
JuLián le dice con cierta satisfacción de triunfo: "Obruv15te
di51par la duda de haber cometido un error y haber chupado dos
exactamente lo que merecías''. Julján extrae una lección: ºE:a fue
veces seguidas la misma piedra. Le salió el tiro por la culata. Al
toda la raza de color que ya no aceptará rus condescendientes tratar de controlar la vida, queda completamente controlado por
centavos... Ya no eres la que crees ser" (p. 552). La madre cambia sus propios esc¡uemas mentales. Es como si aJ preparar una trampa
d e. rumbo en silencio, roma la calle hacia su casa en lugJa~Li~~ para Otra persona tenninara por atrnparse a sí 111.isrno, dando un:1
e1mgirse hacia el gimnasio. De repente, cae al pavimento. ' nnagen ridícula y lamentable de sí.
. . ~la
intenta que le ayuden, pero nadie responde a sus gntos. . .
manern _mas- tnste
. ·1 1e, Ju I"
pos1) 1an gano, 1a 1Jata Ua, pcro 1,erd10
. la .. Algunas características similares (como el perfeccionismo, la
guerra. El ciertamente la ha atravesado, y ella cambia para siempre. ngidez )' la atenció n a los detalles) desempeñan un papel
tniponante en Ja historia de Ring Lardner "!Jberty Hall" (Sala
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Coi!lf>relldic11do y tmft1//{IO ti /Jacientes e11 Psicoancilisis Chi//co.
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Coillj)l"flldir11do )' tm!tJ11do a parie11tes en Psicoa11cí/isis Clínico.
Sandrn 13ucch ler
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Sandra Bu cchkr Co!llprendiendo_)' tratando a parientes e11 Psicoanálisis Clínico.
por la terrible
. J es,·entaja de . Bartleby?
· -¿Podernos
. sabe. .
,tcuando en \Xíarburton como un snob,_ que disfruta mirando por encima del
estamos siendo cobardes, ced1en<lo ante las exigencias irra · hombro a hombres como el. Cooper no había vivido mucho
. . ~~
del obsesivo, o cuando estamos siendo humanitarios, reconociendo ciempo en Inglaterra
., antes . ltraba¡ar para Warburton , y alb erga
l de
y honrando, una forma grave ele sufnnuento humano;, una u1tensa avers1011 por os mg eses:
~n- momentos, Bartleby parece ser víctima ele una especie de 'jl.cn,gc1ba de la esmela ptÍb/ica J'ª q11e sie111pre temió ser tratado con
paralis1s, 1111entras
. que. en otro momento parece torturar
' a su~~·, condescendencia. Temía tanto que los demás le desairaran que, por así decirlo, se
Su comportamiento tiene el -~fecto de mortificar al abogado, per~ adelantó a ellos, promrando q11e todos tuvieran la impresión de que era nn
¿es esa la ver?adern _1ntenc1on subyacente? Rara vez alguno de engreído imoportable. (p. 289)
nosotros podra salir indemne de la batalla obsesiva. Eso requiere
sumo autoconoet1111ento y confianza en uno mismo. Uno tendría
Como Maugham sugiere perspicazmente, Cooper está lleno de
que estar ~ompletamente seguro de que su intervención está libre
contradicciones: "Un hombre sensible que era extrañamente
de toda mfl ueneta y que lo único que la guía es el esur
verdaderamente al servicio de la vida. insensible a los sentimien tos de los demás" (p. 290).
Warburton encarna cada uno de los temores de Cooper,
Una lucha de poder sorprendentemen te si milar se encuentra en
1 el núde~, del relato d e W. Somerset Maugham, "The
poniéndolo en evidencia frente a todos los demás: "A Mr.
Warburton le divertía amargamente observar que este hombre, al
Outstat1on (La estación remota) (1954). El Sr. Warburton es el
que consideraba vulgar, como un hombre cualquiera, pudiera ver a
Regente a_ cargo _de un territorio en el extranj ero que forma parte
tantos otros como inferiores" (p. 291 ). Finalmente, se enfrentan en
del tmpeno Bntaruco. Cooper es su asisten te tan necesario como
público, cuando Cooper se atreve a abrir los periódicos de
poco fiable. Los primeros momentos de Coopcr bajo el mando de
\Xlarburton, estropeando el orden en el gue éste esperaba
Warbu rton no auspician nada bueno. A diferencia de su
encontrarlos. D esolado, con su tesoro echado a perder, Warburton
comandante, que siemp re viste impecab lemente para la cena,
"dobló los papeles tan pulcramente como pudo, colocó un
procurn~do evitar cualqu ier cosa que le recuerde ]a bancarrota que
envoltorio alrededor de cada uno y los enumeró. Pero fue una
le obligo a abandonar su amada Inglaterra, Cooper viste de manera
tarea melancólica" (p. 293). Se ha cruzado una línea en la arena.
informal. Este es un grave error. El Sr. \'(/arburton espera que todo
Para Warburton, arrui nar el o rden ele sus periódicos es un crimen
se haga "correctamente", que es otra manera de decir que roda
impensable. Jurando venganza, afirma: ''Nunca lo perdonaré .. ·
debe hacerse a su manera . Se mu estra relativamente amable Y
cortés, pero exige obediencia absoluta. Nunca" (p. 293).
Mientras tanto Cooper por su parte tiene la "incapacidad
Cooper tiene la tentación de burlarse de las fo rmas imperiosas
propia del hombre con ~scasa formación para expresar su
de Warbunon. Siente q_ue \'\larburton Jo ve com o alguien inferior,
~rre~entirniento " (p. 294) hacia Warburron, pero también hacia las
no solo por las diferencias en sus roles, sino tam bién porque cieo<le
a relacionarse con ¡)ers onas el e categona, ,nas · ntra.5 que
, a1ta, 1111e emas personas que le sirven Los hombres se ruegan ª traba¡ar
Coo er . . " con Cooper, a menos qu e \'{l;rburton les ordene hacerlo. ESta es
P piovrene de un entorno mucho más pobre v ha asisado"
escuelas . de m enor prest1g10.
. .
una
. , ··
'ergL1enza para Cooper: "Se tragó su hwnill aoon,
· · pero el
Cada uno busca · y encuen tI1I· ~ll. iosmcra 0~~
. que había sentido por la t"d". 1
oponumdades J) . mostrarse ante el otro. Cooper llega a pen'sar aciente desprecio .' ·
ª'ª Warburton se convirtió en un odio hosco" (p. 29 4)- ASI, vemos
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~andrn l3ucchkr Co,JJprrndN.wdo J /1r1/a11d(J a pacientes en Ps,coanálisu CliJJim.
cómo el pcrfrccionis mo obses1, o ,. las necesidades narcisistas ti .\,: !radJ11rlrm /01/10 fll Ti~11u J' c~r~d aadadosammte el tmbal.ye. l..1
lknn a ambos ho mbres a 1otcnsas luchas por el control. ~fiemras i1mt11!(dM desplr)!.{lf las j}t'.l"adas 1· r111rlosa.r /Ja.wnas. J_,.,, mmitJIJ(I, tan Ft'sra Y/na,
la batalla se libra entre ellos_, con los hombres :1 su sen·icio como esl11hd dr1iriosa. )' por 1111 11~0111_mlo S~/J o/OS Nl,_~{1ron por s11je1rdí,1 ton una ,m-.,.ad11
peones, luchan por su propio orgullo hendo. Como en el caso de a!!Jabk. Lr11 ,e,rt111 peso htlÍJ/a .mio qmtado dt su 111rn1t:. (JJ. 308)
Bartkby , el abogado (, ·éas e antes) , podríamos centrarnos de
manera útil en el aspecto narcisi s ta del conflicto. Pero, en el
Cooper, que de spués d e todo era un ser humano, , e había
corazón de cada historia, hay una feroz lucha por el poder ~ue se
con\'ertido en un pe so, un obstáculo en medio de su tranguila ,·ida.
apodera de los personajes. Es como si ta n so lo uno d e cada par
de sus rituales, su autoridad \' su orgull o. Eso fue todo lo gue
pudiera sobrc,·ivir.
Cooper significa b a. , \1 ser clirninado, roda se reduce a eso. Se
\\ 'arbunon planea despedir a su némcsis a l informa r sobre los convirtió en una cosa donde, una ,-cz, hubo una persona. Cooper
errores de Cooper. En palabras del autor, "El odio, a menudo, hace no es un personaje simp~tico, pero el grado de odio que ernca en
que un hombre sea claro" (p. 297). \X:arburton in for m a sobre las \\'arburto n es estremecedor. Una ,·ez más, se nos muestra que
forma s en que Cooper está haciendo un mal uso d e su poder. puede ser extremadamente peligroso interponerse en el camino de
Cooper, por su parte, ac usa a \'ífarburton: " No me gustó desde el alguien orgu lloso e inflexible en sus ruunas.
p rimer momento en que vi ne aquí. H a hech o todo lo posible para
¿Exis te alg ui en más exasperante que un perfeccio nista
que el lugar se torne imposible para mí p o rq ue no le he
obsesirn:> ¿ f-l av alguien más absurdo~ Y, sin embargo, a menudo
adulaJo" (pág. 298). Y, un p oco más tarde, Cooper realmente
evoca nuestro afecto junto con nuestro desprecio y desdén. ~le
apunta a la yugular: "S nob. i\íaldito snob. J\!e creíste in ferior
porque no había ido a Eton . Oh , m e dijeron e n 1(. S. q ué debía
esperar!! ¿ Por c1ué;, ¿Acaso no sabes c1ue e res objeto de mofa en
todo el país:> " (p. 298). Casi llega n a las manos y cua ndo Cooper
pregunto si eso será porque es tan fácil de carica turizar. Tornemos,
por ejemplo, d hilarante retrato del padre de Clarence Dar en "El
padre despierta la aldea" ( 1952). El padre de Clarence, un c,1roso
1
hombre d e negocios, espera que le entreguen el pedido de_ hielo en
finalmente abando na la habitación, \Varb urton se c¡u eda pensando
su casa en perfecw estado, en un bloque sólido. De otra torma no
que Cooper, al ser m ás joven podría ve ncerlo en una pelea:
sería ad misible. Por otro lado, su forma d e consumir liquidas es la
"Lágrimas de mortificación corría n por su oro ndo y enrojecido
única form a "correcta " de hacerlo, por lo que deben seguirse
rostro. Se sentó alü un p ar d e horas, fumando un cigarrillo tras
esrricra111ente sus pautas. La madre piensa que el padre_, es
otro, )' deseó estar muerto" (pág. 300) . Al mism o tiempo, Cooper
\¡uisc¡uilloso\ pero el, sin1plen1ente se YC a sí mismo como un
se tira sobre su propia cama v llora. J\lás rardc esa misma noche,
hom bre civilizado " .
Cooper es encontrado muert~, asesinado p or uno el e los hombres
b~JO su mando. Cuando ,·e p or primera vez a Coope r muerto,
T0 e! o ,·a bien
· hasta que suced e una ca ¡amll· ¡ad 1 el hombre • •
del•
~Varbunon se sobresa lta, no porque esté conmociomclo, smo hielo no llcga. l •,sto
- es v 1.v1do,
. • m cc¡·1arnmcnte, como um'. cnSJs. Pº'
1n
tod a [a fami·1·ta. ]-'. 11\·ta
, n a d os hqos.. 1
porgue stnttó en si mismo un repentino resplan dor de exal'.~clO!l- a 11a bl ar con ' 111 func to nano edee
la con1 pa111- ·a d e 11clo
. . e , ., debe hacer a1go
Lna gran carga le había sido quitada ck sus hombros Úll'· 1 para 1n,orrnar 1e· que se . . la
fon11 · • · ¡, duro cita en ·
J06-307J. Para mí, e l último párrafo de la historia es el mas ª ll////ed1atr1. r\l llegar a casa clcspucs ' e '111 . ¡,
ofi -· •' ' · 1 .· ión. Dice c¡ue e
escalufnantc: _ctna, el padre está al ta m o de la tern b e situac r 1 , meaa
9uttará la m ald ita cabeza al hombre del hielo si no rea iza a e, ~
184 18.'i
1 Sandrn 13uechlcr
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◄
. 1 )'
Co111prl'II d1CJ/a,0
tralrmdo a paáenlcs en Psiwanálisis Clínico.
:iandrn Bucchlcr
Cuando abordo el tratamie nto del trastorno obsesivo, con • CI lenguaje o b sesiYo es lo suficientem ente indirecto como
frecuencia leo a los estudiantes un pasaje el e "i\lo Uoy" de Samuel para e,·itar problemas interpersonales graves (la mayoría de las
Bcckctt (1955), el cua l mencioné al principio d e este capítulo. Pido veces) pero es lo suficienteme nte claro como para que suene
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1 Sandra Bucchler
1
dorado con el poder de mantenerme a sa lYo. Por ejemplo,
ningu na manera estaba dispu es to a cambiar su horario de
pu edo con sumir exactamente 1500 calo rías )' 12 pastillas de
trabaio de 16 horas al díal
vitaminas, u na cada hora, y así succs ivarneme. En el lengua1c
de Sullivan (1956), la preocupación por ciertos deiallcs
Cuando se trata a pacientes obsesirns, los analistas en
sustituye el control sobre tem as más imporranrcs. J\fe gusta
ocasiones caen en sus propios mecanismos obsesirns. Pueden
llamar a es to el síndrom e d e "mirar p ara allá ". D el mismo
quedar atrapad os en la elaboración de teorías inrclecrualiza<l~s
modo c1ue un m ago di strae a la audiencia para q ue no se <len
sob re el paciente, en lugar d e participar en un intercambio mas
cuema de cómo funciona el truco, la s defensas obses ivas nos ,·ivo (pero m eno s pred ecible y controlado). ,\11160s paruci pantcs
ale jan ele una parte d e la realidad y nos d irigen a orra parre pueden verse implicados en conjeturar sobre los senam1e111os ,-
que parece estar bajo nuestro control. motivos "reales" del paciente, d edicar años a perfeccionar las
121 esfue rzo po r el comrol conduce al pe rfoccionisrno, a la teorías explicati,·as, mientras c¡u e la Yida real pasa.
procras tinación 1· a la dificultad e n la torna de dec1s10nes) .
De1 nusmo modo que la construcoon · • con¡·1111 ta· de la teoría
as unción de c~ rnpromi sos. A menudo, Larnbién puede pue de ser contagiosa en el tratami.ento, tam b'ien · ¡0 es _el uso de
o ri entar hacia la intelcctuali zac ió n (una traducción de lo ,•ivo lenguaje obses iv~ e indirecto. Como sei'ialó Sulli,·an (IYJ-l), pue,e 1
e impred eci ble en algo regulado )' esrndiado co n seguridad). ser difícil ro11trolar el ru,·cl de ansiedad del paciente si n rwe;
.
• Una dificultad subyacente es la prc senoa . e1e, ui1 conflic10 1 . 1o crndaclo
eemasiac . para en. tar e!e,·arlo. lºl• el ar·se cuenta de en que
.•¡
. , que hacer y 1o qu e se, c¡u1'e1·e hacer. 1a:l momentos aumenta la ansiedad del paciente . es fundw1enral
' par,1 e
entre lo que sc uene
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1 S:mdr:1 Bucchlcr
enfm¡ue de Sulli,·an, pero esto puede dcri, :tr facilinc , k"ando es nuestra hosul1d_ad. Por supuesJo, los ana~sias nn
1 1 nte tn
ob..,en_:u obsc..,
1 \·;1111cntc c:1e. ,1_un,t (._ e nt~c~tra.s palabra\ y Ctn<.;urar Jcsp .~ solos c·n _el cdo
.;r:ti110' - _
cxccsn o en intent,tr encubrir
. _ _
.'..
nueq¡ ;-i..,
cualquier cosa 9ue pueda prm ocar conllJCto. , , c•ts n1<Hl1.1C10ncs. D1ckem, en su obra maes1r,1 l lard T1n ,
n1tcnt1 , . . ,...º) 1 . d . , ir~
Incluso si no hemos participado en un trataniicn¡ · .
¡T1enlpos DiCícdcsl , (19::io
. ¡ nos . Jnn a un e1emplo ¡nrucuhrm
' • c·ntc
csric1erindn ¡,or frccuen1cs luch :1s de poder cnirc un P' .·
0 . · do. Thornas (,raJgnnc, maestro de escuela, esta ab,olut:tmcrnc
' ' . . ., <tCll'ntt 1111
nbsesin, 1 un a~alisJa tamb1cn obscsno, todos hemos oído hablar decKK 1. 10 ,•1 hacer c"plotar la mente de lo, jó\tnc, '1 ,u
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car<>o cr
:--. JO
de ello. Por c1empl?, un analista puede , olYu-se altanien1t conoCÍITUtOlO.
con1 robdor, l'n ~u est~1cr:.rn por l~wr.1~· lllll' d p:1c1ente sea n1<:no\ "f_.íl nrdflrl tS q11r, al mi,wios mn scl7rd(ld frllfcl/4,111/t disdt /21.r t'/1/t,m,:r
obsc..,in). Podemo,;,;, incluso, oh,;,;c.:;1onarno~. por decirlo a~í drl J·ófrll!O al qm 111tí.r d_rnba no~ / t'/JIO:f rtj~ ndo, d11/w11 ,,! si ,fo,- C.r.,r(::..m,d t,
1
1ra1ando de luchar co111ra las defensas del p:1C1c111e hasta su raiz. ,,,tprmón d1' !llhl t'_1J1im· dt üll/OJJ t1!1ho,-,-ddo hd.rld la hora d, rtt1!id,1dr.r J
t_.: 11 esencia, puede ser mucho mús di f1cil analizar la tendencia deÍ dispitfsfo ti bt11Tt"'. dt' mu: deHlll',~'-' a lodos los prquolo:r ly_r1s r/1 J, 15 l"tf.!/Ollc.i & la
paciente h ,1cia [.15 luchas de poder si nosotros mismos llllir~. /)aba /.;1 1111prt'.rtO~I ta111h1111 rl1' 1m apt1r(I/O -~alr,11n:;,adnr, tlir:;,adr; (o,:""
contribu1rnos a dlo en la sesión (aunqu<: puede luccrse luego, de horfr'JJdo susti/11/o mtt,ímro. d~-1 que hah1;, qut: pm,ú r 11 las fitmas im.1~i,1i,i11J!lu
forma 1-ctrospecLi,·a) . JIJl'flliles que iban II srr ,miqmladasrr. (p. i) ·
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1 Sandrn Bucchlcr Co!11pre11rlic11rlo )' tmta11rlo a parimtes m Psicoa11,íliS1s Clímco.
hablar. No hacerlo pued e, sim p lemen te, interrumpir el en q11e el parie11te res¡,011de a 1111estras i11te1prdacio11es, es probable r¡11e
proceso. Una re\'isión rápida el e lo qu e acaba de suceder 110s lomel/los cada 1·ez 111á.r cerrados)' co11troladores ohsesi1•,1111mte.
puede aclarar alg unos fa cto res desencade nan tes de mi propia S. A llle1111do es !Ítil seg11ir a Sullin111 (1956) al e,ifatiZflr la f,111rió11
actitud defensiva obsesiva y d e qu é m anera eso refl eja el 111terpoJ011al a la que estrí .rin-ie11do 1111a co11ducta. Por ejemplo, si la
proceso que se está ci a ndo em re el pacie nte )' yo. confu sió n de una p erso na está generando que se aplacen
2. l-"'1 1'Ím c111iosidad, la alegría)' el h11111or so11 especial111e11te i111po111111/i.r decisiones, ta l vez (in co nscientemente) es que hay decisiones
m este trabajo. Si sienro c1ue el proceso es tá desvira liz{1ndo5e, 9ue esa perso na n o c¡uiere to mar.
me pregunto po r qué . ¿M e sie n to coacc io nada;, Cuando el G. Promro adve1tir cua11do los pacie11tes se hallan atrapados m e11contr{//: el
paciente hace u na pregu n ta, ¿s ien to q ue tengo la opció~ de l'all!tl/o "corrfCto ". i'vle g usta decir que las opciones no c 5 lan
responde r o siento q ue estoy obljgada a responder? ¿Como entre lo correc to o lo incor recto, sino que se ría como tener
podríamos esta r co ntri b uyendo cad a un o de nosotros ª
reducir las o pcio nes disp o ni b les para nu estras respueSWS 6
íN.de T· U_n brcve comcnrn no
. 11-rek
. . d <l cómico c1ue es
dich ,·a 1ue, mtrasccn ente _
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a parti r de algo t¡ ue d ice el paciente o ante un te ma derc:nrnnadol
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Compn11dif'11do l' lrt1/rmdo a pacientes 1n P.rirnanci/isis Chíuro.
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i 99
198
L
1 Sandrn IJuechlcr
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Comprendirndo_ y tratando a pariwlcs en Pr,romhilisu Climrn.
7 1\
DUELO ANGUSTIOSO
1
shock de guerra. 1\J principio, 1\ lary se encuentrn atu rdida _,
descolocada por la paralizante noticia del fatal acciJenrc. Pero
gradualmente, comienza a com prender de que forma la ,·ida nunca
1·01'-erá a ser la misma.
•~\lientras lanto, .\lruy se JJJcda siknriosammle han{/ alra.í)' haau addt1n!t,
}' de lado a lado, <w1111mdo: romo 11na t'sperie de Jwplro. dtsdr lo 111rís prq/111uln d1
su mcrpv, no 1"01110 11nr1 01~1/mtz humana sino como uu i1mi11t1/ hnulo de 111mrlt
. ) ' 111iml!t1s se meda)· g1111ía, el hecho dt darst mm/a hada q111' /lltrrJ pcrdiwdo
JI/ m11re11tmáó11 111ár plena_y e11tan1tHÍa: tomaban así_for111a, dtJ·d1· /4, ú.rctmdad
ahso/11/11, mmo la lr:11/a apantión drl pt1úryé ba¡o los ¡n1111cTo.r fll)I1S de /11,;;., lodr,
esa romprl'11.rió11 que podía ri-su111irn m 1iJJ,¿w11es. t111otio11rs. ptmt1111i1nlo.r,
palalm,s o/;/i11,arlw ·· (¡,. 280)
D arsl'. cuenta de lo lJUC signi fi cará ,·i,1_r el rcsw de su ,·id:i '-Ín <:I
la apuñala, atr:n ic::s:i su cnnm 1~cim.icnto. hasta lJllt el dolor supera el
shock. E n ningu n ,l parte Je la Jitcrn.rnra he cnconuado _un. rc~r:uo
nüs. con111ovcdor de las fa~c-., del duelo. N'ucstra negJc1on 1rnc1:il a
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reconocer su inrncn~idad. po-;pone, pl'ro no di:-mmm·c el
2111) 2111