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VAPOR
ISBN 84-348·2205-9
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prohibida. salvo excepción prevista en la L<:, cualquier form.1 de repro-
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¿A tiempo? No. Al contrario. En
contar mn la autortzacron de los rirulares de su propiedad mrclecrual. La íufrac-
cion Je los derechos de difo,ií,n Je la obra puede ser wns1it111i,.1 de delito contra
realidad, a Jano le gustaría no ir
la propiedad intelectual (arts, 270 y ss. del Codigo P.:nall. El Centro Español de
Dcrct·hos Rc:prografiros ,·ela por d respeto de los citados dcct-cho:..
nunca más. Porque está muy gordo y
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los demás niños se ríen de él.
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¡Se había sentido tan feliz cuando, 1
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en otoño, fue por primera vez al cole-
gio con su cartera nueva! Pero Lud-
wig, que se sienta justo detrás de él,
empezó ya el primer día a llamarle
«comesalchichas». Y «tripagorda».
Desde entonces, J ano no quiere ir al
colegio. Le gustaría quedarse en casa.
Pero no Je dejan.
-¡Que lo pases bien, J ano! -le
dice su madre. Le acompaña hasta la
puerta y le despide con un gesto.
Despacio, muy despacio, J ano se
pone en camino. Cruza la calle y el
parque, cruza el patio de la escuela y
entra en su clase.
-¡Ha llegado el comesalchichas!
-grita Ludwig.
Algunos niños se ríen, y Ludwig se
acerca a J ano y le empuja contra el
banco. A Jano también le gustaría
empujarle. O darle una patada. Pero
no se atreve. Piensa que Ludwig es
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más fuerte y tiene muchos amigos siado gordo. No puede ni levantar
que le ayudan. Jano no tiene amigos. una pierna -dice Ludwig.
Se sienta en su sitio y se enfada y Realmente, Jano está harto. ¡Está
está triste. No puede prestar atención tan solo! No quiere volver al colegio.
en clase, ¡está tan triste ... !
-Ahora, tú, Jano -dice la seño-
rita Beck.
Jano no la oye.
-J ano! -grita la profesora-.
¡Despierta! Te toca leer.
Jano se asusta. Tartamudea y bal-
bucea y confunde todas las letras. Los
demás niños se ríen y la profesora
dice:
-¡Despierta, Jano, estás dormido!
Con las cuentas no le va mejor, y
en la clase de dibujo no tiene ganas
ni de empezar a pintar. «No puedo»,
piensa. Pero lo peor es la gimnasia.
Los demás niños son más ágiles que
él, y no consigue coger nunca el ba-
lón.
-El comesalchichas está <lema-
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2 Llega el pequeño dragón
l cabeza negra a Jano--. ¡Qué cómico
eres! Nunca había visto un dragón
tan cómico como tú.
-¿Un dragón? -pregunta Jano--.
¡Yo soy una persona!
La pequeña cabeza negra suelta
una nubecita por la nariz.
-¿Una persona? -dice reso-
plando--. ¿Es cierto? Alguna vez mi
DE vuelta a casa, J ano cruza triste abuela me contó historias de per-
el parque. Debajo de un gran árbol sonas. Pero decía que eran sólo
hay un banco. Jano se sienta. Ni si- cuentos. ¿Y tú eres realmente una
quiera nota lo frío que está. Con una persona?
ramita seca pinta rayas y garabatos y -¿Qué soy si no? -dice J ano--.
un círculo en la arena. ¿Y tú?
De repente, algo sorprende a Jano. -¿Yo? -La pequeña cabeza negra
El círculo se convierte en una cabeza. se mueve de un lado para otro--. ¿No
¡No es pintada! ¡Una cabeza real, te lo imaginas?
viva, le mira desde el suelo! Una pe- Entonces J ano descubre algo más:
queña cabeza negra con su lengua una tripa, un lomo con dos alas, una
roja y su nariz. Y de la nariz sale cola larga y cuatro patas. Y todo ello
humo oscuro. es tan negro como el carbón y del ta-
-Buenos días -le dice la pequeña maño de un hámster.
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-¿Acaso eres ... ? -grita Jano.
-¡Claro que soy un dragón! -re-
sopla el pequeño animal negro-.
Vengo de allá abajo, del país de los
dragones. Está bastante lejos.
J ano se agacha y examina de cerca
al pequeño dragón: tiene escamas y
unos brillantes ojos negros. Su as-
pecto es muy simpático.
-¿Qué buscas aquí? -le pregunta
Jano.
El pequeño dragón mira con cui-
dado a su alrededor. Se acerca a Jano
y le susurra:
-Me he escapado.
-¿Por qué? -pregunta Jano.
-Porque soy muy pequeño. Mis
alas son tan pequeñas que no puedo
volar. ¡ Y sólo tengo una cabeza! -re-
sopla el dragoncito.
-¿Y eso es malo? -pregunta
Jano.
-Para un dragón, sí. Los demás
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tienen tres cabezas. En el colegio se colegio -dice el pequeño dragón-.
ríen de mí. Por eso me he escapado. Además, sólo tengo una cabeza. ¿Qué
Hace una pausa. aprendéis en vuestro colegio?
-¿Puedo quedarme contigo? -pre- -A leer y a escribir, a hacer
gunta-. Podría vivir ahí. Es sufi- cuentas, a pintar y a cantar.
ciente para mí. Le molesta tener que hablar de
-Ésta es mi cartera -contesta ello.
Jano-. Tengo que llevarla al colegio. -¡Qué interesante! -dice el pe-
-¿El colegio? ¿También las per- queño dragón-. ¿Me llevas a tu cole-
sonas vais al colegio? -pregunta el gio para personas?
pequeño dragón, asombrado. Jano no contesta.
Jano asiente con la cabeza. -Llévame contigo, por favor -le
-Sí, por desgracia. pide el pequeño dragón.
-Yo pensaba que eso sólo cxrstra -Ahora tenemos que ir a casa
en el país de los dragones -añade el -dice Jano-. Hace frío, me estoy
dragón-. En el colegio nosotros helando.
aprendemos a echar fuego por la na- Abre la cartera y el dragón se mete
riz. Con una cabeza fuego rojo, con la de un salto.
otra fuego amarillo y con la tercera
fuego azul.
-Pero tú sólo echas humo -dice
Jano.
-Porque acabo de empezar a ir al
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la profesora en la pizarra. J ano se in- -Pero no es muy listo ese Ludwig.
clina sobre su cuaderno y copia la Ha dicho que tú gruñes, cuando, en
frase. Pero no piensa en los conejos realidad, cantas muy bien. ¡Es tonto!
con orejas largas. Sólo piensa en Lud- Echa una nubecita y sigue pen-
wig y en que le ha llamado comesal- sando.
chichas. Por eso le salen las letras -A lo mejor, ni siquiera es fuerte
torcidas y escribe mal las palabras. -añade-. A lo mejor, aparenta que
En el recreo, Jano se va a un rin- lo es. A lo mejor sale corriendo si tú
cón del patio del colegio, lejos de los te defiendes.
demás niños. Se lleva la cartera. -No creo -contesta Jano.
El pequeño dragón asoma la ca- -Atrévete alguna vez -dice el pe-
beza y dice: queño dragón-. Entonces me atre-
-Ese Ludwig es un asqueroso. veré yo también. Después, cuando
Tan asqueroso como unos dragones esté de nuevo en clase.
que hay en mi clase. Siempre me es- Suena el timbre. El recreo ha ter-
tán fastidiando. minado. J ano vuelve a clase.
-¿Y tú te defiendes? -pregunta -¡Ahí viene el comesalchichas!
Jano. -dice Ludwig.
-No -responde el pequeño dra- J ano intenta pasar inadvertido a
gón-. Yo tampoco me he atrevido su lado. Pero Ludwig le empuja de
nunca. nuevo.
Los dos (se quedan callados. Luego -¡Ahora! ¡Que aprenda! -susurra
el pequefiodragón dice: el dragón.
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Jano se pone la cartera delante del
cuerpo y se tira contra Ludwig. Este
tropieza, cae hacia atrás y se queda
sentado en el suelo.
-¡Ay! -grita-. ¡El tripagorda me
ha empujado! ¡Ay! [Mi mano!
J ano tiene miedo de los amigos de
Ludwig. Pero ninguno se mueve. Al-
gunos, hasta se ríen. Susi dice:
-Has empezado tú. Todos los días
le empujas. Él hace muy bien en de-
fenderse.
Ludwig se marcha muy despacio
hasta su pupitre, sin decir ni una sola
palabra.
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l
6 El pequeño dragón aprende La tercera vez así:
El conejo tine las oejas largas.
a escribir
Su madre mira el cuaderno y sa-
cude la cabeza.
-J ano, esto está mal -dice-.
Será mejor que lo repitas.
Su madre se marcha y él se queda
allí, sentado, chupando el lápiz.
-¡No puedo! -dice en voz. alta.
El pequeño dragón abre los ojos.
EL pequeño dragón se encuentra al -¿Qué no puedes? -pregunta.
lado de la estufa. Ha derretido un -Escribir bien -contesta Jano.
trozo grande de chocolate en el fuego El pequeño dragón se sube a la
y está descansando. mesa de un salto.
Jano no puede jugar con él. Tiene -¿Cómo se hace eso, escribir?
que hacer los deberes. Debe escribir -pregunta-. ¡Enséñame!
cinco veces la frase que han copiado J ano escribe en su cuaderno: El co
en el colegio: EL conejo tiene Las orejas nejo,
Largas. -Se hace así -dice-. Da gracias
La primera vez la escribe así: de no tener que aprender.
EL conej tiene Las orejas Lag as. -Pues no parece dificil -comenta
La segunda vez así: el pequeño dragón-. ¿Tienes otra de
EL enejo tiene las orejas Laras. esas cosas que escriben?
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Jano le da un lápiz y una hoja de
papel.
-Ahora hazlo otra vez para que
yo lo vea -le ruega el pequeño dra-
gón.
Jano escribe lentamente una letra
tras otra.
-Esto significa «El conejo» -dice.
-El conejo -repite el pequeño
dragón. Y escribe después una letra
tras otra en su papel-. ¿Qué tal?
-Bastante mal -dice Jano-.
Tienes que hacerlo así.
J ano escribe otra vez EL conejo.
El pequeño dragón lo copia. La --------------
tercera vez ya lo escribe un poco me- -Ahora escribiremos todo eso
Jor. cinco veces -dice el pequeño dra-
-Más -dice-. La siguiente pala- gón-. Y luego, ya sabremos hacerlo
bra. bien.
J ano escribe tiene. EL conejo tiene las orejas largas, escribe
El pequeño dragón escribe tiene, J ano una, dos, tres, cuatro, cinco
hasta que le sale bien. Y también veces. Justo cuando acaba, entra su
aprende a escribir orejas y Largas. madre en la habitación.
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-Está muy bien -dice-. ¡ Muy 7 El pequeño dragón
bien, Jano!
-¿Y yo? -pregunta el pequeño
da una voltereta
dragón cuando la madre se va.
-Tú también -contesta J ano.
El pequeño dragón resopla de ale-
gría. Se sienta sobre el cuaderno de
Jano y se inventa una canción:
',f.
\ ;\
-Yo también quiero aprender ,\
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-dice. Y encoge la cabeza, pone la
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