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CUMPLIMIENTO O PAGO.

Las formas de comportamiento (prestación) que el acreedor puede


válidamente exigir al deudor (dar, hacer o no hacer), y se piensa en la
actitud que de buena fe debe éste asumir cuando la obligación fuere
ya exigible, se llega fácilmente a la conclusión de que: el cumplimiento
o pago es la satisfacción idónea de la prestación debida.

Es decir, el deudor cumple o paga entregando la cosa debida,


ejecutando la actividad o servicio prometido, o absteniéndose de
entregar o de hacer, según lo estipulado o convenido.

Naturaleza jurídica. El cumplimiento o pago tipifica un negocio jurídico


de naturaleza contractual, por la sencilla razón de, en las
circunstancias normales en que esto debe ocurrir, el deudor ofrece el
cumplimiento, el acreedor lo acepta, y luego merced a ese recíproco
consentimiento y a la ejecución de la prestación correspondiente, la
obligación alcanza la principal de sus fases (las anteriores son las de
celebración y vigencia), y como consecuencia de esta llega a su fase
final: la extinción

La aseveración del licenciado Ruben Contreras, descansa en lo que


establece el Artículo 1518 del Código Civil: “hay contrato cuando dos o
más personas convienen en ... extinguir una obligación”.

Los únicos casos en los que el cumplimiento o pago no tipifica un


negocio jurídico son: 1. El de las obligaciones negativas, pues en ellas
en tanto el deudor se abstenga de dar o de hacer está cumpliendo la
prestación, sin que para ello necesite del concurso o colaboración del
acreedor. Más bien se trata, en dicha clase de obligaciones, de una
actitud unilateral del deudor. 2. El del pago por consignación, ya que
en el mismo el acreedor no acepta voluntariamente el pago, sino es el
juez competente quien lo declara efectuado.
En tal virtud, la extinción de la obligación es una consecuencia o
efecto jurídico del pago o cumplimiento.

Elementos.

a. Una causa, o sea, una obligación de pagar. La cual, obviamente,


habrá de ser lícita.
b. Un objeto que se paga. El que, por supuesto, debe ser lícito y
posible.
c. Un sujeto que paga (solvens), que puede o no ser el deudor.
(Adelante se hará referencia al pago efectuado por terceras
personas).
d. Un sujeto que recibe el pago (accipiens), que puede ser el
acreedor y excepcionalmente un poseedor del crédito (acreeduría).
También un tercero debidamente facultado por el acreedor.
e. Capacidad del solvens y del accipiens.
f. Intención de pagar (animus solvendi).

Principios. Los fundamentales o verdaderamente rectores, son los de


identidad, indivisibilidad e integridad.

Principio de identidad. Consiste en que debe satisfacerse exacta y


fielmente la prestación debida. El Código Civil lo establece en el
artículo 1386 diciendo que: “No se puede obligar al acreedor a aceptar
cosa distinta de la que se le debe, aunque el valor de la ofrecida sea
igual o mayor, salvo disposición especial de la ley”.

Principio de indivisibilidad. Implica que, salvo convenio o disposición


de la ley, las obligaciones deben siempre cumplirse por entero, de una
sola vez, en un solo acto o momento. El Código Civil lo admite en el
artículo 1387, de la manera siguiente: “El pago deberá hacerse del
modo que se hubiere pactado, y no podrá o por efectuarse
parcialmente sino por convenio expreso disposición de la ley”; y en el
artículo 1374, que dice: “El deudor no puede obligar al acreedor a
recibir por partes el pago de una deuda, aunque ésta sea divisible,
salvo convenio”.
Principio de integridad. Se refiere a que, cuando la prestación será
satisfecha en diversos momentos o etapas, o cuando son varias las
prestaciones contratadas en conjunto, la obligación estará cumplida
cuando se haya ejecutado la última de sus etapas o la última de sus
prestaciones. El Código Civil no tiene ninguna norma general
concerniente a este principio.

Modalidades.

La persona obligada a cumplir o pagar es el deudor, quien puede


hacerlo personalmente o por medio de persona que de conformidad
con la ley pueda representarlo (salvo, desde luego, el caso
excepcional de las denominadas obligaciones “intuitu personae”, que
se tipifican, según el artículo 1381 del Código Civil, “Cuando la calidad
y circunstancias de la persona del deudor hubieren sido motivo
determinante al establecer la obligación”).

Sin embargo, además del pago o cumplimiento por el deudor o por su


representante legal, el Código Civil admite que el pago se efectúe, con
consentimiento del deudor o ignorándolo, por un tercero que tenga o
no interés en dicho cumplimiento. (Lo que no admite es que un tercero
pague o cumpla contra la voluntad expresa del deudor).

PAGO EFECTUADO POR TERCERA PERSONA, CON EL


CONSENTIMIENTO DEL DEUDOR:

Adviértase que, en este caso, el deudor está de acuerdo con que un


tercero pague la deuda suya.

En tal circunstancia el pago produce los efectos jurídicos siguientes:

1) El deudor queda liberado frente al acreedor hasta el monto de lo


efectivamente pagado;
2) El tercero subroga (sustituye) al acreedor en todos los derechos,
acciones y garantías que éste tenía frente al deudor. De manera,
que cuando el tercero (subrogante) demanda judicialmente el
pago al deudor, no está ejercitando un simple derecho de
repetición (actio in rem verso), sino una verdadera acción de
subrogación. Es decir, está ejercitando contra el deudor, de
conformidad con los artículos 1453, 1454 y 1455, inciso 3o., del
Código Civil, la misma acción procesal que el acreedor
(subrogado) tenía legalmente contra el deudor.

PAGO EFECTUADO POR TERCERA PERSONA, IGNORÁNDOLO


EL DEUDOR:

Entiendo, aunque la ley no lo diga, que para que sea aceptable


jurídicamente que un tercero pague una deuda ajena, sin que lo sepa
el deudor, debe haber una causa que lo justifique y actuar de buena
fe, es decir, buscando beneficios para el deudor o al menos con la
intención de evitarle perjuicios o inconvenientes.

El tercero estará, en tal caso, actuando como gestor de negocios del


deudor. Porque, si por ejemplo, un tercero efectúa un pago parcial con
el propósito de interrumpir la prescripción cuyo tiempo corre a favor del
deudor, el resultado de dicho pago sería perjudicial para el deudor, y
en tal caso, no debería concedérsele validez, por un lado, porque el
deudor no ha encargado al tercero efectuar el pago (no ha consentido
que pague por él), y por otro, porque sin su consentimiento y sin
siquiera su conocimiento se está actuando de manera que le
perjudica. Si el pago lo efectúe el tercero con las características que
antes dijimos, entonces, aunque el deudor lo ignore, tendrá los efectos
jurídicos siguientes: a) El deudor queda liberado frente al acreedor
hasta el monto de lo efectivamente pagado; b) No se produce
subrogación a favor del tercero, pero sí nace en su beneficio un
derecho de repetición: (actio in rem verso) para que pueda exigir
judicialmente al deudor el reintegro de lo que pagó por él.
PAGO EFECTUADO POR TERCERA PERSONA, CONTRA LA
VOLUNTAD EXPRESA DEL DEUDOR:

Es razonable pensar que si cualquier persona (tercero) ofrece al


deudor pagar su deuda, y éste lo prohíbe, el tercero debe abstenerse
de hacerlo, pues la ley protege la soberanía de la voluntad del deudor
diciendo, en el artículo 1382 del Código Civil, que el que pagó contra
la voluntad expresa del deudor, no tendrá derecho de repetición.
Ahora bien, si no obstante la prohibición del deudor, el tercero efectúa
el pago, tendrá que considerarse que el deudor queda liberado frente
al acreedor hasta el monto de lo efectivamente pagado, pues si el
acreedor recibió de buena fe el pago (es decir, ignorando la
prohibición del deudor), dicho pago será irrevocable, puesto que
tampoco podría calificársele de indebido, por razón de que el tercero
no lo efectuó por error. De manera, entonces, que tampoco habrá
enriquecimiento sin causa del deudor (porque si bien hay un beneficio
para el deudor sin contraprestación a su cargo, lo justifica la violación
de la prohibición legal por parte del tercero), y el deudor, ante la
irrecuperabilidad (carencia de derecho de repetición) que la ley
establece, perderá irremisiblemente lo que pagó. Artículos 1380, 1381,
1382 del Código Civil.

PERSONAS QUE PUEDEN EFECTUAR VÁLIDAMENTE EL PAGO.

El deudor capaz que, además, sea dueño de la cosa que paga y tenga
capacidad para enajenarla; o la persona que legalmente le represente
(ejemplos: un mandatario, un administrador, con facultades expresas,
el administrador de la herencia autorizado por el juez competente).

Personas que pueden recibir válidamente el pago:

1. El acreedor capaz o la persona que legalmente lo represente.


Sin embargo, el pago efectuado a quien no tuviere facultad para
recibirlo, es válido si el acreedor lo ratifica o se aprovecha de él.
No extingue la obligación quien paga a un gestor de negocios,
excepto en el caso de que el acreedor ratifique la gestión.
2. El administrador de bienes facultado por el acreedor, o el
administrador del mortual autorizado por el juez competente.
3. El portador de un recibo firmado por el acreedor o quien le
represente legalmente, a menos que las circunstancias se
opongan a la presunción de que el portador (que, por supuesto
deberá entregar el recibo al deudor), tiene autorización para
recibir el pago.
4. Una tercera persona a quien el acreedor ordenó pagarle. Lo
importante para el deudor, en este caso, es que la orden conste
en documento auténtico y que el tercero le entregue, al recibir el
pago, un comprobante legalmente válido. Esta modalidad es, en
el fondo, una peculiar forma de cesión de derechos o créditos.
5. El juez competente, en el pago por consignación.

MODO

a. El pago debe efectuarse de la manera que se hubiere pactado.


Únicamente podrá hacerse parcialmente por convenio expreso o
por disposición de la ley;
b. Si la deuda tuviere una parte líquida y otra ilíquida, podrá el
acreedor exigir el pago de la primera sin esperar que se liquide la
segunda;
c. Los gastos que ocasione el pago serán cubiertos por el deudor,
salvo pacto en contrario. Lo relativo a gastos judiciales lo decidirá
el juez que conozca del caso.

Momento. Debe pagarse:

a. Inmediatamente. Es decir, en el mismo momento en que se


celebra la obligación;
b. Si lo anterior no fuere posible o no quisieren las partes, al
vencimiento del plazo que fijaren;
c. Si las partes no fijaren plazo y no fuere posible el
cumplimiento inmediato, en el plazo que indique la ley; y,
d. Si la ley no indica plazo, en el que a petición del interesado
fije el juez.

Lugar.

a. El pago debe hacerse en el lugar designado en el contrato.


Si se hubiere designado para el pago el domicilio del
acreedor y posteriormente éste cambia voluntariamente de
domicilio, deberá indemnizar al deudor por los gastos que
por ese motivo haga para efectuar el pago;
b. Si no se designó lugar, y se trata de cosa cierta y
determinada, se hará en el lugar donde estaba la cosa al
momento de contraerse la obligación;
c. En cualquier otro caso, en el domicilio del deudor. (El
Código Civil debió indicar, para mayor precisión, indicar que
en la residencia del deudor). Art. 1398 C. Civil

Prueba

Si se trata de obligaciones activas o positivas (dar o hacer)


la prueba del cumplimiento corresponde rendirla al deudor.
Dicho cumplimiento se prueba con el comprobante escrito
que el acreedor está obligado a extender al deudor. Si el
acreedor rehusare extender dicho comprobante, el deudor
puede válidamente retener el pago. En tal caso el deudor no
incurriría en retardo culpable, pues no está obligado a pagar
mientras el acreedor sea omiso en el cumplimiento de su
obligación de extender el documento escrito más idóneo
para acreditar el pago. Desde luego, si la situación se
prolonga más allá de un periodo razonable, lo aconsejable
es que el deudor acuda al pago por consignación.

En el caso de obligaciones negativas (no dar, no hacer) se


presume el cumplimiento (abstención) del deudor, y es al
acreedor a quien corresponde probar que hubo
quebrantamiento (incumplimiento) de la obligación. Es decir,
que el deudor dio lo que no debía entregar o hizo lo que no
debía realizar.

En cualquiera de las dos situaciones anteriormente


referidas, se hace aplicación del artículo 126, párrafos
primero y segundo, del Código Procesal Civil y Mercantil,
referentes a que “Las partes tienen la carga de demostrar
sus respectivas proposiciones de hecho. Quien pretende
algo ha de probar los hechos constitutivos de su pretensión;
quien contradice la pretensión del adversario, ha de probar
los hechos extintivos o las circunstancias impeditivas de esa
pretensión”.

Presunciones legales.

Previendo sin duda situaciones en las que, por cualquier


circunstancia, el deudor no pueda acreditar el pago por el
medio escrito que corresponda, el Código Civil reguló
determinados casos en los que, salvo prueba en contrario,
se presume el pago.

Dichos casos son:

a) La entrega que hace el acreedor al deudor, del


documento original en el que consta la acreeduría y la
deuda, hace presumir la liberación del deudor, salvo
prueba en contrario. Lo que se presume es la liberación
del deudor, la cual pudo haber ocurrido, entre otras
razones, porque ya pagó, le fue condonada la deuda o el
acreedor renunció a su derecho de cobro. Lo importante
es que el deudor tiene en su poder el documento original
(no una copia) en que consta la acreeduría y deuda, y
que dicho documento le fue entregado por el acreedor
(no fue sustraído ni entregado por quien no estaba
autorizado para hacerlo).
b) En los pagos que se efectúan por periodos, la constancia
de pago del último periodo hace presumir el pago de los
periodos anteriores, salvo prueba en contrario. La
expresión último no debe entenderse como final, sino en
el sentido de que la constancia de pago de un periodo
subsiguiente hace presumir el pago de los periodos
precedentes, salvo prueba en contrario.

c) El pago del capital supone el de los intereses, salvo que


se hubiere aceptado el pago con la reserva expresa
correspondiente. Esto es consecuencia de que, según la
ley, el que debe capital e intereses no puede, sin el
consentimiento del acreedor, aplicar el pago al capital
antes que a los intereses, ni éstos antes que a los gastos.
Adviértase que aquí la ley no dice simplemente “salvo
prueba en contrario”. La presunción se desvanece,
únicamente si el acreedor que recibió el pago del capital
hizo reserva expresa de que se le adeudan intereses.

Clases de pago:

Pago en especie.

Consiste esta modalidad de cumplimiento o pago, en que


la prestación debida no se satisface en dinero sino con
cualquiera otra prestación lícita y posible, que puede
consistir en entregar bienes, prestar servicios o
abstenerse de algo en beneficio del acreedor.

Pago en oro. Una modalidad importante, aunque quizá ya


no tan frecuente, del pago en especie, la constituye el
pago en oro. Debido a la vigencia de la Ley de libre
negociación de divisas (Decreto número 94- 2000 del
Congreso de la República) que deroga, entre otros, los
artículos 20, 21 y 22 de la ley monetaria, es actualmente
libre la contratación de pago en oro, de conformidad con
el artículo 5 de la citada ley, que al efecto dice:
“Transacciones en oro. Es libre la importación,
exportación, disposición, tenencia, compra y venta de oro
amonedado o en barras, en el territorio nacional”.
Artículos 1397, 1478 y 1483 del Código Civil; 5 de la Ley
de libre negociación de divisas.

Pago en dinero.

El dinero puede ser conceptuado jurídicamente en


diferentes categorías:

a. como cosa, en cuyo caso tendrá las características


de mueble, genérica y fungible;
b. como medio de intercambio de bienes y servicios;
c. como unidad de medida;
d. como medio de pago.

Modalidades. Las obligaciones cuya prestación está


constituida por una cantidad de dinero pueden tener tres
modalidades: pago en moneda nacional, pago mediante
cheque y pago en moneda extranjera.

Pago en moneda nacional:

Según el artículo 1o. de la ley monetaria “La unidad


monetaria de Guatemala se denomina “Quetzal”. El
quetzal se divide en cien partes iguales, denominadas
centavos.

Dicha norma guarda, indudablemente, perfecta


congruencia con la disposición contenida en el artículo
1395 del Código Civil concerniente a que “El pago en
moneda nacional lo hará el deudor entregando igual
cantidad numérica con arreglo al valor nominal que tenga
la moneda en la fecha en la que se le requiera de pago,
siempre que ya sea exigible la obligación”.

Pago mediante cheque. Constituye un pago sujeto a


condición suspensiva. Es decir, tiene efectos el pago, y
por consiguiente queda extinguida la obligación, hasta en
el momento en que el banco respectivo haga efectivo el
cheque. Así lo dice el artículo 1394 del Código Civil y así
lo establece también el Código de Comercio en su artículo
410 referente a que “Los títulos de crédito dados en pago
se presumen recibidos bajo la condición: salvo buen
cobro, cualquiera que sea el motivo de la entrega”.

En el numeral 16 del Libro V la exposición de motivos del


Código Civil expresa que: “El cheque por sí mismo no
extingue la deuda sino hasta que es pagado; pero si el
pago se efectuare a su presentación, la condición queda
cumplida y, por lo tanto, surte sus efectos desde el
momento en que el cheque fue aceptado por el acreedor,
pues éste voluntariamente convino en cancelar la deuda
al recibir el cheque, siempre que el depositario de los
fondos lo hiciera efectivo”. Repárese en que, de acuerdo
con lo transcrito, el pago se considera efectuado, y por lo
tanto extinguida la obligación, desde el momento en que
se recibió el cheque, no cuando éste fue hecho efectivo.

Pago en moneda extranjera. Restricciones que imponía la


ley monetaria quedaron derogadas por la ley de libre
negociación de divisas. De manera que, actualmente, es
libre el pacto, liquidación y ejecución de obligaciones en
moneda extranjera, en el territorio nacional de Guatemala.
En efecto, el párrafo primero del artículo l de la citada ley
vigente dice: “Es libre la disposición, tenencia,
contratación. remesa, transferencia, compra, venta, cobro
y pago de y con divisas y serán por cuenta de cada
persona individual o jurídica, nacional o extranjera las
utilidades, las pérdidas y los riesgos que se deriven de las
operaciones que de esa naturaleza realice”; y el artículo 8
establece que “Salvo que las partes convencionalmente y
en forma expresa dispongan lo contrario, el quetzal se
empleará como moneda de cuenta y medio de pago en
todo acto o negocio de contenido dinerario, y tendrá poder
liberatorio de deudas, en todo caso los órganos
jurisdiccionales y administrativos deberán respetar y hacer
cumplir fielmente lo convenido por las partes”. De manera
entonces que, la norma contenida en el artículo 1396 del
Código Civil, que se refiere a que el deudor de obligación
en moneda extranjera cumplirá “con entregar su
equivalencia en moneda nacional, al tipo de cambio que
rija en la plaza el día del pago”, debe considerarse de
aplicación supletoria, es decir, aplicable sólo en los casos
en que los contratantes no han pactado expresamente lo
contrario.

Pago por Consignación:

Lo reguló el derecho romano exclusivamente para el caso


de que el acreedor se negara a recibir el pago. De ahí
pasó al derecho español en el que, por influencia del
derecho canónico, tuvo un fuerte matiz de exigencia de
veracidad y moralidad: se efectuaba depositando lo
debido en la sacristía de un iglesia, en presencia de
hombres buenos. Tiene actualmente como características
principales las de ser: indirecto (porque se efectúa
depositando lo debido antes el juez competente);
excepcional (porque precisa de la existencia de alguna
causa que imposibilite el pago directamente al acreedor o
su representante legal); liso y llano porque no puede
sujetarse su validez a condiciones de ninguna naturaleza),
íntegro (porque debe depositarse la totalidad de lo que se
deba el día del depósito); y formal (porque se ejecuta
previo cumplimiento de un procedimiento judicial).

Elementos: a) Personal: deudor y acreedor capaces. b)


Objetivo: Existencia de obligación exigible, cuyo objeto
debe consistir en el pago de una cantidad de dinero o en
la entrega de una cosa cierta y determinada. La doctrina
habla de pago por consignación de obligaciones de hacer.
La ley se refiere únicamente a “sumas” o “cosas”. De ahí,
y por la dificultad de otro tipo de prestaciones, que lo creo
circunscrito exclusivamente a obligaciones de dar. c)
Formal: procedimiento previsto en el Código Procesal Civil
y Mercantil.
Casos de procedencia. Procede, según el artículo 1409
del Código Civil, en los casos siguientes:

a) Cuando el acreedor se negare a recibir la cantidad o


cosa que se le debe”. Por supuesto que la ley se refiere a
los casos en que el acreedor se niega a recibir el pago,
sin causa justa. Así se infiere del artículo 1429 del mismo
código que establece que” el acreedor incurre en mora
cuando sin motivo legal no acepta la prestación que se le
ofrece”. Obviamente el deudor tendrá que probar que
ofreció el pago de la exacta suma o cosa debida.

b) Cuando el acreedor fuere incapaz de recibir el pago y


careciere de representación legal”. Se hizo referencia, a
que no es válido el pago que se haga directamente al
menor o incapaz, salvo si lo pagado se invirtió en su
beneficio personal o en la conservación de su patrimonio.

d) Cuando el acreedor no se encuentre en el lugar en que


debe hacerse el pago y no tuviere en dicho lugar
apoderado conocido”. La dificultad de este caso radica en
que no hay a quien notificar el ofrecimiento de pago por
consignación y la audiencia que el juez deberá conceder
al deudor por el procedimiento de los incidentes.

Quizá sea preciso que previamente se declare ausente al


acreedor y se le nombre defensor judicial. Así parece
estimarlo el artículo 571 del Código Procesal Civil y
Mercantil al decir que “Si el acreedor se hallare fuera del
lugar en que debe hacerse el pago y no tuviere legítimo
representante, se recibirá información de estos extremos
y, con citación del defensor que se le nombre, aprobará
el juez la consignación si procediere, reservándose la
entrega de la cosa para cuando se apersone el acreedor
o su representante”.

e) Cuando fuere dudoso el derecho del acreedor y


concurrieren otras personas a exigir el pago, o cuando el
acreedor fuere desconocido”. Verdaderamente creo que
la aplicación de esta norma es procesalmente imposible,
puesto que en la solicitud correspondiente es
indispensable que el deudor indique a favor de quien se
consigna; y en ninguno de los dos supuestos previstos se
puede cumplir dicha exigencia procesal. Primero habría
que dilucidar judicialmente a quien corresponde
legítimamente la acreeduría y, si hubiere motivo para no
poderle pagar directamente, entonces acudir al pago por
consignación.

f) Cuando la deuda fuere embargada o retenida en poder


del deudor, y éste quisiese exonerarse del depósito”.
Convendría, de conformidad con el Artículo 23 del Código
Procesal Civil y Mercantil, calificar a la acción de
consignación como accesoria de la acción de donde
emanó el embargo, a efecto de que no se pueda
consignar ante juez distinto. Así podrá el juez que decretó
el embargo ejercer fiscalización sobre lo embargado. En
caso contrario, es fuerte la posibilidad de que inutilice o
perjudique la medida de embargo.

g) Cuando se hubiere perdido el título de la deuda. Creo


que esto se justifica, por una parte, cuando no exista
ninguna forma legal de reponer de manera fidedigna el
título perdido; y por otra, sólo en el caso de que el
acreedor y el deudor no quieran o no puedan convenir en
el otorgamiento de un comprobante que acredite
fehacientemente el pago, aun sin la existencia del título
en el que constaba la acreeduría.

h) Cuando el rematario o adjudicatario de bienes gravados


quiera redimirlos de las cargas que pesan sobre ellos”.
Debe entenderse en el sentido de que esto procede
únicamente si dicho rematario o adjudicatario no puede,
por alguna razón insuperable, pagar directamente a los
titulares de las acreedurías cuyos gravámenes desea
redimir.

i) En cualquier otro caso en que el deudor no pueda hacer


directamente un pago válido. Esta norma flexible es
acertada y necesaria, puesto que no puede el legislador
prever todos los casos posibles y, además, porque
permite al juez calificar situaciones diferentes a las
legalmente previstas.

Requisitos. Para que pueda declararse válido el pago por


consignación, además de fundamentarse en una causa
por la que efectivamente no pueda el deudor efectuar el
pago directamente al acreedor o a su representante legal,
se requiere, de conformidad con el artículo 1409 del
Código Civil, lo siguiente:

a) Que se haga ante juez competente.


b) Que se haga por persona capaz o hábil para verificar
el pago. Esto no es sino una aplicación específica de la
norma general contenida en el párrafo segundo del
artículo 44 del Código Procesal Civil y Mercantil, relativo
a que “Las personas que no tengan el libre ejercicio de
sus derechos, no podrán actuar en juicio sino
representadas, asistidas o autorizadas conforme a las
normas que regulen su capacidad”.
c) Que comprenda la totalidad de la deuda líquida y
exigible, con sus intereses y costas si las hubiere. Debe
entenderse esto en el sentido de que habrá de
consignarse la totalidad de lo que se debe en el momento
de ofrecer judicialmente el pago. Por ejemplo, en una
obligación que se paga por mensualidades, la
consignación debe comprender la totalidad de
mensualidades vencidas al momento de presentar el
memorial que contiene el ofrecimiento consignatario.
Debe recordarse también, que, si la deuda tiene una
parte líquida y otra ilíquida, así como el acreedor puede
exigir el pago de la primera sin necesidad de esperar que
se liquide la segunda, también el deudor tiene derecho de
consignar la parte líquida, sin tener que esperar que se
determine o liquide la segunda.

d) Que esté cumplida la condición, si la deuda fuere


condicional, o vencido el plazo si se estipuló en favor del
acreedor. Respecto de esto debe recordarse que, de
conformidad con el artículo 1270 del Código Civil “El
negocio condicional surte efectos desde el cumplimiento
de la condición, salvo estipulación en contrario”; y según
el artículo 1282 del mismo código, “El plazo se presume
convenido en favor del deudor, a menos que resulte del
tenor del instrumento o de otras circunstancias, que ha
sido fijado en favor del acreedor o de las dos partes”.
Partiendo de que el deudor puede pagar
extrajudicialmente su prestación, aunque el plazo no esté
vencido (el que no puede cobrar antes del vencimiento
del plazo, salvo excepciones legalmente previstas, es el
acreedor), debe entenderse, de manera congruente, que
para que proceda su solicitud de pago judicial
(consignación) no es necesario dicho requisito

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