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Instituto Universitario de la Gendarmería Nacional

Unidad Académica Escuela Güemes


Licenciatura en Seguridad Pública
Taller de alfabetización Académica

APUNTES DE CÁTEDRA-UNIDAD 1

Profesoras: Lic. Bermudez, Claudia E.


Lic. López, Mariela M.

1. Algunas precisiones sobre la comunicación lingüística.


La teoría de la mente es la tendencia del sistema cognitivo humano a predecir y explicar las
conductas de los congéneres porque existe una atribución y una autoatribución de creencias y deseos.
Se trata de un conocimiento no consciente de los estados mentales de los demás. Si los seres humanos
no desarrollamos una teoría de la mente no nos comunicamos.
La comunicación lingüística es una transmisión de ideas, significados y sentidos y supone en el
otro, por lo tanto, dos operaciones:
 Por un lado, la comprensión de lo que se dice
 La interpretación de lo que se quiso decir, la inferencia de la intención
Otras nociones que debemos tener en cuenta sobre la comunicación lingüística
 Es proposicionalmente intencional, alude al sentido con lo cual se dice algo.
 Supone el uso de la lengua y para usar la lengua saber sobre ella, del mundo, de las personas.
 Es una actividad cooperativa. Intercambio de seres que se consideran llenos de mente por eso
mismo la comunicación lingüística puede transformar el medio humano transformando el estado
mental de las personas.
 Permite establecer en el otro intenciones que antes no tenía. Por ejemplo conocer la situación
sanitaria de nuestro país respecto del COVID- 19 puede generar en nosotros la intención de no
salir de nuestra casa, adquirir productos de higiene, compartir noticias por la redes sociales con
amigos y familiares, buscar entre muchas otras intenciones posibles.
 Puede darse en la medida en que nos situemos en un mundo de seres sociales. Los que
intervienen en el acto comunicativo son personas por lo tanto tienen intereses, experiencias,
son autónomos, son capaces de interpretar significantes y están dotados de mente.

1. 1 ¿Cómo se da la comunicación? Críticas al modelo tradicional.


Tal vez uno de los primeros lingüistas que reflexionó de manera más detenida sobre el fenómeno
de la comunicación lingüística fue Jakobson. Este lingüista basa sus reflexiones en los aportes de
Shannon quien trabajaba en el área de la ingeniería en comunicaciones. De manera que las reflexiones
de Jakobson sobre la comunicación humana tienen mucha influencia de una teoría creada para explicar
el funcionamiento de los circuitos electrónicos. Sin embargo, el comportamiento comunicativo humano
tiene grandes diferencias tal como lo advirtieron algunos lingüistas posteriores a Jakobson. A
continuación revisaremos críticamente los elementos del circuito de comunicación tradicional tales como
emisor-receptor, mensaje, código para poder avanzar hacia la idea de comunicación como proceso.
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Catherine Kerbrat Orecchioni comienza su reflexión en la década del setenta acerca de la


comunicación humana rechazando el circuito de la comunicación tradicional de la escuela (Jakobson).
En primer lugar porque las nociones de emisor y receptor no son útiles en el campo de la
comunicación humana ya que son conceptos tomados de la ingeniería. Emisor y receptor son sujetos
individuales pero a su vez sociales. Son sujetos que procesan información lingüística pero también
contextual por lo que cuando se comunican no atienden solo al mensaje como las máquinas atienden a
la señal sino que también procesan información de la situación en la que se genera el mensaje.
Cuando los sujetos se comunican se están preguntando inconscientemente ¿Quién soy yo?
¿Quién es él? Es decir, evaluamos lo que se dice, quién lo dice, cuándo y con qué intención. Los seres
humanos somos sensibles al rol del otro y nuestro propio rol en la interacción.
La noción emisor-receptor supone sólo lo que se dice. Los sujetos que procesan la información
(productor – comprendedor) están determinados por los que se llaman factores sí, éstos son:
1. Cognoscitivos. Conocimientos que el productor y el comprendedor comparten para que pueda darse
la comunicación. A la hora de comunicarnos tomamos en cuenta las capacidades intelectuales de la
persona con la que interactuamos, los conocimientos que tiene y las operaciones mentales que es capaz
de realizar. Por ejemplo el cajero automático dará siempre las mismas instrucciones sin preguntarse si
el otro está o no en capacidad de entenderlo, lo mismo ocurre cuando abrimos el menú del dispositivo
para controlar el saldo de la tarjeta SUBE. Pensemos por ejemplo cuando hacemos una compra por
internet el sistema no se preocupará por garantizar que el cliente comprenda cómo avanzar en las
pantallas y operaciones necesarias. Por el contrario, cuando hacemos una visita al médico este sí se
preocupará porque comprendamos las indicaciones a seguir más allá de que las transcriba en su
recetario. He aquí una clara diferencia cuando marcada en la comunicación interpersonal.
2. Afectivos. Guardan relación con la imagen positiva y negativa de la cortesía verbal y con los momentos
emocionales por los que se atraviesa: alegría, enojo, desagrado, crisis, etc. Una madre que intenta
convencer a su pequeño hijo de ingerir los alimentos o asearse se comunicará de distinta manera en
función del agrado o desagrado que manifieste el niño frente a su pedido. Así, deberá instrumentar
nuevas estrategias comunicativas el en caso de que el niño manifieste enojo y reticencia ante dichas
actividades.

Para sintetizar los factores psicológicos, afectivos y cognitivos también forman parte del
fenómeno de la comunicación porque son atributos humanos.

Lo segundo que rechaza es la simetría de emisor-receptor ya que estos no son simétricos.


Para Kerbrat Orecchioni la comunicación se caracteriza por su disimetría entre los participantes del acto
comunicativo, veamos algunos rasgos que marcan diferencias entre ellos:
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 Tienen conocimientos distintos de la lengua, es decir, distintos desarrollo de sus competencias


lingüísticas.
 Tienen distintos conocimientos paralingüísticos (señales o indicios que acompañan la
comunicación verbal)
 Distintos conocimientos del mundo. El conjunto de conocimientos sobre el mundo se llama
componente enciclopédico o competencia cultural.
 Son distintos los valores que cada uno tiene, distintas creencias y modos de ver el mundo
(competencias ideológicas).

¿Un emisor, un receptor? No siempre existe un solo emisor, a veces el emisor es complejo, es
decir, hay más de un emisor. Por ejemplo un libro donde hay más de un autor, una carta redactada por
un grupo de personas que representa a un colectivo, un aviso publicitario. En el mismo sentido es factible
observar que el receptor no siempre es uno sino que puede ser múltiple como ocurre con la
comunicación de masas (televisión, radio, periódicos en formato tradicional o digital). En este punto
conviene hacer la siguiente precisión: al receptor que tiene la oportunidad de interactuar haciendo
también el uso de la palabra se lo llama ALOCUTARIO y al que no tiene esa posibilidad se lo llama NO
ALOCUTARIO.
El tercer elemento que cuestiona del modelo tradicional es la noción de mensaje sosteniendo
que el mensaje producido nunca es idéntico al mensaje comprendido. Siguiendo las observaciones
hechas anteriormente acerca de las diferencias culturales e ideológicas podemos decir que no podemos
hablar de un único mensaje sino de un mensaje producido y de un mensaje comprendido (o más de uno
si el receptor es múltiple). Si la comunicación lingüística es cooperativa se espera que el receptor
reponga información cuya cantidad y calidad variará de acuerdo con su competencia cultural. También
el receptor evaluará el mensaje de acuerdo con su competencia ideológica. Pensemos por ejemplo en
nuestras experiencias comunicativas cotidianas cuando debemos clarificar un “mal entendido” porque
nuestro receptor (uno o varios) no interpretó lo que queríamos decir y para poder entendernos debemos
dar más información o explicar de nuevo el evento o suceso del que queríamos dar cuenta. Otro ejemplo
puede ser en el contexto áulico donde frente a una exposición del docente muchos de ustedes re
preguntan en la clase presencial alguna noción o concepto que no quedó claro; o bien toman la palabra
para dar algún ejemplo relacionado con alguna experiencia o conocimiento previo y es el docente quien
se encarga de validar o no dicho ejemplo y, en consecuencia, poder poner en común las similitudes
entre lo que el docente expone y lo que los cadetes interpretan de tal exposición.
Por último, también ha sido cuestionada la noción de código. Código tal y como lo entiende
Shannon, es un sistema unívoco y homogéneo. Cuando decimos unívoco hacemos referencia a que
cada signo, cada elemento del sistema, tiene un solo significado. Para refutar esta idea diremos que en
un texto los términos adquieren un sentido y que este puede variar de acuerdo al uso que los hablantes
hagan de ellos. Como veremos en esta misma unidad la lengua es un objeto heterogéneo ya que la
afectan factores sociales y situacionales. Por ello es conveniente destacar que para que emisor y
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receptor se comprendan de manera más eficaz y económica es necesario que compartan el mismo
código. Pero en el caso de la comunicación lingüística es necesario tener en cuenta que nos estamos
refiriendo a un código flexible1.

La comunicación lingüística es un proceso que se inicia en la mente del emisor y concluye en la


mente del receptor.

1.2 Procesos involucrados en la comunicación lingüística


Pottier habla de dos procesos comprendidos en la comunicación lingüística. Un proceso
onomasiológico y uno semasiológico.
El proceso onomasiológico tiene que ver con un modelo de producción o “búsqueda de la
palabra” mientras que el proceso semasiológico está vinculado con un modelo de interpretación o
“búsqueda del significado”.
El proceso onomasiológico se inicia cuando el PRODUCTOR, ALOCUTOR o YO tiene una
intención de hablar sobre el mundo entendiendo por mundo todo lo que está afuera o dentro de él. El
hablante tiene la intención de hablar sobre el mundo y para hacerlo se implican otros subprocesos:
a. Hablar.
b. Conceptualizar lo que se quiere decir que consiste en armar un significado y armar un
significante.

1
Se entiende que existen códigos duros y códigos flexibles. Son códigos duros los lenguajes artificiales y flexibles, las lenguas
naturales. Los códigos flexibles tienen capacidad de adaptarse al contexto y tienen cierta dosis de ambigüedad.
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c. Presentar el mensaje al otro. Recordemos que todo esto está atravesado por los factores sí:
si se puede decir o no, si al otro le va a gustar o no, si el otro lo va a comprender o no, etc.
En el proceso semasiológico el COMPRENDEDOR o ALOCUTARIO toma contacto con el
mensaje para comprenderlo realizando también una serie de subprocesos:
a. Acudir al conocimiento lingüístico para detectar las unidades de la lengua y atribuirles un
significado.
b. Comprender la totalidad de lo dicho por el productor.
c. Comprender la intencionalidad con que se dijo.
Cuando nos referimos a la comunicación humana damos cuenta que las personas somos
capaces de adaptarnos al contexto y modelar nuestros mensajes de manera tal que se ajusten a
nuestras intenciones en el proceso onomasiológico y de, inferir la intencionalidad con la que un mensaje
ha sido formulado, en el proceso semasiológico.
HAY TANTOS PROCESOS COMO LECTORES EXISTAN.
2. Competencia comunicativa
Ya acercándonos al final diremos que la comunicación como actividad compleja no sólo requiere
de competencia lingüística sino que la competencia lingüística es parte de una competencia más amplia
que es la competencia comunicativa.

Entendemos por competencia comunicativa a una serie de saberes que capacitan al hombre para
comunicarse.

2.1 Componentes de la competencia comunicativa


Para comenzar diremos que existe un saber orientado a la producción y un saber orientado a la
comprensión. Llamaremos al primero competencia táctico-retórica y al segundo competencia
hermenéutico-analítica. Estos saberes se caracterizan por capacitar al sujeto para realizar el proceso
onomasiológico y el semasiológico, respectivamente.
La facultad del lenguaje consiste en asociar un plano de la expresión a un plano del contenido.
El hombre con la intención de comunicarse puede usar utilizar distintas materias sensoriales como
colores, luces, movimientos como diversos planos de la expresión y con todos ellos comunicar
contenido. La competencia comunicativa comprende, por lo tanto, una competencia verbal y una no
verbal. Gracias a la competencia no verbal el hombre puede interpretar y producir los gestos que
acompañan a las emisiones orales o los dibujos, cuadros, señales camineras que pueden acompañar a
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las a las emisiones lingüísticas escritas u orales. Al comunicarnos por medio de una lengua no sólo
procesamos información sino que en la comunicación lingüística existe una pluralidad de códigos.
La competencia verbal comprende a la competencia lingüística y a la competencia discursiva o
pragmática. Esta última es un conocimiento acerca de cómo usar la lengua en distintas situaciones. Es
la que nos permite lograr las estrategias adecuadas para lograr nuestras intenciones.

Bibliografía consultada:
Kerbrat-Orecchioni, C. (1986). La enunciación. La subjetividad de los enunciados. Bs. As. Hachette.
Pottier, B. (1992). Teoría y análisis en lingüística. Madrid. Gredos.
Sperber y Wilson. (1994). La relevancia. Comunicación y procesos cognitivos. Madrid. Visor.

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