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CAPÍTULO 1: SENSOPERCEPCIÓN

El hombre, como unidad biopsicosocial se desarrolla a partir de una interacción


constante y dinámica con el mundo partiendo del reconocimiento de su propio cuerpo.
Ese cuerpo le da información de lo que ocurre en él, en los otros y en el mundo.
Aprende, evoluciona y se desarrolla apoyándose en los estímulos que recibe y
estableciendo un proceso de aprendizaje que lo llevará al conocimiento de sí mismo y a
su diferenciación de los otros.

El conocimiento de sí mismo es paulatino y progresivo, y comienza en el momento del


nacimiento con las primeras sensaciones táctiles, olfativas y termoalgésicas. A través de
los órganos de los sentidos externos (vista, oído, gusto, olfato y tacto) se establecen
relaciones con el mundo externo y con su mundo interno a través de lo cenestésico1,
kinestésico y de orientación.

En este juego de comunicaciones, el elemento primario a tener en cuenta es la


sensación, producto de la acción de un estímulo sobre el órgano sensorial y que luego será
registrada en la conciencia.

Sin embargo, la pura sensación no da cuenta de ningún proceso si no fuera registrado


por un lado, por los centros corticales, por el otro, por el sentido singular que le otorga
cada humano. Todo lo registrado sensorialmente adquiere sentido y significación de
acuerdo a nuestra experiencia previa y a nuestras posibilidades. La sensación no
concluye con el registro en los centros corticales, sino que es sometida a elaboraciones
psíquicas a través de la cuales se convertirá en percepción. Es en ese momento en que la
impresión sensorial es comprendida y conocida.

Procesos perceptivos y otras actividades psíquicas suceden en simultáneo. La


percepción es una actividad condicionada por la atención; se puede llevar a cabo
cuando se produce un estrechamiento de la conciencia para concentrarla en un punto
determinado. En este proceso actúan actividades corticales como la evocación
mnemónica, la asociación de ideas, juicios, etc., y tienen como finalidad describir la
realidad para luego comprenderla y conocerla.

Percibir es describir, es la aprehensión de la realidad de mi experiencia, la arquitectura


de lo vivido. Por este motivo, este proceso perceptivo adquiere tonalidades singulares y
formas personales.

La estructura psíquica da sentido a cada uno de los procesos perceptivos, y la


organización cognitiva sistematiza la información recibida de manera personal, de

1
El término cenestesia, que deriva del francés cénesthésie aunque sus orígenes más remotos se
encuentran en la lengua griega, hace referencia a las sensaciones que una persona experimenta
respecto a su propio cuerpo.

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acuerdo a las experiencias vividas y a las situaciones sociales en las que se desarrolla.
Por este motivo, el mismo objeto no será percibido de igual manera por distintas
personas ni por la misma persona en distintos momentos vitales. Sin embargo, cada
hombre mantendrá una unidad y una continuidad en el tiempo que permitirá
conceptualizar la conciencia de sí mismo.

La percepción no es una simple recepción de estímulos, sino que su capacidad de


selectividad y de singularidad, hace más filtrando información que recibiendo a través
de los órganos de los sentidos. Su actividad es regulada por la motivación y por los
acontecimientos del mundo, y condiciona a su vez otros procesos psíquicos y
cognitivos.

La sensopercepción tiene su comienzo en la captación de los estímulos que realizan los


receptores específicos y que a través de las vías nerviosas se proyectan a los centros
subcorticales y corticales.
Al ser recibidos por la cx cerebral, dejan una huella o engrama2, que se almacena y
queda a disposición de las necesidades vitales en función de las experiencias del pasado
y las proyecciones futuras.
La imagen sensoperceptiva es la resultante de la recepción y decodificación cortical de
un estímulo que lo convierte, luego del proceso de elaboración, en una reproducción
intelectual.

Es posible diferenciar una percepción sensorial basada en los sentidos, de una


percepción intrapsíquica que permite reconocer las elaboraciones psíquicas y mentales
(ideas y representaciones para la construcción del pensamiento que harán referencia a
través de las sensopercepciones a cómo se vivencia la existencia).

Los sistemas sensitivos-sensoriales más que recepcionar información del medio actúan
como filtro. Una adecuada relación con el mundo requiere que la información
sensoperceptiva sea procesada rápidamente. El empleo de varios circuitos alternativos y
simultáneos para procesar el mismo estímulo permitirá una mayor adecuación y
exactitud en las respuestas. Los diferentes conjuntos de receptores que el cuerpo posee
responden a ciertos estímulos y excluyen a otros. El procesamiento de información
sensorial implica numerosas estructuras del SN que responden de manera diferente de
acuerdo a su especificidad topográfica y funcional.

La representación de un acontecimiento puede ser distinta en diversas zonas


encefálicas, ya que ninguna se limita a ser un reflejo pasivo de descarga neuronal.

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El engrama es una marca orgánica sobre el tejido nervioso causada por un estímulo ocurrido en
el pasado del individuo que será el soporte material de la memoria.

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Este procesamiento activo, además de implicar un filtrado, implica una abstracción y
una integración, requiriendo circuitos neuronales y regiones relacionadas con cada una
de las diferentes actividades sensoperceptivas.
Cada modalidad sensorial requiere de un estímulo adecuado para el cual cada órgano
sensorial está adaptado, y un centro cortical que permita la recepción y que realice un
proceso de elaboración, que participen otras áreas cerebrales a través de sus funciones.
En estos centros de elaboración perceptiva se fijará el material cognoscitivo y se
facilitará el reconocimiento, la evocación y el material asociativo.

El reconocimiento de la orientación espacial también se relaciona con la memoria, que


traerá a la conciencia la situación aprendida desde diferentes posiciones a partir de la
que se ha fijado previamente: arriba, abajo, adelante, atrás, derecha, izquierda.

En el recorrido desde la recepción de los estímulos (internos o externos) hasta su


reconocimiento y puesta en marcha de las conductas apropiadas para responder a los
mismos, se van realizando selecciones intermedias que filtran las sensaciones y
permiten un procesamiento más adecuado de la información recibida, siempre en
relación con las motivaciones, interés y posibilidades.

El proceso sensoperceptivo en los primeros años de vida es un constante interjuego


entre las percepciones que provienen del mundo exterior y del mundo interno,
permitiendo construir el esquema corporal, base de todo proceso psíquico y cognitivo.
El conocimiento es en primera instancia conocimiento sensoriomotriz, para luego
plasmarse en un conocimiento lógico formal donde las ideas constituyen el contenido
del pensamiento. La realidad es primero realidad concreta en tanto ésta se basa en lo
perceptivo.

IMAGENES SENSOPERCEPTIVAS NORMALES

Imagen → representación psíquica de un objeto registrado por la conciencia a través del


mecanismo sensoperceptivo.

De acuerdo a la vía de formación de la imagen, se la clasifica en:

1. Imagen sensorial: imagen real que se forma a partir de la observación y


elaboración por parte de los sentidos (imágenes visuales, táctiles, olfativas,
auditivas, gustativas, cenestésicas y kinestésicas). Las características de estas
imágenes son:
- Nitidez → claridad y delimitación
- Corporeidad → existencia real
- Fijeza → es estable, persiste a lo largo del tiempo
- Extrayección → el objeto está situado fuera de los límites del Yo

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- Ininfluenciable → no es influenciable por la voluntad del sujeto

2. Imagen consecutiva: ante un estímulo intenso, luego de desaparecido éste


quedará una persistencia de su imagen sensorial, continuación de la imagen real.
Características:
- pérdida progresiva de nitidez, corporeidad y extrayección
- progresivamente es influenciada por la voluntad.

3. Imagen fantástica (o confabulatoria): no obedece a la existencia de un objeto real,


siendo una creación de la imaginación. Características:
- No posee nitidez, corporeidad ni fijeza
- Es influenciable por la voluntad

4. Imagen mnemónica: se constituye a partir de una evocación (memoria). El objeto


no se encuentra presente o no existe. Características:
- Falta de nitidez y corporeidad
- La fijeza es muy inestable debido a que el sujeto puede evocarla o inhibirla a
voluntad

5. Imagen eidética (o intuitiva): corresponde a la etapa intuitiva del desarrollo. Se


trata de una imagen de génesis intrapsíquica. Existe un estado intermedio entre
la percepción de un objeto y la imagen mnémica. Las imágenes internas parecen
tener una vivacidad sensorial igual a la de la percepción real. Se la observa en
niños y en pueblos primitivos, ya que ambos operan con el pensamiento intuitivo
preoperatorio.

6. Imagen onírica: conforma el contenido del ensueño como producto de la fantasía


o de la evocación. En el sueño el juicio la acepta como real. No se producen en un
orden cronológico, por lo que en el sueño se confunden acontecimientos de
distintas épocas. Posee poca nitidez, falta de fijeza e inestabilidad.

7. Imagen pareidólica: producto de la fantasía. Tienen su origen en imágenes reales,


que agrupadas de diferentes formas configuran una nueva imagen. Es reconocida
como producto de la fantasía.

BASES NEUROFUNCIONALES DE LA SENSOPERCEPCIÓN

Las funciones sensoriales son el punto de partida de los procesos intelectuales, que
comprenden una primera fase de construcción gestáltica o configuración que se
denomina percepción.

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1ra fase. Percepción
La fase perceptiva depende de las áreas primarias de la neocorteza posterior que son las
primeras en completar su maduración mielínica.
Las lesiones en las áreas primarias óptica (cx de la región occipital), acústica (cx de la
región temporal) y táctiles-cinestésicas (cx parietal central o retrorrolándica) producen
trastornos perceptivos que se traducen en ceguera, ceguera de reconocimiento,
hemianopsias, anacusias y anestesias, respectivamente.

2da fase. Estructuración de la memoria


Relacionada con la construcción de engramas que posibilitan las gnosias y cuya
expresión fundamental es la vivencia de familiaridad. Reconocer una figura o un sonido
implica poseer una “engrama” específica; psíquicamente es vivenciar algo como familiar.
La memoria sensorial depende de las áreas secundarias, situadas alrededor de las áreas
primarias y completamente mielinizadas después de éstas, en el primer mes de vida
extrauterina.
Superficie externa del lóbulo occipital → área secundaria visiva
Parte posterior de la circunvolución temporal → área secundaria acústica
Circunvolución parietal superior → área secundaria táctil-cenestésica

Los trastornos en el reconocimiento se deben fundamentalmente a lesiones de las áreas


secundarias, es decir, a destrucciones de las estructuras mnésicas sensoriales. Estos
trastornos fueron estudiados en el sentido visual bajo el nombre de “ceguera psíquica” y
han sido designados por Freud como agnosias (“a” que significa “no” y “gnosis” que
significa “reconocimiento”).

Agnosia → incapacidad de reconocer objetos por medio de una modalidad sensorial;


pérdida de familiaridad.

Las regiones neocorticales o cerebrales externas posteriores, que completan su


maduración mielínica después del primer mes de vida, son las áreas terminales situadas
entre las áreas secundarias y responsables de las asociaciones intersensoriales.
Comprenden las áreas 39 y 40. Estas asociaciones son las que permiten al hombre tomar
contacto con la realidad perceptiva de su mundo circundante y de su propio Yo. Esta
integración posibilita primero la construcción de un yo corporal, la estructuración de
un yo psíquico y la organización de un yo sociocognitivo.

Desde el punto de vista funcional, esta asociación e integración gnóstica está dada por
la regulación retículo-límbica, que aporta las condiciones de selectividad de la
recepción por un lado, y de la necesariedad emocional, por el otro.

Gnosias Táctiles → Lóbulo parietal, áreas 3, 1, 2 Brodmann.


● Hilognosia: reconocimiento de aspectos más elementales como la superficie o la
temperatura potencialmente nocivos (objetos punzantes, calientes, etc.)

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● Morfognosia: reconocimiento de la configuración tridimensional
● Estereognosia: reconocimiento del objeto
● Grafestesia: reconocimiento de un “dígito escrito” en la palma de la mano
mientras los ojos permanecen cerrados

Gnosias Visivas → Lóbulo Occipital, áreas 17, 18 y 19 Brodmann


● Gnosia para los objetos inanimados y para las imágenes
● Prosopognosia: gnosia para los objetos animados y las fisonomías
● Gnosia para los símbolos gráficos
● Gnosias espaciales

Gnosias Acústicas → Lóbulo Temporal, áreas 41, 42 y 22 Brodmann

● Gnosia Auditiva Verbal


● Gnosia Auditiva No Verbal
● Musia: gnosia para los sonidos musicales

ALTERACIONES DE LA SENSOPERCEPCIÓN

A. Alteraciones cuantitativas de la sensopercepción

1) Percepción acelerada: aumento del registro de número de unidades de


percepción por segundo. Se observa en todos los cuadros que cursen con
taquipsíquica, como las manías. Si bien existe una mayor captación de estímulos,
esto redunda en última instancia en un déficit perceptivo por debilidad
atencional, ya que dificulta la fijación mnemónica.
2) Percepción retardada: disminución del registro del número de percepciones por
segundo. Se observa en aquellos cuadros que cursan con bradipsíquica, como los
síndromes depresivos.
3) Abolición de la percepción: exceptuando la abolición perceptual natural en el
sueño, las restantes son resultado de diferentes lesiones del SNC, constituyendo
la llamada “apercepción psíquica”. Los estados comatosos presentan abolición
perceptiva.

B. Alteraciones cualitativas de la sensopercepción

1) Ilusión

Es una interpretación errónea o deformada de una experiencia sensorial, tanto de un


objeto como de una persona.

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Es una falsificación de la percepción de un objeto real en tanto percepción errónea de
sus cualidades sensoriales (ilusiones ópticas, de tamaño, etc.) como de la identificación
de lo percibido.
Esta alteración cualitativa de la percepción puede darse en campos psíquicos propicios
como soledad, miedo, fatiga, fantasías, deseos, duelos.

El debilitamiento de la atención también provoca percepciones erróneas o deformadas.


Ej.: cuando la cortina del cuarto del niño se vuela por el viento y es percibida por éste
como la presencia de monstruos.

Lo imaginativo de la percepción a veces alcanza grados de creatividad y riqueza que se


las ha denominado pareidolias.

El Dx entre lo normal y patológico se halla en la conciencia de la diferencia entre lo


erróneo y lo verdadero.
Las ilusiones patológicas se dan en cuadros de excitación y depresión psicomotriz, en
confusión mental, en estados demenciales, etc.

2) Alucinación

Es un trastorno cualitativo de la percepción que definimos como percepción sin objeto.

Es el producto de la elaboración de un juicio interferido y desviado que crea una viva


representación originada en una imagen del recuerdo o de la fantasía, la que de
inmediato es proyectada al exterior y aceptada como la captación sensorial de un
fenómeno real.

El proceso alucinatorio tiene compromiso fisiológico y psíquico, que conlleva a una


elaboración errada de la realidad y a una ruptura con ella. Aún en aquellas alucinaciones
en las que el compromiso fisiológico es comprobado con certeza (etiología tóxica), el
contenido de la alucinación está en relación directa con la estructura psíquica y la
vivencias del paciente (realidad psíquica).

Psicodinámicamente, puede definirse como un impulso repudiado por el yo y reprimido,


manteniéndose inconcientemente activo. Por debilitamiento de la represión o por
acrecentamiento de su energía, irrumpe en la conciencia de la única manera que le es
posible: deformado. La estrecha relación entre SNC y estructura psíquica convergen en
beneficio de la aparición alucinatoria.

Para determinar la etiología de la alucinación es importante considerar la modalidad


sensorial (auditiva, gustativa, olfativa, táctil, visual).

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❖ Alucinaciones auditivas: el paciente cree percibir claramente voces que lo llevan
a hablar solo como conversando con otro o en actitud de estar escuchando. Las
voces que el paciente escucha pueden provenir desde “el interior de su cabeza”
(alucinaciones auditivas intrapsíquicas) o desde el exterior (alucinaciones
auditivas extrapsíquicas). Cuando el paciente refiere la alucinación como
displacentera, el contenido es persecutorio; mientras que las placenteras están
conformadas por contenidos místicos y eróticos. En algunos casos, las voces
“ordenan” de manera imperativa, llevando al paciente a quitarse la vida, mutilarse
o agredir a terceros (alucinaciones intrapsíquicas auditivas de tipo imperativo).
Las alucinaciones auditivas son más comunes en las esquizofrenias y en los
delirios crónicos, presentándose más que las visuales.
❖ Alucinaciones visuales: en su manifestación más simple se presentan como luces;
las más complejas suelen darse en cuadros confusionales. La afectación de los
centros visivos dan como manifestación este tipo de alteración. Se observan en
cuadros tóxicos por alcohol o droga y en estado de abstinencia brusca (delirium
tremens). En su manifestación cromática, se presenta en psicosis epilépticas,
esquizofrenia, éxtasis religiosos.
❖ Alucinaciones olfatorias y gustativas: es la presencia de olores desagradables,
frecuentemente relacionados con los alimentos. Las modalidades olfativa y
gustativa se asocian a alteraciones en el instinto de conservación (negativa a
alimentarse). Pueden presentarse en forma de crisis uncinada3, producto de
tumores del lóbulo temporal, que se asientan en la zona del uncus o de epilepsias
temporales. Se destaca, además, su aparición en en las esquizofrenias y en los
delirios crónicos, y en algunos cuadros neuróticos. Estas alteraciones están
relacionadas con los delirios persecutorios (miedo de ser envenenado). A
diferencia de los delirios místicos que son placenteros, éstas alucinaciones se
caracterizan por ser displacenteras.
❖ Alucinaciones táctiles y de la sensibilidad general: se presentan en pacientes que
cursan con diferentes cuadros delirantes: tóxicos (cocaína), místicos, eróticos y
persecutorios; y generalmente son relatados por el paciente como que son
tocados por otros.
❖ Alucinaciones cenestésicas: referidas a trastornos de la sensibilidad propio e
interoceptiva. Se refieren a los sentidos internos. Se presentan en cuadros de
hipocondrias, melancolía y neurosis. Estas vivencias de extrañeza y cambio
corporal (despersonalización) pueden acompañarse de la sensación de cambio
ambiental (desrealización). La despersonalización es una de las características
psicopatológicas de la conciencia de mismidad que se presentan en los cuadros
depresivos y en la esquizofrenia. En la desrealización, el entorno aparece como
irreal. Estas dos alteraciones (despersonalización y desrealización) siempre se
manifiestan en forma simultánea, unidas a la escisión de la percepción, en la que

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Las crisis uncinadas se caracterizan por sensación subjetiva del enfermo de olores
desagradables. Su localización anatómica parece corresponder a la región medial del lóbulo
temporal (uncus).

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el sujeto siente una distancia patológica entre el objeto que percibe y él. En las
alucinaciones cenestésicas, el paciente relata que siente movimientos internos
de órganos, sensación de estar petrificado, desecado, reducido de tamaño. Ej.:
pacientes que han sentido que le extraían su esperma (esquizofrénicos,
hipocondríacos).
❖ Alucinaciones cinéticas, kinestésicas: fenómenos alucinatorios tanto de los
movimientos pasivos como activos. El paciente presenta sensaciones de
movimientos parciales o totales del cuerpo. Percibe que se mueven uno o varios
miembros o una inhibición de sus movimientos, sin correlato en la realidad. Se
describe en la psicopatología una entidad llamativa: las alucinaciones motrices
verbales de Seglas. En este cuadro, el paciente refiere una sensación de
extrañeza y la impresión de que los movimientos fonatorios son provocados por
alguien ajeno a él. Se presentan en cuadros esquizofrénicos.
❖ Alucinaciones extracampinas: el paciente refiere la captación de estímulos fuera
del campo sensorial. Ej.: “que las voces vienen de atrás de él”, y se presentan en
cuadros esquizofrénicos y en neurosis histérica.
❖ Alucinaciones fisiológicas: caracterizadas por estados en los que se produce un
enturbiamiento de la lucidez de la conciencia. Normalmente, se las registra en el
momento de conciliar el sueño y al despertar, pero también en su forma
patológica en algunas esquizofrenias y neurosis.

3) Pseudoalucinaciones

Es la representación psíquica de imágenes intuitivas o eidéticas que acceden al campo de


la conciencia.

Se tiene conciencia de su formación intrapsíquica, pero el compromiso afectivo


desencadena una proyección en el campo sensoperceptivo. Estas alucinaciones
psíquicas o psicosensoriales carecen de la sensorialidad. Participan más las imágenes o
representaciones que las percepciones, de ahí que se las denomine
pseudoalucinaciones.

❖ Alucinaciones intrapsíquicas visuales: el paciente tiene la impresión de vivir


escenas imaginarias, visiones interiores, recuerdos.
❖ Seudoalucinaciones acústicoverbales: se trata de voces interiores, de transmisión
de pensamiento. El paciente escucha sus pensamientos en el espacio imaginario
de su conciencia como si procediera de otros, de ahí que sienta el robo o la
adivinación del pensamiento. Estas alucinaciones dan margen a los delirios de
influencia en los esquizofrénicos, sintiendo que desde su cerebro y desde su
pensamiento, terceros influyen sobre su conducta.

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❖ Alucinaciones intrapsíquicas psicomotoras verbales: son seudoalucinaciones del
lenguaje interior. Se forman en el habla misma del paciente, de la articulación de
las palabras o del pensamiento.

4) Alucinosis

Permanencia temporal de un estado alucinatorio que no despierta interpretación


delirante.

El paciente critica sus trastornos y no cree en la realidad del objeto representado.


Puede desencadenarse por cuadros tóxicos, infecciosos, traumáticos, fiebre, etc.

C. Alteraciones de la sensopercepción en relación con las calidades otorgadas a lo


percibido

1. Disminución de la intensidad de la percepción

La percepción se hace menos viva, todo aparece teñido de gris. Ej.: estados depresivos y en
melancolía.

2. Aumento de la intensidad de la percepción

Las vivencias perceptivas son más ricas, más cromáticas que lo normal. Ej.:
sensopercepciones debidas a procesos tóxicos por alucinógenos.

3. Metamorfopsias

Percepción alterada de los tamaños y formas, referidas a objetos o a uno mismo.

❖ Referidas a los objetos: alteraciones de las cualidades de los objetos en tanto


forma o dimensión.
a) Dismorfopsia: deformación de la figura.
b) Dismegalopsia: percepción alterada de las dimensiones de los objetos
(micropsia-macropsia).
Estas alteraciones se hallan en epilepsias temporales, esquizofrenias, psicosis
orgánicas, distrés, estados de presueño y cuadros neuróticos.

❖ Referidas al propio cuerpo:


a) Heautometamorfopsia: alteración referida al tamaño y la forma del propio
cuerpo. El paciente ve, por ejemplo, deformados sus pies, los que adquieren

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tamaño gigantesco. Suele presentarse en cuadros de distrés, intoxicación por
drogas como el LSD, estados de presueño.
b) Heautoscopia: se ve la propia figura como si fuera un doble. Alteración típica en
los estados de fatiga, presueño, epilepsias, tumores cerebrales. El paciente siente
que el doble que ve es él mismo, a diferencia del Síndrome de Capgras.
c) Síndrome de Capgras: el doble que percibe el paciente es otra persona,
generalmente, conocida por él (familiar, amigo).

SENSOPERCEPCIÓN DEL DOLOR

El dolor puede definirse como una experiencia displacentera que produce sufrimiento,
dando origen a conductas adaptativas al situar y proporcionar indicaciones de daño.

Es una percepción compleja, que implica la interpretación de una señal que nos llevará a
una amplia gama de conductas que permitan restaurar y curar el daño que se produjo.
La percepción del dolor puede minimizar el efecto del estímulo, buscando de forma
rápida conductas restitutivas del mismo.

Desde ópticas integrativistas, podemos hablar de un dolor físico, un dolor psíquico y un


dolor social.

Los procesos patológicos y enfermedades somáticas están acompañados de


sensopercepciones algésicas, pero no se pueden referir de un dolor físico aislado del
hombre que lo sufre. Se sabe que el dolor físico es solo una parte de un todo. El hombre
es cuerpo, psique y mente, y el dolor lo inunda en su totalidad, aunque a veces aparezca
relevante un dolor más que otro.

La estructura psíquica dará sentido a este dolor físico con singular tono, siendo su
expresión de enfermo la forma en la que se muestra este hombre al mundo. Este
mostrarse al mundo, es muchas veces dejar de ir siendo con los otros y replegarse en sí
mismo para aunar esfuerzos y fuerza para seguir siendo.

No todo dolor proviene del cuerpo, ni se puede localizar en una parte del mismo, ni
surge de la misma existencia, de la misma experiencia de vivir.

Todo dolor físico conlleva un dolor psíquico y un dolor social. Esto se observa sobre
todo en las enfermedades discriminantes. Desde la creacion de los leprosarios y de los
loqueros hasta nuestros días, la historia marca una permanente discriminación. Como
dolor social es muy claro ver cómo el hombre sufre el rechazo del otro. Es sentir que
cuanto uno más necesita, más solo está.

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CARACTERÍSTICAS DE LOS PROCESOS NEUROFISIOLÓGICOS DEL DOLOR

Cuando se produce un daño tisular, entre el lugar del daño y la percepción del mismo se
desencadena una compleja serie de fenómenos electrofisiológicos que se denomina
nocicepción. Los estímulos capaces de ocasionar lesión o alteración somática que causa
dolor se denominan nociceptivos.

En el tipo de sensación y en la diferenciación de sus cualidades pueden intervenir tanto


factores subjetivos como objetivos.

La nocicepción comprende 4 procesos psicofisiológicos: transducción, transmisión,


modulación y percepción.

La información que proviene de estímulos externos o internos debe traducirse al


lenguaje de potenciales de acción. Esta operación es posible a los receptores que actúan
como verdaderos transformadores o transductores de energía.

La transmisión se realiza a diferentes niveles periféricos a partir de receptores


(mecanoreceptores, termoreceptores, nociceptores específicos) conectados a una fibra
sensitiva. A nivel central, la información sensorial que proviene de los nervios
periféricos es transmitida a las neuronas del asta dorsal y de allí por los sistemas
aferentes a la corteza, a través de las fibras de los haces espinotalámico lateral y tálamo
cortical. A este nivel, se produce una modulación en la transmisión de los impulsos,
afectada por influencias locales segmentarias y suprasegmentarias.

Los impulsos dolorosos son así transmitidos al SNC por dos tipos de fibras:
● Fibras mielinizadas, que conducen a mayor velocidad
● Fibras no mielinizadas, que conducen a menor velocidad

Así, la presencia de dos vías dolorosas (una vía rápida y una vía lenta) explican la
posibilidad de vivenciar dos tipos de dolor. Mientras más lejos del encéfalo se aplique el
estímulo, mayor será la separación en el tiempo de ambos componentes. Estas dos
sensaciones reciben el nombre de dolor rápido y dolor lento.

Hoy se sabe que el dolor es producido por una acción química resultante de la acción de
ese estímulo sobre el receptor. El dolor está asociado con la liberación de diversas
sustancias químicas endógenas llamadas algogénicas, cuya función algésica en la zona
circundante a los nociceptores produce excitación o inducción a cambios en la
microcirculación, que determinarán posteriormente excitación de los mismos.

Es sabido que un estímulo nociceptivo continuo produce dolor si la persona le presta


atención. La intensidad de la sensación aumenta o disminuye según el grado de

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atención. Dependerá de la estructura psíquica y de la personalidad de cada hombre el
cómo se sienta ese dolor, y cuánta atención se deposita en él.

En la sensibilidad dolorosa se halla un fenómeno que es opuesto al de la adaptación: un


estímulo nociceptivo, ej.: sensopercepción de temperatura, que al principio produce no
produce dolor, llegará a producirlo si se mantiene. Lo que sucede es un fenómeno de
adición de estímulos sucesivos, de allí que el potencial aumente y por lo tanto, aumente
la frecuencia en la vía aferente y la intensidad de la sensación, pero no la cualidad.

Un estímulo por debajo del umbral y que se aplique a un área pequeña, no producirá
sensación, pero el mismo estímulo aplicado sobre un área más amplia de superficie
receptora provoca la sensación por fenómeno de adición al nivel de receptores y
probablemente, a efectos de convergencia de series de potenciales que llegan por fibras
diferentes a las misma neuronas centrales.

Antes de que ingresen a la médula, los estímulos nociceptivos pueden sufrir una
modulación local en los procesos inflamatorios por la presencia de receptores
morfínicos, y los consecuentes péptidos opioides de origen endógeno.
Los estímulos nociceptivos, ya ingresados en la médula, pueden sufrir nuevas
modulaciones, desde una anulación de la llegada del estímulo nociceptivo hasta una
respuesta desproporcionada a dicho estímulo. Las modulaciones medulares y
supramedulares están mediatizadas por los NT en los diferentes niveles, pero la
modulación por excelencia es de la cx frontal, en tanto es la base neurofuncional de la
significación del dolor. Esta modulación está íntimamente relacionada con la última de
las etapas del proceso psicofisiológico de la sensopercepción del dolor, la percepción.

El proceso es psicofisiológico, por lo tanto está involucrado un SNC que recibe una
información algésica que la interpreta de acuerdo a las vivencias emocionales y de
acuerdo a las historia de cada hombre en particular.

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Podemos mencionar un aspecto discriminativo-sensorial, la percepción de que ha
ocurrido un acontecimiento doloroso y la detección del lugar donde se inició y del tipo
de acontecimiento que produjo la experiencia dolorosa.

Otro aspecto de la percepción es el componente afectivo-motivacional del dolor, que


provocará las conductas de defensa y escape características como reacciones de miedo
y ansiedad. Esta respuesta afectiva depende de las conexiones
prefronto-talámo-límbicas y de las vías del dolor en el tálamo. Las lesiones de los
núcleos talámicos correspondientes pueden ir acompañadas por una reacción excesiva
del dolor como se manifiesta en el síndrome talámico.

En pacientes que presentan lesiones del girus marginal del hemisferio dominante, si
bien permanece la sensibilidad del dolor, se pierde la capacidad de reconocer la
significación del estímulo. Esta alteración es conocida con el nombre de asimbolia del
dolor. La sección de todas las fibras que proceden del LF traerá como consecuencia una
pérdida de la capacidad atencional, por lo que al desaparecer la atención, mejora la
tolerancia al dolor.

Las áreas del cerebro son el sustrato primario de la respuesta al dolor y también del
control del mismo. Estas áreas pueden estar relacionadas con la organización de una
respuesta compleja a los cambios ambientales, considerando el componente de
inhibición al dolor como parte de esta respuesta.

Relaciones con el sistema reticular

Las conexiones de las fibras ascendentes de la sensibilidad al dolor alcanzan también al


SR, por lo cual los efectos de excitación nociceptiva pueden ser difusos.

Dolor agudo

Es un síntoma que pone al hombre en situación de alerta para que instrumente los
medios necesarios y posibles para restituir el daño que se ha ocasionado. Una vez que la
afección remite, éste desaparece, a diferencia del dolor crónico que persiste al período
de curación de la enfermedad que lo ocasionó.

El dolor agudo puede presentarse como intermitente, continuo o subintrante. El dolor


intermitente se manifiesta con períodos de remisión (neuralgia del trigémino), el dolor
continuo perdura en el tiempo (minutos u horas) y es característico de los procesos
postquirúrgicos, y el dolor subintrante es un dolor oscilante entre el dolor continuo y el
intermitente, y se presenta como un dolor intenso que por momentos remite, dejando
una sensación constante, menguada con posteriores recrudecimientos (cólicos).

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De acuerdo a la naturaleza del dolor, se diferencia entre:

● Dolor superficial
● Dolor profundo: se acompaña frecuentemente de alteraciones en el SNA, en lo
que respecta a su regulación funcional en los diferentes órganos, siendo
acompañado por náuseas, taquicardia, sudoración, etc., además de una
contracción refleja de la musculatura vecina semejante a un espasmo muscular.
El dolor profundo somático puede presentarse como localizado o referido. El
referido aparece en la piel y otras estructuras somáticas a una distancia
considerable de la víscera enferma.

En condiciones patológicas, la sensibilidad de los receptores al dolor está alterada, y


esta alteración recibe el nombre de hiperalgesia, que puede ser primaria o secundaria.
La hiperalgesia primaria es la sensibilidad aumentada a la estimulación nociva, se
presenta un umbral del dolor muy bajo.
La hiperalgesia secundaria se produce luego de una lesión, manteniendo una sensación
desagradable intensa y permanente en un área que se extiende mucho más allá del sitio
de la lesión, no siendo duradera como la hiperalgesia primaria. Resulta de una alteración
en el procesamiento central de las aferencias, mientras que la hiperalgesia primaria
resulta de la combinación de sensibilización de receptores periféricos e
hiperexcitabilidad central.

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