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Los científicos sociales han tenido diferentes tipos de relación con los problemas
sociales. Un tema común ha sido el intento de utilizar métodos y resultados científicos para
ayudar primero al conocimiento y después a la resolución de este tipo de problemas. Modelo
de funcionamiento similar al que han utilizados las ciencias naturales para ayudar a la
solución de problemas de tipo natural (como por ejemplo las enfermedades), pareciendo que
la ciencia social pudiera ayudar de forma significativa a la solución de los problemas sociales.
Este interés se vislumbra en los comienzos del desarrollo del Trabajo Social como ciencia
social que es.
Según, él, “toda ciencia social se basa en el método científico”. Este método, el
científico, es un tipo de filosofía y se basa en supuestos y presunciones, en creencias sobre la
naturaleza del mundo. El método científico y el pensamiento ordinario de cada uno de
nosotros son similares, en el sentido de que ambos intentan ordenar acontecimientos y
explicar el mundo utilizando conceptos y esquemas conceptuales. Pero ahí acaban las
similitudes. Ambos métodos producen resultados diferentes. El método científico lo que
busca es acabar con el punto de vista científico individual que representa una imagen parcial
y personal del mundo, para intentar ofrecer una explicación de carácter universal que
represente la realidad descartando todo tipo de variable subjetiva motivada por un Marco
Referencial Apriorístico de tipo ideológico. (García Alba y Melián, 1993: 47).
Sierra Bravo (1989) resume perfectamente cuáles son las características que definen
al método científico y que lo diferencian del pensamiento ordinario:
4.- En cuarto lugar, el método científico es, a la vez, inductivo y deductivo. Es inductivo en
cuanto procede de la clasificación sistemática de los datos obtenidos mediante la observación,
con el fin de determinar las uniformidades o regularidades que presentan. La ciencia, aunque
se base en la inducción sistemática en mayor medida que otros tipos de conocimiento, utiliza,
asimismo, también la deducción que consiste en hacer derivar conceptos o enunciados no
de la observación de la realidad, sino de otros conceptos o enunciados establecidos
anteriormente.
5.- En quinto lugar, el método científico es crítico. Con ello se quiere decir que debe someter
constantemente a crítica o examen todas sus fases, operaciones y resultados, o, lo que es lo
mismo, a contraste y verificación. Esta permanente confrontación hace que el método
científico sea además autocorrectivo y progresivo. Es autocorrectivo en cuanto que la
verificación empírica lo lleva a rechazar, corregir o ajustar las propias conclusiones, y en la
medida en que la evidencia objetiva o nuevos datos demuestran la existencia de algún error
u omisión. En este sentido el método científico ayuda a progresar a la ciencia, también a
partir del error. En efecto, la ciencia no sólo avanza cuando surge un nuevo conocimiento,
sino también cuando descubre un error.
6.- En sexto lugar, el método científico es circular. Es así porque existe una interacción
continua entre experiencia y teoría; con base en la experiencia se establece, completa y
reforma la teoría y con base en la teoría se capta y se explica la realidad.
7.- En séptimo lugar, el método científico es analítico – sintético. Es decir, estudia la realidad
distinguiendo y separando unos de otros sus elementos más simples, pero no se queda aquí,
sino que procura luego unir y recomponer los elementos separados obteniendo una nueva
visión global del conjunto y de las relaciones estructurales entre sus elementos.
8.- En octavo lugar, el método científico es selectivo en un doble sentido. Primero, entre la
multiplicidad de aspectos de los fenómenos, debe concentrar su observación en los más
relevantes, y segundo, entre la masa de datos recogidos, debe procurar detectar en el análisis
los más significativos por tener un influjo predominante.
9.- En noveno lugar, el método científico debe atenerse normalmente a las normas
metodológicas formales. Debe atenerse a reglas metodológicas más o menos formalizadas
[operaciones y procedimientos establecidos de antemano], fundados en la racionalidad [la
observación, el cálculo y la lógica] que pretender ser teóricamente congruentes. No consiste
en observaciones al azar, como es el modo de adquisición del conocimiento cotidiano, sino
que presupone y exige un procedimiento de carácter sistemático, con reglas bastante
formalizados, cuyos procedimientos se adecuan al propio objeto de estudio. Sin embargo, el
investigador que usa el método científico, no debe desechar ni la intuición ni la imaginación
aun en el caso de que no se atenga con ello estrictamente a dichas reglas (Sierra Bravo, 1989:
22 – 23).
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Claro está que estas características del método científico son válidas tanto para las
ciencias naturales como para las ciencias sociales. En teoría, el método científico tiene como
objetivo ser una cualidad esencial de la ciencia, cuya claridad y universalidad hace posible
que los científicos se comuniquen a través de las diversas disciplinas. Sin embargo, hay que
señalar que la aplicación del método científico a las ciencias sociales presenta algunas
particularidades con respecto a las ciencias naturales, que lo hacen diferente. Como bien
señala Sierra Bravo, el objeto de estudio de las ciencias sociales es la sociedad, y la sociedad
es una realidad extremadamente compleja. La sociedad, en último término, está compuesta
por relaciones sociales, que, aunque se materialicen de formas diversas, son en su raíz
inmateriales, lo cual dificulta la exactitud y fiabilidad de los resultados. Las ciencias sociales
trabajan con contextos en constante cambio, interacción y evolución; trabajan con formas
inmateriales como valores, sentimientos, creencias, mitos, normas, valores, principios y con
la incertidumbre e indeterminación propia de la libertad del hombre [Sierra Bravo, 1989: 24].
Es decir, las ciencias sociales y dentro de ellas especialmente el Trabajo Social, se enfrentan
a una realidad extremadamente compleja que es muy difícil de estudiar, medir o predecir,
así como de establecer leyes o reglas de carácter general en cuanto a su comportamiento
o evolución. La diversidad de facetas y de dimensiones de la realidad social con las que opera
el Trabajo Social hacen que se observe un pluralismo metodológico. Veamos a continuación
la relación entre método y Trabajo Social.
Y para complementar lo que hemos señalado acerca de las características del método
científico, presentamos sucintamente un esbozo de sus fases principales, habida cuenta que
el método científico consiste, fundamentalmente, en establecer unas reglas, operaciones o
procedimientos generales que aseguren una investigación científica significativa.
Estos pasos operativos pueden resumirse, según Ander Egg, en el siguiente esquema:
2.- Formulación del problema: descomposición dimensional del problema planteando las
preguntas que deseamos contestar. Su delimitación [qué se quiere investigar y para qué].
3.- Búsqueda de teorías o conocimientos teóricos que sirvan para iluminar el problema y
conocer la comprensión y la explicación abstracta que hasta ese momento se ha hecho del
problema.
4.- Proponer una tentativa de explicación verosímil contrastable con la experiencia, o buscar
una respuesta práctica que permitiría resolver el problema [esto suele ser lo común en el
campo del Trabajo Social].
5.- Buscar los procedimientos o instrumentos metodológicos que permitan el abordaje del
problema.
7.- Análisis de los resultados [si se trata de respuestas a los problemas planteados] o de las
propuestas de solución [si son acciones o actividades para abordar los problemas prácticos].
8.- Interpretación de los datos recogidos desde el marco teórico referencial que sirvió como
punto de partida en el diseño de la investigación.
9.- Estimar la validez de los resultados obtenidos y determinar el ámbito de dicha validez.
Son muchos los autores que han dedicado su atención a la relación entre Trabajo
Social y Método a lo largo del desarrollo histórico del Trabajo Social. en la revisión de la
literatura científica del Trabajo Social, el método en Trabajo Social aparece básicamente
definido de las siguientes formas:
Como se puede observar en todas estas definiciones se visualizan los dos polos de
atracción que condicionan no sólo el método del Trabajo Social, sino su objeto y su fin:
uno es el conocimiento y otro es la acción. Al respecto, Aylwin de Barros [1993] señala
que esta doble acepción se debe a que el Trabajo Social se trata de CIENCIA APLICADA.
El método se puede considerar como procedimiento orientado a entender y explicar la
realidad o como procedimiento dirigido a cambiar o modificar la realidad. Esta duplicidad
de significados es muy importante para el Trabajo Social, puesto que en su actividad el
Trabajo Social se ha dotado de métodos para la intervención y métodos para el
conocimiento.
2.1.- Métodos para la Intervención: Como hemos venido señalando, el Trabajo Social en
su desarrollo ha ido acercándose a la ciencia, al proceder científico y no sólo como una
actividad creativa basada en las capacidades, intuiciones y métodos propios de cada
Trabajador Social. Dal Para Ponticelli señala cómo la publicación de la obra Social
Diagnosis [1917] por parte de Mary Richmond representa un momento significativo de
redefinición del Trabajo Social “como una ciencia basada en el empleo de conocimientos
teóricos identificables y de un proceso metodológico”. [Dal Para Ponticelli, 1987].
Social de grupo y el Trabajo Social comunitario. Según Lima, el Trabajo Social a finales
de los años cuarenta y comienzos de la década de los cincuenta es una profesión más
elaborada, contando con el método de Trabajo Social de casos completamente
desarrollado, con el método de Trabajo Social de grupo en un proceso mayor de
fundamentación teórica y de adecuación, y con una mayor elaboración del método de
organización de la comunidad para actuar en el mundo subdesarrollado y rural. [Lima,
1989]. Pero subraya que, pese a la mayor base teórica de la profesión como producto del
desarrollo de las ciencias del hombre y de la sociedad, el Trabajo Social seguía sin
contribuir al acervo metodológico donde los modelos de acción práctica se iban
afinando.
Campanini y Luppi señalan cómo las protestas de las décadas de los sesenta y
setenta que invadieron el Trabajo Social desplazaron el eje de la intervención de la
acción científica hacia una acción política. Los autores señalan que, si bien este
movimiento “favoreció el proceso de transformación de las políticas sociales y de la
organización de los servicios, dejó un gran vacío a nivel de desarrollo del método y de
las técnicas” [Campanini y Luppi, 1991].
Durante las dos últimas décadas, y como resultado de una mayor reflexión
metodológica y teórica, la literatura científica del Trabajo Social ha evitado utilizar el término
método para referirse a los métodos tradicionales del Trabajo Social [caso – grupo –
comunidad], utilizando otros sustantivos. Así se utilizan términos como métodos básicos o
niveles de actuación [De la Red], niveles de relación con la población [Moix] o
“procedimientos para intervenir” [Kisnerman]. Estos son nombres que se utilizan para
designar a los métodos tradicionales del Trabajo Social, que han quedado superados por la
variedad metodológica que se puede aplicar en cada uno de ellos.
1.- Modelos de Intervención de base Teórico – Conceptual: son modelos con una base
teórica determinada que ha generado una secuencia de intervención suficientemente
validada, que ha demostrado su efectividad y su rentabilidad social. Son modelos que
priorizan el carácter explicativo de una teoría y la validación de la misma en la intervención.
Se pueden protocolizar y evaluar sobre los fundamentos de las teorías en las que se asientan.
2.- Modelos de base socio – ideológico: son modelos que tienen como objetivo “el cambio
de las condiciones estructurales que provocan situaciones de pobreza y desigualdad
manifiesta entre grupos de población o entre países”. Las autoras citan específicamente a
los movimientos de izquierda en Europa en los años sesenta del siglo XX, al movimiento de
Reconceptualización del Trabajo Social en América Latina en los años setenta y el método
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3.- Modelos de apoyo informal y ayuda mutua: son modelos que se apoyan en el exceso
de intervencionismo profesional que partieron del movimiento de mayo 68 francés, de la
antipsiquiatría o de las críticas al modelo de bienestar social. No se trata de reducir las
intervenciones profesionales sino de converger y de complementarse con los grupos
afectados, familiares y voluntarios. Estos modelos se basan en la gratuidad y en el
voluntariado e insisten en la necesaria relación “cara a cara” entre quienes están en relación:
profesionales, afectados, voluntarios. Son modelos horizontales y democráticos.
e.- Reconocer y valorar los aspectos artísticos de la práctica que requiere de los
conocimientos de la ciencia pero también de la intuición y de los valores del
Trabajador Social.
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Para Barranco, no existen los modelos puros, no se pueden aplicar desde “la pureza”
y pueden aparecer interacciones entre varios modelos en diferentes momentos de la
intervención. Así, no existen modelos “simples” sino que deben ser “engarzados”. Propone
una clasificación de cuatro paradigmas que van señalizando la cronología y los cambios
sociales.
3.- El Paradigma Crítico vino a sustituir el interés por el individuo haciendo hincapié en las
causas estructurales de la injusticia. Incluye los modelos que inciden sobre la desigualdad
por motivos de sexo, etnia o clase social. Fomenta los métodos participativos y tuvieron una
gran acogida y divulgación en los movimientos sociales.
1.- Modelo Psicodinámico: otorga una importancia primordial a los problemas psicológicos
y emocionales de los sujetos en lugar de priorizar sus problemas económicos y sociológicos,
como se hace tradicionalmente. El tratamiento básico consiste en apoyar a una persona a
resolver una dificultad actual, descubrir las causas internas sobre las que hay que intervenir
y facilitar la adquisición de cierto aprendizaje para que, posteriormente, sea capaz de
enfrentar nuevos problemas.
Ejemplo: útil en los casos de violencia contra las mujeres. Los profesionales que
atienden a las víctimas pueden ayudarlas a empoderarse hasta alcanzar la autodeterminación.
3.- Modelo Centrado en la Tarea: considera que los trabajos a corto plazo resultan más
productivos que las intervenciones prolongadas en el tiempo. En ese sentido, propone
desarrollar y realizar tareas que estén involucradas en resolver el problema planteado y
definido por los propios usuarios, no en el diagnóstico según los criterios exclusivos del
Trabajador Social.
1.- Cambiar las respuestas del usuario en función de los factores presentes en
su ambiente.
2.- Modificar los elementos de su ambiente.
5.- Modelo Humanista Existencial: Este modelo de intervención en Trabajo Social respeta
la diversidad, la pertenencia étnica, la cultura, los estilos de vida y las diferentes opiniones.
Además, denuncia las distintas formas de violencia y discriminación y se opone a la
estandarización y al modelamiento de las personas. Pide que el Trabajador Social no imponga
su intervención, sino que ésta se convierta en un proceso de aceptación por parte del usuario
o usuarios que requieren atención. El profesional es un observador que ayuda a la gente a
darse cuenta de cómo vive y a encontrar soluciones a sus problemas para que puedan ser
autónomos.
Ejemplo: puede resultar muy útil para intervenir a grupos de migrantes o refugiados.
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6.- Modelo Crítico / Radical: expone que los usuarios no son responsables de las
circunstancias personales y sociales a las que se enfrentan, ni siquiera parcialmente. Por ello,
el Trabajo Social debe realizar una intervención liberadora donde la base del cambio es la
misma persona a quien se le enseña a mirar su realidad de manera crítica y a reconocer que
la situación problemática o de carencia que vive, junto a su comunidad, puede ser modificada
en base a la obtención del poder organizado. Requiere el compromiso con los sectores
populares, transformándolos en actores activos de la práctica profesional y en protagonistas
del proceso de liberación. Los marginados, los sin voz, se vuelven la clave en este modelo.
Ejemplo: este modelo suele ser empleado dentro del activismo social relacionado
directamente con la obtención y despliegue de cuotas de poder y decisión de tipo política.
7.- Modelo de Gestión de Casos: busca que el Trabajador Social ofrezca una intervención
progresivamente más eficiente, eficaz y económica. La idea general es conseguir que los
usuarios con problemas complejos y múltiples reciban en tiempo y forma los servicios que
requieren.
Ejemplo: puede ser aplicable para individuos, familias, en clínicas, para programas y
para realizar un control social comunitario, posibilitando intervenciones a largo plazo.
2.- ¿Cuáles son las etapas históricas principales que atraviesa el Trabajo Social en la que se
manifiesta esta relación Método Científico y Método de Intervención?
4.- ¿Cuál es la diferencia principal entre la aplicación del método científico en las Ciencias
Naturales y en las Ciencias Sociales?
5.- ¿Cuáles son las fases principales en la aplicación del Método Científico?
7.- ¿Qué significa que el Trabajo Social sea una Ciencia Aplicada?
8.- ¿Qué utilidad ofrece la aplicación del Método Científico a la intervención y al desarrollo
del Trabajo Social como disciplina?
10.- ¿Qué son los Modelos de intervención? Sintetiza las principales características de cada
uno de los Modelos de Intervención presentados, y según tu criterio: ¿Cuál de estos modelos
es el más conveniente para el Trabajo Social, y por qué?
11.- De acuerdo con lo visto en clases [PPT]: ¿Cómo abordaría una situación problema dada
en un sector territorial específico desde una perspectiva denominada: “Método Integrado del
Trabajo Social”? Imagine una situación problema vivida por una persona y su familia,
situación problema que es común con otras familias, y desde allí aplique el “Método
Integrado del Trabajo Social”, es decir, Método Científico y Método de Intervención en sus
tres niveles, según uno o más Modelos de Intervención.