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DE LOS MÉTODOS DEL TRABAJO SOCIAL: El ámbito de trabajo de los Trabajadores


Sociales viene definido principalmente por el contacto y por la interacción con los problemas
sociales. Los problemas sociales son aquellos campos o áreas comúnmente identificadas
como situaciones de carencia u obstáculos a las que se enfrentan los individuos o la sociedad,
como por ejemplo el alcoholismo, el racismo, la violencia doméstica, las enfermedades
mentales o muchas otras. Las ciencias sociales, a lo largo de su evolución y desarrollo, han
intentado tanto interpretarlas como solucionarlas.

Los científicos sociales han tenido diferentes tipos de relación con los problemas
sociales. Un tema común ha sido el intento de utilizar métodos y resultados científicos para
ayudar primero al conocimiento y después a la resolución de este tipo de problemas. Modelo
de funcionamiento similar al que han utilizados las ciencias naturales para ayudar a la
solución de problemas de tipo natural (como por ejemplo las enfermedades), pareciendo que
la ciencia social pudiera ayudar de forma significativa a la solución de los problemas sociales.
Este interés se vislumbra en los comienzos del desarrollo del Trabajo Social como ciencia
social que es.

La ciencia se puede entender como un proceso sistemático, ordenado y metódico de


la mente humana para obtener un saber o conocimiento fiable. La obtención del conocimiento
presupone tres cosas: a.- la inclinación o impulso al conocimiento; b.- el método científico;
y c.- una conducta científica.

Sierra Bravo (1989) señala que lo más característico y específico de la ciencia,


aquello que la constituye como tal y la distingue de los demás tipos de conocimiento es el
método científico. Lo que ocurre es que al hablar de método en el caso del Trabajo Social
nos encontramos con cierta confusión y enmarañamiento terminológico surgido como
consecuencia de los cambios que han ocurrido en la propia evolución teórica y práctica del
Trabajo Social, hablando en ocasiones del método para la intervención y del método para
el conocimiento. El introducirnos en la cuestión del método en Trabajo Social es sin duda
una de las cuestiones más conflictivas, al igual que lo ha sido para el conjunto de las ciencias
sociales. Aclarar esta tela de araña terminológica nos llevaría mucho tiempo y no es la razón
de ser del presente apunte. Ahora bien, sí que pretendemos hacer un acercamiento al concepto
de método que se maneja en Trabajo Social.

1.- ¿QUÉ ES MÉTODO?: si recurrimos a la etimología, método es una palabra que


proviene del griego [meta = más allá de, odos = camino para] y significa, según la Real
Academia de la Lengua Española, en su primera acepción, “modo de decir o hacer con
orden”, y en la segunda, “modo de obrar o proceder, hábito o costumbre que cada uno
tiene y observa”.

Es decir, de alguna forma todos obramos metódicamente en nuestra vida diaria


cuando intentamos alcanzar un fin propuesto de antemano que se quiere hacer realidad, ya
sea éste de carácter humano (por ejemplo, felicidad) o científico (conocimiento).
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Ambas dimensiones del método se encuentran presentes en el Trabajo Social, de una


manera u otra, a lo largo de su desarrollo histórico. Lima, en su obra Epistemología del
Trabajo Social, nos ilustra cómo en su “etapa pré – técnica” el Trabajo Social era
desarrollado por individuos de buena voluntad que se orientaban a la solución de situaciones
o casos particulares de carácter problemático sin una metodología y sin ningún tipo de técnica
concreta; lo hacían siguiendo su propio método personal, no según un método científico.
Obraban según su método, propio e intransferible, generalmente inspirado en la vocación y
en orientaciones religiosas y filantrópicas. Posteriormente, el Trabajo Social fue tecnificando
cada vez más su actuación. Su etapa “técnica” está marcada por el avance del capitalismo y
la transición de sociedades pre – industriales al capitalismo industrial. Se incrementa
considerablemente el número de mendigos y de personas en situación de calle. El estado
asume el control previniendo mayores disfuncionalidades y la actitud antes caritativa es
sustituida por disposiciones legales. Surge así la “Poor Law” [Ley de los Pobres] y la
Sociedad para la Organización de la Caridad. La Ley de los Pobres en 1834 marcaría una
diferencia significativa en la relación con la legislación social para ayudar a los necesitados,
es un incipiente y primitivo sistema de seguridad social, y la COS era un intento de
sistematizar y prestar asistencia más adecuada a las necesidades de cada uno. Se establece el
principio de “menor elegibilidad”, según el cual la ayuda proporcionada a los pobres debe
ser menor al nivel de vida de los trabajadores con menos ingresos. La ayuda a los pobres sólo
puede darse en los hospicios. La COS se crea en 1869 en Londres, y se trata de una entidad
civil, sostenida con fondos privados. Sus fundadores piensan que la caridad desorganizada
crea más pauperización con lo que se proponen organizar la caridad de las asociaciones
filantrópicas. En esta fase, comienza la preparación de algunos agentes sociales que se
encargarán de conocer la situación de cada persona en condición de pobreza extrema, para
garantizar que la ayuda ofrecida por el Estado y por los Hospicios era realmente una
necesidad para aquella persona, logrando priorizar así la entrega de los recursos económicos,
hacer seguimiento a cada caso, hasta darlo por cerrado. Esta manera de proceder ya iba dando
forma al método y al interés científico. Y en consecuencia, ese interés por realizar un estudio
más acabado respecto de las situaciones problemas en las que se intervenía, desarrollan la
llamada etapa científica, que es cuando el Trabajo Social decide tomar para sí la indagación
de las relaciones causales de las necesidades con las que se enfrenta, abordándolas desde un
proceder científico, a través de un método. “Romper con el estudio sectorializado de los
fenómenos para considerarlos en la globalidad estructural significa proceder
científicamente. Se trata ahora de producir teorías que, partiendo de la existencia
articularizada, conduzcan a su comprensión como un todo estructurado y dialéctico, en el
cual cualquier hecho pueda ser comprendido racionalmente. Entonces es cuando se
constituye la fase reflexiva y racional del Trabajo Social, que permite trascender el marco
de la experiencia inmediata y fenoménica” (Lima, 1989: 84).

Es decir, el Trabajo Social en su evolución ha pasado por diversas etapas de


desarrollo, que le han llevado desde una etapa pre - técnica, técnica y precientífica, hasta una
etapa en la que se busca una actuación científica, un proceder científico basado en un método
dirigido hacia el conocimiento científico.
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Como hemos señalado, el conocimiento científico es fruto de una forma de proceder,


de un método científico. El objetivo del método científico es establecer unos criterios seguros
que nos permitan distinguir entre lo que es ciencia y lo que se presenta como científico sin
serlo, y con ello poder fijar la superioridad epistemológica de la ciencia sobre otras formas
de conocimiento.

El método científico, según Sierra Bravo (1989), consiste en formular cuestiones o


problemas sobre la realidad del mundo y los hombres, con base en la observación de la
realidad y la teoría existentes, en anticipar soluciones a estos problemas y en contrastarlas
o verificar con la misma realidad estas soluciones a los problemas mediante la observación
de los hechos que ofrezca, la clasificación de ellos y su análisis.

Según, él, “toda ciencia social se basa en el método científico”. Este método, el
científico, es un tipo de filosofía y se basa en supuestos y presunciones, en creencias sobre la
naturaleza del mundo. El método científico y el pensamiento ordinario de cada uno de
nosotros son similares, en el sentido de que ambos intentan ordenar acontecimientos y
explicar el mundo utilizando conceptos y esquemas conceptuales. Pero ahí acaban las
similitudes. Ambos métodos producen resultados diferentes. El método científico lo que
busca es acabar con el punto de vista científico individual que representa una imagen parcial
y personal del mundo, para intentar ofrecer una explicación de carácter universal que
represente la realidad descartando todo tipo de variable subjetiva motivada por un Marco
Referencial Apriorístico de tipo ideológico. (García Alba y Melián, 1993: 47).

Sierra Bravo (1989) resume perfectamente cuáles son las características que definen
al método científico y que lo diferencian del pensamiento ordinario:

1.- El método científico es un método teórico en su origen y en su fin. Es decir, su punto de


partida es, en general, una teoría previa o un conjunto racional y sistemático de ideas sobre
la realidad de que se trate. Esta teoría debe ser normalmente la fuente de los problemas que
formula el método científico. Es también su fin, porque de los resultados de la observación e
inducción empíricas realizadas se deben deducir nuevos principios que reformen, completen
o confirmen las teorías iniciales. Además, también es necesaria la teoría para observar la
realidad. Los hechos de por sí son mudos y nada dicen si no se sabe interpretarlos y se va a
ellos con ideas y enfoques previos.

2.- En segundo lugar, el método científico es problemático – hipotético, en cuanto que se


basa en la formulación de problemas, cuestiones o interrogantes sobre la realidad y en
adelantar conjeturas o soluciones probables a dichas cuestiones.

3.- En tercer lugar, el método científico es empírico, en el sentido de que su fuente de


información y de respuesta a los problemas que se plantea es la experiencia. Ello significa
que la ciencia toma sus datos y funda sus conclusiones en la observación ordenada y
sistemática de la realidad. En esto se diferencia de otras formas de conocimiento que basan
sus pruebas en la autoridad, en la tradición o en la revelación.
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4.- En cuarto lugar, el método científico es, a la vez, inductivo y deductivo. Es inductivo en
cuanto procede de la clasificación sistemática de los datos obtenidos mediante la observación,
con el fin de determinar las uniformidades o regularidades que presentan. La ciencia, aunque
se base en la inducción sistemática en mayor medida que otros tipos de conocimiento, utiliza,
asimismo, también la deducción que consiste en hacer derivar conceptos o enunciados no
de la observación de la realidad, sino de otros conceptos o enunciados establecidos
anteriormente.

5.- En quinto lugar, el método científico es crítico. Con ello se quiere decir que debe someter
constantemente a crítica o examen todas sus fases, operaciones y resultados, o, lo que es lo
mismo, a contraste y verificación. Esta permanente confrontación hace que el método
científico sea además autocorrectivo y progresivo. Es autocorrectivo en cuanto que la
verificación empírica lo lleva a rechazar, corregir o ajustar las propias conclusiones, y en la
medida en que la evidencia objetiva o nuevos datos demuestran la existencia de algún error
u omisión. En este sentido el método científico ayuda a progresar a la ciencia, también a
partir del error. En efecto, la ciencia no sólo avanza cuando surge un nuevo conocimiento,
sino también cuando descubre un error.

6.- En sexto lugar, el método científico es circular. Es así porque existe una interacción
continua entre experiencia y teoría; con base en la experiencia se establece, completa y
reforma la teoría y con base en la teoría se capta y se explica la realidad.

7.- En séptimo lugar, el método científico es analítico – sintético. Es decir, estudia la realidad
distinguiendo y separando unos de otros sus elementos más simples, pero no se queda aquí,
sino que procura luego unir y recomponer los elementos separados obteniendo una nueva
visión global del conjunto y de las relaciones estructurales entre sus elementos.

8.- En octavo lugar, el método científico es selectivo en un doble sentido. Primero, entre la
multiplicidad de aspectos de los fenómenos, debe concentrar su observación en los más
relevantes, y segundo, entre la masa de datos recogidos, debe procurar detectar en el análisis
los más significativos por tener un influjo predominante.

9.- En noveno lugar, el método científico debe atenerse normalmente a las normas
metodológicas formales. Debe atenerse a reglas metodológicas más o menos formalizadas
[operaciones y procedimientos establecidos de antemano], fundados en la racionalidad [la
observación, el cálculo y la lógica] que pretender ser teóricamente congruentes. No consiste
en observaciones al azar, como es el modo de adquisición del conocimiento cotidiano, sino
que presupone y exige un procedimiento de carácter sistemático, con reglas bastante
formalizados, cuyos procedimientos se adecuan al propio objeto de estudio. Sin embargo, el
investigador que usa el método científico, no debe desechar ni la intuición ni la imaginación
aun en el caso de que no se atenga con ello estrictamente a dichas reglas (Sierra Bravo, 1989:
22 – 23).
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Claro está que estas características del método científico son válidas tanto para las
ciencias naturales como para las ciencias sociales. En teoría, el método científico tiene como
objetivo ser una cualidad esencial de la ciencia, cuya claridad y universalidad hace posible
que los científicos se comuniquen a través de las diversas disciplinas. Sin embargo, hay que
señalar que la aplicación del método científico a las ciencias sociales presenta algunas
particularidades con respecto a las ciencias naturales, que lo hacen diferente. Como bien
señala Sierra Bravo, el objeto de estudio de las ciencias sociales es la sociedad, y la sociedad
es una realidad extremadamente compleja. La sociedad, en último término, está compuesta
por relaciones sociales, que, aunque se materialicen de formas diversas, son en su raíz
inmateriales, lo cual dificulta la exactitud y fiabilidad de los resultados. Las ciencias sociales
trabajan con contextos en constante cambio, interacción y evolución; trabajan con formas
inmateriales como valores, sentimientos, creencias, mitos, normas, valores, principios y con
la incertidumbre e indeterminación propia de la libertad del hombre [Sierra Bravo, 1989: 24].
Es decir, las ciencias sociales y dentro de ellas especialmente el Trabajo Social, se enfrentan
a una realidad extremadamente compleja que es muy difícil de estudiar, medir o predecir,
así como de establecer leyes o reglas de carácter general en cuanto a su comportamiento
o evolución. La diversidad de facetas y de dimensiones de la realidad social con las que opera
el Trabajo Social hacen que se observe un pluralismo metodológico. Veamos a continuación
la relación entre método y Trabajo Social.

Y para complementar lo que hemos señalado acerca de las características del método
científico, presentamos sucintamente un esbozo de sus fases principales, habida cuenta que
el método científico consiste, fundamentalmente, en establecer unas reglas, operaciones o
procedimientos generales que aseguren una investigación científica significativa.

Estos pasos operativos pueden resumirse, según Ander Egg, en el siguiente esquema:

1.- Confrontación y descubrimiento de un problema.

2.- Formulación del problema: descomposición dimensional del problema planteando las
preguntas que deseamos contestar. Su delimitación [qué se quiere investigar y para qué].

3.- Búsqueda de teorías o conocimientos teóricos que sirvan para iluminar el problema y
conocer la comprensión y la explicación abstracta que hasta ese momento se ha hecho del
problema.

4.- Proponer una tentativa de explicación verosímil contrastable con la experiencia, o buscar
una respuesta práctica que permitiría resolver el problema [esto suele ser lo común en el
campo del Trabajo Social].

5.- Buscar los procedimientos o instrumentos metodológicos que permitan el abordaje del
problema.

6.- Obtención de una respuesta contrastable o de una solución viable.


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7.- Análisis de los resultados [si se trata de respuestas a los problemas planteados] o de las
propuestas de solución [si son acciones o actividades para abordar los problemas prácticos].

8.- Interpretación de los datos recogidos desde el marco teórico referencial que sirvió como
punto de partida en el diseño de la investigación.

9.- Estimar la validez de los resultados obtenidos y determinar el ámbito de dicha validez.

10.- Presentar los resultados de la investigación.

2.- EL CONCEPTO DE MÉTODO EN EL TRABAJO SOCIAL: Métodos para la


intervención y métodos para el conocimiento.

Son muchos los autores que han dedicado su atención a la relación entre Trabajo
Social y Método a lo largo del desarrollo histórico del Trabajo Social. en la revisión de la
literatura científica del Trabajo Social, el método en Trabajo Social aparece básicamente
definido de las siguientes formas:

✓ “Camino para la Intervención”.


✓ “Un sistemático y ordenado modo de proceder” [NASW].
✓ “El cómo ayudar a planificar, a instrumentalizar una actividad a través de la
cual se lleven a cabo las diferentes tareas y se consigan los objetivos
planteados”. [Siporin, 1975]
✓ “Un proceso sistemático de ordenación de la actividad con el fin de llevar a
cabo una función” [Schwartz, 1979].
✓ “El camino a seguir mediante una serie de operaciones y reglas fijadas de
antemano, de manera voluntaria y reflexiva, para alcanzar fines determinados
que pueden ser conceptuales o materiales”. [Ander Egg, 1983].
✓ “El método es un camino analítico-sintético hacia el objeto para conocerlo
y transformarlo. Como una sucesión sistemática de cambios hacia un
objetivo determinado, en una dirección elaborada por todas las personas
involucradas en la situación problema en la que el Trabajo Social se inserta,
entendiendo por cambio, toda alteración, desviación o modificación del
modo de ser original de una situación o proceso, que implique una
superación de lo anterior”. [Natalio Kisnerman, 1982]

Todas estas definiciones constatan el interés del Trabajo Social a lo largo de su


evolución histórica por configurarse como una disciplina científica. Este interés es más
palpable si se realiza un análisis hermenéutico sobre las diferentes concepciones que a lo
largo de la evolución histórica del Trabajo Social ha tenido el concepto de método. De dicho
recorrido se distinguen dos acepciones diferenciadas sobre el mismo. Por un lado, hay
definiciones en las que al método se le da el significado de supuestos epistemológicos en
los que se basa la búsqueda de conocimiento, y por otro, hay definiciones en la que al
método se le puede atribuir el significado de operaciones o actividades que se realizan al
conocer para transformar la realidad.
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Generalmente, en las definiciones iniciales se observa un predominio de la última


orientación, es decir, un predominio del método considerado como camino para la
intervención, más que para el conocimiento para interpretar y explicar la realidad intervenida,
mientras que más recientemente se tiende a incorporar ambas acepciones en la definición de
método.

Algunos ejemplos de ello son las siguientes definiciones:

✓ Según Dantas, el método en Trabajo Social presenta dos categorías fundamentales


de operaciones: a.- operaciones cognitivo – axiológicas, de conocimiento de las
situaciones reales según un marco de referencia valorativo; y b.- operaciones
cognitivo – prácticas, de transformación de las situaciones reales. [Dantas, 1970].
✓ Ander Egg se refiere al método como “el camino a seguir, mediante una serie de
operaciones y reglas fijadas de antemano, de manera voluntaria y reflexiva, para
alcanzar fines determinados que pueden ser conceptuales o materiales” [Ander
Egg, 1983].
✓ Aylwin de Barros define el método como “el procedimiento orientado a entender,
explicar o transformar algo, o bien como el camino para alcanzar un fin propuesto
de antemano como tal” [Aylwin de Barros, 1993].
✓ Para la Federación Internacional de Trabajadores Sociales-FITS [2000], “el Trabajo
Social basa su metodología en un cuerpo sistemático de conocimientos sustentados
en la experiencia y derivados tanto de la investigación y evaluación de la práctica
incluidos los contextos locales e indígenos”.

Como se puede observar en todas estas definiciones se visualizan los dos polos de
atracción que condicionan no sólo el método del Trabajo Social, sino su objeto y su fin:
uno es el conocimiento y otro es la acción. Al respecto, Aylwin de Barros [1993] señala
que esta doble acepción se debe a que el Trabajo Social se trata de CIENCIA APLICADA.
El método se puede considerar como procedimiento orientado a entender y explicar la
realidad o como procedimiento dirigido a cambiar o modificar la realidad. Esta duplicidad
de significados es muy importante para el Trabajo Social, puesto que en su actividad el
Trabajo Social se ha dotado de métodos para la intervención y métodos para el
conocimiento.

2.1.- Métodos para la Intervención: Como hemos venido señalando, el Trabajo Social en
su desarrollo ha ido acercándose a la ciencia, al proceder científico y no sólo como una
actividad creativa basada en las capacidades, intuiciones y métodos propios de cada
Trabajador Social. Dal Para Ponticelli señala cómo la publicación de la obra Social
Diagnosis [1917] por parte de Mary Richmond representa un momento significativo de
redefinición del Trabajo Social “como una ciencia basada en el empleo de conocimientos
teóricos identificables y de un proceso metodológico”. [Dal Para Ponticelli, 1987].

Con posterioridad al método de casos inaugurado por Richmond, surgen otros


métodos de Trabajo Social, que se distinguen en función del usuario, como son: el Trabajo
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Social de grupo y el Trabajo Social comunitario. Según Lima, el Trabajo Social a finales
de los años cuarenta y comienzos de la década de los cincuenta es una profesión más
elaborada, contando con el método de Trabajo Social de casos completamente
desarrollado, con el método de Trabajo Social de grupo en un proceso mayor de
fundamentación teórica y de adecuación, y con una mayor elaboración del método de
organización de la comunidad para actuar en el mundo subdesarrollado y rural. [Lima,
1989]. Pero subraya que, pese a la mayor base teórica de la profesión como producto del
desarrollo de las ciencias del hombre y de la sociedad, el Trabajo Social seguía sin
contribuir al acervo metodológico donde los modelos de acción práctica se iban
afinando.

Campanini y Luppi señalan cómo las protestas de las décadas de los sesenta y
setenta que invadieron el Trabajo Social desplazaron el eje de la intervención de la
acción científica hacia una acción política. Los autores señalan que, si bien este
movimiento “favoreció el proceso de transformación de las políticas sociales y de la
organización de los servicios, dejó un gran vacío a nivel de desarrollo del método y de
las técnicas” [Campanini y Luppi, 1991].

Superada esta fase, es en los noventa cuando se comienza a observar en la


literatura del Trabajo Social una mayor sensibilidad respecto del proceso metodológico
y científico del Trabajo Social. Si bien hay que indicar que en los países centroeuropeos,
principalmente en Alemania y a partir de los años sesenta, ya se había incrementado el interés
por el “cómo”, mirando hacia enfoques terapéuticos. En este debate más naciente se
vislumbra, como señalan los autores Campanini y Luppi, la necesidad de superar la
tradicional subdivisión en métodos según nivel de actuación [Individual, grupal,
comunitario] a favor de un método unitario del proceso metodológico cuyas características
principales residan en el hecho de ser un método inductivo / operativo que se base en el
esquema común de las ciencias sociales aplicadas y fundado en el proceso circular del tipo
praxis – teoría – praxis [Campanini y Luppi, 1991].

En este sentido, el método no sólo es importante para garantizar una práctica


ordenada y sistemática que responda mejor a la solución de los problemas sociales, sino
que se abre una nueva preocupación que es la de la investigación sobre la praxis que
permita generar un cuerpo teórico propio o en su caso redefinirlo.

Siguiendo el esquema presentado en la relación entre Teoría y Práctica en el


Trabajo Social, se pueden utilizar los resultados de una investigación como elemento
importante de retroalimentación de la práctica profesional. Para este tipo de reflexión
se necesita igualmente un aparataje metodológico que permita al trabajador social
investigar no sólo para el diagnóstico de una situación social problemática, sino que le
sirva para evaluar y reflexionar sobre su propia práctica profesional.
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Durante las dos últimas décadas, y como resultado de una mayor reflexión
metodológica y teórica, la literatura científica del Trabajo Social ha evitado utilizar el término
método para referirse a los métodos tradicionales del Trabajo Social [caso – grupo –
comunidad], utilizando otros sustantivos. Así se utilizan términos como métodos básicos o
niveles de actuación [De la Red], niveles de relación con la población [Moix] o
“procedimientos para intervenir” [Kisnerman]. Estos son nombres que se utilizan para
designar a los métodos tradicionales del Trabajo Social, que han quedado superados por la
variedad metodológica que se puede aplicar en cada uno de ellos.

Veamos a continuación, y más en detalle, dos componentes vitales para entender la


Intervención Profesional: 1.- Modelos de Intervención en Trabajo Social; y 2.- El origen,
contenido y evolución de los métodos tradicionales del Trabajo Social.

2.1.1.- Modelos de Intervención en Trabajo Social: Los Modelos de intervención pueden


entenderse como métodos fundamentados para la acción llevada a término por los
Trabajadores Sociales, que tienen una “función eminentemente instrumental, orientadora,
heurística” [Aguilar, 2013]. También “son una representación de una parte de la realidad
social, en la que a priori, presuponemos que interactúan determinados factores que
producen ciertos resultados y tienen un carácter instrumental”. [Barranco, 2007]. Los
modelos son esquemas extraídos de las teorías y en su aplicación pueden aparecer elementos
de diversas teorías.

Los modelos son útiles para la intervención o para la construcción de conocimiento.


Conviene recordar que el primer objetivo de la intervención no es la producción de
conocimiento, sino producir los efectos que se han programado. Existen más garantías de
conseguir estos objetivos si la intervención se fundamenta en un conocimiento científico. La
profundización en el conocimiento de modelos de intervención es una demanda de los
profesionales que aparece en las investigaciones realizadas en colaboración o a demanda de
las organizaciones profesionales. [Barrera, Malagón y Sarasola, 2014].

Cuatro Categorías de Modelos de Intervención desde una perspectiva amplia y


holística: Rossell y Pellegero [1990] ofrecen la siguiente clasificación:

1.- Modelos de Intervención de base Teórico – Conceptual: son modelos con una base
teórica determinada que ha generado una secuencia de intervención suficientemente
validada, que ha demostrado su efectividad y su rentabilidad social. Son modelos que
priorizan el carácter explicativo de una teoría y la validación de la misma en la intervención.
Se pueden protocolizar y evaluar sobre los fundamentos de las teorías en las que se asientan.

2.- Modelos de base socio – ideológico: son modelos que tienen como objetivo “el cambio
de las condiciones estructurales que provocan situaciones de pobreza y desigualdad
manifiesta entre grupos de población o entre países”. Las autoras citan específicamente a
los movimientos de izquierda en Europa en los años sesenta del siglo XX, al movimiento de
Reconceptualización del Trabajo Social en América Latina en los años setenta y el método
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de alfabetización concientizador de Paulo Freire así como la Teología de la Liberación, en


los años noventa. Estos modelos tienen una dimensión comunitaria y afectiva. Actualmente,
se haría hincapié en los movimientos sociales y en los procesos de empoderamiento. Insisten
en el compromiso y en la vinculación emocional e ideológica que permite fraternizar con un
grupo poblacional o una comunidad.

3.- Modelos de apoyo informal y ayuda mutua: son modelos que se apoyan en el exceso
de intervencionismo profesional que partieron del movimiento de mayo 68 francés, de la
antipsiquiatría o de las críticas al modelo de bienestar social. No se trata de reducir las
intervenciones profesionales sino de converger y de complementarse con los grupos
afectados, familiares y voluntarios. Estos modelos se basan en la gratuidad y en el
voluntariado e insisten en la necesaria relación “cara a cara” entre quienes están en relación:
profesionales, afectados, voluntarios. Son modelos horizontales y democráticos.

4.- Modelo burocrático – administrativo: en este modelo, el conocimiento profesional


queda vehiculado por aquello que reflejan las normativas legales y los recursos existentes,
los cuales establecen una relación casi automática entre demanda – necesidad y prestación
social. [Rossell y Pellegero, 1990].

Estos 4 modelos trabajan desde la institución y la organización, entendiendo que ésta


generará un movimiento que permite la integración de los usuarios porque ha sido creada
para ello. Coady [2012] plantea que los siguientes factores deben tenerse en cuenta para la
intervención social desde una perspectiva generalista y polivalente:

a.- La persona en su entorno: relevancia de la Teoría de los sistemas ecológicos.

b.- Relación de ayuda y empoderamiento: relevancia de las teorías relativas al


empoderamiento y a las fortalezas [De la Paz, 2011].

c.- Aplicación flexible del modelo de resolución de conflictos: relevancia de la


intervención por fases delimitadas, que deberá tener en cuenta tanto las
dificultades como las potencialidades.

d.- Centrarse en la persona: se trata de una intervención de carácter holístico, en


la que la persona no es la suma de sus dificultades o potencialidades. El
Trabajador Social deberá tener en cuenta “la influencia potencial de factores
biofísicos, intrapsíquicos, interpersonales y familiares” [Coady, 2013], así como
deberá desarrollar una especial sensibilidad ante temas como la diversidad y la
opresión.

e.- Reconocer y valorar los aspectos artísticos de la práctica que requiere de los
conocimientos de la ciencia pero también de la intuición y de los valores del
Trabajador Social.
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La profesora Barranco [2000] expone los modelos partiendo del concepto de


paradigma o perspectiva paradigmática. A diferencia de las teorías que tienen poder
explicativo y/o predictivo, el modelo proporciona un esquema que tiene una función práctica,
su objetivo es que funcione. Por tanto, para elegir un modelo, conviene valorar los siguientes
elementos:

✓ El tipo de situación / problema.


✓ La naturaleza de la intervención.
✓ El marco institucional en el que se aplica el modelo
elegido.
✓ Los valores, ética, prioridades y jerarquías que deben
ser tenidos en cuenta.
✓ La naturaleza de la relación profesional instituida o
que se pudiera instituir.

Para Barranco, no existen los modelos puros, no se pueden aplicar desde “la pureza”
y pueden aparecer interacciones entre varios modelos en diferentes momentos de la
intervención. Así, no existen modelos “simples” sino que deben ser “engarzados”. Propone
una clasificación de cuatro paradigmas que van señalizando la cronología y los cambios
sociales.

1.- El Paradigma psicosocial es el más identitario de los Trabajadores Sociales, hace


referencia a los modelos psicosocial o clínico, de resolución de problemas y de intervención
en crisis.

2.- El Paradigma cognitivo – conductual incluye a los modelos conductistas, cognitivo y


cognitivo conductual, que trabajan desde el punto de vista de una fracción de la conducta del
individuo y de cómo procesa la información de su entorno.

3.- El Paradigma Crítico vino a sustituir el interés por el individuo haciendo hincapié en las
causas estructurales de la injusticia. Incluye los modelos que inciden sobre la desigualdad
por motivos de sexo, etnia o clase social. Fomenta los métodos participativos y tuvieron una
gran acogida y divulgación en los movimientos sociales.

4.- El Paradigma sistémico es más reciente, se dirige fundamentalmente a la intervención


con familias y es útil para el Trabajo Social porque permite una comprensión y análisis de
los factores familiares y sociales que intervienen en el mundo familiar.
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A continuación, un cuadro sintético que indica las interacciones entre paradigmas,


modelos y métodos:

Paradigmas Modelos Fundamento Métodos Críticas


La persona en Estudio
situación. diagnóstico de
Psicosocial o Factores la persona en
clínico. sociales micro – situación; Adaptar la
macro. objetivos, e persona al
Resolución de La intervención instrumentos: medio.
Psicosocial problemas. se dirige a nivel + Entrevista. Conformista
micro – macro. + Relación de con las
Intervención en Potenciar las ayuda. estructuras
crisis. capacidades + Escucha sociales.
internas del Activa. Rigidez y
sujeto para + Acompaña- moralismo.
superar el miento. Desequilibrio
malestar + Empatía. usuarios – TS.
psicosocial. + Participación
Relevancia de
la ética.
Se centra en las
conductas no en
la persona como
Conductista un todo. Mecanicismo.
Inadecuado uso Plan de acción Al terminar el
Cognitivo – Cognitivo de los estímulos muy concreto y tratamiento, se
Conductual o de las pausado. tiende a volver a
Cognitivo – cogniciones en la conducta
Conductual. el inicial.
procesamiento
de la
información.
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Paradigmas Modelos Fundamento Métodos Críticas


Orientación Efectividad en la
Teorías hacia los relación de ayuda
marxistas. grupos y la cara a cara.
Concientización Feminismo. comunidad. Empatía y sentido
Pedagogía Concientizar de la acogida.
Feminista liberadora de acerca de las Amplían los
Paulo Freire. situaciones de horizontes
Crítico Potenciación y Las estructuras injusticias. incluyendo
Defensa sociales son Respuestas muchos factores.
responsables de colectivas.
Multicultural. las Orientación En ocasiones
desigualdades. reivindicativa “utopía”.
y política. Poca diferencia
Métodos entre Política y
participativos e Trabajo Social.
igualitarios.

Modelo de Comprensión del


redes. mundo que
implica a todos los
Modelo Interacciones Entrevistas actores.
Sistémico Ecológico. familiares y circulares
Ecológico sociales. familiares. No siempre se
Modelo de diferencia entre
Terapias responsabilidades.
Familiares.

Finalmente, es importante tener presente una tercera clasificación de los Modelos de


Intervención, puesto que los que a continuación se describen son principalmente utilizados
en América Latina:

1.- Modelo Psicodinámico: otorga una importancia primordial a los problemas psicológicos
y emocionales de los sujetos en lugar de priorizar sus problemas económicos y sociológicos,
como se hace tradicionalmente. El tratamiento básico consiste en apoyar a una persona a
resolver una dificultad actual, descubrir las causas internas sobre las que hay que intervenir
y facilitar la adquisición de cierto aprendizaje para que, posteriormente, sea capaz de
enfrentar nuevos problemas.

Ejemplo: se utiliza principalmente para apoyar a gente con problemas en sus


relaciones familiares, escolares o laborales. Un caso común puede ser enfrentar un trauma de
la infancia de índole sexual, la cual está condicionando la vida del sujeto.
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2.- Modelo de intervención en Crisis: propone terapias breves de intervención a una


persona, familia o grupo en momentos de crisis para que puedan superar el problema y
recuperar el equilibrio emocional. Consiste en que el Trabajador Social responda de manera
inmediata y ofrezca consejo en un período corto de tiempo. En este caso, el profesional
suele contar con mayor poder y autoridad, otorgado por la crisis, ya que la confusión y el
desequilibrio provocan que el individuo se vea paralizado para tomar decisiones correctas.

Ejemplo: útil en los casos de violencia contra las mujeres. Los profesionales que
atienden a las víctimas pueden ayudarlas a empoderarse hasta alcanzar la autodeterminación.

3.- Modelo Centrado en la Tarea: considera que los trabajos a corto plazo resultan más
productivos que las intervenciones prolongadas en el tiempo. En ese sentido, propone
desarrollar y realizar tareas que estén involucradas en resolver el problema planteado y
definido por los propios usuarios, no en el diagnóstico según los criterios exclusivos del
Trabajador Social.

Ejemplo: eficaz en la intervención con problemas causados por conflictos


interpersonales, insatisfacción con las relaciones sociales, dificultades para la toma de
decisiones, recursos insuficientes y problemas conductuales.

4.- Modelo Conductual – Cognitivo: fija los objetivos de su intervención en obtener,


suprimir, disminuir o reforzar ciertas conductas de manera duradera. Una vez analizado el
problema y sus causas actuales, se intenta variar el comportamiento del sujeto por medio de
refuerzos.

Para conseguir su propósito se aplican dos estrategias:

1.- Cambiar las respuestas del usuario en función de los factores presentes en
su ambiente.
2.- Modificar los elementos de su ambiente.

Ejemplo: se suele emplear para hacer intervenciones sociosanitarias para combatir


ciertos trastornos emocionales como la ansiedad, la depresión, el estrés y las fobias.

5.- Modelo Humanista Existencial: Este modelo de intervención en Trabajo Social respeta
la diversidad, la pertenencia étnica, la cultura, los estilos de vida y las diferentes opiniones.
Además, denuncia las distintas formas de violencia y discriminación y se opone a la
estandarización y al modelamiento de las personas. Pide que el Trabajador Social no imponga
su intervención, sino que ésta se convierta en un proceso de aceptación por parte del usuario
o usuarios que requieren atención. El profesional es un observador que ayuda a la gente a
darse cuenta de cómo vive y a encontrar soluciones a sus problemas para que puedan ser
autónomos.

Ejemplo: puede resultar muy útil para intervenir a grupos de migrantes o refugiados.
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6.- Modelo Crítico / Radical: expone que los usuarios no son responsables de las
circunstancias personales y sociales a las que se enfrentan, ni siquiera parcialmente. Por ello,
el Trabajo Social debe realizar una intervención liberadora donde la base del cambio es la
misma persona a quien se le enseña a mirar su realidad de manera crítica y a reconocer que
la situación problemática o de carencia que vive, junto a su comunidad, puede ser modificada
en base a la obtención del poder organizado. Requiere el compromiso con los sectores
populares, transformándolos en actores activos de la práctica profesional y en protagonistas
del proceso de liberación. Los marginados, los sin voz, se vuelven la clave en este modelo.

Ejemplo: este modelo suele ser empleado dentro del activismo social relacionado
directamente con la obtención y despliegue de cuotas de poder y decisión de tipo política.

7.- Modelo de Gestión de Casos: busca que el Trabajador Social ofrezca una intervención
progresivamente más eficiente, eficaz y económica. La idea general es conseguir que los
usuarios con problemas complejos y múltiples reciban en tiempo y forma los servicios que
requieren.

Ejemplo: puede ser aplicable para individuos, familias, en clínicas, para programas y
para realizar un control social comunitario, posibilitando intervenciones a largo plazo.

8.- Modelo sistémico: proporciona un referente teórico y la metodología requerida para


analizar, pensar, identificar y diseñar estrategias de acción en el Trabajo Social actual. Su
idea es integrar distintos métodos prácticos de intervención dentro del mismo marco,
basándose en la teoría general de los sistemas. Además, al momento de abordar una situación
problema, se tienen en cuenta distintos sistemas que interactúan entre sí y se influyen
negativa y positivamente.

Ejemplo: permite comprender fenómenos sociales como la crisis de la institución


familiar tradicional en Chile y en el mundo, así como sus dimensiones. Permite intervenir el
sistema familiar, teniendo presente la influencia que sobre ella ejercen los sistemas:
comunidad; instituciones de servicio social; instituciones educacionales; instituciones de
Gobierno; instituciones no Gubernamentales; instituciones empresariales, etc.
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PARA ORDENAR LA REFLEXIÓN:

1.- ¿Cómo se define el Método?

2.- ¿Cuáles son las etapas históricas principales que atraviesa el Trabajo Social en la que se
manifiesta esta relación Método Científico y Método de Intervención?

3.- ¿Qué es el Método Científico y cuáles son sus características?

4.- ¿Cuál es la diferencia principal entre la aplicación del método científico en las Ciencias
Naturales y en las Ciencias Sociales?

5.- ¿Cuáles son las fases principales en la aplicación del Método Científico?

6.- ¿Cómo se entiende el Método aplicado a la intervención del Trabajo Social?

7.- ¿Qué significa que el Trabajo Social sea una Ciencia Aplicada?

8.- ¿Qué utilidad ofrece la aplicación del Método Científico a la intervención y al desarrollo
del Trabajo Social como disciplina?

9.- ¿Cómo se relaciona el Método para el conocimiento y el Método para la intervención en


Trabajo Social?

10.- ¿Qué son los Modelos de intervención? Sintetiza las principales características de cada
uno de los Modelos de Intervención presentados, y según tu criterio: ¿Cuál de estos modelos
es el más conveniente para el Trabajo Social, y por qué?

11.- De acuerdo con lo visto en clases [PPT]: ¿Cómo abordaría una situación problema dada
en un sector territorial específico desde una perspectiva denominada: “Método Integrado del
Trabajo Social”? Imagine una situación problema vivida por una persona y su familia,
situación problema que es común con otras familias, y desde allí aplique el “Método
Integrado del Trabajo Social”, es decir, Método Científico y Método de Intervención en sus
tres niveles, según uno o más Modelos de Intervención.

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