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UNIVERSIDAD MICHOACANA DE SAN NICOLAS DE HIDALGO

Las evoluciones del


espíritu
Hegel

David Rubén Zalapa García


19/04/2023

I
Índice

Introducción ........................................................................................................................................ 1
Las evoluciones del espíritu ................................................................................................................ 1
Conclusiones ....................................................................................................................................... 6
Bibliografía .......................................................................................................................................... 6

II
Introducción
En lo siguiente se describirán los momentos que constituyen la historicidad del

hombre, a este proceso Hegel lo llama evolución del espíritu. Esta evolución es un proceso

de construcción de nuestro ser mismo, una búsqueda de aquello que nos define como

humanos y que el autor alemán encuentra en el comienzo primitivo de nuestro aparecer en

el mundo, pero que no puede ser comprendido si no en el devenir humano y su

construcción conceptual. Esta es la tarea del sistema hegeliano hacer manifiesta la verdad

que se genera en el choque de los contrarios, en la contradicción humana, en nuestra

evolución.

Las evoluciones del espíritu


Georg Wilhelm Friedrich Hegel (1770-1831), nació en Sturtgart el 27 de agosto y

murió en Berlín el 14 de noviembre. Proveniente de una familia de clase media, Hegel se

sentirá atraído en los primeros años de estudio por el genio griego y sus escritores trágicos,

en especial por Sófocles y su Antígona. Para 1788 comenzaría sus estudios de teología

protestante y filología en la Universidad de Tubinga, donde entabla amistada con Schelling

y Holderlin. Es particularmente curios que durante este periodo Hegel no demuestra una

inteligencia precoz o inédita, incluso llega a señalarse su escasa facilidad para la filosofía.

La inteligencia y habilidad filosófica de Hegel requirió de un tiempo de maduración. Tras

dejar la universidad se gano la vida como preceptor familiar en Berna, Suiza, y después en

Frankfurt, es durante este tiempo que escribe sus primero ensayos conocidos, hasta 1902,

bajo el nombre de “Escritos Teológicos de juventud”.

Para 1801 obtiene un puesto en la universidad de Jena y publica “Diferencias entre

los sistemas filosóficos de Fichte y Schelling”. En 1807 Hegel publica su primera gran obra

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“La fenomenología del espíritu”, su imponente sistema filosófico comienza a tomar forma.

Hacia 1816 culmina su texto “Ciencia de la logia” y en 1817, ya como profesor de la

Universidad de Heidelberg, publica la “Enciclopedia de las ciencias filosóficas en esbozo”,

donde nos da una visión general de su gran sistema filosófico. Es en este texto donde se

delinean por primera vez las tres divisiones principales del sistema hegeliano: lógica,

filosofía de la naturaleza y filosofía del espíritu.

Es un todo interconectado cuyo eje central acontece en la dialéctica entre la tesis,

que es la afirmación de cada uno de los conceptos que están analizándose, la antítesis,

entendida como la afirmación de la contradicción de los mismos conceptos, y la síntesis,

que señala la creación de nuevos conceptos producto de la confrontación de la tesis y la

antítesis; a este proceso se le conoce como dialéctica hegeliana. Con ello pretendía dar una

solución definitiva a los problemas del hombre mediante una síntesis histórica, en la cual

desembocan la filosofía, las creencias y las formas artísticas. Ve a su sistema como una

síntesis, una summa de los tiempos modernos, una filosofía viva, en movimiento, que actúa

sobre la lógica, la naturaleza y el desarrollo del espíritu. A esto Hegel lo llama método

dialectico, la búsqueda de una identidad que consigue la unión de los opuestos y su

estabilidad en el resultado de esa unión, síntesis. Este método es empleado a lo largo de

toda su filosofía, manteniendo dinámico y en movilidad al pensamiento filosófico, imitando

la dinamicidad de los pensamientos, las tendencias espirituales y la cultura de los hombres.

El elemento revolucionario de este método consiste en afirma que la verdad no

proviene de la identidad, sino de la oposición: tesis, antítesis y síntesis. Para toda tesis A su

análisis da lugar a su antítesis no-A. De tal forma que de la opción de estos términos surgirá

un nuevo elemento, la síntesis; un nuevo concepto que emana de la tesis y la antítesis, B. la

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idea es que todo termino contiene su propia negación, una negación que nos conduce a la

afirmación de una síntesis enriquecida por los contrarios. Siguiendo el modelo de su

dialéctica Hegel divide su pensamiento en tres grades esferas: Lógica, Filosofía de la

Naturaleza y Filosofía del espíritu.

La esfera de la lógica se dirige a escudriñar el pensamiento racional humano, sus

condiciones, leyes y principios, pensamiento del pensamiento, dirá Hegel, ciencia de la

ciencia. En la lógica el ser en su forma general es entendido por Hegel como una especie de

vacío, pues el ser no es ni esto ni aquello, no se refiere a nada. Así, el ser contiene a su

propia negación, es no-ser. La tesis ser se confronta con la antítesis no-ser y de esta

confrontación obtendremos su síntesis devenir.

La segunda esfera, la filosofía de la naturaleza, pretende la comprensión del mundo

material, de la physis, es la ciencia de la materia. En la filosofía de la naturaleza

encontramos estos tres momentos; en un primer momento la naturaleza es vista como algo

inorgánico, tesis. En un segundo momento la tesis se niega a sí misma y da paso a la una

naturaleza química, antítesis. Finalmente estas dos se confrontan y de su oposición emerge

una naturaleza orgánica y viva, síntesis de una realidad vital.

La tercera esfera, la filosofía del espíritu, centra su atención en el conocimiento de

la mente humana, el estudio del devenir histórico del hombre que es el devenir de las ideas

y por tanto de la filosofía misma. Será esta tercera esfera la que nos detendremos a analizar

y a la que dedicaremos las siguientes páginas.

Ante todo la filosofía del espíritu es un estudio de la evolución del hombre, para

Hegel el ser humano es un ser histórico que se realiza y manifiesta en la historicidad. Si

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queremos comprender al hombre debemos recurrir a su desarrollo en el tiempo, analizando

las etapas que lo han formado y transformado. Estas etapas son marcadas en la filosofía

hegeliana como las evoluciones del espíritu. De ahí que considere a la filosofía como la

historia del pensamiento y sostenga que el pensamiento se expone en la historia de la

filosofía; por lo que al estudiar la filosofía estudiamos la historia del pensamiento que es

uno. A pesar de observar distintas formas del pensamiento debemos entender que todas sus

formas pertenecen al mismo, pues el pensamiento es la sustancia universal.

En el hombre el pensamiento, dirá Hegel, es lo activo, el pensar entonces es para

Hegel lo esencial, pues si no hay pensamiento no hay acción y por lo tanto el hombre pierde

su estatuto racional, por ello el hombre sólo puede darse en la historia y por la historia, es

decir, en el pensamiento y por el pensamiento. La filosofía del espíritu señala entonces lo

general de lo que se produce todo lo demás, los estados de la filosofía del espíritu son

producto de un mismo pensamiento, la historia de la filosofía de Hegel es la historia de lo

universal, de la sustancia de la filosofía.

El primer estadio de la evolución del espíritu será llamado “espíritu subjetivo”. En

él ha de manifestarse la evolución de la interioridad humana. Es un proceso de

desnaturalización donde el hombre se separa lentamente de su aspecto animal para acceder

a su conciencia. Nuevamente el modelo dialectico aparece y Hegel contrapone en este caso

al alma humana con la conciencia o razón; entendiendo por alma aquella parte del ser que

proviene del mundo natural y que nos relaciona con él bajo la figura del instinto.

El alma, el instinto y la animalidad del hombre encuentran su antítesis cuando la

razón comienza a presentarse oponiéndose al deseo y naturaleza humana. El individuo

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adquiere conciencia de su diferencia con el mundo animal y lo lleva a interpretarse como

un fenómeno distinto. En este choque, entre razón y deseo, entre alma y conciencia de sí, el

hombre adquiere su espiritualidad, apareciendo su psique donde deseo y razón median para

dar paso a nuestro nuevo ser, el espíritu.

El segundo estadio del espíritu es la sociabilidad humana, el “espíritu objetivo”.

Fruto del espíritu del hombre en su devenir histórico el ser humano es capaz de socializar

con otros seres iguales a él. Despojado del dominio absoluto del instinto y mediado por la

razón el espíritu del hombre lo une a otros para forma su ser social. Construyendo con ello

la unidad mínima de convivencia, la familia; en ella, la vida privada es desarrollada y

salvaguardada, la familia como institución vela por los interese personales de sus

integrantes. Contrapuesta a esta primera institución aparcera la sociedad, un conjunto de

seres humanos con intereses comunes, pero carentes de lazos sanguíneos, para la sociedad

el bienestar de unos poco puede ser sacrificado en favor del bienestar común, en ella la vida

pasa de priva a pública, pues cada uno de los actos de sus integrantes debe poder ser

observado. Al confrontarse estas dos dimensiones, como tesis y antítesis, aparece el estado

sintetizando los interese de la colectividad y el individuo, el estado es en consecuencia

aquel espacio donde confluye la vida priva y la vida pública para ser preservadas y

defendidas.

En este ámbito de vida pública y privada acontece el derecho, como primar forma

de la norma, y la moral, como su antítesis. Mientras la vida privada es sustentada por el

derecho que garantiza nuestra singularidad bajo sus diversas formas, la vida pública ha de

mediarse en función de las normas morales que homogenizan a los individuos y sus

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singularidades. En el choque entre el derecho y la moral, la síntesis propuesta por Hegel, el

estado nos brinda a la Ética.

El tercero de los momentos sintetiza ambos espíritus y da paso al “espíritu

absoluto”. El espíritu absoluto es la conciencia que se tiene a sí misma por objeto y que se

desdobla en los pilares de la cultura: arte, religión y filosofía. Cada una estas partes

permiten al hombre pensarse así mismo bajo una conciencia subjetiva de la interioridad

humana en el caso del arte, a través de una conciencia interpersonal con la religión. Y con

una conciencia absoluta en la filosofía.

Conclusiones
El sistema hegeliano presenta todos los momentos históricos del hombre y deja ver

como la noción de humanidad es un concepto formado en el devenir de nuestro ser, es un

concepto histórico. Lo evolución del espíritu es la historia de nuestra humanidad, un

proceso en el cual nos encontramos y sobre el cual, después de un análisis profundo, nos

definimos. Aquello que somos como humanidad, nuestra cultura solo puede aparecer tras la

formación de nuestra espiritualidad, la consciencia de sí y su choque con la instauración de

la ley, la moral y el estado, la consciencia colectiva.

Bibliografía
Copleston, F. (2004). Historia de la filosofía Tomo VII. Barcelona: Ariel.

Hegel, G. W. (2008). Enciclopedia de las ciencias filosóficas. Madrid: Globus.

Hegel, G. W. (2008). Introducción a la historia de la filosofía. Madrid: Globus.

Xirau, R. (1964). Introducción a la historia de la filosofía. D.F.: U.N.A.M.

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