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El primer paso para tratar cualquier enfermedad es determinar qué es lo que la causa. Es
necesario responder a muchas preguntas para comprender lo que se necesita para buscar
nuevos tipos de tratamientos.
Una vez que empieza a aparecer la imagen, pueden pasar años hasta saber cuáles de los
cambios asociados con la enfermedad son los más importantes. ¿Es el cambio el resultado
de la enfermedad o es la enfermedad el resultado del cambio? Al determinar qué defectos
moleculares están realmente detrás de una enfermedad, los investigadores pueden
identificar las mejores dianas para nuevos medicamentos. En algunos casos, es posible que
ya exista un medicamento dirigido contra la mejor diana de la enfermedad, y el objetivo
sería desarrollar un nuevo fármaco que conlleve otras ventajas. Con frecuencia, sin
embargo, el objetivo del descubrimiento de fármacos es ofrecer un tipo de tratamiento
totalmente nuevo que actúe sobre una nueva diana.
Los científicos calculan que existen aproximadamente 8,000 dianas terapéuticas que
podrían ser la base para nuevos medicamentos. La mayoría son proteínas de distintos tipos,
como enzimas, factores de crecimiento, receptores celulares y moléculas mediadoras de
señales celulares. Algunas dianas están presentes en exceso durante la enfermedad, por lo
que el objetivo es bloquear su actividad. Esto puede hacerse mediante un medicamento que
se una a la diana y evite que interactúe con otras moléculas del organismo. En otros casos,
existe una deficiencia o una carencia de la proteína diana, y el objetivo es aumentarla o
reemplazarla con el fin de restablecer la función sana. La biotecnología ha permitido crear
tratamientos similares o idénticos a las moléculas complejas de las que el cuerpo depende
para mantenerse sano.
La increíble complejidad de la biología humana hace muy difícil elegir las dianas
adecuadas. Pueden ser necesarios muchos años de investigación y ensayos clínicos para
descubrir que una nueva diana no produce los resultados deseados. Para reducir ese riesgo,
los científicos intentan demostrar el valor de las dianas a través de experimentos de
investigación que muestran la función de la diana en el proceso de la enfermedad. El
objetivo es demostrar que la actividad de la diana es la responsable del curso de la
enfermedad.
Selección de un fármaco
Una vez que se ha identificado la diana, el siguiente paso es identificar un fármaco que
actúe de la forma deseada sobre la diana. Si los investigadores deciden utilizar un
compuesto químico, se suele usar una tecnología conocida como selección de fármacos.
Mediante el uso de sistemas automatizados, los científicos pueden probar rápidamente miles
de compuestos para determinar cuáles interfieren con la actividad de la diana. Después se
pueden realizar pruebas adicionales con los compuestos más potentes para encontrar el
compuesto con mayores posibilidades de convertirse en fármaco.
Los tratamientos biológicos, en cambio, se diseñan por medio de la ingeniería genética. Si
el objetivo es suministrar una proteína deficiente o ausente, se utiliza el gen de dicha
proteína para crear una versión recombinante de la proteína que pueda administrarse a los
pacientes. Si el objetivo es bloquear la proteína diana con un anticuerpo, uno de los métodos
más utilizados es exponer a ratones transgénicos a la diana con el fin de inducir su sistema
inmunitario a generar anticuerpos contra dicha proteína. A continuación, se extraen las
células que producen esos anticuerpos específicos y se manipulan para crear una nueva
línea celular. Los ratones que se utilizan en este proceso están genéticamente modificados
para que generen anticuerpos humanos, lo cual reduce el riesgo de reacciones alérgicas en
los pacientes.
Las empresas pueden seguir realizando ensayos clínicos con un medicamento aprobado para
determinar si funciona en otras afecciones específicas o en otros grupos de pacientes, y las
autoridades de salud también pueden requerir ensayos adicionales. Estos ensayos se
conocen como estudios de fase 4.
Las moléculas pequeñas pueden diseñarse de forma que atraviesen las membranas celulares
y penetren en las células, lo que permite utilizarlas contra dianas que están en el interior de
las células. Algunas también son capaces de atravesar la barrera hemato-encefálica y
permiten tratar trastornos psiquiátricos y otras enfermedades cerebrales. Los compuestos
biológicos por lo general no son capaces de atravesar las membranas celulares ni de llegar
al cerebro. Su uso se limita en gran medida a las dianas presentes en la superficie celular o
que circulan fuera de las células.
Las moléculas pequeñas suelen tener una buena especificidad por su diana, pero los
anticuerpos terapéuticos tienden a mostrar una especificidad extremadamente alta. La
mayoría de las moléculas grandes permanecen durante más tiempo en el organismo, lo que
reduce la frecuencia con la que es necesario administrarlas.
https://www.biotechnology.amgen.com/es/developing-biotech-medicines.html
Desarrollo de fármacos
Fabricación medicamentos
El descubrimiento y desarrollo de fármacos es un proceso largo, normalmente transcurren
entre diez y quince años desde la investigación inicial hasta el lanzamiento de un medicamento
al mercado, incluidos los seis u ocho años que transcurren entre los ensayos clínicos de Fase I y
el lanzamiento.
En cada uno de estos pasos existe un riesgo importante de que el compuesto no cumpla los
requisitos necesarios para seguir adelante con el proceso. En tal caso, es posible que se
abandone el compuesto en el que hemos realizado una inversión importante.
Aunque usamos este modelo tradicional como plataforma, lo hemos adaptado para hacerlo
más simple, flexible y eficiente. El proceso de desarrollo consiste en dos fases: una fase de
exploración, en la que se establece una Prueba de Concepto (PdC), y una fase de confirmación,
en la que se confirma este concepto en un gran número de pacientes.
Icono de ADN
icono de matraz
icono de calidad
icono de diagrama
1. SELECCIÓN DE DIANAS
2. DISEÑO DE MOLÉCULAS
icono de diagrama
icono de salud
icono de documento
icono de lupa
5. ENSAYOS EN FASE II
Prueba en 100-300 sujetos para medir eficacia, determinar dosis y seguir monitorizando
seguridad.
6. ENSAYOS EN FASE II
Prueba en 1.000-3.000 pacientes. Se confirma la eficacia, se detectan efectos adversos y se
compara con otros tratamientos usados para la misma patología.
7. REGISTRO
Si las autoridades ven probadas la seguridad, eficacia y calidad del nuevo fármaco, se otorga la
autorización para comercializarlo.
8. ACCIONES POSLANZAMIENTO
Pueden realizar nuevos ensayos clínicos para ampliar el número de indicaciones o mejorar el
fármaco. Además, se sigue recogiendo información sobre efectos adversos.