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Definiremos la Investigación Curricular, IC, como la problemática del sistema educativo, ya que

este se constituye en la función que cumple y desempeña por su forma y contenido el currículo. En
tal sentido, este tipo de investigar viene a encajar en el uso de alternativas para pensar el educar,
enseñar y aprender. Puede aceptarse esta hipótesis como consecuencia de la dinámica que ella
genera en las relaciones con otros campos para dar cuentas de las tensiones y problemas de la
sociedad. Con esta investigación se busca construir un paradigma teórico, conceptual y
metodológico, en tanto, se pretende traducir o expresar esas problemáticas del sistema educativo,
convirtiéndose en exigencia de la sociedad, en cuanto se necesita como medio de transformación
y emancipación. Se manifiesta así el carácter activo de la IC, su relevancia y la importancia que
demanda la construcción de un tipo de método para el tratamiento y abordaje de la realidad con
sus actores.

A partir de aquí, de manera más concreta, se considera que el sentido de esta investigación se
explica a partir de tres hipótesis básicas: 1. Esta Investigación Curricular se explica a partir de las
condiciones históricas, sociales y culturales de desarrollo del currículo como la herramienta vital
de la educación, precisamente por la complejidad de los condicionamientos que intervienen,
entonces, la IC termina teniendo una especificidad propia que se manifiesta en poseer una relativa
autonomía. 2. A partir de ella, de esa autonomía, esta investigación interviene en la configuración,
funcionamiento, reproducción, transformación y emancipación de la sociedad desde la escuela y
universidad. 3. La IC representa a esas relaciones sociales que establecen los actores (más
adelante iremos construyendo nuestro camino: la Investigación Acción Participación Critica
Curricular, IAPCC), como emancipación.

Desde estos planteamientos se aborda el análisis de categorías como evaluación, didáctica,


pedagógica y formación. Por consiguiente, la característica de esta IC es que, a diferencia de otros
tipos de investigación en el campo educativo, esta asume y apropia los saberes y tradiciones de
los actores, siendo herramientas que al pasar por este investigar, los convierte en problema y
objetivos, planteando la crítica participativa, es decir, busca respuesta en el exterior de la escuela,
en el contexto, buscando dialogar con el interior de la cultura y sus actores. Esta IC tiene la
consideración que se merecen los actores sociales en sus culturas: de un lado, por el proyecto
mismo que ella se impone, es decir, la construcción de su nivel teórico y conceptual, como
capacidad explicativa, interpretativa y propuesta metodológica; de otro, porque la constatación
que hace de la autonomía posibilita la apertura de actuaciones e intervenciones con los actores,
para pasar al marco de dar respuestas a sus problemáticas; y, sobre todo, porque representa un
intento de asumir la Investigación Acción Participación, IAP, en el campo del currículo,
reconstruyendo caminos teóricos, planteando una lucha reivindicativa de su apropiación en
beneficio de la formación integral.

Esta alternativa de Investigación Curricular, tiene en común con otros caminos, la crítica a la
posición de la tradición investigativa educativa, que no transforma las realidades escolares;
porque, todo se reduce a graves de pureza metódica, con la presentación de propuestas de
intervención en las escuelas, lo que se hace discutible y nada legitimador frente a la construcción
de generar conocimiento para la transformación y emancipación de las instituciones educativas
desde los diferentes campos a que ellas son sometidas. Frente a ello sostenemos. 1. Que la IC es
una forma de investigación educativa, resultado y expresión en último término por las luchas de
tensiones y problemáticas de la sociedad pensadas desde el currículo, en el que se registran
intereses, emociones, vocacionalidades, entre otros, como cartas de triunfos de este tipo de
investigar. 2. En consecuencia, quien activa la IC, es un operador curricular, en cuanto actúa con y
sobre esas problemáticas y tensiones, para actuar, necesariamente, comprometido con los
contextos y sus actores. 3. La actitud del investigador curricular será la de conformar esta actividad
investigativa de acuerdo con el contexto dominante, pero también es posible, y por este
investigador es un experto curriculista, donde puede encontrar información, huellas, utillajes
mentales: viene a ser el uso alternativo que supone trasladar la investigación al contexto para
compartir con los actores. Es decir, que la IC puede entenderse y aplicarse de forma alternativa
porque aloja en su seno la totalidad del contexto y sus actores y, también, por tanto, halla
explicaciones e interpretaciones de las problemáticas, que son objeto de su investigar.

Esta corriente investigativa fundacional, hace parte de las preocupaciones del Grupo de
investigación en “Currículo, Formación y Saberes”, adscrito a la Facultad de Ciencias de la
Educación de la Universidad del Atlántico, y es el uso alternativo de pensar en caminos para “llegar
a Roma” desde nuestro trabajo como docente-investigador; entonces, se trata de un destacado
abordaje que hacemos de la Investigación Acción Participación, IAP, como ese presupuesto que
ayudó a fortalecer la investigación en Colombia desde los contextos, como lo hizo el investigador
Orlando Fals Borda, y, de ello encontramos sus huellas, por ejemplo, en su obra, “Mompox y
Loba”, que es un estudio histórico y sociológico con esos contextos culturales desde sus actores:
“Yo presto mi voz para que otros hablen”. Entonces, se trata de una revalorización de la cultura y
sus actores a partir de la actuación investigativa (Mora, R. (2009). Caminos para hacer
investigación educativa. Ediciones Universidad Simón Bolívar, Barranquilla).

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