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Ensayo Narrativo: “Fundamentación de la metafísica de las costumbres”

Capítulo 1: Tránsito del Conocimiento Moral Vulgar de la Razón al


Conocimiento Filosófico
Autor: Immanuel Kant

Emmanuel Hernández Carreño


Facultad de ciencias sociales, Universidad UNIMINUTO
10-1000 Introducción a Filosofar

Sr. Víctor Andrés Rojas Chávez


26/04/2023
Ensayo crítico sobre “Fundamentación de la metafísica de las costumbres”
Capítulo 1: Tránsito del Conocimiento Moral Vulgar de la Razón al
Conocimiento Filosófico

Se puede considerar la pertinencia del filosofar hoy en día sobre el deber, para
preveer situaciones adversas que alteren las relaciones interpersonales en
escenarios donde se presume de la buena voluntad (Buena fé) de una persona. La
intención es darse cuenta que existe una naturaleza (“Algo tan extraño”) (Kant,
1921). que requiere de dominio propio para dar paso a los talentos del espíritu, y
cuando la persona no aplica dicho dominio, entonces es necesario tomar acción
preventiva cuestionándose las conductas percibidas en una persona, en el intento
de descifrar si esta tiene “tan sólo una buena voluntad”. (Kant, 1921).

Dice Kant: “Ni en el mundo, ni, en general, tampoco fuera del mundo, es posible
pensar nada que pueda considerarse como bueno sin restricción, a no ser tan sólo
una buena voluntad.” (Kant, 1921). Todo lo bueno puede ser considerado como tal
siempre y cuando se restrinja de lo contrario. Es decir, parece ser que existe una
naturaleza que necesita dominio propio por parte de la persona para permitirse
ejecutar la buena voluntad. Pareciera que la voluntad tiene un calificativo de
“Buena”, y asi, se puede interpretar que existe en la persona libertad para escoger
entre una voluntad antagónica (la mala voluntad).

Menciona Kant: “Los talentos del espíritu; el valor, la decisión, la perseverancia en


los propósitos pueden llegar a ser extraordinariamente malos y dañinos si la
voluntad que ha de hacer uso de estos dones no es buena” (Kant, 1921). Kant
hace referencia al espíritu, y vale la pena citar la definición del mismo propuesta
por Max Scheler en su obra “El puesto del hombre en el cosmos” que dice: “Junto
al pensar ideas, comprende tambien una determinada especie de intuición, la
intuición de los fenómenos primarios o esencias, y además una determinaba clase
de actos emocionales y volitivos que aun hemos de caracterizar: por ejemplo, la
bondad, el amor, el arrepentimiento, la veneración, etc.” (Scheler, 1938, pág. 76).
Comprendemos entonces que los talentos del espíritu que son suscitados por este
mismo y en la persona, pueden ser dirigidos por buena o mala voluntad. Talves
una de las diferencias entre estas dos es que la primera, tiene una felicidad
percibida que se acomoda a un influjo universal; opuesta a todo acto individualista.
Y solo asi podrá verse una “Buena voluntad”. Como continua Kant diciendo: “si no
existe una buena voluntad que rectifique y acomode a un fin universal el influjo de
esa felicidad y con él el principio todo de la acción”. (Kant, 1921). Pero al parecer
las acciones de una persona, lo que realicé o efectué no rinden cuenta de su
buena voluntad.
Dice Kant: “La buena voluntad no es buena por lo que efectúe o realice, no es
buena por su adecuación para alcanzar algún fin que nos hayamos propuesto; es
buena sólo por el querer, es decir, es buena en sí misma”. (Kant, 1921) Continua
Kant: “muchísimo más valiosa que todo lo que por medio de ella pudiéramos
verificar en provecho o gracia de alguna inclinación”. (Kant, 1921) Justamente por
la incapacidad de verificar en provecho de alguna inclinación que dé a conocer si
es o no buena la voluntad de una persona, existe la corrupción en escenarios que
se consideraban como buenos o con personas de buena voluntad.

Tiene razón Kant, al mencionar que es más valiosa la auténtica “buena voluntad”
que todo lo que por medio de ella pudiéramos verificar en provecho de alguna
inclinación. Sin embargo, es necesario hacer este ejercicio de verificación para no
pasar por ingenuos sobre todo en las decisiones que tengan un impacto
comunitario o de beneficio común. Es necesario asumir la vivencia de leyes
universales unidas a la moral que en cualquier parte del mundo se comprendan
como infranqueables y a la vez absolutamente diferentes de un acto de “mala
voluntad”. No es suficiente quedarse con la buena costumbre o presunción de
buena fé (buena voluntad) sobre las personas, sino entender el comportamiento
transparente, veraz y verdadero de una persona que en si misma se percibe y
actúa frecuentemente con buena voluntad. Por ejemplo, entender que, si una
persona miente en lo que se puede considerar insignificante, existen entonces la
posibilidad de mentir en aspectos que se puedan considerar más importantes.

Podemos decir que es importante darse la oportunidad de cuestionar, pensar,


filosofar sobre el futuro de las relaciones con una persona a quien se le haya
percibido conductas de antivalor o consideradas de “Mala Voluntad”, lo que Kant
denomina como “algo tan extraño” cuando dice Kant: “hay algo tan extraño que,
prescindiendo de la conformidad en que la razón vulgar misma está con ella, tiene
que surgir la sospecha de que acaso el fundamento de todo esto sea meramente
una sublime fantasía y que quizá hayamos entendido falsamente el propósito de la
naturaleza, al darle a nuestra voluntad la razón como directora”. (Kant, 1921) Es
decir, se puede identificar ese “algo tan extraño” que facilita la comprensión o
percepción de una buena voluntad. Kant propone que la razón puede ser utilizada
para cooperar con intereses diferentes a la buena voluntad, por ejemplo, en el
caso de obedecer al instinto, aunque haga uso de su voluntad e inteligencia
(razón); pues en este caso estas dos últimas cooperarían con el instinto y no con
la sublimación de impulsos para alcanzar y permitir el desarrollo de la buena
voluntad.

Es asi como Kant reitera que entonces sería más fácil obedecer directamente al
impulso para alcanzar con mayor seguridad el fin, a diferencia de lo que la misma
razón puede alcanzar: dado que la razón solo le serviría para hacer
consideraciones sobre la feliz disposición de su naturaleza, tal como dice Kant:
“Pues todas las acciones que en tal sentido tiene que realizar la criatura y la regla
toda de su conducta se las habría prescrito con mucha mayor exactitud el instinto;
y éste hubiera podido conseguir aquel fin con mucha mayor seguridad que la
razón puede nunca alcanzar”. “ésta no tenía que haberle servido sino para hacer
consideraciones sobre la feliz disposición de su naturaleza”. (Kant, 1921)

Aparece el deber, como un elemento que ayuda a la voluntad complementando lo


que la razón por si sola no logra alcanzar en esta. A pesar de que puede haber
intención egoísta en la práctica del deber, es necesario apelar a este para
propender a la buena voluntad. Pues el deber busca beneficio, y tiene un carácter
moral.

La voluntad de asumir el deber se lleva a cabo cuando una persona asume la


representación de la ley en si misma, dado que el bien moral esta en la persona y
no es licito esperar de ningún efecto de la acción, tal cual como lo menciona Kant:
“una acción hecha por deber tiene su valor moral, no en el propósito que por
medio de ella se quiere alcanzar, sino en la máxima por la cual ha sido resuelta””
“la representación de la ley en sí misma -la es el fundamento determinante de la
voluntad”. (Kant, 1921)

Este deber se ve beneficiado cuando la misma razón humana vulgar necesita


alimentarse de la filosofía práctica, para reconocerse como vulgar y entender la
verdad sobre el deber ser. Tal cual lo dice Kant: “ De esta suerte, la razón humana
vulgar se ve empujada, no por necesidad alguna de especulación -cosa que no le
ocurre nunca mientras se contenta con ser simplemente la sana razón-, sino por
motivos prácticos, a salir de su círculo y dar un paso en el campo de una filosofía
práctica, para recibir aquí enseñanza y clara advertencia acerca del origen de su
principio y exacta determinación del mismo en contraposición con las máximas
que radican en las necesidades e inclinaciones; así podrá salir de su perplejidad
sobre las pretensiones de ambas partes y no corre peligro de perder los
verdaderos principios morales por la ambigüedad en que fácilmente cae” (Kant,
1921)

A manera de conclusión, si una persona puede interiorizar el deber como ley


universal para pasar de una razón vulgar (falaz) a una razón de buena voluntad,
es posible cuestionar (filosofar) sobre la pertinencia de su comportamiento con
esta ley universal del deber, a través de la observación y testimonio que esta
misma de a conocer por medio de la continuidad de sus actos o arrepentimiento
y/o enmienda sincera sobre errores cometidos que posteriormente procura no
volver a cometer.
Referencias
Kant, I. (1921). Fundamentación de la Metafísica de las costumbres. (P. M. Barbosa, Ed.) Madrid
España. Obtenido de
https://drive.google.com/file/d/1ut3kE85rJjO6ubvUR_lkmSlXyNVYieyI/view?
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Scheler, M. (1938). El Puesto del Hombre en el Cosmos. Buenos Aires: Losada S.A. Obtenido de
https://drive.google.com/file/d/1F_OE2fAwwDphwvA7WM391dhq3OIL9MF0/view?
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