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Universidad Pedagógica Nacional

4 de febrero de 2021
Ensayo a exponer
Propedéutica filosófica

«Parece que a este nuestro pueblo, al igual del personaje de Poe, lo ha invadido la irremediable
cobardía de no abrir los ojos, no tanto por esquivar la visión de horribles cosas cuanto por el
fundado temor de no ver nada»
Jorge Eliecer Gaitán

¿La filosofía puede liberar a América Latina?


Para responder a la cuestión de si es posible liberar a América Latina a través de la
filosofía, hay que pensar si, por cuestiones de reconocimiento e identidad, está es dirigida
hacia todos aquellos que pertenecemos a esta. Con aquello de reconocimiento e identidad se
piensa en si una filosofía de la liberación, una filosofía latinoamericana, puede y debe
dirigirse a todos nosotros, hijos de este territorio, o si hablar de latinoamericanas y
latinoamericanos pertenece a una cuestión de autorreconocimiento, cosa que implicaría el
redireccionamiento de las reflexiones filosóficas hacia un conjunto de personas en especial.
Con respecto a la reflexión filosófica propiamente latinoamericana, Fornet-Betancourt, en
sus 11 tesis1, apunta: “debemos insertar ese trabajo crítico en los movimientos sociales,
políticos y culturales de todos y todas los / las que luchan por el reconocimiento de su
diferencia, pues sin ese momento de rebeldía no hay crítica” (p. 34). También, Horacio
Cerutti, en Filosofar para la liberación2 condiciona las voluntades para el surgimiento de la
reflexión filosófica latinoamericana: Si filosofar desde nuestra América consiste en pensar
la realidad sociocultural a partir de la propia historia crítica y creativamente para
colaborar en su transformación, queda claro que esa labor emerge de la cotidianidad
histórica y es fruto de asumir la condición colectiva de la vida social (p. 197). La idea que
desarrollan estos pensadores es la de un conjunto de personas que, para realizar el objetivo
de liberación latinoamericana, deben estar predispuestas a orbitar en una dialéctica que les
pondrá en frente a las élites y su construcción sociopolítica, debido a su autoconciencia
ligada a unos pueblos y un territorio caracterizados por poseer ciertas problemáticas que
son consecuentes de su historia. Ergo, la liberación de América Latina es necesariamente
una apropiación que desemboca en, también, pensar que no todos tienen el deseo ni son
conscientes de su encadenamiento, esto gracias a la naturalización del aspecto despectivo
de la mezcla latinoamericana. Como lo comenta Leopoldo Zea en su libro: La misma
relación que guardarán, entre sí europeos y americanos, relación de señores y siervos,
1
11 tesis provisionales para el mejoramiento de las teorías y prácticas de la interculturalidad como
alternativa de otra humanidad.
2
Filosofar para la liberación: quehacer intelectual y resistencia.
conquistadores y conquistados, colonizados y colonizadores. Relación que el mestizo, tanto
cultural como racialmente, se transforma en conflicto interno.3 (p. 5)
Pensar en una conciencia, en un espíritu latinoamericano, que sea inmenso dentro de
nuestro territorio implica recorrer un gran tiempo. Es necesario acoger todas las ideas, todas
las reflexiones, criticas y métodos que nuestros pasados pensadores dejaron para cargar con
ellas hasta el periodo en que pueda darse un despertar del gran espíritu colectivo, porque
hablar de la posibilidad de una filosofía que libere América Latina es encaminarla hacia su
futuro y determinar que la capacidad de lograr esa tarea está en la capacidad de “crear” los
lazos entre las culturas y la historia de los pueblos latinoamericanos con los individuos y su
identidad.
Para Cerutti, la capacidad para producir un movimiento hacia la libertad está caracterizado:
“El poder se revela como poder–hacer, más cercano a la gente que
constituye, en definitiva, su único y último sostén. Lo cual implica poner en
primer plano la creatividad humana, la libertad y la esfera de lo común-
social. Quehacer colectivo que sería deseable impulsar con todas las
características de una democracia radical, ansiada desde añejos tiempos en
la región y escamoteada abusivamente o reducida a una representación de
la cual es difícil pedir cuentas” (p. 205).
Este poder-hacer necesita de la premisa del saber, pero no un saber planteado por la elite o
que es parte de los discursos dominantes: sería a partir de un saber que se constituya a partir
de la reflexión crítica, pero en tanto que cuestiona los parámetros que componen una
sociedad de consumo, de la información, capitalista y que reviva el valor, respeto y
convivencia equitativa a partir de la interculturalidad. Decir, de acuerdo con la cita de
Cerutti, que debe plantearse un despertar del espíritu latinoamericano sería algo que no
puede darse si no se fomenta desde el ejemplo de la lucha y en un momento temprano de la
enseñanza. ¿por qué desde la enseñanza temprana? Es donde se romantiza el sueño de la
cultura occidental hegemónica, el cristianismo preponderante y el capitalismo como forma
absoluta. Las anteriores, vistas desde la construcción de los fines, constituyen la falsa
verdad, el velo que cubre las sociedades latinoamericanas pauperizadas en las que
intentamos proyectarnos.
Lo anterior desemboca, pues, en pensar que hay una posibilidad de lograr la liberación
latinoamericana, pero definitivamente exige un gran desempeño a la hora de estructurar
nuevos modos de enseñanza en instituciones, que posteriormente den como resultado un
pensamiento que se acomode en las calles y hogares. Así, la filosofía debe situarse desde la
educación y desde la reestructuración de los contenidos académicos, teniendo en cuenta la
necesidad de priorizar toda la cultura e historia latinoamericana por encima de cualquier
modo universal en que se den las humanidades, fomentando la pregunta por los modos en
como el mundo se ha forjado e incentivando aquella creatividad humana que Cerutti
3
América Latina: largo viaje hacia sí misma.
menciona, así como la generación de una normalización de las formas y saberes
interculturales de las y los que insiste Fornet-Betancourt.
Por último, se debe señalar que, por medio de la enseñanza, la filosofía se convierte en un
arma que tendrá gran filo a futuro; su principal blanco sería eliminar en las nuevas
generaciones la falta de identidad latinoamericana y la ignorancia de su aprisionamiento
social-político.

Bibliografía:
- Fornet-Betancourt, Raúl (2006). “Interculturalidad o barbarie. 11 tesis
provisionales para el mejoramiento de las teorías y prácticas de la
interculturalidad como alternativa de otra humanidad”, Comunicación, 4, pp. 27-
49.

- Cerutti, Horacio. “Filosofar para la liberación: quehacer intelectual y


resistencia”. En: La ilusión del buen gobierno, pp. 195-212.

- Leopoldo Zea “América Latina: Largo viaje hacia sí misma.” Página 5 a 18.

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