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CAPÍTULO 1. NECESITAMOS UNA NUEVA NIÑERA.

Inglaterra, 1900
Hay seis niños en la familia Brown, y todos son muy traviesos. Peter y George son gemelos de 13 años. Su
hermano pequeño Alex tiene 9. Mary tiene 10, Suzie tiene 7 y el pequeño Simon tiene 5. A los niños Brown
no les gusta la autoridad. Por eso, sus niñeras nunca se quedan mucho tiempo. A veces, se van el primer
día. Algunas niñeras lloran. Algunas gritan. Otras desaparecen sin decir una palabra. Hoy, la nueva niñera,
Miss Hopkins, le dice a Mr y Mrs Brown: “Lo siento, pero no me puedo quedar ni un minuto más. Los niños
son muy traviesos, y es imposible controlarlos.”
Mr Brown está sorprendido. “¿Traviesos?” dijo. “¿Nuestros ángeles? ¿Estás segura?”
Miss Hopkins responde, “Uno de tus ángeles le puso mi camisa preferida al perro, y ahora, está sucia y
llena de agujeros. Los gemelos le cortaron el pelo a Suzie, y Mary echó miel en mis botas.”
La pobre niñera saca su pie de la bota. “¡Mira!” dice. “¡Hay miel en mi pie!”
¿Qué pueden decir Mr y Mrs Brown? Miss Hopkins se dispone a irse. “Pero, espera, ¡necesitamos una
niñera!” dice Mrs Brown.
“¡A mi no! ¡Necesitáis a Nurse Matilda!” grita la niñera y se va de la casa inmediatamente.
“¿Quién es Nurse Matilda?” piensa Mrs Brown.
Al día siguiente, Mr y Mrs Brown van a una agencia nueva para conseguir otra niñera. Por la tarde, tres
niñeras nuevas llegan. Mrs Brown abre la puerta y dice: “Hola” pero las niñeras no la están mirando. Están
mirando a la ventana de la habitación horrorizadas. Entonces, las tres niñeras corren por la calle y se van
inmediatamente. Mrs Brown está muy confundida. “La niñeras se han comportado de manera extraña, ¿por
qué?” piensa. Entonces, ella mira a la ventana de la habitación y ve a los niños arriba. Están poniendo
caras horribles, tienen pintura por todas partes, ¡y parecen locos!
“Oh, ahora entiendo a las niñeras” piensa Mrs Brown. “¿Por qué nuestros niños son traviesos?”

CAPÍTULO 2. LLEGA NURSE MATILDA.


Al día siguiente, Mr y Mrs Brown van a la agencia de nuevo.
“Buenos días” dicen. “Por favor, ayúdenos. Necesitamos otra niñera.”
“Lo siento” les dice la mujer. “Pero no tenemos más niñeras para vosotros. Necesitáis a Nurse Matilda.”
“ ¿Nurse Matilda?” dice Mrs Brown. “No necesitamos una enfermera. Mis niños están muy sanos, gracias.
Sólo necesitamos una niñera.”
“Lo siento” dice la mujer. “No podemos ayudar más a tus niños.”
Mr y Mrs Brown van a otra agencia. Y a otra. Pero todas las agencias conocen a los niños de los Brown, y
su respuesta es la misma. Mr y Mrs Brown están preocupados. ¿Quién puede cuidar a sus niños? Se van a
casa y están sorprendidos de ver a una extraña mujer en la puerta.
“Hola, soy Nurse Matilda” dice. “Vuestros niños me necesitan he oído.”
Nurse Matilda es extraña. Tiene una gran nariz, ojos pequeños y un gran diente delante de su boca. Nurse
Matilda no es como las otra niñeras, y Mr y Mrs Brown están preocupados. ¿A esta mujer le gustan los
niños?
“No estoy segura de que ahora mismo necesitemos una niñera” dice Mrs Brown.
“¡Si la necesitáis!” dice Nurse Matilda y abre la puerta de la casa. Entra, y Mr y Mrs Brown la siguen,
bastante sorprendidos. “Conozco a vuestros hijos” dice Nurse Matilda. “Son extremadamente traviesos y
por eso me necesitan.”
Mrs Brown mira la extraña cara de Nurse Matilda y dice: “Pero quizás no te necesitan a tí”
Nurse Matilda dice: “Al principio, los niños no me quieren, pero me necesitan y me quedo. Depués, no me
necesitan, pero me quieren. Pero entonces, me tengo que ir. Es muy triste.”
Mrs Brown ve pequeñas lágrimas en los ojos de Nurse Matilda. Entonces, las lágrimas desaparecen. “Ahora,
no perdamos el tiempo” dice Nurse Matilda. Sube arriba y entra en la sala de juegos.

CAPÍTULO 3. UNA TERRIBLE ESCENA.


Nurse Matilda abre la puerta de la sala de juegos y ve una terrible escena. Suzie está cortando la cabeza
de una muñeca, y Mary está vertiendo pegamento en el pelo de Suzie. Simon está dibujando en el suelo
con una botella de sirope de chocolate. Alex está saltando de una silla a otra y gritando. Peter y George
están intentando fumar la pipa de su padre. Peter está tosiendo y su cara está muy roja. Los niños no
miran a Nurse Matilda.
“¿Ha hablado alguien?” pregunta Mary, con una sonrisa traviesa.
“No, sólo ha sido el viento” dice Alex, y los niños se ríen.
“Es hora de dejar de jugar y ordenar la habitación” dice Nurse Matilda. Pero los niños no paran. Nurse
Matilda cierra los ojos y golpea su palo negro en el suelo. De repente, las manos de Mary están pegadas al
pegamento en la cabeza de Suzie.
“¡Ay! ¡Deja de tirarme del pelo!” grita la pobre Suzie.
“¡No puedo!” grita Mary, y ¡es verdad! Quiere parar, pero no puede. Suzie corta la cabeza de otra muñeca.
“¡Oh, no!” grita. “¡Era mi muñeca preferida! ¡No quería hacer eso!”
El sirope de chocolate ahora está chorreando en los zapatos de Simon. “¡Ayuda!” grita. “¡No puedo dejar
de tirar el sirope!”
Alex está cansado de saltar en las sillas, pero sus piernas no pueden dejar de moverse. Peter y George
fuman y tosen pero tampoco pueden parar. ¿Qué está pasando?

CAPÍTULO 4. ESTA NIÑERA ES DIFERENTE


Los niños tienen miedo. “¿Por qué no podemos parar?” grita Simon y tira más sirope.
“Debes decir por favor” dice Nurse Matilda. “Eso es educado.”
“¿Por favor?” dice Suzie. “Eso es estúpido.”
De repente, su mano derecha coge otra muñeca y su mano izquierda empieza a cortarle la cabeza. Suzie
grita horrorizada. “Por favor, por favor” y sus manos dejan de cortar inmediatamente. Los otros están muy
sorprendidos. “Por favor” dicen, y todas las actividades paran. El pegamento salta del pelo de Suzie. El
sirope de chocolate vuelve a la botella. Las cabezas de las muñecas vuelven a sus cuerpos. La sala de
juegos está limpia, ordenada y por primera vez...en silencio. Los niños miran a Nurse Matilda sospechosos.
“¿Quién es esta mujer?” piensan.
“Me voy a la cama” dice Simon. “Estoy muy cansado.”
“¡Yo también!” dice Suzie.
Corren a su habitación y van a la cama. Nurse Matilda apaga la luz. “Buenas noches, niños” dice, y hay una
pequeña sonrisa en su cara. Nurse Matilda sale de la habitación y baja. Los otros chicos están
sorprendidos.
“¿Cómo ha hecho eso?” pregunta George. “Normalmente las niñeras tardan horas en meter a Suzie y
Simon en la cama.”
“Ya lo sé” dice Alex. “Pero esta niñera no es como las otras niñeras. ¡Es diferente!”
“No te preocupes” dice George. “Verá que somos traviesos, entonces se irá como todas las otras.
Entonces podemos tener más tiempo con mamá y papá.”

CAPÍTULO 5. DESAYUNO.
A la mañana siguiente, los niños están en el jardín. Nurse Matilda va a llamarles para desayunar. Alex está
sujetando una patata en la nariz y fingiendo que es Nurse Matilda.
“Buenos días, cariñosos niños”
Peter y George están sacando zanahorias en el jardín y jugando al fútbol con ellas. Mary y Suzie están
tirando bolas de barro. Simon pone el sombrero de Nurse Matilda al perro. Nurse Matilda dice: “Niños, por
favor, parad y vamos a desayunar.”
Al principio, los niños no paran. Pero entonces, recuerdan la noche anterior. “¿Qué pasa si no podemos
parar?” piensan. Así que paran sus actividades y entran a desayunar.
En la mesa del desayuno, George tiene una idea. “Vamos a hacer una lucha de comida” dice. Tira comida a
Peter. Peter tira a Suzie. Pronto, todos los niños están tirando comida.
“Por favor, parad de hacer eso” dice Evelyn, la cocinera, pero los niños no escuchan. Nurse Matilda cierra
los ojos y golpea con su palo. De repente, la comida empieza a volar desde la mesa hasta los niños. Está en
su cara, su pelo, su ropa. Los ojos de Alex están llenos de leche.
“¡No veo!” grita. Mary tiene huevo en la nariz, “¡Ayuda! ¡No puedo respirar!” dice ella. Entonces la comida
deja de volar. No queda comida en la mesa.
“El desayuno ha terminado” dice Nurse Matilda.
Los niños vuelven al jardín, hambrientos y enfadados.
“¡Nos está matando de hambre!” dice George. “Debemos hacer algo, Peter” Pero Peter no está
escuchando. Está haciendo un dibujo de Nurse Matilda.
“Genial, eso será muy útil” dice George. “Vamos a llevarla al cobertizo.”

CAPÍTULO 6. UN DIBUJO MARAVILLOSO.


Nurse Matilda entra en el cobertizo, y los niños están tirando dardos a un dibujo suyo.
“¡Qué dibujo tan maravilloso! Es exactamente igual que yo” dice Nurse Matilda. “¿Quién es el artista?”
Los niños están en silencio. Entonces, Peter dice: “Yo lo pinté.”
Nurse Matilda se acerca al cuadro y sonríe: “Es excelente, Peter” dice. “Eres un artista de verdad”
“¿De verdad lo crees?”
“Oh, sí, tienes mucho talento” contesta Nurse Matilda. “¿Le enseñaste el dibujo a tus padres?”
La sonrisa de Peter desaparece. “No. Papá y mamá no tienen tiempo de mirar mis dibujos” dice.
“Entonces, tienes más dibujos ¿puedo verlos?” pregunta Nurse Matilda.
Una gran sonrisa aparece en la cara de Peter y contesta: “Sí, tengo más en mi habitación. ¿Realmente
quieres verlos?”
Geroge le mira enfadado. “No te olvides de nuestro plan de ser malos” susurra. La sonrisa de Peter
desaparece.
“Olvídalo” le dice a Nurse Matilda. “Mis dibujos no son muy buenos.”
Los niños continúan jugando a los dardos pero a Peter ya no le gusta el juego. Le cae bien Nurse Matilda y
no quiere ser malo. A las 12.30 Nurse Matilda llama a los niños para comer. Los niños hambrientos se
sientan en la mesa y comen en silencio. ¡La comida está deliciosa! O quizás toda la comida está deliciosa
para los niños hambrientos.
“Gracias, Nurse Matilda” dice Simon. Entonces grita: “¡Ay!” cuando George le pega debajo de la mesa.
“De nada, cariño” dice Nurse Matilda. “Y tú puedes dejar de intentar ser malo, George, porque no va a
funcionar. ¡Planeo quedarme!”

CAPÍTULO 7. VEINTICUATRO HORAS EN LA CAMA.


A la mañana siguiente, Nurse Matilda despierta a los niños.
“Buenos días” dice. “¡Se acabó de dormir! Ahora niños, hoy debéis leer libros”
Pero los niños se quedan en la cama y fingen dormir. Odian leer. Esto no es nuevo. En el pasado, las otras
niñeras suplicaban a los niños. “Por favor, levantaros, niños, es tarde.” decían. Pero los niños roncaban
fuertemente. La niñera sacaba a uno de los niños de la cama, pero entonces otros se metía en ella. ¡A los
niños les encantaba ese juego! Una vez, los niños usaron pegamento para pegar las mantas a la cama. La
niñera enfadada tiraba de las mantas, pero no se movían.
Pero que no se te olvide, Nurse Matilda no es como las otras niñeras. Ahora, está al lado de la cama.
“Niños, por favor, levantaos” dice. Los niños cierran los ojos y roncan muy fuerte.
“Estamos muy enfermos, y debemos quedarnos en la cama” George le dice a Nurse Matilda. “¡Creo que es
sarampión!”
“¡Oh, cariño!” dice Nurse Matilda. “¡Mirad vuestras caras!” De repente, pequeños granos rojos aparecen
por toda la cara de los niños. Nurse Matilda coge unos botes de jarabe de su bolsillo. “Tres cucharaditas
para cada uno, cada hora.”
¡El jarabe está terrible! Los niños tosen y lloran. “¡Por favor, no más jarabe!” dicen. “Ahora ya estamos
sanos” Pero Nurse Matilda no les escucha.
“Ahora, niños, debéis quedaron en la cama porque tenéis el sarampión” dice Nurse Matilda y se va de la
habitación.
Pronto, Alex dice: “Estoy aburrido. Vamos a jugar a algo.” Los niños salen de sus camas y cogen unos
juegos de la sala de juegos. Pero Nurse Matilda aparece inmediatamente. “Debéis quedaros en la cama
todo el día, niños” dice. “¡Estáis terriblemente enfermos!”
Veinticuatro horas es mucho tiempo. Los niños no pueden jugar ni dejar las camas. Sienten mucho calor
debajo de las mantas y los granos de sus caras son realmente incómodos.
“Cada vez que abro la boca, Nurse Matilda aparece y me mete una cucharada de jarabe” dice George.
Por la tarde, Suzie le dice a Nurse Matilda: “Ya estamos sanos. ¿Mañana por la mañana podemos salir de la
cama y leer?”
“Sí, por supuesto” dice Nurse Matilda. “Mañana será un día maravilloso. Buenas noches.”
Los niños miran a Nurse Matilda y su cara es muy agradable, ¡casi guapa! “No queremos volver a ser
malos” piensan.
CAPÍTULO 8. UN DÍA EN EL BOSQUE.
A la mañana siguiente, los niños están leyendo sus libros después del desayuno. Nurse Matilda dice:
“Buenos niños. Ahora, preparaos para un bonito paseo en el bosque.”
“¿Un paseo en el bosque?” dice George. “¡Eso no es divertido!”
“Odio caminar” dice Mary. “Y el bosque está lejos de aquí.”
Los niños protestan, pero siguen a Nurse Matilda por un camino y finalmente, hasta el bosque.
“Vamos a quedarnos aquí y a subir a los árboles” sugiere Peter. “No queremos andar más.”
“No, vamos a continuar” dice Nurse Matilda. “Tengo una sorpresa para vosotros”
Pasa una hora, y entonces Nurse Matilda comienza a subir una colina. Simon está cansado. “¡Ya está!”
dice. “Ya no camino más.”
De repente, los niños ven una preciosa mesa con galletas y una tarta. Los niños corren y se sientan a la
mesa.
“¿Es hoy el cumpleaños de alguien?” pregunta Nurse Matilda. Los niños niegan con la cabeza.
“¡Maravilloso!” dice Nurse Matilda. “¡Entonces es una fiesta de no cumpleaños para todos!”
“¿No cumpleaños? ¿Qué es eso?” pregunta Alex.
“Es una fiesta para celebrar cualquier día, excepto un cumpleaños” dice Nurse Matilda. “Es del libro Alicía
en el País de las Maravillas.”
Nurse Matilda lee el libro y les da trajes para vestirse y actuar. Suzie es Alicia, Alex es el Sombrerero
Loco, Simon es el ratón y Mary es el conejo. Sólo los gemelos no participan.
“Tenemos 13 años. Nosotros no actuamos. ¡Eso es para niños!”
Los niños pasan un día maravilloso en el bosque. Comen, beben y tienen una fantástica fiesta del té. Por la
tarde, vuelven a casa cantando. “¡Feliz no cumpleaños para mí!” Nurse Matilda ve que los gemelos también
están cantando, y ¡está feliz!
Mrs Brown está sorprendida, “¿Cómo os ha ido el día, niños?” pregunta.
“Maravilloso” dice Simon. “Adoro a Nurse Matilda. ¡Es una niñera maravillosa!”
Los otros niños no dicen nada, pero están de acuerdo con su hermano pequeño. ¿Crees que desde ese día
los niños de los Brown son siempre buenos? No, ¡muchas veces son malos! Es difícil cambiar y eso no pasa
rápidamente. Pero durante el resto de ese día, ¡son muy buenos!

CAPÍTULO 9. LA VISITA DE LA TÍA ADELAIDE.


La familia Brown tiene una tía llamada Adelaide Stitch. La tía Adelaide es muy rica y muy mayor. Lleva
gafas gruesas porque no ve muy bien. Mr y Mrs Brown siempre intentan que esté contenta porque ella
planea dejarles todo su dinero en el futuro.
“Es nuestra familia” dice Mrs Brown.
“Sí, y la familia es muy importante” siempre dice Mr Brown. “Queremos mucho a la tía Adelaide.”
Hoy, leen una carta de tía Adelaide. Está planeando visitar a la familia.
“Niños, debéis poneros vuestra mejor ropa mañana” dice Mrs Brown. “Y debéis ser buenos. La tía Adelaide
viene a visitarnos.”
Los niños odian ponerse su mejor ropa. “Tengo una idea” dice Mary, con una sonrisa traviesa. “Dejad que
os enseñe mi mejor ropa...”
Al día siguiente, la tía Adelaide llega en un carruaje a la hora de comer. Entra en la casa y le dice a Mr y
Mrs Brown: “Tenéis seis hijos difíciles, así que planeo ayudaros. Me puedo llevar a una de las niñas a casa.
Puede vivir conmigo y tener una vida muy buena. Puede encontrarle un buen marido rico. Esto puede hacer
vuestra vida fácil.”
Mr y Mrs Brown se miran. Están muy preocupados por el plan de la tía Adelaide. Es verdad, tienen seis
niños, pero les quieren a todos. “Pero...pero..”
“¡No hay peros! Ahora quiero ver a las niñas y elegir una” dice la tía Adelaide. “¿Dónde están los niños?”

CAPÍTULO 10. ¿QUÉ NIÑA?


De repente, hay un ruido en el jardín. Mr y Mrs Brown miran por la ventana y ven una terrible escena. Los
niños parecen una tribu de indios. Empiezan a bailar en círculos y a gritar. La tía Adelaide les mira y una
gran sonrisa aparece en su cara. “Oh, los niños son adorables” dice, y entra en el jardín.
“Me gusta es niña alta” dice, y señala a Peter. De repente, Peter empieza a gritar. La tía Adelaide salta y
dice: “Oh, cielos, ¡tiene una voz muy profunda! ¡No es muy femenina!”
La tía Adelaide mira a los otros niños y ve a Mary. “Esa niña con el pelo largo canta y baila muy bien” dice
la tía Adelaide, y da palmas feliz. “Tiene mucho espíritu. Y una cara muy bonita también.”
Mr y Mrs Brown miran la cara de Mary. Tiene pintura marrón con líneas negras y rojas en las mejillas. “¡Es
chica es para mí! Necesitamos su juventud y felicidad en la Mansión Stitch” continúa la tía Adelaide. “Por
favor, prepara sus cosas. ¡Nos vamos en una hora!”
“Pero, tía Adelaide...” dice Mr Brown.
“No puedes hacer eso...” llora Mrs Brown.
“¡No hay discusiones!” grita la tía Adelaide. “Debe estar en mi carruaje en una hora. Si no, puedo cambiar
ni testamento y dejar mi dinero a otras personas.”

CAPÍTULO 11. EL PLAN DE NURSE MATILDA.


La tía Adelaide está cansada y duerme un poco en el sofá. La familia Brown y Nurse Matilda tienen una
reunión de emergencia en la cocina. Evelyn, la criada de la cocina, está ahí también. Está limpiando el
suelo. Mary está aterrorizada. “¡No quiero irme con la tía Adelaide!” grita. “¡No dejéis que me vaya con
ella!”
“Pero tu tía te puede dar una vida maravillosa” dice Mr Brown. “¿No quieres ropa elegante, buena comida
y un marido rico algún día?”
“¡No!” grita Mary. “¡Quiero quedarme en casa con vosotros!”
“No te preocupes, cariño” dice Mrs Brown. “No te vas a ir con la tía Adelaide.”
“¿Pero qué pasará con el testamento de la tía Adelaide?” pregunta George.
Los Brown empiezan a hablar todos a la vez. “¡Silencio!” dice Nurse Matilda. “Escuchad con atención,
tengo un plan.”
Una hora más tarde, una chica con el pelo largo, cara morena y mejillas morenas y rojas camina en el jardín
con su maleta en la mano. “Hola, mi querida niña” dice la tía Adelaide. “Veo que llevas una maleta y estás
lista para irte. ¿Estás emocionada por tu nueva vida?”
Evelyn, la criada de la cocina, afirma feliz. ¡No se puede creer su buena suerte! Evelyn mira a los Brown y
dice: “¡Adiós! Muchas gracias por esta oportunidad de mejorar mi vida”
La tía Adelaide y Evelyn entran en el carruaje y se despiden de los Brown. “Adiós, cariño. Estáis todos en
mi corazón, ¡y en mi testamento por supuesto!” dice la tía Adelaide. El carruaje se va y todo el mundo está
feliz, ¡especialmente Mary y Evelyn!.

CAPÍTULO 12. HORA DE IRSE.


A la mañana siguiente, Mrs Brown tiene una visita, Mrs Blackstone. Los niños están sentados en silencio,
desayunando.
“Oh, ¡que niños tan maravillosos!” dice Mrs Blackstone. “¡Y son tan buenos!”
Mrs Brown está feliz. Nunca creyó que sus hijos eran malos.
“Mis niños son terribles” dice Mrs Blackstone. “Nunca comen bien como tus niños.”
“¡Necesitas a Nurse Matilda!” dice Mrs Brown.
“Pero no te la puedes llevar...¡es nuestra niñera!” dicen los niños.
Nurse Matilda sonríe, pero las lágrimas caen por sus mejillas. “Os lo expliqué el primer día” le dice a Mrs
Brown. “Primero, los niños no me quieren, pero me necesitan. Después, me quieren, pero no me necesitan.
Entonces, es hora de irme.”
“¡Oh, no! ¡Por favor, no nos dejes!” lloran los niños. “¡Te queremos, Nurse Matilda!”
“Y yo os quiero mucho” dice Nurse Matilda. “No me quiero ir, pero debo irme. Otros niños me necesitan
ahora.”
Sonríe triste y su cara está preciosa, ¡excepto por ese terrible diente! Nurse Matilda golpea con su palo el
suelo y el diente sale volando de su boca y se cae al suelo al lado de los pies de los niños. El diente crece
y crece y pronto, tiene el tamaño de una gran caja. Está llena de juegos y juguetes para diferentes edades.
Hay regalos maravillosos para cada uno de ellos. Los niños encuentran sus regalos y los abren impacientes.
Están muy felices. Pero entonces, miran hacia arriba, y ¡Nurse Matilda no está!
¿Dónde está ahora? ¡Ah! ¡Esa es otra historia!

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