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(BORRADOR)
Octavio Cevallos.
Hoy, con el 70 por ciento de los viñedos del país e igual porcentaje de producción
vínica, Mendoza es el principal centro vitivinícola de América y Argentina.
Proceso de Elaboración:
En cuanto a las características que debe tener el tomate para su uso industrial,
éstas se refieren a la forma, el color y el tamaño, pero son más importantes los
caracteres relativos a la calidad intrínseca como acidez, contenido en azúcares y
materia seca.
Clasificación:
La clasificación y selección de los tomates permite que sean más adecuados para la
automatización de operaciones como el pelado. La selección permite un mejor
control de los pesos añadidos a los envases de venta normalizados. La selección
puede llevarse a cabo por tamaño, peso, forma y color.
Selección:
Esta se lleva a cabo para mantener la calidad del producto final, eliminando
aquellos tomates que no reúnan los requisitos. La selección se puede realizar de
forma manual o automática.
Limpieza:
Baggio invirtió más de $50 millones en la planta industrial ubicada en la zona rural
de San Martín, desde donde producirá, concentrará y envasará pasta de
tomate para uso industrial y doméstico. Generará más de 100 puestos de
trabajo directos y mucha mano de obra indirecta ya que precisará, para su
abastecimiento, de la producción de unas 1400 hectáreas de tomate mendocino.
La fábrica:
Envasado:
Tomates en Conserva:
Una vez terminada la fase de cocción, el producto es extraído del cocedor tubular
por una bomba monosanitaria que lo enviará a la siguiente máquina,
la turbopasadora. La función de esta máquina es la de descomponer el producto,
dejándolo en partículas tan pequeñas como se desee.
Una vez terminado el proceso de lavado y posicionamiento del envase, éste llegará
a la dosificadora por medio de un transportador. La dosificadora será la encargada
de extraer el producto de la bolsa aséptica, para depositar la cantidad exacta en
cada envase.
Cuando los envases son llenados, pasan directamente a la cerradora. Es aquí donde
se cerrarán herméticamente con el objetivo de garantizar una larga conservación
del producto y el envase.
El último paso, será poner la correspondiente etiqueta a cada uno de los envases y
enviar los botes etiquetados a la zona de almacenaje para su posterior expedición.