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UNA MEJOR MAMÁ

Santiago es un chico joven de 16 años que se encuentra en el nivel


secundario. No es el mejor de su clase, realmente se distrae mucho
por pensar en las situaciones que le pasaban en casa o en la escuela,
como no contar con muchos amigos. Sin embargo, tiene a alguien que
siempre lo defiende de cualquier insulto. Este chico se llama Andrés,
un chico poco sociable y afectivo, pero que cuando se trataba de
Santiago, él se convierte en uno de los más lindos y amables que ha
conocido.

Santiago se encuentra en la escuela afuera de su salón esperando a


que su mejor amigo, termine de hablar con su profesora de
ciencias. Este chico no puede ocultar el nerviosismo que siente al
estar lejos de Andrés; se siente pequeño, débil, vulnerable, y que en
cualquier momento será nuevamente víctima de las burlas de sus
compañeros.

--¡Hola! – de repente suelta una voz femenina.


--Hola…

Es Isabella, una chica de estatura mediana, cabello liso y castaño que


nunca le había prestado atención, pero que de repente estaba ahí,
parada junto a él, saludándolo y aparentemente a punto de decirle
algo importante.  
Santiago se encuentra nervioso por la presencia de esta chica, él
siempre estuvo enamorado de ella e imaginaba situaciones donde
ellos pasaban tiempo juntos. Sin embargo, en este momento no tiene
ni la mas mínima idea de como actuar.

— Disculpa que te incomode. Lo que sucede es que afuera hay unos


chicos que están fastidiando a unos perritos. — suelta con tono
preocupado.

Santiago, sin dudarlo, va hacia el lugar indicado. Este llega confundido


ya que lo único que se puede visibilizar es a una niña jugando con sus
mascotas. De pronto, por atrás aparecen dos chicos con un gran balde
de lodo que luego sueltan para embarrar todo el cuerpo de Santiago.
Estos jóvenes no pueden evitar no reírse y burlarse de la apariencia
del ahora chico lleno de lodo. Santiago se levanta del suelo y trata de
retirarse el lodo de la ropa sin ningún éxito. Claramente, esto no le iba
a gustar nada a su mamá.
—Santiago…

De pronto llega el mejor amigo que lo había estado buscando ya hace


unos minutos, para luego encontrarlo de esa forma. Este va
directamente hacia el chico que se encontraba llorando y con la
mirada perdida.

—Isabella… — dice Santiago tratando de limpiarse las lagrimas que


no dejaban de salir.

Andrés abraza fuerte a su mejor amigo sin darle importancia a su ropa


limpia y nueva. Él sabe que necesitaba uno, de hecho más que eso.
Santiago ha luchado con estas burlas desde que todos se enteraron
que es hermano de “el gran Josué”. Y ahora ver a la chica que te
gusta, juntarse con ese tipo de gente, si debe de ser muy duro para él.

Luego de una larga caminata de quince minutos, Santiago regresa de


la escuela. Él está embarrado de lodo por todo su cuerpo y siente
miedo de recibir comentarios de su madre, pero igual decide entrar a
su casa para bañarse y deshacerse de toda esa suciedad.
La mamá ve a su hijo menor en la puerta, completamente sucio como
si se hubiera tirado a un pantano. Realmente, esto la estaba sacando
de sus casillas ya que todas las semanas tenía que lidiar con Santiago
y sus acciones.
 
— Te encanta meterte en problemas. ¿No es así? — dice la mamá a
su hijo, expresando su molestia — No sé que harás, pero así no
entrarás a mi casa.

Santiago se retira de la casa tratando de ver como retirarse toda la


suciedad que estaba en su ropa. Piensa en Andrés, pero vive al otro lado
de la ciudad y tampoco quiere fastidiarlo ni estresarlo, ya que él le había
comentado que tenía demasiados trabajos por terminar. Piensa en su
hermano, pero no tiene la confianza suficiente como para
llamarlo. Santiago llora y llora desconsoladamente, está cansado de
que siempre al final del día, termine solo.

De pronto aparece el hermano mayor, Josué. Este chico es el típico


popular de la escuela: alto, guapo, inteligente y muy exitoso en sus
estudios. Definitivamente, es el chico del que su mamá siempre
hablaba con orgullo.
El hermano se da cuenta de todo lo que está pasando y abre la puerta
para dirigirse a su madre.

--¿Mamá?
--Hijo mío – dice la mamá mostrando su emoción y alegría por la
llegada de el mayor – Que bueno que llegas. ¿Qué tal te fue en la
escuela?

La respuesta de su madre hace que Santiago no pueda aguantarse


las lágrimas. Este chico pasa por tanto en la escuela, pero la
indiferencia de su mamá hacia él y el claro favoritismo hacia su
hermano mayor, es algo diferente. Se trata de su familia, de su madre,
de la mujer que hace unos años atrás, no paraba de decirle lo mucho
que lo amaba. Y que ahora, decide regañarlo y castigarlo, en vez de
preguntarse que había sucedido para que su hijo menor, terminara
así.

--Hola, mamá ¿podría pasar Santiago? Está anocheciendo y va a


pegar un resfriado. — dice el hermano mayor.

La mamá acepta y el chico entra cabizbajo tratando de manchar lo


menos posible el piso recién trapeado para luego tomar una ducha. 
Luego de varios minutos, el hermano entra a la habitación.

— Hola – susurra Josué abriendo la puerta — ¿Qué pasó? — con un


tono preocupado.
-- Es una larga historia – dice Santiago con la mirada llena de
cansancio.
Josué lo nota y decide dejarlo tranquilo. 
--Está bien. Supongo que luego encontrarás el momento para
contármelo. Descansa, te aviso cuando esté la cena.
-- Vale

Dos días después, Andrés se levanta muy temprano para terminar las
tareas que había dejado pendientes el día anterior. Recuerda todo lo
que sucedió días atrás y decide visitar la habitación de Santiago para
ver como seguía. Andrés camina hacia el cuarto para abrir la puerta
de su hermano, pero no lo logra. Posiblemente, le había puesto
seguro.

— ¿Estás ahí? — pregunta sin conseguir una respuesta de el


hermano. — Que raro.
Andrés regresa a su cuarto y toma de su cajón un duplicado de
emergencia de la habitación de Santiago. El hermano mayor entra y
encuentra a el menor tirado en su cama en una posición extraña.El
hermano mayor trata de despertarlo, sin embargo, Santiago no
despierta. Andrés comienza a entrar en pánico, ya que su hermano no
responde y para empeorar la situación, encuentra pastillas tiradas por
todo el suelo. Este procede a llamar a su mamá para llevarlo a el
hospital.

—¿Hola? ¿Ambulancia?

Pasaron tres horas desde que llegaron y aún no tienen noticias de él.
La mamá y hermano están muy preocupados por la salud de Andrés,
no pueden creer que realmente quiso acabar con su vida. ¿Tan mal la
estaba pasando para tomar esta decisión?, ¿por qué no nos comentó
nada?, ¿y si de casualidad se tomó muchas pastillas? Eran unas de
las preguntas que pasaban por las mentes de este par.

El doctor sale y les comenta que Santiago está fuera de peligro pero
que aún tendrá que quedarse en el hospital por unos días más. La
mamá y Andrés se abrazan fuertemente alegres con la noticia de que
el hijo y hermano menor se encuentra bien.

—¿Podemos pasar a verlo? — dice la mamá con una enorme sonrisa.

—Claro que sí — dice el doctor — justo ahora se acaba de despertar,


pero por favor, que no hable mucho, no quiero que fuerce nada.

—De acuerdo — dice la mamá

Los dos entran a la habitación y encuentran a Santiago con un tubo


pequeño que ingresaba por su boca.

—Mi amor… — dice la mamá para luego abrazarlo cuidadosamente —


Perdóname, sé que me he portado horrible contigo. No me di cuenta
de los errores que estaba cometiendo hasta que sentí que te iba a
perder. Quiero que sepas que no me imagino sin tí y que prometo que
a partir de ahora seré una mejor mamá ¿si? Te amo.

Santiago no puede, ni tiene que hablar, pero en este momento se


encuentra en una lucha consigo mismo para no llorar. Obviamente fue
inevitable, ya que estaba presenciando una escena donde su mamá le
decía que lo amaba y que sería una mejor persona por él. Había
soñado con esto desde hace tiempo y hoy que al fin está sucediendo,
sentía que esto era más que suficiente para volver a sentirse con vida.

—Yo también prometo ser un mejor hermano — le dice el mayor con


una sonrisa incómoda — Te amo, tonto — soltando una lágrima—
Ahora tienes que descansar, más tarde regresamos, pero estaremos
afuera por si deseas algo.

Han pasado tres días desde que el doctor decidió internar a Santiago.
Él se encuentra mas contento que días anteriores, y ¿cómo no iba a
estarlo? Todas las mañanas despertaba con un beso de mamá. Todas
las tardes jugaban juegos de mesa. Todas las noches recibía a su
mejor amigo para escucharlo hablar de miles de cosas.
El sabe que a partir de ahora todo cambiaría para mejor y que
definitivamente, volvería a encontrar un motivo para seguir aquí.

Luego de que le dieron de alta, todos regresaron a casa contentos de


que la salud física y mental de Santiago, estaba mejorando poco a
poco.

El hermano menor se encuentra descansando en su habitación, hasta


que alguien sorpresivamente toca la puerta.

—Hola — Es Isabella — Sé que es algo raro que esté aquí, pero me


enteré de lo que te sucedió y no pude evitar sentirme culpable.— dice
Isabella para luego tomar la mano de Santiago — Por favor,
perdóname. Sé que será algo difícil, pero te pido que entiendas que yo
también fui víctima de ellos. Nunca tuve la intención de bromear, ni de
burlarme de tí. Supongo que se aprovecharon de mí y de mi miedo
hacia ellos.

Para esto Santiago, no sabía que decir, ni hacer. No puede creer que
tiene a la chica que siempre le había gustado, en frente de él,
disculpándose por las acciones que había cometido hace unos
cuantos días atrás.

—Umh…Hola — suelta Santiago aún siguiendo en estado de shock.


—Hola — contesta Isabella, sonriendo de ternura por Santiago.
—No te…preocupes — dice Santiago con dificultad
—¿Aún no puedes hablar muy bien? — pregunta Isabella con un tono
preocupado.

Santiago niega con la cabeza para responder la pregunta de la chica.


Luego de esto, los dos chicos pasaron una bonita tarde conociéndose
más. Definitivamente y sin dudarlo, estos últimos días, habían sido los
mejores de el año.

—Espero verte pronto en la escuela — dice Isabella para despedirse.

Santiago sentía algo en su pecho, algo que nunca había sentido en un


buen tiempo. Esa cosa que te hace sentir vivo, que hace que tengas
ganas de saltar y gritar por todos lados. Esa cosa llamada… felicidad.

ARGUMENTO:
Santiago es un chico solitario que sufre de bullying en la escuela y que
lamentablemente, tampoco encuentra consuelo en su casa debido al
poco cariño y afecto que recibe de parte de su mamá y hermano.

CLÍMAX:
Suceso en el cual Santiago decide tomar pastillas para acabar con su
vida, pero que debido a esto, las cosas cambian para mejor
obteniendo nuevamente el cariño de su madre y hermano como
también, creando una bonita relación con la chica que siempre le
había gustado.

TRAMA:
Santiago luego de un duro día de clases, recibe un baldazo de lodo
por parte de dos de sus compañeros y de la chica que le gusta. Al
regresar a casa, su mamá se molesta por la apariencia de su hijo,
llegando a lastimarlo con sus palabras hirientes. Esto hace que él se
sienta tan mal, hasta el punto de querer acabar con su vida. Sin
embargo, Santiago no tenía la mas mínima de idea de que esto haría
reflexionar a su mamá y recibir también unas disculpas de Isabella.
Para así, forjar una mejor relación con ellas.

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