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Unidad 2. Concepto, naturaleza, fuentes y principios en el derecho procesal del


trabajo

2.1. Naturaleza jurídica del derecho procesal del trabajo.


El derecho procesal del trabajo es el estudio de la serie de instituciones y procedimientos
creado por el Estado a fin de que empleadores y trabajadores puedan acudir a defender sus
derechos, los cuales son determinados por la autoridad jurisdiccional a través de una
sentencia.

2.2 Fuentes del derecho procesal del trabajo.


Las fuentes del derecho procesal de trabajo tenemos a la Norma Suprema, ley laboral parte
adjetiva, la doctrina, la jurisprudencia, tratados y convenios internacionales.

2.3 Principios del derecho procesal del trabajo.


2.3.1 Concepto.

Entenderemos por principios del procedimiento a los elementos que definen las formas y
sucesión temporal de los actos procesales, la comunicación de los sujetos procesales entre sí
y con la sociedad en general, así como el vínculo existente entre el órgano jurisdiccional con
el material fáctico que se aporta a la instancia.

El Titulo Catorce, Derecho Procesal del Trabajo, de la Ley Laboral, establece los principios
procesales en los artículos 685, 686, 687, 688, en el que para efectos didácticos los
clasificaremos desde el punto de vista de la fase oral y escrita por lo que la oralidad no solo
es una forma práctica de los actos procesales, sino que se ha convertido en el sistema que
aglutina los principios de inmediación, concentración, oralidad, celeridad, publicidad,
igualdad, continuidad y contradicción, inmediatez, Economía procesal, Sencillez,
Continuidad, Veracidad, Conciliación.

Los principios del derecho procesal del trabajo son los siguientes:

➢ Inmediación dicho principio es fundamental en el nuevo procedimiento laboral, el


cual consiste en la obligación de que el juez del órgano jurisdiccional competente
debe estar presente en todas las etapas procesales del juicio, la falta de esta obligación
trae como consecuencia la nulidad de lo actuado en el juicio laboral.
➢ Concentración. Es una forma de interacción procesal que refiere a la reunión en un
solo acto las diversas etapas que lo constituyen con el fin de concluir el juicio, o de
no ser posible en la menor cantidad de audiencias consecutivas y con la mayor
proximidad temporal entre ellas.
➢ Principio de oralidad. La oralidad en los procedimientos implica el predominio de dicha
técnica, donde los actos fundamentales se realizan verbalmente
➢ Principio de celeridad. Es un principio del procedimiento que busca la tramitación
y resolución con rapidez o prontitud, con la finalidad de otorgar una expedita tutela
a los derechos laborales reclamados. Para ello, se pretenden evitar las dilaciones
indebidas, a fin de materializar un recurso judicial efectivo y rápido
➢ Principio de publicidad. Este principio se refiere a la posibilidad de que todas las
personas puedan tener acceso a todas las actuaciones judiciales, con el fin de
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preservar la imparcialidad y conseguir un control de la actuación de los impartidores


de justicia.
➢ Inmediatez. Dado que la inmediatez puede existir en el tiempo y en el espacio,
frecuentemente se confunde el concepto con el de concentración, atendiendo a la
prontitud o rapidez de la resolución final del juicio, este principio se basa en la
cercanía o proximidad en el espacio, implicando, por tanto, la existencia de un
contacto directo entre el juzgador y las partes del juicio, para que aquel tenga un
conocimiento personal de ellas y puede resolver el caso como lo ordena la Ley: a
verdad sabida y buena fe guardada, una vez realizados los alegatos de las partes, el
Tribunal declarará cerrada la etapa de juicio y emitirá la sentencia en la misma
audiencia, con lo que se pondrá fin al procedimiento, como una excepción el Tribunal
dictara la sentencia dentro de los cinco días siguientes al de celebración de la
audiencia de juicio párrafo segundo del artículo 873-J
➢ Gratuidad. La administración de justicia se debe realizar en forma gratuita, sin que
no se cobren costas judiciales, toda persona que recurra a los tribunales en demanda
de tutela a sus derechos, puede hacerlo sin pago alguno a éstos, atendiendo al
mandato contenido del artículo 17 Constitucional, según el cual: “Toda persona tiene
derecho a que se le administre justicia por tribunales que estarán expedidos para
impartirla en los plazos y términos que se fijen las leyes, emitiendo sus resoluciones
de manera pronta, completa e imparcial. Su servicio será gratuito, quedando, en
consecuencia, prohibidas las costas judiciales”.
➢ Economía procesal. El proceso laboral debe llevarse a cabo con la mayor economía,
sobre todo en cuanto a tiempo; a este respecto la Ley faculta a los Tribunales
laborales en los términos de los artículos 685 y 686, para que regularicen y ordenen
la sustanciación del procedimiento, con el fin de lograr la mayor concentración y
sencillez de los juicios.
➢ Sencillez. Constituye la ausencia de formalismos dentro del procedimiento para las
partes, pudiendo constreñirse a precisar los puntos petitorios, sin requerirse de
señalar las disposiciones legales que los fundamenten.
➢ Continuidad, Este principio refiere que el Juez una vez iniciada la fase escrita con
el ingreso de la demanda se lleven en menor tiempo posible las siguientes fases de
contestación, replica, contrareplica, audiencia preliminar y la audiencia de juicio.
➢ Veracidad. El órgano jurisdiccional presupone que todos los medios de pruebas
tienen relación con los hechos controvertidos.
➢ Conciliatorio. Se refiere que se debe de agotar una instancia conciliatoria previa,
obligatoria y ajena de los órganos impartidores de justicia.

En la Nueva legislación laboral establece que el Tribunal eximirá de la Carga de la


prueba al trabajador (artículo 784.) En una controversia judicial entre iguales resulta justo
que quien afirme esté obligado a probar, pero entre desiguales esta obligación debe cumplirse
en beneficio de la parte débil en el proceso; de ahí que la junta esté obligada, antes que nada,
a investigar la verdad y no ceñirse rigurosamente a la consideración de las pruebas
establecidas en la Ley y aportadas por las partes en el juicio.

Las reformas de 1980 colocaron al derecho procesal laboral sobre la ruta que conduce a la
idea de un proceso nuevo, en la búsqueda constante de la verdad y de la justicia.
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La carga de la prueba, a partir de la reforma, pertenece al patrón y no constituye un deber,


sino una posibilidad del demandado para probar, porque si fuese una obligación, entonces la
junta lo apercibiría de multa o de arresto. Esto es sólo una evidencia más de la búsqueda del
equilibrio entre las partes a que están obligadas las juntas.

El artículo 784 dispone que la junta deba eximir de la carga de la prueba al trabajador, cuando
por otros medios esté en posibilidad de llegar al conocimiento de los hechos. Para este efecto
requerirá al patrón para que exhiba los documentos que tiene obligación legal de conservar
en la empresa (artículo 804). Asimismo, lo apercibirá de que, de no presentarlos, se tendrán
por ciertos los hechos alegados por el trabajador en relación con esas pruebas (artículo 805).

El patrón es quien cuenta generalmente con los elementos para comprobar los hechos o
esclarecer la verdad, y es por eso que la Ley señala catorce casos en los que el patrón tiene
la carga de la prueba cuando exista controversia sobre ellos: fecha de ingreso del
trabajador; antigüedad en el empleo; faltas de asistencia; causas de rescisión de la
relación de trabajo; constancia de haber dado aviso por escrito al trabajador de la fecha
y causa del despido; el contrato de trabajo; duración de la jornada de trabajo; pago de
días de descanso y obligatorios; disfrute y pago de las vacaciones; pago de las primas
dominical, vacacional y de antigüedad; monto y pago del salario; pago de la
participación de los trabajadores en las utilidades de las empresas, y aportación al
Fondo Nacional de la Vivienda.

La grandeza filosófica y social de la norma radica en que dio satisfacción plena a la naturaleza
del proceso laboral imponiendo la carga de la prueba al que dispone de los elementos
materiales, tales como los libros de registro, nominas, declaraciones, que permiten a las juntas
alcanzar la verdad y la justicia.

Informalidad En el escrito inicial de demanda el actor ha de señalar lo que pide y


fundamentarlo en los hechos que ahí mismo se consignen, para que la junta resuelva lo
conducente (artículo 872). Es suficiente la simple exposición de los hechos para que el
Tribunal, si lo considera necesario, supla la deficiencia de la demanda en un acuerdo que
también integra la demanda, mediante el cual precisará las prestaciones a que tenga derecho
el trabajador (artículo 685). Más aún, no requisito indispensable señalar los fundamentos
legales en que se basa la acción, pero las partes deben precisar los puntos petitorios. Los
hechos son la base de una demanda y no se exige, por tanto, forma determinada en las
comparecencias, escritos, promociones o alegaciones (artículo 687).

2.3.2 Enunciación.
2.3.3 Características.

Suplencia de la deficiencia de la demanda del trabajador: completar prestaciones;


corrección a cargo del actor; subsanar la demanda; y caducidad.
El artículo 685, en el segundo párrafo, se ocupa de este importantísimo principio del
procedimiento laboral. Su inclusión en la reforma de 1980, junto con la carga de la prueba al
patrón, bien vale toda la Reforma procesal.
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Por eso, dada su trascendencia, en seguida dedicaremos una parte más amplia al principio
procesal mencionado.

Las normas procesales de 1980 vinieron a confirmarla falsedad del supuesto en el que se
movía el derecho procesal, o sea, la falsedad de considerar como válida la igualdad formal
de las partes en el proceso. las reformas tuvieron un doble efecto: por un lado, superaron la
concepción individualista del derecho del trabajador, se reafirmó su naturaleza social de
clase, de modo que el proceso sea una contienda entre desiguales, conforme a su esencia
social; por otro lado, dio una mayor participación a los tribunales del trabajo en el desarrollo
de los juicios.

La justicia social en el proceso del trabajo otorga los instrumentos indispensables para
garantizar a los trabajadores el acceso efectivo a la justicia. No basta que la justicia sea
gratuita, tampoco es suficiente la sola agilización y reducción de la duración de los juicios.
Es indispensable el auxilio legal a los trabajadores en todas las instancias de la vida jurídica,
dentro y fuera del trabajo; "en el proceso el juez debe reivindicar los poderes estatales, no
para imponer la voluntad del soberano omnipotente, sino en sentido tutelar de los intereses
de grupo y de clase, la igualdad real de las partes y la “verdadera verdad”, como fundamento
de la sentencia. La imparcialidad del juez no se pierde porque adopte una postura tutelar o
protectora de una de las partes, por el contrario, el juez es imparcial cuando resuelve
conforme a la ley y procura que las partes en contienda tengan las mismas garantías y estén
en el mismo nivel; no sean los fuertes y poderosos los que se aprovechen deslealmente de las
necesidades, errores o torpezas dé los débiles".

"La experiencia y las estadísticas demostraron que existía un número mayoritario de


demandas que no satisfacían los requisitos mínimos para tener probabilidad de éxito".

Por ello se instauró en el proceso laboral el principio de la suplencia de la deficiencia de la


demanda del trabajador, que anteriormente estaba reservado sólo para el juicio de amparo.

El principio de la suplencia de la deficiencia de la demanda significa la obligación del Tribual


de atender al trabajador para el correcto ejercicio de sus acciones, siempre con base en los
hechos planteados por el trabajador en la Litis.

Es un error entender que esta suplencia implica llevar la defensa del trabajador ante los
tribunales, o ejercitar sus acciones en un juicio; mayor error es pensar que la suplencia
consiste en defender al trabajador aun en contra de su voluntad (artículo 771. Para que no se
le aplique la caducidad.

Completar las prestaciones.


Cuando la demanda no comprenda todas las prestaciones derivadas de la acción intentada,
conforme a los hechos expuestos por el trabajador, el Tribunal laboral, al admitir la demanda
deberá subsanarla (artículo 685, tercer párrafo).

En este primer supuesto, el Tribunal dictará acuerdo para completar las prestaciones que en
base a la ley deriven de la acción intentada o procedente, conforme a los hechos expuestos
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por el trabajador; en ese mismo acuerdo el tribunal ordenara el emplazamiento al demandado


dentro de los 5 días, por conducto del actuario judicial, como lo dispone el artículo 873-A.

Aquí surge un problema: ¿Qué sucede cuando el Tribunal no suple la deficiencia de la


demanda del trabajador y de este modo sigue el procedimiento hasta llegar a la sentencia? El
actor no se dio cuenta de la omisión del Tribunal sino hasta que recibió la resolución en su
contra. Acude, por medio del amparo directo, ante el Tribunal Colegiado de Circuito. Dicho
tribunal resolverá que la violación que invoca no encuadra en ninguno de los supuestos
contemplados en las fracciones del artículo 170 de la Ley de Amparo ni en alguno análogo.
Por tanto, se va a desestimar esa violación procesal. Y se resolverá el amparo tomando en
cuenta las violaciones de garantías que pudieran existir en la sentencia. Pero la violación
procesal desestimada queda irremediablemente consumada.

Más bien el trabajador debió haber acudido, por medio del amparo indirecto, ante el Juez de
Distrito, por tratarse de una violación procesal de "imposible reparación", como lo señala la
fracción IV del artículo 108 de la Ley de Amparo. Pero ese recurso debió haberlo interpuesto
dentro de los 15 días siguientes, contados a partir de la notificación del primer acuerdo
admisorio de la demanda por parte del Tribunal en el que dio entrada a la demanda y citó a
la parte demandada contestación de la demanda por escrito. El apoderado legal tiene el
término de 15 días, para interponer el juicio de garantías, que hace referencia el artículo 17
de la Ley de Amparo.

Esto último es muy difícil que pueda darse. El trabajador presentó incompleta su libelo;
seguramente que esto se debió a su desconocimiento del derecho. Por eso es muy difícil
suponer que tenga preparación para conocer el término de 15 días contado a partir de la fecha
en que el Tribunal le notificó su primera resolución, y para percatarse de que aquel primer
acuerdo lo dictó sin suplir la deficiencia de la demanda.

Es decir, cuando el Tribunal no cumple su obligación de suplir la deficiencia de la demanda


en el supuesto a que se refiere el tercer párrafo del artículo 685 de la Ley Laboral, no existe
prácticamente un recurso que hacer valer. Ya hemos visto que conforme al artículo 170 de
la Ley de Amparo no procede el amparo directo y es casi imposible que se interponga
oportunamente el amparo indirecto, precisamente por la falta de preparación del trabajador.

El legislador del año 2018 cumplió muy bien su obligación al regular la suplencia de la
deficiencia de la demanda del trabajador. Determina claramente la obligación de la junta de
suplir la deficiencia de esa demanda. Sería impropio ampliar el artículo 159 de la Ley de
Amparo para incluir otras violaciones al procedimiento, y particularmente en una materia
determinada y en un punto específico; esto implicaría entrar en un casuismo que no es propio
de una disciplina como el amparo.

Corrección a cargo del actor


Otra de las manifestaciones de la suplencia de la deficiencia de la demanda del trabajador, se
da cuando el Tribunal nota alguna irregularidad en el escrito de demanda, o en el caso de que
el trabajador ejercite acciones contradictorias o no se haya precisado el salario base de la
acción (artículo 873, párrafo tercero).
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Señala la Ley que, en el primero de estos supuestos, el Tribunal al dictar el acuerdo


admitiendo la demanda del trabajador, "le señalará los defectos u omisiones en que haya
incurrido y lo prevendrá para que los subsane dentro de un término de tres días" (artículo
873, párrafo tercero).

El acuerdo que dicte el Tribunal prevendrá al actor trabajador de que en caso de que no
subsane su demanda dentro del término de tres días, este los realizará con el material
probatorio que acompaño a su libelo,

En el segundo supuesto, cuándo se trata del ejercicio de accione contradictorias, también se


hará el señalamiento correspondiente al actor, que debe ser con las especificaciones relativas,
y se le formulará la misma prevención que en el caso anterior.

Caducidad.
Una cuarta forma de aplicar el principio de la suplencia de la deficiencia de la demanda del
trabajador, es ante el peligro de la caducidad de su acción.

Uno de los principios que rigen al procedimiento laboral es el de la economía procesal,


contenido en el primer párrafo del artículo 685 y en el artículo 771: El Tribunal cuidará, bajo
su más estricta responsabilidad, que los juicios que ante ellos se tramiten no queden inactivos,
proveyendo lo que conforme a la ley corresponda hasta dictar la sentencia.

El artículo 773 señala que se tendrá por desistida de la acción intentada a toda persona que
no haga promoción alguna en el término de cuatro meses, siempre que esa promoción sea
necesaria para la continuación del procedimiento.

Conforme al artículo 772, cuando para continuar el trámite del juicio sea necesaria la
promoción del trabajador y éste no la haya efectuado dentro de un lapso de cuarenta y cinco
días, el Tribunal deberá ordenar que se le requiera personalmente para que la presente,
apercibiéndolo de que, de no hacerlo, operará la caducidad.

Si el trabajador está patrocinado por un procurador del trabajo, la junta notificará a la


Procuraduría de la Defensa del Trabajo para los efectos correspondientes.
Si el trabajador no tiene patrocinio jurídico, el acuerdo se le hará saber a la Procuraduría,
para el efecto de que intervenga ante el trabajador y le precise las consecuencias legales de
la falta de promoción, así como para que le brinde asesoría legal en caso de que el trabajador
se la requiera.

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