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LA POLÍTICA EN LA
ANTIGÜEDAD CLÁSICA
Ágora de Atenas
ÍNDICE:
GRECIA
EL NACIMIENTO DE LA POLIS
La monarquía micénica. 7
La Edad Oscura. 9
La búsqueda del orden. 11
Un nuevo comienzo. 13
Isonomía, tomar la palabra y la divulgación. 16
Tiranos y Legisladores. 19
La Reforma de Solón. 22
LA DEMOCRACIA EN ATENAS
Conceptos fundamentales en el nacimiento
del Pensamiento Político. 25
La téchne politiké de Clístenes. 31
Ocuparse de la cosa pública. 33
La téchne de los sofistas. 34
De Pericles a la decadencia. 37
Los críticos de la democracia. 44
PLATÓN
El horizonte histórico. 53
El terapeuta prescribe tratamientos: por las buenas
o por las malas. 57
La política atañe a unos pocos. 60
El largo e intensivo programa educativo. 62
La Justicia. 63
Contra la Democracia. 65
Contra la Tiranía. 68
Tenebroso crespúsculo. 70
ARISTÓTELES
Revival de lo más tradicional. 74
Lo macro en lo micro y viceversa. 78
Vida en común y la ley. 80
La ciudadanía. 82
Equilibrio y seguridad en la Constitución Mixta. 84
La primera Realpolitik y su maestra la Historia. 85
Epílogo. 88
ROMA
República. 95
Imperium. 106
GRECIA
“El gobierno del pueblo tiene, de entrada, el nombre más hermoso del
mundo: isonomía (igualdad ante la ley), y, por otra parte, no incurre en
ninguno de los desafueros que comete el monarca: las magistraturas se
desempeñan por sorteo, cada uno rinde cuentas de su cargo y todas las
deliberaciones se someten a la comunidad”.
Heródoto.
Tucídides.
EL NACIMIENTO DE LA POLIS
La monarquía micénica.
Hacia el -1600 florece la cultura micénica de los aqueos, mixta
de elementos mediterráneos e indoeuropeos1. El aqueo-micénico no
conoce otro modo de vida que no sea el de la fuerza y la
supervivencia. Se desarrolla especialmente en Micenas, la corte más
rica y poderosa, que tiene la posición hegemónica; también en Pilos
y Atenas, entre otras. De esta época queda el magnífico testimonio
en piedra del Tholos del tesoro de Atreo, en Micenas. Los soberanos
protogriegos son aguerridos y audaces, ávidos de poder y riquezas,
se lanzan a la conquista del mar Egeo, saqueando Creta y las costas
de Asia Menor. Estamos en la época de la ‘Guerra de Troya’ que
contará tiempo después Homero en su Ilíada. En torno al -1425 el
mundo minoico cae en manos de los aqueos y comienza un periodo
de simbiosis cultural en el que se adopta y adapta la escritura
minoica: el lineal A se transforma en el lineal B (Souvirón, 2008:58).
1 Hacia el -2000 una gran masa de indoeuropeos, los minios (Vernant 1992:28), habían penetrado en
Grecia por el norte y la conquistan por la fuerza. Forman la vanguardia de las tribus que en oleada s sucesivas se fijarán
La Edad Oscura.
En -1100 llega una segunda de oleada invasora: los dorios, que
eran también protogriegos, como los micenios, pero mucho más
brutos e incultos (Mosterín, 1990:183). Se organizaron militarmente
y se dirigieron al sur arrasando con la cultura micénica, que no
atravesaba por sus mejores momentos. Los dorios acabaron con todo
vestigio cultural micénico. La escritura misma desaparece, como
arrastrada por el derrumbe de los palacios. El lineal B (escritura
ideográfica con 87 signos) desapareció por completo y fue sustituido
mucho tiempo después por otro sistema de escritura con solo 20
signos capaces de expresar valores fonéticos. Se parte de una doble
hipótesis para explicar este silencio que dura al menos 3 siglos
(Souvirón, 2008:62-63): el uso de materiales perecederos y la
destrucción de la economía palatina y el comercio2.
2 El empobrecimiento generalizado, por ejemplo, hizo que no se escribiera en tablas de arcilla que
son más costosas de elaborar. Por el comercio, y la contabilidad, se desarrolla y mantiene la escritura, si aquel
desaparece, ésta se verá resentida en su evolución hasta desparecer. La escritura no debió ser un bien generalizado en la
población helena. Sería, más bien, una herramienta al servicio de la economía palatina aristocrática usada por un grupo
de personas específico. Si el comercio cae y se desploma, la escritura iría cayendo en el olvido al no haber quien le diera
uso.
3 Un apunte aquí: el nomos de la época arcaica es todo un logro, un triunfo, un avance respecto al
descontrol de la bía y lo caprichoso de la díke; nada que ver con lo que ocurrirá más adelante, en el –V, en la época
ilustrada de los sofistas y Heródoto, en la que el relativismo se ha apoderado de los nómoi.
Un nuevo comienzo.
La influencia doria fue desapareciendo, quedando sólo
algunos restos en Epiro y Macedonia. Mientras ésta iba perdiendo
influencia y desapareciendo, Grecia se fue fracturando en un
mosaico de pequeñas comunidades políticas aisladas físicamente
unas de otras por el mar y por las montañas. Estas comunidades
políticas eran completamente autónomas e independientes: son las
4 Plural de polis.
Tiranos y Legisladores.
El sistema de la polis demuestra que funciona, tanto que la
crisis, precisamente, llega por el éxito (Vernant, 1992: 81 a 93). En el
siglo -VIII había comenzado un tímido acercamiento de la Grecia
continental con Oriente: el comercio con los fenicios y las relaciones
de Jonia con Lidia. En el -VII este proceso se desborda. Este
ensanchamiento del horizonte marítimo responde a una exigencia
imperiosa: el avance demográfico plantea el problema del
suministro de cereales y también el favorecimiento de cultivos más
lucrativos, como son el de la vid y el olivo. Urge la búsqueda de
tierras, de alimentos, y de metales. Este triple objetivo marcó la
expansión griega a través del Mediterráneo tal y como lo
explicábamos anteriormente. El contacto con Oriente también trae al
mundo heleno importantes cambios en el decorado de la vida social.
Seducida por el lujo, el refinamiento y la opulencia, la aristocracia
griega se fija en el ideal fastuoso del mundo oriental. Por eso es tan
importante para el heleno la búsqueda de territorios mineros que
ofrezcan minerales preciosos. Todo avanza, se mueve. Bueno, no
todo.
Como dijimos anteriormente, de la pléyade de polis griegas,
dos destacan por encima de todas: Esparta y Atenas. Esparta fue un
régimen cerrado y militarizado. A partir del siglo –VII, con la
conquista de la Mesenia, estos rasgos se agudizan. Sin comercio, sin
artesanía, sin lujos ni ostentaciones, sin arte ni actividades
intelectuales, los espartanos viven para la guerra. En el caso de
5 El periodo transcurrido entre mediados del –VII hasta finales del –VI, es conocido como ‘La edad
de las Tiranías’ (Gª. Gual, 1990:77).
6 Otro apunte aquí: el tirano de la época arcaica fue una figura política de primer orden. A partir del
–V y –IV es cuando aparece el matiz peyorativo que llega hasta nuestros días. En un principio el tirano era el garante de
la estabilidad y unidad cívica, con lo que tendría ademanes autoritarios para garantizarlas. Los tiranos posteriores,
retratados por Platón, Dioniso I y II de Siracusa ya muestran los rasgos caprichosos y más abyectos de la tiranía. Gª.
Gual (1990:78) cita a los más importante tiranos del –VII y -VI: Fidón de Argos, Trasíbulo de Mileto, Damóteles de
Samos. Mírsilo de Mitilene, Clístenes de Sición, Periandro de Corinto, Fálaris de Agrigento, Polícrates de Samos,
Lígdamis de Naxos y Pisístrato de Atenas.
La Reforma de Solón.
La líneas generales de la reforma de Solón fueron: prohibición
de la esclavitud por deudas, devolución de las tierras a los
campesinos endeudados de por vida, amnistía para los exiliados,
nuevo marco legal para reclamaciones a los poderosos en casos de
agravios e injusticias, nuevo censo popular según los ingresos
económicos y no según la nobleza de sangre, nueva moneda y
sistema de pesas y medidas, fomento de la artesanía y el comercio,
potenciación de la Ecclesia, la asamblea del demos, como contrapeso
LA DEMOCRACIA EN ATENAS
7 Ciudad, Ciudad-Estado o Ciudad-República son las traducciones que los analistas hacen del
término ‘polis’.
8 Los seres humanos eran sometidos a esclavitud por varias razones. Las más frecuentes fueron:
consecuencia de derrotas militares, castigo por delitos determinados y pago de deudas (de Sebastián, 2000:29).
9 Aristóteles Política, Biblioteca de Filosofía Folio 2002 Barcelona 2 Vols., pp. 164 [Libro III Capítulo
XII 1287a]
10 En Atenas no hubo algo parecido a lo que, actualmente, se llama ‘Socialismo de Estado’ o
‘Comunitarismo’, nunca hubo doctrina o ideología intencionada a este respecto. Las medidas contra las desigualdades
sociales o que apoyaron la igualdad social se enmarcaron, dentro de la democracia ateniense, como forma de paliar o
evitar conflictos agudos. Tampoco existe un igualitarismo moderno en la fiscalidad. Los ricos pagaban muchos más
impuestos a la Ciudad no por espíritu igualitario sino por interés cívico, el orgullo elitista de defender la polis
(Touchard, 2008:33).
11 Las magistraturas ejecutivas, los estrategas o la inspección de los mercados, sí son colegiadas y
necesitaban ciertas cualidades personales que determinaban su elección: la instrucción militar, experiencia en el
combate y mando de tropas para los primeros por ejemplo.
Los sofistas chocan con las vetustas tradiciones atenienses, pero aun
así su éxito es incuestionable. Generalmente extranjeros llegaron al
Ática atraídos por la riqueza que allí se generaba al estar Atenas en
cabeza de la Liga de Delos. No participaron de forma activa en la
vida de la pólis. Su programa pedagógico no era comunitario sino
individual, además de exigir un pago por sus enseñanzas.
De Pericles a la decadencia.
Las victorias en las Guerras Médicas convirtieron a Atenas en
el gran centro defensivo de toda la Hélade. A su regazo se fueron
reuniéndose muchas póleis de menor tamaño, de ahí surgió la Liga
Délica (o Delo-Ática). Los miembros más grandes (Atenas, Quíos,
Samos y Lesbos) aportaban navíos de guerra y combatientes. Las
más pequeñas pagaban un tributo anual como compensación por la
defensa y el mantenimiento de barcos y tropas. Los 50 años que
transcurrieron entre las Guerras Médicas y la Guerra del Peloponeso
es conocido como la Pentecontecia, un período de paz, estabilidad,
prosperidad comercial y engalanamiento de Atenas. En ese tiempo
sobresale la insigne figura de un gran político: Pericles.
El líder ateniense ha pasado a los libros de Historia como el
más importante y brillante político de la Antigüedad. Cierto es, tal y
17 La ‘Historia de la Guerra del Peloponeso’ de Tucídides muestra que la guerra no era ya un castigo de
los dioses sino un fenómeno sociopolítico que puede ser explicado según causas y condicionantes, que tiene una serie
de actores y un curso de acción de los que pueden darse cuenta racionalmente.
18 Mencionar aquí solamente la obra más importante: el Partenón encargado a Fidias en el 447 a.C.
y acabado en el 432 a. C.
Figura 1
Figura 2
19 Brevemente: las demandas de libertad e igualdad ilimitadas terminan siendo incompatibles con
la estabilidad y el orden. A corto plazo todo son éxitos. A largo plazo, la eliminación de los límites y la permisividad
erosionan la autoridad. Con lo que abundarán las rebeldías e insurrecciones cuando la autoridad trata de hacer lo que le
corresponde, ya que sus medidas serán vista como coacción. La cohesión social estará amenazada y la vida política se
fragmenta. Este estado de cosas conduce a la inestabilidad y a la aparición de de figuras populares que prometen acabar
con todos los males. Cuando uno de ellos logra encandilar a la masa y le entregan el poder se convierte en tirano.
20 Los siete sabios de Grecia: Tales de Mileto, Pítaco de Mitilene, Bías de Priene, Solón de Atenas,
Cleóbulo de Lindo, Misón de Quen, Quilón de Lacedemonia. Listado de Platón en ‘Protágoras’ 343a (Alianza Editorial
Clásicos de Grecia y Roma BT8210 2006 Madrid pp. 90)
filosofía han de unificarse, y por eso los reyes han de ser filósofos.
Platón es radical, rechaza todos los regímenes existentes,
democráticos y de otro estilo. Cuando Platón habla de Justicia, está
hablando de la dikaiosyne, la justicia en sentido moral y no legal, un
orden correcto y sabio. La política de Platón surge, entonces, de la
Justicia. Por eso al ateniense no le interesa nada describir los
fenómenos empíricos y sí el “estudio normativo de los principios
teóricos del gobierno de los hombres” (Touchard, 2008:42).
PLATÓN
El horizonte histórico.
Proveniente de una aristocrática familia que había tenido
cierta importancia en la política de Atenas, Platón debió ser un tipo
bien educado e inteligente, con un fuerte carácter y espíritu crítico.
Vivió cerca del lugar donde se ‘cocinaban’ los asuntos políticos y
tuvo que conocer de primera mano lo que ocurría de verdad en
Atenas. Tampoco hay que desdeñar en absoluto la impronta que
Sócrates, su pensamiento y su muerte, dejó en nuestro filósofo. Si el
Estado acaba con el mejor de sus hombres mal andamos, debió
pensar el joven ateniense. Así que Platón veía mal la situación tanto
política como moral de su época y se embarcó en proyectar su
solución. Pero seguía necesitando más elementos de juicio,
necesitaba saber más de la téchne politiké.
Corre el año 390 cuando Platón, que contaba con casi 40 años,
abandona Atenas, parece que rumbo a Egipto. Luego pasa a Cirene,
donde entra en contactos con matemáticos y geómetras (Teodoro); y
de allí al sur de Italia, seguramente a Tarento, donde quedó
impresionado por el gobierno de la aristocracia pitagórica,
quedando refrendadas las buenas noticias que ya en Atenas tenía de
esta secta. Luego cruzó lo que hoy conocemos como estrecho de
Mesina, hogar de Escila y Caribdis hasta llegar a Siracusa, estamos
ya en el 388.
¿Qué empuja a un desahogado aristócrata ateniense a coger el
petate y dedicarse a recorrer mundo? Parece claro que no fue una
sino varias las razones por las que nuestro filósofo emprendió sus
viajes. Un gran desánimo por el descrédito de la política en la polis,
primero porque su familia más cercana estuvo directamente
involucrada en el gobierno de los Treinta Tiranos; y luego, sobre
todo, tras el injusto incidente que acabó con el suicidio de su viejo
maestro Sócrates. Podríamos añadir, además, algo tan obvio como
es la curiosidad innata de todo hombre culto por saber y conocer
otras formas de vivir, otras culturas distintas a la propia. Y
finalmente, debió de tener fuertes razones intelectuales de querer
conocer de primera mano otras escuelas de pensamiento y otras
formas de gobierno político. Seguramente lo que vio en Egipto le
impresionó mucho, pero no desde el punto de vista filosófico. Pero
sí que caló hondo en su vida lo que vivió en la Magna Grecia:
primero el contacto con los pitagóricos que tanto aportarían a su
La Justicia.
Dice Platón en el Gorgias, que la justicia es el mayor de los
bienes y cometer injusticia resulta ser el mayor de los males, e
incluso afirma que es preferible padecer una injusticia antes que
cometerla. Esta frase es un desafío y una negación completa del
modo en que se gobierna en Atenas.
Contra la Democracia.
Platón revisa los varios tipos de gobierno existentes y sus
posibles evoluciones. Los critica a todos sin excepción, manteniendo
el tono teórico y filosófico característico siempre atento a los
sociopsicológico. La polis ideal que Platón diseña, no hay duda, es
profundamente antagonista a la Atenas de su época. La polis
democrática ateniense está gravemente enferma, ya que son los
‘pasteleros’ y los ‘cosmetólogos’ los que gobiernan y no quienes
debieran hacerlo, los filósofos (Mas, 2003:175). En ella la libertad y la
igualdad se extiende hasta los límites de la indisciplina, las
costumbres se relajan y las leyes se olvidan.
cosas tan distintas como para que lo sirva a una no valga para la
otra. La razón tiene que imperar en la mente del individuo y en el
gobierno de la polis. Pero ocurre que “la razón por sí misma no puede
batallar contra las pasiones” (Cristi, 2011:81), ni en un sitio ni en otro,
necesita la asistencia y la alianza de otros elementos de la psique y
del gobierno. El aliado natural de la razón es la cólera, del mismo
modo que han de estar aliados los filósofos y los guardianes.
Platón percibe que la democracia en la que vive es una
anarquía tal que contagia la psique de los seres humanos con toda
suerte de pasiones desatadas, como si fuera una epidemia a la que
hay que dar cura. La peor de todas ellas es la “insaciable pasión por el
dinero” (Cristi, 2011:88). Esta demencia libertaria disuelve la razón y
la autoridad de la persona y la ciudad. La fiebre por el lujo
demuestra que el límite de las necesidades es sobrepasado; y peor
aún, el consumo desenfrenado les lleva a una expansión territorial
que conduce, cómo no, a una guerra expansionista que si no logras
ganar acarrea mayor desconcierto e inestabilidad. Esta es la imagen
que tiene formada Platón de la Atenas democrática y su diálogo
‘República’ trata de inyectarle lo que no tiene, unidad, estabilidad y
acuerdo social. Y parte fundamental es el control de la psique de los
guardianes para que no caigan en las mismas pulsiones destructivas
que el resto del pueblo. Primero el proyecto educativo y segundo un
régimen de vida completamente distinto al del resto. Para garantizar
el temple ético de los gobernantes hay que separarlos, por completo,
de la actividad de los agentes económicos, se elimina la propiedad y
Contra la Tiranía.
Si hay algo que Platón deteste más que la Democracia es, sin
duda, la tiranía. Y es que si enferma es la democracia peor aún es la
tiranía. Cuando Platón habla tan duramente de la tiranía lo hace por
poderosas razones, teóricas y personales. La tiranía mató a su
maestro Sócrates, mató a Dión, la gran esperanza de hacer realidad
su sueño; y además puso su vida en serios aprietos. Pero es que
además representaba todo lo execrable del ser humano a nivel
fisiológico, ético y social. La tiranía es algo terrible que Platón vivió
en sus carnes y que trató por todos los medios a su alcance de
denunciar.
Tenebroso crespúsculo.
Una teoría que no se lleva a la práctica es puro mito, las
verdades que se manifiestan con claridad al pensador han de poder
realizarse prácticamente. Por esto Platón marcha a Sicilia (en tres
ocasiones), con la pretensión de llevar a la práctica sus teorías. La
cosa acabó en un estrepitoso fracaso como se explicó al comienzo.
Podrían pensar algunos que después de los serios traspiés del
Maestro la filosofía era algo inútil e inservible para la política; o que
cuando el grado de corrupción y maldad es tan grande la polis se
vuelve ingobernable y nada puede hacerse. Incluso seguir a Calicles
que pensaba que como no se puede hacer nada contra ella, mejor es
unirse y adaptarse a la corrupción (Mas, 2003:203). Pero Platón no se
resigna y en sus últimos diálogos vuelve a retomar el problema de la
necesidad de que el mensaje sea recibido.
ARISTÓTELES
21 Estudio introductorio de Aristóteles Política, Biblioteca de Filosofía Folio 2002 Barcelona 2 Vols.
normas que regulen esa vida comunitaria con objeto de vivir bien. Si
la ley se constituye correcta y apropiadamente, de acuerdo a la
naturaleza, es justo que sean las leyes y no el demos el que gobierne
sobre la polis (Mas, 2003:299). Aristóteles sigue por donde lo dejó
Platón en su último diálogo: deben gobernar las leyes. El estagirita
se muestra partidario de las legislaciones, sean escritas o no. Ley
significa hacer las cosas según orden y por orden, y no atendiendo a
los caprichos arbitrarios o los deseos inquietos y volubles de una
marea humana. Si la voluntad de uno está sujeta al capricho y el
deseo, ni que decir tiene a qué está sujeta la voluntad de muchos.
La ciudadanía.
Las cuestiones relacionadas con el estatus de ciudadano era un
tema importante para los atenienses y llevaba siglos en el candelero.
Mas (2003:307) explica cómo evoluciona con el tiempo: “Para Solón el
criterio de ciudadanía es económico (la riqueza) y para Clístenes territorial
(la adscripción al demos), para Pericles es político (ser hijo de ciudadanos)”.
La postura de Aristóteles es como sigue: no se obtiene la condición
ciudadana por el mero hecho de vivir en un sitio determinado;
tampoco por participar de ciertos derechos a los que se llega por
acuerdos. Es ciudadano el que lleva una vida política activa (Mas,
2003:309). ¿Cómo se consigue una vida política activa? El ciudadano
libre ha de ocuparse del servicio comunitario, pero para poder
cumplir con esta función cívica y dedicarse a la política requiere ocio
y tiempo libre, scholé. El ciudadano no tiene que encargarse del
22 A veces los metecos, extranjeros, pueden convertirse en ciudadanos de pleno derecho en virtud
de tratados y alianzas bilaterales.
23 Lo llama alhaja viva en 1253b Libro I Capítulo III
varias. Esto le lleva a admitir que no existe una “constitución que sea
buena en todo tiempo, lugar y para todos los hombres, es decir, una forma
que no se corrompa, que jamás tenga que cambiar” (Rus, 2011:120). No
existe la constitución perfecta. Cada sociedad, en cada momento,
según sus peculiares características, tiene que dotarse del mejor
sistema de gobierno, el que mejor se adapte a su concreción.
La politeía aristotélica se articula en torno a dos conceptos
técnicos: estabilidad y seguridad; y no filosóficos: justicia y bien. El
conflicto entre facciones, clases o como quiera que se les llame es
inevitable e irresoluble. Por tanto, lo mejor que puede hacerse es
buscar instrumentos de estabilidad y paz social. Aristóteles
convierte la política en un saber autónomo y complejo. Es una
teorización sobre el gobierno y sus formas y a la vez una técnica que
permite la conservación del poder, una habilidad, una serie de
destrezas para dominar en determinadas situaciones políticas (Mas,
2003:335). Aristóteles es el primer pensador que consigue articular
un proyecto político completo: documentación histórica, teorización
de las mejoras posibles y, finalmente, herramientas prácticas para la
actuación política.
Pragmático comedido en busca de equilibrios razonables,
estaba en contra de las reformas radicales y revolucionarias. A la
sociedad helénica la podría salvar el equilibrio, como se hace
patente en los notorios logros de su pasado, y no las catástrofes y
convulsiones sociales. La crisis social ateniense está circunscrita en
un marco histórico concreto del que se tiene amplio conocimiento.
Epílogo.
El fin de una época ha llegado, el modelo de polis autárquica
llega a su ocaso. Primero Atenas se convirtió en una potencia y
ahora el mundo heleno es presa del creciente dominio macedonio. El
mundo clásico terminará dando paso al Imperio de Alejandro
Magno. En medio de esto dos filósofos se encuentran para dejarle a
la posteridad un magnífico compendio de ideas y conceptos.
ROMA
“Est igitur, inquit Africanus, res publica res populi, populus autem
non omnis hominum coetus quoquo modo congregatus, sed coetus
multitudinis iuris consensu et utilitatis communione sociatus. Eius autem
prima causa coeundi est non tam inbecillitas quam naturalis quaedam
hominum quasi congregatio; non est enim singulare nec solivagum genus
hoc, sed ita generatum ut ne in omnium quidem rerum affluentia”.
Cicerón
II
República.
I
24 El primer documento literario de importancia del que se tiene referencia es, precisamente, un
texto legal, ‘La Ley de las XII Tablas’ del s. V a. C. La sentencia citada al comienzo, la séptima, puede traducirse como
sigue: “Si no pactan, que lleven su causa al comicio o al foro antes de mediodía. Durante la exposición, que estén presentes ambos”.
25 Escipión el Joven, hijo adoptivo del gran Escipión el Africano, fue también una figura histórica
de indudable relevancia, vencedor de la Tercera Guerra Púnica que termina con la destrucción de Cartago y vencedor
en Hispania con la caída de Numancia.
II
26 Polibio nace en la ciudad de Megalópolis (Arcadia) a finales del siglo III a.C. Como ya ocurriera
con Platón, nació en el seno de una familia de larga tradición política, en la Liga Aquea, con lo que desde muy joven
estuvo familiarizado con las cuestiones del gobierno. Pero a diferencia de aquel, antes de ser un teórico de las
constituciones, sí que tuvo una carrera militar y ejerció la política activa como embajador e Hiparco de la Liga. En Pidna
(168 a. C.) las legiones romanas de Paulo Emilio derrotan al ejército macedonio, con lo que la Hélade queda a merced de
Roma. Un año después vemos a Polibio junto a otros miles de griegos convertidos en esclavos de guerra camino a la
gran urbe. A pesar de esto, no fue tratado como la mayoría de los rehenes, al contrario, fue un exiliado privilegiado,
incluso formó parte, con otros muchos intelectuales, del ‘Círculo de los Escipiones’, un grupo de romanos que trataron
de entender, en profundidad, la cultura helena (Rus, 2011:130). En el año 150 a.C. se le concede la libertad y vuelve a
Grecia. No obstante, su relación con Roma no termina aquí, volverá a relacionarse con ella varias veces como experto y
consultor en las campañas militares contra Corinto y Cartago y como embajador en Alejandría, Sardes y Rodas.
28 Corre el año 216 a. C. cuando en Cannas (en Apulia, al sudeste de la península Itálica) se
enfrentan las tropas cartaginesas de Aníbal y las legiones romanas de Cayo Terencio Varrón y Lucio Emilio Paulo. Es
uno de los mayores desastres militares de Roma que le costó la vida al cónsul L. Emilio Paulo y al menos 50.000
soldados de su tropa. Roma estaba en una situación límite, peor hubiera sido si Aníbal hubiese seguido atacando hasta
llegar a Roma. Pero aquello no ocurrió. Roma reaccionó, expulsó a los cartagineses de sus tierras, hasta terminar
ganando la segunda Guerra Púnica en la Batalla de Zama (202 a. C.).
29 Otros autores dudan de que esto sea así, de que Polibio fuera el intérprete de la clase
senatorial que detentaba el poder. Arce (1995:186 y 190) cita a Fergus Millar. No parece haber
duda de que el griego quedó impactado por la caída de Grecia, y de que aquella impresión se
tornó admiración por las victorias romanas. Tampoco puede dudarse de que el aristócrata
griego encajó perfectamente en un círculo intelectual elitista en el que adquirió prestigio. Pero
de ahí a pensar que Polibio favoreció claramente a los aristócratas en sus reflexiones hay un
trecho. La constitución mixta romana es el mejor gobierno posible porque funciona; y este
argumento es descriptivo, no valorativo, según este autor.
III
30 Exponer todos los datos históricos superaría, con mucho, la economía de esta obra. Se ofrecen de
forma sumaria y resumida los más relevantes para nuestro propósito, que era centrarnos en las ideas y formas políticas.
Y no es posible hacerlo sin ofrecer, al menos, el tumultuoso telón de fondo histórico de la Roma de final del siglo II y la
mayor parte del I. El autor es plenamente consciente de las críticas que pudieran hacérsele por exponer unos momentos
históricos y no otros. También es cierto que existen muy buenas ‘Historias de Roma’ tanto a nivel divulgativo popular
como académico y crítico. De las primeras recomendar: Montanelli, I. Historia de Roma, Debolsillo, 2007, Barcelona;
Asimov, I. La República Romana, Alianza Editorial, 1999, Madrid.
31 La columna vertebral de las legiones romanas estaba constituida por agricultores y pequeños
propietarios, que labraban sus tierras una parte del año y combatían en el ejército el resto del tiempo. Al comienzo de la
expansión, las campañas eran breves y cercanas al hogar. Luego llegaron las campañas más largas en lugares lejanos.
Los hombres ya no podían ser soldados y agricultores a la vez. Tenían que decidirse por una cosa u otra, por
profesionalizarse en la vida de armas o en la vida agrícola.
IV
32 Son las llamadas ‘Guerras Serviles’ (servi se traduce por esclavo o siervo). La tercera de ellas, la
más famosa, que termina en el 71 a.C., fue encabezada por el gladiador Espartaco y terminó en un tremendo
derramamiento de sangre.
33 La Guerra Címbria, contra címbrios y teutones, en el norte de Europa. La Guerra de Yugurta,
contra los numídios, en el norte de África. La Guerra Social o Guerra de los Aliados contra los habitantes de la Italia
centromeridional (llamados socii o socios) que buscaban la ciudadanía romana, la cual terminaron consiguiendo. Las
Guerras Mitridáticas, contra Mitrídates, en Grecia y Asia Menor. La Primera Guerra Civil que enfrentó a Lucio Cornelio
Sila, en el bando de los aristócratas, y a Cayo Mario, en el bando de los populares, que terminó con la Dictadura de Sila.
La citada Tercera Guerra Servil o Guerra de los Gladiadores.
34 El primero de ellos estuvo formado por Cayo Julio César, Cneo Pompeyo Magno y Marco
Licinio Craso. El segundo por Marco Antonio, Marco Emilio Lépido y César Octavio.
35 Self-made man.
Imperium.
I
37 De este género destaca la Res Gestae Divi Augusti redactada por el propio Augusto, escrito en
placas de bronce que debía estar colocado en su mausoleo. En él, se hace un recuento magnífico de todas las actividades
que llevó a cabo. Del testamento a la posteridad de Octavio no queda rastro alguno en Roma. Sí hay una copia en
Ankara (antigua Ancyra) la actual Turquía. Casi un siglo después, es digno de mención el Panegyricus Traiani (100 d.
C.), obra de encomio, adulación y lisonja de Plinio el Joven al Emperador Trajano, al que designa como Optimus
Princeps. Se dará cuenta de la misma más adelante.
38 De Clementia y De Ira.
II
39 Año 212 d. C.
40 Desde el 96 hasta el 192 d.C.: Nerva, Trajano, Adriano, Antonino Pío, Marco Aurelio, Lucio Vero
y Cómodo.
Elenco Bibliográfico.
- Arce, J., Roma, en Vallespín, F. (ed.) Historia de la Teoría Política, 1 Alianza CS3412
2002 Madrid (1990)
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- Vernant, Jean-Pierre Los orígenes del pensamiento griego, Paidós Studio 88, 1992
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Lecturas Recomendadas
Bibliografía.
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