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ESCUELA SUPERIOR POLITÉCNICA DE CHIMBORAZO

FACULTAD DE SALUD PÚBLICA

ESCUELA DE MEDICINA

SEMIOLOGIA.

DISFAGIA.

QUINTO NIVEL

PARALELO B

DOCENTE: DR. EIDA ORTIZ ZAYAS.

AUTOR: NADIA MARISLEY CASTRO PICO.

Riobamba – Ecuador

2023-2024
DISFAGIA
CONCEPTO.
La disfagia se define como la sensación subjetiva de dificultad para tragar, que se
experimenta de modo transitorio o permanente.
Como términos sinónimos los enfermos hablan de “atoramientos”, sensación de “atasco”
de lo que tragan, señalando dicha sensación a distintos niveles del esófago. Algunos
enfermos hablan de sensación de “bola” al iniciar la deglución. A veces el enfermo
comunica la sensación de dolor propiamente dicho al tragar, en cuyo caso identificamos
el síntoma como odinofagia.
En ocasiones, la disfagia, no es subjetiva, sino que se hace ostensible al practicar un
examen esofagoscópico o radiológico (disfagia objetiva). Finalmente, es interesante
señalar que a veces se identifican sensaciones subjetivas imprecisas de molestias
esofágicas, que no son precisamente ni disfagia ni odinofagia, las cuales se conocen con
el nombre de “neurosis motoras y sensitivas del esófago” y las que debemos estudiar
paralelamente a la disfagia.
CLASIFICACIÓN.
Disfagias orgánicas.
Las disfagias orgánicas son uniforme, regular, rítmico, progresivo, con dificultad inicial
para tragar sólidos, hasta terminar en no poder tragar ni aun los líquidos, como ejemplo
siempre se señala el carcinoma de las porciones bajas del esófago, en cuya enfermedad la
caquexia progresiva del enfermo, así como la sialorrea (signo de Roger), completan la
tipicidad clínica del diagnóstico.
Disfagias funcionales.
Las disfagias funcionales es caprichoso, a veces la disfagia desaparece en l-2 días para
reinstalarse después, irregular, arrítmica, oscilante, con dificultad paradójica para tragar
líquidos. y sin embargo poder tragar sólidos fácilmente, cediendo a veces a la atropina y
sedantes corticales. Es notable el relativo buen estado general de los pacientes, los cuales
por otra parte reportan múltiples síntomas psicovegetativos.
FISIOPATOLOGÍA.
La dificultad de la deglución de agua, alimentos líquidos o sólidos, obedece en términos
generales, bien a alteraciones anatómicas del conducto bucofaringoesofágico, o bien a
alteraciones fisiológicas de la deglución. Podemos señalar fundamentalmente, por lo
tanto, dos tipos patogénicos de disfagia: la disfagia orgánica, mecánica, de base
anatomopatológica, y la disfagia funcional, espasmódica, de base fisiopatológica. Pueden
coexistir en el mismo enfermo ambos mecanismos, debiendo aceptarse en toda disfagia
orgánica un espasmo vecino más o menos variable.
Fisiopatología de la disfagia orgánica
En este tipo la dificultad se explica fácilmente porque existe una disminución de la
permeabilidad bucofaringoesofágica. Cualquier proceso patológico obstructivo a
cualquier nivel de dicho conducto, ocluye la luz y determina una disfagia orgánica o
mecánica. La oclusión puede ser intrínseca, causada por procesos proliferativos o
estenosantes que crecen hacia la luz del órgano, o extrínseca, debida a procesos que crecen
y aplastan el esófago desde el mediastino ocluyendo también su luz.
Fisiopatología de la disfagia funcional
El mecanismo patogénico de la disfagia funcional obedece a las múltiples y complejas
alteraciones de la fisiología de la deglución, Al no ser conocida con exactitud esta función,
deben aceptarse muchas hipótesis en este mecanismo fisiopatológico.
Disfagia funcional alta
Se produce por alteración del reflejo deglutorio con trastornos de sus centros o de sus vías
aferentes y eferentes. Fácilmente se comprende la multiplicidad de procesos patológicos
capaces de producir una disfagia funcional. Particularmente cualquier proceso orgánico
cercano o distante del esófago actuando como espina irritativa y condicionado a la ley de
las distancias de las espinas irritativas, citada con motivo del síntoma sialorrea, será
motivo de disfagia funcional. Una alteración psíquica podrá por mecanismo similar
alterar dicho reflejo. La parálisis de los nervios deglutorios, por lesión bulbar determinará
una disfagia funcional por alteración de tipo central. Cuando las lesiones asientan en la
faringe y en la entrada del esófago, la respuesta se localizará por vía refleja en las partes
altas, originando el tipo de disfagia alta.
Disfagia funcional mediana
Toda lesión intrínseca pequeña, vecina o distante del esófago actuando como espina
irritativa podrá alterar la peristalsis relajatoria de este órgano, determinando una disfagia
de localización mediana, que puede ser producida por alteración refleja o por alteración
del aparato neuromuscular autónomo del esófago. Disfagia funcional baja Una espina
irritativa de localización baja podrá:
1. Alterar la peristalsis relajadora en la fase terminal y producir la disfagia funcional baja.
2. Producir una pérdida del equilibrio vagosimpático.
3. Alterar los esfínteres o sus medios mecánicos de contención.
Toda alteración motora de las regiones de la ampolla frénica y del vestíbulo puede
determinar también una disfagia funcional baja. Señalemos también, como otro
mecanismo la alteración de la acidez gástrica. Se han comprobado, finalmente,
alteraciones histológicas de las distintas capas esofágicas y del sistema neuromuscular
autóctono, que hacen dudar del carácter funcional puro de la disfagia funcional baja. De
todos modos, debe aceptarse como otro mecanismo de este tipo de disfagia funcional la
alteración degenerativa del plexo de Auerbach, de las células ganglionares y de las fibras
nerviosas señaladas por Etzel y otros. La acalasia, como su nombre indica, consiste en
una ausencia de relajación del cardias acompañada de una asinergia que afectaría a los
mecanismos propulsores del esófago y el vestíbulo.
SEMIOGRAFÍA
Para el semiólogo es fundamental cada vez que sea posible, hacer un interrogatorio activo,
detallado, tratando de identificar los caracteres clínicos particulares del síntoma, lo que
facilita grandemente cumplir con éxito la fórmula de “ir del síntoma a la enfermedad”.
En las disfagias será importante estudiar los caracteres siguientes:
Localización
La disfagia puede identificarse subjetivamente como de localización alta, mediana o baja.
La disfagia alta la refiere el paciente al cuello, correspondiendo a la proyección del
cartílago cricoides (boca de Killian o anillo cricofaríngeo). La dificultad se percibe en el
instante de comenzar a tragar. Dentro del tipo funcional la posibilidad más frecuente es
la llamada bola histérica por los antiguos psiquiatras, que corresponde a una disfagia
funcional espástica, de origen corticovegetativo. La disfagia de localización mediana es
referida por el paciente al tórax, correspondiendo a procesos del esófago medio o
actuando este segmento como elemento efector. En estos casos, la sensación de disfagia
se percibe a los 2 ó 5 s después de tragar.
La disfagia baja es la más interesante en la clínica por existir en múltiples enfermedades,
tanto orgánicas como funcionales. Entre las enfermedades orgánicas son importantes: el
cáncer del esófago bajo y del fundus gástrico (yuxtacardiales), la úlcera péptica del
esófago, el divertículo epifrénico de Grenet, los cuerpos extraños y las esofagitis crónicas
bajas. Son importantes como tipos funcionales: el espasmo transitorio del cardias y la
acalasia.
Periodicidad
Se refiere este factor a la evolución de la disfagia a lo largo del tiempo a partir de su
inicio. En general, las disfagias periódicas que aparecen por períodos determinados de
tiempo, alternando con fases de latencia corresponden al tipo funcional, debiéndose
investigar la presencia de lesiones extraesofágicas y disfunciones motoras primarias.
Señalemos como ejemplos, las colecistopatías y el espasmo transitorio del cardias. Las
disfagias no periódicas, es decir, que siguen una evolución constante desde que se
instalan, son, por lo regular, de carácter orgánico, obedecen a enfermedades obstructivas
del esófago, como carcinoma, tumores del mediastino y estenosis de orden cáustico.
Intensidad
La disfagia puede ser de ligera, mediana o de marcada intensidad. Por lo general, las
disfagias orgánicas alcanzan marcados grados, aunque no es infrecuente que algún tipo
de disfagia funcional por alteración motora sea también intensa. Las obstrucciones
orgánicas comenzantes del esófago, así como los procesos de disfagia funcional pura, en
su mayor parte, son de ligera o mediana intensidad.
Calidad
Nos referimos en este caso a la relación de la disfagia con el grado de consistencia del
bolo alimenticio al tragar; esto es, el comportamiento del paciente disfágico al tragar
líquidos, alimentos semisólidos y sólidos. Los pacientes con disfagia de tipo orgánico, en
su mayor parte, observan primero la dificultad para tragar los sólidos, después los
alimentos semisólidos y finalmente los líquidos, dato que se recoge en la anamnesis de la
mayoría de los casos de cáncer obstructivo, de esofagitis estenosante y de tumores
mediastinales.
Modo de comienzo
Puede ser brusco, repentino o insidioso, y lento. Un comienzo brusco, repentino, puede
obedecer a la ingestión de un cuerpo extraño o a la ingestión de cáustico, procesos de
disfagia orgánica; pero salvo estos ejemplos, en general el comienzo brusco corresponde
a procesos de disfagia funcional de causa vegetativa la “bola histérica” correspondiente
al espasmo transitorio cricofaríngeo, por lo general, es de comienzo brusco.
SÍNTOMAS ASOCIADOS
En ocasiones, la disfagia va acompañada de:
a) Dolor u odinofagia, en estos casos pensaremos siempre en procesos orgánicos,
especialmente en tumores malignos y esofagitis, en los cuales haya irritación de los filetes
nerviosos. El dolor esofágico es de localización retrosternal y puede irradiarse al cuello,
a la nuca y a la región interescapular.
b) También se asocia la disfagia, en ocasiones, a pequeña hematemesis, expresión de
lesiones hemorragíparas del esófago.
c) En algunos casos se anota en la anamnesis de un paciente con disfagia, la presencia de
un rico cortejo de síntomas psicovegetativos: ansiedad, insomnio, palpitaciones, ardor de
manos, etc., orientando al semiólogo al diagnóstico de una disfagia funcional
neuromotora, secundaria a una afección neurovegetativa, endocrina o psíquica.
d) Sialorrea, cuyo síntoma asociado a la disfagia baja hace pensar en el cáncer de las
porciones inferiores del esófago (signo de Roger).
e) En otros casos, la disfagia va acompañada de síntomas generales, pérdida de peso,
pérdida de fuerza, todo lo cual orienta al diagnóstico de las disfagias por procesos
malignos.
f) Fiebre, es característica de los abscesos mediastínicos, divertículos perforados, etcétera.
SEMIODIAGNÓSTICO
De lo estudiado se desprende que la anotación del síntoma disfagia en la anamnesis, si
bien debe orientar selectivamente a pensar en enfermedades del esófago, también obliga
a tener en mente que puede corresponder a enfermedades fuera del esófago (de otros
sistemas) y aun a enfermedades de carácter humoral (deficitarias, endocrinas,
psicovegetativas, alérgicas, etcétera).
1. Disfagia orgánica. Frente a una disfagia orgánica pensaremos en la presencia de
tumores benignos y más comúnmente los malignos (carcinoma), situados a cualquier
nivel esofágico. También se consideran las estrecheces producidas por esofagitis crónicas
estenosantes, especialmente la estenosis esofágica cáustica de los niños por la ingestión
accidental de potasa; los divertículos, los cuerpos extraños, etc., son ejemplos típicos de
obstrucción intrínseca. Las estenosis de causa extrínseca son debidas al aumento de
tamaño de los órganos vecinos al esófago, como corazón, aorta, pulmón y otras
estructuras del mediastino (ganglios, etc.).
2. Disfagia funcional. Señalemos como enfermedades más frecuentes, las faringitis, las
laringitis, los pequeños divertículos y las esofagitis agudas y subagudas, las cuales
actuando como espinas irritativas producen por vía refleja una disfagia funcional. Las
lesiones del bulbo y la miastenia grave producen disfagia funcional por anulación del
reflejo deglutorio.
3. Espasmo difuso del esófago, espasmo transitorio del cardias y especialmente la acalasia
de Hurst. Finalmente, señalemos como posibles causas de disfagia funcional
determinadas enfermedades psiconeuróticas y psicóticas. Dentro de la patología
deficitaria se señala la hipovitaminosis B y el conocido síndrome de PlummerVinson, en
el que desempeña un papel importante el déficit de hierro.

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