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UNIVERSIDAD JUSTO SIERRA

PLANTEL TICOMÁN
LICENCIATURA EN MÉDICO CIRUJANO

OTORRINOLAINGOLOGÍA
DOCENTE: DRA. TERESA CRUZ

ALUMNA: LORA SANTIAGO MARÍA FERNANDA


GRUPO: 648E. HOSPITAL GENERAL DE ATIZAPÁN
CICLO ESCOLAR 2023-1

TRABAJO: RESUMEN DE ARTÍCULO


DISFAGIA OROFARÍNGEA. ALGORÍTMO Y TÉCNICAS
DIAGNÓSTICAS
Del griego “dys” dificultad, “phagia” comer, el termino se refiere a una deglución anormal, causando la
sensación de que los alimentos se pegan y la comida no desciende bien.
La disfagia orofaríngea es un trastorno frecuente cuya prevalencia aumenta con la edad (adultos
mayores de 65 años).
Fases de la deglución:
La deglución comprende tres fases: fase oral, fase faríngea y fase esofágica. La disfagia puede producirse
por la alteración en cualquiera de ellas.
Fase oral: integra tres acciones básicas; masticación y formación del bolo alimenticio (fase preparatoria)
y su propulsión y paso a la faringe (fase propulsiva < 1seg). (fase voluntaria).
Fase faríngea: los mecanorreceptores de la faringe envían señales al SNC, activando el reflejo deglutorio,
que se caracteriza por el cierre de la nasofaringe mediante el velo del paladar, la elevación y cierre de la
laringe, la apertura del esfínter esofágico superior y la contracción de la musculatura faríngea. (fase
involuntaria).
Fase esofágica: impulsa el bolo hacia cavidad gástrica, gracias a la contracción peristáltica del esófago y
la relajación coordinada del esfínter esofágico inferior (fase involuntaria).
Causas de disfagia orofaríngea:
Causas funcionales:
o Enfermedades neurológicas: son la causa más frecuente. ACV (30%), enfermedad de Parkinson (52-
82%), enfermedad de Alzheimer (84%), fármacos con efectos sobre el SNC (ansiolíticos,
anticolinérgicos, bifosfonatos).
o Enfermedades musculares: miastenia gravis (afectación placa motora), polimiositis (afectación de la
musculatura estriada) o miopatías metabólicas.
o Alteraciones funcionales EES: acalasia cricofaríngea o disinergia del EES.

Causas estructurales
o Intrínsecas: divertículo faringoesofágico (Zenker), infecciones (absceso, amigdalitis, fascitis
necrotizante), tumores (tumores orofaríngeos, laringe y esófago superior), úlceras por fármacos.
o Extrínsecas: disfagia lusoria (disfagia mecánica por compresión extrínseca, donde existe una
alteración congénita que consiste en la localización anómala de la arteria subclavia derecha), bocio,
aneurismas, neoplasia benigna/maligna: tiroides, ganglios linfáticos, paratiroides, timo.
Diagnóstico:
Se realiza mediante una buena historia clínica y examen físico, acompañados de pruebas
complementarias que ayudarán a detectar la etiología y así definir el mejor tratamiento.
Historia clínica: se debe indagar en datos clave:
o Localización: para diferenciar entre disfagia orofaríngea y esofágica.
o Síntomas asociados: en la disfagia orofaríngea hay síntomas como dificultad para el inicio de la
deglución, regurgitación nasal, tos durante la ingesta, disfonía. Mientras que en la esofágica no
existen esos síntomas.
o Consistencia del alimento: en la disfagia orofaríngea la dificultad para deglutir líquidos es mayor que
para los sólidos, mientras que en la esofágica es igual o mayor para sólidos que para líquidos.
o Duración: una disfagia de instauración brusca asociada a síntomas neurológicos apunta a un ACV. Si
la evolución es lenta, las causas más probables son miopatías inflamatorias y degenerativas.
o Uso de fármacos y tratamientos previos: antecedentes personales de enfermedad en la región
orofaríngea, así como su tratamiento (cirugía cabeza-cuello, radioterapia, quimioterapia).
Exploración física: debe incluir la inspección de la cavidad oral (capacidad de apertura, masticación,
ausencia de piezas dentarias, presencia de restos orales y cualquier alteración de la anatomía) y la
orofaringe, así como la inspección y palpación de la cabeza y cuello, y una exhaustiva exploración
neurológica.
Pruebas complementarias:
o Test clínico: cuestionario de Wallace y Cols modificado, consta de 11 preguntas con las que se
puede saber si el paciente presenta problemas para deglutir, a que texturas, con qué frecuencia y
con qué grado de severidad.
o Test agua: con una jeringa de alimentación se le administran 10 ml de agua y se observa si hay
babeo, el número de degluciones, si hay tos y disfonía. Se repite cuatro veces con el mismo volumen
y una última vez con 50 ml. Si hay síntomas, la prueba es positiva.
o Test volumen viscosidad: consiste en administrar al paciente diversos bolos en un espectro de
volumen de 5 ml a 20 ml y tres viscosidades diferentes (líquido, néctar y pudding). Este método
informa de las alteraciones de la seguridad (no pasa a la vía aérea) y eficacia (eficaz para cumplir su
objetivo).
Complicaciones de la disfagia orofaríngea funcional:
Con una disminución de la eficacia de la deglución, el paciente va a presentar desnutrición y/o
deshidratación. Ante una disminución de la seguridad de la deglución, va a haber un atragantamiento
con obstrucción de la vía aérea o más frecuentemente una aspiración traqueobronquial.
Tratamiento: debe ser individualizado en cada paciente.
o La posición fisiológica para deglutir es sentado a 90°. Uso de cucharas o jeringas.
o Reducción del volumen del bolo con incremento de viscosidad.
o Optimizar la hidratación y nutrición.
o Entrenamiento de la movilidad, fuerza, el tono y la sensibilidad de los órganos que intervienen en la
deglución, intentando mejorar la fase oral y la musculatura supra hioidea.
o gastrostomía endoscópica percutánea (GEP). Indicada en pacientes con enfermedades crónicas.
o Quirúrgico: miotomía, dilatación neumática, inyección de toxina botulínica.

BIBLIOGRAFÍA
Sánchez, I. M., Vega, M. D. C. L., & Aisa, Á. P. (2017). Disfagia orofaríngea. Algoritmo y técnicas diagnósticas. Revista
andaluza de patología digestiva, 40(3), 132-140.

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