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ESTUDIO DE CASO: ENURESIS

Introducción

En este documento se recoge la intervención realizada para un caso de enuresis en


un niño de 10 años. Concretamente, se describen los procesos y herramientas
utilizadas para la evaluación de los síntomas de enuresis, el análisis funcional de la
conducta de micción nocturna, la explicación de las contingencias que mantienen la
conducta problema y el modelo utilizado para el tratamiento. Para el tratamiento se
utilizó una estructura de A-B-A y en la etapa de aplicación del tratamiento se llevó a
cabo el entrenamiento de cama seca. Los resultados reflejaron un impacto positivo
de dicha intervención, llegando a extinguir por completo la conducta problema.

Método

Participante

El paciente es un niño de 10 años y 5 meses, que actualmente cursa primaria. El niño


vive con ambos padres y la familia cuenta además con otra hija. La relación entre los
hermanos es cordial y existe una aparente confianza entre la madre y el hijo.
El principal motivo de consulta son los síntomas de enuresis del niño y la consecuente
preocupación de los padres ya que el niño se orina en la cama a una edad
considerablemente avanzada. Los padres describen como el niño orina prácticamente todas
las noches y no se despierta en el proceso. También se nos confirma que este proceso solo
ocurre una vez cada noche al encontrarse solo un círculo de orina en las sábanas. El niño
refiere como el contexto no afecta a que se produzcan o no los episodios, ya que estos se
producen independientemente de que duerma en su casa o con los abuelos en la casa del
pueblo. La familia acudió previamente a un médico que les prescribió una medicación
para reducir la micción pero que descartó la posibilidad de una patología biológica
causante de la enuresis. A día de hoy no han utilizado la medicación y la restricción de
líquidos por la noche, que recomendó el médico, no ha surtido efecto.
Contexto y materiales

El análisis funcional del caso revela que Pedro manifiesta conductas de micción
nocturna y que las personas de su entorno, tanto familia como amigos, no han
aplicado un castigo como respuesta a la conducta problema, lo que puede haber
favorecido que se mantenga en el tiempo. Además, la madre recibe un castigo cada
vez que tiene que limpiar las sábanas o cambiar el plástico tras uno de los
episodios de micción nocturna.

Para la evaluación de los síntomas de enuresis utilizamos las siguientes


herramientas:

-Una entrevista no estructurada en la que se aplicaron los criterios del DSM-V


para el trastorno de enuresis. En este caso podemos ver como la micción es motivo
de malestar tanto en el niño como en los padres, además de producirse
prácticamente a diario. La edad del niño también permite realizar el diagnóstico de
enuresis ya que esta es superior a los 5 años. También se han descartado posibles
causas biológicas al problema del niño. En cuanto a la etiqueta diagnóstica, se
llegó a la conclusión de que el paciente padece enuresis nocturna primaria, ya que
parece que el problema siempre ha estado presente y supone una mayor gravedad
durante la noche, porque durante el día el niño no se orina encima a pesar de que
acude de forma constante al baño.

-Para registrar el progreso realizado por el niño durante la intervención, los padres
tuvieron que rellenar un autorregistro en el que se recogen el número de veces por
semana que el niño se orina durante la noche. Estos resultados son presentados y
analizados posteriormente en forma de gráfica.

El tratamiento fue aplicado por los padres en la casa de la familia. Durante 17


sesiones, se realizó el entrenamiento de la cama seca de forma que los padres se
turnaron para aplicar el refuerzo al mismo tiempo que realizaban la monitorización

del progreso obtenido por el niño. Los materiales a destacar son la alarma utilizada
para despertar al niño cada noche, con alta intensidad sonora para que el niño
pueda oírla ya que como se comentaba en la descripción del caso que este no se
despierta por sí solo ya que el proceso de micción no le causa molestias durante la
noche. También se cubre la cama del niño con el plástico que la familia ha
utilizado hasta ahora, de forma que si la cama se moja de orina, simplemente se
pueda cambiar el plástico para que el niño pueda volver a la cama sin demora. Los
padres registraron el número de veces que el niño orina cada semana, incluyendo
las veces que se despierta pero no consigue llegar a tiempo al baño o el número de
ocasiones en las que el niño se queda dormido y no escucha la alarma.

Procedimiento y diseño

Además, en este apartado habría que describir, los instrumentos, las técnicas o
procedimientos que se utilizan para intervención.

El tratamiento utilizado fue el entrenamiento de cama seca, consistente en el aprendizaje


de hábitos que combaten la enuresis mediante una alarma que despierta al niño y el
condicionamiento de la conducta de micción nocturna con el hecho de despertarse.
Concretamente, el tratamiento funciona de la siguiente manera:

Aproximadamente una hora antes de acostarse, se incita al niño a beber agua u otro tipo
de bebida en grandes cantidades para incentivar la micción nocturna. A continuación, se
establece una alarma que se activará cada hora durante la noche de forma que se
incentiva al niño a despertarse múltiples ocasiones a lo largo de la noche. En este caso,
limitaremos la cantidad de veces que se utiliza la alarma a una sola vez cada noche
debido a que contamos con 17 semanas para realizar la intervención. Cada vez que el
niño se despierta, este debe ir al cuarto de baño e intentar orinar en el mismo. Cuando
haya terminado, puede volver a la cama para acostarse nuevamente. En caso de que el
niño se despierte y no le dé tiempo a llegar al baño, se le proporcionará técnicas de
higiene para que pueda limpiarse a sí mismo antes de volver a la cama. Si el niño
consigue pasar la noche sin mojar la cama, los padres serán responsables de aplicar
algún tipo de refuerzo positivo acorde a las preferencias del niño.

El diseño que seguimos para la aplicación del tratamiento es de A-B-A, por lo que
buscamos observar el impacto del tratamiento al registrar el efecto de su retirada.

Según el modelo A-B-A, realizamos una observación inicial del comportamiento del
niño, concretamente estudiamos durante 3 semanas el número de ocasiones en el que el
niño no consigue levantarse e ir al baño. Este periodo de observación constituye la línea
base.
En segundo lugar, realizamos la aplicación del tratamiento que dura desde la sesión 5
hasta la número 12. En esta etapa aplicaremos el entrenamiento de la cama seca en el
contexto familiar.

Finalmente, se produce la etapa final de retirada o seguimiento, donde monitorizamos el


impacto que el tratamiento tiene en la conducta del paciente y si se produce o no
mejoría palpable.

Resultados

Los resultados muestran una tendencia a la baja respecto al número de días por semana en
los que se produce la micción. Concretamente, tras iniciar el tratamiento existe una caída
visible y tras la retirada del tratamiento se observa otro escalón. En esta tercera etapa y al
final de la intervención, podemos ver que no se produce micción en ningún momento
durante las últimas 3 semanas.

Discusión

Podemos declarar que se ha conseguido erradicar con éxito la conducta de micción


nocturna en el paciente, ya que la representación gráfica de los resultados demuestra que
el tratamiento aplicado es el responsable de la mejoría obtenida por el paciente. Además,
el proceso de retirada del tratamiento termina con 3 sesiones seguidas donde no se
presenta la conducta problema. Estos 2 cambios que se producen tanto en la aplicación
como en la retirada del tratamiento demuestran la eficacia del mismo según el modelo
A-B-A. Este estudio de caso sigue las pautas de otros realizados para el tratamiento de
patologías y problemas de conductas infantiles y supone un ejemplo de la metodología
puramente conductual así como la eficacia de esta a la hora de abordar estos casos.

Referencias bibliográficas

Bragado Álvarez, C. (1999). Tratamiento de un caso de enuresis nocturna


monosintomática con el método de alarma, sobre aprendizaje y práctica positiva, Clínica y
Salud, 10(2), 211−229.
Gonzálvez Maestre, M.T. (2014). Intervención conductual en un caso de enuresis
secundaria mixta, Revista de Psicología Clínica con Niños y Adolescentes, 1(1), 45−52.

Miguélez Lago, C., Llamas Centeno, M.J., Miéles Cerchar, M., Santiago Toro, M.E.,
García Mérida, M. (2012). Enuresis. Diagnóstico diferencial y tratamiento específico,
Revista Española de Pediatría: Clínica e Investigación, 68, 240−255.

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