Está en la página 1de 3

UN NEGRO MONTONERO EN LA SILLA PRESIDENCIAL (LIMA, 28 DE DICIEMBRE DE 1835).

En el Apéndice a mis últimas tradiciones peruanas (Barcelona: Tipografía de la Casa Editorial


Maucci, 1910), Ricardo Palma publicó la tradición “un negro en el sillón presidencial”, en la que
daba cuenta de un suceso del año 1835 por el cual el negro montonero, León Escobar, había
irrumpido en el palacio de gobierno, se había sentado en el sillón presidencial y había actuado
como un mandatario.

Lo narrado por Palma, según los historiadores (entre otros, Jorge Basadre y Alberto Tauro), no
aconteció como tal. Más aún, Basadre hace referencia a las memorias del general Francisco Vidal
para desvirtuar la veracidad de dicha tradición señalando, además, que Palma había “adulterado”
lo sucedido.

Sin embargo, es sabido que Palma, para escribir sus tradiciones, si bien es cierto apelaba en la
mayoría de casos a la memoria de diversos personajes así como a la tradición popular, también es
verdad que se documentaba con diversas fuentes de carácter histórico para redactarlas.

Aunque no se han hallado evidencias documentales para afirmar que lo narrado por Palma
sucediera, salvo el caso de las memorias de Vidal que lo niegan, por casualidad hemos encontrado
una referencia que puede servir para no desestimar la versión del tradicionista, aunque somos
conscientes que esta ha sido “aderezada” con elementos provenientes de la imaginación del
autor. Veamos.

Revisando documentos oficiales de la época hemos comprobado que entre las partidas de
montoneros existían dos cabecillas negros llamados Escobar y León (decreto por el cual se declara
“bandidos” a los montoneros Florián, León, Samián y Escobar, gratificando a quienes los
entregaran al gobierno, vivos o muertos, Lima 7 de mayo de 1835). Del mismo modo, al observar
las acuarelas de Pancho Fierro, dedicadas al primero de estos cabecillas, se lee solo como “el
montonero Escobar”, por lo que colegimos que el tal montonero “León Escobar” no existió, sino
que el mismo resultó de la fusión de los nombres de dos montoneros distintos, León y Escobar.

Ahora bien, a fines del año de 1835, con las tropas de Salaverry encaminadas para hacer frente al
ejército auxiliar boliviano, la ciudad de Lima prácticamente quedó acéfala, pues el Consejo de
Gobierno del Jefe Supremo tuvo que dejar la ciudad por la aproximación de las fuerzas enemigas
al mando del general Francisco Vidal. A ese efecto se dictó el decreto de fecha 27 de diciembre
suscrito por Juan Bautista Lavalle.

En ese estado de indefensión de la capital hicieron su entrada a la ciudad partidas de montoneros


al mando del negro León o del negro Escobar, montoneros que, como tales, habían sido armados y
servían a la huestes de Orbegoso. Así, pues, el 28 de diciembre de 1835, estos salteadores de
caminos tuvieron “la insolencia de entrar en el Palacio y sentarse en la silla de los Gobernantes del
Perú” (“Continuación de las causas de las revoluciones”, El Comercio, N° 1630, Lima, 17 de
noviembre de 1844, nota 4, p. 4).

En resumidas cuentas, según la información consignada en El Comercio, un negro, cabecilla de


montoneros, había logrado sentarse en el sillón presidencial y tal vez actuó como mandatario,
pero el suceso no puede ser calificado como ejercicio de la jefatura del Estado pues no se realizó el
ceremonial típico de todo pronunciamiento que conllevaba a la asunción del supremo poder
estatal.

Poco tiempo duraría el predominio de la montonera. El 30 de diciembre ingresarían a la ciudad las


tropas del general Vidal (decreto nombrando prefecto interino del departamento de Lima, 30 de
diciembre de 1835) y este, como servidor del gobierno de Orbegoso, haría llamar a su supuesto
“correligionario” político e, inmediatamente, ordenaría su fusilamiento (Jorge Basadre, Historia de
la República del Perú (1822-1993), Lima: Producciones Cantabria, 2014, tomo 2, p. 107).

Así acabaría la vida de aquel “insolente” negro que había osado sentarse en la silla presidencial.

(Las imágenes de las acuarelas del "montonero Escobar" han sido tomadas de la página web del
MALI).

También podría gustarte