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Lo narrado por Palma, según los historiadores (entre otros, Jorge Basadre y Alberto Tauro), no
aconteció como tal. Más aún, Basadre hace referencia a las memorias del general Francisco Vidal
para desvirtuar la veracidad de dicha tradición señalando, además, que Palma había “adulterado”
lo sucedido.
Sin embargo, es sabido que Palma, para escribir sus tradiciones, si bien es cierto apelaba en la
mayoría de casos a la memoria de diversos personajes así como a la tradición popular, también es
verdad que se documentaba con diversas fuentes de carácter histórico para redactarlas.
Aunque no se han hallado evidencias documentales para afirmar que lo narrado por Palma
sucediera, salvo el caso de las memorias de Vidal que lo niegan, por casualidad hemos encontrado
una referencia que puede servir para no desestimar la versión del tradicionista, aunque somos
conscientes que esta ha sido “aderezada” con elementos provenientes de la imaginación del
autor. Veamos.
Revisando documentos oficiales de la época hemos comprobado que entre las partidas de
montoneros existían dos cabecillas negros llamados Escobar y León (decreto por el cual se declara
“bandidos” a los montoneros Florián, León, Samián y Escobar, gratificando a quienes los
entregaran al gobierno, vivos o muertos, Lima 7 de mayo de 1835). Del mismo modo, al observar
las acuarelas de Pancho Fierro, dedicadas al primero de estos cabecillas, se lee solo como “el
montonero Escobar”, por lo que colegimos que el tal montonero “León Escobar” no existió, sino
que el mismo resultó de la fusión de los nombres de dos montoneros distintos, León y Escobar.
Ahora bien, a fines del año de 1835, con las tropas de Salaverry encaminadas para hacer frente al
ejército auxiliar boliviano, la ciudad de Lima prácticamente quedó acéfala, pues el Consejo de
Gobierno del Jefe Supremo tuvo que dejar la ciudad por la aproximación de las fuerzas enemigas
al mando del general Francisco Vidal. A ese efecto se dictó el decreto de fecha 27 de diciembre
suscrito por Juan Bautista Lavalle.
Así acabaría la vida de aquel “insolente” negro que había osado sentarse en la silla presidencial.
(Las imágenes de las acuarelas del "montonero Escobar" han sido tomadas de la página web del
MALI).