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Instrucciones:
¿Qué artículo y qué ley concede Fue por el articulo 105 la cual
dichas facultades? viene en la constitución política de
los estados unidos mexicanos.
CASO 1
Ley de Seguridad Interior
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), presentó el 19 de enero de 2018 ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN),
_______________________en contra de diversos preceptos de la Ley de Seguridad Interior (LSI).
Con la promoción de la demanda, la CNDH no se opone de forma alguna a la persecución del crimen organizado. Al contrario, este Organismo
comparte la necesidad y urgencia de proporcionar a la población niveles mínimos de seguridad, que permitan una normalidad en su existencia
cotidiana. No obstante, la atención a los problemas de seguridad y justicia que enfrenta el país, debe ser compatible con el marco constitucional y
convencional, garantizando en todo momento los derechos y libertades básicas de las personas. Para la CNDH, la LSI contiene diversos artículos de la
ley de seguridad interior que ponen en riesgo libertades y derechos fundamentales.
Seguridad jurídica
En el Estado Democrático Constitucional, todo el actuar de las autoridades debe regirse por la certeza y la legalidad. La LSI contiene preceptos que,
por su indeterminación y su vaguedad, permiten que las autoridades actúen de forma arbitraria. La CNDH argumentó que la amplitud del alcance de
los supuestos jurídicos impide que se brinde certidumbre y seguridad jurídicas tanto para las autoridades, —que no sabrán como dirigir su actuación
—, como para los gobernados, —quienes no conocerán el alcance de las actividades de los agentes estatales—.
Asimismo, tanto la Comisión como la Corte Interamericanas de Derechos Humanos, han sido enfáticos en señalar que debe limitarse al máximo el uso
de las Fuerzas Armadas para el control de la criminalidad, puesto que el entrenamiento que reciben está dirigido a derrotar un objetivo legítimo, y no
a la protección y control de civiles, entrenamiento que es propio de los entes policiales. Esta CNDH encontró que la LSI o garantiza la mínima
intervención por parte de las Fuerzas Armadas, puesto que posibilita que las Fuerzas Armadas, lleven a cabo acciones de seguridad interior, de forma
permanente y sin necesidad de que se emita una Declaratoria de Protección a la Seguridad Interior, para identificar, prevenir y atender riesgos.
Conceptos de invalidez
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos señaló seis conceptos de invalidez, en los que, en esencia, se argumentó lo siguiente:
Primer concepto de invalidez
En el primer apartado de la demanda, la CNDH señaló que la expedición de la Ley de Seguridad Interior no cuenta con el sustento constitucional que
permita al Congreso de la Unión la emisión de dicho ordenamiento. Se argumentó que la falta de habilitación constitucional para expedir una LSI viola
el derecho humano de seguridad jurídica y el principio de legalidad, porque se afecta la esfera jurídica de las personas sin un sustento jurídico para
hacerlo.
Segundo concepto de invalidez
La Ley regula de manera deficiente los supuestos normativos relativos a la seguridad interior, los riesgos y amenazas a la misma, así como los
principios que rigen el uso legítimo de la fuerza, por lo que las personas no tienen la certeza de cuál será la consecuencia jurídica de los actos que
realicen ni del actuar de las autoridades por no encontrarse limitado y acotado.
La Ley permite que las Fuerzas Armadas ejecuten materialmente actividades de Seguridad Pública sin que medie solicitud de apoyo por las
autoridades civiles, sujetando a estas últimas al mando de las autoridades militares, lo que trasgrede además los principios en materia de Seguridad
Pública. Asimismo, permite que las Fuerzas Armadas vulneren el deber de poner a los detenidos de manera inmediata y sin demora a disposición del
Ministerio Público.
Tercer concepto de invalidez
La Ley permite que todas las movilizaciones, distintas a las de protesta social o con motivo político-electoral, puedan ser consideradas como amenazas
a la Seguridad Interior, por lo que autoriza a las Fuerzas Armadas a disolverlas y hacer uso de la fuerza cuando a su consideración no se realicen
conforme a la Constitución.
CASO 2
Tulum
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta) se congratula del fallo unánime emitido este jueves 12 de mayo por la Suprema
Corte de Justicia de la Nación (SCJN), con el cual declaró inconstitucional y por tanto se declaró la invalidez de la inclusión de la Zona de Monumentos
Arqueológicos Tulum-Tancah y el Parque Nacional Tulum, en el Programa de Desarrollo Urbano (PDU) del Centro de Población de Tulum 2006-2030,
que hasta mayo de 2008 perteneció al Municipio de Solidaridad y posteriormente al de Tulum, Quintana Roo.
La declaración de procedente de __________________________, promovida por el Ejecutivo Federal a través de la Secretaría del Medio Ambiente y
Recursos Naturales (Semarnat) y el INAH, garantiza la salvaguardia del patrimonio, y reafirma que la atribución de protección de ambas áreas
arqueológica y ambiental, es facultad del Poder Ejecutivo Federal, según los ordenamientos que se desprenden de la Ley Federal sobre Monumentos y
Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, en el caso del patrimonio cultural.
Conceptos de invalidez. Las razones fundamentales por las cuales la parte actora estima inconstitucional el anterior Acuerdo, se observan en la
siguiente transcripción de un fragmento de su demanda:
“[...]
Así, como este Tribunal podrá advertir, el Parque Nacional Tulum, es un área natural protegida de competencia federal, cuyo establecimiento,
regulación, administración y vigilancia corresponden al Ejecutivo Federal, a través de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, y en la
cual, los ambientes originales no han sido significativamente alterados por la actividad del ser humano, por lo que requiere ser preservada y
restaurada y dentro de la cual, por disposición expresa de la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente, únicamente pueden
permitirse la realización de actividades relacionadas con la protección de sus recursos naturales, el incremento de su flora y fauna y en general, con la
preservación de los ecosistemas y sus elementos, así como la investigación, recreación, turismo y educación ecológicos.
En este contexto, como se acreditará mediante los conceptos de invalidez que sustentan la presente demanda constitucional, mediante la publicación
del Acuerdo impugnado por el cual se aprueba el programa de Desarrollo Urbano del Centro de Población de Tulum 2006-2030, así como el anexo que
acompaña a dicho acuerdo, el Ayuntamiento de Solidaridad en el Estado de Quintana Roo, vulnera el régimen jurídico constitucional y legal que rige el
Parque Nacional Tulum en su carácter de área natural protegida de competencia federal, al pretender indebidamente incluirlo dentro del Centro de
Población de Tulum, asignando usos del suelo incompatibles con su régimen de protección y permitiendo la realización de actividades que no
corresponden a las permitidas por la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente para dichas zonas, poniendo así en riesgo
inminente la conservación de los recursos y el equilibrio ecológico del área.
Con la ratificación de la SCJN del recurso interpuesto por el Ejecutivo Federal, queda sin efecto legal alguno el acuerdo aprobado en sesión del cabildo
municipal de Solidaridad el 5 de abril de 2008, para la inclusión de la Zona de Monumentos Arqueológicos y el Parque Nacional Tulum en el PDU, y con
lo cual, el Municipio de Solidaridad primero y el de Tulum después, se extralimitaron en el ejercicio de sus atribuciones, que son competencia del
Poder Ejecutivo Federal.
La Zona de Monumentos Arqueológicos Tulum-Tancah fue creada mediante decreto presidencial el 8 de diciembre de 1993, y abarca una superficie de
691 ha, 49 áreas y 57 centiáreas, emplazada sobre un acantilado junto al Mar Caribe, en el estado de Quintana Roo.
En este lugar, durante el periodo Posclásico Tardío (1300 -1550 d.C.), se desarrolló el asentamiento prehispánico maya más importante de esa región
costera, en el cual se preservan de manera excepcional, numerosos monumentos arqueológicos, entre los que destacan un centro cívico-ceremonial,
rodeado y protegido por una muralla, única en su género, así como el edificio conocido como El Castillo, el cual tiene una estructura piramidal con
templo superior.
Ahí también destacan los llamados Templo del Dios Descendente y Edificio de las Pinturas, que conservan importantes testimonios de la pintura mural
maya, plasmada en época prehispánica. A su vez, el conjunto arqueológico de Tancah, que forma parte de la misma poligonal, tiene una de las más
largas secuencias de ocupación en la Costa Oriental.
“Que para atender convenientemente a la preservación del legado arqueológico que contiene el área de Tulum-Tancah, sin alterar o lesionar su
armonía, es necesario otorgar a la mencionada zona de protección que la legislación de los Estados Unidos Mexicanos confiere,” (Diario Oficial.
Miércoles 8 de diciembre de 1993).
CASO 3
Radilla Pacheco
Los hechos del presente caso se refieren al señor Rosendo Radilla Pacheco, quien era una persona involucrada en diversas actividades de la vida
política y social de su pueblo, Atoyac de Álvarez, estado de Guerrero. El 25 de agosto de 1974 fue detenido por miembros del Ejército de México
mientras se encontraba con su hijo en un autobús. Posteriormente a su detención, fue visto en el Cuartel Militar de Atoyac de Álvarez, con evidencias
de haber sido agredido físicamente. No se volvió a saber de su paradero.
- Los familiares de la víctima interpusieron diversos recursos a fin de que se investiguen los hechos y se sancionen a los responsables. La causa penal
fue dirigida a la jurisdicción penal militar. No se realizaron mayores investigaciones ni se sancionaron a los responsables.
Derechos violados
Convención Americana: Artículo 1 (Obligación de respetar los derechos.), Artículo 13 (Libertad de pensamiento y expresión), Artículo 25 (Protección
Judicial), Artículo 3 (Derecho al reconocimiento de la personalidad jurídica), Artículo 4 (Derecho a la vida), Artículo 5 (Derecho a la Integridad
Personal), Artículo 7 (Derecho a la libertad personal), Artículo 8 (Garantías Judiciales).
En el derecho internacional la jurisprudencia de este Tribunal ha sido precursora de la consolidación de una perspectiva comprensiva de la gravedad y
el carácter continuado o permanente y autónomo de la figura de la desaparición forzada de personas. La Corte ha reiterado que ésta constituye una
violación múltiple de varios derechos protegidos por la Convención Americana que coloca a la víctima en un estado de completa indefensión,
acarreando otras vulneraciones conexas, siendo particularmente grave cuando forma parte de un patrón sistemático o práctica aplicada o tolerada
por el Estado. La desaparición forzada implica un craso abandono de los principios esenciales en que se fundamenta el Sistema Interamericano, y su
prohibición ha alcanzado carácter de jus cogens.
La caracterización pluriofensiva y continuada o permanente de la desaparición forzada se desprende no sólo de la propia definición del artículo III de
la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas (…) sino también de otras definiciones contenidas en diferentes instrumentos
internacionales que, asimismo, señalan como elementos concurrentes y constitutivos de la desaparición forzada: a) la privación de la libertad; b) la
intervención directa de agentes estatales o por la aquiescencia de éstos, y c) la negativa de reconocer la detención y de revelar la suerte o paradero de
la persona interesada. Además, la jurisprudencia del Sistema Europeo de Derechos Humanos, al igual que varias Cortes Constitucionales de los Estados
americanos y altos tribunales nacionales, coinciden con la caracterización indicada
En tal sentido, el análisis de la desaparición forzada debe abarcar la totalidad del conjunto de los hechos que se presentan a consideración del Tribunal
en el presente caso. Sólo de este modo el análisis legal de la desaparición forzada es consecuente con la compleja violación a derechos humanos que
ésta conlleva, con su carácter continuado o permanente y con la necesidad de considerar el contexto en que ocurrieron los hechos, a fin de analizar
sus efectos prolongados en el tiempo y enfocar integralmente sus consecuencias, teniendo en cuenta el corpus juris de protección tanto
interamericano como internacional.
Para la Corte es evidente que las autoridades militares que detuvieron al señor Radilla Pacheco eran responsables por la salvaguarda de sus derechos.
El Tribunal ha establecido que el sometimiento de detenidos a cuerpos represivos oficiales, agentes estatales o particulares que actúen con su
aquiescencia o tolerancia, que impunemente practiquen la tortura y el asesinato representa, por sí mismo, una infracción al deber de prevención de
violaciones a los derechos a la integridad personal y a la vida, aún en el supuesto de que no puedan demostrarse los hechos de torturas o de privación
de la vida de la persona en el caso concreto. Además, esta Corte ha sostenido que la desaparición forzada es violatoria del derecho a la integridad
personal porque “[e]l solo hecho del aislamiento prolongado y de la incomunicación coactiva, representa un tratamiento cruel e inhumano [...] en
contradicción con los párrafos 1 y 2 del artículo 5 de la Convención”.
Tomando en cuenta lo anterior, la Corte concluye que el Estado es responsable por la violación del derecho a la libertad e integridad personal, y a la
vida del señor Rosendo Radilla Pacheco, en relación con lo dispuesto en los artículos I y XI de la CIDFP.
En cuanto a la alegada violación del artículo 3 de la Convención Americana (…), la Corte ha considerado que el contenido propio del derecho al
reconocimiento de la personalidad jurídica es que se reconozca a la persona en cualquier parte como sujeto de derechos y obligaciones (…).
Más allá de que la persona desaparecida no pueda continuar gozando y ejerciendo otros, y eventualmente todos, los derechos de los cuales también
es titular, su desaparición busca no sólo una de las más graves formas de sustracción de una persona de todo ámbito del ordenamiento jurídico, sino
también negar su existencia misma y dejarla en una suerte de limbo o situación de indeterminación jurídica ante la sociedad y el Estado. En el caso
que nos ocupa, esto se tradujo en una violación del derecho al reconocimiento de la personalidad jurídica del señor Rosendo Radilla Pacheco.
En consideración de lo anterior, la Corte concluye que el Estado es responsable de la violación de los derechos a la libertad personal, la integridad
personal, el reconocimiento a la personalidad jurídica y la vida del señor Rosendo Radilla Pacheco, en virtud de la desaparición forzada de la cual es
víctima, realizada por agentes militares. En tal sentido, el Estado tiene el deber de garantizar los derechos a través de la prevención e investigación
diligente de la desaparición forzada. Esto obliga al Estado a adelantar investigaciones serias y efectivas para determinar su suerte o paradero,
identificar a los responsables y, en su caso, imponerles las sanciones correspondientes. El desconocimiento del destino del señor Radilla Pacheco, su
paradero o el de sus restos, se mantiene hasta el día de hoy, sin que haya habido una investigación efectiva para averiguar lo sucedido, lo que hace
evidente el incumplimiento de este deber. La Corte analizará en el Capítulo IX de esta Sentencia lo relativo al deber de investigación a cargo del
Estado. Para la determinación de las violaciones alegadas, basta señalar que en este caso el Estado no ha garantizado efectivamente los derechos
contenidos en las disposiciones analizadas.
En conclusión, el Estado es responsable de la violación de los artículos 7.1 (Libertad Personal); 5.1 y 5.2 (Integridad Personal); 3 (Derecho al
Reconocimiento de la Personalidad Jurídica) y 4.1 (Derecho a la Vida), en perjuicio del señor Rosendo Radilla Pacheco, en razón del incumplimiento del
deber de garantía y de respeto de dichos derechos, establecido en el artículo 1.1 de la Convención Americana, todos ellos en relación con los artículos
I y XI de la CIDFP.
La Corte decide,
Rechazar las excepciones preliminares interpuestas por los Estados Unidos Mexicanos.
Aceptar el reconocimiento parcial de responsabilidad internacional efectuado por el Estado.