Está en la página 1de 4

Emilia Palacios

Historia y Teoría de la Arquitectura 2

El Panoptismo

Biografía del autor


Michel Foucault
Nacido un 15 de octubre de 1926 en la localidad de Poitiers, Francia y bajo el nombre de
Paul-Michel Foucault, este prestigioso pensador francés se crió en un ambiente formal en
el que los estudios y el conocimiento eran considerados algo esencial, puesto que el padre
de Foucault, era un reconocido cirujano francés.
Tras un historial académico repleto de altibajos, Foucault consiguió ingresar en la célebre
École Normande Supérieure, reconocida por ser una de las cunas de los mejores
especialistas y pensadores de humanidades de Francia.
Su estancia en la École Normande fue una de sus etapas más difíciles. Tras sufrir una
depresión y varios intentos de suicidio, Foucault estuvo en manos de un psiquiatra durante
mucho tiempo. Durante este período adquirió una gran pasión por la psicología, lo que le
llevó a licenciarse tanto en psicología como en filosofía.
Al acabar sus estudios universitarios, Foucault consiguió un puesto de docente en la École
Normande. Sin embargo, su estancia en este puesto fue breve asumiendo tras él una plaza
de profesor de psicología en la Universidad de Lille, también en Francia.
Tras varios oficios más, Foucault regresó a Francia con la intención de acabar su doctorado,
durante lo cual aceptó un cargo en el departamento de filosofía de la Universidad Clermont-
Ferrand.
A lo largo de este periodo de su vida Foucault se convirtió en un prolífico escritor, estando
la mayoría de sus textos centrados en la psicología, la psiquiatría y la salud mental.
Mientras que sus publicaciones posteriores se centraron en temas relacionados con política,
temas sociales y sexualidad.
(Salvador, 2018)
Ciudad apestada y ciudad controlada

A partir de la idea del panoptismo como “diagrama de un mecanismo de poder referido a su


forma ideal”, surgen dos ciudades, aquella llamada como ciudad controlada y otra denominada
como la ciudad apestada; el funcionamiento y organización de cada una de estas ciudades se basa
en la vigilancia y el control sobre los individuos, puesto que quienes participan en la ciudad
controlada son los mismos ciudadanos quienes realizan sus actividades diarias y se encuentran a
la disposición de aquellos jerárquicamente “superiores”, ya que cada uno se mantiene en un estado
de vigilancia en el que su objetivo de día a día es cumplir con su deber, y al mismo tiempo, se
encuentran obligados a decir la verdad sin excepciones. Se observa desde un punto de vista
simbólico y se les ubica a cada uno de ellos dentro de una celda o jaula, un espacio recortado al
cual se encuentran atados y sobre el que se les va la vida, puesto que en ello pasan infinitas horas,
realizando trabajos que se les son atribuidos.
Cabe recalcar que, dichos vigilantes cada vez son más sigilosos e imperceptibles, por lo que el
sindicato controla incluso el tiempo, al punto en el que se convierte en una cárcel donde se puede
llegar a moldear el comportamiento y conducta que posee cada individuo, pero al mismo tiempo,
no pueden ser vistos; por lo que se convierte en una relación la cual no es simultánea, un poder
abstracto que se basa en el eje de ver y sin ser vistos, el que se asegura de mantener a la ciudad
llamada “normal”, que en cierto punto llega a ser una prisión de máxima eficacia donde se
garantiza pasividad y control en cada uno de sus movimientos.
En cambio, la ciudad apestada es lo que Foucault describe esencialmente como la utopía de la
ciudad perfectamente gobernada, “atravesada de jerarquía, de vigilancia, de inspección, de
escritura, la ciudad inmovilizada en el funcionamiento de un poder extensivo que se ejerce de
manera distinta sobre todos los cuerpos individuales” (Vigilar y Castigar, 1975, pp. 118-137).
Foucault se refiere a la peste como una forma real e imaginaria del desorden que tiene la disciplina,
cuando a su vez esta peste responde a la disciplina.
Se describe a la ciudad apestada como un espacio cerrado y vigilado, en todos sus puntos, en el
que los individuos estarán siempre en un lugar fijo, en el que el menor de los movimientos se
controla y todos los acontecimientos se registran; en donde el poder se ejerce por completo, de
acuerdo con una jerarquía continua y cada individuo está constantemente localizado, examinado y
clasificado; esto constituye un modelo de disciplina basado en una estricta división espacial de la
cual el salir se encuentra rigurosamente prohibido, en cada sección de la ciudad se encuentra un
“intendente”, a su vez cada calle es vigilada por un “síndico”, quien se encarga de vigilar y reportar
todo aquello que acontece a cada momento dentro del lugar que se le ha asignado; y al igual que
todos los integrantes de la ciudad, en caso de abandonar su posición, será castigado con la muerte.
(Foucault, 1975)
“Contra un mal extraordinario, el poder se alza; se hace por doquier presente y visible(…)”
(Foucault, 1975)

Sobre la base del análisis brindado por el autor, considero que en definitiva las relaciones de
poder deberían definirse como un campo en el cual se sitúan seres únicamente interesados hacer
posible la existencia de un lugar en el que se condiciona un territorio para el encierro de individuos
con conductas altamente similares.

El panóptico sería, por lo tanto, la definición en el espacio de un poder que se hace eficiente
en la misma medida que logra combinar el hecho de ser visible con la condición de ser
inverificable. La peste, entonces, de cierto modo aún asóla la ciudad y el sueño de un mundo sin
contaminación todavía persiste como una utopía.

Siendo así, según la teoría del panóptico de Michel Foucault, esta idea panóptica impone
conductas a un conjunto de la población o a la población en su totalidad, a partir de la idea de que
estamos siendo vigilados. Se busca generalizar un comportamiento típico dentro de rangos
considerados “normales”, castigándose las desviaciones o premiándose el buen comportamiento.

Todo esto apunta a una idealización de la sociedad en donde solo existimos como cuerpos
dóciles que se encuentran bajo la vigilancia y el escrutinio; de hecho, esta técnica de localización
de individuos en el espacio sería aplicable en contextos en los que se pretende imponer una tarea
o comportamiento a un grupo de individuos, lo que solo se ha hecho posible gracias a un sistema
arquitectónico que permita la vigilancia total para producir una institución disciplinaria ideal. Por
eso, sabemos aquellas instituciones modernas que están interesadas en enseñar sujetos usan
este dispositivo de la visibilidad, como las cárceles y las escuelas.

Entonces, sabemos que si bien no es necesario que sea llevado a cabo físicamente, e incluso sin
que se lleve a cabo una vigilancia real en algún momento, el hecho sentirnos vigilados en todo
instante modifica significativamente nuestro comportamiento y conducta dependiendo del entorno
en el que nos encontremos; esto pasa diariamente, como ejemplo muy claro estaría el cambio de
nuestra forma de conducirnos en un entorno educativo o laboral al momento de encontranos ante
superiores que visualizan nuestras actuaciones. Esencialmente, se genera una dinámica en la que
el poder se apoya en la jerarquización.

Bibliografía
Salvador, I. R. (2018). Michel Foucault: biografía y aportes de este pensador francés. Obtenido
de Psicología y Mente: https://psicologiaymente.com/biografias/michel-foucault
Foucault, M. (1975). Vigilar y Castigar. Buenos Aires: Sigo veintiuno editores Arquentina s. a.

También podría gustarte