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RESUMEN DEL LIBRO “LAS CLAVES DE LA ARGUMENTACIÒN”

Martínez González Montserrat


1811524-8
4º5
La palabra argumento se puede definir como “disputa”, por lo que cuando se dice que dos personas “tienen un
argumento” se hace referencia a que están teniendo una discusión verbal. Sin embargo, “dar un argumento”
significa ofrecer razones o pruebas que apoyen una conclusión. Los argumentos tienen dos usos principales: para
indagar sobre las razones de una tesis, y para defender una tesis después de la indagación. El primer uso permite
tener un conocimiento más amplio a la hora de decidir que opiniones son las mejores, analizando y valorando las
razones brindadas. El segundo uso permite ofrecer al lector y oyente, razones y pruebas que les permitan hacerse
una opinión propia, así como dar pie al cuestionamiento de creencias. Y pese a la relevancia de los argumentos,
no siempre se sabe como estructurarlos correctamente, por lo que, a continuación, se mencionan 30 reglas, 7 son
generales para la composición de argumentos, y el resto indican las características para los tipos argumentos,
también, los pasos para elaborar un ensayo basado en argumentos y las falacias que se cometen a la hora de
redactarlos.

Reglas generales del argumento. 1) Distinguir entre premisas y conclusión. Una conclusión es la afirmación que
se va a defender, y las afirmaciones mediante las cuales vamos a exponer nuestras razones son premisas. Se debe
empezar por definir la que con conclusión que se va a defender. 2) Presentar las ideas en un orden natural. Las
ideas se deben presentar de tal manera que para el lector pueda sea algo fácil de leer, ya sea exponiendo la
conclusión desde un inicio y enseguida las razones, o viceversa. 3) Partir de premisas fiables. Las premisas deben
tener una justificación y deben ser verdaderas, para que se consideren válidas y fuertes. Para esto, se hace una
investigación exhaustiva. 4) Usar un lenguaje concreto, específico y definitivo. hay que evitar términos generales,
vagos y abstractos. 5) Evitar un lenguaje emotivo. Evitar el lenguaje que solo busque influir en las opiniones del
lector u oyente, ya sea en favor en contra. Las conclusiones se defienden con premisas serias y sinceras. 6) Usar
términos consistentes. Usar un solo conjunto de términos para cada idea para que la conexión entre premisas no
se pierda. 7) Usar un único significado para cada término. Hay que definir cuidadosamente las palabras a usar y
utilizarla únicamente solo como se ha definido.

Argumentos mediante ejemplos. Estos argumentos, ofrecen ejemplos ciertos y comprobables en apoyo a la
generalización. 8) Hay más de un ejemplo. Un solo ejemplo es más bien una ilustración, por lo tanto, se requiere
más de un ejemplo, la cantidad depende de la representatividad y tamaño del conjunto. 9) Los ejemplos son
representativos. En conjuntos muy grandes, es necesario tomar una muestra aleatoria que represente
honestamente el conjunto del cual se hace la generalización. 10) La información de trasfondo es crucial. Hay
conocer la información de trasfondo, los porcentajes y su relación con el número total de datos o ejemplos, saber
qué porcentaje de realidad representan. 11) Hay contraejemplos. Formular contraejemplos ayuda a evaluar los
argumentos y a ver si es necesario reformularlos.

Argumentos por analogía. En estos argumentos se establece una relación de semejanza entre un ejemplo
específico y otro, ya que ambos ejemplos son similares en muchos aspectos y, por lo tanto, pueden serlo en un
aspecto más específico. En los argumentos por analogía, es necesario que la primera premisa, que es una
afirmación sobre del ejemplo que se va a usar como una analogía, deba ser verdadera, después, la segunda premisa
debe afirmar que la primera premisa es similar al ejemplo del cual se obtiene una conclusión. 12) La analogía
requiere un ejemplo similar de una manera relevante. No es necesario que los ejemplos sean absolutamente
iguales entre sí, solo se requieren las similitudes relevantes.

Argumentos de autoridad. Son argumentos que se basan por completo en la información proporcionada por otras
personas u organizaciones, siempre que esta satisfaga todos los criterios para hacer un buen argumento. 13) Las
fuentes deben ser citadas. En ocasiones, la única forma de sustentar una conclusión es haciendo referencia directa
a la fuente, y además de sustentar la conclusión, las citas tienen contribuyen a la fiabilidad de una premisa y
permiten que el lector u oyente pueda encontrar más información al. 14) Las fuentes deben estar bien informadas.
Las fuentes deben estar cualificadas, es decir, tienen la formación e información apropiadas para poder hacer sus
afirmaciones, y aunque no todas las fuentes responden a la figura de autoridad, es importante hacer una valoración
de la información. 15) Las fuentes deben ser imparciales. Es fundamental mostrar honestamente la información,
libre de juicios, sesgos o información fuera de contexto. 16) Comprobar las fuentes. Es vital comprobar que otras
fuentes, igualmente cualificadas, estén de acuerdo en las afirmaciones. 17) Los ataques personales no descalifican
las fuentes. Aunque las supuestas autoridades puedan no estar bien informadas, descalificar sus argumentos a
través de ataques personales, puede descalificar a la autoridad como tal, más no sus argumentos.

Argumentos acerca de las causas. Estos argumentos hacen uso de sus causas, pues en ocasiones hay una
correlación entre dos hechos, en la que, un hecho nos conduce al otro, es decir, hay una relación de causa y efecto.
18) El argumento debe explicar como la causa conduce al objeto. Se debe explicar por qué un hecho causa el
otro, para comprobar que la correlación no sea más que una coincidencia. 19) La conclusión propone la causa
más probable. A veces, un hecho puede tener muchas causas posibles, en este caso se debe mostrar la causa más
probable de todas, que es la que mejor se apegue a los supuestos y cuente con las pruebas suficientes. 20) Hechos
correlacionados no están necesariamente relacionados. Es fundamental mostrar honestamente la información,
libre de juicios, sesgos o información fuera de contexto. 21) Hechos correlacionados pueden tener una causa
común. No es obligatorio que exista una relación de causa y efecto entre dos sucesos, pueden relacionarse debido
a que tienen una causa en común que los provoque. 22) Cualquiera de dos hechos correlacionados puede causar
el otro. La correlación no establece la dirección de la causalidad, ambos hechos pueden ser causantes del otro en
el mismo sentido. 23) Las causas pueden ser complejas. Las causas son complejas, porque no siempre existe solo
una.

Argumentos deductivos. Son aquellos que garantizan la verdad de sus conclusiones, mediante la veracidad de sus
premisas. Cuando se tienen premisas fuertes, el uso de argumentos deductivos es muy útil, ofreciendo también
una mejor organización del argumento. 24) Modus ponens. Son la forma más simple del argumento deductivo, se
deben explicar y defender ambas premisas con argumentos diferentes. 25) Modus tollens. Ocurre cuando se
niegan al negar uno de los ejemplos, el siguiente también se niega. 26) Silogismo hipotético. Las premisas
mantienen en cadena una relación de causa y efecto entre premisas. 27) Silogismo disyuntivo. Esta forma establece
una disyuntiva entre dos premisas mediante uso excluyente de la letra “o”, provocando que al elegir una premisa
la otra queda eliminada. 28) Dilema. Mediante las premisas se llega a una conclusión que no parece ser favorable.
29) Reductio ad absurdum. Es una versión del modus tollens, y establece sus conclusiones mostrando que la
negación de la conclusión conduce al absurdo, provocando que la conclusión se acepte.. 30) Argumentos
deductivos en varios pasos. Implican la combinación de las formas anteriores.

Ensayo basado en argumentos. Comúnmente, es la elaboración de un argumento corto o una serie de ellos
vinculados entre sí, por lo tanto, desarrollar un argumento corto y elaborar un ensayo basado en argumentos son
muy diferentes. Para elaborarlo primero se debe explorar la cuestión, después organizar los puntos principales del
ensayo y, por último, se escribe el ensayo.

A) Explorar la cuestión. Primero, se debe buscar toda la información sobre los argumentos que se consideren
más fuertes para cada tesis posible, valorar los que están en favor y en contra con base a las reglas descritas
anteriormente, para así poder formular distintos argumentos propios, hasta llegar al mejor. Cuestionar las
premisas permite revalorizarlas y, de ser necesario, reconsiderarlas, por lo que cualquier premisa que de lugar
a dudas razonables necesitara argumentos sólidos para respaldarla. A través del análisis de los argumentos,
estos se van modificando, a modo de que cada vez sea un mejor argumento, por eso se pueden probar distintos
tipos de argumentos e, incluso, cambiar de opinión.
B) Los puntos principales de un ensayo. La organización del ensayo ayuda a presentar el argumento de la manera
más eficaz. Al inicio del ensayo se presenta la pregunta que se va a responder y se explica el interés por dicha
pregunta o cuestión. Enseguida, hay que mostrar la propuesta o afirmación de manera específica y simple,
después ya se mencionan los detalles necesarios. Luego, se exponen los mejores argumentos que respaldan a
la propuesta o afirmación, de forma completa, con previa planificación y bien desarrollados. Anticipar los
posibles cuestionamientos hacia los argumentos presentados es muy importante, por lo que hay que examinar
las desventajas que los argumentos puedan tener, exponerlas antes de que la contraparte lo haga y
responderlas. Las alternativas no a los argumentos son importantes, por eso se deben examinar, al grado de
tener las pruebas suficientes de que el argumento que se va a proporcionar es el mejor de todos, el ideal.
C) Escribir el ensayo. El punto anterior ayuda a bosquejar un esquema del ensayo, es importante seguirlo, y en
caso de que no tenga la estructura deseada, se puede revisar el esquema. Para comenzar, se redacta una
introducción breve y directa. Después, se expone los argumentos de uno en uno, preferentemente, uno por
párrafo, para no confundir al lector; se puede comenzar formulando el argumento al inicio del párrafo, para
indicar hacia donde se quiere ir, enseguida la explicación y defensa del argumento. El ensayo debe ser claro,
por lo que es esencial explicar las conexiones existentes entre las premisas, como estas fundamentan la
conclusión y explicar términos clave. Luego, al exponer las objeciones, estas se deben desarrollar
cuidadosamente y con detalle para poder responderlas efectivamente. Por último, solo se expone lo que ya se
ha podido probar, los juicios quedan fuera.

Las falacias son errores comunes en los argumentos, y se les denomina falacias porque violan una de las reglas
de los buenos argumentos, por ello, para entender una falacia se tiene que entender cual es la regla que viola.
Existen dos grandes falacias comunes: la falacia de la generalización a partir de una información incompleta y la
falacia de el olvido de alternativas. La primera consiste en extraer conclusiones de una muestra demasiado
pequeña, ya sea por falta de ejemplo, de representatividad, o por no considerar más causas. La segunda falacia,
consiste en no considerar más alternativas por elegí la primera explicación.

Relación de falacias. Ad hominen: hacer un ataque personal a una autoridad en vez de atacar sus cualificaciones.
Ad ignorantiam: decir que una afirmación es verdadera solamente porque no se ha demostrado que sea falsa. Ad
misericordiam: Apelar a la piedad como un argumento para obtener un trato especial. Ad populum,: apelar a las
emociones de una multitud. Afirmar el consecuente: ambas premisas pueden ser verdaderas pero la conclusión
falsa. Ambigüedad: usar una palabra simple en más de un sentido. Causa falsa: cuando la conclusión es
cuestionable sobre causa y efecto. Composición: cuando se asume que un todo debe tener las propiedades de sus
partes. Definición persuasiva: definir un término que parezca neutral, pero que sea sutilmente emotivo.
Descalificar la fuente: usar lenguaje emotivo para menospreciar un argumento. División: asumir que las partes
de un todo deben tener las propiedades de un todo. Falso dilema: reducir las opciones que se analizan sólo a dos,
opuestas e injustas para la persona contra quien se expone el dilema. Negar antecedente: ambas premisas pueden
ser verdaderas y la conclusión falsa. Non sequitur: término muy general para denominar un mal argumento.
Palabras equivoca: cambiar el significado de una palabra en medio de un argumento. Petición de principio: usar
implícitamente la conclusión como una premisa. Pista falsa: incluir una cuestión irrelevante para desviar la
atención de la cuestión principal. Post hoc, ergo propter hoc: asumir la causalidad demasiado pronto sobre la
base de la mera sucesión en el tiempo. Preguntas complejas: exponer una pregunta o una cuestión que una person
no pueda debatirla. Provincianismo: error por universalizar un hecho local. Suprimir prueba: presentar sólo una
parte de los datos que apoyen su afirmación, ocultando las partes que la contradicen.

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