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Introducción a la Ciencia Política


Prof. Cristina Echeverri Pineda

 Proponer definición de política y de poder y lecturas – Jueves.


 Observar expresiones políticas y producir análisis. – Martes
¿Qué es la política? – Desde una mirada teleológica o guiada por la finalidad, la política es una
intranquilidad por la colectividad, por la sociedad y no por el individuo, no por el hombre, sino
por el todo.
¿Qué es el poder? – El poder es una facultad o privilegio para resolver la preocupación por lo
colectivo, para ejercer la política.
Informe de lectura: El mito de la caverna por Platón.
Descripción.
Lo primero que ha de señalarse es el contexto en el que se ubica el texto, y es que el mito de la
caverna es un extracto de la obra La República de Platón y allí el autor, expone el mito, una
alegoría que resume en gran parte sus enseñanzas filosóficas.
¿Qué nos cuenta y que significa este relato?
En el mito, Platón presenta a través de Sócrates una cueva o caverna abierta a la luz, y una
larga entrada, en su interior hay tres hombres encadenados desde niños, estos miran hacia
delante, dándole la espalda a la salida del túnel y las cadenas le impiden mirar hacía atrás, en
la cueva hay un fuego y ese fuego hace que dentro de la caverna se proyecten las sombras de
los hombres y objetos que pasan por el camino; es decir, es lo único que pueden ver, por tanto,
los prisioneros al no haber estado nunca con las personas reales, solo conocen a estás por sus
sombras, para los prisioneros la realidad son las sombras, no tienen constancia de la realidad
que hay tras ellos pues no la pueden ver directamente.
Un día uno de los prisioneros es liberado, este al ir saliendo se entera que las sombras no son
la verdad que conocía, la verdad son los hombres y objetos; así pues, todo lo que conocía no
era la realidad ni la verdad, era una mera apariencia; el prisionero sale de la cueva y como es
segado por el sol, mira el reflejo de este en el agua, y lo que es cierto pero una vez se
acostumbra a la luz, levanta la cabeza al cielo y se da cuenta que el sol no es un reflejo del
agua, sino que puede verlo directamente y es el, el sol, la verdadera realidad.
Cuando ha salido de la cueva, se da cuenta que todo lo conocido antes es falso, que ha vivido
en un mundo de sombras y todo lo dado por verdadero ya no lo es, el prisionero liberado
prefiere el mundo nuevo, aunque en el otro haya recibido alabanza y fama por su falso saber.
Cuando vuelve a la cueva y le cuenta a los demás lo sucedido, ellos no lo creen y afirma
Sócrates que, si pudieran soltarse de las cadenas, ya que trae nuevas verdades lo matarían.
El prisionero que ya ha conocido la verdad, no puede dejar de expandirla, de convencer al resto
que vive en la ignorancia, está es en si la alegoría de la caverna.
¿Qué significa todo esto en la filosofía de Platón?
En el mito se aprecian la existencia de varios planos del conocimiento que se corresponden
con el mundo de las ideas y de las cosas de Platón, lo que se llama la Teoría del conocimiento
platónica.

Notas de Clase: Santiago Posada.


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Alegoría es un conjunto de metáforas que se unen para darle al mito un sentido simbólico
La cueva representa el mundo material, el mundo sensible de las cosas, pues todo lo que
vemos es falsa apariencia, al mundo sensible el percibido por los sentidos, lo denomina platón
como la DOXA.
Hay dos planos de realidad, que se corresponden con los dos planos de la DOXA, la EIKASÍA y
la PISTIS:
EIKASÍA: Son las sombras proyectadas en la pared y es el más falso de todos, en el
están los mitos, la imaginación.
PISTIS: Son los hombres y objetos que proyectan las sombras, sigue siendo un
conocimiento falso, pero más elevado que el anterior, dentro de este están las creencias
sobre las cosas y conjeturas, aquí está la filosofía presocrática.
El exterior de la cueva es el mundo inteligible de Platón, es el mundo de las ideas, de la
verdad, de la EPISTEMI, a él se llega a través de la razón y no de los sentidos, no es valido
para el acceso a la verdad.
En este mundo también hay dos niveles, que son:
DIANOIA: Son los objetos matemáticos, se representa a la salida de la cueva en los
reflejos del sol sobre el agua, el prisionero no ha llegado a la verdad, pero está cercana
a ella, la DIANOIA, es el conocimiento discursivo, que se encuentra separado de los
sentidos y solo se accede por la razón, es un conocimiento deductivo.
NOESIS: El conocimiento supremo, se corresponde con la intuición intelectual y la idea
del bien, la verdad y la justicia. Se produce cuando el prisionero mira al sol, que es la
metáfora del mito del conocimiento supremo y alumbra al resto de las ideas. El sol
representa la dialéctica, del dialogo, la verdad, del bien y justicia, que es toda una
misma cosa finalmente. Este conocimiento se adquiere por la razón mediante la
intuición.
En el mito se ven representadas otras teorías de platón, como la antropológica, en la que el
alma está encerrada en el cuerpo, es prisionera dentro de la cueva, para librarse hay que
soltarse de las cadenas de los sentidos y ascender hasta el conocimiento a través de la razón,
volviendo a recordar todo lo que su alma sabe por haber estado en contacto con el mundo de
las ideas. Para Platón el alma está en está vida por que ha cometido un pecado, una falta en la
vida divina y su sentido es purgar aquí ese pecado llegando a la justicia y al conocimiento,
cuando consiga purgarlo logrará ascender al mundo divino, de las ideas.
En el mito se alude metafóricamente a un sentido ético- político, el esclavo liberado que
consigue conocer las ideas, representa al filosofo que tiene una función pedagógica y dirigente,
el gobierno de la república.
Conclusión.
La primera, que los prisioneros representan la condición general y natural de los seres
humanos; y la segunda, que la propia caverna representa el mundo de la experiencia ordinaria,
mientras que el mundo fuera de la caverna corresponde al reino inteligible de las Formas.

Notas de Clase: Santiago Posada.


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Ambas afirmaciones se apoyan y complementan mutuamente, pero en última instancia, en mi
opinión, no están realmente bien fundadas.
Comenzaré por la primera afirmación. ¿Por qué los comentaristas suponen que los prisioneros
representan a seres humanos corrientes? Supongo que lo hacen porque parece la forma más
natural de interpretar la afirmación de Sócrates de que los prisioneros son "como nosotros" (cf.
551a). Pero obsérvese que la propia afirmación es muy ambigua a este respecto. En su lectura
más literal, la afirmación sólo nos obligaría a decir con certeza que los prisioneros son como
Sócrates y Glaucón, y quizá como los demás interlocutores que han seguido la conversación
hasta aquí. Lo que es mucho menos seguro, y nos lleva más allá del sentido inmediato de la
afirmación, es que el aspecto en el que Sócrates considera que los prisioneros son como él, y
quizá como los demás presentes en la conversación, es el de representar su humanidad y la de
ellos en sentido amplio. Después de todo, si esa hubiera sido la intención de Sócrates, ¿por
qué no dijo simplemente que los prisioneros son "como todos los seres humanos" o que son
"como todos nosotros"?6 Además, si los prisioneros representan a toda la humanidad, ¿a quién
se supone que representan los titiriteros? Si -como es natural- se considera que también
representan de algún modo a los seres humanos, entonces resulta obvio que, en el mejor de
los casos, los prisioneros deben estar simbolizando a una mayoría de personas, y haciéndolo
de algún modo especial. Esta concesión, sin embargo, basta para darse cuenta de que la
afirmación de que los presos representan a seres humanos corrientes no puede aceptarse sin
matizaciones: hay algo extraordinario en su situación.
Debemos, por tanto, plantearnos de nuevo la cuestión de a quién se supone que representan
los prisioneros. Puesto que lo único que Sócrates dice con certeza es que son como él y como
Glaucón, y tal vez como sus otros interlocutores, la pregunta adecuada es ¿qué es lo que esas
personas tienen en común? La respuesta, creo yo, es que todos ellos son personas de
mentalidad filosófica que indagan sobre la justicia y la vida buena. Esto encaja muy bien con el
único comentario que Sócrates hace sobre el contenido de las sombras que los prisioneros
están viendo en la pared, a saber, que son sombras de justicia (cf 517d). Parece que los
prisioneros, al igual que Sócrates y sus interlocutores, también están interesados en la justicia y
en la vida buena. Por supuesto, hay una diferencia entre ellos: aunque los prisioneros pueden
hablar entre sí y, de hecho, como Sócrates nos dice en algún momento, pueden honrarse,
alabarse y darse premios unos a otros por ser los más agudos en identificar las sombras y
recordar y predecir su orden de aparición (cf. 516c-d), no saben que lo que están mirando son
sombras de la justicia y no la justicia misma. Sócrates y sus interlocutores, en cambio, intentan
conscientemente asir la justicia misma y, en este momento del diálogo, saben ciertamente que
la suya es una presa escurridiza. Sin embargo, dejando a un lado esta diferencia, lo importante
es que los prisioneros comparten un interés común con Sócrates y sus interlocutores: quieren
saber sobre la virtud y la vida buena.8
Si los prisioneros son como los filósofos, surge ahora una pregunta acuciante: ¿por qué llevan
grilletes? ¿Y quiénes son las personas que llevan los objetos cuyas sombras están viendo? Por
la forma en que está construida la imagen, está claro que son de alguna manera responsables
de la esclavitud de los prisioneros o, como mínimo, de su crianza y educación en relación con
las cuestiones éticas tratadas por las sombras. Si atendemos al modo en que Sócrates
describe toda la escena nos daremos cuenta inmediatamente de varias cosas: en primer lugar,
los prisioneros están viendo imitaciones, algunas de las cuales sabemos que son imitaciones
de la justicia; en segundo lugar, las personas que caminan por el muro no llevan objetos reales,

Notas de Clase: Santiago Posada.


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sino simulaciones de objetos naturales; en tercer lugar, la relación de los prisioneros con esas
personas es como la de un público con los actores de un teatro: los portadores son descritos
como titiriteros que están montando un espectáculo para los prisioneros (cf. 514b). La calidad
artística de este montaje es lo que más destaca, en mi opinión, de la descripción de Sócrates:
los prisioneros asisten a una representación que parece versar principalmente sobre la virtud y
las relaciones humanas; precisamente el tipo de representación familiar al tipo de griegos al
que se dirige Sócrates, acostumbrados a que las tragedias y las comedias formen parte de su
entorno cultural.
La República se abre con una metáfora de descenso y retorno que prepara el escenario para
todo lo que vendrá después. Sócrates comienza la narración con las palabras "Ayer bajé
(kateben) al Pireo" (327a). La frase parece hacerse eco deliberadamente de las observaciones
de Odiseo a su esposa hacia el final de la Odisea de Homero: "Bajé (kateben) al interior de la
casa de Hades, buscando aprender sobre el regreso a casa, para mí y para mis compañeros"
(1999 XXIII 252). La sugerencia, por tanto, es que el descenso de Sócrates al Pireo es como el
propio descenso de Odiseo a los infiernos; una metáfora adecuada ya que, como han señalado
otros, el Pireo constituía el inframundo de la vida política de Atenas, un lugar desordenado
poblado por no ciudadanos, mercaderes y criminales (cf. Bloom 440-41, щ; Pappas 18-19 y
Seery 232).
De hecho, es difícil no oír en las imágenes y descripciones de la Caverna un irónico guiño al
Prometeo Encadenado de Esquilo, en el que Prometeo nos dice que, antes de que él acudiera
en su ayuda, los hombres "vivían como hormigas enjambres en agujeros del suelo, en las
cavernas sin sol de la tierra" (Prometeo 327 449-450). 19 Platón sugiere irónicamente que el
don prometeico resultó ser un arma de doble filo por la que el alma con inclinaciones filosóficas
ha sido de hecho apartada del sol, confinada y encadenada dentro del mundo subterráneo de
la polis corrupta y corruptora (cf. Brann 155-156).

La ciencia como vocación. – Weber

En La ciencia como vocación, Weber sopesó los beneficios y los perjuicios de elegir una
carrera como académico en una universidad que estudia ciencias o humanidades. Weber
investiga la pregunta "¿cuál es el valor de la ciencia?" y se centra en la naturaleza de la ética
que sustenta la carrera científica. La ciencia, para Weber, ofrece métodos de explicación y
medios para justificar una posición, pero no puede explicar por qué vale la pena ocupar esa
posición en primer lugar; esta es la tarea de la filosofía. Ninguna ciencia está libre de
suposiciones, y el valor de una ciencia se pierde cuando se rechazan sus suposiciones.

Weber razona que la ciencia nunca puede responder las preguntas fundamentales de la vida,
como orientar a las personas sobre cómo vivir sus vidas y qué valorar. El valor que él sostiene
solo puede derivarse de creencias personales como la religión. Además, aboga por la
separación de la razón y la fe, señalando que cada uno tiene su lugar en su campo respectivo,
pero si se cruzan no pueden funcionar.

Weber también separa los hechos del valor en política. Sostiene que un maestro debe impartir
conocimientos a los estudiantes y enseñarles cómo aclarar problemas de manera lógica;
incluso cuestiones políticas y razonable pero los maestros nunca deben usar el aula para
adoctrinar o predicar sus puntos de vista políticos personales.

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Weber también hace algunos comentarios prácticos sobre investigación y docencia. Señala que
los buenos eruditos pueden ser malos maestros, y que las cualidades que hacen a uno un buen
erudito o un buen pensador no son necesariamente las mismas cualidades que hacen a los
buenos líderes o modelos a seguir.

Weber pretende responder que tanto es posible considerar a la ciencia como profesión en el
tiempo que le toca vivir, especialmente para aquellos jóvenes recién egresados de los estudios
universitarios.
Por otra parte, Weber afirma que para el hombre en cuanto hombre nada tiene valor si no
puede lograrlo con pasión. Si existe tal pasión, por considerable, verdadera y profunda que sea,
no basta para lograr un resultado. Ella es sólo una condición preliminar de la inspiración, que
es lo realmente decisivo. De tal inspiración participan incluso los aficionados, aun careciendo
de la seguridad de un método de trabajo; sin embargo, la idea surge cuando menos se espera
y no cuando se desea; brota de pronto, después de muchas tribulaciones y esfuerzo dedicado
en el escritorio. Después de todo, dice Weber, el trabajador científico debe tomar en cuenta el
azar, común a toda realización científica, de que la inspiración acuda o no.

“En el terreno de la ciencia sólo posee personalidad quien se entrega pura y simplemente al
servicio de una causa”. La labor científica está inmersa en la corriente del progreso, de tal
manera que lo producido en determinada época, tiempo después, de diez, veinte o cincuenta
años, se vuelve arcaico - tal consideración corresponde al tiempo de Max Weber, hoy tal escala
se reduce a meses, según sea el caso. Se ha de señalar que, gracias a que son superables
tales labores, debe considerarse como finalidad peculiar universal de todos nosotros la ley del
progreso, el sentido de la ciencia, ya que toda nuestra existencia está sujeta a la dominación
del cálculo y la previsión.
Toda persona que se crea llamado a la profesión académica debe tener conciencia clara de
que la tarea que le aguarda tiene una doble vertiente: no le bastará con estar cualificado como
sabio, sino que ha de estarlo también como profesor y estas dos cualidades no se implican
recíprocamente ni muchísimo menos.
En la actualidad la situación interior de la vocación científica está condicionada, en primer lugar,
por el hecho de que la ciencia ha entrado en un estadio de especialización antes desconocido y
en el que se va a mantener para siempre.
En el campo de la ciencia sólo tiene <<personalidad>> quién está pura y simplemente al
servicio de una causa.
El trabajo científico está sometido a un destino que lo distingue profundamente del trabajo
artístico. El trabajo científico está inmerso en la corriente del progreso, mientras que en el
terreno del arte, por el contrario, no cabe hablar de progreso en este sentido.

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Todo <<logro>> en este sentido implica nuevas <<cuestiones>> y ha de ser superado y ha de
envejecer.
Entonces ¿Cuál es el sentido de la Ciencia?
En primer lugar: la ciencia proporciona conocimientos sobre la técnica que sirve para dominar
la vida.
En segundo lugar: la ciencia proporciona métodos para pensar, instrumentos y disciplina para
hacerlo.
En tercer lugar: claridad, la ciencia puede hacer en aras de la claridad (aportación que marca
también sus límites), que tal postura práctica deriva lógica y honradamente, según su propio
sentido, de tal visión del mundo, pero no de tales otras.
El profesor/a y la política
- Conductor vs Maestro
- Profesores vs Profetas
La adopción de una posición política practica y el análisis científico de las estructuras políticas y
de las decisiones de los partidos son cosas distintas.
¿Cuáles son las características del trabajo científico?
- El trabajo científico está sujeto a los términos del progreso.
- El método científico.
- Hipótesis.
- Falsabilidad o refutabilidad: toda proposición científica debe ser susceptible de ser
refutada. Si no es posible refutarla, dicha teoría queda corroborada y puede ser
aceptada provisionalmente.

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