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REPUBLICA DE PANAMÁ UNIVERSIDAD

AUTÓNOMA DE CHIRIQUÍ
FACULTAD DE ADMINISTRACIÓN DE EMPRESAS Y
CONTABILIDAD

Escuela de Contabilidad
Historia de Relaciones
Estados Unidos -
Panamá

LA GUERRA DE COTO
FACILITADOR:

c. Isabel Puertas
Pertenece a:
Itza Sánchez 4-744 1553

Grupo II A Nocturno
David, CHIRIQUÍ
2022
Tabla de contenido
1. INTRODUCCIÓN................................................................................................3
1.1. ¿Qué es la Guerra de Coto?.........................................................................3
2. ANTECEDENTES...............................................................................................5
3. Aspectos conceptuales....................................................................................6
4. LOS COMBATES...............................................................................................7
5. OCUPACIÓN DE LA REGIÓN POR COSTA RICA...........................................8
6. CONCENTRACIÓN DE LAS FUERZAS PANAMEÑAS.................................10
7. OFENSIVA PANAMEÑA..................................................................................12
Monumento a los caídos del conflicto del Coto, Pueblo Nuevo, Costa Rica..16
8. AVANCE EN BOCAS DEL TORO...................................................................17
9. FIN DE LA GUERRA Y CONSECUENCIAS....................................................18
CONCLUSIONES....................................................................................................20
Bibliografía.............................................................................................................21
1. INTRODUCCIÓN
1.1. ¿Qué es la Guerra de Coto?

Se trata del punto más violento en la larga disputa fronteriza entre Costa Rica y
Panamá, ocurrido a inicio de 1921. Se le llama de esa manera en recuerdo de tres
combates sucedidos en Pueblo Nuevo de Coto, ubicado actualmente en el cantón
costarricense de Corredores. Como no hubo declaratoria oficial de guerra por
parte de ninguno de los dos gobiernos involucrados, sus límites temporales no son
claros. Sin embargo, se puede considerar su inicio el 20 de febrero, con la toma de
posesión de Pueblo Nuevo de Coto por parte de un grupo de militares
costarricenses a cargo del coronel Héctor Zúñiga. “A estos oficiales los
secundaban el teniente Luis Rivera, los Sargentos Roberto Murillo y Manuel
González, los Cabos Antoniel Mora, Cecilio Porras, Gregorio Soto y Julio Córdoba,
el Corneta Alfonso Arias y 18 soldados de Tropa” (Cuestas,1999, p.147).

Su final se ubica el 5 de marzo con el armisticio acordado en el puerto del Caribe


panameño de Almirante entre el también coronel costarricense Gerardo Zúñiga
Montúfar y militares estadounidenses que desembarcaron en aquel lugar para
presionar el cese de hostilidades.

En realidad, este conflicto fue el clímax de un largo camino, así que no significó un
evento aislado en la disputa por el límite sur de Costa Rica. Varios proyectos de
acuerdos de límites habían pasado sin éxito por los Congresos de ambos países,
e incluso por parte de sus antecesores (Provincias Unidas Centroamericanas y la
Gran Colombia). Se había explorado la vía de arbitrajes internacionales como
medio de solución a la disputa. Sin embargo, ni el Laudo suscrito por el presidente
francés Emile Loubet en 1900, ni el fallo del Chief Justice estadounidense Edward
White en 1916 habían satisfecho completamente las pretensiones territoriales de
Costa Rica y Panamá. Como resultado, después de ese último año, ambos países
tenían una interpretación completamente distinta de la línea fronteriza que los
dividía.
Durante toda la década de 1910 hubo informes de vecinos del cantón de Osa
sobre la presencia de autoridades panameñas y cobros de impuestos en la región.
A pesar de ello, ninguna administración costarricense había tomado la iniciativa de
reclamar la soberanía, salvo una breve iniciativa de Alfredo González,
rápidamente desechada. Fue en el período posterior a la dictadura de los Tinoco,
en mayo de 1920, con el inicio de la administración de Julio Acosta, que el asunto
limítrofe con Panamá pasó a ser prioritario para el Estado costarricense.

A finales de 1920, Acosta envió a la región de Osa una expedición civil a cargo del
ingeniero francés Albert Renault de la Croix, para confirmar reportes sobre
presencia de autoridades panameñas cobrando impuestos. De la Criox presentó el
informe de su gira en enero de 1921, y dicha información propició el envío del
piquete militar a cargo de Héctor Zúñiga Mora. Esos hombres llevaron a cabo la
siguiente orden: echar al corregidor panameño de Pueblo Nuevo y, por medio
suyo, informaron lo sucedido a las autoridades de aquel país. La reacción en
Panamá al recibir las noticias del corregidor de Coto fue inesperada. Enviaron un
contingente mayor que el costarricense. Estos últimos fueron apresados y las
autoridades panameñas retomaron el control de Pueblo Nuevo. Además, en Colón
y Ciudad de Panamá fueron atacados los consulados de Costa Rica.

La falta de actualización sobre el estado de Héctor Zúñiga y sus hombres, además


de las noticias sobre los ataques a los consulados en Panamá, encendieron las
alarmas del gobierno costarricense. El Ministerio de Guerra decidió enviar dos
expediciones más como apoyo. La primera a cargo del coronel Víctor Manuel
Obregón; la segunda a cargo del también coronel Amadeo Vargas. El contingente
panameño atacó por sorpresa a los dos grupos de apoyo cuando ingresaban al
poblado, por medio del río Coto. Estas dos derrotas para Costa Rica dejaron como
resultado varios muertos, mayor cantidad de heridos, y todos presos.

A partir de ahí la escalada de violencia en Costa Rica fue exponencial. Envío


sistemático de soldados y voluntarios hacia el Pacífico y el Caribe Sur y sendas
manifestaciones de apoyo a la campaña bélica nacional. La forma en que se
articularon estas manifestaciones, los medios discursivos que convocaron el
apoyo popular al conflicto limítrofe, así como la construcción del recuerdo de la
guerra en el corto y mediano plazo, es parte de lo que propone esta investigación.
2. ANTECEDENTES

La guerra de Coto fue un conflicto bélico surgido entre Costa Rica y Panamá que
ocurrió entre el 21 de febrero y el 5 de marzo de 1921.12 Una fuerza
expedicionaria ocupó en nombre de Costa Rica la localidad de Pueblo Nuevo de
Coto, un caserío en las márgenes del río homónimo. La incursión se justificó por el
hecho de que desde tiempos coloniales no se tenía una frontera definida entre
Costa Rica y Panamá, y ambas naciones consideraban la zona alrededor de Coto
como parte de su territorio. El hecho encendió el nacionalismo en ambas
naciones, donde se organizaron fuerzas voluntarias para resolver militarmente el
conflicto.

El domingo 20 de febrero de 1921, una fuerza armada expedicionaria dirigida por


el coronel Héctor Zúñiga Mora, ocupó en nombre de Costa Rica la localidad del
Nuevo pueblo de «Coto», una pequeña población en las márgenes del río Coto
perteneciente al distrito de Alanje (con más de mil habitantes acostumbrados a las
leyes panameñas), en la provincia Chiricana.

Esa invasión la justificaban los ticos porque consideraban que no se tenía una
frontera definida entre Costa Rica y Panamá.

Esta invasión animó el sentimiento del nacionalismo, tanto en Costa Rica como en
la República de Panamá.

En San José y en el resto de Costa Rica se organizaron voluntarios armados y


fuerzas regulares para defenderse de los panameños.

En Panamá estudiantes de la escuela católica de la Salle organizan el Batallón


«Juana de Arcos» y en el Instituto Nacional se discutía la creación del primer
batallón de reservistas.

Mientras que, en la provincia de Chiriquí, se organizó un batallón para


defendernos del acto de invasión ‘Tica’.

Se ordena entonces la organización de reservistas para la defensa de nuestra


soberanía. Entonces se consigna como un primer batallón en el Instituto Nacional,
en Artes y Oficio el segundo batallón, en La Salle» El batallón Juana de Arcos»
como el tercero.

Que estuvieron en actividades de concienciación y el llamando a los panameños


para la integración de los batallones.

El conflicto bélico surgido entre ambos países llegó hasta el sábado 5 de marzo de
1921.

3. Aspectos conceptuales
El territorio es el espacio geográfico delimitado donde se ejerce la normativa
propuesta por un Estado, por lo que este espacio le confiere a la estructura
estatal un carácter sedentario y al ocupar una porción de la superficie terrestre y
marítima, coexiste también con otros Estados, unos al lado de otros, lo que
hace inevitable las tensiones y conflictos entre ellos.
De acuerdo con el jurista austriaco Hans Kelsen (1881-1973):
El fundamento de la idea de territorio lo da el concepto del Estado,
en cuanto ordenamiento jurídico válido (con vigencia espacialmente
delimitada); y que esto es así lo demuestra la consideración de que
la unidad del territorio (la cual es esencial al Estado), viene
determinada solamente por la unidad de la vigencia del orden
jurídico estatal, y no es afectada en modo alguno por el hecho de
que el territorio, desde el punto de vista geográfico o natural, no
forme una unidad.
Una de las características del territorio de un Estado es su tridimensionalidad
porque la vigencia de su normativa es válida no solo en su superficie sino
también que afecta a las aguas interiores (ríos, humedales, lagos y lagunas), al
mar territorial (porción marítima correspondiente a cada Estado con salida al
mar), el espacio aéreo y al subsuelo, por tanto “debemos representarnos los
territorios de los diversos Estados en forma de espacios cónicos, cuyos vértices
se encuentran en el punto central de la Tierra”. Sin embargo, en cuanto al
espacio aéreo, Kelsen afirmaba en su tiempo que “el territorio no tiene hacia
arriba, jurídicamente, límite alguno” por falta de normas jurídicas internacionales
que establecieran límites para los Estados en ese ámbito, no obstante, en el
presente, puede afirmarse que dicho límite se encuentra donde, acaba la acción
de la fuerza de gravedad y la atmósfera entra en contacto con el espacio
exterior.

De acuerdo con Montserrat Guibernau, el nacionalismo es:


[…] un estado de conciencia colectiva que afirma la particularidad, los
privilegios y derechos específicos de un pueblo. Pueden ser derechos
lingüísticos, administrativos, políticos, culturales, económicos,
religiosos, o todos a la vez. Es, además, un estado de ánimo colectivo
que moviliza o intenta movilizar a un pueblo para la realización de sus
anunciados derechos inalienables […] un sentimiento que tiene que ver
con la adhesión a un país de origen, una lengua, ideales, valores y
tradiciones comunes, y también con la identificación de un grupo con
una serie de símbolos (una bandera, una canción particular, una pieza
musical o un dibujo) que lo definen como <<diferente>> de los demás.

4. LOS COMBATES

Panamá ataca las posiciones Ticas en la región de «Coto», la guerra se libró en


dos lugares: El primer lugar fue en Pueblo Nuevo de Coto y en los alrededores del
río Coto en el sector del Pacífico; En el área las fuerzas costarricenses sufrieron
una serie de derrotas, donde deja una cuantiosa cantidad de bajas de lado
costarricenses, expulsando así a los usurpadores.

El segundo escenario fue en el Atlántico, al oeste de la provincia de Bocas del


Toro, aunque sin enfrentamientos, los costarricenses obtuvieron un rápido avance
sobre territorio panameño.

Se ganó la guerra bélica, triunfo que fue truncado cuando la intromisión de


Estados Unidos se impuso, en vez de condenar el intento de arrebatarnos a la
fuerza los territorios limítrofes, favoreció a Costa Rica (Por sus mezquinos
intereses).
Los panameños confiados en la espera de la censura al registrarse el acto de
invasión, es sorprendido al EEUU imponer bajo sus propias leyes sobre Panamá,
las demarcaciones limítrofes con el fallo White; además para forzar su
composición, traslada decenas de barcos de guerra a nuestro territorio como una
acción de intimidación.

Actualmente la frontera se mantiene con el fallo White.

5. OCUPACIÓN DE LA REGIÓN POR COSTA RICA

El 21 de febrero de 1921 el gobierno costarricense a través de Héctor Zúñiga


Mora, comandante militar del Golfo Dulce, envió un telegrama al gobernador de la
provincia de Chiriquí, anunciando que acatando el fallo White estaba facultado a
tomar posesión de la región de Coto, que en ese entonces estaba bajo la
jurisdicción panameña y que enarbolarían la bandera de Costa Rica en Pueblo
Nuevo de Coto, además de anular cualquier arrendamiento y cesión que tenga la
región con Panamá, entre ellas el de los cultivos de coco en la región de Burica y
que estaban bajo concesión del distrito de Alanje. El gobernador de Chiriquí
resolvió en protestar por dicha decisión y comunicó con carácter de urgencia al
presidente Porras.

A las 4 p.m. del 21 de febrero, a través del río Coto llegó un buque gasolina
costarricense a Pueblo Nuevo y desembarcaron un coronel, un teniente y un jefe
civil que administraría la región, reuniéndose con el jefe policial panameño Manuel
S. Pinzón donde le exigieron que se entregara ya que había cien soldados a bordo
del barco. El jefe policial respondió que no entregaría nada ya que no tenía
órdenes del gobierno panameño, sin embargo, no ofreció resistencia alguna y los
costarricenses enarbolaron su bandera, manteniendo las tropas a bordo del
buque; mientras que el jefe policial de Coto mandó un telegrama al jefe policial de
la provincia de Chiriquí, quien respondió que concentraría a todos los policías de
la provincia y seguiría las órdenes del gobernador.

El 22 de febrero, Porras llamó a los secretarios de Relaciones Exteriores, Narciso


A. Garay; de Hacienda y Tesoro, Eusebio A. Morales; de Instrucción Pública,
Jeptha B. Duncan; de Fomento y Obras Públicas, Manuel Quintero Villareal y a
Próspero Pinel como invitado especial, a una sesión extraordinaria para decidir las
medidas ante lo que consideraban una invasión. El propio presidente dispuso en
enviar una fuerza expedicionaria con suma reserva para sorprender a las fuerzas
costarricenses liderada por él mismo; aunque el secretario Morales logró persuadir
al presidente a que delegara dicha labor a otra persona, previniendo un aparente
vacío del poder en la capital panameña. Entonces se nombró al general Quintero
Villareal, como jefe de la expedición, quien era un veterano de la Guerra de los Mil
Días en las postrimerías de la unión a Colombia, y era oriundo de Chiriquí, por lo
que conocía el terreno.

Sin embargo, una de las principales dificultades para la movilización de los


panameños era la falta de armas. Panamá había disuelto su ejército en 1904 por
temor a un golpe de Estado, y una intervención estadounidense en 1915 obligó a
que las armas de largo alcance fueran entregadas y vendidas, dejando
virtualmente desarmada a la policía panameña. Pero el presidente Porras reveló
que la expedición podía ser armada con carabinas que se vendían en dos
almacenes de la capital, sumado a los rifles de los policías del interior del país que
estuvieran en buen estado y con 50 fusiles Remington con 60.000 municiones que
el propio Porras había ocultado secretamente en el cuarto posterior del patio bajo
del Palacio de Las Garzas, escondidas durante la época del desarme y que
esperaba que estuvieran en buen estado luego de varios años.22 Se encargó al
teniente Ávila y al portero Olivier Herrera, quienes sirvieron a Porras en su primer
período presidencial, para la prueba de las municiones, donde confirmaron que se
encontraban en buen estado.

En la noche del 22 de febrero, se hicieron los preparativos del contingente con 50


policías al mando del capitán Tomás Armuelles, armados con rifles; y de otros 50
agentes armados con carabinas al mando de general Quintero como jefe de la
expedición. Para realizar el transporte, se decidió usar el buque vapor Veraguas
que llevaría a la expedición a Chiriquí, y cuyo manejo estaba a cargo el señor
Próspero Pinel, quien había objetado que el barco no podía salir esa misma noche
por falta de carbón. El presidente Porras, urgido por la emergencia nacional,
gestionó la compra del carbón a través de fábricas cuyos dueños eran amigos
suyos: el señor McGuines, gerente de la Cervecería Balboa, ofreció el combustible
necesario a Pinel para emprender la expedición al momento de terminar la
sesión.24 En la madrugada del 23 de febrero, partieron del Muelle Inglés en la
ciudad de Panamá en el vapor Veraguas bajo el mando de Quintero y en
compañía del gobernador de la provincia de Panamá, Rodolfo Estripeaut.

También el 22 de febrero, las fuerzas panameñas bajo el mando del capitán Juan
B. Grimaldo, del teniente Francisco Benítez y del subteniente Joaquín Amaya,
junto con 50 o 60 policías provenientes de David, partieron en tren hacia La
Concepción, para luego continuar a La Pita, Divalá y Progreso, para viajar
después a pie hacia Coto. Los panameños organizaron en David la Primera
Compañía de Voluntarios de David, que partiría una vez el tren volviera de La
Concepción; bajo el mando del coronel Laureano Gazca partió de La Concepción
un contingente llamado "Los 13 voluntarios de Bugaba".

Imagen N°1: Hombres en el tren hacia la Guerra, Link: Facebook – Guerra de Coto. (s. f.). Facebook. Recuperado 20 de septiembre de 2022, Hora: 10:25 a.m., de
https://www.facebook.com/unsupportedbrowser?fbid=3171347152898773&set=pcb.3171349522898536

6. CONCENTRACIÓN DE LAS FUERZAS PANAMEÑAS


El 24 de febrero el gobernador de Chiriquí envió un telegrama al presidente
indicando que las tropas acantonadas en Coto aumentaban a 200 y que se
encontraban bien armadas, dejando una situación complicada a las fuerzas
panameñas que se estaban apenas concentrando en Chiriquí.

El presidente Porras envió dos telegramas al general Quintero dando instrucciones


de ir a la ofensiva y no permitir refuerzo, reagrupamiento o comunicación de las
fuerzas costarricenses, indicando inclusive llevar el vapor Veraguas al golfo Dulce
e impedir por la fuerza la llegada de cualquier embarcación. También Porras
indició que de Panamá saldría el buque David con 70 rifles y algunas carabinas de
largo alcance, al mando del general Barrera.25 No obstante, el general Quintero
llegó apenas al pueblo de Progreso (a unos 45 km al oeste de David) a las 3 de la
madrugada del 24 de febrero, luego de un viaje de 43 horas en el vapor
desembarcando en el puerto de Rabo de Puerco y se movilizó a Progreso vía tren,
descartando cumplir las instrucciones de Porras en los telegramas, debido al
aumento de las tropas costarricenses y porque apenas había armas para 100
hombres, dejando a 150 personas desarmadas. Quintero decidió entonces hacer
de Progreso su base de operaciones reforzando el espionaje y esperaría al David
con el resto de las municiones.

La situación de guerra se hizo conocer en todo el país y se comenzaron a hacer


manifestaciones nacionalistas en la ciudad de Panamá. El 24 de febrero se
organizó de manera espontánea una marcha con 6 mil personas solicitando al
presidente Porras mayores detalles sobre la disputa fronteriza, marchando desde
la plaza de Santa Ana rumbo a la residencia del presidente Porras en San Felipe.
La marcha estuvo organizada por Harmodio Arias, Aurelio A. Dutary, Ricardo A.
Morales, Luis Felipe Clement, Frank Morales, Antonio Alberto Valdés y Julio Poyló.
Un joven orador, Domingo H. Turner, fue quien en representación de la marcha
pidió a Porras una explicación, y que el pueblo panameño iba a defender lo
necesario ante la ocupación costarricense. Porras, junto con todos sus secretarios
de Estado, declaró desde el balcón de su residencia que se sentía "asombrado"
por la acción, a pesar de que tres meses antes un representante de Costa Rica
había ido a reunirse con él en Panamá expresando "manifestaciones de amistad y
fraternidad", y que a pesar de la situación se tomarían las medidas para defender
territorio panameño, por lo que se adhería al sentimiento de los manifestantes y
exhortó a los ciudadanos a inscribirse en la alcaldía para ser voluntarios ante lo
que se consideraba una invasión.

Ante el cambio de estrategia Porras ordenó al gobernador de Chiriquí recoger las


armas para armar las tropas que iban rumbo a Coto. También ordenó formar un
cuerpo de seguridad integrado por civiles. Mientras, el presidente Porras promulgó
el decreto N.º 49 del 26 de febrero de 1921 en donde declaró que Costa Rica
había invadido Panamá y que se tomarían medidas para expulsar a las fuerzas
costarricenses. Suspendió los derechos individuales descritos en la Constitución y
se llamó al servicio militar obligatorio a todos los panameños varones entre 18 y
40 años de edad, convocando al servicio en las alcaldías de todos los distritos. La
Policía Nacional se convertiría en un cuerpo militar al mando del Gobierno y
quedaría sujeto a las leyes militares, mientras que las labores policiales serían
prestadas por el Benemérito Cuerpo de Bomberos de Panamá y por los
voluntarios. Adicionalmente se convocó a la Asamblea Nacional de Panamá a
sesiones extraordinarias.

El 25 de febrero, el presidente Porras envió un telegrama al general Quintero


pidiendo nuevamente que se sitúe frente a Coto con el fin de impedir un refuerzo
de los costarricenses y le notificó que el David seguía preparándose rumbo a
Chiriquí con una fuerza de 150 tropas ya armadas, y con 100 rifles más para los
desarmados en Progreso, junto con municiones y mochilas. También anunció que
había 5 mil ciudadanos enlistados como voluntarios.

El presidente Porras emitió un nuevo decreto, el N.º 50 del 26 de febrero de 1921


indicando la creación de una intendencia militar, nombrando al coronel Rafael
Neira A. como Intendente General. La intendencia tendría la función de depositar,
reparar, recolectar y distribuir las armas de guerra y equipos militares. También el
intendente general tendría la función de ordenar a los gobernadores de provincias
y alcaldes de distritos en las funciones militares.
7. OFENSIVA PANAMEÑA

Manuel Quintero Villarreal sería el encargado de concentrar y dirigir las fuerzas


panameñas en Coto.

El general Quintero recibió el telegrama de Porras y aceptó establecer un plan


ofensivo sobre el río Coto usando el vapor Veraguas para movilizar las tropas. Se
haría un ataque combinado de 100 hombres de caballería que ingresarían por el
camino real y 50 hombres de infantería por otro lado, junto con los disparos que se
harían desde el vapor y con 50 hombres de la izquierda dirigidos por el propio
Quintero, desembarcando a corta distancia de la base costarricense.

El mismo día el general Quintero recibió a un desertor de las tropas de Costa Rica,
quien reveló detalles del contingente, indicando que sólo tienen estacionado un
buque, el mismo que se usó para la ocupación el día 21. El presidente Porras en
un telegrama, pidió a Quintero que no se confiara de los desertores y que
verificara los datos, también le reveló que extraoficialmente los Estados Unidos
había mandado una flotilla de observación, pero que por el momento no
intervendrían. Quintero dispuso un grupo de 126 hombres de caballería para
avanzar por tierra con el fin de reconocer el terreno y estacionarlos sobre el río
Lagarto, esperando la llegada del Veraguas a través del río Coto. En esa fuerza
expedicionaria estaban el capitán Armuelles y Antonio Alvarado. Adicionalmente
se mantuvieron 100 hombres sin armas en Rabo de Puerco esperando las armas
del David. Finalmente a las 4 p.m. del 25 de febrero zarpó desde Panamá la
segunda expedición con el vapor David con 200 policías a órdenes del inspector
Lamb, unos 270 rifles con sus municiones, un cuerpo de la Cruz Roja comandado
por el Dr. Dutari.

El Veraguas partiría en la mañana del 26 de febrero con 75 hombres rumbo a


Coto, según telegrama del general Quintero, creyendo que el David se encontraría
cerca, pero el retraso del zarpe del David obligó a Quintero a posponer la salida
del Veraguas, dejando la fuerza expedicionaria de caballería con la decisión de
tomar o no Coto. El general Quintero mandó una serie de instrucciones a los
capitanes Armuelles, Solís y Grimaldo, al coronel Gasca y a los tenientes Mejía,
Colorado y Lagarto dejando a su criterio las acciones dependiendo de la cantidad
de tropas estacionadas en Coto.

David siguió retrasándose, haciendo una escala en Aguadulce y zarpando en la


tarde del 26, por lo que el general Quintero propuso mandar el Veraguas al puerto
de Pedregal, cerca de David, ya que el buque era usado para el transporte de
ganado por Panamá y estaba latente una amenaza de escasez de ganado, y
prefirió usar el David para el desembarque fluvial. Adicionalmente, con 10
voluntarios se hizo una trocha por la montaña que acortaría el camino unos 15 km
y se instaló una línea telegráfica en dirección a Coto. Mientras que a través del
decreto N.º 51 del 26 de febrero se nombra al general Quintero como jefe de la
división de Chiriquí del ejército panameño.

En un telegrama del 27 de febrero, el general Quintero comunicó a Porras la


frustración de la constante demora del David y el retardo de la acción ofensiva
panameña en Coto, dejando en solitario a la caballería. Mientras que en la
provincia de Chiriquí se comenzó a detener a ciudadanos costarricenses bajo la
sospecha de que pudieran trabajar como infiltrados.

Sin embargo, la respuesta de Costa Rica se hizo llegar el 26, con manifestaciones
populares en San José y Cartago y hubo ataques a los consulados de Panamá,
según telegrama del presidente Porras. Adicionalmente, enviarían dos refuerzos
de 300 hombres hacia Coto y de 25 hombres al norte en el río Sixaola.

Las fuerzas de caballería encabezadas por el coronel Gasca y los policías de


David liderados por los capitanes Armuelles y el teniente Mejía se reunieron en el
río Lagarto y avanzaron a Coto al amanecer del 27 de febrero. Mientras los
panameños se organizaban para realizar la ofensiva, dos costarricenses que
recorrían el lugar fueron capturados. Para mayor sorpresa uno de ellos resultó ser
el coronel Zúñiga Mora, jefe la expedición de Costa Rica, y el otro era el coronel
Daniel González. Ambos aseguraron que estaban de cacería. El teniente Mejía
exigió a Zúñiga Mora la rendición del destacamento, por lo que sin resistencia los
costarricenses se rindieron. Los panameños habían recobrado Coto sin combate,
y capturaron a 30 costarricenses, cargándose con más fusiles y municiones. El
teniente Mejía temía la llegada de refuerzos costarricenses por el río Coto, por lo
que ordenó que exploraran el lugar, ubicar a los centinelas y tomar posiciones
entre los bosques y manglares.

A las 5 y media de la tarde del 27 se acercaba la motonave La Sultana con tropas


costarricenses que iban a reforzar el campamento en Coto arengando ánimos a su
país y al presidente Julio Acosta García, confiados de que el destacamento de
Zúñiga Mora los iba a recibir. Al toque de corneta los panameños abrieron fuego
de fusiles, dejando encallada a la motonave y sus tripulantes se rindieron después
de una hora de combate con el resultado de cuatro muertos, nueve heridos y 30
prisioneros costarricenses más, mientras que del lado panameño dejó dos
heridos.40 Entre los muertos de significación estaba el jefe político del golfo Dulce,
coronel Daniel Herrera.

También se capturó a la Sultana (con una capacidad de 100 personas y 70


caballos de fuerza), una ametralladora completamente nueva con 6 mil tiros, 25
rifles tipo Mauser, dos banderas, algunos víveres y correspondencia del Ministerio
de Guerra de Costa Rica. Se dispuso que los 69 prisioneros (incluyendo los
heridos) fueran llevados en La Sultana hacia Rabo de Puerco. Un grupo de
panameños al mando del coronel Gasca, tuvo la misión de tomar la nave y partir
en la mañana del 28 de febrero para navegar por el Golfo Dulce hasta llegar al
destino.
Imagen N°2
Hito Histórico, localizado en Pueblo Nuevo de Coto, Corredores, Puntarenas
Monumento a los caídos del conflicto del Coto, Pueblo Nuevo, Costa Rica.
Link: s, a. (2019, 5 mayo). Hito Histórico de la Guerra de Coto. https://revistas.uaa.mx/index.php/caleidoscopio/article/view/1869/2112. Recuperado 18 de
septiembre de 2022, Hora: 09:45 a.m., de https://revistas.uaa.mx/index.php/caleidoscopio/article/view/1869/2112

Al 28 de febrero, el vapor David llegó a Rabo de Puerco y el general Quintero


ordenó movilizarlo a Coto para reforzar el campamento panameño, mientras que
se enviaría una caballería por tierra comandado por el capitán Zurita. El general
Quintero inicialmente iría a Coto vía marítima para pasar revista al campamento,
pero la ausencia de artillería pesada en el David y la amenaza latente de una
represalia de Costa Rica, obligaron a retractarse, concentrando en el
reforzamiento vía terrestre. El presidente Porras en dos telegramas felicitó a
Quintero y a los que participaron en las dos ofensivas.

En una de las misivas decomisadas por las tropas costarricenses, se encontraba


una del ministro de Guerra, Aquiles Acosta, fechada el 25 de febrero alertando de
los movimientos de los panameños y que el envío de la ametralladora nueva era
para repeler cualquier intento. Además se había planeado tomar el poblado de
Cañas Gordas (actualmente en el distrito de Renacimiento). También se
encontraron otros documentos de valor que revelaban que desde diciembre de
1920 Costa Rica estaba preparando la ocupación de la zona de Coto, y habían
estudiado minuciosamente la región incluyendo cuántas personas residían.46
Quintero propuso a Porras la ocupación panameña de todo el golfo Dulce y
ponerlo como moneda de canje ante una posible negociación de la paz, pero
Porras reprendió a Quintero ya que no era conveniente invadir territorio
costarricense y que el propósito de Panamá no era de "conquistar", y ordenó la
colocación de la ametralladora en el David.

En la mañana del 1 de marzo arribó el navío costarricense La Estrella ignorando lo


ocurrido y tuvo un desenlace similar al de La Sultana. En la lucha hubo 27
muertos, numerosos heridos y gran cantidad de armas cayeron en manos
panameñas, distribuyéndose entre la Primera Compañía de Voluntarios de David.

Al atardecer de ese día llegaba otro navío, La Esperanza con 56 soldados y


voluntarios, también ignoraban que no los esperaban los hombres de Zúñiga
Mora, el desconocimiento fue tal, que cuando llegaron, en la proa del navío se
puso un fonógrafo tocando las notas del himno nacional de Costa Rica; esto
comenzó un tiroteo matando al que puso el fonógrafo. Daniel Herrera, quien
comandaba el navío creyó que era una equivocación, pero no fue así y siguió el
tiroteo dejando como resultado 16 muertos, entre ellos el propio Herrera y
numerosos heridos y 46 prisioneros.

El 2 de marzo los prisioneros costarricenses fueron llevados a Rabo de Puerco,


algunos a David y otros a la isla de Taboga.

Muchos más panameños, provenientes de todo el país, llegaron a Rabo de Puerco


para ir a pelear en Coto, pero ya la contienda había terminado.

8. AVANCE EN BOCAS DEL TORO

En Bocas del Toro, la situación era completamente diferente. Con la ayuda del
ferrocarril de la United Fruit Company, unos mil soldados costarricenses bien
armados y dirigidos por oficiales veteranos ocuparon sin lucha Guabito, Almirante
y Changuinola el 4 de marzo. Los panameños de esa área se quedaron esperando
los refuerzos desde la capital con sus armas. Superados en número y en
armamento no tuvieron más opción que replegarse.
9. FIN DE LA GUERRA Y CONSECUENCIAS

El Pennsylvania fue una de las naves estadounidenses que aparecieron en la


zona con el fin de acabar con la guerra.

Desde el 4 de marzo la guerra toma un giro inesperado. En la bahía de Charco


Azul, en Chiriquí, apareció el acorazado Pennsylvania con órdenes de proteger a
los ciudadanos e intereses estadounidenses en la zona. Igualmente apareció el
crucero Sacramento en la costa atlántica el 5 de marzo. Estados Unidos exigió a
ambos países el cese de hostilidades y el retiro de las fuerzas de beligerantes. Sin
más opciones, los hombres de ambos mandos abandonaron sus posiciones.

Pocos días después, el 18 de marzo de 1921, hubo un accidente ferroviario cerca


del puerto de Pedregal, donde murieron cuatro personas y varios heridos, todos
ellos combatientes de Coto que regresaban del conflicto. Entre ellos se encontraba
Tomás Armuelles, Benjamín Zurita, Arcadio Porto y Francisco Durán, quienes
murieron ahogados. Tras esta tragedia, se decidió renombrar la localidad de Rabo
de Puerco como Puerto Armuelles.

En David, los expedicionarios panameños fueron recibidos como héroes por la


población y un homenaje similar recibieron en la capital el general Quintero y sus
hombres del presidente Porras y de la ciudadanía.

Fue a causa de esas acciones diplomáticas de Estados Unidos por las que se
establece el cese de las hostilidades, para entrar en una negociación. Panamá fue
obligada por Estados Unidos a aceptar el Fallo White. Los problemas limítrofes
entre ambos países fueron superados definitivamente con la firma del
tratado denominado Echandi Montero-Fernández Jaén, a pesar del descontento
de algunos habitantes panameños “el tratado Echandi Montero –Fernández Jaén
fue ratificado por la República de Panamá mediante Ley n° 51 de 20 de mayo de
1941” (Cuestas,1999, p.388). De esa forma se delimitó definitivamente la frontera
entre ambos países, a la vez se inició un proceso de paz permanente entre ambas
naciones.
Panamá intentó por sus medios en los meses posteriores a la guerra en apelar
ante Estados Unidos el diferendo fronterizo, sin embargo, este país no cambió su
postura frente al fallo White, por lo que no quedó otra opción a Panamá en
acatarlo.
CONCLUSIONES

La Batalla de Coto es una muestra de lo que es la Costa Rica de hoy. A


continuación, se hace mención de tres alcances o aprendizajes a partir de los
movimientos sociales en nuestro país, en referencia a dicho enfrentamiento. En
primer lugar, la Guerra de Coto, sus antecedentes y culminación podría
considerarse como un hecho importante de la forma de resolución de conflictos
por parte de Costa Rica. Si bien el ejército como institución fue abolido más de 25
años después, el evento bélico en cuestión puede considerare como una
referencia interesante que refleja la necesidad de la nación de resolver conflictos
por vías de Derecho, más que, de hecho. La prevalencia de un laudo sobre el
triunfo bélico panameño es, sin duda, un ejemplo de la tendencia que culminó,
hasta el presente, en la resolución mayoritariamente pacífica de conflictos. En
segundo lugar, los movimientos sociales en Costa Rica sin duda han servido, en
muchas ocasiones, como herramientas de fortalecimiento de la identidad nacional.
Curiosamente, en otros países (como se reflejó en el caso del mismo Panamá en
el hecho histórico al que hemos venido referenciando), héroes son quienes
ganan en el campo de batalla, catalogándolos como buenos “ciudadanos”.
La Guerra de Coto es un ejemplo de que el sentimiento nacionalista, al menos en
el caso costarricense, no siempre proviene de la victoria en guerra, sino más allá
de ellos. En los años más recientes, se han dado otros ejemplos de vital
importancia, que reflejan este segundo aprendizaje sobre movimientos sociales
que nos deja la Guerra en cuestión. Por último, quizás de una forma menos
llamativa, sin duda uno de los alcances más interesante del movimiento social
costarricense, particularmente de la Guerra de Coto, es la enseñanza formal. La
reciente incorporación de este evento en los programas escolares, es el vivo
ejemplo de la forma de combatir los aspectos negativos de una región. Solamente
conociendo su historia, de la forma en que verdaderamente sucedió, es que los
pueblos.
Bibliografía

Arauz Villarreal, Rubén, “Desenvolvimiento histórico de la Guerra de Coto y sus


consecuencias”, en: “Estudio socio-pedagógico de la región fronteriza de la
provincia de Chiriquí” (Trabajo de Graduación de Licenciatura en Filosofía y
Letras, Universidad de Panamá, 1973), 20-47.

Biblioteca Nacional de Panamá Ernesto Castillero (2017). La guerra de Coto.


Recuperado de: http://binal.ac.pa/binal/component/content/article/14-
sample-data-articles/319-guerra-de-cotto.html

CoopeAnde (2019). Costa Rica Conmemora 96 años de la Guerra de Coto.


Recuperado de: http://www.coopeande1.com/noticias/costa-rica-
conmemora-96-anos-de-la-batalla-de-coto.html

Consulta de la prensa digital: Sistema Nacional de Bibliotecas, página de internet


de la Biblioteca Nacional de Costa Ricawww.sinabi.org.cr
 El Heraldo, (Del 25 de febrero al 01 de abril de 1921)
 La Tribuna, (Del 26 de febrero al 12 de marzo de 1921)
 Diario de Costa Rica (del 26 de febrero al 31 de marzo de 1921)
 Diario de Comercio (Del 26 de febrero al 29 de marzo)
Anexos
Imagen 1:
Hito Histórico, localizado en Pueblo Nuevo de Coto, Corredores, Puntarenas
Monumento a los caídos del conflicto del Coto, Pueblo Nuevo, Costa Rica.

Link: https://revistas.uaa.mx/index.php/caleidoscopio/article/view/1869/2112

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