Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
INTRODUCCIÓN:
1. Poder Judicial
1.1. Jueces y magistrados
Quienes administran deben de ser independientes (art. 117.1 CE). O que se vean
presionados, o que se dejen guiar por su ideología política. La CE define dos garantías
formales para sortear dichos peligros: la inamovilidad y prohibición de militar en
partidos o sindicatos, o desempeñar cargos públicos mientras se hallen en activo.
El caso del Juez Garzón: candidato a las elecciones generales de 1993 por el
PSOE y miembro de la Audiencia Nacional, forzó el debate político sobre la
necesidad de revisar los mecanismos de garantía formal de desvinculación
entre jueces y magistrados y la vida partidista. De ahí que la reforma de 1997
tratara de desincentivar su vocación política estableciendo el cese forzoso de
los mismos en la carrera judicial en tales circunstancias, dejando de
garantizarles la reserva del puesto laboral, y apartándolos de la función judicial
durante tres años tras el cese de su labor política.
La modificación del Código Penal realizada en 2015 reforzó las consecuencias punitivas
para jueces y magistrados que se comportaran “políticamente” al dictar resoluciones y
sentencias. Vino a sancionar gravemente el delito de prevaricación cometido por los
que dictaran conscientemente sentencias injustas.
Puesto que la CE les prohibe sindicarse, se les reconoció el derecho de libre asociación
profesional (art. 127.1 CE). En 1983 hace Jueces para la Democracia (JpD) y en 1984
Asociación Judicial Francisco de Vitoria (AJFV).
Positivo: pluralismo democrático de asociacionismo judicial. Negativo: confrontación y
alineamiento político. Dilema político-jurídico.
Este órgano era preciado objeto de deseo de quienes tuvieran la intención de influir en
las decisiones del Poder Judicial.
La CE trata de evitar la coincidencia en el tiempo de sus mandatos con los del
Congreso, Senado y Gobierno, estableciendo un mandato de cinco años no renovable
para los vocales del CGPJ y cuatro como el máxime posible para las Cámaras y el
Gobierno.
2. El Tribunal Constitucional
Actúa como entidad de racionalización y contrapeso de los demás Poderes del Estado, se sitúa
constitucional e institucionalmente al margen de los mismos.
Debido a sus atribuciones, el TC participa de la propia dirección política del Estado. Por ello, el
control político sobre el TC puede facilitar enormemente la tarea de gobierno del partido o
partidos en el poder. De ahí que resulte fundamental que el TC actúe de forma independiente,
y que, para procurarlo, se establezcan garantías jurídicas al respecto.
Para distanciar el mandato de los magsitrados del TC respecto al de los integrantes de otros
Poderes, se le concede al mismo una duración de nueve años no renovables.
I. Introducción.
Pretende acabar con un problema histórico del Estado. Devenir pendular: La dictadura de
Primo de Rivera estará marcada por el centralismo, la II República girará hacia la
descentralización política y nuevamente volveremos al centralismo más férreo de la dictadura
de Franco.
En los estados unitarios existe solo un centro de decisión política, mientras que los estados
federales poseen múltiples centros soberanos.
En España entramado territorial novedoso, que conocemos como Estado de las Autonomías,
pero que en la CE no aparece recogido con tal nombre.
Suarez tenía una tarea frágil, búsqueda del consenso. Aunque la CE no establece un modelo de
Estado predeterminado, poco a poco se va configurando un modelo de “geometría variable”.
Es abierto, porque deja las puertas abiertas a su configuración.
Configuración de un sistema donde tuviese cabida el concepto de España y el de Cataluña, País
Vasco y Galicia; donde cupiese unidad del Estado y la autonomía de las nacionalidades.
Tres partes:
(1) Proceso de institucionalización de las CCAA;
(2) Funcionamiento a través de las Relaciones Intergubernamentales (RIG).
(3) El cuestionamiento y la revisión de las reformas estatutarias + renegociación de las
Autonomías.
Inicialmente estaba prevista sólo para las nacionalidades históricas, aunque acabó
extendiéndose.
La iniciativa para constituirse en CCAA expresada en el art. 143 CE.
En el 143.2 CE se describe la vía común o lenta de acceso a la autonomía, que entronca con los
artículos 148 y 149 donde se enumeran las competencias que pueden asumir las CCAA y cuales
son exclusivas del Estado.
En el artículo 148 nos indica las competencias que podrá ejercer la CCAA, no siendo posible la
ampliación hasta pasados almenos cinco años. Si decibe recoger la ampliación deberá de
consagrarlo en su propio Estatuto de Autonomía. Se trata de una descentralización
administrativa en todo caso (compartida o exclusiva) y no política, ya que en ningún momento
establece la posibilidad de procedimientos propios para legislar o gobernar, al partirse de la
inexistencia de órganos propios de gobierno.
Después tenemos la vía rápida o especial, del artículo 151 de la CE. Únicamente aquellas
comunidades que aparecen nominalmente en el texto constitucional: Cataluña, País Vasco y
Galicia. El texto constitucional en su DT 2ª establece que la iniciativa contemplada en el
artículo 143 no deberá ser seguida para las Comunidades que poseyeran órgano pre-
autonómico con anterioridad a la dictadura franquista. Por este motivo, a estas tres autonmías
se las denomina como “històricas” Y es que fue la II República la que creó un precedente de
regionalismo político en nuestro país.
-Navarra. La Disposición Adicional 1ª y la DT 4ª recogen las peculiaridades que se les conceden
a los denominados “territorios forales”.
-Las CCAA uniprovinciales.
-Los territorios autónomos de Ceuta y Melilla; que finalmente se constituirán en “Ciudades
Autónomas”.
Al margen, de estos casos, existe una vía para acceder a un mayor numero de competencias
contempladas en el artículo 148.2 CE. Esa vía de acceso es particularmente compleja, entre
entre ellos el obstáculo más destacable es que si no se consigue acceder a la autonomía por
esta vía, el proceso no podrá volver a repetirse hasta pasados cinco años. Esta limitación se
pensó con el fin que tratar de impedir que accedieran al máximo techo competencial,
Comunidades que no fueran las tres históricas, para controlar la configuración territorial
española. Sin embargo, todo el interés por racionalizar el proceso sufrió un obstáculo no
previsto y que es el que más ha venido a influir en el entramado territorial. Andalucía que
consiguió entrar por el 151 CE:
“No será preciso dejar transcurrir el plazo de cinco años, a que se refere
el apartado 2 del artículo 148, cuando la iniciativa del proceso
autonómico sea acordada dentro del plazo del artículo 143.2, además de
por las Diputaciones o los órganos interinsulares correspondientes, por
las tres cuartas partes de los municipios de cada una de las provincias
afectadas que representen, al menos, la mayoría del censo electoral de
cada una de ellas y dicha iniciativa sea ratifcada mediante referéndum
por el voto afrmativo de la mayoría absoluta de los electores de cada
provincia en los términos que establezca una ley orgánica”.
Andalucía saltará al panorama nacional con su propuesta, iniciando así un proceso que llevará
consigo el inicio de la desmembración del partido de UCD, entonces en el poder, el inicio de la
fuerza del PSOE en Andalucía, consigurandose com su principal feudo electoral. Al mismo
tiempo, el posicionamiento y actuación de Andalucía actuará como “revulsivo amplificador de
las posteriores autonomías, posibilitándoles un sistema de gobierno dotado de unas
instituciones de representación y de gobierno de las que en principio parecían quedar
excluídos”.
Detalle: 6 de las 8 autonomías fueron favorables a acceder a la autonomía. Jaén tras las
impugnaciones de las irregularidades, se sumó al resto de provincias, pero Almería, aunque
votó mayoritariamente a favor de la ratificación de la ratificación de la iniciativa autonómica,
no consiguió que esa mayoría fuese la requerida. Recuérdese que se pedía “la mayoría del
censo” y no “la mayoría de los votos”. Conforme a lo establecido en la CE Andalucía quedaba
fuera del proceso autonómico. Sin embargo, ello significaba que una ciudadanía que había
demostrado sentirse unida a un proceso autonómico quedase al margen del mismo. Y a partir
de esta situación empezó un juego político que pretendía transformar en legal lo que era un
triunfo moral. Finalmente la situación se esclareció gracias al pacto de los dos principales
partidos; UCD y PSOE. La solución, no exenta de polémica fue la reforma de la Ley Orgánica de
Modalidades de Referéndum, mediante dos leyes la 12/1980 y 13/1980. Esta última venía a
establecer que los diputados y senadores almerienses podían con su voto afirmativo suplir la
voluntad popular.
El acceso de Andalucía a este máximo techo competencial, hizo corregir todos los planes sobre
el entramado territorial. Romperá, de esta manera, el modelo de Estado Autonómico previsto.
UCD pronto se dio cuenta que sus intentos de conceder la autonomía solamente a las tres
comunidades hsitóricas no iba a ser posible. Producto de ello y de su cada vez notoria
debilidad, decide crear una Comisión de Expertos sobre la sAutonomías, en un nuevo intento
por evitar el descontrol del proceso que se estaba viviendo. De esa comisión saldrá un
Informe, el cual será la base de los Pactos Autonómicos de 1981, firmados entre el el Gobierno
y PSOE. Entre los puntos principales de ese pacto se encuentra la generalización del acceso a la
autonomía a todos los territorios pero a través de la vía lenta, esto es, del artículo 143. Sin
embargo, se permite a dichas CCAA poseer una organización institucional propia, tal y como
estaba recogida en el artículo 151 CE. Este será el primer paso hacia la homogeneización entre
las CCAA y cierta equiparación.
A partir de este moemnto se darán mayores competencias a territorios como por ejemplo,
Valencia o Canarias. En este acuerdo también se estableció un anteproyecto de Ley Orgánica
de Armonización del Proceso Autonómico (LOAPA) que fue declarada en parte inconstituciona
por la sentencia 76/1983 por el Tribunal Constitucional, es de agosto de 1983, y que dio lugar a
la Ley 12/1983, del Proceso Autonómico.
En 1992 se repetirá la fórmula de los pactos entre gobierno y oposición, PSOE y PP. Estos
pactos amplían las competencias de las CCAA que accedieron por la vía del artículo 143 CE a
través de la Ley Orgánica 9/1992, de transferencia de competencias.
2. ORGANIZACIÓN INSTITUCIONAL
Las instituciones con las que cuentan todas las CCAA son una Asamblea Legislativa y un
Consejo de Gobierno con un Presidente o Presidenta, a la cabeza del mismo. También con un
Tribunal Superior de Justicia de la comunidad pero dicho tribunal aunque culmina la
organización judicial en el ámbito de la Comunidad Autónoma no es una institución propia de
ésta, puesto que la jurisdicción nacional es única, lo contrario solamente se da en estados
federales.
3. ESTRUCTURA ADMINISTRATIVA
Por su parte, los EEAA se limitan a incluir en la enumeración de sus competencias la potestad
de autoorganzación. En las leyes reguladoras de sus Administraciones Públicas se establece y
desarrolla el modelo y la estructura de la organización administrativa.
Los dos problemas principales que se derivan del incremento de la Administración Institucional
son, por un lado, la falta de control (conocida también como huída del derecho
administrativo), que puede provocar fenómenos de clientelismo, discriminación y corrupción,
y por otro, un fuerte y progresivo endeudamiento.
El modelo RIG que se implanta en España, como en los federalismos más modernos, residen en
que las competencias más importantes no son las exclusivas, sino las compartidas y las
concurrentes, e incluso en las que son exclusivas hay que tener en cuenta la interpretación del
TC, lo que da lugar a un RIG variado, complejo y multidireccional. Bañon y Tamayo señalaban
que la principal característica dle sistema español de RIG era su volatilidad, entendiendo por
ello, que se trataba de un proceso que discurría por diferentes etapas en las que cambiaban
los valores, los papeles y las estrategias de los actores que lo integran, como consecuencia de
la evolución del Estado de las Autonomías.
Este proceso contempla la tipología estructural que propone Cameron (2001) para organizar
las RIG. Un nivel intra-jurisdiccional que permite que el nivel regional esté representado en las
instituciones del poder central, generalmente, en las que representan al poder legislativo. Un
nivel inter jurisdiccional que se corresponde con la creación de estructuras que relaciona a
alguna o a todas las unidades regionales con el nivel central o entre ellas mismas. Un tercer
nivel, de carácter judicial, que permita resolver los conflictos entre los diferentes niveles de
gobierno y por, último un cuarto nivel, que denomina, internacional, como consecuencia de la
participación de la mayor parte de los Estados en organización de carácter supranacional.
Veamos la evolución de la inter jurisdiccional, sin olvidar que la intra jurisdiccional tiene en
España escaso protagonismo porque el Senado no es ni actúa como una cámara de
representación territorial y como ha afirmado Colino se ha utilizado principalmente por los
consejeros y presidentes autonómicos de las CCAA gobernadas por los partidos de la oposición
como un foro adicional para atacar al gobierno.
Respecto al cuarto tenemos la Conferencia para Asuntos Relacionados con la Unión Europea
(CARUE) ha sido el cauce que ha impulsado la presencia de nuestro nivel regional en las
instituciones europeas.
2. ESTRUCTURA INTERJURISDICCIONAL
Las Conferencias deben de mejorar y demostrar su utilidad práctica ya que no son solo órganos
de gestión, como tampoco tienen un valor meramente simbólico o de diálogo y requiere un
mayor nivel de institucionalización y de cooperación para poder equipararse a los órganos
similares de los países de nuestro entorno y poder afrontar asuntos como la crisis económica,
el nuevo modelo de financiación autonómica o incluso las posibles reformas en nuestro
modelo de organización territorial, pero para ello debe superarse tanto la politización
partidista que se produce como el desinterés que muestran las CCAA.´
2.2. ÓRGANOS DE CARÁCTER VERTICAL Y BILATERAL: COMISIONES BILATERALES DE
COOPERACIÓN
Las Comisiones Bilaterales de Cooperación se constituyeron por voluntad de las partes a partir
de 1987 (Cataluña, País Vasco, Galicia y Andalucía), sin pervisión legal específica, a excepción
de la Comunidad Foral de Navarra que lo hace en 1984 por venir recogida en la FORAFNA,
como organos de colaboración entre el Estado y las CCAA.
Recibieron un impulso decisivo en el año 2000 con la reforma del artículo 33 de la Ley Organica
del Tribunal Constitucional, que les atribuye una nueva función, al permitir que en el seno de
las mismas, se puedan adoptar acuerdos de resolución de discrepancias que eviten, en su caso,
la interposición de recurso de inconstitucionalidad contra normas con rango de ley estatales o
autonómicas. Es decir, se convierte a estos órganos en instrumentos claves para la
negociación.
La mayor parte de los Estatutos de Autonomía de nueva generación, aprobados entre 2006 y
2007, regulan de manera mucho más extensa la cooperación bilateral.
Aunque es cierto que esta colaboración se está incrementando, se considera insuficiente aún,
sobre todo porque se trata de acuerdos bilaterales y de caracter informal, recurriendo a
instrumentos de derecho privado (como protocolos, declaraciones de intenciones) porque no
existen foros horizontales de caracter ejecutivo, institucionalizados.
La primera etapa. Desde 1979, con la aprobación de los primeros estatutos, hasta 1992 con al
firma de los segundos pactos autonómicos y la aprobación de la Ley 30/92, se caracterizaría
por la heterogeneidad competencial en la que aunque parecen destacar los mecanismos de
carácter vertical y multilateral, creación de 12 CCSS los órganos verticales y bilaterales, como
las CBC y las Comisiones Mixtas de Transferencias tienen un gran protagonismo y en ellas
deciden aspectos más importantes y trascendentales que en las CCSS.
La segunda etapa. Desde 1994, con la aprobación de las Leyes Orgánicas que permiten el
incremento competencial a las CCAA que habían accedido por la vía lenta, artículo 143,
iniciandose un proceso de homogeneización competencial que conlleva la intesificación de los
mecanismos sectoriales de participación entre las CCAA y la AGE y el impulso del
multilateralismo y en el cual las CBC no estatutarias aunque siguen funcionando y creándose
en las CCAA donde aún no existan se ven eclipsadas por el importante crecimiento y mejor
funcionamiento de las CCSS.
La tercera etapa. La tercera etapa se podría identificar con la VIII y IX legislatura en la que
destacaría una conjunción del multilateralismo y el bilateralismo y un impulso relevante, sino
creación, de las relaciones horizontales. Las causas, creación de la Conferencia de Presidentes,
incremento de la actividad de las CCSS, creación de las CBC estatutarias y celebración desde
2008 de los Encuentros entre CCAA.
La cuarta etapa, se inicia con la X legislatura, en la que factores como la crisis económica, la
superación del bipartidismo con la entrada en escena de nuevos partidos políticos de ámbito
nacional, el impulso del nacionalismo catalán que lleva el procés, entre otros, van a traer como
consecuencia una disminución del número de reuniones no sólo de los órganos verticales y
multilaterales, Conferencias de Presidentes y CCSS con una disminución del número de
convenios firmados, sino también una paralización en el funcionamiento de las CBC y en las
relaciones de carácter horizontal.
IV. LA REFORMA DE LOS ESTATUTOS DE AUTONOMÍA, ÉXITO O FRACASO DEL
MODELO
Reformas de estatutos entre 2004 y 2011. La elección de este período se debe a que el proceso
de revisión de los estatutos de ocho CCAA fue de mayor calado, dando lugar a la aprobación de
textos completos y, sobre todo, porque reflejaba la flexibilidad del no institucionalizado
federalismo del modelo de autonomías en España. La flebilidad fue considerada en ese
momento por el partido gobernante, el PSOE, como una ventana de oportunidad para revisar
el modelo de profundizar en la descentralización.
Tanto en ese momento, como en la actualidad, dentro de la reforma territorial del Estado,
ninguno de los partidos nacionales que han gobernado hasta la fecha, ha querido abrir la
espita de la reforma del capitulo VIII de la Constitución. Todo intento de evolución del modelo
ha venido de la mano de la reforma de los estatutos de autonomía aprobados a través de leyes
orgánicas.
En este proceso de reforma estatutaria, las elites regionales ganaron protagonismo; ya que los
nuevos estatutos reconocieron un incremento de los recursos de las comunidades autónomas
(o al menos su gestión directa), de ciertas competencias, y se respondió parcialmente a sus
demandas, aún a riesgo de incrementar las fuerzas centrífugas del sistema.
Las estrategias de los partidos políticos siguieron tres lógicas de acción: de tipo electoral,
ideológica y territorial.
Electoral:
En el espectro ideológico también se encuentra una posición apoyada por prácticamente todos
los partidos políticos que es la descentralización, si bien, el PP se alejó hacia posiciones más
centralistas como reacción al Plan Ibarretxe, provocando una polarización en los
posicionamientos ideológicos sobre la reforma territorial del estado.
Los principios sobre los que se articula la vertebración del Estado de las autonomías son el
autogobierno y el gobierno compartido. En función de cual de estas dos teclas se impulse más,
el modelo se decantará hacia un mayor reconocimiento de la asimentria, o al reforzamiento
del gobierno nacional, recentralizando competencias y disminuyendo capacidad fiscal de las
autonomías.
El proyecto presentado bajo la presidencia del lehendakari Ibarretxe, planteaba para el País
Vasco la creación de un Estado libre asociado con España y fue rechazado en 2005 por una
rotunda mayoría del Congreso. Tras esta decisión, le gobierno vasco no convocó el anunciado
referéndum. De esta manera, el PV quedó fuera del proceso de reforma estatutaria pero no
rompió con las reglas del juego del Estado democrático de derecho, algo que sí ha hecho
Cataluña con el procés.
Territorial:
O cómo asegurarse por parte del gobierno central el apoyo de ciertas regiones.
Los puntos de infexión que se pueden trazar en el período de construcción y evolución del
Estado de las autonomías son:
-De 2004 hasta 2011, reforma de los estatutos de autonomía de mayor calado con la
pretensión por parte del PSOE de abrir una nueva etapa en el modelo de Estado durante su
primera legislatura, apoyado en una propuesta ideológica de mayor autogobierno.
Entre 2004 y 2011 es el PSOE quien gana en 2004 y en 2008, y a partir de esa fecha la cuestión
territorial se difumina.
El enfrentamiento entre PSC y PSOE llevo a la dimisión de Pasqual Maragall por no contar con
el apoyo de su partido en la reforma del estatuto y convocar nuevas elecciones en novembre
de 2006. En esta contienda volvió a ganar el tripartito solo que con un perfil más moderado
desde un punto de vista nacionalista. En el caso del País Vasco, el rechazo del Plan Ibarretxe
también suposo la dimisión del lehendakari, y en esta ocasión, sí se produjo un giro. Las
elecciones de abril de 2005 las ganó Patxi López liderando el PSE-EE, Partido Socialista de
Euskadi.Euskadiko Ezkerra y suposo la derrota del PNV quien llevava en el poder más de tres
dècades.
La sentencia 31/2010 del Tribunal Constitucional de junio de 2010 fue aplaudida por la
mayoría de los partidos de ámbito estatal, pero no corrió la misma suerte para los partidos
nacionalistas. La principal consecuencia fue una radicalización de las posturas de las elites
nacionalistes. Si bien, a partir de 2012, y especialmente de 2015, los catalanes favorables a
la independencia, incrementa de forma considerable. La sentencia limito los avances
sustantivos de autogobierno que propugnaba el estatuto. Se cuestionó la generación de un
sistema propio de fnanciación, la capacidad normativa diferenciada en materias como la
lengua propia y la justicia, y no se aceptó el reconocimiento de elementos simbólicos como
la consideración de nación. La sentencia supuso, en defnitiva, la perdida de la oportunidad
de reconocer la singularidad de Cataluña en el modelo autonómico español, es decir,
reconocer en términos plurinacionales la nación histórica, cultural y política catalana sin
llegar a su plena soberanía.
Esta situación se agravo con el rechazo del gobierno de Mariano Rajoy de negociar las
condiciones propuestas por el gobierno catalán en 2012, liderado por Artur Mas sobre la
descentralización fiscal.
V. CONCLUSIONES