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ESQUEMAS

Historia del Pensamiento Político


Anselm Bodoque Arribas
anselm.bodoque@uv.es

Programa de la asignatura curso 2018-2019

UNIDAD TEMÁTICA 2: LA ANTIGÜEDAD CLÁSICA

2.1 (T2). El pensamiento político anterior a Grecia. El ser humano y las primeras ideas de
la historia.- De las tribus nómadas al surgimiento de las ciudades.- Los grandes imperios
de la Antigüedad: Mesopotamia y Egipto.

2.2 (T3). El pensamiento griego: de los orígenes a los sofistas. Del mito y logos.- La polis.-
Primeras ideas sobre la Justicia.- Los sofistas.- La democracia ateniense: el siglo de
Pericles.- Sócrates.- La crisis del siglo IV.

2.3 (T4). Platón. El pensamiento platónico: fundamentos y desarrollo.- La República.- El


Político.- Las Leyes.

2.4 (T5). Aristóteles. El pensamiento aristotélico: fundamentos y desarrollo.- La Política.- La


polis ideal.- La polis real.

2.5 (T6). El final de la polis y las escuelas helenísticas. El ocaso de la polis.- Las
monarquías helenísticas.- Los cínicos.- La escuela epicúrea: Epicuro.- Los estoicos (la Stoa
Vieja): Zenón, Crisipo.

2.6 (T7). La República romana y el Imperio. La monarquía.- La República: La Stoa media,


Polibio, Lucrecio, Cicerón.- El Principado y el Imperio: La Stoa nueva, Séneca, Marco
Aurelio.- El Dominado.- La decadencia del Imperio.
Unidad Temática 2: LA ANTIGÜEDAD CLÁSICA

2.1. El pensamiento político anterior a Grecia

El pensamiento político anterior a Grecia

Hace 4.600 millones de años: creación de la Tierra


Hace 7 millones de años: primeros homínidos
Hace 200.000 años: aparición del homo sapiens
Hace 70.000 años: revolución cognitiva
Hace 10.000 años: revolución neolítica
Hace 6.000 años: protoestados en los valles de los grandes ríos (Mesopotamia,
Egipto, India, China...)
Hace 2.000/3.000 años: primeros grandes imperios, aparición de las grandes
religiones y primer pensamiento político conocido

Las sociedades antiguas de cazadores/recolectores solían ser acéfalas. Una


sociedad acéfala es un grupo humano pequeño que no tiene prácticamente
jerarquías políticas: son sociedades relativamente igualitarias.

Con la agricultura y la ganadería, las sociedades se estratifican socialmente. Ahora


bien, hay una diferencia entre dos tipos de agricultura:

a) de subsistencia: sin casi excedentes; prácticamente autárquicas.

b) de espacios fértiles: con grandes ríos, que hacen necesarias obras colectivas
de regadío, generan excedentes y, en consecuencia, concentración de riqueza,
aparición de nuevos oficios (comerciantes, artesanos, intelectuales) y un
poder político relativamente fuerte con estructuras a su servicio: ejército,
burócratas, religiosos, etc.

Hacia el 5.000 ane aparecen en Mesopotamia las primeras ciudades-estado (Ur,


Uruk, Eridu...). Las ciudades se estructuraban en torno a un gran templo. El jefe
del templo y el jefe de la ciudad se confundían.

Los sacerdotes controlan las cosechas y las actividades agrícolas. Aparece una
burocracia necesaria para mantener el templo y las oraciones. Y también un
ejército/policía para controlar la población.

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Los enfrentamientos entre las diferentes ciudades dieron lugar a la aparición de
jefes militares, dependientes del jefe religioso y político. Pero, progresivamente,
los jefes militares controlaron el poder político y acabaron con las teocracias,
convirtiéndose ellos mismos en monarcas y concentrando el poder político de
manera separada de las jefaturas religiosas.

Hacia el 3.500 ane, entre los sacerdotes y los burócratas, aparece la escritura
(lengua codificada y jerarquía lingüística) por la necesidad de registrar la
propiedad y controlar las cosechas, tierras y bienes.

Progresivamente, la escritura se usará también para mostrar el conocimiento


técnico, matemático y astronómico; para hacer textos religiosos y literarios, y para
redactar códigos y normas legales.

El primer texto conocido de legislación es el Código de Hammurabi (1760 ane).


Contiene normas que regulan la vida mesopotámica. Ayuda a entender el sistema
de clases y la dominación social existente; pero no hay ninguna reflexión sobre
cómo debe ser el buen gobierno de la sociedad y la organización de la comunidad
política.

Entre el 3.050 ane y hasta la conquista romana (31 ane) se desarrolla en el valle
del Nilo del Imperio Egipcio. Un único imperio durante 3 milenios.

A diferencia de Egipto, en Mesopotamia desde mediados de los III milenio ane


hasta el siglo VI ane (conquista persa), se suceden imperios: acadio, babilónico,
asirio y varios renacimientos sumerios. Mesopotamia era una tierra fácil de invadir
y con dos grupos étnicos en disputa y relación permanente (sumerios vs diferentes
grupos semitas).

Por el contrario, Egipto (especialmente, el Alto Nilo) tenía una enorme frontera
natural (el desierto) que dificultaba las invasiones y era étnicamente bastante
homogéneo.

El estado egipcio era dominado por un rey, el faraón, que tenía un poder absoluto.
Su poder se fundamentaba en: la divinización de su persona, el control y la
dirección de las obras de canalización e irrigación de las tierras, mando del ejército
y un sistema de servidores fieles (gobernadores) para controlar un territorio muy
extenso.

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Además contaba con grupos especializados, escribas, ejército y gobernadores, que
controlaban numerosos funcionarios y hacían cumplir las órdenes del faraón, eran
los grandes pilares del poder del faraón.

Había una estratificación social fuerte.

Religión, divinización del faraón y ritos religiosos eran centrales para la cohesión
colectiva y la aceptación de la estratificación social.

Ahora bien, a diferencia de los imperios fluviales chinos, de Egipto y


Mesopotamia, no conocemos pensamiento político que explique cómo debe ser
el poder, cómo debería ser el gobernante y como se justifica la jerarquía política y
las instituciones.

Hay escritura y el derecho escrito. La religión y los ritos tienen una función política
muy relevante para cohesionar la sociedad. Hay estratificación social y política.
Pero no conocemos pensamiento político que explicara y legitimara ese estado de
cosas.

2.2. El pensamiento griego: de los orígenes a los sofistas

Primero, el mito

El mito es una forma de explicación de la realidad basada en la religión y en el


pensamiento mágico. En el mito, todas las cosas naturales, individuales o sociales
ocurren por la voluntad arbitraria de los dioses, sin que se pueda conocer la causa
que las provoca ni la razón humana pueda hacer nada.

El saber mítico no es conocimiento y comprensión de los hechos, de sus causas y


consecuencias. El saber mítico sólo significa ser conscientes del poder arbitrario
de los dioses y recordar memorísticamente las historias mitológicas.

El predominio del mito va ligado a las sociedades griegas arcaicas. A caballo entre
las tribus y las polis primitivas.

Políticamente, el gobierno estaba en manos de los reyes. Socialmente, el dominio


pertenecía a una nobleza terrateniente y militar.

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El logos y la polis

El origen de la ruptura con el pensamiento mítico se sitúa en la Grecia del siglo VI


ane, cuando la polis ya es la forma política dominante en la Grecia clásica y
aparecen nuevas clases sociales: comerciantes, artesanos, burócratas,
intelectuales...

En lo político, se pasa de la monarquía a las formas de gobierno aristocrático en


las polis griegas.

Paralelamente, el logos (razón) sustituye al mito; es decir el caos aparente de los


hechos que describía el mito no era cierto, la realidad oculta un orden que se
puede conocer y entender racionalmente porque es el producto de fuerzas y
causas impersonales, pero comprensibles, y no de dioses arbitrarios.

De todos los primeros filósofos griegos de los que tenemos noticia (Tales,
Anaximandro, Anaxímenes, Parménides, Heráclito, Empédocles o Anazágoras), no
sabemos demasiado de su pensamiento; pero plantean dos cuestiones
trascendentales:

a) todos los hechos tienen una causa, y puede ser conocida; y

b) todo cambia y se puede conocer la dinámica del cambio: además de


considerar el origen de las cosas, hay que estudiar las transformaciones, y qué
cosas cambian fácilmente y cuáles se mantienen estables.

La polis es la entidad política esencial del mundo griego antiguo.

La vida política de los griegos no se podía entender sin la polis. La polis es símbolo
de civilización que diferencia los griegos de los pueblos bárbaros que viven en
tribus.

Está constituida por una o varias ciudades y por las tierras y los campos que
dependen de las ciudades.

Lo que determina la polis no es la existencia de un núcleo urbano, sino la unidad


política única y unitaria que forman los ciudadanos.

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La ciudadanía griega no es parecida a la contemporánea. No es una persona con
unos derechos individuales. La ciudadanía griega no es individual; es social y
colectiva, conlleva formar parte de la polis y ser miembro de ella, seguir sus leyes
y participar la política.

Únicamente se es ciudadano formando parte de la polis. Fuera de la polis no hay


ciudadanía y el individuo pierde su razón de ser política.

Toda la vida de los ciudadanos griegos está marcada por el hecho hacer de formar
parte de la polis.

Toda la dimensión pública, individual e intelectual está orientada, en mayor o


menor medida, a mejorar o exaltar la ciudad.

La ciudad, por tanto, está por encima de todo, las personas son ciudadanos en
función de su papel cívico en la ciudad. No había nada peor en el mundo griego
que los «idiotas»: ciudadanos que no se interesaban por la vida de la polis.

En el inicio (s. XII-IX ane), las polis primitivas son monarquías. En el siglo VII ane, la
mayoría eran oligarquías aristocráticas; pero los aristócratas perdían poder ante
los comerciantes, los artesanos y los hoplitas.

Las luchas sociales, a menudo muy violentas, se multiplican y se acaba


configurando un nuevo sistema de poder.

El gobierno de las ciudades tiende a pasar a una asamblea de notables


(aristócratas y comerciantes). Y con el desarrollo de la falange de hoplitas
(ciudadanos-soldados) como fuerza de combate principal, las asambleas de
notables evolucionan a asambleas de ciudadanos (hombres libres) reguladas
legalmente por la presión política de los hoplitas.

En el siglo VI ane, las ciudades se dotaron de constituciones escritas y públicas


(prácticamente todas perdidas, salvo la de Atenas y, en parte, Esparta) y de
instituciones de participación (no necesariamente democráticas) de la ciudadanía.
En este momento, la polis es el sistema absolutamente dominante en todo el
mundo griego.

En el siglo V ane, llega a la plenitud y en el IV ane entra en decadencia.

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La justicia como signo de civilidad

Homero (Siglo VIII ane) recoge la idea de que las relaciones humanas están
sometidas a la Justicia (plasmada en las leyes) y protegidas por Zeus, y que los
dioses castigan quienes atentan contra la Justicia.

Pero, entonces, las leyes eran fruto de la tradición y de las decisiones cambiantes
de los reyes y los oligarcas. No estaban escritas ni formaban parte de las
costumbres de la polis, porque las leyes podían cambiar según la voluntad de los
gobernantes.

Un siglo después, Hesíodo (hacia el VIII-VII ane) escribe el poema Trabajos y Días y
afirma que en el mundo de las bestias domina la ley del más fuerte, pero esto no
ocurre entre los humanos.

Mantiene la idea de Homero que las relaciones humanas están sometidas a la


Justicia y que los dioses castigan los que atentan. Pero Hesíodo va más allá e
introduce, por primera vez, el principio de la responsabilidad que tienen los reyes
de respetar la ley. La ley debería de ser relativamente estable y no puede cambiar
según la ocasión.

Zeus y el pueblo son los garantes del respeto a la ley como forma de Justicia.

A partir de ese momento, la idea de que una ciudad sólo puede ser feliz y
próspera si es justa será común en el pensamiento griego. Se considerará que sólo
la Justicia pondrá fin a las luchas sociales y políticas internas que debilitan la
ciudad. Y que sólo la Justicia hace grande la ciudad y le da cohesión.

Un siglo después las leyes serán por escrito. En todas las polis se da el fenómeno
de establecer códigos legales y constituciones escritas. Esto debilitó aún más el
poder de los últimos monarcas y oligarcas.

Los primeros legisladores, como Licurgo en Esparta o Dracón y Solón en Atenas


tuvieron un prestigio muy grande en sus ciudades.

El valor de la ley escrita es doble: por un lado, fija la norma y obliga a todos; por
otro, determina y delimita la comunidad cívica y política.

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Todas las legislaciones del siglo VI ane, tratan de establecer un cierto equilibrio de
poderes entre grupos sociales. Quieren la paz social, la cohesión interna y la
estabilidad del gobierno con formas participativas, más o menos abiertas al
conjunto de la población.

Donde más lejos se llegó (que tengamos conocimiento) fue en Atenas. La


preocupación por el justo equilibrio social de Solón (638-558 ane) favoreció
políticas sociales para evitar que las hipotecas del campesinos pobres los llevaron
a la esclavitud, e impulsó un pacto cívico por el que las altas magistraturas de la
ciudad se reservaban los más ricos (oligarcas, no necesariamente nobles); pero los
grupos más pobres participaban en la asamblea y con la presión política
mejoraban sus condiciones sociales y evitaban la miseria.

Para Solón, la virtud es la Justicia, que a la vez es producto de la sensatez, del


equilibrio y de la templanza.

Para el buen funcionamiento de la polis, hay una justicia social basada en un


equilibrio de los poderes y la contención del exceso. La Justicia debe enfrentarse a
aquellos ricos que sólo quieren acumular riquezas y abusos, y también a aquellos
pobres que anhelan el saqueo y una igualdad excesiva e inmediata. Para Solón la
Justicia debe liberar al pueblo y contenerlo, a la vez.

Su reforma abrió las puertas a las posteriores reformas democráticas. Creía por
principio, como todo el pensamiento antiguo hasta el cristianismo, que los ricos
son buenos (la riqueza es producto de la virtud); pero fue capaz de darse cuenta
de que en la realidad concreta la bondad de los ricos no tenía consecuencias
sociales positivas de manera espontánea.

La democracia ateniense

La democracia fue el sistema político de Atenas durante el siglo V ane (el llamado
siglo de Pericles, 495-429 ane) y parte del siglo IV ane.

No era un sistema similar a las democracias liberales actuales. No se basaba en


ciudadanos con derechos individuales, sino en la concepción de ciudadanía
colectiva griega de la polis. En la época clásica, “democracia” es un concepto a
menudo indefinido y no siempre el más usado para describir el sistema político.

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Hay que huir de la idealización de la democracia como participación igualitaria de
todas las personas de Atenas: el demos es reducido, el número de excluidos muy
grande, la participación de todos los ciudadanos relativa, la capacidad de
manipulación en ocasiones es alta y, en el época final, la violencia social y la
demagogia fueron fenómenos habituales.

En los orígenes, la idea central de la democracia ateniense fue la isonomía


(igualdad ante la ley); pero con el tiempo también se abrieron paso la isegoria (la
igualdad en la participación en los asuntos públicos) y la isócrates (igualdad para
ejercer el poder). El primer concepto siempre estará presente, los otros dos se
irán conquistando progresivamente a lo largo del tiempo.

En la época de Pericles (mediados del siglo V ane), el ideal de ciudadano era un


hombre comprometido con la ciudad, para mandar y obedecer.

La asamblea es el poder supremo (deliberativo, decisorio y judicial). En el


momento dorado (época de Pericles), la asamblea fue un órgano de poder
equilibrado y con prestigio. En la asamblea (ecclesía). Participaban todos los
ciudadanos y se subvencionaba la asistencia de los más pobres. Órgano supremo,
votaba las leyes, elegía magistrados y decidía el ostracismo (una de las peores
condenas). Formada por entre 40.000 y 45.000 personas

El poder ejecutivo (remunerado, por sorteo y colegiado) tenía un poder real


limitado, ejecutaba las órdenes de la asamblea, y tenderá, con el paso del tiempo,
a ser escasamente operativo. En la época de Pericles, el ejecutivo (Consejo de los
500) era el órgano de gobierno habitual: proponía las leyes, elaboraba la agenda
de la asamblea popular, controlaba las finanzas y la labor de los magistrados y
dirigía la política exterior de la polis.

Las magistraturas (administración) estaban formadas por una mayoría de


funcionarios sorteados entre los ciudadanos y un número menor y especializado
(estrategas y tesoreros) elegidos directamente por la asamblea. Eran los
encargados de ejecutar las decisiones legislativas.

La judicatura funcionaba de la siguiente manera: cada año se elegían por sorteo


6.000 ciudadanos, que luego eran asignados también por azar a juzgar cada caso.
Había un salario por ser jurado para evitar la corrupción. Esto permitía que las
clases más desfavorecidas también pudieran involucrarse activamente en la
administración de la justicia.

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El tiempo de permanencia en los cargos judiciales, ejecutivos y de administración
era muy breve, para evitar la profesionalización, y para favorecer la rotación de
los cargos entre todos los ciudadanos.

Ser miembro de un tribunal solía durar pocos días, los miembros del consejo o de
las magistraturas lo eran durante un año. No se podía ser miembro del Consejo
durante más de dos mandatos no consecutivos. Así, muchos ciudadanos acababan
teniendo responsabilidades en la gestión de lo público.

La falta de magistraturas con poder real será a la larga un punto débil de la


democracia de Atenas; sobre todo, cuando muera Pericles (429 ane) y Atenas sea
derrotada por Esparta (404 ane).

Como en la época de Solón, la Atenas democrática tuvo que hacer frente a las
desigualdades sociales. La desigualdad era el gran elemento de tensión en la
democracia ateniense. Y buscar el equilibrio social una preocupación constante.

Los partidos democráticos eran partidarios de un equilibrio social y alentaban los


ricos a contribuir al Tesoro Público, al tiempo que trataban de evitar que los
pobres creyeran que el dinero del estado era para sustentar a ellos. Y, se
enfrentaban a las facciones aristocráticas y de los grupos sociales más
empobrecidos.

En la época de Pericles, los ciudadanos más ricos contribuían al bienestar ya la


defiende militar de la ciudad, y lo hacían directamente patrocinando actividades
culturales, sociales o militares. Cada año se sorteaba cuáles serían los
patrocinadores. Además, el dominio comercial del Mediterráneo aportaba
numerosos recursos a la polis.

En la democracia ateniense, el teatro era un medio de creación de opinión política


muy importante. Las representaciones eran rituales sociales y espacios de debate,
ya que gran parte de las obras que se estrenaban trataban de cuestiones de
actualidad política. Se subvencionaba a los más pobres para que pudieran asistir.

En el siglo IV ane hasta la supresión de la democracia el 322 ane; la asamblea


evolucionará. Pasará a ser, en la práctica, más un órgano de control y bloqueo de
iniciativas de los diferentes grupos políticos y sociales, y perdió capacidad de
decisión. Pero entonces, Atenas había dejado de ser el centro del mundo griego,

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ya no era una sociedad expansiva. El pueblo tendía a desconfiar de la gente más
formada. Las revueltas y las contrarevueltas dominan buena parte de la época
decadente de la democracia ateniense.

Los sofistas o enseñantes de la sabiduría

Sofista significa sabio. Los sofistas eran intelectuales griegos de los siglos V y IV
ane. No forman una escuela, pero tienen unos rasgos comunes como maestros de
retórica y de cultura general.

Responden a la necesidad de superar la crisis de la filosofía de la época y los


modelos especulativos de los presocráticos sobre el cosmos y la materia, y
también a la necesidad de nuevas formas educativas en una sociedad
democrática.

La causa fundamental de la aparición del movimiento de los sofistas fue la


evolución política de Grecia. Mientras los filósofos presocráticos orientan el
pensamiento hacia la especulación sobre la naturaleza, los sofistas abren la
filosofía a los problemas de la vida de las personas y de la polis, tratando de dar
instrumentos para la acción política a todos los ciudadanos.

El asentamiento de la democracia otorgó importancia al arte de hablar bien en


público y de argumentar convincentemente. Y no sólo eso, hizo importante la
necesidad de estudiar la moral y las costumbres sociales.

El conocimiento sofista, con alguna excepción, no era especulativo; sino práctico:


se orientaba el éxito político (y social) y al triunfo dialéctico. Los sofistas no se
preocupaban por la consecución de una verdad final y última: eran escépticos y
relativistas y consideraban la verdad un hecho inalcanzable. Por ello, defenderán
(en líneas generales):

el escepticismo religioso y filosófico.

un relativismo cultural que ponía en duda la existencia de patrones de


conducta válidos para todas las sociedades.

y que la moral es una convención social modificable, y no producto de


un pensamiento superior o una designación divina.

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La persona, para los sofistas, es la medida de todas las cosas. La naturaleza
humana es igual en todas partes; pero las costumbres y las leyes son diferentes en
cada lugar. En consecuencia, hay que aceptar la diversidad y saber encontrar una
concordia general entre pueblos y ciudades con pactos y acuerdos civilizados.

La guerra no es nunca la solución, y en las relaciones conflictivas hay que recurrir a


la persuasión y evitar la violencia.

En política, consideran que la polis y de la vida social no son hechos naturales, sino
convencionales, surgidos de un pacto social.

Tienen una actitud antidogmática en todas las dimensiones del conocimiento,


también en el conocimiento social y político.

Su principal ocupación es la enseñanza, que efectúan a cambio de una


remuneración, ya que consideran que es un trabajo (relación entre iguales) y no
una obligación moral, gratuita y elitista (de arriba hacia arriba).

Hay una concepción negativa de los sofistas construida por los críticos de la
democracia (Sócrates, Platón y, en parte, Aristóteles). Se les acusa de pensadores
escépticos, materialistas y relativistas que no buscan verdades indiscutibles,
elevadas y sólidas. Y también se dice de ellos que su función social era oportunista
porque cobraban por su trabajo y favorecían la demagogia.

Las reivindicaciones de parte de la Ilustración europea de los sofistas, no han


superado los prejuicios, que llegan a nuestros días, y por ellos el término sofista
sigue teniendo un significado negativo.

Los pensadores desconfiados de la democracia: Sócrates (Atenas, 470-399 ane)

Sócrates es considerado tradicionalmente el primer gran filósofo y el origen del


pensamiento occidental. Maestro de Platón y Aristóteles.

No escribió nada. Lo que se atribuye a Sócrates lo escribió Platón, esencialmente.


Conversaba haciendo preguntas con los atenienses. Era persona crítica y, en
ocasiones, irritante.

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Fue condenado por la Asamblea de Atenas al exilio (pérdida de la ciudadanía) o en
la muerte, y eligió la muerte por coherencia con su sentimiento de ciudadanía; sin
implorar clemencia. La acusación era que introducía nuevos dioses y llevaba la
juventud por caminos equivocados.

Su pensamiento se caracteriza por el humanismo y como los sofistas se preocupa


por las personas y sus problemas y no que por la naturaleza; se reivindica como
filósofo (quien busca la sabiduría), ya que no se consideraba sabio (sofista), no
cobra por enseñar y solía decir que “sólo sé que no sé nada”; defiende el
racionalismo, busca una base segura y cierta para el conocimiento, no es
relativista, cree que la razón humana puede encontrar la verdad y quien sepa lo
que es bueno, hará el bien.

El conocimiento correcto permite acciones correctas. Y las acciones correctas


hacen al ser correcto. Esta sería la base de la vida correcta y de la justicia.

A diferencia de los sofistas, cree que la diferencia entre el bien y el mal la puede
establecer la razón humana y no es una convención social.

Conocer la diferencia entre el bien y el mal era la clave de la felicidad y por eso no
se pueden contradecir las propias convicciones.

La virtud se puede aprenderse y también es posible definir racionalmente los


conceptos y principios éticos. Por lo tanto, se puede usar la razón para alcanzar la
sociedad mejor.

En consecuencia con ello, Sócrates fue un crítico de la democracia y de la


presunción de que cualquier hombre podía ejercer cualquier tipo de
responsabilidad. Él defendía el buen gobierno (racional) y no el gobierno de la
mayoría (irracional).

El problema de su pensamiento es que la idea de que se puede alcanzar


racionalmente la idea de un bien único y superior, al margen de los pactos y
costumbres sociales; abre la puerta a que un grupo o persona pueda considerarse
que sabe cuál es la verdad, qué es el buen gobierno y sentirse legitimado para
imponer su concepción del bien y una moral social en contra de la voluntad
mayoritaria y al margen de un debate colectivo.

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2.3. Platón (427-347ane)

Es miembro de una familia noble de Atenas. Discípulo de Sócrates.

Fue mucho más que un pensador político. Estableció un sistema filosófico que se
fundamenta en un racionalismo radical (racionalismo), que busca definiciones
esenciales de los hechos (esencialismo) y considera las ideas como una realidad
objetiva y perfecta en contraposición al mundo real material lleno de engaños
(idealismo).

Su pensamiento propondrá una reforma de la polis que será también una reforma
del individuo. Una reforma que debía fundamentarse en el saber filosófico y se
situaba fuera de la historia y de la realidad concreta.

La gran aportación de Platón a la filosofía fue la teoría de las Ideas que elabora
sobre la base del lenguaje matemático. Las figuras geométricas perfectas no
existen en el mundo natural, son construcciones intelectuales que los
matemáticos pueden captar. Partiendo de esta consideración, Platón entiende
que debe haber un mundo de Ideas o formas perfectas distinto al mundo
material. Los sentidos no pueden percibir el mundo de las Ideas, la razón sí.

El reino de las Ideas es la auténtica realidad y el mundo en que vivimos no es más


que una imitación, una distorsión o una sombra y para explicarlo elabora el mito
de la caverna.

Mito de la caverna. Alegoría a través de la cual Platón trata de hacer entender la


función del filósofo. Según el mito, las personas vivirían como si estuvieran
encadenadas a una pared de una caverna toda su vida, teniendo enfrente una
pared blanca. Las personas sólo verían las sombras proyectadas en la pared de las
cosas que pasan por delante de un fuego que se encuentra detrás de él. Las
personas podrían poner nombre a estas sombras e incluso algunos verían las
sombras con más nitidez que los demás y se acercarían a ver la realidad. Pero sólo
los filósofos, las personas que rompen las cadenas y llegan a abandonar la caverna y
ver la luz exterior, son capaces de entender que las sombras de la pared no
constituyen realmente la verdad, y que –con esfuerzo– llegan a percibir la
verdadera forma de la realidad y no únicamente las sombras observadas por la
mayoría de las personas.

Con esta alegoría Platón afirma que nuestros sentidos sólo perciben las sombras
proyectadas de la realidad. Cada objeto, ser o valor humano (justicia, orden,

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bondad, etc.) existe en el mundo perfecto de las Ideas. La cuestión será, para
Platón, ¿cómo llegar desde las sombras de la caverna a la luz del mundo de las
Ideas?

Los humanos tenemos cuerpo y alma. El cuerpo (mortal) posee los sentidos y con
ellos percibimos el mundo natural. El alma (inmortal) cuenta con la razón y la
razón permite acceder al mundo de las Ideas. Sólo el filósofo puede llegar a
contemplar las Ideas tras un esfuerzo ingente. Sólo el filósofo distinguirá entre el
bien y mal, y verá la realidad tal como es. El resto de personas serán ignorantes y
sólo verán sombras.

Platón, modificó su racionalismo idealista ligeramente en los últimos años de vida,


después de que este pensador conociera Aristóteles. Aristóteles entró a estudiar
en la Academia, centro que dirigía Platón, a los 17 años y fue discípulo de Platón
(que entonces tenía 60 años) unos años. El racionalismo materialista de
Aristóteles atacó la teoría de las Ideas de Platón y cuestionó la validez del
racionalismo idealista como método para conocer la realidad.

Platón escribió durante 50 años y ha sobrevivido la práctica totalidad de su obra.


En su producción intelectual y en su reflexión sobre la política se observan cuatro
momentos diferentes: juventud, transición, madurez y vejez.

En un diálogo de juventud, Protágoras, Platón apunta una idea central de su


pensamiento: la política se puede enseñar, es una ciencia; pero el verdadero
maestro no es el político ni el sofista, sino el filósofo.

El conocimiento político se fundamenta en el saber estable del filósofo, no en la


opinión cambiante e inestable del pueblo.

En un diálogo de transición, Gorgias, afirma que el verdadero político es quien


busca la justicia y mejorar el alma de las personas. Es decir, la política tiene fines
morales. Critica radicalmente la democracia; pero también la tiranía aristocrática.
Ahí apunta la idea de que sólo el filósofo puede gobernar la ciudad.

En la etapa de madurez, destaca la obra política principal de Platón, Politeia


(República) donde expone su utopía política de manera detallada.

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Es un tratado de 10 libros. Muy extenso. Contiene, entre otras cosas, el esquema
de la ciudad ideal, construyendo teóricamente un proyecto político reaccionario e
innovador al mismo tiempo.

Justicia, unidad y cohesión de la ciudad, paz social y alma humana son hechos
íntimamente relacionados. La justicia significa armonía y equilibrio social. Y esto
se consigue cuando cada grupo o clase de personas cumple sus funciones sociales
y no interfiere en las de los otros grupos.

En la utopía de Platón, la sociedad está dividida en tres clases: filósofos


gobernantes, guardianes guerreros, obreros productores.

El conflicto social o político es abominable, por ser incompatible con la armonía y


la justicia.

La justicia resulta de la armonía entre las funciones y las virtudes de cada clase. En
cada clase le corresponde una virtud: inteligencia (gobernantes), valor (guerreros)
y equilibrio/contención (obreros).

Para conseguir cada clase cumpla su función, la educación de los dos primeros
grupos es esencial; así como, la obediencia del tercer grupo, que no necesita ser
educado.

Reconoce a las mujeres las mismas capacidades que los hombres y, por tanto, el
mismo derecho a la educación.

Para evitar conflictos, propone la abolición de la propiedad privada y de la familia


entre los filósofos y los guerreros.

La división de la sociedad en estamentos cerrados es una idea reaccionaria, pero


la igualdad de sexos y el comunismo grupal son ideas radicalmente innovadoras.

La selección de las clases superiores es por cualidades naturales, no por herencia


(otra idea revolucionaria). La educación de las dos clases superiores tiene una
parte atlética y otra cultural. Comporta una censura de los poetas (educadores
tradicionales) y de la mitología.

Las clases superiores deben tener una vida austera, sin lujo, sin ambición, ni
privilegios ni propiedad privada.

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Los filósofos no pueden dedicarse a una vida contemplativa, están obligados a
gobernar a partir de los 50 años, tras una larga y muy exigente formación.

Es su responsabilidad porque sólo los filósofos pueden contemplar las Ideas y


comprender el sentido último de la realidad.

Su pensamiento es una reacción elitista, aristocrática y antidemocrática; pero su


aristocracia no es de sangre, es de virtudes, y no es egoísta, está obligada a servir
la ciudad.

La política es una ciencia reservada profesionales y expertos. La justicia no es una


virtud igualitaria, sino una armonía producto de una estratificación rígida. La
desigualdad de los ciudadanos tiene su origen en la propia naturaleza de cada
persona.

La construcción política de Platón en República es una política de la eternidad, en


el que el cambio político no es posible y el modelo político propuesto se
reproduce a lo largo del tiempo futuro de manera perpetua.

Política es una obra a medio camino entre la madurez y la vejez. Aquí defiende
que un buen político es un buen profesional, que conoce la ciencia de la política.

Son más importantes los buenos políticos que las buenas leyes. Las leyes son muy
importantes; pero aún más los buenos políticos.

El buen gobernante debe ser pastor y tejedor. Debe saber guiar la ciudad (pastor)
y debe conseguir los mejores resultados con los elementos concretos que tiene
para gobernar (tejedor pragmático).

Durante su vejez, escribe un nuevo texto político importante, Leyes, donde hay
una cierta aproximación de su pensamiento político a la realidad concreta. Leyes
es el diálogo más extenso de Platón. El estaba revisando cuando murió.

Su pensamiento es menos idealista y más conservador, que en República y


Política. Sigue siendo antidemocrático; pero ya no busca la ciudad ideal, ni un
buen político; defiende, por encima de todo, la estabilidad y las leyes.

16
Para garantizar el seguimiento de las leyes, propone la creación de un Consejo de
Ciudadanos (elegidos por sorteo entre personas de edad). Y para la persecución
del ateísmo y la corrupción de las creencias religiosas propone la creación del
Consejo Nocturno que era una especie de lo que luego serán los tribunales de la
Inquisición.

El objetivo de la ciudad es la paz interna y externa; pero debe estar preparada


para la guerra.

Para la cohesión interna son esenciales las fiestas civiles y religiosas porque la
pacifican, hermanan y reducen el conflicto.

Ya no existe la división de la sociedad en estamentos. Ya no tienen porque


gobernar los filósofos. Tampoco hay comunismo entre las clases superiores. No
confía que pueda haber buenos gobernantes. Todo es mucho menos utópico; el
mundo que parece defender Platón en esta obra tiene mucho de arcaizante; pero
sigue siendo innovador en el campo educativo.

La polis debe educar a todos sus ciudadanos (mujeres y hombres) para hacerlos
mejores. La educación debe ser reglada y asumida por la ciudad. La educación
debe ser moralizante. Tiene que favorecer virtudes cívicas (ausencia de conflicto,
armonía, paz social). Desde la niñez a vigilar (y censurar) juegos y canciones, la
música, el teatro y los mitos que se cuentan, etc.

Con todo, en Leyes todavía hay una pulsión utópica. Quiere una sociedad más
próspera; pero que sea solidaria, estable, piadosa; sin ánimo de lucro, sin
ambición excesiva, sin demagogos ni división interna. Sin diferencias sociales
grandes (4/1), sin plata ni oro, sin grandes beneficios, sin viajes al extranjero, ni
presencia de extranjeros.

Una sociedad disciplinada por la ley, que es la garantía de la estabilidad. Una


utopía menos ambiciosa.

2.4. Aristóteles (Estegir, Macedonia, 384 ane - Atenas 322 ane).

Durante un tiempo preceptor de Alejandro.

17
Contemporáneo del ascenso de Macedonia y de la creación del imperio de
Alejandro. Discípulo (y rival filosófico) de Platón (367-347).

Vivió en Atenas mucho tiempo y pensó mucho sobre su modelo político, pero era
un meteco (un extranjero) y no podía participar en su política.

Defiende un racionalismo empirista y un realismo metodológico, en


contraposición intelectual al idealismo racionalista de Platón. Pero Aristóteles
debe mucho a Platón y buena parte de su obra es un debate con Platón y un
intento de superación de su obra.

Para Platón, la abstracción y los pensamientos puros de las matemáticas eran el


modelo intelectual superior (pensamiento especulativo). Para Aristóteles las
investigaciones inmediatas y comprobables de la naturaleza (biología) son el
modelo científico principal (pensamiento experimental).

Escribió muchísimo; pero, a diferencia de Platón, se ha perdido gran parte de su


obra; sobre todo la más elaborada. Y casi toda su biblioteca.

Han sobrevivido los escritos de escuela, un tipo de apuntes y notas para clase. En
consecuencia, en la obra que conservamos de Aristóteles predomina el
esquematismo didáctico y la precisión terminológica.

Como pensador político, quiere analizar los problemas con la observación de la


realidad, y valorar críticamente las teorías políticas anteriores.

Aristóteles entiende el estudio de la política como un espacio de reflexiones sobre


la conducta humana, las instituciones, la sociedad, y la ética. Quiere una reflexión
para hacer propuestas concretas, aplicables en la realidad y alejadas de toda
utopía.

El pensamiento político conocido de Aristóteles se concentra en una obra Política;


el resto se ha perdido.

Política tienen un carácter teórico general, muestran un pensamiento muy


elaborado, coherente con la ética aristotélica, y claro. La Política de Aristóteles se
escribe 50 años después de la República de Platón, 20 después de Leyes de Platón.

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Rechaza el utopismo y el idealismo de Platón. Para Aristóteles (como para Platón),
ética y política van unidas. La vida humana plena se realiza en sociedad y la forma
más acabada de sociedad es la polis.

Las personas necesitamos la sociedad para vivir plenamente. Somos seres sociales
y esto nos hace animales políticos. El individuo no es autosuficiente, necesita la
sociedad y sólo puede alcanzar la perfección vital en un ámbito cívico. El
ciudadano libre, responsable, integrado y participativo es el ideal de su
pensamiento (un principio clásico del republicanismo).

Las leyes y las instituciones sirven para avanzar en la consecución de la vida feliz
que es la meta de toda persona. Y para ello es muy importante la educación de la
comunidad, ya que facilita la conducta justa, libre y bien orientada.

Aristóteles, partiendo de la importancia de la legalidad y la educación, analiza las


condiciones mejores para la estabilidad de la ciudad (república), y hace la primera
clasificación importante de los sistemas políticos

Rechaza los extremos (tiranía, oligarquía y democracia asimilada demagogia) y


defiende un régimen mixto (a caballo entre la democracia y la aristocracia), donde
predomine la voluntad de la mayoría y el gobierno esté en manos de los más
capacitados.

Quiere el equilibrio de poderes y evitar el enfrentamiento entre ricos y pobres, los


abusos y los excesos. Considera que la politeia (república o democracia
moderada) es el mejor sistema y para que funcione se deben distinguir tres
funciones básicas: la deliberación y decisión de los temas de política general, la
administración del gobierno público, y las funciones judiciales. Idea que será
profundizada por los teóricos liberales de la división de poderes mucho después.

Su modelo es un sistema político estable es aquel en el que predomine una clase


media con capacidad para oponerse a los oligarcas y a las reformas radicales y

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revolucionarias. Recordando, así, en muchos aspectos, las consideraciones y los
principios de las reformas de Solón y las bases de las democracias liberales
posteriores a la IIGM.

En la actuación política concreta, defiende un pragmatismo medido, basado en el


sentido de la realidad (y de lo que es posible conseguir) y busca un equilibrio
razonable, con una ética de las virtudes templadas y la moderación que conduce y
facilita la tranquila dad y el placer.

Su modelo de gobierno será el que favorezca el progreso de la mayoría y la


estabilidad de forma pragmática y moderada.

Aristóteles considera la ciudad como una realidad anterior al individuo. El hombre


es un ser social y vivir en sociedad es el objetivo natural de su vida, anterior a su
existencia individual. Por ello, está destinado a la vida política. La ciudad,
autárquica y equilibrada, es el lugar donde puede el hombre alcanzar la vida
espiritual compleja, elevada y feliz a la que aspira.

La finalidad de la vida política es vivir bien y esto sólo se puede conseguir en la


ciudad. Fuera de la polis sólo están las bestias y los dioses.

Los seres humanos se desarrollan gracias a la comunicación social y racional. El


hombre es un animal político que se comunica y es racional. La vida comunitaria
se establece sobre la base del lenguaje, que es también origen de la ética y la
política.

La sociabilidad natural del hombre da lugar a asociaciones naturales: familia,


estirpes, tribus y la polis. La polis es la unidad superior: única, autosuficiente, un
hecho civilizador.

En las formas de colaboración humana para conseguir la cohesión política se


enmarcan las virtudes capitales: la justicia, la prudencia y la amistad. Virtudes
necesarias para la vida feliz en la polis.

Los vínculos entre ciudad y ciudadanos orientan la moral y la vida de los


ciudadanos. El oficio del hombre libre es participar en los asuntos de la
comunidad. El hombre libre y espiritualmente bien dotado debe ocuparse de dos
funciones nobles: servir a la comunidad a través de la participación política, y la
investigación filosófica y científica.

20
Las dos cosas exigen ausencia de trabajo físico y tiempo libre: ocio. El ocio es la
base de la verdadera libertad y el requisito para la auténtica ciudadanía.

La política es una ocupación de los que tienen tiempo y educación.

De su modelo, son excluidos los libres sin tiempo, también las mujeres “libres”
(aunque sin derechos políticos), los extranjeros y los esclavos.

Es el único filósofo de la antigüedad que habla abiertamente de la esclavitud. Y su


justificación es acorde con el “sentido común” de la Grecia de su tiempo. Pero es
problemática y plantea una dimensión esencial en la política: el tiempo.

Aristóteles comienza considerando que las relaciones familiares (hombre / mujer,


padre / hijo, señor / esclavo) son naturales; pero como es consciente de que
poner la esclavitud como una relación familiar más es poco riguroso, la vincula a
otros dos conceptos: la economía familiar y el derecho natural a la esclavitud.

La esclavitud es socialmente necesaria por dos motivos: 1) se realizarán trabajos


que son pesados y duros, pero absolutamente obligatorios si queremos subsistir, y
2) se debe proporcionar ocio al ciudadano libre dedicado a una función superior.

El problema lo sitúa Aristóteles en función de tres elementos interrelacionados:


trabajo, ocio y la función humana social y política del hombre libre.

La dedicación a la vida política es el fin natural del hombre libre, así puede
conseguir el bienestar y la vida feliz para él y para toda la comunidad. Para la
política necesita ocio (tiempo), que le permita estudiar y participar en el gobierno
público de manera virtuosa. Y, para tener ocio, se deben haber cubierto las
necesidades inmediatas.

Atender las necesidades primarias pide trabajo corporal casi permanente y esto es
incompatible con disponer de ocio. Ante el problema, había tres alternativas:

1. Que el trabajo no impidiera la política y el ocio. Aristóteles observa que


esto no le pasaba a los que trabajaban (ciudadanos libres, pero pobres;
comerciantes y artesanos obsesionados con la riqueza, y esclavos).

2. maquinización. Una idea que Aristóteles descarta por utópica.

21
3. Admitir que hay hombres que no pueden llevar una vida superior: los
esclavos.

De acuerdo con la tercera opción, los esclavos son una especie de seres al servicio
de los hombres libres. Pero existe el problema de la razón. Tener uso de razón era
una característica esencial de todos los seres humanos. Tener uso de razón era la
condición básica para ser una persona libre. ¿Los esclavos tienen uso de razón?

Aristóteles observa que hay esclavos superiores a hombres libres, y entiende que
esto es así porque son esclavos por la fuerza (por una situación injusta) y no por
condición natural. Los que lo son por la fuerza tienen capacidad de razonar y
podrían ser hombres plenamente libres, en otras circunstancias.

Pero los que lo son por naturaleza no tienen la misma naturaleza que el hombre
libre. Tienen percepción de la razón, pero no la poseen, no razonan, no usan la
razón, y, por ello, nunca podrían ser hombres libres.

Aristóteles no resuelve bien la cuestión de la esclavitud porque dice que la


relación amo / esclavo es una institución natural (como la familia), y fundamenta
la idea en la consideración de que hay una diferencia natural entre hombres libres
(y esclavos por la fuerza) y esclavos naturales, sin explicar cuáles son las
características humanas de los esclavos naturales y qué diferencia tienen con las
personas libres (más allá de que son legalmente esclavos).

En el fondo, los esclavos naturales de Aristóteles, como las mujeres o los menores
de edad no serían unos seres humanos plenos. Una afirmación poco
metodológicamente «científica».

Ahora bien, Aristóteles no era más inhumano que los otros filósofos antiguos. Al
contrario. De hecho, es el primero que escribe a fondo sobre la esclavitud. Y, si
justifica la realidad dominante en las sociedades antiguas, es porque entiende que
es el precio a pagar para que los mejores dotados por la naturaleza puedan
alcanzar la felicidad, participar en el gobierno de la polis, mejorar las condiciones
de vida de la comunidad, y para ello deben estar liberados del trabajo
embrutecedor.

Con todo, sería una ilusión creer que con la eliminación actual de la esclavitud ha
desaparecido el problema que Aristóteles planteó de manera lúcida y cruda: la

22
disposición de tiempo y la estrecha relación entre trabajo necesario y ocio
formador y activo son elementos básicos en toda persona que quiera ser libre y
realizada, y para cualquier persona que pueda participar en la actividad política en
condiciones de igualdad.

Además, Aristóteles es el primer pensador que ve vínculos entre la economía y el


desarrollo económico, la paz social y la política.

Su voluntad no era hacer una ciudad perfecta, sino intentar algo más modesta y
urgente: la paz social, la seguridad, la moderación de los conflictos, el progreso
económico colectivo y la supervivencia equilibrada del poder político de la polis.

Cabe decir, que escribe en una Atenas empobrecida, en decadencia y dividida por
intensos conflictos políticos y sociales. Es el último gran defensor de las
instituciones que afirmaban el hombre libre, educado para la política y la vida
cívica dentro de la polis.

Tras él, la filosofía estoica hablará del cosmopolitismo y la autarquía del sabio, y
los epicúreos defenderán el alejamiento de la política, terreno conflictivo y poco
propicio para la sabiduría pura

La era de los imperios alejaba a los ciudadanos de la acción política.

2.5. El final de la polis y las escuelas helenísticas

La polis griega había llegado a su esplendor máximo durante la alianza griega,


encabezada por Atenas y Esparta, contra Persia: primera mitad del siglo V ane. La
victoria sobre Persia (466 ane) no llevó a la paz, sino a la guerra entre Atenas y
Esparta (y los respectivos aliados), que concluirá con la derrota de Atenas (404
ane). La victoria de Esparta tampoco unificó el poder griego alrededor de una polis
y las guerras habían debilitado el mundo griego, el comercio, la estructura social y
las instituciones de la polis. Asimismo, al este, se afirmaba de nuevo Persia que
había conquista Chipre y la Jonia griega (actual costa mediterránea de Turquía);
en Occidente, crecían Cartago y Roma que amenazaban las colonias griegas del
mediterráneo occidental; al norte, aumentaba el poder de Macedonia; con élites
helenizadas, pero bárbara (no griega).

23
En el siglo IV ane, Macedonia acaba con el mundo de la polis griega y construye
un imperio inmenso (de Macedonia en la India).

La derrota griega se produce el 338 ane (Queronea) y Alejandro muere el 323 ane.
En estos 15 años, la realidad griega cambiará radicalmente y los cambios
sobrevivirán a la división del Imperio macedónico en diferentes reinos, a menudo
en guerra entre ellos.

Desde principios del siglo IV ane, las ciudades griegas estaban en decadencia, los
conflictos sociales internos eran permanentes, la participación ciudadana y la idea
de un interés superior de la ciudad había perdido fuerza. La democracia ateniense
estaba dominada por demagogos pagados, tenía una participación escasa y
enfrentamientos radicales. Esparta era una sociedad militarizada, cada vez más
rígida y cerrada. Y ninguna ciudad griega continental conseguía ser hegemónica y
modélica.

Fuera de la Grecia continental las polis también desaparecen como realidad


política clásica con la conquista macedónica en Oriente y con el avance romano en
Italia y Sicilia.

Entre el 338 ane y el dominio total de la Grecia continental por Roma (142 ane), la
idea de la antigua de la polis no sobrevive más que formalmente y de forma ya
menudo artificial en algunos aspectos del gobierno municipal.

Pero ya no son realidades independientes, ni entidades ciudadanas. Es sólo un


recuerdo desfigurado de lo que fueron.

A la muere de Alejandro, el imperio macedónico se descompone en varios reinos.

Serán monarquías orientales. El rey helenístico, aunque hablara griego, era la ley
encarnada. La norma era producto de su voluntad (o su capricho) y la polis como
centro político, la participación como forma gobierno colectivo, así como la
noción del interés superior y colectivo desaparece. Domina sólo el criterio del rey.

El poder real se ejecuta por los funcionarios y por los oficiales de un ejército
sometido a sus órdenes. La ciudadanía griega (colectiva y ligada a la ciudad)
desaparece. Ya no hay ciudadanos, sino súbditos. Ya no hay participación en la
política, hay obediencia.

24
Se dirá que el rey gobierna porque es un ser excepcional, distinguido por los
dioses y favorecido, de manera especial, por la diosa Fortuna. El rey, favorecido
por Fortuna, participa de aspectos de la divinidad y su persona quedaba así al
margen de cualquier crítica humana.

El origen de estas ideas divinizantes era oriental; pero los ideólogos del nuevo
poder tuvieron la habilidad de envolverlas con la mitología griega, cambiando su
significado.

Los pensadores filosóficos de la época (epicúreos y, sobre todo, estoicos)


reafirmarán la libertad individual e interior, al tiempo que son indiferentes a las
libertades sociales y políticas. Dirán que la política es un mal necesario, no una
virtud cívica. La función de los sabios es no entrar en política y, si lo hace, sólo
será para ayudar al rey a ser más sabio.

Además, el estoicismo, al tiempo que afirma la autonomía personal íntima,


considera la necesidad del orden general y, en la práctica, muchos pensadores
estoicos serán asesores y consejeros de monarcas. El estoicismo convertirá, así, la
gran ideología de los reinos helénicos y del Imperio Romano.

Nuevos pensadores: los cínicos

El cinismo nace en la época de esplendor y dominio de Atenas. Pero se distancia


de las visiones colectivas, es individualista e influirá en el pensamiento helenístico:
epicureísmo, escepticismo y estoicismo.

Entre los discípulos de Sócrates se encontraba Antístenes (450-365 ane), de clase


inferior, hijo de un ateniense pobre y de una esclava tracia. Cautivó a Sócrates
cuando un día, en el Ágora, ante un tenderete lleno de objetos, afirmó: "¡Cuántas
cosas que no necesito!".

Antístenes veneraba en Sócrates la independencia de carácter, la indiferencia por


el qué dirán los demás, la desconsideración sobre elementos externos como el
vestido, la falta de ambición de bienes materiales y, sobre todo, su autodominio y
su autosuficiencia.

25
Muerto Sócrates, Antístenes empezó a enseñar en el gimnasio del cinosarges
("perro ágil") y él mismo se comparaba con los perros (perro, en griego, es Cino),
y, por ello, el nombre del grupo: cínicos.

Defendían el máximo control de uno mismo, la capacidad de suprimir todas las


necesidades y volver a una vida natural sencilla y plena. Despreciaban todas las
convenciones sociales, aceptando sólo lo que es natural. Por ello, se reían del
orgullo de los atenienses y consideraban que ni la familia ni la polis eran
instituciones naturales y, por tanto, no se sentían ligados a ellas. Se consideraban
«ciudadanos» del mundo y hermanos de cualquier persona del mundo.

El cínico más emblemático fue Diógenes de Sinope (413-327 ane), para muchos el
prototipo de ideal cínico de vida: contrario a la opulencia y la riqueza y
comprometido con la vida natural.

Desterrado de Sinope por falsificación de moneda, se estableció en Atenas.


Diógenes radicalizó las ideas de su maestro Antístenes y se presentaba como un
hombre sin patria, sin casa, pobre, vagabundo, viviendo siempre al día y sin
preocuparse por el día siguiente.

Pero Diógenes sabía que alcanzar este ideal implica un gran esfuerzo y superar
muchas dificultades: hay que endurecer el cuerpo (pasar frío, hambre, dolor), hay
que endurecer el carácter (aguantar insultos, no ambicionar). Se requiere un alto
dominio personal.

Nuevos pensadores: Los epicúreos

Con las conquistas de Alejandro, el mundo helénico entra en contacto con el


hinduismo y el budismo. Y, por tanto, algunas de las soluciones que ofrecen las
filosofías orientales tendrán una influencia clara de aquellos pensamientos.
Especialmente, en el epicureísmo y, en menor medida, en el estoicismo.

Durante el siglo IV ane y posteriormente, el ocaso de la ciudad-estado griega


clásica lleva al pensamiento filosófico a alejarse de la política y de la polis como
formas de autorrealización plena de las personas y a buscar no la autarquía de la
ciudad; sino la autarquía individual.

26
Conecta, así, la filosofía helenística con el pensamiento cínico (nacido como una
reacción radical contra una sociedad opulenta y orgullosa) y su ideal de
autorrealización individual; pero lo hace con perspectivas muy diferentes.

Epicureismo, estoicismo y escepticismo son las filosofías que el helenismo


propone como soluciones (de orden ético, pero con consecuencias políticas) a la
crítica situación de pérdida de identidad debido al cosmopolitismo de los reinos
helenísticos. Las tres conllevan un cambio de dirección de los problemas
filosóficos: buscan un camino individual a la felicidad.

El epicureísmo recibe el nombre de Epicuro de Samos (341-270 ane). Su fundador


era un ateniense emigrado; él, a los dieciocho años, dejó Samos y se fue a Atenas
para restablecer su condición de ciudadano; pero las divisiones y problemas
políticos eran tan grandes que tuvo que abandonarla. No podrá volver hasta el
307 a C, a la edad de 34 años, año en que, en una casa y un jardín adjunto, fundó
su escuela, el Jardín. El Jardín no era un centro de transmisión de conocimientos,
sino de aprendizaje de un estilo de vida en busca de la felicidad.

La lucha contra las supersticiones y los miedos sin sentido de los humanos se
convertirá en el elemento dominante de su pensamiento. Para Epicuro, la filosofía
tiene una función fundamentalmente práctica. Primero, hay que liberar al hombre
de las turbaciones y, después, conducirlo a la conquista de la felicidad. El primer
paso se obtiene de los 4 remedios del epicureísmo contra el miedo. Considerando
que hay que evitar el sufrimiento de las personas y saber vivir el dolor (como el
budismo distingue entre dolor y sufrimiento).

Los miedos de la gente son: las decisiones de los dioses sobre nosotros, la muerte,
el destino, las necesidades naturales y los males.

Los dioses: si existen, no se ocupan de los asuntos humanos.


La muerte: cuando estamos vivos, no existe, y cuando existe, no estamos.
El destino: simplemente, no existe.
Las necesidades naturales y los males: las primeras son fáciles de satisfacer, y los
segundos son fáciles de evitar.

La ética es la parte más importante del epicureísmo. La búsqueda del placer es el


fin fundamental de la vida: en el placer se encuentra la felicidad. La felicidad o
placer no es el hedonismo, sino la satisfacción tranquila y equilibrada de las

27
necesidades naturales (beber, comer, dormir...) y la serenidad de espíritu
conseguida a través de la filosofía y de los "cuatro remedios".

La falta de un destino predeterminado permite seguir el camino de la felicidad


más estable, que consiste en la ataraxia (ausencia de sufrimiento y
perturbaciones). Ahora bien, para llegar, es importante alcanzar antes la autarquía
(vivir sin depender de nadie).

Epicuro recomienda alejarse de todo lo que perturba el espíritu (por ejemplo, la


política) y dedicarse a todo lo que proporciona felicidad, como la amistad, la vida
moderada y la paz espiritual: eliminando el miedo y el sufrimiento. Y el principal
miedo es a la muerte.

Ateo y antielitista, ha sido poco valorado, hasta el liberalismo utilitarista.

Nuevos pensadores: los estoicos de la stoa vieja

A diferencia del epicureísmo, que con su fundador quedó bien definido, el


estoicismo es obra de muchos autores, y la doctrina de su fundador y de los
estoicos de la stoa vieja no es idéntica a la formulada por estoicos posteriores de
la Roma imperial o de la stoa nueva, aunque su mirada de la política sea similar.

El estoicismo tiene, por tanto, un primer momento o período fundacional, con


Zenón de Citio, Cleantes y Crisipo, que establecen las bases de la doctrina estoica;
un segundo período, el de introducción en Roma, y un tercer período, el del
estoicismo nuevo o imperial, protagonizado por pensadores como Séneca,
Epicteto o Marco Aurelio.

Zenón (332-262 ane), nacido en Chipre, es el fundador del estoicismo. Era un


fenicio helenizado de familia comerciante. Cuando tenía unos 20 años, visita
Atenas y le impresiona conocer los cínicos. Estos le mostraron un Sócrates que
encaja totalmente con el ideal estoico: el autodominio ante el tribunal que lo
juzgaba, la calma ante la muerte, la afirmación de que es preferible sufrir una
injusticia que cometerla. Hacia el 300 ane, Zenón empezó a enseñar. Su lugar de
reunión era un pórtico pintado (en griego, Stoa Pecile) y sus seguidores fueron
llamados estoicos (los del pórtico). Zenón adquirió una gran reputación y, a
diferencia de los cínicos, sus seguidores pertenecían a todas las clases sociales y

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algunos eran muy poderosos. También, a diferencia de los epicúreos, los estoicos
acogieron políticos y gobernantes.

Zenón (332-262 ane) considera que el cosmos estaba gobernado por leyes
naturales, ordenadas por una inteligencia (logos) superior, y que las personas no
podemos hacer nada para cambiar esta realidad.

Las personas tienen libertad y criterio, alma racional, y nadie está determinado a
vivir una vida "buena" o "mala"; eso depende de las opciones y decisiones
personales. Como depende también de las decisiones personales aceptar las leyes
naturales y entenderlas o ignorarlas y luchar contra ellas, tratar de cambiar cosas
sobre las que se tiene muy poco control.

Muerto Zenón, su discípulo Cleantes de Asos fue el jefe de la escuela;


posteriormente, Crisipo puso orden y estructuró el conjunto de ideas estoicas.

Los estoicos, al igual que los epicúreos, dividen la filosofía en tres partes: física,
lógica y ética.

Física. La concepción que los estoicos tienen del Universo condiciona toda su
filosofía. El Universo es un ser vivo integrado por dos principios: una materia
pasiva y un alma activa que le da fuerza, vida y sentido. Es una física panteísta. El
cosmos está ordenado por una inteligencia divina, todo está previamente
determinado y tiene sentido, ningún acontecimiento es producto del azar. Todo lo
que le pasa al hombre, un microcosmos dentro del macrocosmos, también tiene
una lógica y sentido. El sabio es el que comprende lo que pasa y lo acepta.

Lógica. La racionalidad o inteligencia (logos) es el principio activo que rige el


cosmos; pero el lenguaje y la razón humana son instrumentos importantes para
entender cómo funciona el cosmos. En el estoicismo, es esencial estudiar el
discurso humano o lenguaje, porque de ese modo se puede averiguar la capacidad
humana para captar la realidad y el sentido último de los hechos y de las cosas.

Ética. Los estoicos basan su ética en la aceptación de lo que ocurre y en la


ausencia de deseo. Creen que todo está regido por una inteligencia superior
(divinidad) y sus designios se pueden conocer pero no se pueden cambiar. Por
ello, la aceptación del destino y de los hechos que están predeterminados es la
mejor pauta ética. Las personas sólo pueden encontrar la felicidad en la
aceptación del orden cósmico. La libertad humana radica en la aceptación de una

29
realidad predeterminada e inevitable. Los humanos pueden luchar y sublevarse
contra lo inevitable; pero esto sólo genera dolor y no cambia las cosas. Por lo
tanto, si como inteligentes y razonamos correctamente, concluiremos que lo
mejor es aceptar el orden natural y no luchar su en su contra.

Ahora bien, a pesar del destino y la predeterminación de las cosas, los estoicos
hablan de libertad. Para ellos, la persona libre es aquella que no permite que
ninguna pasión o deseo perturbe su aceptación del orden cósmico. La
imperturbabilidad es la virtud de los fuertes. Así, el estoicismo identifica la
perfección humana con la apatheia (ausencia de pasiones o deseos): el ideal es el
del hombre inmutable ante los infortunios. La libertad es sinónimo de evitar ser
prisioneros de las pasiones y los deseos.

El estoicismo tendrá una dimensión política de primer orden, a diferencia de los


cínicos y los epicúreos. Los estoicos entienden que la política es un mal necesario.
Un mal que no se puede ignorar y que, siempre que sea posible, hay que saber
reconducir.

A diferencia de cínicos y epicúreos, para los estoicos la retirada del sabio de la


acción política tiene consecuencias negativas.

La concepción del universo de los estoicos, los llevará a apoyar y justificar las
monarquías helenistas. El respeto del orden cósmico estaba en coherencia con la
aceptación de la autoridad real porque era el orden político existente.

Partiendo de esta idea, los estoicos entendieron que su función política era
aconsejar a los reyes, porque la mejor manera de instaurar un orden social más
justo y mejorar la política y sus efectos sobre la sociedad era contar con un rey
sabio.

2.3. La República romana y el Imperio.

Roma: la monarquía

La monarquía fue la forma de gobierno romana desde la fundación de la ciudad (a


mediados del siglo VIII ane, la tradición dice que fue fundada el 21 de abril de 753
ane por Rómulo) a la instauración de la República 509 ane.

30
La historiografía considera que, aunque desconoce nombres y etapas de los
reinados, Roma debió de estar durante un tiempo subordinada en Etruria.

No se sabe demasiado del procedimiento, pero se considera que los reyes eran
elegidos por el Senado cuando moría el rey anterior. Parece que el Senado
proponía y decidía, a pesar de que formalmente (no realmente) el pueblo elegía.
Finalmente, los augures confirmaban que los dioses aceptaban la elección.

El Senado (formalmente, asamblea de edad, pero realmente, un consejo de


aristócratas) tenía una función consultiva del rey (a voluntad del rey) y tenía que
consentir la guerra con otros estados. El pueblo tenía una posición pasiva, pero
con todo era formalmente un sujeto político.

La tradición dice que el último rey, Tarquino el Soberbio, tuvo un comportamiento


tiránico, fue destituido por una rebelión aristocrática el 510 ane, que instauró la
República como forma de gobierno.

Roma: la República

La primera etapa de la República (509-260 / 240 ane)

La nueva República romana fue durante en la primera etapa un régimen


aristocrático, con el Senado en el centro del poder.

Dos senadores, los cónsules (renovados cada año), ocupaban las más altas
magistraturas y asumían las competencias ejecutivas. Después, se añadieron dos
magistraturas más: pretor (impartía justicia) y censor (controlaba el censo). En la
etapa final, después de intensas luchas sociales, aparecen los tribunos de la plebe
para defender al pueblo y el sistema de magistraturas se hace más grande.

En esta época, Roma consolidó su poder en el Lacio, Etruria, el valle del Po y


comienza a conquistar el sur de Italia, entrando en contacto y en conflicto con
Cartago.

La República media (260/240 - 70/60 ane)

Las guerras con Cartago llevarán a Roma expandirse por el Mediterráneo:


conquista de Cartago, Hispania, Grecia, sur de la Galia...

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Las luchas sociales y las reformas políticas hacen evolucionar el sistema político
hacia el período central republicano, descrito por Polibio.

Sin eliminar el poder aristocrático, ni el poder ejecutivo de las magistraturas, los


tribunos de la plebe adquieren el poder de vetar leyes e iniciativas del Senado y de
los cónsules. Los tribunos podían dictar sentencias de muerte y convocar la
asamblea del pueblo y proponer leyes.

La República se estabiliza y hay un cierto equilibrio entre diferentes sectores


sociales. Continúa la expansión militar por Hispania, la Galia y progresivamente
Germania.

El final de la República (70/60 - 27 ane)

Continúa la expansión militar (norte de la Galia, África, Egipto...)

Las luchas sociales y la dificultad de gestionar un imperio tan grande llevarán la


República a un momento de crisis y enfrentamientos civiles, sociales y militares.

El año 27 con César Augusto establece el Principado, un sistema monárquico, sin


reyes formales y con la apariencia del mantenimiento de las instituciones
republicanas.

El príncipe acumulará el poder de las magistraturas hasta la muerte, renovándose


formalmente el poder cada año, y subordinará al Senado sin eliminarlo ni negarlo.
Realmente, el Imperio es una monarquía; aunque formalmente, sigue siendo en
todo momento una «república».

La stoa media: Polibio, Lucrecio y Cicerón

Polibio (205-125 ane)

Griego, de formación helenística, historiador. Vive en la época central de la


República. Durante la conquista de Grecia, fue hecho esclavo por Escipión
Emiliano, general patricio y jefe de una de las grandes familias romanas.

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Polibio fue amigo de Escipión, quien lo liberó y a quien acompañó en múltiples
viajes alrededor del imperio. En Roma, formó parte de la élite cultural y política.
Acabó siendo el director de la Academia de Atenas, al morir Escipión.

Su principal aportación fue explicar a los romanos su propia constitución e historia


política y hacerlo, al estilo romano, sin especulación filosófica y de manera
pragmática.

Su Historia tiene un único objetivo: responder de manera pedagógica la pregunta


sobre ¿qué sistema político ha permitido a Roma conquistar el Mediterráneo?

La respuesta es que las tres formas de gobierno (monarquía, aristocracia y


democracia) pueden ser buenas si las consideramos de manera aislada. Ahora
bien, para Polibio la historia es cíclica. Y el ciclo histórico de los sistemas políticos
sería el siguiente:

Monarquía

Olocracia o
Tiranía
anarquía

Democracia Aristocracia

Oligarquía

Hay, sin embargo, una forma de romper el ciclo y evitar la degradación de los
sistemas políticos: la constitución mixta, de la que el mejor ejemplo era Roma.

Cuando escribe esto Polibio (alrededor de 150 ane), hacía un siglo que las
principales luchas internas de Roma habían terminado, que la expansión territorial
romana no dejaba de aumentar y que las instituciones republicanas parecen
funcionar sin tensiones.

Polibio valora la constitución romana como excelente con el único argumento de


que funcionaba y era útil. Y lo explica recurriendo a la historia de Roma, a la
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sucesión de regímenes y al equilibrio conseguido entre el componente
monárquico (magistraturas), el aristocrático (Senado) y el democrático (tribunos
de la plebe y participación del pueblo).

El equilibrio entre los tres elementos es para Polibio lo más importante, lo que
imposibilita la degeneración del sistema y hace posible escapar de los ciclos de la
política o anacyclosis.

Las tres partes de la república, que son también la base de los tres sistemas
potencialmente buenos, se necesitan y son indisociables.

Polibio describirá perfectamente las instituciones y la forma de funcionar de la


República.

Polibio, con una óptica política patricia, considera que hay un elemento que puede
romper el equilibrio: el pueblo. Considera que el pueblo es el grupo social más
grande, más difícil de controlar, más cambiable, con más tensiones y
desequilibrios.

Poco después de publicarse la obra de Polibio, los conflictos sociales y las reformas
sociales de los Graco a favor del pueblo y en contra de los patricios provocaban
una crisis social profunda, anunciarán la fase final de la República y mostrarán la
grave división social que había en el pueblo y los patricios.

Lucrecio (94-55 ane)

Poeta. Su obra principal, De rerum natura, es un tratado de pensamiento epicúreo.

Hace una crítica radical de los miedos y supersticiones de la religión, y de la


opresión de las personas por las falsas creencias y del sufrimiento que se deriva de
estas falsas creencias.

Para él, no hay otra vida, los humanos no somos el centro del universo, y por
nuestras acciones no hay ningún tipo de recompensa ni castigo.

Ateo, su pensamiento fue perseguido, malinterpretado y tergiversado por la


Iglesia Católica, como ha pasado históricamente con todos los autores ateos o
críticos con esta institución.

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En el siglo XVI fue revalorizado, se considera que inspiró Maquiavelo y al
materialismo contemporáneo.

Lucrecio, a pesar de ser epicúreo, reflexiona sobre la condición humana y


considera que la evolución humana lleva a vivir en sociedad y establecer una
especie de acuerdo para vivir en comunidad y protegerse de la violencia.

El orden social y moral existe, no por un designio divino; sino, únicamente, por la
voluntad de cooperar para organizar la sociedad.

El cambio político en las sociedades está motivado por las reacciones contra la
violencia y por la búsqueda del equilibrio y la concordia en la comunidad. El buen
gobierno debe procurar el equilibrio y la concordia social.

Cicerón (106-43 ane)

Político, senador, intelectual. Su obra principal, De la República, es un estudio, en


forma de diálogo, sobre la constitución mixta y las formas de gobierno. Es una
repetición de Polibio en muchos aspectos, pero Cicerón hace una propuesta nueva
y directamente relacionada con las tensiones políticas de su época.

Escribe la obra (54-51 ane) después de volver del exilio. Entonces era partidario de
César, quien estaba enfrentado a Pompeyo. Es un momento convulso. El 52, el
Senado nombra Pompeyo príncipe único. Es una solución de compromiso para
evitar las divisiones: todas las magistraturas se concentran en una persona.

Cicerón justificará la propuesta partiendo de las tres formas buenas de gobierno


(monarquía, aristocracia y democracia) y de la síntesis perfecta que es Roma y la
constitución mixta, donde los cónsules equivalían a la autoridad real, el Senado
era la aristocracia culta y el pueblo tenía libertad contenida, pero suficiente. Hasta
aquí dice lo mismo que había escrito Polibio.

Pero, mientras que Polibio considera que la constitución mixta era buena porque
generaba estabilidad política y paz social, Cicerón introducirá una finalidad ética
en la acción política, y siguiendo el pensamiento griego clásico, afirmará que la
justicia era la única fuente de autoridad, y que sólo un estado justo podía llegar a
ser eterno. Por ello, y para conseguir la paz social, la fortaleza de las instituciones
republicanas y la justicia, la república tenía la obligación prioritaria de educar a los

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ciudadanos. De hecho, la inteligencia y la razón bien educadas eran las que habían
hecho posible, en el pasado, que los romanos tuvieran leyes, instituciones y
organización política adecuadas.

La república funciona bien cuando los ciudadanos defienden los valores colectivos
de la república y cumplen sus obligaciones y compromisos públicos. Y considera
que la decadencia de la república romana en su tiempo era debida a la pérdida de
valor de los asuntos públicos (res publica) y considera, además, que Roma
necesitaba responsable políticos virtuosos, justos e inteligentes. No hay nada
público ni pueblo si no están gobernados con justicia.

El estado mixto era el único que podía garantizar el equilibrio de las distintas
fuerzas, y conseguir la concordia y la justicia. Pero debía basarse en una educación
que hiciera que las personas fueran autoexigentes y se autorepresentaran y
respetaran los demás.

Esta idea (el respeto propio y a los demás) está ligada también a la necesidad de
continencia personal y de fidelidad a las relaciones familiares y sociales en todos
los ciudadanos y en los gobernantes.

Establecido esto, considera que el buen gobernante debía ser como un pater
familias (jefe de la familia romana, muy ancha y no exclusivamente sanguínea):
procurar a sus conciudadanos el bienestar, la seguridad, la prosperidad suficientes
a través de la lealtad a la república y la defensa de la ley.

Y, partiendo de esta idea y teniendo en cuenta la crisis de la república, propondrá


a un príncipe gobernante que respetara las instituciones republicanas, y evitara las
variantes perversas de los sistemas políticos: la tiranía, la oligarquía y la
demagogia.

Roma: el Imperio

Octaviano (63ane - 14 ane), César Augusto, será, finalmente, el príncipe cuando


acaben las guerras civiles. La figura recuerda la propuesta de Cicerón; pero no
salvó la República. De hecho, manteniendo formalmente las formas institucionales
republicanas, da paso a una nueva época: el Principado. Una solución contraria al
propósito de Cicerón, ya que las libertades, las virtudes republicanas y las
instituciones de la república pierden todo su sentido anterior, y desaparece el
elemento cívico y colectivo de la propuesta de Cicerón.

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Augusto concentrará en sus manos, de por vida, las principales competencias del
Senado, de las magistraturas, los tribunos de la plebe, el título de imperator (jefe
militar) y la capacidad de hacer leyes. Y lo hará sin demasiada oposición. Pero el
nuevo régimen no quiere adquirir la forma exterior de una nueva monarquía o de
una dictadura. En el Principado, Augusto explica el poder que él acumula en sus
manos tanto por su auctoritas o prestigio militar, por la virtus o posición material,
por su moral (clementia con los adversarios), por la paz social, y directamente por
el poder político (potestas o poder material). Todo reforzaba el poder del princeps.

Ahora bien, más allá de las formas, el poder del príncipe respeta las formas
republicanas sólo en Roma y en Italia, donde de hecho el sistema era una especie
de monarquía (sin este nombre) colegiada, ya que el poder del princeps estaba
limitado del Senado; pero en el resto del Imperio el poder se acercaba a las formas
de las monarquías helénicas sin ningún tipo de contrapoderes.

El Principado existió del 27ane al 284. Tuvo tres etapas básicas: Asentamiento (-27
hasta 96); Central o de los grandes emperadores (96-180); y Decadencia (180-
284).

La stoa nueva: Séneca y Marco Aurelio

Como durante la etapa de las monarquías helénicas, el estoicismo será el


pensamiento político más relevante durante el Principado.

Séneca (4 ane - 65)

Filósofo, político, pensador estoico. Escribe en el momento en que se está


consolidando el Principado, con excesos como los de Calígula, y en el que las
instituciones republicanas están en decadencia. Escribe De clementia para instruir
Nerón y presenta un modelo de príncipe estoico: el optimus princeps.

El príncipe tiene el deber de proteger la comunidad y garantizar sus intereses. El


príncipe es el depositario de una fuerza sometida al derecho y es la máxima
representación de la comunidad, a la que garantiza seguridad y paz.

Sólo puede gobernar bien quién es sabio. Pero un sabio estoico, que ejerce las
virtudes del sabio: clemencia, magnanimidad, rechazo de la crueldad.

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El gobierno es una carga, una servidumbre, para que el pueblo progrese y viva
bien. El gobernante no puede descansar nunca y debe pagar el precio de vivir
aislado: no puede vivir anónimamente como cualquier ciudadano.

En Séneca, república y príncipe se confunden. El príncipe gobernante es la


encarnación de la república, gobierna siguiendo los principios estoicos, busca el
equilibrio y el asentimiento de todos los miembros de la comunidad política y trata
de hacer realidad un gobierno justo y beneficioso para todos.

Marco Aurelio (121-180)

Último de los cinco grandes emperadores. Un estoico que gobernó. Escribe


Meditaciones, una especie de reflexiones filosóficas personales, escritas en griego
estándar. Muestran a un pensador estoico que propugna evitar las emociones,
porque son la vía por la que los demás te pueden hacer daño.

Considera que todas las acciones humanas carecen de sentido profundo y que el
sabio debe saber vivir su vida sin pasiones ni perder el equilibrio de sus
emociones. La vida es un camino hacia lo desconocido (la muerte), y toda la gloria
y el placer de este mundo acaban siempre en el olvido.

Acepta cumplir estoicamente su obligación como príncipe; aunque la considera


una carga y entiende que, por mucho que se esfuerce en favor del pueblo y del
imperio, todo lo que pueda hacer, finalmente, será olvidado y no tendrá
trascendencia.

El Dominado. La monarquía absoluta; formalmente, sin rey ni reino

La etapa final del Principado (180-284) está dominada por una sucesión de jefes
militares (imperator) que llegan al poder tras una proclamación en una de las
provincias romanas y después de haber asesinado el princeps anterior.

El sistema político se descompone. No hay democracia, ni monarquía, ni


aristocracia, ni tiranía en el sentido clásico; está el poder del más fuerte durante el
tiempo que conserva su fuerza o debe enfrentarse a una fuerza aún mayor.

Diocleciano cambió este orden de cosas y restauró un principio de sucesión en el


poder aceptado con carácter general. El nuevo sistema será el Dominado; un
sistema de poder que se establece el 284 y dura en Occidente hasta 476 (final del

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Imperio Romano de Occidente) y en Oriente hasta 1453 (caída del Imperio
Romano de Oriente o Bizancio).

Diocleciano (245-312), surgido como un imperator más, creó un nuevo sistema de


poder. Adopta el nombre de dominus noster (nuestro señor). Termina con las
formalidades republicanas. Adopta un estilo de gobierno helenístico (absolutista)
y adquiere un estatus divino, personalizando la majestad de Roma.

Diocleciano, en un primer momento, introduce la tetrarquía, un sistema por el


que el dominus noster imponía un corregente y dos colaboradores, para facilitar la
sucesión y el buen funcionamiento del Imperio.

La tetrarquía como fórmula no funcionó y fue destruida por el acceso al poder de


Constantino (306-337), quien desplaza la capital del Imperio a Bizancio y le cambia
el nombre a la ciudad, ahora Constantinopolis. Entonces se hace evidente la
división interna del Imperio entre Oriente (griego y más rico) y el Occidente (latino
y más pobre).

A partir de Constantino, convertido al cristianismo por oportunismo político, el


dominus noster es un poder autocrático, será sucedido por su primogénito y
tendrá el apoyo material e ideológico de la Iglesia Cristiana, que pasará a llamarse
el imperator christianissimus.

Eusebio de Cesárea (264-339)

Obispo de Cesárea. Será, como veremos en la próxima unidad, quien escribió un


panegírico (escrito de exaltación) en favor de Constantino.

Monarquía, imperio, unidad y paz cristianas son una misma realidad en el dominus
et imperator christianissimus.

La decadencia del Imperio: las últimas décadas del Imperio Romano de


Occidente

La división del imperio en dos realidades comienza en el 306 y se consolida


definitivamente, con dos estructuras políticas paralelas, en 395.

Tras el final gobierno de Teodosio (395), el Imperio de Occidente acelera la crisis:


corrupción de la administración, pasividad ciudadana, impuestos excesivos,

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decadencia de las ciudades, desplazamiento de población al campo, retroceso
demográfico, alistamiento de germanos en el ejército, etc., al tiempo que se vive
bajo la amenaza de una invasión germánica, con pueblos germanos establecidos
dentro de las fronteras del imperio y con invasiones y saqueos germánicos cada
cierto tiempo.

En 475, el jefe del ejército imperial que tenía que luchar contra los visigodos,
derribó al emperador (Nepote) y puso a su hijo, Romulo Augusto, menor de edad.
El 476, el germano Odoacro da un golpe de estado y se proclama emperador, pero
no es reconocido fuera de Italia. El 480, el exemperador Nepote es asesinado y sus
territorios italianos pasan a ser controlados, una parte, por Odoacro y otra por el
Imperio de Oriente.

Paralelamente, los ostrogodos comienzan a atacar Dalmacia el 481 y hacia el 489


se hace con el territorio y el poder que tenía Odoacro; pero su rey, Teodorico,
renunció al título de emperador y el imperio romano de Occidente llegó a su fin.

El pensamiento político que nacerá a Occidente en esta etapa del Imperio y que
dominará el mundo occidental durante toda la Edad Media será el de Agustín de
Hipona (354-430) y su Civitas Dei, que romperá con la relación Dios-monarca que
había establecido Eusebio de Cesárea.

Jurisconsultos: Política y Derecho Romano

Cabe recordar que la historia de Roma y de la política romana va unida a la tarea


de estudio del derecho y la jurisprudencia romana. Los romanos judicializan la vida
social y, incluso, política. Distinguen entre derecho privado y público. Establecen
una jerarquía de normas y regulan las relaciones de poder.

Tenemos noticias de derecho romano durante más de 1.000 años. Desde las XII
Tablas (449 ane) y hasta la Digesto, que es ingente recopilación de todo el derecho
romano hecha por Justiniano I de Bizancio (529).

Periodo arcaico (755-450 ane)

La norma se basa en las costumbres (mores) antiguos y es interpretada por los


pontífices.

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Sobre la costumbre, se fundamenta el concepto de ius civile (el que rige entre
ciudadanos), que nace en esta época, y los derechos que se derivan: a matrimonio,
a voto, al comercio, a los cargos públicos, etc.

Periodo pre-clásico (450-130 ane)

Las XII Tablas cierran el periodo arcaico y, con la creación los pretores
(administradores de justicia), el derecho se independiza de los pontífices, y,
además del Ius Civile (derecho de los ciudadanos romanos), aparece el Ius Gentium
(derecho de los forasteros).

Periodo clásico (130 ane - 230)

El derecho y el pensamiento en torno al derecho abarcan todas las prácticas civiles


y políticas. Y obliga a todos los ciudadanos del Imperio, incluido el princeps.

Periodo post-clásico (230-527)

La monarquía absoluta choca con la tradición del derecho romano y


progresivamente (a pesar de la recopilación legal de Justiniano I en Oriente) la
voluntad del monarca será la fuente de la ley y se irá modificando el sistema legal
romano clásico.

El legado del derecho romano, su voluntad de unidad jurídica y su estudio estarán


en la base de la afirmación de las monarquías tardomedievales por encima de las
estructuras feudales y del avance posterior del estado moderno absolutista.

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