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DERECHO CONSTITUCIONAL

El derecho constitucional es una rama del derecho que se ocupa del estudio de las
normas y principios fundamentales que establecen la estructura y funcionamiento del
Estado, así como los derechos y garantías fundamentales de los ciudadanos.
La Constitución vigente en España establece el punto de partida del resto de normas
legales, contiene los principios rectores del Estado y de la convivencia, el catálogo de
derechos y deberes de los ciudadanos, la división de poderes entre legislativo, jurídico
y ejecutivo. Fue aprobada por la Cortes Generales, ratificada por el pueblo español en
referéndum, sancionada por el Rey y publicada en el Boletín Oficial de Estado en 1978.
Está compuesta por un preámbulo, 169 artículos, 4 disposiciones adicionales, 9
transitorias, 1 derogatoria y 1 final.
En el preámbulo se establecen los objetivos de establecer la justicia, la libertad y la
seguridad y promover el bien de los integrantes de la Nación española. Además, se
mencionan los valores democráticos que rigen en España y el respeto de los derechos
humanos y la consagración del Estado de Derecho.
Después del preámbulo está el título preliminar, que establece los principios
fundamentales y las disposiciones generales que rigen el sistema constitucional de
España. Entre otras cosas, determina la lengua oficial, la bandera, la capital del Estado,
la finalidad y composición de las Fuerzas Armadas… Al definirse como un Estado social
y democrático de Derecho, se refiere a la soberanía nacional, la unidad de España (con
la Corona como símbolo de ello y de su permanencia del Estado), la igualdad de todos
los españoles (igualdad ante la ley, derecho a la participación política y a la
nacionalidad, reconocimiento de libertades y derechos), la autonomía de las
nacionalidades y regiones, el Estado de Bienestar, la justicia, la seguridad jurídica y la
solidaridad entre las Comunidades Autónomas. Además, en el título preliminar se
establecen las garantías constitucionales para asegurar el cumplimiento y la defensa
de la Constitución.
El siguiente título de la Constitución engloba los Derechos Fundamentales, cuyo
reconocimiento y protección universales representa una revalorización ética y jurídica
del ser humano. Estos se entrelazan con los derechos humanos, ya que ambos se
basan en la protección y promoción de los derechos que tienen todas las personas por
el simple hecho de ser personas. En el primer capítulo se redactan los derechos de los
españoles y los extranjeros en cuanto a la adquisición y pérdida de la nacionalidad y los
derechos que tienen los extranjeros cuando están en España, que son los mismo a
excepción de la participación en asuntos públicos. Dentro del capítulo de derechos y
libertades encontramos los derechos fundamentales y las libertades públicas; entre
otros, el derecho a la vida, a la libertad religiosa, de culto y de pensamiento, a la
educación o a la reunión y manifestación. Dentro de los derechos y deberes de los
ciudadanos algunos ejemplos son la obligación a contribuir a los gastos públicos o el
derecho a la propiedad privada. Los dos últimos aspectos de este título de la
Constitución recogen las garantías de su cumplimiento y las posibilidades de su
suspensión (estado de excepción o de sitio).
El título II (De la Corona) establece la institución de la Corona como símbolo de la
unidad y permanencia del Estado. Reconoce al Rey como Jefe del Estado y define sus
funciones, como la sanción y promulgación de las leyes, la representación del Estado
en relaciones internacionales, convocar referéndum, elecciones o ser el mando
supremo de las Fuerzas Armadas.
En cuanto a las Cortes Generales, sus funciones, composición y organización se
recogen en el título III de la Constitución. Son bicamerales; están formadas por el
Congreso de los Diputados y el Senado. El primero representa al pueblo español y se
compone de 350 diputados elegidos mediante sufragio universal en elecciones
generales, y el Senado representa a las comunidades autónomas y se compone de 265
senadores también elegidos por sufragio universal (57 de ellos por los Parlamentos
Autonómicos). Sus funciones principales son la elaboración de leyes, la fiscalización y el
control del Gobierno, la aprobación de los presupuestos generales del Estado y la
participación a la hora de designar algunos cargos institucionales. Tanto los Diputados
como los Senadoras gozan de inviolabilidad de sus opiniones y de inmunidad durante
su mandato (a excepción de delitos muy graves), y el órgano judicial responsable de
resolver las cuestiones relacionadas con ellos es el Tribunal Supremo. Otros aspectos
que se incluyen en este título es el procedimiento legislativo, que incluye la
presentación de proyectos de ley, su tramitación y aprobación en ambas cámaras; y la
regulación de los Tratados Internacionales.
El título IV “Del Gobierno y de la Administración” regula el sistema de gobierno y la
organización administrativa del Estado, estableciendo las funciones y
responsabilidades del Gobierno. Éste está formado por el Presidente, los
Vicepresidentes y los Ministros; y dirige la política interior y exterior, la Administración
Civil y Militar y la defensa del Estado. Otro de los temas que se abordan en este título
es el Consejo de Estado, que es el órgano consultivo del Gobierno (objetivo e
independiente). En el procedimiento de elección cabe destacar que el Gobierno cesa
tras la celebración de elecciones generales en los casos de pérdida de confianza
parlamentaria (moción de censura).
El título V regula las relaciones y mecanismos de interacción entre el Gobierno y el
poder legislativo, tratando cuestiones como la moción de censura, la confianza, la
disolución de las Cámaras, el control parlamentario del Gobierno y los estados de
alarma, excepción y sitio.
El poder judicial, recogido en el título VI, es independiente; crea el Consejo General del
Poder Judicial, integrado por el Presidente del Tribunal Supremo (máximo órgano
judicial) y por 20 miembros nombrados por el Rey; y los tribunales superiores,
garantiza el acceso a la justicia y el principio de tutela judicial efectiva, y establece los
principios de publicidad y oralidad en los procesos judiciales. Estos principios son
fundamentales para asegurar un sistema judicial imparcial y eficiente en la protección
de los derechos de los ciudadanos.
El título “Economía y Hacienda” regula los principios y bases de la política económica y
financiera del Estado, incluyendo la economía de mercado, la propiedad privada, el
sistema tributario, los presupuestos generales del Estado y la autonomía financiera de
las comunidades autónomas. Con este título se promueve el desarrollo económico
sostenible, la justicia fiscal y la solidaridad entre las diferentes regiones de España.
En “Organización territorial del Estado” se establece que España está dividida en
municipios, provincias y Comunidades Autónomas, siendo todas ellas independientes
en cuanto a la gestión de sus intereses. Los municipios están formados por el territorio,
la población y la organización, siendo las provincias una agrupación de estos. La norma
institucional básica de las CCAA son los Estatutos de Autonomía, elaborado por una
asamblea compuesta por los miembros de la Diputación y será elevado a las Cortes
Generales para tramitarlo como Ley. Los Estatutos deben incluir el nombre de la
Comunidad correspondiendo con su identidad histórica, la delimitación de su
territorio, la regulación de las instituciones autónomas propias y las competencias que
asume.
Por otro lado, encontramos el Tribunal Constitucional, regulado por el título IX. Se
trata de un órgano constitucional entendido como el máximo intérprete de esta,
compuesto por 12 miembros nombrados por el Rey a propuesta de las Cámaras, del
Gobierno y del Consejo General del Poder Judicial. El Presidente de este órgano se
renueva cada 3 años y sus miembros cada 9 si siguen siendo elegidos cada tres años.
Su función principal es garantizar el respeto a los derechos fundamentales y velar por
la supremacía de la Constitución. Es independiente de los demás poderes del Estado y
puede declarar la inconstitucionalidad de leyes y actos de los poderes públicos que
contradigan la Constitución.
Las posibilidades de reformar la Constitución están recogidas en el título X, para lo que
se establecen dos procedimientos de reforma: el procedimiento de reforma ordinaria y
el de reforma agravada. El primero de ellos se aplica para modificar la mayoría de los
artículos de la Constitución, a excepción de aquellos que afecten a los derechos
fundamentales o la forma política del Estado. Para iniciar esta reforma se requiere que
al menos una décima parte de los miembros del Congreso de los Diputados o del
Senado presenten una propuesta, que debe ser aprobada por mayoría de 3/5 de
ambas Cámaras. Una vez ratificada por las Cortes, el Rey promulga la reforma y se
incorpora al texto constitucional. Por otro lado, la reforma agravada se aplica a
aquellos artículos que afectan a los derechos fundamentales, la forma política del
Estado, el sistema de gobierno, la división de poderes o la integridad territorial. Para
llevarla a cabo es necesario el acuerdo de 2/3 de cada cámara y después de aprueba si
se consigue la mayoría absoluta en referéndum.

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