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Redes económicas del Estados inca:

el “ruego” y la “dádiva”

UNIVERSIDAD RICARDO

PALMA Formación Histórica


PROGRAMA DE ESTUDIOS
del Perú
BÁSICOS

Apellidos y nombres: Vergara Lucano Uriel Trino / Código: 202011379 / Grupo 18

Resumen de la lectura:

El estado Inca antes del descubrimiento y conquista de los españoles, era una
potencia y llegó a dominar parte del continente sudamericano. Esto se debió a la
buena gestión de Pachacútec (el iniciador), Túpac Yupanqui (el conquistador) y
Huayna Cápac (el estadista).

Para el Inca le era imposible expandir sus territorios sin la ayuda de sus vecinos,
para lo cual por medio de la “reciprocidad” (intercambio mutuo como negociación
o compensación), y de la “minka” (rogar por ayuda y prometer algo a cambio).

La reciprocidad fue un sistema organizativo socioeconómico que regulaba los


niveles sociales entre los Inkas y también servía como un engranaje para la
producción y distribución de bienes.

El Inca deseaba transformar el Cusco y poner en marcha el sistema de


reciprocidad, pero en aquel entonces, la capital incaica era muy pequeña y
necesitaban la ayuda de sus vecinos. Además, era indispensable tener objetos
de gran valor y riquezas para lo cual era importante contar con suficiente mano
de obra lo cual el Inca no poseía.

Este obstáculo lo superó Pachacútec por medio de la reciprocidad. Para ello,


invitó a sus vecinos al Cusco y les ofreció abundante comida, bebidas y mujeres
para establecer lazos de parentesco. Estos al ver la generosidad del Inca
Pachacútec, accedieron al pedido del inca (edificación de depósitos), su primer
ruego. El segundo ruego fue de llenar estos depósitos de víveres y productos.
Con el pasar del tiempo, las conquistas del Inca aumentaban el número de
curacas por los lazos de reciprocidad. El poder del Inca fue creciendo y se
edificaron centros administrativos donde se reunían los curacas del reino.

Reciprocidad en las conquistas:

Este mecanismo consistía en que el ejército Inca se presentaba ante una macro
etnia y esta proponía a sus jefes establecer la reciprocidad entre el Inca y el
señor principal de la localidad. Todo dependía de la decisión del señor de la
localidad, si no aceptaba la reciprocidad, le esperaba en el porvenir la prisión y la
muerte; puesto eran aguerridos y bien entrenados el ejército del Inca.

Reciprocidad durante el apogeo:

El mayor apogeo de la reciprocidad fue con las guerras. Cuando el Inca sufría
una derrota, le llegaban otros del Cusco para así ganar la guerra. Esto no pasaría
del mismo modo en el mundo europeo, pues se hubiese juzgado como una
traición a los que abandonan una guerra. Entonces para concluir, se puede decir
que el Inca con un poder limitado, recurría a los ritos de reciprocidad; para
cumplir con estas exigencias debían tener muchas riquezas, ropa, textiles, entre
otros, en sus depósitos.

Rentas del estado:

El Incario al no conocer el dinero su economía se basaba en tres fuentes: la


fuerza de trabajo, ciertas tierras y ganaderías (todas ellas en poder del estado).

Estas eran ventajas en cuanto era llevar adelante el sistema de reciprocidad,


clave del desarrollo de su organización andina. Pero si por el contario no
contaban con estos bienes acumulados, no podría hacer frente a las exigencias
que la institución de la reciprocidad exigía.

Fuerza del trabajo:

La fuerza de trabajo fue el equivalente al tributo, organizado por la mita o turnos,


ya sea para el ayllu, el curaca local o par el señor de la macro-etnia.

Estas prestaciones de servicio que regulaban la fuerza de trabajo se cumplía a


través de la mita. Esta forma andina de prestaciones de servicios se realizaba en
3 niveles: mita agraria, mita pesquera, mita minera. Este sistema muestra la
importancia de la fuerza de trabajo hacia el Inca.
Organización de la fuerza de trabajo femenina:

Esta organización nació debido a la alta demanda de crear textiles, bebidas para
los ritos de reciprocidad y las fiestas. Para ello se reclutaban a las acllas o
mamaconas cuyas edades fluctuaban entre los 8 y 10 años en todo el
Tahuantinsuyo.

Las tierras:

Los cronistas afirmaron que estás tierras estaban dividían en: tierras del inca,
tierras del Sol y las tierras de los hatunruna (población del imperio incaico).

Las tierras del inca estaban en todo el Tahuantinsuyo. El trabajo era ejecutado
por los locales y el provecho de estas tierras eran enviadas a los depósitos
estatales. Pero los bienes acumulados no satisfacían las necesidades del estado.

Lo que hasta hoy en día se puede apreciar son los andenes, que sirvieron para
ampliar la producción agrícola.

Las tierras privadas de los incas eran puro pasto y se criaban los rebaños del
Inca. Estas tierras privadas se obtenían por medio de las conquistas; además
estas tierras se pasaban respectivamente a toda la descendencia del soberano
(panaka), incluyendo a mujeres y servidores.

Las tierras de los huacas por pequeña que fuese era usado para las ofrendas y la
preparación de bebidas para los asistentes de los ritos y fiestas. Las tierras del
ayllu eran de cultivo y riego. También había tierras en la que se podía reemplazar
con dinero como retribución por un servicio otorgado.

La ganadería:

Dentro de la ganadería hubo dos especies domesticadas: la llama y la alpaca;


estás especies jugaron un papel importante en el desarrollo de las culturas
andinas. Los usos de la llama fueron múltiples como el uso de su lana para las
vestimentas, además la lana de la alpaca y llama se usaron para confeccionar
textiles más finos y lujosos llamados cumbi. Además, La carne seca y
deshidratada de las llamas, se almacenaban en forma de charqui. A diferencia
del guanaco que solo se usaba como objeto de caza, por su carne.
Los hatos de camélidos:

Estos tenían colores como el blanco, negro, pardos y moromoro (varios colores).

Garcilaso de la Vega añade que, cuando una cría salía de color distinto, la
enviaban al hato que le correspondía. Esto facilitaba para la cuenta de los quipus
que conservaban el mismo color de los hatos.

Depósitos estatales:

Estos depósitos eran llenados por el producto de las fuerzas de trabajo que
laboraba en tierras estatales. La producción agropecuaria no solamente servía a
la redistribución en el nivel estatal y las exigencias de la reciprocidad, sino que
también eran bienes que simbolizaban el poderío del gobierno inca.

Según las crónicas, para la contabilidad y conservación de los productos se


requería de mayordomos, contadores y administradores. Además, los depósitos
se situaban en cada provincia donde residían los virreyes y en la ciudad del
Cusco. Estos depósitos se situaban cercanos a los del Sol.

Quipu y quipucamayoc:

El quipu fue descubierto por Waldemar Espinoza (1972) y estudiado por Jhon
Murra (1981).

El quipu era usado como calendario o como método de administración por los
quipumayoc (contadores). Cabe resaltar que solamente anotaban en el quipu el
resultado de las cuentas realizados en los ábacos (yupana).

Recapitulación:

La economía de los incas se basaba en la fuerza de trabajo, posesión de tierras y


los hatos camélidos. El papel del quipu era administrar la producción, contabilizar
y conservarlos en depósitos. Gracias a este capital, el estado Inca podía valerse
de la “reciprocidad”, lo cual era “ruego” ((rogar por ayuda y prometer algo a
cambio) y “dádiva” (regalo u ofrenda)  Clave de la organización cusqueña.

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