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La imagen muestra una falacia ad hominem, donde se ataca al carácter o circunstancias personales de quien sostiene una afirmación en lugar de argumentar sobre la afirmación misma. En concreto, el enunciado "alguien que viste tan mal no puede tener la razón" es impertinente porque juzga la validez de un argumento en función de cómo viste la persona que lo sostiene, en lugar de considerar el mérito intrínseco del argumento.
La imagen muestra una falacia ad hominem, donde se ataca al carácter o circunstancias personales de quien sostiene una afirmación en lugar de argumentar sobre la afirmación misma. En concreto, el enunciado "alguien que viste tan mal no puede tener la razón" es impertinente porque juzga la validez de un argumento en función de cómo viste la persona que lo sostiene, en lugar de considerar el mérito intrínseco del argumento.
La imagen muestra una falacia ad hominem, donde se ataca al carácter o circunstancias personales de quien sostiene una afirmación en lugar de argumentar sobre la afirmación misma. En concreto, el enunciado "alguien que viste tan mal no puede tener la razón" es impertinente porque juzga la validez de un argumento en función de cómo viste la persona que lo sostiene, en lugar de considerar el mérito intrínseco del argumento.