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Litigios y probanzas de
caciques en el Perú colonial temprano
Código: 21150075.
En esta lectura, en primer lugar, se verá a manera de exposición los objetivos y metas que se
tratará de despejar, al terminar de leerla. Tenemos entre ellas, el cómo se asimiló la
desigualdad y la discriminación en el sistema imperante colonial y mediante qué vías o
vehículos se llegó a dar, para finalmente ver la consolidación de estas prácticas.
Sin la justicia no se puede entender la desigualdad y discriminación en la vida colonial,
especialmente indios, caciques y españoles. Por eso es que fue importante, a su vez, se
manifestará de distintas formas como por ejemplo los litigios, las peticiones, las probanzas
para hacer valer sus derechos como caciques.
Entre el siglo 16 y 17, tenemos el caso de un curaca costeño, que por medio de una probanza
trató de acreditar sus servicios a la corona, para así probar que era dueño de una cantidad
determinada de propiedades de la tierra, además de lo mencionado, también lograr en mayor
o menor medida aspiraciones políticas. Cabe agregar la interrogante de si tuvo algo que ver lo
hecho antes de los españoles, es decir, en la cultura prehispánica, como forma de influencia
para el sistema de administración colonial, realmente aquel sistema habrá asimilado algunas
cosas de antes de la conquista.
Por otro lado, la denominada y tan propagada inferioridad de indios, en realidad parte de
nociones jurídicas de los clásicos griegos y romanos, es decir, tiene un origen europeo, pero
no como no lo imaginamos normalmente, como un sentimiento de superioridad por lo
biológico y las características físicas. Esto de lo biológico es después, no cuando apenas
llegaron los europeos, se necesita hacer énfasis en que esto fue un proceso largo. Entonces
tenemos que el tema racial, ya como racismo devendría después, si lo afirmamos de manera
contrario, estaríamos cayendo en la superficialidad y en un racismo lineal.
Sobre este amplio tema, quisiéramos resaltar dos puntos: el primero es que la idea
sobre la condición diferente, desventajosa, de los indios fue explicada poco después
de la conquista y en los inicios de la colonización teniendo como punto de partida no
su aspecto físico o alguna otra razón inmediatamente visible al ojo humano,
fundamento de lo que más adelante formaría parte de la idea de raza, sino la ausencia
de la fe cristiana, y ciertas opiniones sobre el grado de organización política y —
utilizando un anacronismo— civilización. (Ramos,2015, p.67)
Es así que el prejuicio por la apariencia va tomando forma al pasar de los años en el sistema
colonial. Haciendo una comparación en la actualidad, es por ello que a veces a la palabra
indio y pobre se les considera como sinónimos.
Estas peleas judiciales se van a dar con racismo, odio, manipulación, insultos. Esto debido a
que los caciques denunciaban el robo de propiedades, la apropiación por otros indios o
españoles con cargos públicos o de alto rango político. Aquellos adjetivos agresivos por más
increíble que parezca, realmente aparecen en los documentos, cabe agregar que el autor nos
dice que estos insultos de los indios son más complicados de interpretar y del español es más
sencillo y fácil.
Para entender lo mencionado, necesitamos hacer una revisión de qué significaba ser un
cacique. Los caciques tenían condición de hidalgos, es decir, nobles de baja alcurnia en lo
que sería Europa, además de ello no pagaban impuestos ni tributos, se les veía como líderes
de las comunidades indígenas, contaban con ciertos privilegios, se encontraba en una
situación de condición de superioridad, material y moral frente a otros indígenas, se auto
percibían como buenos cristianos y difusores de la fe misma, por último, se podían vestir
como españoles y andar a caballo. La hispanización de caciques fue de alguna manera rápida.
Aunque hay un requisito fundamental para que pueda ser considerado como tal, para ser
cacique se necesita ser indio. De ahí que un concepto importante se evidencie en la lectura,
ese es el de “limpiar su sangre”.
La cáscara del cacique, finalmente, era solo eso, algo superficial, su nobleza en el nuevo
sistema colonial no era más que una apariencia. Los españoles igual veían en ellos a unos
indios miserables, pobres, desprotegidos y no instruidos. Los caciques también fueron
acusados de idolatría en varias oportunidades. De hecho, era uno de los cargos más graves
que se le podía hacer a este agente colonial tan importante.
Estos caciques solían venir de gente que presentaba a representantes para prestar obediencia a
españoles durante el pleno ejercicio de la conquista. Hubo casos en la que indios pobres
reclamaban su puesto de noble, es decir, de cacique, para poder ser excluido de algunos
impuestos, además del trabajo. También existen casos en el que ancianos de ciertos valles al
valerse de sus antiguos privilegios antes de la conquista, querían reclamar esos derechos,
aduciendo que algunos fueron líderes puestos por tal inca como Huayna Cápac, por ejemplo.
Cabe agregar que algunas tareas extras de los caciques eran mantenerse siempre activos, dar
limosna, cooperar con los curas en cualquier tipo de tarea, además de construir iglesias,
parroquias, etc.
Cabe agregar que el aspecto físico no se tomaba tan en cuenta. El rasgo no era determinante
para el rango social. Además de lo mencionado, existían prejuicios de que, para el indio con
vestimenta española, siempre tenía que estar con un traductor, pues estos suponían que no
sabían el español.
En efecto, los descendientes africanos no tenían condición racial ni social para ocupar el
cargo. Aunque estos aprovechaban en ocasiones que el sistema de justicia colonial les diera
más importancia a los documentos por encima de verlos física y presencialmente. Los
caciques, trayendo de nuevo este concepto de limpieza de sangre, pedía que las personas
sospechosas, sean objetos de exclusión a todo no indio, con esto nos damos cuenta que va
avanzando el tema racial como centro de sentimiento de inferioridad y subordinación. Los
caciques se justificaban con la excusa de que el Origen de todo absoluto desorden y anarquía
era provocado por la cantidad abundante de muchos orígenes, es decir, de varias etnias o
razas adscritas en una sola región o territorio. Además de lo mencionado, los indios solían
considerarse superiores a los mestizos. Litigio en cuestión, buen indio y buen cristiano, el
certificado sacerdote jesuita, donde el cacique daba a notar que defendía el cristianismo
arraigadamente y no mostraba interés ni curiosidad por la idolatría, donde los españoles lo
solían considerar como cosas del diablo o el demonio.
Con el caso de estos caciques en disputas, se evidencia que la herencia ibérica detrás de la
discriminación, no está en una sola fuente. Es necesario una investigación más exhaustiva de
aquel tema.