Pablo, joven de 15 años que asiste a un colegio católico, por
motivos de trabajo de sus padres se mudan a otra ciudad y asiste por un año a un colegio laico. Los padres, “buenos pero no tan practicantes” deciden, por razones también de trabajo regresar a su ciudad de origen. Así, tras vivir un año fuera Pablo retorna a su colegio de origen.
Un día, charlando con los amigos en el colegio, sale el tema de
algunos programas juveniles de la televisión. Alguno comenta que esos programas están muy sexualizados "dan modelos estereotipados a los jóvenes; es que no se salvan ni los anuncios". Pablo reacciona de forma brusca. Dice que ven pecados por todas partes; que les han dado una educación "en la que está prohibido divertirse: todo lo que es divertido acaba siendo pecado". Añade que una cosa es respetar a los demás y no hacer daño, y otra es saber disfrutar de esta vida —que para eso se vive—, "que si no haces mal a nadie no tiene por qué estar mal"; al revés, el daño lo harían los que crean en la gente remordimientos de conciencia cada vez que sólo quieren pasárselo bien. Los ve como gente "estrecha e intolerante". "Hay que ir a otros sitios y conocer otras mentalidades para darse cuenta. Yo no me meto con Dios viendo lo que quiero en la tele o pasándomelo bien: ni con Dios ni con nadie. Además, yo entiendo a Dios como bueno y misericordioso, y no me va a mandar a ningún infierno por esas cosas. Y no vengan diciendo que si la Iglesia manda o no manda, porque donde vivía estuve una vez con el párroco de esa zona y me dijo que eso de los pensamientos impuros e imágenes que dicen ustedes es una porquería, era algo de egoísmo, eso sí, pero algo inofensivo: no estaba bien, pero no era una cosa grave. Si por ustedes fuera, hasta soñar sería un pecado mortal; o, por lo menos, lo sería si te acuerdas de lo que has soñado".
Llegó la hora de volver a clase y ahí acabó la conversación. Una
de las amigas, María José, se quedó pensativa. Por una parte, los argumentos de Pablo parecían tener algo de atractivo. Por otro lado, tras el año de ausencia, veía a Pablo cambiado: más brusco de carácter, más altanero, peor estudiante, y, lo que más le afectaba, iba mucho más "a lo suyo". Parecía que no le importaba lo que le pasara al prójimo. Y, sintiéndolo mucho, notaba que su amistad se iba enfriando.
Preguntas guía:
1. Analice el acto que realiza Pablo frente a sus amigos;
identifique sus elementos y explíquelos.
EL OBJETO MORAL: Al inicio dice algo cierto en cuanto
tener cuidado con ser escrupulosos. Pero cómo se va encaminando Pablo, de acuerdo de la realidad que le ha tocado experimentar, está viendo todo permisible, y, eso a los largo le causaría daño. LA INTENCIÓN: En cuánto la intención, es más que claro que cuando uno ve, la realidad, cómo algo ya permisible, es difícil actuar Bien. En el caso de Pablo, parece que se puede participar de todo, en cuanto no ataque a Dios (directamente), más aún tiene un mal concepto de un Dios misericordioso. LAS CONSECUENCIAS: En El caso de Pablo, se ve en cuanto ve todo permisible. Puede ser que para él no estaría mal amar más a los animales que los seres humanos (cómo ejemplo en muchos casos).
2. Encuentra algún impedimento para acertar con el bien.
Argumentarlo.
“Pero algo inofensivo: no estaba bien, pero no era una cosa
grave”: Con lo dicho por Pablo podemos decir: un acto es voluntario cuando no se elige por sí mismo, pero se sigue frecuentemente de una conducta directamente querida. Por ejemplo, quien no guarda, convenientemente, la vista ante imágenes obscenas es responsable del desorden (no directamente elegido) de su imaginación; y, esto nos va a alejar del Bien. 3. Cuáles son las características de la moral autónoma, explicarlas; cómo influye la moral autónoma en la posición de Pablo.
La moral autónoma, en el caso de Pablo, va en rumbo de un mal
concepto de pasarla bien. La acción de Pablo también decae cuando el párroco le resalta lo permisible de las cosas. Pablo va quitando el acto de buscar el bien.
4. Sobre el acto de Pablo, explique las fuentes de la moralidad
El objeto moral de Pablo, podríamos decir que después de tener
una experiencia diferente que a los primeros años, es pretender decirce que todo está bien, todo es posible, no son cosas que atentan a un Dios misericordioso. El fin de Pablo, con el pensamiento de no causar daño a Dios, es perder poco a poco el temor de Dios. Las consecuencias de Pablo, podríamos decir que, después de un mal concepto de un Párroco, puede tener un concepto diferente del acto humano.
5. Qué aconseja a María José
Que trate o que busque a alguien que pueda escuchar, aconsejar