Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
«Me siento mal por mi cuerpo, por los problemas en mi casa, por las
dificultades en el colegio. Por las diferencias con mis padres, por «estar
en el medio». Siento que no me comprenden y me siento mal por esas
cosas que todavía no cambian en mi vida. Por esos pecados que me siguen
lastimando. Qué se yo, por mil cosas más…»
Todas estas cosas pueden derribarte solamente, o pueden destruirte,
abatirte, deprimirte. Todo depende de la actitud que tomés ante ellas.
La depresión es una señal de alarma que nos dice que hay algo que no
esta bien. Que nos advierte que debemos cuidarnos más, o efectuar algún
cambio importante y necesario.
Es una oportunidad para que te conozcás mejor. Para que pensés cómo
está tu relación con Dios y con las demás personas. Para ir descubriendo
si las cosas que hay en tu cabeza son mentiras o verdades. Para ordenar
«algunos desordenes». Para descubrir cuales son las cosas que te están
afectando y hacer algo al respecto. Podés aprender mucho, muchísimo, y
salir victorioso de ella.
(CONTINUARÁ…)
Devocional – Estoy Deprimido 2
(CONTINÚA…)
Devocional – Estoy Deprimido 3
B. No esta todo perdido, ni es el fin del mundo. Aún cuando lo que te haya
sucedido te parezca «terrible» ¡hay solución! si querés compartirlo con
alguien que pueda comprenderte y ayudarte.
(CONTINÚA…)
Devocional – Estoy Deprimido 4
Quisieras vivir sin tener que darle cuentas a nadie. Sin que nadie te este
diciendo lo que tenés o no que hacer y cómo hacerlo… Pero al mismo
tiempo sentís la necesidad de que te quieran, te orienten y te muestren
hacia dónde ir, pero que no te presionen. Que te den libertad, pero que
estén cerca, bien cerca, por si algo sale mal. Que te acompañen, te
escuchen y te comprendan. Que te permitan equivocarte, pero sin dejar
que te lastimes. Pero cuando estas cosas faltan, te sentís
desamparado, desprotegido, inseguro; entonces te deprimís. Te sentís no
amado, dejado a un lado. Sentís que no te dedican el tiempo o la atención
necesaria. Y todo esto te deprime aún más.
Además sería muy bueno que le dieras gracias al Señor por 10 cosas
positivas que encontrés en tus padres y en tu hogar. ¡Basta de criticarlos!
Dale gracias a Dios por ellos. Comienza a madurar.
(CONTINÚA…)
Devocional – Estoy Deprimido 5
Pasaje clave: Isaías 61:1
Una de las cosas más importantes que tenés que hacer es establecer en
tu vida un orden de prioridades que te ayude a dedicarte a lo más
importante y a dejar a un lado (por lo menos durante cierto tiempo) lo
menos importante o menos urgente.
Es muy bueno que hagás las cosas con excelencia pero no corrás
desesperadamente detrás de la “perfección”. Bajá los niveles de
exigencia. Dios te acepta y te valora por lo que sos y no por todo lo que
hacés o intentás hacer. Revisá y mejorá tus tiempos de descanso y tu
alimentación. Hacéte un chequeo médico. Todo esto te será muy positivo.
Nos sana saber y creer que Dios esta por encima de los problemas. Y que
ese Señor Todopoderoso que reina es nuestro Papá, que nos ama y que
prepara todas las cosas para nuestro bien.
Por ejemplo: El Señor no aprueba las injusticias que puedas recibir (de
padres, amigos, etc.), pero las usa para quebrantarte, para hacerte como
Él quiere, para formarte a la imagen de Jesús. (Llegará un día en que Él
juzgará a quienes te maltratan, si bien esto no significa que permitas que
te hagan cualquier cosas. Podés y tenés que defenderte, pero no tomar el
juicio y la venganza por tus propias manos).
Si estás deprimido por otras cosas, ¡comunicáte! con tus líderes o con
alguien que pueda comprenderte y ayudarte a entender. ¡Y aferráte al
Señor para no seguir caído!
Devocional – Tengo Miedo
Entonces, Dios nos libra por medio de su verdad. Nos da una palabra de
verdad que nos libra del temor. Por ejemplo: «Señor, tu Palabra dice que
todo lo puedo en Cristo que me fortalece y que vos me has dado capacidad
y no me consideras un inútil. Creo esta palabra tuya».
Otro ejemplo: «Señor, tengo miedo de que se me rían y me rechacen
cuando les hable a mis compañeros de Jesús. Llbráme de este temor
Señor, en el nombre de tu Hijo».
Dios nos da, entonces una palabra que nos fortalece. Por
ejemplo Jeremías 1:8 al 10.
Cuando David clamó, Dios le dio una palabra específica que David creyó,
¿cuál fue? (vs.7).
Es muy bueno que memoricés y anotés versículos bíblicos que Dios te dé,
para poder recordarlos, creerlos y repetirlos cada vez que Satanás intente
producirte miedo con sus mentiras.
Para cuando sientas miedo: Nehemías 6:14. Salmo 23:4, 27:3, 46:1 al 3,
56:3-4, 11. Josué 1:9. Jeremías 1:8 al 10. Daniel 10:19. Isaías 8:12b,
43:1 al 3. Salmo 91, 112:7. Juan 14:27. Hechos 11:27, 18:9-10.