n. 1 – n.
4 CEC 1878-1882
 La iglesia tiene que tener los ojos bien
abiertos para ver la realidad.
 Ver, escuchar y ayudar, es lo exige esta
realidad.
n. 13
La libertad ya nos jugo una mala pasada. Ahora
esa libertad ya no puede alejarnos de nuestra
única vocación.
n. 12-14
Dios alienta al hombre diciéndole: “miró cuanto
había hecho, y lo juzgó muy bueno”
n. 16
Dios nos puso conciencia para seguir
encaminándonos hacía nuestra vocación.
n. 17
El mal uso de la libertad nos ciega y entorpece.
Hace que dejemos de seguir nuestra finalidad.
 Todos los hombres son llamados al
mismo fin: Dios
 La Iglesia tiene que acompañar en la
vocación de cada hombre.
CEC 1846-1851
Un mal uso de la libertad nos lleva a convivir
con el pecado. Y estar en el pecado nos lleva a
perder la gracia de Dios. Jesús, que vino a
rescatarnos, nos ofrece la confesión para estar y
caminar siempre la verdad.
CEC 1701-1709
La imagen divina está presente en todo hombre.
Pero la persona encuentra su perfección en la
búsqueda y el amor de la verdad y del bien
CEC 1776-1794
Dios nos puso conciencia para seguir
encaminándonos hacía nuestra vocación.
CEC 1730-1742
No hay verdadera libertad sino en el servicio
del bien y de la justicia.
Si queremos caminar en el bien y la justicia, es
necesario estar en la intimidad con la divinidad.